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A:P:iaibe1
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lo s d o s he:eecle:eos

ocrates conversó dura nte años con sqs conc iuda -


. danos ·atenjetises, hizo ·mil ·preguntas, replicó in-
a
·geniosamente sus .inte:rlocutor~--- pero nun ca .
~séribió nada. Alo largo de los siglos-se h~ com -
.......,__,_ puesto miles de libros sobre él, pero él no escribió
. Ilirtguno, rti siquiera unas pocas páginas explicando su form a
. de pensar. lCóm o pode1nos saber entonces lo que, real men te
dijo? ·
· La verdad es que no·podemos estar seguros. Algunds de
quien~s le escucharon tom aron nota de sus palabras, así como
. de-sus gestos y de su form a de comportarse: fueron ellos los
primeros que esclibieron sobre Sócrates y t,odos los que han
venido-luegQ se han basado en su testimonio. Lo mism o pasó
4t,mbién con otros imp orta ntes maestros en el campo de la

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~ R i a ~ ele les Pfioao(?id s.iJt ~e-mor Jti ~embl0r
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• religión, como Buda o Jesucristo. Sus enseñanzas no nos han había dicho Sócrates, sino también lo que otros le respon-
llegado directamente de su puño y letra sino a través de lo dían y cómo entonces replicaba él Sócrates no predicaba ser-
que sobre ellos cuentan varios de sus discípulos. Quizá no mones ni pronunciaba discursos, sino que discutía con los
todos esos oyentes sean igualmente fiables, pero comparan- demás: es decir, clicllo¡JCll,cl. Era ese intercambio de pre-
do lo que dicen unos y otros podemos hacernos una ideara- guntas, respuestas; dudas y hallazgos lo que importaba, no
zonablemente aproximada de cómo fueron y qué enseñaron las conclusiones finales ... cuando las había, porque muchas
esos notables personajes. .veces el debate permanecía abierto, sin moraleja definitiva.
En el caso de Sócrates, quien mejor escribió sobre él Como buen ateniense, Platón era muy aficionado al teatro:
fue uno de sus seguidores más constantes, llamado_ Platón. ya hemos dicho lo importante que era es~ espe<:_táculo en
En realidad su nombre era Aristoclés, pero todo el mundo , aquella ciudad. De modo que tuvo la ocQrrencia genial de
le conocía por «Platón» porque era muy corpulento y ancho contar sus recuerdos de Sócrates de una forma teatralizada:
de espaldas. Se trataba de un joven de buena familia que co- escribió unos diálogos entre ~versos personajes -uno de los
noció a Sócrates cuando tenía dieciocho o diecinueve años y cuales es el propio Sócrates- que deb_áten~ se contradicen o
quedó fascinado por él. Procuraba seguirle adonde fuese · se poneri de acuerdo: sobre las cuesti,on~ más diversas. Así
y no se perdía ni uno de sus improvisados debates con los logra transmitir no sólo las opiniones de· Sócrates y de sus
ciudadanos atenienses. Después de la ejecución de Sócrates, · interlocutores, sino .también el ambiente de aquellas char-
Platón se propusó escribir cuanto recordaba de ese extraño las, con toda su incomparable libertad y su frecuente humor.
maestro (iun maestro que no quería ser maestro de nadie!) y Cuando los leemos hoy,_tantos siglos después, nos parece que
reproducir lo mejor que pudiera el encanto y la inteligencia volvemos a Atenas .Y allí :conoceinos personalmente a seres
de su permanente interrogación en busca de la verdad. Sin humanos como nosotro~, ~on los aci~rtos, errores y pequeñas
duda su propósito era impedir que -Sócrates cayera en el ol- · o grandes vanidades que todos tenemos. .
vido y también demostrar lo muy injusta que fue la condena El resultado es_'IJJ.agnífico, pero... pero siempre hay
algún «pero». Y es que Pl~tón.no sólo fue un oyente embobado
que padeció.
Pero lcómo guardar para la posteridad toda la gracia de de Sócrates, sino tambiéll' una persona sumamente inteli-
aquellas conversaciones inolvidables a las que tantas veces gente y por tanto deseosa de pensar por su propia cuenta,
había asistido? Porque no se trataba sólo de contar lo que como precisamente Sócrates hubiera querido. Al principio,
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:1· f '' en los primeros diálogos que escribió, se limitó a dar cuenta
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·,.; J' de diversas charlas socráticas y de los momentos más emo-
itr,°"~:·;;'_··r7it. . cionantes en la vid3: de aq~el personaje: su discurso ante el
tribunal que le condenó, sus razones para rechazar la hui- '7-ttl
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da que le proponían algunos amigos, sus últimos momen- e=:
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tos cuando bebió la cicuta mientras discutía serenamente
~<t:·t;:. con quienes le acompañaban en ese trance sobre la muerte
.f \ cercana y la posible inmortalidad del alma... Sin embargo,
en diálogos posteriores, Platón empezó a introducir cada vez
