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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio de Educación Superior

Universidad José María Vargas

Facultad de Derecho

Cátedra: Derecho Administrativo II

Prof. Jesús David Rojas

Integrantes:

Arturo Barazarte C.I.V. - 19.874.227

Edward Lobo C.I.V. - 19.558.195

Los Dos Caminos, 21 de Abril de 2010


INTRODUCCIÓN

El amparo es una acción o recurso que tutela los derechos constitucionales de los
ciudadanos, es decir, se encarga de proteger de modo originario iniciando el proceso todos los
derechos diferentes de la libertad física o ambulatoria; el amparo tiende a garantizar cualquiera de
los demás derechos fundamentales.

Cuando el legislador Venezolano diseño el procedimiento de amparo constitucional tuvo en


cuenta una serie de consideraciones que definieron y delimitaron su orientación, estableciendo, en
consecuencia, una serie de principios que han de tener siempre presente todos los sujetos
procesales que intervienen en este proceso; tales principios son: principio de sumariedad y brevedad
en el amparo, principio de bilateralidad del proceso de amparo, principio de orden público del
proceso de amparo, principio de igualdad procesal, principio de gratuidad del proceso, principio de la
doble instancia en los procesos de amparo, principio de escritura y oralidad, principio de la
informalidad en la tramitación del amparo constitucional.

Estos principios, con igual o distinta intensidad, fueron plasmados en la constitución de


1999, en el artículo 27 que dice: “Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en
el goce y ejercicio de los derechos y garantías constitucionales, aun de aquellos inherentes a la
persona que no figuren expresamente en esta Constitución o en los instrumentos internacionales
sobre derechos humanos.

El procedimiento de la acción de amparo constitucional será oral, público, breve, gratuito y


no sujeto a formalidad, y la autoridad judicial competente tendrá potestad para establecer
inmediatamente la situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo tiempo
será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro asunto.

La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y
el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la custodia del tribunal de manera inmediata, sin
dilación de manera alguna.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno por la declaración del
estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales”.
Los mismos, sirvieron de guía a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en su
sentencia del 1 de Febrero de 2000, para replantear y modificar el procedimiento de amparo
constitucional, ejercido en forma autónoma.

El estudio de estos principios elementales del proceso de amparo constitucional es de vital


importancia, debido a que de producirse una reforma legislativa de la Ley Orgánica de Amparo,
estos principios son los que deberían servir de base para enfocar las nuevas modificaciones.
Además, deben servir de apoyo judicial en todas las lagunas o conflictos interpretativos que se
presenten.

La Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, consagró un


procedimiento ubicado en el Título IV, artículos 13 y siguientes, los cuales se explicaran a
continuación dando fundamento al marco teórico del trabajo que a continuación se expone.
PROCEDIMIENTO DE AMPARO CONSTITUCIONAL AUTÓNOMO

Existen una serie de principios que se acogen a la Ley Orgánica de Amparo que integran al
procedimiento del mismo. Tales principios son:

A. Principio de sumariedad y brevedad en el amparo.

La Ley Orgánica de Amparo consagró un conjunto de reglas procesales realmente


breves y sumarias, estableciendo unos lapsos que se cuentan por horas, disponiendo que
todo el tiempo será hábil, y ordenando, darle preferencia a estos trámites de amparo, de
esta forma, el legislador respondió a la voluntad del constituyente, buscando dirimir de
manera urgente los conflictos sobre derechos y garantías fundamentales.

En la Ley Orgánica de Amparo se señala, que es posible la interposición de la


acción por vía telegráfica; se establece que el lapso para presentar el informe a que se
refiere el artículo 23 de la Ley Orgánica es de 48 horas; la audiencia constitucional debe
celebrarse dentro de las 96 horas siguientes a la presentación del informe; y la decisión
debe producirse a las 24 horas. Igualmente se establece que los jueces de amparo no
podrán diferir la tramitación del proceso so pretexto de consulta al Ministerio Público.

De igual forma, y para proteger el carácter sumario de la acción, se prohibió la


recusación de los jueces, no se consagró un lapso probatorio, dejando a salvo la posibilidad
de que el juez consideré procedente ordenar la evacuación de las pruebas que juzgue
conveniente y siempre que no constituya un perjuicio irreparable para el actor.

Hay que indicar también, que para proteger la celeridad del proceso, la Ley Orgánica
de Amparo advierte que el incumplimiento por los jueces de los lapsos procesales será
registrado como falta grave por el Consejo de la Judicatura.
B. Principio de bilateralidad del proceso de amparo.

Es la garantía del derecho a la defensa exige que le permita a la parte contra la que
se intenta una determinada pretensión oír sus consideraciones, pues por mas urgente que
sea el proceso, este no será legitimo si no se le da oportunidad al presunto agraviante para
que alegue todas las defensas que considere pertinente.

