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Universidad Mariano Gálvez de Guatemala

Maestría en Derecho Penal y Procesal Penal en convenio UMG-OJ


SECCIÓN “A”
Curso: Derecho Procesal Penal I
M.A. Verónica del Rosario Galicia Marroquín.

TEMA 3:
La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

MAESTRANDO JOSUÉ EMANUEL MARTÍNEZ MARTÍNEZ


CARNÉ 2053-11-5768

GUATEMALA, MARZO DE 2023


La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

Índice

Introducción 1

La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso


Penal
1. Antecedentes 2

2. Concepto de Tutela Judicial Efectiva 3

3. Contenido de la Tutela Judicial Efectiva 4

4. Derecho a la Tutela Judicial Efectiva 6

5. La Tutela Judicial Efectiva y el debido proceso 7

6. La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal 8

Conclusión 12

Bibliografía 13

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La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

Introducción
La Tutela Judicial Efectiva es un derecho fundamental dentro del Proceso

Penal sine qua non se respetaría el procedimiento establecido en la ley adjetiva. Esta

circunstancia provocaría que se incumpliría con lo establecido en Convenios

Internacionales en materia de Derechos Humanos ratificados por Guatemala,

provocando que el Estado de Guatemala se encuentre legada a otra sanción por

parte de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como lo ha sido en el

pasado.
Guatemala es un Estado garante dentro del proceso penal, pero el exceso de

su sobreprotección provoca un desequilibrio en el proceso penal. Uno de los

aspectos importantes a resaltar radica en la garantía de la Tutela Judicial Efectiva

que aparece por primera vez en al año 2011 a través de las reformas al Decreto

Número 51-92 del Congreso de la República, Código Procesal Penal a través del

Decreto Número 7-2011 del Congreso de la República en su artículo 2.

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Maestrando Josué Emanuel Martínez Martínez
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Tema 3
La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso
Penal

1. Antecedentes
PAR USEN (2014) explica en cuanto a los antecedentes de la Tutela Judicial

Efectiva que:

“El movimiento de acceso a la justicia ha representado, en los últimos decenios, una

importante expresión, quizá la más importante, de una transformación radical del

pensamiento jurídico y de las reformas normativas e institucionales en un número

creciente de países” (p. 16).

La Tutela Judicial Efectiva fue incluido en la reforma del artículo 5 del Código

Procesal Penal a través del artículo 1 del Decreto Número 7-2011 del Congreso de la

República, el cual a través de su primer considerando indica que “…las debilidades del

sistema de justicia penal deben ser atendidas y resueltas con medidas oportunas, de aplicación

inmediata y de bajo costo, con el aprovechamiento máximo de los recursos económicos y humanos, y

que la justicia es un derecho humano de impostergable cumplimiento”.

Por consiguiente, en el segundo considerando del Decreto Número 7-2011

del Congreso de la República establece que “…el acceso a la justicia exige el ejercicio de la

acción penal y la atención oportuna de las denuncias de las víctimas de delitos, que resuelvan los

conflictos penales para prevenir hechos delictivos y sancionar a los responsables, en el marco de los

principios que garantizan el debido proceso”.

Importantísimo es, como indica PAR USEN (2014) de:

“Mencionar como antecedente de esta garantía procesal, en Inglaterra, la Carta

Magna del Rey Juan sin Tierra decretada entre el Rey Varones y Obispos de

Inglaterra, el 15 de junio de 1215, traducido en el reconocimiento de derechos y

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garantías procesales, que este personaje otorga, a favor de los ciudadanos que

resultaren acusados por la comisión de determinado delito, tal es el caso, el derecho

de defensa, debido proceso, que en su esencia, son garantías jurídicas, que

funcionan como expresión del derecho a la tutela judicial” (p. 17).

2. Concepto de Tutela Judicial Efectiva


PAR USEN (2014) define a la Tutela Judicial Efectiva:

“…Desde dos puntos de vista. En primer lugar, se define en forma estricta como el

derecho fundamental que toda persona tiene a la prestación jurisdiccional, es decir, a

obtener una resolución fundada jurídicamente, normalmente sobre el fondo de la

cuestión que, en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, haya planteado

ante los órganos jurisdiccionales (…). En segundo lugar, la tutela judicial efectiva

puede ser definida en forma amplia, es decir, no sólo comprensiva del derecho a la

pretensión jurisdiccional, sino también comprensivo de todas las garantías procesales

constitucionalizadas que comprenden el denominado debido proceso” (p. 17 y 18).