más sus propias opiniones. Lo malo es que, corno ante todo
seguía considerándose discípulo de Sócrates, las puso tam-
bién en boca de su maestro corno si se las hubiera oído a él. A
nosotros ahora ya no nos resulta fácil distinguir dentro de los
¡ escritos de Platón entre los que reproducen tal cual las pala-
í bras de Sócrates y los momentos en que se utiliza a Sócrates
, o , -,
como portavoz del pensamiento platónico.
1 Aunque la primera inspiración para dedicarse a la filoso-
~
i fía le vino a Platón de Sócrates, sus estilos de filosofar son muy
! diferentes. Platón no iba ya por calles y plazas preguntando ~
a la gente, corno hacía Sócrates: la verdad es que ningún otro ~
!'.
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Platón
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4 Hla'OoPicl a lcl PDoao\t id &Ü\ flv-moJ.> Jti ~@11tbloJ.>
ArJ.ailxl :, c.d,é:tjo: los c:10s he'l:'@clel"OS ~
filósofo ha vuelto a compo rtarse así. Mucho s aprend ieron
equivocarse. Sin duda, algunas son verdaderas, pero otras
-iapre ndimo s!- de Sócrate s, pero nadie se ha atrevido a vi-
serán simples prejuicios o supersticiones. lCómo podem os
vir luego tan libre y alegrem ente como él. A partir de Platón,
distinguirlas? Platón dice que la mayoría no son más que
los grande s pensad ores se han conver tido en maestros, en op.ütieitea. es decir, que ·sencillamente se limitan a repetir
profeso res, y el primer o de estos maestr os fue el p~opio Pla- lo que la gente suele creer o que convierten en dogma lo que
tón, que fundó en Atenas una especie de «~legi o . nQ es más que una circunstancia casual: por ejemplo; como
de filosofia» al que todos llamar on Academia yo no he visto más que cisnes blancos decido sin vacilar que
(los suena el nombr e?) porque estaba situado todos los cisnes son necesariamente blancos. Y me equivoco,
en unos jardine s público s dedicad os a un an- porque en Austra lia -dond e nunca he estado - resulta que
tiguo héroe, Akadem os. Allí Plató~ explica- hay cisnes negros.
. -·ba su forma de _compre nder él m{indo ante El auténti co conocimiento debe ir más allá d_e la opinión ,
un pequeñ o grupo de discípulos que le es_; es decir, tiene que tener un fundam ento sólido que lo haga
cuchab an atentam ente y supong o que tam- verdaderO: no sólo verdadero para mí ó pata mis amigos ;
bién le plantea ban de vez en cuando dudas sino para todas las persona s capaces de pensar y de utilizar
y objeciones. Porque en filosofia nadie tiene ,. bien su razón. Es eso lo que, según Platón, busca la_filosofí.a: -
.,
«la verdad , toda la verdad y nada _más que la ci@Jlcic:I delo verdadero, que va más allá del barullo con-
la verdad », como <Ucen en los juicios (o por tradicto rio de las opiniones. PC;!ro lcómo puedo estar seguro
lo menos en las películ as sobre juicios que yo _ de _nada, si todo ciunbia, a cada moµiento? Tengo utia rosa en · ---
he visto). Si no hay discusi ón e interca mbio la mano: llena de color, fr-esca,
oloros~.. : y dentro de un par
de puntos de vista, no puede hablars e de au- de horas marchi taydesh ojaj_a; aJw.~
V~ una jarra de agua,
téntico conoci miénto filosófico. transpa rente y con lá que puedo niojarm e_la cara: si descien~
· A Platón, desde luego, le interes aba en- de la temper atura; se convertirá .en sólid0-=liielo, pero si hace
contra~ la verdad . Pero ... lQué es la verdad? demasi ado calor $~ evapor ará hacia las nubes; en cualqu ier .
Y la pregun ta más dificil: lCómo recono ~rla 1 caso dejará dé ser -corn:o antesfu e; vamos por la calle y me
cuando la tengam os delante ? · Constanteme;nte · señalas un enorme dogo diciendo: «M~ra, un perro», io ~-
oímos afirmaciones tajante s sobre todos los asunto s divinos . mo que me acabas
. . .de decir cuando nos hemos cruzado con
y human os: «El jamón es muy rico», «Los chinos son miste- · 1 un- minÚ§éulo chihua hua y' eón un lanudo collie escocés ...
riosos» , «París es la capital de Francia », «iCuid ado con los len qué quedám os?, ltodos son perros ... a pesar de sus di-
tiburon es!», «Las mujere s conduc en peor que los hombre s», feren~ias?; ly siguen siendo igual de perros éuando corren y
«Todos los human os somos mortale s», etcéter a. Unas sos- _cuando se tumba n a dormir, cuándo mp.even la_cofa y cuando
tienen esto y otras lo contrar io, de modo que alguien debe están muerto s?, etcétera.
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1.
~ IUsiioPJd do lc1 FiJoeo\fid eñt -C@~i> l1i -Cemblc,v A1>Pibcl:, cd:ocf.jo: J0s dos h evedeJ.>OS ~
Según Platón, en este mundo material en que· vivimos paces de percibir las ideas eternas e inmutables -es decir, los
todas las cosas se v ansforman constantemente según la luz filósofos- son para Platón capaces de una verdadera ciencia,
que las ilumina: la temperatura, los accidentes, los caprichos es decir, de un conocimiento seguro tan riguroso e inatacable