En el artículo 68 de la constitución de 1961 establecía que la defensa es un derecho


inviolable en todo estado y grado del proceso. En jurisprudencia reiterada por de nuestro
mas alto tribunal en su forma amplia establecía: “el derecho a la defensa debe ser
considerado no solo como la oportunidad para el ciudadano encausado o presunto infractor
de hacer oír sus alegatos, si no como derecho de exigir del estado el cumplimiento previo a
la imposición de toda sanción, de un conjunto de actos o procedimientos destinados a
permitirle conocer con precisión los hechos que se imputan, las disposiciones legales
aplicables a los mismos, hacer oportuno alegatos en su descargo y promover y evacuar
pruebas que obren en su favor”.

C. Principio del carácter de orden publico del proceso de amparo.

De acuerdo con lo señalado en el articulo 14 de la ley Orgánica de Amparo sobre


Derechos y Garantías, la acción de amparo “tanto en lo principal como en lo incidental y en
todo lo que de ella derive, hasta la ejecución de la providencia respectiva, es de eminente
orden publico”  precisamente por el interés que reviste para el Estado la protección de los
derechos y garantías constitucionales.

Este carácter de orden publico del procedimiento de amparo puede llegar, incluso, a
que el juez constitucional admita una acción de amparo constitucional, a pesar de que la
lesión constitucional ha sido consentida por el agraviante, bien sea expresamente por haber
dejado transcurrir más de 6 meses desde el momento que surgió esta lesión. Ello conforme
a lo dispuesto en el numeral 4° del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo. De igual forma,
otra muestra de este principio, lo constituye el hecho de que el juez constitucional pueda
ordenar la continuidad de una acción de amparo, a pesar de que el actor haya desistido de
esta, siempre y cuando considere que la violación constitucional es de tal magnitud que
requiere un pronunciamiento judicial. Igualmente, el artículo 17 de la Ley Orgánica de
Amparo dispone que el juez constitucional pueda ordenar, siempre que no signifique un
perjuicio irreparable para el actor, la evacuación de las pruebas que juzguen necesarias para
el esclarecimiento de los hechos.

D. Principio de igualdad procesal.

Este principio puede resumirse en la máxima de no crear preferencias ilegitimas. En


virtud de ello, todas las partes inmiscuidas en un proceso de amparo deben tener las
mismas posibilidades y oportunidades para presentar y probar sus alegatos. La Ley
Orgánica de Amparo establece en su articulo 21 que “los jueces deberán mantener absoluta
igualdad entre y cuando el agraviante sea una autoridad publica quedaran excluidos del
procedimiento los privilegios procesales”.

En el fallo de la sala constitucional de fecha 1° de febrero de 2000 también se deja


claramente establecido que “los tramites como se desarrollaran las audiencias y la
evacuación de las pruebas, si fueran necesarias, las dictara en las audiencias el tribunal que
conozca del amparo, siempre manteniendo la igualdad entre las partes y el derecho de
defensa”.

Es importante destacar aquí que al menos formalmente, el nuevo procedimiento de


la acción de amparo constitucional, diseñado por la sentencia de la sala constitucional del
1°de febrero de 2000, coloca en desigualdad de condiciones a la parte accionada, toda vez
que, por un lado, ahora la única oportunidad de que dispone el sujeto señalado como
agraviante para presentar sus alegatos es la audiencia constitucional, en la cual dispondrá
de algunos pocos minutos para exponer sus defensas y demás argumentos. Pero decimos
que en principio ello es así, debido a que el nuevo procedimiento no prohíbe que el sujeto
denunciado como agraviante presente en forma escrita sus respuestas antes de que se
celebre la audiencia constitucional o incluso en el mismo momento en que acude a la
audiencia oral y publica. Ello además de radical importancia para que el juez constitucional
conozca también antes de la audiencia, la posición del sujeto agraviante. Ahora bien, se
podría afirmar que se incurre en una desigualdad procesal si admitida la acción de amparo
constitucional se le notifica al presunto agraviante que debe comparecer a una audiencia
constitucional, al día siguiente de su notificación, con lo cual se podría pensar que el sujeto
accionado esta en desventaja con respecto al actor, pues seguramente por el
apresuramiento en el tramite no podrá presentar, antes de la audiencia constitucional y en
forma escrita, sus argumentos y consideraciones. Sin embargo, si la urgencia del caso y la
gravedad de la decisión constitucional amerita un apresuramiento radical, creemos que no
estaremos en presencia de una desigualdad procesal o una violación al derecho a la
defensa.    

E. Principio de gratuidad del proceso de amparo.

                Otras de las consecuencias de la extrema vigilancia del Estado por la inviolabilidad
de los derechos y garantías constitucionales es el carácter  de gratuito del proceso, principio
que tiene como finalidad permitir el libre acceso a los tribunales para lograr restablecer
cualquier situación jurídica infringida de carácter constitucional. La Ley Orgánica de Amparo
establece en su artículo 16 “la acción de amparo es gratuita por excelencia. Para su
tramitación no se empleara papel sellado ni estampillas…”. De esta forma, se libra al
ciudadano carente de los medios económicos suficientes para atender una contienda
judicial, de acudir al no poco complicado beneficio de la justicia gratuita, consagrado en el
Código de Procedimiento Civil.

                 Además, la interpretación judicial imperante en los artículos 26 y 254 de la


Constitución indica que la justicia es gratuita no solo para los procesos de amparo
constitucional, sino para también el resto de los procedimientos judiciales que se ventilan
ante el poder judicial.