Para Solona Carrera (citado por PAR USEN, 2013) la Tutela Judicial Efectiva

“es entendida como la existencia y disponibilidad de un sistema de administración de justicia, como

conjunto de mecanismos idóneos para el ejercicio de la función jurisdiccional del Estado (…) ” (p. 119

y 120).

MONTERO AROCA & FLORS MATÍES (2014) expresan con relación a la

Tutela Judicial Efectiva que:

“Se trata (…) de un derecho prestacional de configuración legal, cuyo ejercicio y

prestación están supeditados a la concurrencia de los presupuestos y requisitos que

en cada caso haya establecido el legislador, que no puede, sin embargo, fijar

obstáculos o trabas arbitrarios o caprichosos que impidan la tutela judicial garantizada

constitucionalmente…” (p. 65).

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MONTERO AROCA & FLORS MATÍES (2014) expresan con relación al

concepto de la Tutela Judicial Efectiva, la cual:

“Se concreta en el derecho que tienen todas las personas al acceso a los órganos

jurisdiccionales con arreglo a las normas de procedimiento legalmente establecidas y

a obtener de ellos una respuesta motivada y de fondo, dotada de invariabilidad, y a la

ejecución de lo resuelto” (p. 66).

Por último, COUTURE (2012) explica bajo el precepto de la tutela jurídica

(entiéndase como Tutela Judicial Efectiva), la cual “consiste en que, en un lugar geográfico

determinado y en un momento histórico determinado, existan jueces independientes, revestidos de

autoridad y responsables de sus actos, capaces de dar la razón a quienes ellos creen sinceramente

que la tienen…” (p. 391).

3. Contenido de la Tutela Judicial Efectiva


Para MONTERO AROCA & FLORS MATÍES (2014) “ en el contenido normal de

este derecho fundamental a la tutela judicial efectiva se incluyen, conforme a la doctrina del Tribunal

Constitucional, los siguientes derechos:

a) Derecho de acceso a la jurisdicción. El primer contenido del derecho se refiere,

obviamente, a la posibilidad de acceder a los órganos jurisdiccionales para que éstos se

pronuncien sobre la pretensión que formule un afirmado titular de derecho o interés legítimo…

b) Derecho a la resolución de fondo. El contenido esencial del derecho se ha centrado, en

buena medida, en la necesidad de que por el órgano jurisdiccional se dicte una resolución

fundada en derecho, resolución que habrá de ser de fondo, sea o no favorable a las

pretensiones formuladas (…)”.

c) Derecho a la motivación de la resolución. Desde sus inicios la jurisprudencia constitucional

ha insistido (…), sobre todo cuando se le pone en relación (…), el derecho a que la resolución

sobre el fondo sea motivada…”.

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La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

d) Derecho a los recursos legales. El contenido esencial del derecho a la tutela judicial efectiva

no alcanza a que el legislador regule algún recurso contra la resolución que se pronuncia

sobre el fondo del asunto, pero en el caso de que el legislador sí hubiera regulado un recurso

el derecho fundamental entonces sí lo comprende, habiéndose insistido en que:

1) El legislador es libre a la hora de establecer o no recursos y también de

determinar los requisitos de los mismos (…).

2) Corresponde a los tribunales ordinarios aplicar los requisitos pronunciándose

sobre la admisión del recurso, pero el derecho fundamental puede vulnerarse,

aparte de por el legislador si establece requisitos de difícil o imposible

cumplimiento, con lo que se daría lugar a la inconstitucionalidad de esa norma

(…).

3) Pueden señalarse dos líneas doctrinales en el Tribunal Constitucional que

pueden denominarse expansiva y estricta (…).

4) Aspectos complementarios son la técnica de la subsanación para la inadmisión

(…) y de que es frecuente la invocación de los formalismos enervantes (…).

