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CAPÍTULO JI

LOS NATURAUSTAS O FILÓSOFOS DE LA "PHYSIS.-

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1. Los PRJMEROS JÓNICOS y EL PROBLEMA DEL PRJN CTPIO D E TODA S LAS f'OSAS

1.1. Tales de Mileto

El pensador que según la tradición da comienzo a la filosofía griega t:s

Tales, que vivió en Mileto de Jonia, probablemente durante las últimas
décadas del siglo vn y la primera mitad del VI a.C. Además de filósofo fue
científico y prudente político. No se sabe que haya escrito ningún libro.
Conocemos su pensamiento únicamente a través de la tradición oral

lit!
indirecta.
Tales fue el iniciador de la filosofía de la physis, al afirmar por vez
primera que existe un único principio originario, causa de todas las cosas
que son, y sostuvo que dicho principio es el agua. Tal proposición es
.://~:P;~~~~¡-. importantísima, como veremos de inmediato, y con todo derecho podría
calificarse como «la primera proposición filosófica de la que acostumbra a
.-'-.:~: } / ·· llamarse civilización occidental» (A. Maddalena). La exacta comprensión

º-: ;,~il ': -: de esta proposición permit irá entender la gran revolución efectuada por
Tales, que llevó a la creación de la filosofía.
{<Principio» (arkhe) no es un término utilizado por Tales (quizás lo
introdujo su discípulo Anaximandro, pero algunos piensan que tiene su
origen aún más tardío) , si bien es el que sin duda expresa mejor que
ningún otro el concepto de aquel quid del cual proceden todas las cosas .
.·,·:t};)i\·~ '-\~'.·-\,_- El principio, indica Aristóteles en su exposición acerca del pcnsamien10
de Tales y de los primeros físicos, es (<aquello de lo cual proceden origina-
Hm l<l presumible de Pi1á~oras. (!>l:g11nda mitad del s. v1 y comic:nzos del s. v a .C.}. Fundó la
rn.:r n:mjrrc;, g.rir:gc, y fu i: d crc-:iJvr Je la ,·ida con1cmpl;11i va. que debido a él se denominó riamente y en to cual acaban por resolverse todos los seres», es «u_na
u111l>i.' n ~, ida pi1.:1¿:óric:1~ realidad que permanece idéntica durante la transmutación de sus afccc10-
nes», es decir una realidad «que continúa existiendo inmutada, a través
del proceso generador de todas las cosas». .
Por lanlo el principio es: a) la fuente y el origen de todas las cosas, b)
la desembocadura o el término último de todas las cosas y e) el respaldo
LOREHA 8RIOSSO. permanente que rige todas las cosas (la substancia , diremos más ad~la~t~.
¡.- , ,,f. FJk,soffl, PedatOIII apelando a una denominación posterior). En pocas palabras el prmcipm
YPslcOio,fa puede definirse como aquello de lo cual provienen, aquello en lo <¡uc
acaban y aquello por lo cual son y subsisten todas las cosas.

1 t 111, p1 1m r·1 ,,, 1,1-1,,,¡ ,, , 1
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• tn _c•on~t"'cuc-~u:1 s1\ l_o 1•s po~1hlc comp re nder el horizonte mental
~l" e tos pmnr ,~ s ffü,~('fos s, 1cro~rnmos 111 acepción arca ica del término
y Con Tales el lagos humano se introduce c•m ,egurídad e n 1:i 1>c11da d...:
1 l.lpfnrrw !- :t<k--.'lu1d:1111
n11c b pccu.liaritlaJ que la disringue de la acepción
m ( 1cl(-, n;i
l l,1y que ad oia r a ho ra el sent ido de la icknlificaei ón del principio con
rl agun y sus ('Oo~iguic11res im pl icucione s.
L, l~<li(:ión indi rcc ra afirma que Tales dedujo tal con\'Ícción «de la
t'Onstat~l'J ~ de que el sus t("nto de tod11s las cosas es húmedo ... las simien-
tes y los germe ncs de todas las cosas "'poseen una naturaleza húmeda» }'
por consiguien re la desecación rotal provoca la muerte . Puesto que la vida
está lig;,da a la humedad y la humedad presupone el agua, ésta scr:i el
manantial último úc fo vida y de todas las cosas . Todo prm·iene del agua,
rodo sustenta la propi;1 vida mediar.te el agua y lodo finaliza_ a su vez. en
d atua.