F. Principio de la doble instancia en los procesos de amparo.

Aun cuando se trata de un proceso breve y sumario, el legislador consagró el


principio de la doble instancia obligatoria en estos procesos, quizás con la finalidad de
buscar mayor ponderación en la ulterior decisión, para lo cual le concedió al juez de
segunda instancia un lapso de 30 días, pero dejo claro que la apelación o en todo caso la
consulta se escucha en un solo efecto (artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo).

Se debe destacar que la nueva configuración de la justicia constitucional en


Venezuela, producto de la reforma constitucional de 1999, en nada altera al principio de la
doble instancia en materia de amparo constitucional, pues se mantiene vigente en el artículo
35 de la Ley Orgánica de Amparo.

Este principio de doble instancia tiene sus excepciones, la primera de ellas se


encuentra consagrada en el artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo el cual establece un
fuero especial, ahora a favor únicamente de la Sala Constitucional del TSJ, según lo
dispuesto en la decisión dictada por esa misma sala en fecha del 20 de Enero de 2000. Por
tanto, si la Sala Constitucional conoce en primera y única instancia de una acción de amparo
constitucional intentada contra alguno de los órganos o funcionarios a que se refiere el
artículo 8 de la Ley Orgánica de Amparo, se está en presencia de una excepción al principio
de la doble instancia.

Así mismo, hay que señalar, que existe una segunda excepción al principio de la
doble instancia. Nos referimos a la competencia extraordinaria que tiene la Sala
Constitucional, mediante la cual es posible que esta sala asuma el conocimiento de una
sentencia definitiva de amparo, esto es en la cual se hayan ya agotados las dos instancias,
para realizar la llamada revisión extraordinaria, con el objeto de garantizar la uniformidad en
la interpretación de las normas y principios constitucionales, la eficacia del texto fundamental
y la seguridad jurídica.

G. Principio de Escritura y Oralidad.

Para dar aun más celeridad al proceso y para buscar mayor inmediación entre los
hechos presuntamente determinantes de una vulneración constitucional y el juez
competente, la Ley Orgánica de Amparo ensayo una mezcla del sistema escrito con el oral,
pues si bien la solicitud por regla general, los informes y las conclusiones debían ser
presentadas por escrito, es el caso que se consagró una audiencia oral y pública donde se
concentran argumentos y pruebas que se debaten en el proceso.

Sin duda este ensayo del legislador ha sido positivo, precisamente porque disminuye
el carácter excesivamente formal del proceso judicial en Venezuela, permitiéndole al juez
adquirir un mejor conocimiento y acercamiento con la controversia.
CONCLUSIÓN.

Se dice mucho acerca de la naturaleza jurídica del amparo constitucional; algunos


consideran que es un recurso, otros estiman que es un juicio, pero el punto de vista más certero lo
ofrece la Ley Orgánica de Amparo al señalar que el mismo es una acción o solicitud, y su tramitación
la califica de un procedimiento que termina en la emanación de una sentencia, descartando así la
posibilidad de determinarlo como un recurso, ya que este, por su esencia, supone la existencia de un
acto o sentencia que es objeto de impugnación para su revisión y modificación.

Como se mencionó anteriormente, el Procedimiento de Amparo Constitucional Autónomo se


encuentra integrado por una serie de principios. En el presente trabajo de investigación, se procedió
a tomar un expediente relativo a la materia contenciosa administrativa, y determinar la doctrina, la
ley que se aplicaba y si los principios mencionados correspondían con dicha sentencia emanada en
esta ocasión por el Tribunal Supremo de Justicia.

Se pudo observar en la sentencia anexa, que el ámbito de aplicación o doctrina aplicada, es


de orden administrativo; por tanto la ley conveniente con esta acción es la Ley Orgánica de Amparo.

Por último, cabe destacar que los principios fueron cumplidos a cabalidad en este proceso;
se respetaron los lapsos y tiempos hábiles establecidos por la ley; se evitó a través de la justicia
gratuita y el libre acceso a los tribunales, la violación a los derechos y garantías fundamentales que
se exigen en este caso contra la parte a quien se intenta la pretensión, de manera que pudo ejercer
el derecho a la defensa manifestando sus consideraciones, y así se establece de igual forma el
principio de igualdad, ya que las partes involucradas en el proceso de amparo tuvieron las mismas
posibilidades de presentar oportunamente sus alegatos y probarlos.

