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31-8-2021 ROL DE LAS

MUJERES EN
LA HISTORIA
DEL
BICENTENARIO
GUATEMALA
¡Viva Guatemala!

Omar Eduardo Santos Chiguichon


LICEO MIXTO LUZ Y VIDA
Justificación

La historia de Guatemala se basa en lucha, guerra, conflictos, amenazas,


destrucción, pero no solo eso, también cuenta con muchas personas que
han buscado el bien y beneficio hacía con la sociedad, tratando de
conseguir respuestas que parecen desconocidas, ante todo esto se
escuchan y están escritos el nombre de varios HOMBRES que sobresalen,
alabándolos y dándolos a conocer ante la nueva generación.
Pero cabe la lucha de las mujeres ante la desigualdad presentada a lo largo
de los años, sometidas a vivir solo en las sombras y en los hogares de cada
familia, aunque se diga que son los pilares del hogar (porque lo son).
También tienen talentos que a nosotros los hombres nos cuesta realizar,
como mantener un orden de forma tranquila, buscar soluciones y tener en
cuenta varias cosas al momento de trabajar.

Las mujeres de nuestra cultura son las bases de que todo esto y toda
nuestra cultura, las raíces aun estén conservadas de buena manera, ya que
lo que nuestras madres, abuelas, tías, saben es con base y la forma en que
han cuidado todo lo que nuestros ancestros querían que estuviera de
generación en generación.
Objetivo General

Dar a conocer a nuestra población la importancia de la mujer, en la historia


y representación de Guatemala a nivel internacional y nacional, para que
puedan darse cuenta que a la mujer debe de tomársele en cuenta siempre,
no importa si su trabajo puede ser considerado el más pequeño, la mujer lo
puede hacer muy importante y saber aprovechar la oportunidad más que un
hombre.
Objetivos Específicos

Mientras cada persona alrededor del país, es guiado por profesores,


maestros, padres que saben cuál es la forma en la que el humano
sufre, también existe aquella persona que nos ama, nos da cariño,
nos aconseja y nos da valores que llegaremos a utilizar siempre,
modales y formas de comportarnos adecuadamente, madre,
hermana, hija, abuela, la MUJER.
Nuestra historia depende ciertamente de varios factores, la
estabilidad económica, la cultura, la enseñanza y aprendizaje a
nuestras nuevas generaciones. Así como ha habido hombres
entregando su vida, hay mujeres que han luchado y han sacrificado,
lagrimas, humillaciones, desprecios para ser parte de lo que
conocemos como historia, lo que hoy conocemos como Guatemala.
Dar a conocer que esas mujeres han sufrido, nuestras mujeres no
deben de estar escondidas entre las sombras, deben salir, luchar por
conseguirse un nuevo futuro o para sus generaciones, dejar un
legado histórico, demostrar cambio.
Hacer una encuesta sobre que mujeres, niñas y señoritas, han
recibido, están recibiendo una educación, comenzar con lugares
pequeños (aldeas), y después en un pueblo, seguir con los municipios
en general.
Investigar adecuadamente sobre cuantas niñas están trabajando, no
tienen hogar o sufren de maltrato para así poder pedirle ayuda al
gobierno y que puedan abrir lugares donde ellas puedan sobresalir.
Escribir su propia historia, darles la oportunidad, que muchas no
tuvieron.
Darles a respetar y demostrar que pueden hacer grandes cosas a
toda una nación y al mundo.
Metodología del trabajo

Comenzar las encuestas e investigaciones que están propuestas en


mi aldea.
También inspirar a las niñas y señoritas sobre la historia de
guatemaltecas que han puesto su nombre en alto, en la historia de
Guatemala a lo largo de 200 años.
Dar trifoliares o crear afiches en los cuales podamos dar a conocer
historias de personajes femeninas, tratar de buscar apoyo en algún
medio de comunicación, una radio, una página en el periódico o
algunas entrevistas por medio del internet o televisión.
Conseguir el apoyo de las comunidades, los alcaldes para crear
lugares en los cuales las mujeres del pueblo que no cuenten con un
estudio adecuado, busquen formas de participar en la cultura general
de la nación, como una forma de superarse ante cualquier crisis.
Definición del problema.