5) La omisión en la resolución judicial de la instrucción de los recursos

procedentes o la indicación errónea de que contra ella no cabe recurso alguno,

no supone la vulneración de la tutela efectiva en su manifestación de derecho

de acceso a los recursos, pues, además de no integrar esa instrucción el

contenido decisorio de la resolución (…), su omisión no impide en modo alguno

la efectiva posibilidad de recurrir.

e) Derecho de acceso a la jurisdicción y justicia gratuita. El derecho de acceso al proceso

presupone que no puede impedirse su ejercicio a quienes carezcan de recursos para litigar

(…).

f) Derecho a la inalterabilidad de las decisiones judiciales firmes. Sin demasiada precisión

viene diciendo el Tribunal Constitucional que la tutela efectiva incluye también la firmeza de

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las resoluciones judiciales, la invariabilidad de las mismas para el tribunal que las dicta y la

cosa juzgada material (…).

g) Derecho a la ejecución de lo juzgado. La tutela judicial no puede obtenerse de manera

efectiva si no se alcanza la ejecución de lo resuelto por el tribunal en la sentencia firme que

haya puesto fin al proceso de declaración (…)” (p. 67 a la 96).

4. Derecho a la Tutela Judicial Efectiva


Para MARTÍNEZ (2023), la Tutela Judicial Efectiva es:

“Un derecho que se desarrolla como una garantía constitucional porque deriva de los

principios democráticos y es parte primordial de un Estado de Derecho, la tutela

responde también al hecho que las personas deben estar seguras que al disponer sus

asuntos a la jurisdicción y dejar por un lado la venganza privada, es decir la auto

tutela lo que están haciendo es permitir que los órganos jurisdiccionales sean los que

se encarguen de administrar justicia y resolver las controversias que se les plantean

siempre que sean legítimas las pretensiones, principio que responde también al

hecho que es el Estado el único que tiene el Monopolio del Ius Puniendi” (p. 33).

Para COUTURE (2012) “KANT llamó la atención acerca de la diferencia que hay entre

derecho y conducta. Conducta es honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere. Derecho

es honeste vive, alterum non laede, suum cuique tribue” (p. 388).

Por consiguiente, el autor referido explica que:

“Los tres primeros preceptos son acción; los tres segundos son normas. Ser virtuoso,

no dañar y retribuir son formas de vivencia. Sé virtuoso, no dañes, retribuye, son

admoniciones normativas. No matarás es una norma; no matar es una conducta.

Castigarás al que mata es una, norma; castigar al que mata es una conducta ”

(COUTURE, 2012, p. 388).

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La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

PAR USEN (2013) expone que “el marco del Estado constitucional y social de

derecho, consagra en favor de los ciudadanos y personas, un catálogo de garantías procesales, que

dan fundamento formal y sustancial al sistema de justicia penal…” (p. 119).

Explica el autor que:

“Con base a este orden constitucional, es creado el Derecho procesal penal y el

proceso penal, y, con él, el derecho fundamental a la justicia, conocido también, como

derecho a la tutela judicial, de acceso a la justicia, derecho a la jurisdicción, derecho a

la tutela judicial efectiva, derecho al proceso; garantía procesal, que cobra su máxima

manifestación, en una síntesis suprema, el derecho que tienen las partes procesales

a la obtención de una sentencia justa” (PAR USEN, 2013, p. 119).

Solano Carrera (citado por PAR USEN, 2014) expresa que:

“El derecho a la tutela judicial, también es conocido como el derecho general a la

justicia, es entendida como la existencia y disponibilidad de un sistema de

administración de justicia, valga decir, de un conjunto de mecanismos idóneos para el

ejercicio de la función jurisdiccional del Estado…” (p. 18).

5. La Tutela Judicial Efectiva y el debido proceso


La Tutela Judicial Efectiva se encuentra regulado en el artículo 5 segundo

párrafo del Decreto Número 51-92 del Congreso de la República, Código Procesal

Penal, el cual establece que “la víctima o el agraviado y el imputado, como sujetos procesales,

tienen derecho a la tutela judicial efectiva…” (Decreto Número 51-92 del Congreso de la

República, Código Procesal Penal). Por consiguiente, la Tutela Judicial Efectiva “ se

desarrolla por la vía del debido proceso…” (MARTÍNEZ, 2023, p. 32); se debe a que el

mismo segundo párrafo del artículo 5 del Código Procesal Penal sigue regulando que

“El procedimiento, por aplicación del principio del debido proceso, debe responder a las legítimas

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pretensiones de ambos” (Decreto Número 51-92 del Congreso de la República, Código

Procesal Penal).

En el caso de ÁLVAREZ MANCILLA y otros (2020) “ puntualizan sin entrar en

detalles que los principios procesales o del proceso son los siguientes: 1. Igualdad de las partes. 2.