BIBLIOGRAFÍA.
Juez Ponente: JAVIER TOMÁS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
Expediente N°: AP42-O-2005-000683

En fecha 20 de junio de 2005, se recibió por ante la Unidad de Recepción y


Distribución de Documentos (U.R.D.D.) de las Cortes Primera y Segunda de lo
Contencioso Administrativo oficio N° 05-825 de fecha 09 de junio de 2005,
proveniente del Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo
de la Región Capital, anexo al cual remitió el cuaderno separado contentivo de la
acción de amparo constitucional incoada por la ciudadana MARUJA CONCEPCIÓN
REYES MILLÁN, titular de la cédula de identidad N° 3.820.329, asistida por la
Abogada Ivonne Reyes De Fermín, inscrita en el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el N° 10.221, contra la ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LOS SALIAS
DEL ESTADO MIRANDA.
Dicha remisión se efectuó, en virtud de haberse oído en ambos efectos el recurso de
apelación ejercido por el Abogado Ricardo Baroni Uzcátegui, inscrito en el Instituto
de Previsión Social del Abogado bajo el N° 49.220, en su condición de apoderado
judicial del Municipio Los Salias del estado Miranda y del Alcalde de ese Municipio,
contra la decisión dictada en fecha 28 de abril de 2005, por el mencionado Juzgado,
mediante la cual declaró con lugar la acción de amparo constitucional interpuesta.
En fecha 15 de julio de 2005, se dio cuenta a la Corte y se designó ponente.
Constituida esta Corte en fecha 19 de octubre de 2005, por la designación de los
nuevos Jueces efectuada por la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia, la
misma quedó conformada de la siguiente manera: JAVIER TOMÁS SÁNCHEZ
RODRÍGUEZ, Juez Presidente, AYMARA GUILLERMINA VILCHEZ SEVILLA,
Juez Vice-Presidente, y NEGUYEN TORRES LÓPEZ, Juez.
Esta Corte en fecha 11 de abril de 2006, se abocó al conocimiento de la presente
causa y reasignó la ponencia al Juez JAVIER TOMÁS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ,
quien con tal carácter suscribe la presente decisión.
Realizado el estudio del expediente, se pasa a dictar sentencia con base en las
consideraciones siguientes:
-I-
DE LA ACCIÓN DE AMPARO CONSTITUCIONAL

La ciudadana Maruja Concepción Reyes Millán, asistida por la Abogada Ivonne


Reyes De Fermín, interpuso la presente acción de amparo constitucional en fecha 01
de febrero de 2005, en los siguientes términos:
Afirmó, que en fecha 11 de febrero de 2004, presentó por ante la Inspectoría del
Trabajo del Municipio Guacaipuro del estado Miranda, solicitud de reenganche y
pago de salarios caídos contra la Alcaldía del Municipio Los Salias (Ambulatorio
Rosaleda Sur), por haber sido despedida en fecha 30 de enero de 2004, a pesar de
encontrarse amparada por inamovilidad laboral prevista en el Decreto Presidencial
N° 2.557 de fecha 13 de enero de 2003, publicado en Gaceta Oficial N° 37.608 de
esa misma fecha, prorrogada mediante Decreto N° 2.509 de fecha 14 de julio de
2003, publicado en Gaceta Oficial N° 37.731, en extensión a esa inamovilidad según
Decreto N° 2.806, publicado en Gaceta Oficial N° 37.857, de fecha 14 de julio de
2004, y que tal instrumento legal está protegido mediante Resolución Ministerial N°
2.581, de fecha 05 de diciembre de 2002.
Indicó que, en fecha 02 de julio de 2004, el referido Órgano Administrativo dictó
acto administrativo N° 247-2004, mediante el cual declaró con lugar su solicitud,
ordenándose el reenganche a su puesto de trabajo y el pago de los salarios caídos.
Adujo, que notificadas las partes de la decisión en cuestión, la Inspectoría del
Trabajo aludida fijó el día 14 de julio de 2004, a las 2:00 pm. para que tuviera lugar
el acto de reenganche y pago de los salarios caídos, al cual no compareció la
empleadora.
Señaló, que en virtud de su petición, en fecha 10 de agosto 2004, la Inspectoría del
Trabajo designó a la funcionaria Teresa Rosales, a los fines de verificar si se había
dado cumplimiento a la orden emitida a través de la Providencia Administrativa
dictada, y que procediendo esta última, se entrevistó con la ciudadana María Omaira
De Abreu, Abogada Jefe de la Alcaldía quien, a su decir, manifestó ‘…que había
solicitado el Recurso de Nulidad de la Providencia Administrativa emanada de esa
Inspectoría del Trabajo de Los Teques…’, aduciendo que para la fecha de la
interposición de la presente acción de amparo constitucional no había sido
reenganchada ni se le habían pagado los salarios caídos.
En ese sentido, alegó que en la presente acción no existía ninguna de las causales de
inadmisibilidad referentes al consentimiento en las violaciones a los derechos y
garantías denunciadas, que las mismas no habían cesado, que eran reparables, que
carecía de otra vía ordinaria u otro medio procesal breve, sumario, eficaz y acorde
con la protección constitucional, agregando que de conformidad con lo previsto en el
artículo 456 de la Ley Orgánica del Trabajo la Providencia Administrativa dictada es
inapelable y por tanto ejecutoria.
Asimismo, sostuvo que la jurisprudencia ha señalado que la acción de amparo es la
vía idónea para lograr la ejecución de los actos emanados de organismos
administrativos laborales, señalando sentencias de fecha 02 de agosto de 2001,
dictada por la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y del 22 de
agosto de 2002, dictada por esta misma Corte.
Indicó que la presente acción de amparo cumple con los requisitos siguientes: los
efectos de la Providencia Administrativa objeto de la presente acción incoada no han
sido suspendidos, ni declarada su nulidad, que existe contumacia manifiesta por parte
de la Alcaldía del Municipio Los Salias, en cuanto al cumplimiento de la orden
emitida en ese acto administrativo, y que se le han conculcados los derechos a la
estabilidad laboral y a la salud, contenidos en los artículos 83, 87, 89, 91, y 93 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; en razón de lo cual, de
conformidad con lo previsto en el artículo 27 eiusdem solicitó se le restituya en sus
derechos alegados.
-II-
DEL FALLO APELADO