Ya en la antigüedad bupo quienes rrataron de reducir c1 alcance de
c-stas afim1aciones de Tales. consideran do como antecedent es suyos las
afirmacione s de quienes -por ejemplo Homero y otros- consideraro n al
Océano y a Tetis como padre y madre respectivam ente de las cosas. Asi-
mismo algunos recordaron la creencia segiín la cual los dioses juraban
sobre la Estigia (laguna de los infiernos y, por Jo tanto, agua), señalando
q ue aquello sobre lo cual se jura constituye precisamen te l.o primero y lo
supre mo (el principio). Sin embargo es muy clara la diíeP.,:ncia entre la
P<:stura_de Tales y estas otras qu~ acabamos de mencionarL,_Tales basa sus
afJCmac,on cs en el puro razonamien to, e i llogos, y los otros en cambio
se basaban en la imaginación y en el mito. quél presenta una forma de
cooocimien lo que procede de argumenta ones racionales. mientras que
falos sólo aducen cree11cias fantástico-poéticas. Por lo demás. el nivel de
racionalida d al que ya se había elevado Tale~, tanto en general como en
particular, lo demuestra el hecho de haba investigado 1.o s fenómenos
celestes hasta el punlo de predecir (ante el estupor de sus conciudada nos)
un edipse, quizás el del 585 a.C. También se halla ligado con su nombre
un teorema célebre de la geometría.
No se debe creer, empero, que el agua de Tales consiste en el elemen-
to físico-quím ico que bebemos. El agua de Tales hay que considerar la de
una manera 101:Jliz;mrc. corno aquella physis líquida originaría. de la que
lodo se deriva y de la que el agua que bebemos no es más que una de sus
múltipics manifestac iones. Tales es un naturalista en el sentido antiguo del
término y no un materialist a en el sentido moderno y contempor áneo. En
la práctica su agu:i tlcg:1b;1 a coinc.:idir con lo divino. «Dios». dc!cía, ,<es la
cosél más ,rnligu.a, porque no es generado,,, es decir, porque es principio .
Se introduce así una nueva concepción de Dios: se trata de una conccp-
óúu en la que prcdomín.1 la r:míu y que se halla destinada como tal a
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1• l111111! RI n111y JJ1 <1C il•1 l r, dq ~ lo~ tl« J\r 1 ,kl p,,t 1t.,h 111r1 (~11 \;ht\u) \H )•!\1~u ti,:
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Y <: unri: fo Tole~ 11 111 m ~ha :at.li:m:h (¡v•· .,!<1do •i~1;1 llc nq ilc diost ~•' ,
qu e ria rlecir .<-1!"! to:J~ e,¡!ft pc ne1r<1do p(H el µrin L11)it1 1Jr1ginarío . \-'u r.:-s11.1
que e l yrl!1c1p10 ong11!11r10 es vi tl ;i , totl<> ,; !>l á vivo y todo tí" ni: un 11\ma
(pa nps1t1lt1!.mo) . Adu10 el ejcmr>lo del ím ~11 que atrne el hierro comn
~» 11q11 c ll os fi!IJ ~o-
pru eba de la univ e , s a l anírn;1 t ifm d e J;, c; to<,as fl;¡ fuc u .1 úcl im:in ~s \1 11 ;,
111anife ~tació11 ele su alma . d,; -111 vida)
la conquista de fa realidad en s u inte11,ríd ad {el prnblerti:1 del principi11
<le todas las cosas) y en algunas de su'.r. partes (aquellas t¡u e co nstituyc 11 el
objero de lac; ciencias particulares . que es la dc nomin.ación que hoy I•:~
<lanws).
l .2. A11aximanclro de Mileto
Anaximand ro, nacido hacia el final del siglo vn a .c . y muerto a prím:í-
pios de la segunda mitad del siglo v1 , fue pro\Jablcme n\c discípulo de
Tales . Compuso un tratado Sobre la mwiraleza. del cual nos ha \legal.lo un
frngménto. Constituye el primer tratado filosófico de Occid~nte y el -p1i-
mer escrito en prosa de \os griegos. Se había vue\to nccesana una nueva
fonna de composició n literaria ya que el logos debía quedar libre de \::is
cadenas de la métrica y del verso. para respondet con plenitud a sus
propias exigencias. Anaximand ro intervino más activamcn_ll: aún C\l'.CTa-
les en la vida política. Se nos narra, además, que «comando la colonia que
emigró desde Mileto a Apolonia». . . . .
Con Anaximand ro se profundiz.a en la problemátic a_ d~l _?rtnc1,,10.
Considera que el agua ya es algo derivado y que el pnnct\llO (a,klr~)
consiste en cambio en lo infinito, es decir en una naturaleza (pl,ys,s)
in-finita e in-definida , de la cual provienen absolutame nte \odas las cosas
que son. t . . .•
El término utilizado por Anaximand roies a-perron, qu~ s,gmhca aque-
llo que carece de limites tanto externos (fo que es espacialme nte. Y, por
tanto, cuantitativ amente inrinito) como inter:1os {lo_ q~e es cuah~att~a-
mente indetennin ado). Precisamen te porque no está \Imitado cuanlllatw a
y cualitativa mente, el principio-apeirorz puede dar origen a toll_as las cosas.
de-limitánd ose en diversas formas. Este principio a\:mlZa Y circun~"· ~?1·
bierna y rige todo, porque en tanlo que dc:limitnc1ón y d:•lcrnunac 1on •
suya, todas las cosas se generan de él. con-s1sten y s_on en el. .