Juez natural. 3. Procedimiento preestablecido; y, 4. Moralidad procesal” (p. 36).

MARTÍNEZ (2023) explica que:

“La tutela judicial efectiva es una garantía constitucional desarrollada a partir del

Derecho de defensa y del debido proceso por la cual los sujetos procesales (víctima e

imputado) pueden acceder al ejercicio libre de su defensa o de sus Derechos e

intereses legítimos ante la jurisdicción…” (p. 32).

Se dice que es una garantía constitucional en el sentido que, aunque no

haya ningún artículo en la Constitución Política de la República de Guatemala, se

encuentra regulado en el artículo 44 de la Constitución Política de la República de

Guatemala en el sentido que “Los derechos y garantías que otorga la Constitución no excluyen

otros que aunque no figuren expresamente en ella, son inherentes a la persona humana…”

(Constitución Política de la República de Guatemala, 1985).

PAR USEN (2014) expone que:

“En el moderno Estado Constitucional de Derecho, los jueces y magistrados tienen la

imperiosa obligación de razonar, fundamentar y motivar sus resoluciones o

sentencias, que para las partes, constituye un derecho y garantía procesal en su

favor, como parte del derecho a la tutela judicial, característica fundamental en un

Estado sometido al Derecho” (p. 20).

Bajo esa premisa, se puede justificar que la tutela judicial efectiva, es una

garantía jurídico-procesal, reconocida también en el artículo 2 de la Constitución

Política de la República de Guatemala al establecer que “Es deber del Estado garantizarle

a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la paz y el desarrollo

integral de la persona” (Constitución Política de la República de Guatemala, 1985).

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La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal

6. La Tutela Judicial Efectiva en el Proceso Penal


La Tutela Judicial Efectiva en el proceso penal guatemalteco es una garantía

jurídico-procesal, establecida en la Constitución Política de la República de

Guatemala y en el Decreto Número 51-92 del Congreso de la República, Código

Procesal Penal.

Ante este apuntamiento, MARTÍNEZ (2023) explica que la Tutela Judicial

Efectiva “implica también que la resolución a las controversias sea determinada por jueces naturales

que al resolver lo hagan de forma motivada y fundada lo que en algunos países se relaciona a una

resolución motivada y congruente…” (p. 33).

En retrospectiva, la Tutela Judicial Efectiva con lleva a la “ debida diligencia de

los entes encargados de la investigación y persecución penal ” (MARTÍNEZ, 2023, p. 34). Esta

garantía trae inmersa los siguientes derechos:

1) Derecho al libre acceso a la jurisdicción penal.

2) Derecho a obtener una resolución debidamente fundamentada.

3) Derecho al libre acceso a las instancias dentro del proceso o protección

judicial.

4) La debida ejecución de lo juzgado.

El Derecho al libro acceso a la jurisdicción penal se encuentra regulado

en el artículo 29 de la Constitución Política de la República de Guatemala, el cual

preceptúa que “Toda persona tiene libre acceso a los tribunales, dependencias y oficinas del

Estado, para ejercer sus acciones y hacer valer sus derechos de conformidad con la ley …”

(Constitución Política de la República de Guatemala, 1985).

MARTÍNEZ (2023) al respecta explica que:

“Esta garantía es una consecuencia de la tutela judicial efectiva, pues ella no puede

verse operativizada sino se tiene acceso previo a los tribunales, inclusive la garantía

de jurisdicción implica que una persona con interés legítimo pueda presentarse a un

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proceso ya iniciado ajustándose a las reglas y procedimientos establecidos, como se

verá en su momento con la participación de la víctima en los delitos de acción pública

o de acción pública dependientes de instancia particular” (p. 34).

Con respecto al Derecho a obtener una resolución debidamente

fundamentada se encuentra regulado en el artículo 11 bis del Decreto Número 51-

92 del Congreso de la República, Código Procesal Penal al establecer que “ Los autos

y las sentencias contendrán una clara y precisa fundamentación de la decisión, su ausencia constituye

un defecto absoluto de forma…” (Decreto Número 51-92 del Congreso de la República,

Código Procesal Penal).

Por consiguiente, “toda resolución judicial (dígase Decretos, Autos y Sentencias [ver

artículo 141 del Decreto Número 2-89 del Congreso de la República, Ley del Organismo

Judicial]) carente de fundamentación viola el derecho constitucional de defensa y de la acción penal”

(Decreto Número 51-92 del Congreso de la República, Código Procesal Penal,

artículo 11 Bis último párrafo).