• de las formas diversas y el ti~rp.po que todo lo degrada "final- como las mismísimáS matemáticas.
·i
~
mente. Si sólo nos fijaJllOS en lo que podemos ver, oler, oír Para que se entendieran mejor sus enseñanzas, que no
y tocar nunca podremos estar seguros de nada porque todo son nada fáciles, Platón recurría frecuentemente en sus diá-
pasa, cambia, se mezcl~ y desaparece. Sin embargo, es posi- logos a ltd'Cca: esos mitos no son de tipo religioso o tradicio-
ble llegar a conocimientos exactos y precisos: por ejemplo, nal, sino algo así como cuentos que sirven de ejemplo a lo que
en matemáticas y geometría. El centro de una circunferencia quiere decir. Se parecen a las parábolas que otro maestro, Je-
está siempre a igual distancia de todos los puntos de la mis- sucristo, solía utilizar para que la gente sencilla le compren-
ma, aunque esté dibujada en la pizarra, en la arena y tanto diera mej_or. Sin duda, el mito más famoso de los narrados
si es invierno como verano; dos y dos suman cuatro tanto si por Platón es el llamado «mito de la caverna», y tiene que ver
se trata de dos peras como de dos tigres, etcétera. Los núme- con su teoría de las ideas. Podemos resumirlo así: imagine-
ros-y las figuras geométricas no se desgastan con el tiempo mos una oscura caverna en cuyo fondo, allá donde no alcanza
ni se alteran por culpa de los elementos atmosféricos: sirven .,, la luz del Sol, están encadenados cara a la pared un puñado
para comprender el mundo, pero no forman parte·material de prisioneros. No pueden ni siquiera volver la cabeza, sólo
del mundo. Platón concedía tanta importancia a esto que a la mirar al liso muro rocoso que tienen frente a ellos. Tras los
puerta de su Academia tenía escrita esta advertencia: «Que · prisioneros hay encendidas unas cuantas hogueras y varias
nadie entre aquí sin ~p.ber geo~etría». (iMe_temo que yo hu- person~ van y vienen transportando cargas diversas: armas,
jarrones, estatuas, ramas de árbol y hasta animales vivos. Las 1
biera debido quedarme fuera!).
Y de modo,
semejante pensaba que más allá de las co- ·
sas materia,les que conocemos por medio de los sentidos hay
.

sombras de esos transeúntes se dibujan en la roca del fondo,


al modo de sombras chinescas ( lhabéis visto cómo la sombra
,,1
· unas ideas que son la verdad inmutable y eterna de cada una de una mano en la pared puede parecer un perro que abre
de ellas: la idea de la Rosa nunca se marchitá, la idea del y cierra la boca o un pájaro?), y los pobres prisioneros, que
Agua ni se congela ni se evapora, y la idea de Perro_ valé para nunea han salido de la caverna ni visto otro paisaje, están
cualquier tipo y forma de perro. Hay una idea que expresa la · <:ouvencidos de que son seres reales, no meros reflejos. Pero ,1
realidad duradera de las cosas entre las que vivimos, las que he aquí que un prisionero logra romper sus cadenas, escapa
vemos cambiar y perecer sin cesar. Quienes intentan conocer · de la caverna y sale a la luz del exterior: allí está la auténtica '
a partir de la materia y de lo que nos dicen-los sentidos no realidad, los pájaros y los leones, el mar, los árboles ... el mis-
logran más que repetir meras opiniones, sin un fundamento mísimo Sol que brilla en el cielo. Regresa al interior para co- 1
seguro y que se contradicen unas a otras. Sólo los que son-ca- municar la verdad a sus compañeros, que siguen encadena- 4
'll
4 48@ @4~.- ~