En fecha 28 de abril de 2005, el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso


Administrativo de la Región Capital declaró con lugar la acción de amparo
constitucional interpuesta, con fundamento en lo siguiente:
“…pasa esta Juzgadora a dilucidar la procedencia de la presente acción de amparo
constitucional, para lo cual es menester traer al presente fallo, el criterio expresado
por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo en sentencia de fecha 22 de
agosto de 2002, en la cual se expresó que es posible solicitar y proceder a la
ejecución de un acto administrativo de esta naturaleza siempre que se den las
siguientes circunstancias:
1) Que el acto no se encuentre impugnado en vía administrativa o contenciosa
administrativa ;
2) Que exista una abstención de la Administración en ejecutar su acto y/o
contumacia del patrono en ejecutarlo y;
3) Siempre claro está exista violación a derechos constitucionales del trabajador
beneficiado con el acto.
De igual forma, es menester hacer mención que el criterio ut supra citado de la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo, (Caso: Andrés Salcedo, de fecha 18 días
(Sic) del mes de noviembre de 2.004), bajo la ponencia de la Magistrado Betty
Torres, ratificó una parte de lo transcrito, y aparte de ello, destacó otras
características, las cuales se resumen en:
1) Que no se hayan suspendidos los efectos de la Providencia Administrativa ni
declarado su nulidad.
2) Y si la Providencia Administrativa cuya ejecución se persigue con la acción de
amparo constitucional fue impugnada en vía contencioso administrativo, no conste
en el expediente que se haya declarado la nulidad ni decretado la suspensión de los
efectos de la misma.
…Omissis…
Observa esta Juzgadora que el acto administrativo cuya ejecución se solicita, se
encuentra firme, así como que el órgano administrativo laboral a (Sic) procurado la
ejecución de la Providencia Administrativa dictada en fecha 02 de julio de 2004, por
la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guacaipuro del Estado Miranda, y ya que
no consta en autos, y siendo esto así expresamente afirmado por la representación
judicial del presunto agraviante en la audiencia oral y pública celebrada el 16 de
marzo de 2005, la existencia de un recurso contencioso Administrativo de nulidad
ejercido en contra de la Providencia dictada, y en consecuencia no encontrase
suspendidos los efectos de la Providencia dictada por la Inspectoría del Trabajo del
Municipio Guacaipuro del Estado Miranda, ni se demuestra de los autos prueba de
ello, resulta evidente que la única forma de hacer cesar las violaciones
constitucionales al derecho al trabajo, a la estabilidad laboral y obtener un salario,
expresamente contemplados en los artículos 87, 91 y 93 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, es ordenando un mandamiento de amparo
constitucional, a través del cual se imponga a la Alcaldía del Municipio Los Salias
del Estado Miranda, la ejecución real, efectiva e inmediata de la Providencia
Administrativa dictada por la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guacaipuro del
Estado Miranda, a favor de la ciudadana MARUJA CONCEPCION REYES
MILLAN, visto que hasta la presente fecha no se ha comprobado que se haya
realizado reenganche alguno de la trabajadora.
Aunado a ello, al evidenciarse que el procedimiento establecido en la Ley Orgánica
del Trabajo es insuficiente para el restablecimiento de la situación jurídica infringida,
y no satisface el derecho constitucional invocado, como el derecho al trabajo, y visto
asimismo, que la Inspectoría del Trabajo, ha procurado en reiteradas oportunidades
la ejecución de la Providencia Administrativa N° 247-2.004, de fecha 02 de julio de
2.004, trasladándose por medio de sus funcionarios para verificar in situ el
cumplimiento de lo ordenado en la Providencia en cuestión la disposición
constitucional referida a la protección que el Estado deba dar a este derecho, así
como del resto de las garantías constitucionales vinculadas con ese derecho, debe ser
resuelto acordando un mandamiento de amparo, por cuanto existe contumacia del
patrono en el cumplimiento y los efectos del acto administrativo que se pretende
ejecutar no se le encuentran suspendidos los efectos, y así se decide…”.