Es indudable que los acontecimientos lo largo de la historia han logrado


crear corrientes sociales que buscan cambiar la situación de la mujer en
todos los ámbitos de la vida. lo que ha llevado a que la situación se haya
venido transformando en los últimos años, posiblemente debido al mayor
acceso de la mujer a la educación formal, la información y a las acciones
ejercidas por personas e instituciones formales para incorporarla a la vida
social y política en general.
En muchos lugares existe diferencias de género, ya que el hombre ha sido
considerado a lo largo de la historia como la cabeza del hogar, dándole a la
mujer muy poca participación.
Esta poca participación se manifiesta en la relativa ausencia de la mujer en
los grupos organizados para el desarrollo, producto de la idea que dice que
la mujer debe permanecer en el ámbito doméstico y no participar de la
actividad pública. El desarrollo requiere de la eliminación de los sectores de
población excluidos, como lo es el de la mujer. Para ello es necesario
percibir a la mujer dentro del contexto de las relaciones de género las que
se han construido históricamente y son parte de la cultura. Esta percepción
permite ubicar la necesidad de construir relaciones equitativas, que
permitan que la mujer, como colectividad, pueda participar plenamente de la
vida social y específicamente comunitaria a fin de fortalecer el desarrollo
local y como consecuencia el desarrollo nacional.
Es pertinente señalar que esta no es una situación particular de Guatemala,
ya que el problema de la mujer desde las relaciones de género tiene una
larga lucha.
Causas
Desigualdad de género.

No tener un nivel académico.

La delincuencia y la falta de seguridad en las calles, las cuales


ellas son las principales víctimas,

El mal trato a sus hijos en el estudio.

Discriminación y la falta de apoyo moral y familiar.

El dominar otros idiomas


Consecuencias
La forma en la que son tratadas hace que desconfíen
plenamente en un futuro correcto, un futuro prometedor para
ellas y para sus futuros hijos.
El poder dominar un idioma más aparte del español debería de
ser importante, ya que nuestros lugares turísticos son
conocidos por las mujeres que se dedican al arte y llevan
consigo la cultura de Guatemala, entonces el saber dominar el
ingles o saber lo básico debería ser una prioridad en
Guatemala, dar una clase normal y también aplicarla día con
día, como los idiomas nativos, como; Achi, Akateco, Chortí,
Chuj, Itza, Ixil, Jakalteco, Qánjob´al, Kaqchikel, K´iche, Man,
Mopan, Poqoman, Poqomchi, Q´eqchi´, Sakapulteco,
Sipakapense, Tektiteko, Tz´utujil y Uspanteko.
que son idiomas hablados a lo largo de la nación y también
donde habtian los pueblos que llevan nuestra cultura,
conservan el legado de nuestros antepasados.
El no tener quien los apoye, hace que salgan a las calles a
buscar un camino en el cual puedan prosperar o se les ofrezca
una salida a poder superarse y demostrarle al país, a su nación
lo que pueden lograr.
Descripción del contexto

Todo lo referido a la mujer en Guatemala es algo que, no tiene mucha


relevancia, porque el machismo en Guatemala es algo que por desgracia
tiene muchos años de historia, la mujer no hace mucho que empezó a
sobresalir y llevar a cabo papeles más importantes, no es que el ser ama de
casa sea fácil, porque no lo es.
Lo que quiero decir es que, si le diéramos el estudio necesario, motivos de
superación, formas adecuadas de comportamiento, algo con lo que
defenderse a una mujer, señorita o niña, no pasaría lo que pasa. El acoso,
el sentirse indefensa siempre, no es solo dependiente de la mujer,
necesitamos que nuestros hijos, jóvenes, padres, comprendan que la mujer
es igual de valiosa que el hombre, porque el hombre es fuerte, valiente,
caprichoso, pero la mujer es, inteligente, ordenada, detallada, fuerte,
conocedora, no digo que un hombre no lo sea.
Lo que sucede es lo siguiente, no estamos hechos para crear estereotipos a
nuestro gusto, la mujer debe superarse, seguir creciendo intelectualmente,
demostrar, todo depende de nuestro comportamiento, una mujer siempre
tiene sueños, luchas, ganas de salir adelante, por eso fuimos creados juntos
con la mujer, porque es un apoyo más que moral en el hombre, es el
complemento perfecto para nosotros.
Ellas corren, tratan de escapar, el miedo hacia ser juzgadas. Si logramos
crear formas de que la mujer crezca, veremos que han tenido y tienen
papeles importantes en la sociedad, la economía, son piezas importantes,
claro, quizás en fuerza no son lo mismo, pero si en ideas, en organización,
algo que a nosotros los hombres nos cuesta demasiado, realizar o idear.
Solución a la problemática