Esto infinito «aparece como lo divino. porque ~n~ortal e rndcs\~uc- ;S
tible» . Anaximan dro no sólo atribuye aquí a sn pn~c1p10 las prcrro~altva5
que Homero y \a tradición anligua atribuían a los <.l10~es, c~10 cs. \;~ 1_11mor ·
talidad y el regir y gobernarlo todo, sino q\lc ,·a mas a\la: cs1)cc~ftc:,ml\)
<.\UC la inmortalid ad del principio debe ser tal que"? admito un h!'· pc:~ 1
>
lamp?co u~ ~nicio . Las ~ntiguas <.l<!idadcs n~ ":onan, p~ro ~._1C1an: -~'~
cambio lo d1vmo r.lc Anax.1mandm no n:,ce. al 1gu,1I qlle-no mucre. De e, h:
modo como se ha señalado el propó!'.ito uc Tnks. l¡uell.t S~)c.1va1fa la _h.r,,:
en qu~ se apoyaban las teo-goní,Lc;, es decir .. l~s gcnc,!logia:; de \{JS. d 10 -l·'-
cn el sentido uLiliz.a<lo por la mitología trmhcional g.ncg.a.
 .-\si se .::i_--, mprl.' nJe ;ni n m<' Í<'r I<> qu e anlü hcn11J~ afi1mauo . E~tos pri -
m.._•n.1s filósofos pre~ocr:i!ic(>S son n:uurat1 st::is en el l>e 111ido de 4ue no
comcmplan to di, rno (d principio) como algo Jis1in10 del mundo. sino
como la ese ncia del mundo. Sin ~-mbargo no lié:n cn nin gun a relación cor.
concepciones de ti po ma1erialis13 ate,). . fuego-calor que fonnaba \a esfera circundante. La esfera del fuego se
En AnaximanJro . pues , D,os se convierte en el principio , mientras
q ue los dic,scs 5;: c-,m\'ierten en los munJos, lo, uni\,crsos que --como
\'c:remcs- s,1n mu_v ntnner,~S{' S: esws, en cambio, nace n y perecen dé:
forma cidira.
~Ta!c:s no S<'. hatiia planteado la pregunta acerca de cdmo y por qué
todas las cosas proceden del principio . Anaximandro sí se la plantea y ei
fr.igmento de su tratado que ha llegado hasta nosotros contiene la respues-
t~ a este problema: «Allí donde las cosas encuentran su nacimiento, tam -
b ién se lleva a cabo su disolución. de acuerdo con la necesidad ; recíproca-
".1en k se sufre l:J pena y se paga la culpa de la in justicia, según el orden del
IICffiJJ'-'1. "
Anaximandro probablememe pensaba que el mundo escá constituido
por una serie de contrarios, y que éstos tienden a atropellarse ei uno al
0 1ro (calor y fño, sequedad y humedad , etc_). La injusticia consis1iría
prcc~samente en este atrope llo. El tiempo es visto como un juez, en cuan-
t~ asigna un límí!e a cada uno de los contrarios , acabando con el predomi-
nio de uno sobre otro, y \'Ícccers,L Como es obvio, no sólo es injusticia la
alternancia de los contrarios, sino también el ejercicio mismo de los con-
trarios, puesto que pa.ra cada uno de ellos nacer implica de inmediato
contraponerse al airo contrario_ Y dado que el mundo nace de la escisión
de l~s contrarios, en esto reside la primera injusticia. que habrá que expiar
mediante la muerte (el fin) del mundo mismo, que más tarde volverá a
nacer de acuerdo con determinados ciclos temporales, indefinidamente.