Al respecto, MARTÍNEZ (2023) explica que “no basta que se emitan fallos, estos

tienen que ser razonados y fundamentados con la finalidad de que los sujetos procesales vean

resueltas sus pretensiones independiente de los resultados del proceso (…)” (p. 35).

Cuando se habla del Derecho al libre acceso a las instancias dentro del

proceso o protección judicial se encuentra regulado en el artículo 8 numeral 2

literal h de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos, al establecer “(…) h)

Derecho de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior…” (Convención Americana Sobre

Derechos Humanos, 1969). Y, por consiguiente, en el artículo 25 del mismo cuerpo

internacional cuando regula que:

“(…) Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro

recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos

que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la

presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen

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en ejercicio de sus funciones oficiales (…)” (Convención Americana Sobre

Derechos Humanos, 1969).

Finalmente, con la debida ejecución de lo juzgado, MARTÍNEZ (2023)

expone que:

“La ejecución de lo juzgado es parte de los fines del proceso y eso implica incluso que

por la tutela judicial efectiva se ejecute lo juzgado no solamente en cuanto a la

privación de libertad y/o medidas de seguridad sino que también en cuanto a la

reparación digna de parte de la víctima (…)” (p. 37).

En el artículo 5 del Código Procesal Penal, al final del primer párrafo se

establece que se debe realizar “(…) la ejecución de la misma (…)”. Por ende, el artículo

493 del mismo cuerpo legal establece que “ las condenas penales no serán ejecutadas antes

de que se encuentren firmes…” (Decreto Número 51-92 del Congreso de la República,

Código Procesal Penal).

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Conclusión
La Tutela Judicial Efectiva no es el único derecho establecido al cual el Estado

de Guatemala es garante, engloba en sí otros derechos establecidos tanto en la

Constitución Política de la República de Guatemala, en leyes ordinarias y Convenios

Internacionales en Materia de Derechos Humanos ratificados por Guatemala.

Los derechos a los cuales se ha hecho referencia en la presente investigación

son: 1) Derecho al libre acceso a la jurisdicción penal; 2) Derecho a obtener una

resolución debidamente fundamentada; 3) Derecho al libre acceso a las instancias


dentro del proceso o protección judicial y 4) La debida ejecución de lo juzgado.

Estos derechos se encuentran regulados en el ordenamiento jurídico y en

tratados y convenios internacionales en materia de Derechos Humanos. En su

conjunto forman parte de la Tutela Judicial Efectiva, la cual le asiste tanto a la víctima

como al sindicado o procesado (de acuerdo a su status procesal).

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Bibliografía

A. TEXTOS:
1. ÁLVAREZ MANCILLA, E. A., ÁLVAREZ MANCILLA, F. G., & VALDEZ POLANCO,

E. L. (2020). Tutela Judicial "Efectiva". Primera Edición. Centro Editorial

Vile.

2. COUTURE, E. J. (2012). Fundamentos del Derecho Procesal Civil. Edición

Conmemorativa. Primera Edición. Editorial Estudiantil Fénix.

3. MARTÍNEZ, C. (2023). Derecho Procesal Penal Guatemalteco comploeto.

Revisado y Actualizado. Innovaciones Graficas Rohi.

4. MONTERO AROCA, J., & FLORS MATÍES, J. (2014). Amparo Constitucional y

Proceso Civil. 3a. Edición. TIRANT LO BLANCH.

5. PAR USEN, J. M. (2013). El Juicio Oral en el Derecho Procesal Penal

Guatemalteco. Cuarta Edición. Serviprensa, S. A.

6. PAR USEN, J. M. (2014). El Debate Oral. Métodos y Técnicas para el Debate.

Derecho Procesal Penal. Primera Edición. Editorial Serviprensa.

B. LEGISLACIÓN:

B.1 LEGISLACIÓN NACIONAL


1. Constitución Política de la República de Guatemala, 1985.

2. Decreto Número 51-92 del Congreso de la República, Código Procesal Penal,

1992.

3. Decreto Número 7-2011 del Congreso de la República.

B.2 LEGISLACIÓN INTERNACIONAL


1. Convención Americana Sobre Derechos Humanos, 1969.

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