Es fácil buscar o plantear soluciones, crear planes e ideales en los cuales


las mujeres busquen una forma de crecer indepenientemente, tanto
personal, como intelectualmente, sin ver afectada su vida social, ni ser
jugadas por ninguna persona con ideas o tonterías.
Todo comienza con un planteamiendo nuevo en la educación e ideales en
las escuelas, la forma de aprendizaje deberá cambiar para bien, los
pensamientos de los padres, dejándoles ver que ellas si tienen un buen
futuro, sin sentirse intimidada por los hombres, sino al contrario siendo
apoyadas.
Reformar el estudio, la ideología, dejando el machismo de un lado, pero no
solo eso, tener en cuenta que fuimos hechos para crear, no para destruir.
Las ganas de luchar, de superarse, lo tenemos todos, pero no todos
tenemos las mismas posibilidades, todo comienza, cuando todos logramos
entendernos y comprender que no es fácil nada, si estamos solos, sin
apoyo.
Compromisos

Individuales
 Fomentar la educación y el respeto en mi futura descendencia,
dándoles la misma oportunidad a todos, sin crear faltas de moralidad
o egoísmo en todos.
 Demostrar los cambios en casa, causando esperanza en el cambio
que puede llevar al camino del éxito.
 Caminar de la mano con el respeto, responsabilidad, sin ser egoísta,
hipócrita y crear lazos de los cuales pueda estar y/o contar.
 Dandoles a mis hijas o nietas una esperanza de superación y
dándoles a entender que no deben dejarse humillar, ni por un
hombre, ni por una mujer.
 Inculcar en la cultura y los valores cívicos.

Familiares:
 Inculcar el respeto.
 Demostrar valentía ante las adversidades.
 Crear lazos entre todos.
 Amar.
 Respetar.
 Hablar con esperanza.