_, Existe por 1~ l~nt~, _tal como al!fún_especialista ha señalado con preci-
S(~º• una doble m1usl1cia y porcons1gmente una doble necesidad de expia-
c,on: o) por una parte, que el mundo haya nacido a través de la escisión en
op~cstos de la unidad del principio. y b) «por otra, el intento -que des-
pues de la ~scisi~n lleva a cabo cada uno de los opuestos- de usurpar,
lleno de od,? hacia_ el ot~o, la condición de único superviviente y domina-
dor, qu_e _s ena_al mismo tiempo una usurpación del lugar, y de los derechos
de lo d1vmo, mmor~~I e indestructible» (R. Mondolfof Parece innegable
que en _i:sta con~epc1on ( como han señalado muchos autores) se han filtra-
do nociones rehg,osas de_talante órfico. Ya hemos indicado que para el
<:rfismo resulta central la idea de una culpa originaria }' de la expiación de
e~ra }', por lo tanto, el concepto de una jus1icia cquilibradora. Con rela-
ción a e st e pu~to el log~s de A ~~ximandro IOma en prés1amo su idea
i~nlral de (as rcprc_senlac1ones rehgtosas. Su discípulo Anaximenes. como
eremos. ml c nlara ofrecer una rcspues1a puramente racional
problema. 1 a es e
Al igual que e! principio es infiniro. también son infinitos los mund
como ya se ha scnalado. en el sentido de que eslc mundo os,
m~s en l;i
• sene e¡e mun d os que lo han precedido
· · nues Iro es uno
v q. ue lo s · ,
q ue t·Jcl
, ,•1 mun d n nace. ,·1vc
· ,. mucre) ,_. en el S'
, 1·d d Cl'!Utrnn (dado
d · · · · • J c.:n t o e ~que nues1
mun o coexrs!C ,ti mismo ricmpo con una serie infinita de oc r~
lodos ellos oaú:n y mueren dl• forma an,ík•gil). ros mundos (y
.1()
---------------~---~~~~ , • • 1t 1';{. _ ... ; n
A con tinuadón expondre mos cómo explica Anaximandm la génesis
.. d\! , 1l,.
del cosmos. Los dos primeros. contrarios fondamcntalcs --el c.al? r Y el
írío-- se l!Cocraron mediante un movímien10, que es eterno. El_{no, ele-
mento de~o rigcn líquido, habría sido en parte t.ransformado en aire, por e\
habría dividido en tres partes , dando origen a la esfera de\ sol, \a de \a
luna y la de los astros. El e~emcnto líquido se habría congreg.3do en \ as
cavidades de la tierra, coosmuyendo los man:~. _ _ _
La tierra, a la que se atribuye una forma ':'hndnca ... permane_c e s_us-
pendida sin que nada la sostenga, pero se ma~ucne en su \ug,a.r_ debido :i_1~
iaual distancia entre todas sus partes·», es decir, po_r una espec1e d_e equ1h·
brio de fuerzas _ Del elemento líquido. y por \a acción del so\ , nacieron los
primeros animales de estructura dementa~. de \os que fueron poco a poco
desarrollándose los animales más comple)o_s. . .
El lector superficial se equivocaría s1 1uz.gase ~stas opiniones como
alg_o excesivamente pueril, ya que --como hace tiempo han p~esto en
c1iro los expertos- se trata de una ,:isión notablem~nte ª:'t1c1pad~na.
Piénsese, por ejemplo, en la osadí~ de representar la ~1cna sm necesidad
de un sostén material (en Tales la herra flotaba, es decu, -se apoyaba sob_re
el agua) y regida por un equilibrio d~ fuerzas _Tén_g~se en cue~ta, ade1:I'ª~•
la modernidad de la idea de que la vida se haya ongmado mediante amm,~-
les acuáticos y el consiguiente traslucirse (aunque d_e _forma extremo pr~-
mitiva) de la noción de evolución de las especles vivientes. Es~o es suh-
ciente para dar a entender cuánto babia avanzado e\ logos, mas a\\á de\
milo.
1.3. Anaxímenes de Mileto
También en Milcto vivió Ana.ximcnes, disdpu\o de Anaximandro, en
el siglo VI a.C., de cuvo escrito Sobr~ la naturaleza --en sobria prosa
jónica- nos han llcga"do tres fragmentos, además de testimonios. indi-
rectos.
Ana"<ímenes piensa que, en efecto, el principio debe ser infinito, pero
que hay que pensarlo como aire infinito, substancia aérea ilimitada. Escti-
bc: «Al igual que nuestra alma (es decir, e\ prindpio que da \a vida). que
es aire, nos sostiene y nos gobierna, así el soplo y e\ aire abra1.an todo el
cosmos.• Más aún: «El aire está cerca de lo incorpóreo (en el sentido de
que no tiene forma '!iJímitcs como \os cuerpos y _e~ i~:"!~ble), y puesto que
nosotros nacemos gracias a su flujo. es prcc.iso que sea infinito y rko, pma
que jamas desaparezca.» El motivo por el cual Anax\menes concebía e\
aire como lo divino es algo evidente, basándonos en lo que hemos dicho
antes a propósito de los dos milesios anteriores.