4fi RlaCoria ele L:r Piloeoll'.id abl fl@moP l1Í fl@mbJop
AJ."1>il:>cl :, cdocl¡o: los dos lt@r'@dcwos ~
dos, pe~o nadie le hace caso y todos.se burlan de él, creyendo
q_e bien~. En cada persona están desarrolladas unas capa-
que la libertad le ha enloquecido. Para quien viv~ atad~ a las
cidades 1?~ que otras. De modo que la sociedad más justa
sombras sólo las sombra.e; son reales ...
-es decir, rñás cercana a lograr el bien oomún- será aquella
Según Platón, la tarea del filósQfo •es i~tent;ar que los
en que dirijan los··que tengan mayor capacidad racional,
hombres rompan las cadenas que les atan a la realidad mate- se o~upen de la defensa y del .{Ilantenimiento del or-
rial del mundo y sean capaces de ver las ideas eternª-5, de las den l_os más valientes y lleven los h egocios los que
que las cosas transitorias que.nos rodean-son meros reflejos tengan mejores ap~titos comerciales: o sea, los
perecederos. No es ún oficio fácil elde filósofo, porque la gen- filósofos, los guardianes y los artesanos y co-
te común tiene más aprecio por sus cadenas. sensoriales que merciantes. En la república ideal de Platón
por la verdad e incluso pueden rebelarse c~ntra quien quiere todo debería estar supeditado al bien de la co-
abrirles los ojos: irecordemos lo que le ocurrió a Sócrates! munidad;.incluso la literatura y la música.
Pero no creáis que
. .
Platón vi\1~ sólo. entre nubes ideales '
. . '
Como otras «utopías>>, es decir, descripciones
todo lo contrario: a diferencfa de Sócrates, estaba profunda- de un orden supuestamente perfecto que no existe en
mente preocupado por _la polí1jca y deseaba cambios profun- ninguna parte ni es pr~bable que llegue a existir jamás,
dos en la vida de la ciudad. Creía que la filosofia debería servir )(.. la de Platón resulta algo agobiante: •más adelante ten-
sobre todo para encontrar el bien -la idea principal de todas;· dremos ocasión de volver sobre este asunto. En cu.µ-
el sol del firmamento de las ideas- a través ciel conocimiento quier caso, Platón se tomó muy en serió que los filósofos
de 1a verdad. Y el bien debe realizarse efectivamente en la so- · , de~erían influir en el buen gobierno. Uno de sus discípu-
ciedacl qtie ios hombres:coinparten: ¿dónde si rÍo? D~de lue- los en laAcademi~ era Dionisio, hijo dél tirano del mismo
go no tenía mucha simpatía por la democracia, !! menos por . nombre que reiÍiabá. en Siraéusa y'§tl' heredero. Cuando el
. el modelo democrático· ateniense.. Sin duda todos los seres viejo Dionisi9 murió, ~u hijo invitó-a Platón ·a su reino re-
' humanos (incl~as las mujeres; en ese punto Platón era me- cién estrenado.para q~e fuese su consejer,o. Aunque en aque-
nos mi~ógino que o_tros griegos). son·iguales en lo básico, su llos tiempos la travesía por mar entre Grecia y Sicilia (que es
humanidad inisma, pero difieren en cuali_dades y aptitudes. -. dond~ está Sira~usa)_era cualquier cosa menos un viaje -de-
Por: ejemplo, no todos .somos igualmente capaces <l:e pelear placer, Platón se embarcó animosamente, convencido de que
en una batalla o de tomar d~cisiones &,~ertadas de gobierno, hál}ía llegad~ la oportunidad de poner en práctica sus teo-
como establecían las normas democráticas vigentes. Según 11~ políticas. Pero al poco ti~mpo de empezar a desempeñar
Platón, la sociedad se parece basta.I)te a un ser humano: cada sus funciones :comprendió que ·Dionisi~ tenía poco de filósofo
uno de nosotros tiene en su ~ a o espíritu. capaci1_a<} de ra- ~a pesar de -haber sido su discípulo_.:.. y en cambió-- mucho
zonar, así como impulsos p~ionales_de cm;;:i,je yvalentía,jun- de tirano: n~· le: gusta.ha que nadié le_llev_ara fa contraria ni
le aconsejara pada que no coincidiera con sus caprichos~ El
to a otros de cálculo propios para el comer~io y la producción
4150~ ~ 13-·_-51 -
r
' ª
~ IU8Col.-ü:c de Jcr FDo eotti cl sñt g@mo
J.> Jti ge111 bl0J.> AJ."J.>íbcl 8 c:d,cr;jo: los dos hc,J'@
go de Platón, al que