-III-
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR

Corresponde a esta Corte, previo al análisis del fondo de la presente causa, emitir
pronunciamiento acerca de su competencia para conocer del recurso de apelación
interpuesto contra la decisión dictada en fecha 28 de abril de 2005, mediante la cual
se declaró con lugar la acción de amparo constitucional interpuesta.
En ese sentido, de conformidad con lo previsto en el artículo 35 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, contra las decisiones
dictadas en primera instancia en materia de amparo se oirá apelación en un solo
efecto, del cual conocerá la Alzada correspondiente.
Las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo resultan ser los
Órganos Jurisdiccionales competentes para conocer en segunda instancia de las
causas decididas en primera instancia por los Juzgados Superiores en lo Contencioso
Administrativo, y según decisión N° 87 dictada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 14 de marzo de 2000, mediante la cual se
ratifica lo establecido en sentencia de fecha 20 de enero de 2000, se dejó establecido
expresamente que corresponde a esta Corte Primera el conocimiento de las
apelaciones interpuestas contra las decisiones proferidas por los mencionados
Juzgados Superiores en materia de amparo.
Asimismo, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante decisión N° 2271, de fecha 24 de noviembre de 2004, se pronunció y dejó
sentado que corresponde a las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso
Administrativo conocer “… de las apelaciones que se interpongan contra las
decisiones dictadas, en primera instancia por los Tribunales Contencioso
Administrativos Regionales…”. En consecuencia, resulta competente esta Corte para
conocer del recurso de apelación interpuesto. Así se decide.
Ahora bien, dado que en fecha 06 de diciembre de 2005, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia dictó decisión mediante la cual establece nuevos
parámetros interpretativos en caso de que se ejerzan acciones de amparo
constitucional para ejecutar providencias administrativas dictadas por las
Inspectorías del Trabajo, en su función de resolución de conflictos en el ámbito
laboral, criterio que ha sido ratificado por esta Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo a través de sentencia N° 2006-247, de fecha 17 de febrero de 2006,
con Ponencia de la Juez Aymara Guillermina Vilchez Sevilla, caso: Rafael Enrique
Bocaney Vidosa Vs. Asociación Civil Mágnum City Club, mediante la cual se
estableció:
‘…Mediante sentencia de fecha 6 de diciembre de 2005, dictada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado Jesús
Eduardo Cabrera Romero, caso: Saudí Rodríguez Pérez, se pronunció en revisión
constitucional de la sentencia definitiva de amparo dictada el 31 de octubre de 2002,
por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, en los siguientes términos:

‘…considera la Sala que es necesario indicar que en las sentencias de esta Sala
Constitucional N° 2122 del 2-11-2001 y 2569 del 11 de diciembre de 2001(caso:
Regalos Coccinelle C.A.), se estableció que el acto administrativo tiene que ser
ejecutado forzosamente por el órgano emisor, esto es, a través de sus funcionarios o
valiéndose de la colaboración de los funcionarios de los cuerpos de seguridad del
Estado, si lo considerara necesario, por tratarse de la ejecución de un acto
administrativo de desalojo, cuya posibilidad de ejecución forzosa por parte de la
Administración es posible, ayudándose de ser necesario, con funcionarios de los
cuerpos de seguridad del Estado.
(iii) Pero el caso sub-examine, la orden contenida en el acto administrativo del
Inspector del Trabajo, es la de proceder al reenganche de los trabajadores antes
mencionados, que según se desprende de autos, están amparados por inamovilidad
laboral. Por tanto la Sala reitera su criterio al considerar que las Providencias
Administrativas deben ser ejecutadas por la autoridad que las dictó, sin intervención
judicial, por lo que el amparo no es la vía idónea para ejecutar el acto que ordenó el
reenganche. En este sentido, la Sala modifica lo señalado en la sentencia del 20 de
noviembre de 2002 (caso: Ricardo Baroni Uzcátegui), respecto a que el amparo sea
una vía idónea para lograr el cumplimiento de las Providencias Administrativas
provenientes de la Inspectoría del Trabajo’. (Negrillas de esta Corte)

De la sentencia parcialmente transcrita, se evidencia con meridiana claridad la


imposibilidad de solicitar mediante acción de amparo constitucional la ejecución de
Providencias Administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo, en virtud de
que los actos administrativos emanados de los Órganos Públicos ostentan
ejecutividad y ejecutoriedad, lo que implica que el órgano emisor del acto
administrativo puede ejecutar el mismo, incluso haciendo uso de la fuerza pública de
ser necesario, teniendo a su vez el particular un título ejecutivo, que no necesita de
ninguna otra autorización u homologación para ser exigida de conformidad con los
artículos 8 y 79 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. (…)

Ahora bien, en cuanto a la aplicación de la referida decisión, considera oportuno esta


Corte citar la sentencia de fecha 14 de diciembre de 2004, con ponencia del
Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz, caso: Seguros Altamira C.A., (…)

‘Del fallo que antecede cuya doctrina aquí se ratifica se deduce que los cambios de
criterios jurisprudenciales se producen cuando el Tribunal altera o modifica explícita
o implícitamente la doctrina que había asentado con anterioridad; sin embargo, es
preciso el señalamiento de que no todo abandono de un criterio anterior supone
indefectiblemente un cambio de criterio jurisprudencial, ya que puede que el mismo
sea aparente, fenómeno éste que “tiene su origen en la inercia de entresacar frases
generales de las sentencias sin preocuparse del caso debatido o de limitarse al fallo
sin conocer las verdaderas circunstancias del caso” o “cuando se invocan sentencias
anteriores como contrarias a la actual y las citas extraídas son obiter o bien la
invocación es errónea porque la sentencia invocada o no tiene que ver con la cuestión
debatida o dice lo mismo que la sentencia actual”. (Cfr. Puig Brutau, J. Cómo ha de
ser invocada la doctrina civil del Tribunal Supremo, Medio Siglo de Estudios
jurídicos, Valencia, España 1997, p. 189)’.