En camhio queda por aclarar la razón por la que Anaxímenes eligió
como principio el aire.. Obviamente experimentaba \a necesidad de intro-
ducir una pliysis que permitiese deducir de ella todas \as cosas de un modo
más lógico y mas racional que el empicado por AnaximnndTo. En cfc<.10,
por su naturakza extremadamente m..9.Yil. el a,re se presta muy bien (bas-
ta~le más que lo infinito de Anaximandro) a ser concebido como en mo.,,i-
m1cn10 rx:rcnnc . Adem:\s el nirc se presta mejor que cualquie r otro ch.••
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~'h'ni ,, ;\ \;1~ \ ~1t1r1 , h 1th\ \ , . LI\< 11>111<!\ll 111,1, 1, 1j\1•, 11 1_', 1'"11 h1, j!d l 1111,11 n ti&Jt 11 ,,
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·""' \l\, '(' rS:\'- ,,, ~,:\ , , Al w ~,, ,·,, O in 1 ,,, t ' '" ' ¡,,¡ i" t' l1 11)!\1,1 \ ii1r~11
\' O. ' "'I\(\ , ) .1l l,'1il\1 1\.:\I\,', \I' ,.,1h1·111 ,1 \' \I' i 11'1\ Íl' II <' " •' (\l ,!,! •1 l ·1! l!' r!I II
'uilt\\t" ,k , \\111,,11,,, <\111\J\lll.' !\\'\ 1\'l;ll~ .. ,\ 11" ,11 111· 0, '·• 1lh ,, 1ptt' t i !I ¡..... ~ I¡¡
\\~~h~11:\ ~,11' ':--<' '"'n11~f y , t ,'\ 1111k,rn11 m\1'111111;; •t\tr' t' I ,•11t(11 r. 11 Ir\ 11 1111r r11,
'"'"'~\t,, k11111t,·~,l,\ qw,,, " ~1111,'1\I <' ,' ,ll\ t• ~ 1,, <' \¡l li-'11\\¡¡ cp1 í· \J tll l, a). 1'01
~~,, "''' '-\1\ 1;I !"\\ , v tl\11 .\ n:, ,11111·m·, , ,_, tl11\' 1¡1H· d hn 111h1 r. d<' Jll ~nllr
,k ~\\ t-.. ,..1 c- , ,-~h•i , t'I l\h•· 1., n", p u .1~ 11\ 11 ,e t• nl tl,1 ,i los h1bin~ n¡11,•111dm
•-" f,•1r1.rn11w 11, pr 1,1 ~,1 r.1tnt,,1., ~¡ :u lc ch• In \i,1c¡1 uhk1 !ft se rnlient a pnr la
,••l-il ,t~:t1..\\\ "
r,•1 ,,'l\..~~ui~·ntf' h1 , .,111,11.' 11'n c 11:rnlil a tt \' ;1 ~k tcnsi6n de la realid ad
\'Hpo-tn .t da 01 i!;C'H ,, 1oth1s las rosas En ck rlo S.! ntiLlo Anaxin1encs re-
pes.~tlt<t la mtu1ites!ari(u1 nuis rigurosa y m:h lógic:i del pensarnien10 de la
S '\.~ie-{.l de Mile w. porque l'Oll e l prorcso de co ndensación y enrareci-
mtt'nto se intr-odure In cm1~a J rní"11nica ele ia 1.¡uc Tales aún no había habla -
do )' qu\." Amn imandro hah ía Jdc rrnin .i uo .ipclan<lo exclusi,•amente a
C\.~tK-epcio nes ó.rficas. Anaximc ncs suminis1ra así una causa en perlecta
at moni:t cün el principio y , en consecuencia . en pl eno acuerdo con el
sig.ni.ficado de la physis. Se entie nde pnr lo tanto que los pensadores si-
guientes se rdiera n a Anaxim cncs como a la cxpres.ión paradigmática y al
modelo del pensamiento jónico. Cuam.lo en el si11Jo v a.e re,-j\-a este
~ nsam iento -<01110 veremos más a<lclantc- ~crá la pliysis del principio-
aire de An,1x.imencs la que inspire tal recuperación .
l .-L Herucliw clt• Éfeso
Hcraclito \"i,·ió entre los siglos \'I y v a.C.. en Éfcso. Tenia un carácter
h~raño y un temperamento esquivo y desdeñoso. No quiso participar de
ninguna forma en la vida pública : «Habiéndole rogado sus conciudadanos
que promulgase leyes para la ciudad», escribe una fuente antigua. <•se
r~~usó , porque aquélla ya había caído hajo el poder de la mala constitu-
c1on.» Escrlhió un libro titulado Sobre fa 11aruraleza. del cual nos han
llegado numerosos fragm~nlos. constituido quiz.ís por una serie d~ aforis-
mos, y voluntañamenle redactado de manera obscura, con un estilo que
recuerda las sentencias di: los oráculos, «para que se acercasen allí sólo
aquellos que podían» y el vulgo permaneciese alejado. Hizo esto con el
propósito de evitar el menosprecio y las burlas de aquellos que. al leer
cosas aparentemente fáciles. ncrn entender lo que en realidad no entien-
den _ Debido a esto fue llamado «Hcraclito c.l obscuro,,.