Comunitarios:
 Crear centros o lugares en los cuales las mujeres, niñas o señoritas
puedan aprender algo, confección, construicción, cultura, arte
guatemalteco.
 Ideas de superación.
 Inculcar o hablar de diferentes carreras para que tengan una idea de
lo que pueden seguir.
 Ayudar a las madres en una mejor alimentación, con charlas, folletos
o talleres.
Las mujeres en la sociedad
actual
somos ejemplo de inteligencia y fortaleza, lo que se ve reflejado en la
capacidad para superar las adversidades ante la discriminación de la somos
objeto, a pesar de que se considere una sociedad igualitaria y tolerante aún
existe un núcleo de personas machistas, que nos mantiene en la
marginación; pasan por alto que las mujeres asumimos obligaciones, lo que
socialmente no es valorado, ya que pues se asume que esto es un deber de
la mujer, por el simple hecho de ser mujer, lo que no entienden es que este
rol no es fácil, si tomamos en cuenta que las mujeres tenemos aspiraciones,
anhelos y metas que se ven obstaculizadas al ser las encargadas de dirigir
el hogar, pues nos absorbe casi por completo; lo que indudablemente el
hombre no podría asumir, toda vez que no es multifacético. Las mujeres
somos tan capaces como los hombres, de asumir las responsabilidades,
obligaciones y actividades que nos propongamos, eso no se pone en duda,
porque a través de los años se ha demostrado nuestra capacidad de lograr
mejores resultados que el de los hombres, entre otras el hecho de sacar
adelante a la familia con nuestro propio esfuerzo sin perder nuestra
delicadeza de mujer, mientras que el hombre se concreta a realizar sus
actividades laborales, casi no participa en las actividades del hogar, por
tanto sólo podremos hablar de una sociedad hasta que sean intercambiados
los roles. No hay que olvidar que cada una de las personas de diferente
sexo tiene algo en particular que aportar en la vida social, olvidando que la
vida se complementa por ambos sexos, no se compite, y ese principio es lo
que impide valorar a las mujeres hoy por hoy. Las mujeres debemos asumir
en esta sociedad el rol que cualquier ser humano, porque somos capaces
de pensar, discernir y decidir sobre circunstancias de importancia y
trascendencia social, para ayudar y contribuir a la toma de decisiones y, de
esta manera compartir los roles hombre y mujer, sin olvidar que el único rol
que no puede ser compartido con un hombre es el ser madre, ya que las
mujeres fuimos especialmente creadas para asumir esta hermosa vivencia
de concebir, por tanto el entendimiento entre la madre y su hijo es algo
extraordinario y mucho más fuerte de lo que puede ser la relación entre el
hijo con su padre; de ahí que, la mujer es un ser esencial, primordial y vital
para la sociedad actual. La Mujer en la Sociedad Actual La elección de la
profesión no sólo determinan nuestros dones y aptitudes, sino la
identificación, consciente con un ideal, anhelos y metas; es muy frecuente
que jóvenes no esencialmente dotadas para determinados trabajos en el
que salgan airosas, que hallaron en su aprendizaje una educación que
contribuye al ideal materno o femenino con el que se identifiquen. Si bien su
inteligencia permite a la mujer el acceso a todas las profesiones, no debería
ignorar en el momento de elegir que en este terreno no tiene igualdad
absoluta con el hombre, se convierte en su compañera, ambos se integran y
lo que uno aporta no podría proporcionarlo el otro. Por otra parte, se ha
comprobado que, a algunas mujeres, la vida les impuso ocupaciones
masculinas, las que cumplen manteniéndose mujeres. Por ejemplo, dan en
sí un matiz profesional a su empresa, teniendo firmeza en las decisiones
que les exigen en el cargo que desempeñan, manteniéndose femeninas,
desarrollando sus habilidades, conocimientos con profesionalismo, esta
actitud no sólo coincide con la satisfacción personal, sino con lo que la
sociedad espera de ellas. Por lo que las mujeres debemos aprender a
defender nuestros derechos y también asumir nuestras responsabilidades;
es hora de que participemos del mundo vital de los hechos donde somos
protagonistas, debiendo superar todos los obstáculos que nos imponen las
costumbres y la sociedad, entonces podremos ocupar un lugar destacado
dentro de la sociedad y podremos asumir tantas o más responsabilidades
como los hombres, en los diferentes ámbitos, laborales, políticos,
empresariales, profesionales, artísticas y de cualquier naturaleza. Mi
felicitación y corresponsabilidad con cada una de las mujeres en la
sociedad.
Nombre del documento
Las mujeres en la sociedad