Igualmente, mediante sentencia N° 3517 de fecha 14 de noviembre de 2005, dictada


por el Tribunal Supremo de Justicia en Sala Constitucional con ponencia de la
Magistrado Luisa Estela Morales Lamuño (Caso: Belkis López de Ferrer vs.
Inspectoría del Trabajo del Estado Portuguesa), se dispuso lo siguiente:
‘En tal sentido, es perentorio para esta Sala indicar que en los casos en que las Cortes
de lo Contencioso Administrativo hubieren conocido y decidido alguna demanda de
nulidad contra una providencia administrativa emanada de una Inspectoría del
Trabajo, en ejercicio de la competencia que para el momento había sido otorgada por
la sentencia de esta Sala Constitucional N° 2.862 del 20 de noviembre de 2002, dicha
decisión será legítima, pues cuando se dictó aún no había sido dictado el fallo que
cambió el criterio en materia de competencias para el conocimiento de tales causas -2
de marzo de 2005-; en consecuencia, el Tribunal a quien corresponderá el
conocimiento en segunda instancia de aquella decisión es la alzada natural de dicha
Corte, esto es la Sala Político Administrativa de este Tribunal Supremo de Justicia,
en virtud del principio perpetuatio jurisdictionis, en aras de la seguridad jurídica y
dado que los cambios de criterios jurisprudenciales no pueden aplicarse
retroactivamente’. (Negrillas de la Corte)

Así tenemos, que aplicar retroactivamente un criterio jurisprudencial atenta contra la


seguridad jurídica del justiciable, razón por la cual surtirán sus efectos hacia el futuro
aquellas decisiones judiciales que impliquen un cambio de criterio, a los fines de que
se respeten, las circunstancias fácticas e incluso de derecho, que existan para el
momento en el cual se haya suscitado el hecho que originan la controversia.

Siendo así, la aplicación retroactiva del criterio in comento vulneraría la norma


contenida en el artículo 24 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y causaría un gravamen a la situación del justiciable, quien instauró un
proceso con fundamento en lo establecido por la misma en materia de ejecución de
providencias administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo (ver sentencia
de fecha 20 de noviembre de 2002, dictada por el Tribunal Supremo de Justicia en
Sala Constitucional, caso Ricardo Baroni Uzcátegui), teniendo que volver a sede
administrativa, la cual abandonó con la expectativa legítima de ver satisfecha su
pretensión por la vía del amparo. Más aún ello podría generar en el ánimo del
obligado (patrono) a cumplir con dicha providencia la posibilidad de no dar
cumplimiento al amparo que hubiese sido otorgado en su contra antes de la
modificación de criterio sostenida por la Sala, razones por las cuales resulta
inaplicable al presente caso, así como a todas las acciones de amparo interpuestas
con fundamento en el criterio jurisprudencial vigente desde el 20 de noviembre de
2002 hasta el 6 de diciembre de 2005, la sentencia anteriormente señalada. (Negrillas
de la Corte).