Los milesios habían advertido el dinamismo universal de las cosas
7ue nacen. crecen y mueren- ;1 <lel mundo, o más bien de los mundos
que se hallan sometidos al mismo proceso. Además. habían rnnsiderado
que el dinamismo era un rnsg.o cscnci:il del principio que genera. ri~c y
reabsorbe 1odas las cosas. Sin ~mhargo . no lwbíun elevado a ni\'c] te~áti-
c ?· de un ~odo adecuado. cslc aspcclO de 1:1 realidad. Y esto ruc lo que
hizo t¿cra~l!to. ••1:"odo se mueve», «todo íluye» (pm11a rhci). nada perma-
11ccc mmov,I y ÍIJO. todo camhia y se lllllliifica ~in excepción. Podemos
kcr en dos 1.k sus frag.mi:nlus m.is famosos: «No ptidcmos bañarnos dos
\ "O: Ct" S en el misnlll río y rn1 5,: p11t·dc toc:1r dtis. ,·cce~ una 5ul:,~1ancia mortal
-t2
r d fifr;mr , "~l ·R11;; , ~ t!U •J'#' 11 U ~K, J' t • 1•' hy• ', k ..-.'..\• ;, ,('; '~ \.ii ~ ...f,•.~~~ '~!'
l <t
11
,,,!il ,, ¡1,,; ~e t h ~ ,c¡/~j¡f 1 ~ t l:tHJJ' . 'l~· ; o,,, 1 ,,,.,., , .. i }1-¡~•.t"X ·t \W \>, Jítt \ t'9,
1
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de umie-n rnr a st¡meri)rnm De m<>~ ) q-1.1~ H~.radit<J v u<.:.óe -afi.rmat 1:u11
razón que entramos 'f nu en t i ~ en el 11ili{.i1}0 rio . taiobién pu~ Y
deci r que $o m.os y no somos , p.o.r~ue. para -s<!.dc que_ somos eu un11:'vmen-
1o de ternúnado , dcoe mos no-ser-y:a ,,;queHo <[Uf! ~ramc•s en el mst a.nt e
preceden te. Igualmente, para oonti n11él r siendo , debemos d~ mo(J,.:i_~ -os -
tante no-ser-ya aqu ello q ue ·somos en cada mome.nVJ . SegLin HeracH \o.
esto se aplica a to da la realidad. sin excepción alg,u_mL . .
Indudablemente , éste es el aspet.'to más conoc,rlo <le la cloctnna de
Hcraclito .. que alg,unos de sus discípulos llevaron ca límites ex?emos, .como
en el caso de Cralilo, que reprochó a Heraclito e\ no haber s,do \o bastan-
te riguroso. De hecho, no sólo no podem?S. ba_ñarnos do-s \'ece~ en e~
mismo cío, sino que no podemos bañarnos rn siquiera una -vei.. debido a _l,1
velocidad de la corriente {en el momento en que comenzamos a sumergir-
nos en el río aparece ya otra agua y nosotros mismos -~ntes de que se
haya acabado la inmersión . por rápic.hi que ést;i haya sido- ya somos
otros. en el sentido antes explicado) . ._
Para Heraclito, sin embargo. esto no es más que un_a const~t~1:1~n
básica, que sirve como pu~e~rlida para pos\eriores ~nferenc1as aun
más profundas y audaces . l de,,.Cn!r. al ,gue todo se ve___?bhgad~~~ c~rac:
teriza por un continuo pasar desde un :~lr~~1~_:I ouo:las cosas fnas se
calientan, las calientes se en frian. las hu medas se secan, ,as secas se hume-
dece a , el joven em·ejcce, lo vivo mucre, pero de \o que ha muerto renace
otra vida joven, y así sucesivamente. Existe pues una g,uerra perpetua
entre los contraíios que se van alternando. No ob~l.:rnte , puesto que \as
cosas sólo adquieren su propia realidad en el devenir, la guerra (entre \os
opuestos) es algo esencia\: «La guerra es madre de todas las ~~sas Y de
todas las cosas es reína.» Se trata, empero, de una guerra-adviertas~ con
cuidado-, que. al mismo tiempo. es paz.. y de un contraste qu~ es. _simul-
táneamente, armonía. El perenne íluir de las cosas y el <le\'entr umvcrsa\
se revelan como una armonía de contrarios, es decir. como una constante
_pacificación entre beligerantes, un conciliarse entre contcnd~cntes (y vice-
versa): «A<1uello que es oposición se concilia y de !as cosas diferentes nace
la más bella armonía. y todo~ engendra por medio <le contrastes»~ «El~os
(los ignor..,ntcs) no entienden que lo (!LIC cs <li.krcnlc concucrd~ cons1~0
mismo; armonía de contrarios. como la armonía del arw y de la hra». Solo
si se enfrentan altcrnath·amenle los con1rarios se otorga~ de íorma mutua
un sentido cspccilico: «La enfennc<lad convier_te en d~lce la snlud. el
hambre convierte en <lukc la saciedad, y la fa11g.a conni:rtc en tl1Jlcc d
descanso,,; ,,ni siquiera se conocería el nomhre <l~ l.i justicia. si no existie-
se la ofros~1» .