Fuente
Sitio Web

Resumen Son pilares


, en la sociedad y en los hogares de cada familia

Bibliografía https://itaipue.org.mx/documentos/reflexiones/TEXTO.OLGA_MA
RGOT_LEON.pdf
Mujeres en:
Guatemala
Contexto
En Guatemala, las mujeres representan 51.2% de la población estimada
para 2014 de 15,8 millones de habitantes. Después de la firma de los
Acuerdos de Paz en 1996, se crearon varios mecanismos para las mujeres
(DEMI y SEPREM); se promulgaron leyes (desarrollo integral de las
mujeres, violencia intrafamiliar, violencia sexual, y trata y explotación,
femicidio y otras formas de violencia); y se diseñaron políticas (Política
Nacional para la Promoción y Desarrollo Integral de las mujeres – PNPDIM).
A pesar de estos avances, solamente el 2% de las alcaldías son dirigidas
por mujeres; más de 4,000 niñas de 10-14 años dan a luz cada año; y 759
mujeres sufrieron una muerte violenta en 2013.
Guatemala tiene una superficie de 108,889 km2, donde 51.5% de la
población vive en áreas rurales. Además, con una tasa de fertilidad de 3.6
en 2008, la tasa de crecimiento poblacional anual asciende a 2,5%,
equivalente al doble de la observada en América Latina y el Caribe (1,2%).
La tasa de uso de métodos anticonceptivos modernos es de 44%; se estima
que no se responde a las necesidades de 20.8% de las mujeres en relación
a la planificación familiar, cifra que se duplica entre las mujeres indígenas.
Guatemala se caracteriza por tener una población predominantemente
joven - el promedio de edad de las mujeres es de 26 años y el de los
hombres 25 años (ENEI, 2013). El 54,1% de la población se encuentra en
edad productiva (15 a 64 años). La tasa de fertilidad en niñas adolescentes
de 13 a 19 años es de 66.7 por 1,000 nacidos vivos; uno de cada 5
nacimientos es en niñas y adolescentes; la tasa de mortalidad materna
alcanza el 140 por 100 mil nacidos vivos (CEPAL) y la expectativa de vida
es de 75 años para las mujeres y 68 para los hombres (INE, 2013). Se
considera que Guatemala tiene una epidemia de VIH concentrada, donde
las mujeres representan el 38% de todos los adultos que viven con VIH. Se
espera que la prevalencia de VIH aumente a 0.89% en 2015, en su mayoría
entre las niñas de 10 a 14 años de edad y adolescentes entre 15 y 24.
El país se integra por 24 grupos lingüísticos y 4 pueblos: Maya, Garífuna,
Xinca y Mestizo o Ladino. Según los últimos tres censos de población (1981
– 2002), la población indígena constituye 43% de la población total del país.
Guatemala se ha caracterizado por una marcada exclusión histórica de los
pueblos indígenas en general y de las mujeres en particular. En 2011, las
tasas de analfabetismo en mujeres indígenas (48%) y hombres (25%) en
relación a mujeres no indígenas (19%) y hombres (11%) muestran altos
niveles de exclusión social. El acceso a los servicios y recursos financieros
formales, los servicios de salud y educación aún son limitados. Las
desigualdades territoriales, étnicas y de género interrelacionadas
intensifican las limitaciones de las mujeres para lograr una participación
plena en el desarrollo. La exclusión y el racismo han generado diversas
formas de violencia y discriminación estructural, legal e institucional, que se
profundizan en el caso de las mujeres indígenas, particularmente en
aquellas que viven en las zonas rurales. Aunado a esto, se observa que la
institucionalidad estatal a cargo del desarrollo sostenible y el crecimiento
económico inclusivo es débil.
Según el Banco Mundial, en 2013 Guatemala se encontraba dentro del
grupo de países de ingreso medio bajo, con un producto interno bruto (PIB)
nominal de USD53.796 millones y un ingreso nacional per cápita de
USD2.341 (precios constantes de 2005). Históricamente, el crecimiento del
PIB real del país ha sido modesto – 3.5% - con una elevada y persistente
“desigualdad extrema” de ingresos (índice de Gini de 0,57) durante las
últimas dos décadas. A pesar de los esfuerzos de políticas públicas,
Guatemala continúa siendo uno de los países con mayor incidencia de
pobreza en América Latina y el Caribe y en relación con países con un nivel
similar de ingreso per cápita: 53.7% de pobreza y 13.3% en pobreza
extrema (ENCOVI 2011). De acuerdo al Índice de Desarrollo Humano (IDH),
Guatemala se encuentra dentro del grupo de países con desarrollo humano
medio, con una puntuación de 0,628 en 2013 (0,596 para las mujeres y
0,655 para los hombres), ubicándose en la posición 125 de un total de 187
países. Por su parte, el índice de desigualdad de género para el mismo año
se situó en 0,523. De acuerdo a la encuesta nacional de salud materno