cfeJ.>os ~

•'
dam ente a casa, an- raba no sólo discípulo, sino también ami
pobre Platqn tuvo que volverse apre sura
peo r qu·e darle a vencido de que la
.tCí de que,Dion~sio hiciera con él algo aún respetaba muchísimo; por otro, estaba con
1 beber cicu1t teoría de las ideas de su maestro era falsa
. lQu é hacer, criti-
4
'
~
car a Platón o renunciar a sus propias con
vicciones? Final-
jovencito que y amigo de Plat ón, 4
:~ En la Academia estudiaba tam bién un mente, Aristóteles zanjó el asunto así: «So
entró en ella con sólo diecisiete año s y
permaneció lias ta la claro, pero aún soy más amigo de la verd
ad». Aristóteles no ◄
y quiz á haya sido 4
muerte de Platón. Se llam aba ~
µan pisa do este mun do. (Des- ~
uno de los mayores sabios q_ue~ "~\~ • \<l ,
pués de perd er a su mae stro ,fúndó su pro
pio cen tro de estu- ◄
se ha hecho famoso,
dios) llamado Li~eo (tam bién el nom bre
como sabéis). J?ero en él 4ris tóte ies no
sól<{ens eña ba filoso-

fi~ Por supuesto, (se interesaba" por la
cuestión de cómo vi- •
~
vir bien y tam bién por los asu ntos polí
tico~ como Sócrates y
~
ade más otra s muchas
-Pla tón , pero a diferencia de ellos sen tía
inquietudes intelectuales. Par a Aristóte
cimiento empieza por el aso ~br o que sen
les, el afán de cono-
tim os ante tod o lo f'>.
~
'
f
quie re explicar cómo
que nos rodea y por la curi osid ad que
: los asu ntos hum ano s, sino
1, funcionan las ·~sa s. Pero.no era.a
. .
.
o: de mod o que se
\ ·
la naturaleza su inlJ,Yor motivo de aso mbr
nica, astr ono mía ,
dedicó a estudiar medicina, zoología, botá
s materiales ent re los
fisica y no /sé cuántas cosas más. Los sere '
'
' orado par a nue stra s
'
que vivimos no le parecían un sim ple dec
~
do de algt1na reali-
aventuras hum ana s ni el reflejo deg rada
s cuya condición y
dad superior, sino misterios apa sion ante
ocer. Corno científico,
funcionamiento que ría a tod a cos ta con
un observador exce-.
en el sen tido ·mo dern o del térm ino, fue
enas no erá n peces,
lente: bas te decir que aseguró que las ball
titrés siglos en ser
sino mamíferos, lo que tard ó más de vein
pea.
aceptado corno verd ad por la biología euro
dicha, a Aristó-
En el cam po de la filosofia pro piam ente
'/ un lado, se conside-
~
., teles se le plan teó un grave dilema. Por
52 ~

