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Integrantes:
El amparo es una acción o recurso que tutela los derechos constitucionales de los
ciudadanos, es decir, se encarga de proteger de modo originario iniciando el proceso todos los
derechos diferentes de la libertad física o ambulatoria; el amparo tiende a garantizar cualquiera de
los demás derechos fundamentales.
La acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser interpuesta por cualquier persona, y
el detenido o detenida será puesto o puesta bajo la custodia del tribunal de manera inmediata, sin
dilación de manera alguna.
El ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno por la declaración del
estado de excepción o de la restricción de garantías constitucionales”.
Los mismos, sirvieron de guía a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en su
sentencia del 1 de Febrero de 2000, para replantear y modificar el procedimiento de amparo
constitucional, ejercido en forma autónoma.
Existen una serie de principios que se acogen a la Ley Orgánica de Amparo que integran al
procedimiento del mismo. Tales principios son:
Hay que indicar también, que para proteger la celeridad del proceso, la Ley Orgánica
de Amparo advierte que el incumplimiento por los jueces de los lapsos procesales será
registrado como falta grave por el Consejo de la Judicatura.
B. Principio de bilateralidad del proceso de amparo.
Es la garantía del derecho a la defensa exige que le permita a la parte contra la que
se intenta una determinada pretensión oír sus consideraciones, pues por mas urgente que
sea el proceso, este no será legitimo si no se le da oportunidad al presunto agraviante para
que alegue todas las defensas que considere pertinente.
Este carácter de orden publico del procedimiento de amparo puede llegar, incluso, a
que el juez constitucional admita una acción de amparo constitucional, a pesar de que la
lesión constitucional ha sido consentida por el agraviante, bien sea expresamente por haber
dejado transcurrir más de 6 meses desde el momento que surgió esta lesión. Ello conforme
a lo dispuesto en el numeral 4° del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo. De igual forma,
otra muestra de este principio, lo constituye el hecho de que el juez constitucional pueda
ordenar la continuidad de una acción de amparo, a pesar de que el actor haya desistido de
esta, siempre y cuando considere que la violación constitucional es de tal magnitud que
requiere un pronunciamiento judicial. Igualmente, el artículo 17 de la Ley Orgánica de
Amparo dispone que el juez constitucional pueda ordenar, siempre que no signifique un
perjuicio irreparable para el actor, la evacuación de las pruebas que juzguen necesarias para
el esclarecimiento de los hechos.
Otras de las consecuencias de la extrema vigilancia del Estado por la inviolabilidad
de los derechos y garantías constitucionales es el carácter de gratuito del proceso, principio
que tiene como finalidad permitir el libre acceso a los tribunales para lograr restablecer
cualquier situación jurídica infringida de carácter constitucional. La Ley Orgánica de Amparo
establece en su artículo 16 “la acción de amparo es gratuita por excelencia. Para su
tramitación no se empleara papel sellado ni estampillas…”. De esta forma, se libra al
ciudadano carente de los medios económicos suficientes para atender una contienda
judicial, de acudir al no poco complicado beneficio de la justicia gratuita, consagrado en el
Código de Procedimiento Civil.
Así mismo, hay que señalar, que existe una segunda excepción al principio de la
doble instancia. Nos referimos a la competencia extraordinaria que tiene la Sala
Constitucional, mediante la cual es posible que esta sala asuma el conocimiento de una
sentencia definitiva de amparo, esto es en la cual se hayan ya agotados las dos instancias,
para realizar la llamada revisión extraordinaria, con el objeto de garantizar la uniformidad en
la interpretación de las normas y principios constitucionales, la eficacia del texto fundamental
y la seguridad jurídica.
Para dar aun más celeridad al proceso y para buscar mayor inmediación entre los
hechos presuntamente determinantes de una vulneración constitucional y el juez
competente, la Ley Orgánica de Amparo ensayo una mezcla del sistema escrito con el oral,
pues si bien la solicitud por regla general, los informes y las conclusiones debían ser
presentadas por escrito, es el caso que se consagró una audiencia oral y pública donde se
concentran argumentos y pruebas que se debaten en el proceso.
Sin duda este ensayo del legislador ha sido positivo, precisamente porque disminuye
el carácter excesivamente formal del proceso judicial en Venezuela, permitiéndole al juez
adquirir un mejor conocimiento y acercamiento con la controversia.
CONCLUSIÓN.
Por último, cabe destacar que los principios fueron cumplidos a cabalidad en este proceso;
se respetaron los lapsos y tiempos hábiles establecidos por la ley; se evitó a través de la justicia
gratuita y el libre acceso a los tribunales, la violación a los derechos y garantías fundamentales que
se exigen en este caso contra la parte a quien se intenta la pretensión, de manera que pudo ejercer
el derecho a la defensa manifestando sus consideraciones, y así se establece de igual forma el
principio de igualdad, ya que las partes involucradas en el proceso de amparo tuvieron las mismas
posibilidades de presentar oportunamente sus alegatos y probarlos.
BIBLIOGRAFÍA.
Juez Ponente: JAVIER TOMÁS SÁNCHEZ RODRÍGUEZ
Expediente N°: AP42-O-2005-000683
-III-
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
Corresponde a esta Corte, previo al análisis del fondo de la presente causa, emitir
pronunciamiento acerca de su competencia para conocer del recurso de apelación
interpuesto contra la decisión dictada en fecha 28 de abril de 2005, mediante la cual
se declaró con lugar la acción de amparo constitucional interpuesta.