-a,YS•f•~~,_,.._ • • • • • • • • .. .., - -
"' P ná~<J ri\ S

1
r ~
r Jo tanto a ínterpre tar el alma sabía como la más scc~ Y a id entifica delJ almt
Y Ja a rm o nía , co1nci dcr1 lc1 s opue~1os: «El camino qu e sube V
<"fl
el po d · d ca~ humed ad-- Heraclí to escribió una s.entenc1a acercas: " a_m s
camino que l;JJásor1un único y mism o cam ino»; «en_el círctdo son comu- nece : cuenta entre las más bellas que han llegado hasta nosotro
nes el fi n y e( pri ncipio»: ,. Ja misma cosa ~on el \'J\' ICnl <:! y
el muer!o, el más quleárecob_trorª~!u~!c~i~~~:1~
estas co~as, al ca~- qpou~:ás hallada s frontera s del alma, P?~
porq~te / os » Aunque se s1tue en e m 1
despiertc 1 y el durmien
t,ia~e . son aquéllas . y
te
a
, el
su
joven
vez
y el
aquéllas
v1e;q,
, al cambiar se. son estas". As1,
d
h:fJ~n Je::c~~ o og m~dian te la idea de la dimensi ón infinita
~e_l/m~-;;
a ª• a g,
. .. res uício en direcció n a algo que se encuen tra mas
,,wdo es uno .. y ..,.i..-1 uno procede todo». • ·
embarg o. aunque realmen te
sin
Es1a annonia y unidad de los opuesto s C5 el pnnc1p10 y, por lo 1an10,y abref. ~qou1 uSne
no ISIC .
traia sólo de un resquici o,
.,_ Dios v ]l) divi no: ·~El Dios es día-noch e, es in vierno -verano ,
es guerra
~finna1_1-
p:u, es - saciedad y hambre. » . . . gen~l. aclito parece haber adoptad o algunas ideas de tos órficos,
- s tnm~ta -
Hegel apreció a Heraclit o hasta el punto de _mclu1r !Odas sus _rrop~s1 d dee[os hombre s lo que sigue·: «Inmor tales morta)e s,
vida
mortal~
de aquello s .» sto
de 10s murien do la
cioncs en la Lógica. Sin embargo , como es evident e, la arrno111a ay
o . . . uerte de a uéllos
de que ~a vida del
idea órfica
opu c:stos de Herachro se halla aún muy lejos de la dialéctic a hegelian la les, v1v::dr ~;:r ~on lengua ji heracht iano la
v1da_para el
radica en la filosofía de la physis. En consecu encia, la idcntid~
d y parece . ~ma mortific ación del alma y la muerte del cu~rpo es
la de la premm s des-
diversidad -<:orno han señalado con acie.no los especia listas- «es
efec- ~c~rio,.::.f igual que los órficos, Heracli lo creía. en castigos y s cosas
ial, en todas sus manifes taciones » (J . Eumet) . En «Despu és de la !lluer_te aguar_d an a- tos hombre
sustancia primord a ués ·de la muerte:
tradició n pCldei:nos
to, tan to los fragmentos que se conserv an en su obra como la como p no esperan y que ni siquier a se 1magm an.» Sm_~mbarg o , no
indirecra indican con claridad que Hcraclit o ha elegido el fuego creenci as orfi-
1ransfu¡-- J~~erm inar en qué forma Heraclí 10 ponía en relacton estas
principio fund amental y ha conside rado que todas las cosas son cas con su filosofía de la phy.si.s.