A1istóteles
~ - 53 ·
A7Pilxl:, cd:,c:(.jo: los dos .h@:J.>@d@:J.>QS ~
~ HlaCoi-ica ele Id l'Doeo(ticl sil1 "&@"tttOJ.> tti "&@"tttbloi.>
1
creía que la esencia de cada cosa fuese una idea eterna que los mecanismos que nos hacen razonar de modo co_n veniente.
1 flotaba por el cielo o no se sabe dónde. Opinaba en cambio En ef~cto, no basta cc;m observar lo que nos rodea para llegar
,.
que si había una idea estaba en la realidad presente de la cosa a saber algo, también es preciso sacar las coñclusionés de lo
'j que observamos de modo correcto. Y por suphesto, cuando
,., misma y era allí donde·podíam os estudiarla y comprenderla .
Todo lo que existe, dice Aristóteles, está compuesto de ma- discutimos de algún asunto la razón no la tiene quien más.
.!►!1 teria y forma: la materia es algo así como el soporte opaco y grita.sino el que es capaz de enlazar sus argumentos de modo
maleable que la forma convierte en algo distinto a lo demás. adecuado. Aristóteles suponía que la mayor parte de nuestros
JI 1 Del mismo modo, en un jarrón de cerámica, la arcilla es la razonamiento s son en forma de silogismos, es decír, dos pre-
►l materia que el alfarero modela hasta que le-da la forma que misas de cuya combinación obtenemos una conclusión. Por
definitivamente le corresponde. Además, cada cosa tiene po-
- -
sibilidades de llegar a ser otras: así, por ejemplo, lo.que ahora
• es actualmente agüa puede convertirse en hielo o en vapor.
~- -A. ·K:
► De modo que hay un permanente dinainismo que·t~ansfor-
i m·a y moldea sin cesar la realidad. ejemplo: todos los humanos s~m racionales~Alba es humana,
Esta indagación del ser de cada cosa -porque antes de ,.
por tanto Alba es racional. O Nemo, si prefieres. . ·
l
-~ ser esto o aquello todas fas cosas 80Jl. existen, están en el E~ importante señalar que la lógica n_o se º<:'!Pª de si las
mundo ... sean lo que sean- recibió por parte de Aristóte- . premisas son verdaderas o falsas, sólo de qu~ la conclusión
• les el nombre de filosofía primera o fundamental. Percf como derive
.
correctament e de ellas, Por . eje.mplo,
i · .. . -,... ·..
de- l~ prémisas
-
• los libros en que habla de estas cuestiones fueron clasificados «algunos gorriones tienen cuatro p~ta,s» y «toaos los gorrio-
tras su muerte por sus discípulos después de a,quello$-en que nes son av~.» puede deducirse coq ~e~te que <~_'.1}gunas
habla de la física, a partir de enton~es se llama «metafísica». aves tienen cuatro patas». ~ una conc~~ón zoológ1eamen-
► Literalmente, fo que viene después de la física, pero, en el te falsa porque parte de un hecho falso, pero lógicamente es
-' '-
,. fondo~ lo que se ocupa de cómo es lo que es, de la última esen-
-t._
verdadera. En cambio, de dos.premisas verdaderas como «to-
cia ó realidad de todo lo que hay. Como veren;i.os, 'gran parte dos los gorriones_son aves» y «todos lo~ avestruces son aves»
de los filósofos de los· siglos posteriores se han dedicado ante no puede deducirse lógicamente que «algunos gon:io~es son
todo a cuestiones metafísicas, que son las más complejas y avestrus.es». De modo que el conocimientó auténtico ilecesi-
abstractas de todas. ta premisas verdaderas y _conclusiones lógicam.e nle correctas.
Pero hay también otros dos campos muy importantes de En ciialquier caso, un buen aprendÍZaje de los mecanismos
la filosofía que fueron inaugurados por Aristóteles_:._la lógica de la lógica es imprescindib le para rio dejarnos embaucar
y la ética. La lógica (cuyo nombre·Yiene de la palabra losc,s.
• ' I
por quienes parece qu~ razonan y en reaÍidad s6lo proclaman

que significa 'razón' o 'pensamiento ') se ocupa de cuáles son «faláci3;S», es decir, siÍo~smos (alsos.
~ -5fi
- ~ .; ~ ~
~ I U e ~ cN lea FiloaoVid &i.Jt 'C@ltlOJ.> 11i 'C@1t1'bl0J.>
Tamb ién fue Arist ótele s el inven tor de la ética, que es
~omb re técnico que él dio a la reflexión sobre la antig ua
el
pre-

AJ.>J"ibcl ;/ cdxl;jo : los c:los


«¿Po r qué quier es aprob ar el curso?», le pued es conte
«Por que tener el bachi llerat o me dará más opor tunid ades

}teJ.>@d @P OS
star:

~
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:•fa
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C,-.:. 1--"
-V llll ~
gunta de cómo vivir que ya había ocup ado tamb ién a Sócra
tes la vida». Pued en volver a pregu ntart e para qué quier
en
es ta-
·v1 1~·
.~i
4~0l~
y a Plató n. Aristóteles parte de que los huma nos somo les oport unida des, tú les conte stará s lo que te parez
s seres ca opor -
activos, es decir, que tenem os que elegi r lo que quere mos tuno ... hasta que finalm ente llegues a la últim a respu ~
~-~!
ha- esta:
~- ~
«Todo lo hago porqu e quier o ser feliz». Y si algui en
es tan
tonto o malicioso como para pregu ntart e por qué quier
es ser
.. ,•_:f'_;''.,;J:}:tf.~J .':,:•~·¡.- feliz le dirás que ser feliz no es un instru ment o para otra
~~ !
~- t'' ~1!< '!:·~ ·-<,' cosa,
•.:..., ' .,•.,_ór- W-~-:~J que nadie quier e ser feliz «para » algo, sino que la felici
.-. .,,
'f '' fkiu..<:~:: .'
,,,.,,..., -~ 1
.•_,·'.•,
(""'"- '· ~~ .. es el últim o fin de nuest ras acciones en la vida. Arist ótele
dad
s te ·
v 111~
..,.,,t,,,::¡;,,.? ·) . ..,~, •• ,
~ --
, ,~