En ese sentido, de conformidad con lo previsto en el artículo 35 de la Ley Orgánica
de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales, contra las decisiones
dictadas en primera instancia en materia de amparo se oirá apelación en un solo
efecto, del cual conocerá la Alzada correspondiente.
Las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso Administrativo resultan ser los
Órganos Jurisdiccionales competentes para conocer en segunda instancia de las
causas decididas en primera instancia por los Juzgados Superiores en lo Contencioso
Administrativo, y según decisión N° 87 dictada por la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 14 de marzo de 2000, mediante la cual se
ratifica lo establecido en sentencia de fecha 20 de enero de 2000, se dejó establecido
expresamente que corresponde a esta Corte Primera el conocimiento de las
apelaciones interpuestas contra las decisiones proferidas por los mencionados
Juzgados Superiores en materia de amparo.
Asimismo, la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia,
mediante decisión N° 2271, de fecha 24 de noviembre de 2004, se pronunció y dejó
sentado que corresponde a las Cortes Primera y Segunda de lo Contencioso
Administrativo conocer “… de las apelaciones que se interpongan contra las
decisiones dictadas, en primera instancia por los Tribunales Contencioso
Administrativos Regionales…”. En consecuencia, resulta competente esta Corte para
conocer del recurso de apelación interpuesto. Así se decide.
Ahora bien, dado que en fecha 06 de diciembre de 2005, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia dictó decisión mediante la cual establece nuevos
parámetros interpretativos en caso de que se ejerzan acciones de amparo
constitucional para ejecutar providencias administrativas dictadas por las
Inspectorías del Trabajo, en su función de resolución de conflictos en el ámbito
laboral, criterio que ha sido ratificado por esta Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo a través de sentencia N° 2006-247, de fecha 17 de febrero de 2006,
con Ponencia de la Juez Aymara Guillermina Vilchez Sevilla, caso: Rafael Enrique
Bocaney Vidosa Vs. Asociación Civil Mágnum City Club, mediante la cual se
estableció:
‘…Mediante sentencia de fecha 6 de diciembre de 2005, dictada por la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, con ponencia del Magistrado Jesús
Eduardo Cabrera Romero, caso: Saudí Rodríguez Pérez, se pronunció en revisión
constitucional de la sentencia definitiva de amparo dictada el 31 de octubre de 2002,
por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, en los siguientes términos:
‘…considera la Sala que es necesario indicar que en las sentencias de esta Sala
Constitucional N° 2122 del 2-11-2001 y 2569 del 11 de diciembre de 2001(caso:
Regalos Coccinelle C.A.), se estableció que el acto administrativo tiene que ser
ejecutado forzosamente por el órgano emisor, esto es, a través de sus funcionarios o
valiéndose de la colaboración de los funcionarios de los cuerpos de seguridad del
Estado, si lo considerara necesario, por tratarse de la ejecución de un acto
administrativo de desalojo, cuya posibilidad de ejecución forzosa por parte de la
Administración es posible, ayudándose de ser necesario, con funcionarios de los
cuerpos de seguridad del Estado.
(iii) Pero el caso sub-examine, la orden contenida en el acto administrativo del
Inspector del Trabajo, es la de proceder al reenganche de los trabajadores antes
mencionados, que según se desprende de autos, están amparados por inamovilidad
laboral. Por tanto la Sala reitera su criterio al considerar que las Providencias
Administrativas deben ser ejecutadas por la autoridad que las dictó, sin intervención
judicial, por lo que el amparo no es la vía idónea para ejecutar el acto que ordenó el
reenganche. En este sentido, la Sala modifica lo señalado en la sentencia del 20 de
noviembre de 2002 (caso: Ricardo Baroni Uzcátegui), respecto a que el amparo sea
una vía idónea para lograr el cumplimiento de las Providencias Administrativas
provenientes de la Inspectoría del Trabajo’. (Negrillas de esta Corte)
‘Del fallo que antecede cuya doctrina aquí se ratifica se deduce que los cambios de
criterios jurisprudenciales se producen cuando el Tribunal altera o modifica explícita
o implícitamente la doctrina que había asentado con anterioridad; sin embargo, es
preciso el señalamiento de que no todo abandono de un criterio anterior supone
indefectiblemente un cambio de criterio jurisprudencial, ya que puede que el mismo
sea aparente, fenómeno éste que “tiene su origen en la inercia de entresacar frases
generales de las sentencias sin preocuparse del caso debatido o de limitarse al fallo
sin conocer las verdaderas circunstancias del caso” o “cuando se invocan sentencias
anteriores como contrarias a la actual y las citas extraídas son obiter o bien la
invocación es errónea porque la sentencia invocada o no tiene que ver con la cuestión
debatida o dice lo mismo que la sentencia actual”. (Cfr. Puig Brutau, J. Cómo ha de
ser invocada la doctrina civil del Tribunal Supremo, Medio Siglo de Estudios
jurídicos, Valencia, España 1997, p. 189)’.
Exp. N° AP42-O-2005-000683
JTSR/