fuego , de
maciones del fuego: «Del fuego procede n todas las cosas. y el
que del oro las mercanc ías, y de las mercanc ías el oro»;
todas. al igual
de los
«csre orden, que es idéntico para todas las cosas, no lo creó ninguno 2. Los l'ITAGÓR ICOS y EL NÚMERO COMO PRU.fCl!' IO
fuego
dioses ni de los hombre s, sino que siempre ha sido y es y será apa-
se
etemam enre vivo, que se enciend e según medida y según medida 2.1. Pirágoras y los ..-llama dos pitagór icos»
za de
ga ". El morivo por el cual H.:raclit o adjudic ó al fuego la naturale r las
!odas las cosas es algo obvio: el fuego expresa de modo ejempla ha~ que
. El Pitágor as nació en Samas. Et punto culmina ~te_ d_e su vid_a
caracterisricas de la mutació n continu a, del contras te y de la armonía situarlo alreded or del 530 a.C. y su muerte , a prmc1p1 0s del s1gl? '\I a .C.
del
fuego se halla en constan te movimi ento, es vida que vi,;e de la muerte Diógen es Laercio , el más famoso entre los antiguo s autorc:
oc b1o~rafl_as
una continu ada transfor mación de ésre en cenizas, en en c1e.nc1a,
de filósofo s, resume así las etapas de su vida: «Jovc1_1 Y. á_v,clo
combust ible , es
perenne
humo y en vapores, es --como afirma Heracli to de su Dios- o en todos los r~tos m1stenc o~. la~lo en los
abando nó su patria y fue iniciad
«necesi jad y saciedad ». alh pas~ a _c~no-
lo que griegos como en los búrharo s. Luego (uc u Egipto ... ; <le
Este fuego es como un «rayo que gobiern a todas las cosas"; y con Ep,mem des
cia. es razón, es lagos, ley raciona l. cer a los caldeos y a los magos. A continu ación en Creta
gobiern a todas las cosas es inteligen c~lrado en lo~
~si, al principi o de Hcraclit o se ~·incula expresa mente la idea de
inteligc n- entró en la cavern a de lda, pero tambié n en Egipto ~abí~
aprend ido los arcanos de la teolog1 a cg1pcrn . Desde a\h
Cia, que_en_los milesios sólo quedaba implícit a. Un fragme nto
particul ar- santuar ios y había
bajo la tiranía d~ P_olícra tes, S<;
1!1~n te s1g_nifica1ivo confirm a la nueva posición de Heracli lo: «El Uno, el regresó a Samos y, al halla, a su patria
llamado a de Italia. Allí otorgó leyes a los nahota s y logro
umco s~b,o , no quiere y quiere ser llamado Zeus .» No quiere ser embarc ó hacia Croton
de unos trescie n-
Zeus. s1 por Zcus se entiend e al dios con forma humana caractcr
ís1ico de una gran fama junto con sus seguido res, que en número
modo que su
lo~ griegos ; quiere .ser llamado Zeus, si por este nombre se entiend e el tos admini straban de manera óptima la cosa pública , de
aristoc racia.,. Los viajes a Orient e quizás fueron
Dios y el ser supremo . gobiern o fue casi una
a {ue la ciudad
En Hcradit o emerge ya una serie de elemen tos concern ientes
a la invenci ones posleri ores. En cambio es cierlo que Crot.on
as pitagór icas
ver~ad Y al conocjm iento. E~ preciso cst~r en guardia con respecto a los donde actuó primor dialme nte Pitágor as. Pero las doctrin
las cosas. y cs h., Italia mcridio mil y
s~nl•~? s. porque e~tos se deuencn en la simple aparien cia de tuviero n gran difusió n en 1nucha s otras cimfad de
rambr<!n es ncccsan o g_uar~arsc de las opinion es de los hombre
s, que están hast:1 Reggio . desde Locri hasta M~tap onto. des-
de Sicilia: desde Sibaris
Lias~das sobre las apar~cnc1as . La Verdad consiste en captar más
allá de los o. como se ha
to de Agrigc nlo hasta Cat.mi a. Ademá s de filosófico y religios
s~n~rdos aquell~ mtchgcn c1a que gobiern a· todas la.e; cosas. Hcracli
visto. el inílujo de los pitagór icos tambié n fue notable en
et iimbilo políti-
de dicha inrclige ncia, lo cual explica que se racia basada en
sm tró u~a especie d~ profera
. .· sus co. El idc:1\ político consist i,l en una forma de aristoc
s:111:~crns se asemcJc n a oráculo s y que sus palabra s lenoan
u io. qttC como he-
h1c ra11co . ::::' n caracte r nuevos estame ntos dedica dos espccin lmcntc .il comerc
dicho antes. habían logrado en las coloni:1 s un nivel ckva<lo . incluso
d~J ¡1l·sn1 ~am·1~-.n l () general mos
l lay q11c señalar una última i<lc;1. . A pesar · ... ' " cucnl.l que fos habilun tcs 1k Croton a. te-
d• . . · f antes que en la metróp oli . Se
e su rcns,mu cnto ----(111c lo llevaba a interpre tar el alma como un uego y, Pitágor as quisies e conver tirse en tirano de la ciudad , ioccn -
miendo que
.1.i