hubie ra dado la razón. J...
....~
r ,i: r,?•' \ í '· t. '{- ~
C''J
~_ ,
lQué debem os hacer para ser felices? Ante todo, dice
;. ;~e\ (i::(~t
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!¡¡¡· . ' ,.,.,... ,-- --, ~ '
~~7 \.
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• ·,
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~-:-- :~. \., Aristóteles, delib erar sobre lo que más nos convi ene en
.. ,,
,. . • . •' _,,,
_¡' caso. Somo s seres racionales y, por lo tanto , cuan to más
cada
diri-
1 ., gida por la razón sea nuest ra cond ucta, más proba bilid ades
hay de que nos acerq ue a la felicidad. Pero como gran ~
par-
;•'. ·<¡ ,, .., t ·. t t* te de nuest ras acciones son urgen tes o rutin arias y nos
H i;
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;:.?
dan
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poco tiemp o para much as reflexiones, lo mejo r es adqu
costu mbre de actua r como es debid o: así elegi remo s el
irir la
me- :.1:~
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,. .--:,--)( "i¡ jor comp ortam iento por hábit o y casi autom ática ment
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./ ,--'',,.. e. A
'::"._7 -~- . c-::;;,r_ la costu mbre de obrar como es debid o la llama Arist ótele
,/ ,, s
«virtu d», como el viejo Sócrates. Y la virtu d se encu entra
en - .
la acción prude nte, equil ibrad a, que evita la deses perac
ión '
fatal de los extremos: por ejemplo, ante un peligro, son exa-
.
cer con nuest ra vida (a difere ncia de los anim ales, que
están
geraciones indeseables la cobar día que huye indig name
nte, !- a .-,.
«programados» por la natur aleza para comp ortar se de
cuál modo). El ser huma no actúa de acuer do con motivos
tal o
pero tamb ién la teme ridad ciega que nos expo ne a la
trucc ión como si fuésemos invulnerables. La virtu d es
des- ! .:'");
que el co-
'! iit6
~ \~
explican por qué preferimos hacer una cosa u otra. raje, que afron ta con firmeza pero sin bravu coner ía el riesgo
Si te pre-
gunta n: «lPo r qué te pone s a estud iar tus lecciones en necesario.
lugar
~- -16
!
t
de jugar con la PlayStation?», respo nderá s: «Porq ue quier
aprob ar las asignaturas del curso ». Y si el pregu ntón insist
o
e:
En el terrén o social, la virtu d más impo rtant e es la jus-
ticia, que consiste en dar a cada cual lo que le corre spond
e .ti
~ 1~?
I/Jl's6~ & t,7
4 IUaCoJ.a.fcl ele la l'iloeo(tld sbt ~@l'tlOP Jti ~cm,bloP
~ -:, cd:,ctjo: k•s dos lt@P@d@Pos ~
Y en esperar de cada uno lo que es debido. De tedas formas, materiales, la.observación de cuanto vive, ocurre y funciona:
siempre obramos en la incertidumbre, aunque debamos in- todo lo que aparece y desaparece pero mientras dura es real.
tentar en cada caso lo -mejor: para Aristóteles, la felicidad es Muchos dicen qu~ a partir de ellos todos los filósofos pos-
un ideal pero en modo alguno una certeza, porque en la vida teriores son o platónicos o aristotélicos ... aunque me parece
de cada uno de nosotros influyen. muchas circunstancias que _que también abundan los que toman elementos 'de uno y de
no dependen de nuestra voluntad, y hasta el momento de la otro para combinarlos según su estilo. Ya lo veremos~
muerte nadie puede decir realmente si ha sido feliz o no. Uno
de los rasgos más hermosos de la ética de Aristóteles es la im-
portancia que da a 13: amistad: incluso dice que, sin amigos, ~~~
nadie quisiera verse obligado a vivir.
Platón y Aristó~les, los d~s grandes seguidores de .Só,:. · . ALBA.7" Bueno, esto se v~ com_plicando. cada vez más. iEm- .
crates, son,sin duda los ·dos filósofos más influyentes dé la piezo a echar de menos a Só~rates; .. !
historia. Platón apunta hacia lo más alto, el ideal~ lo espiritual · NEMO._:Pues yo creí que 'Platón iba a convertirse en tu
y has-ql lo divino: lo et~mo; Apstóteles se centra en lo que nos preferido ...
rodea, la naturaleza incluso en sus aspectos más humildes y ;,. ALBA. -A ver, dime de dó°iide t~ sacas.eso~..
NEMó.-Mujer, no sé, como eres .así..= ,.~ ~ idealista.
ALBA.-Y supongo qU:e tú estás com~éncid~ ae que eres
1
aristotélico a.más no poder.'
. ' -,,t
NEMo.~Soy ~uy i-eajistá, par~ qu~ fó sepas.
ALBA.-Si no llegas a decfrm~lornurica me .hubiera dado·
cuenta.
NEMO.-A_~ -eso <;le las ideas, se~arad~ de_las cosas, vo- .
lando de_aquí para allá... nada, que no me convence. Porque,
vamos a ver: ldónde están las ideas?
ALBf-~ Pues no tengo ni idea... y perdona el chiste. Aunque
supongo queJa.s ideas
. . ~ - están allí donde estén los números.
. .
NEMO ..-:-¿Qué números?
ALBA. - Pues .todos, ei cinco, el nueve, el mil trescientos
veinti~inco:·· Y luego las figuras geométricas como ei triángu-
lo isósc~les, ql,le ti~ne un nombr~ precioso, y el rectángulo y
el dodecaedro y ...
~58~
~ r
f ~ 11.ieCcJ.>.ü:l de lc1 Ffioao{ l'.icl sbt fl@tttoI ." 1ti fl@tttb
loI."
AJ.>J:" i1,a:, cd,ctj o: los dos h@:eedex>os
~
\
NEMO.-iNo es lo mism o!
ALBA.-¿Cómo que no? ¿Aca so no están los núme ros sepa- .,
•'
í
rados de las cosas? Yo he visto cuatr o mesa s y tres venta
nas,
e
1
pero nunc a el cuatr o, ni el tres ... ni much o meno s el
por tres, doce. Y lb mism o me pasa con las plaza s de
cuatr o
toros ,
ién sé
·/· ' ' ';:_; -
,., -
..· ·- . ,-. .;
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que son redon das pero no son le1 circu nfere ncia. Tamb • t<''· 1)
·-:'t: '·'"
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Fd.\,,~ ' i., ,•, .
t. ¡,· : ,.· .. / > ••
le1 línea ' -,. :
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lo que es anda r en línea recta , aunq ue nunc a he visto
••. •; :(¡.· ,: . "•• I 1 •' '
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' . . ., 'Jé/ .1 ,·• '1r,/!
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J , ,-:·,-, .. ¿,'
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recta... )
NEMO.-Pues los núme ros y los trián gulos Y··: en fin, están J -~
en nuest ras cabezas.
ALBA.-Vaya. Y, ¿qué hace n allí?
NEMO.-Pues nos sirve n.par a cont ar y calcu lar.