infantil (ENSMI 2008/2009), la desnutrición crónica alcanzó a 52% de los
niños y niñas menores de cinco años, afectando principalmente a aquellos
que viven en áreas rurales (58,6%) y a la población indígena (65,9%).
La población guatemalteca de más de 15 años de edad tiene un promedio
de escolaridad de 6.5 años (INE 2011). En el área metropolitana, el
promedio educativo es de 8 años, en contraste con el área rural que cuenta
únicamente con un promedio de 4 años de escolaridad; las mujeres
indígenas cuentan únicamente con 3 años, las mujeres no indígenas con
5.3 años; en comparación con los hombres indígenas y no indígenas con
4.2 y 5.9, respectivamente. El país ha avanzado significativamente en el
índice de paridad entre los géneros en las tasas de matriculación en todos
los niveles educativos: primaria 0.93, secundario 0.86, y terciario 0.99
(MINEDUC 2013), pero la calidad y las coberturas son un reto para el país
especialmente para las mujeres indígenas y en la educación secundaria. La
educación universitaria es el nivel más restringido, abarcando únicamente
12% de la población, aunque hoy día se gradúan más mujeres que hombres
en la universidad, especialmente en las carreras humanísticas donde sus
estudiantes son en un 70% mujeres (SEPREM 2013), con una marcada
feminización de estas carreras.
Guatemala es un país altamente vulnerable a los desastres naturales, con
impactos sociales negativos, especialmente en la agricultura, vivienda,
infraestructura de carreteras y puentes, así como en la economía y el medio
ambiente. El país está clasificado como uno de los cinco países de mayor
riesgo en el mundo, en términos de la vulnerabilidad de su PIB a los
desastres naturales, donde el 83.3% del PIB se genera en áreas de riesgo
(CEPAL, 2011). Algunos estudios han demostrado que las pérdidas
generadas por los desastres naturales afectan directamente a las personas
más vulnerables, es decir, personas de la tercera edad, mujeres –
especialmente mujeres indígenas- y niños y niñas, particularmente quienes
viven en áreas rurales pobres.
Luego de un conflicto armado interno de 36 años, con la firma de la Paz en
1996 se abre una nueva etapa en la vida política del país con los Acuerdos
de Paz como un referente de agenda para la construcción de un país más
incluyente. Durante el proceso de negociación, de los 22 negociadores, dos
eran mujeres; una de las cuales fue signataria de los Acuerdos de Paz (de
11 signatarios en total). Es el primer acuerdo de paz que aborda la violencia
contra las mujeres en América Latina y crea mecanismos específicos para
las mujeres indígenas (DEMI) y la institucionalidad para la paz.
La Comisión para el Esclarecimiento Histórico de Guatemala (CEH)
encontró que la violencia sexual se extendió durante más de tres décadas
de conflicto. La CEH reconoce un sub-registro de la violencia sexual y
reporta que corresponde a 2.38 % de las 42,275 violaciones de los
derechos humanos registradas. Solo 285 de los 1,465 casos denunciados
en ese momento pudieron ser documentados por la Comisión. La demanda
de las mujeres de justicia transformadora plasmada en la Declaración de
Huehuetenango del 2008, culminó en el Primer Tribunal Internacional de
Conciencia sobre la Violencia Sexual contra las Mujeres en Guatemala en
2011. Este sancionó la falta de diligencia para investigar y perseguir los
delitos sexuales y la ausencia de políticas preventivas como un mensaje de
permisividad e impunidad. En 2014, el caso de esclavitud sexual en Sepur
Zarco ha llegado a su fase de judicialización a través de cortes nacionales,
un hito en la historia mundial.
No obstante, los avances documentados en su implementación, muchos de
los compromisos suscritos siguen pendientes y su vigencia como pacto
social continúa siendo débil. En la Guatemala de hoy día persisten altos
niveles de conflictividad social, derivados de las exclusiones históricas, de
una débil presencia y respuesta del estado, de la falta de certeza jurídica
sobre la propiedad y tenencia de la tierra, la polarización ideológica como
resabio del conflicto armado y en algunos casos, la divergencia sobre el
modelo de desarrollo como en el caso de la extracción de los recursos
naturales. Con relación a la conflictividad social, el Relator Especial de
Pueblos Indígenas, James Amaya, concluyó que en el país se irrespetan los
derechos colectivos de los pueblos indígenas al no consultárseles sobre los
procesos de exploración y explotación minera.
La violencia contra las mujeres se ha manifestado como un continuo en la