En consecuencia, con fundamento en los criterios jurisprudenciales anteriormente


señalados, resulta contrario a la seguridad jurídica de los justiciables aplicar
retroactivamente el criterio jurisprudencial establecido a través de la señalada
decisión de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, de fecha 06 de
diciembre de 2005.
Siendo así, y tomando en consideración que la presente acción de amparo
constitucional fue interpuesta en fecha 01 de febrero de 2005, es decir, dentro del
periodo comprendido entre el 20 de noviembre de 2002 y 06 de diciembre de 2005,
esta Corte pasa a conocer el presente recurso de apelación interpuesto por la
representación judicial del Municipio Los Salias del estado Miranda, contra la
decisión dictada por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso
Administrativo de la Región Capital, en fecha 28 de abril de 2005, mediante la cual
declaró con lugar la acción incoada.
En el presente caso se pretende la ejecución de un acto administrativo dictado por un
órgano administrativo como lo es la Inspectoría del Trabajo del Municipio
Guacaipuro, estado Miranda, donde se denuncian como violados derechos
consagrados en los artículos 83, 87, 89, 91 y 93 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, por parte de la Alcaldía del Municipio Los Salias de esa
misma entidad estadal, al negarse a darle cumplimiento al mismo.
Ahora bien, resulta oportuno destacar que ha sido criterio reiterado de esta Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo, que a los fines de acordar un amparo
constitucional para ordenar el cumplimiento de las Providencias Administrativas
dictadas por las Inspectorías del Trabajo, es necesario el cumplimiento de los
requisitos siguientes: a) Que exista una Providencia Administrativa emanada de la
Inspectoría del Trabajo relativa a procedimientos administrativos de reenganche y
pago de los salarios caídos; b) Que exista una contumacia por parte del patrono en
ejecutar el acto administrativo que le ha sido notificado, a los fines de su
cumplimiento e impugnación, y c) Que no hayan sido suspendidos sus efectos.
Del análisis del expediente se advierte, que el Tribunal que conoció en primera
instancia declaró con lugar la acción de amparo constitucional incoada por
considerar, fundamentalmente, que existía una contumacia por parte del patrono
(Alcaldía del Municipio Los Salias del estado Miranda), en ejecutar la Providencia
Administrativa dictada por la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guacaipuro del
estado Miranda, objeto de la acción de amparo constitucional; que no constaba en el
expediente prueba alguna de la suspensión de sus efectos, y que resultaban
menoscabados los derechos consagrados los artículos 87, 91 y 93 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela.
En ese sentido, observa esta Corte que del estudio de las actas del expediente se
evidencia que en fecha 02 de junio de 2004, la Inspectoría del Trabajo del Municipio
Guacaipuro dictó Providencia Administrativa N° 247-2004, en el expediente signado
con el N° 039040100159, según copia certificada que riela a los folios 06 al 16,
mediante la cual ordenó al representante legal del Ambulatorio La Rosaleda Sur,
adscrito a la Dirección de Salud del Municipio Los Salias, el reenganche de la hoy
accionante a su puesto de trabajo, en las mismas condiciones existentes para el
momento del despido, así como el pago de los salarios dejados de percibir.
Igualmente, cursa al folio 19 del expediente, en copia certificada, boleta de
notificación de fecha 02 de junio de 2004, mediante la cual el Órgano Administrativo
procede en fecha 15 de junio de 2004, según rúbrica estampada al pie de la misma, a
la notificación de la Alcaldía del Municipio Los Salias, del acto cuya ejecución se
solicita, y de la fijación de una oportunidad para que compareciera a su sede, a los
fines de dar cumplimiento en cuanto al pago, e indicar la oportunidad del reenganche
ordenado.
En ese sentido, en fecha 14 de julio de 2004 (folio 17 del expediente) la Inspectoría
del Trabajo referida dejó constancia, mediante Acta de esa misma fecha, de la
inasistencia de la parte accionada al acto previamente fijado.
Asimismo, tal como se desprende del folio 18 del expediente, en fecha 10 de agosto
de 2004, la ciudadana Teresa Rosales, en su condición de funcionaria designada a los
fines de constatar el acatamiento de la orden emitida a través del acto administrativo
que nos ocupa, levantó “Informe” mediante el cual dejó constancia que en esa misma
fecha se trasladó a la Alcaldía del Municipio Los Salias, a los fines de verificar el
reenganche de la ciudadana Maruja Concepción Reyes, y que fue atendida por la
ciudadana María Omaira De Abreu, Abogada Jefe, quien le indicó que habían
solicitado la nulidad de dicho acto.
De lo anterior se deduce que efectivamente, en el presente caso, resulta satisfecho el
extremo de la contumacia del patrono (Alcaldía del Municipio Los Salias del estado
Miranda) en acatar la orden de reenganche y pago de los salarios caídos a favor de la
accionante, emitida por la Inspectoría del Trabajo del Municipio Guacaipuro del
estado Miranda, en uso de potestades de resolución de conflictos de naturaleza
laboral.
Siendo así, y por cuanto de la revisión del expediente no se desprende elemento
alguno que permita verificar que los efectos del acto, objeto de la presente acción,
hayan sido suspendidos, y por cuanto su ejecución no vulnera derechos
constitucionales, considera este Órgano Jurisdiccional que la acción de amparo
constitucional resulta procedente, tal como lo sostuvo el a quo. Así se decide.
-IV-
DECISIÓN

Por las razones anteriormente expuestas esta Corte Primera de lo Contencioso


Administrativo, administrando Justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley, declara:
1. SIN LUGAR el recurso de apelación interpuesto por el Abogado Ricardo Baroni
Uzcátegui, antes identificado, en su condición de apoderado judicial del Municipio
Los Salias del estado Miranda y del Alcalde de ese Municipio, contra la decisión
dictada por el Juzgado Superior Tercero en lo Civil y Contencioso Administrativo de
la Región Capital, en fecha 28 de abril de 2005, mediante la cual declaró con lugar la
acción de amparo constitucional interpuesta por la ciudadana MARUJA
CONCEPCIÓN REYES MILLÁN, antes identificada y asistida de Abogado, contra
la ALCALDÍA DEL MUNICIPIO LOS SALIAS DEL ESTADO MIRANDA.
2. FIRME la decisión apelada.
Publíquese, regístrese y notifíquese. Remítase el expediente al Tribunal de origen y
déjese copia de la presente decisión.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Sesiones de la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo, en Caracas, a los veinticinco (25) días del mes de Abril de dos mil
seis (2006). Años 196° de la Independencia y 147° de la Federación.
El Juez Presidente,

JAVIER TOMÁS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ


Ponente
La Juez Vice-Presidente,
AYMARA GUILLERMINA VILCHEZ SEVILLA,
La Juez,

NEGUYEN TORRES LÓPEZ


La Secretaria Accidental,

MARIANA GAVIDIA JUÁREZ

Exp. N° AP42-O-2005-000683
JTSR/

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