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ALBA.-Y las ideas nos sirve n para pens ar las cosas
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modo que supo ngo que tamb ién estar án en eso que tú
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«1!3, cabeza». O sea, deba jo del flequ illo, ¿no? .,. tr
- J.. e:.
- - - ■.,
pla-
NEMO.-Ja, ja, me muer o de risa. En fin, dime si eres
..i i r;:,
Al. ·.,.
l!I 1111!
tónic a o no.
ALBA .-lMe qued a.otro reme dio? A mí me gusta pensa
estoy cogiendo afición con esto de la filoso fia... Pero Arist
r, le
óte-
- --~~ ...,,....,_ ISiia! ~
~
~
les tamb ién tiene su punto .
~
NEM o.-Pa ra mí, punt o y apart e.
ALBA.-Bob o. ¿sabe s por qué me gusta Arist ótele s?
que es el prim ero en esta histo ria al que oigo habla
Por-
r de la
=-
·-~
\~
felicidad. iene y
O sea, antes de actua r piens a qué es lo que más te conv
NEMo.-Y, claro, a ti la felici dad te pone... no, al ~
luego ... iadel ante! Conf ia en que todo saldr á bien, y si
ALBA.-Pues sí, me pone much ísimo . tuya. '~
meno s te qued a el consu elo de que no habr á sido culpa
NEMo.-Pero fijate que, segú n él, nunc a está asegu rada, ~
NEM o.-iJo , son aluci nante s estos griegos!
por muy buen a y mora l que seas ...
pro- ALBA. -Y ya has oído la impo rtanc ia que le daba a la amis
- ~
ALBA.-Eso es lo que más me gusta de todo. Nada de
mete r la luna para que pique s y te porte s bien. Sólo dice
que si tad. Porq ue aunq ue todo vaya chun go, pero muy chun
go, a:-:
peor. siem pre qued an los amig os de verda d, ¿no?
haces barba ridad es lo más prob able es que te vaya aún
~ 60~ "'-61 -

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