historia de Guatemala y la violencia de género ha sido perpetuada como
una herramienta de subordinación y control de la vida y cuerpo de las
mujeres, sustentada por una cultura patriarcal y conservadora y un sistema
frágil de seguridad y respuestas judiciales que genera impunidad.
Guatemala es uno de los países con la mayor tasa de muertes violentas de
mujeres (9,7 de cada 100.000 personas) Según cifras del Instituto Nacional
de Ciencias Forenses (INACIF), en el año 2013 perdieron la vida
violentamente 748 mujeres, un aumento de 10% en relación a 2012, lo cual
representa un incremento del 11%, para un promedio de 2 muertes por día;
mientras que los casos de muertes violentas de hombres a pesar que son
10 veces superiores, han tenido una notable reducción. A partir de la
entrada en vigencia de la Ley contra el Femicidio y otras formas de
Violencia contra la Mujer en el año 2008, el número de denuncias penales
ha incrementado. En el 2012 el Ministerio Público-(MP) informó que el delito
de violencia contra la mujer fue el delito más denunciado, con un total de
51,790 denuncias (14.5%) y de 56,000 en 2013. De las denuncias
registradas en violencia contra la mujer en el año 2012, solamente 2,260
denuncias (6.4%) llegaron a acusación; y el Organismo Judicial (OJ) dictó
473 sentencias de casos de violencia contra la mujer. La tasa de impunidad
en general ha disminuido lentamente; sin embargo, en los casos de
femicidio persiste; y se estima en un 98%. En términos de prevalencia, la
violencia de pareja o ex pareja, incluida la violencia sexual, es la experiencia
que más afecta y se ensaña contra las mujeres a lo largo del curso de vida,
y especialmente contra las más jóvenes.
El sistema de justicia ha hecho esfuerzos para atender la violencia contra
las mujeres y frenar el alto nivel de impunidad relacionada, a través de la
instalación de unidades especializadas de atención victimo lógica, de
investigación y persecución penal, y órganos jurisprudenciales. De enero a
junio del 2013, 38 femicidios fueron reportados y 19 sentencias firmes
fueron emitidas por las cortes especializadas. De los 95 casos que
ingresaron a las cortes ordinarias, 5 sentencias firmes fueron emitidas, con
un total de 21 sentencias condenatorias. El Organismo Judicial aún tiene
mucho por hacer ya que los tribunales ordinarios no abordan los casos de
violencia contra las mujeres, y los tribunales especializados tienen una
cobertura limitada.
El mercado de trabajo se caracteriza por las relaciones desiguales entre
hombres y mujeres. De acuerdo a la ENEI 2013, el 64% de la población en
edad de trabajar es población económicamente activa (PEA), con una
participación de los hombres de 83%, en contraste con una participación del
40% de las mujeres. Las mujeres se encuentran trabajando principalmente
en comercio (39%), en actividades informales donde no cuentan con seguro
social. Aproximadamente 7.2% de la fuerza laboral de mujeres (169,000)
trabajan como empleadas domésticas y no cuentan con leyes adecuadas, lo
cual facilita que perciban salarios por debajo del salario mínimo y no sean
inscritas en el seguro social; y donde más de 80% son mujeres indígenas.
Las mujeres indican que trabajan menos en la agricultura (10.2%) mientras
que los hombres se encuentran trabajando principalmente en la agricultura
(43%), y en menor medida en el comercio (22,9%). El salario de las mujeres
representa el 78% del salario promedio de los hombres (ENEI, 2014), donde
se observan brechas aún mayores en las áreas urbanas y rurales, y entre
las mujeres indígenas. En algunas regiones, el trabajo de las mujeres, en su
mayoría indígenas, en actividades agrícolas no es remunerado, ya que se
considera parte del ingreso de los hombres. Las mujeres dedican en
promedio 6,1 horas al día al trabajo no remunerado que aporta al bienestar
de la familia y al desarrollo de la sociedad, y 7,5 horas al día al trabajo
remunerado; en contraste, los hombres dedican 2,6 horas al día al trabajo
no remunerado y 8,6 horas al día al trabajo remunerado, lo que representa
una mayor carga y sobrecarga de trabajo para las mujeres (ENCOVI, 2011).
El desempleo para las mujeres es 4,6% y para los hombres 2,4%.
Según la Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil-ENSMI (2008-2009),
las mujeres reportan haber sido víctimas de violencia en los últimos doce
meses, en las siguientes manifestaciones: Verbal: 21.6%; Física: 7.8%;
Sexual: 4.8%; al menos uno de cada tres tipos: 23.4%. A nivel nacional, el
INACIF realizó un total de 23,101 evaluaciones de casos de delitos sexuales
