ADELA
Sf, Si. (En vor baja.) Vamos a dormir, vamos a dejar
{ue se case con Angustias, ya no me importa, pero yo
fhe i ate ens pole Cooke Gli me verk Goan
quiera, cuando le venga en gana.
Marniaio
TEs0 no pasard mientras yo tenga una gota de sangre
en el cuerpo.
Apeta
No @ ti, que eres débil: a un caballo encabritado
Caper de poner de odilas eon la fuetzn de mi ded
mefiique
Marrino
No levantes esa vor que me irrta, Tengo el corazén
Teno de una fuerea tan mala, que, sin quererlo yo, a
mf misma me ahoga. e a
ADELA
Nos ensefian a querer a las hermanas. Dios me ha
debido dejar sola en medio de la oscuridad, porque
te veo como si no te hubiera visto nunca.
(Se oye un silbido y ADELA corre a la puerta,
pero Marcinio se le pone delante.)
‘Marrinio.
eDénde vas?
ADELA
Quitate de la puerta!
Manrne10
iPasa si puedes!
ADELA
iAparta! (Lucha.)
Magrinio. (A voces.)
iMadre, madre!
ee eee Sea aL a
negro,
196
[BERNARDA
‘Quietas, quietas. {Qué pobreza la mia, no poder tener
tun tayo entre los dedos!
Manrinio. (Sefialando a ADELA.)
“Estaba con él! {Mira esas enaguas Ilenas de paja de
trigal
BERNARDA
“Es es la cama de las mal nacidas! (Se dirige furiosa
hacia ADELA.)
‘Aveta. (Haciéndole frente.)
yAqui se acebaron las voces de presidio! (ADELA arre-
bata un bastén a su madre y lo parte en dos.) Esto
hhago yo con la vara de Ia dominadora. No dé usted
tun paso més. En mf no manda nadie més que Pepe.
Macparena. (Saliendo.)
jAdelat
(Salen La Poxcta y ANGUSTIAS.)
ADELA
‘Yo soy su mujer. (A Ancustiss.) Entérate tii y ve al
corral a decirselo, El dominaré toda esta casa. Ahf
fuera esté, respirando como si fuera un le6n.
Axcustias
‘Dios mio!
BERNARDA 4
‘Le escopeta!