en el período de 2009 al 2013 (90% mujeres). Por su parte, la Policía
Nacional Civil-PNC atendió en el año 2013 un total de 11,720 casos de
violencia contra la mujer y 4,702 casos de violencia intrafamiliar. Un total de
20,397 mujeres sobrevivientes de violencia han sido atendidas en los cinco
Centros de Apoyo Integral para la Mujer Sobreviviente de Violencia-
CAIMUS, en el periodo 2008-2012.
La ENSMI (2008-2009), preguntó a hombres sobre si su esposa o
compañera necesita pedir permiso para realizar ciertas actividades con
estrechos vínculos con aspectos claves de las autonomías de las mujeres.
En total, el 81.6% indicó que requiere pedir permiso para que pueda salir de
su casa, el 58.9% para usar métodos de planificación familiar; 67.0% para
administrar el dinero de la casa, y un 77.8% para realizar otras actividades
(tales como trabajar o estudiar fuera de la casa). Las respuestas fueron más
frecuentes en residentes de áreas rurales (33.5%), en el noroccidente
(49.1%); en hombres indígenas (36.2%); con niveles menores de educación
(39.4%) y en el quintil económico más bajo (44.3%). No obstante, la
respuesta positiva del 10% de los hombres en el quintil más alto también
debe ser una causa de preocupación. Adicionalmente, 82.7% de los
hombres respondió que los problemas familiares deben ser conversados
solamente con personas de la familia y un 49.2% creía que el hombre tiene
que mostrar que él es quien manda en su casa. Estas limitaciones afectan
el acceso de las mujeres al cuidado de la salud y mortalidad materna,
morbilidad y mortalidad infantil, desnutrición; así como el contacto con la
familia y su autonomía económica.
Las niñas y niños también son víctimas de la violencia. De acuerdo al
Ministerio Público (MP) el delito de mayor incidencia contra la niñez y
adolescencia es el "maltrato contra personas menores de edad". El país
tiene una de las tasas más altas de embarazos en niñas y adolescentes en
la región centroamericana y de América Latina. Las tendencias de
embarazos en niñas de 10 a 14 años, que son producto de violencia sexual,
son las siguientes: 1,634 (2010); 1,076 (2011); 3,644 (2012) y 2,906 (de
enero a junio de 2013). El incesto ha sido una práctica invisibilizada, pero
presente en la cultura patriarcal guatemalteca. El embarazo en niñas y
adolescentes ha sido visibilizado considerablemente en los últimos años,
con el liderazgo del gobierno y la participación de la sociedad civil.
En el marco de la administración del Presidente Otto Pérez Molina, se
continúa priorizando acciones vinculadas a la paz, la seguridad, la justicia,
al empoderamiento económico y a la erradicación de la pobreza. El
gobierno ha realizado el lanzamiento público de la Política Nacional de
Prevención de la Violencia y el Delito, Seguridad Ciudadana y Convivencia
Pacífica (2014-2034). Esta política incluye un eje de prevención de la
violencia contra la mujer. El Ministerio Público, la Corte Suprema de Justicia
(CSJ) y el Organismo Judicial (OJ) ofrecen darles continuidad a los
procesos de incorporación de una perspectiva de los derechos humanos de
las mujeres en el organismo, tanto a través de su política de género, como
del fortalecimiento de las judicaturas especializadas en femicidio. ONU
Mujeres ha apoyado la formulación de una estrategia conjunta MP-OJ para
la ampliación del acceso de las mujeres a la justicia (2014).
En cuanto a la participación política, para las elecciones del 2011, 7
millones 340 mil 841 personas estaban empadronadas, de las cuales 51%
correspondía a mujeres, mostrando un incremento respecto al 46.9% de
mujeres registrado en el 2007. Como resultado, las mujeres constituyeron el
69.3% de los votantes. El salto más significativo en la participación de las
mujeres en las elecciones 2011 fue la inclusión de 6 mujeres candidatas en
los 11 binomios presidenciables, tres como candidatas a presidente y tres
como candidatas a vice presidente incluidas dos mujeres indígenas. Por
primera vez en la historia política de Guatemala, se eligió a una mujer como
Vicepresidenta. A la fecha ninguna mujer ha ocupado la presidencia del
Organismo Ejecutivo, lo que sí ha sucedido en los Organismos Legislativo y
Judicial.
Los resultados de las elecciones del 2011 registraron que únicamente 18
mujeres (14.1%) fueron electas como diputadas al Congreso (de 158
curules). El número de diputados y diputadas indígenas fue de 22, de los
cuales las mujeres indígenas eran únicamente tres (1.9%). Estas cifras
confirman las asimetrías y brechas de género y etnia que caracterizan al
Congreso de la República, constituyendo un signo de la exclusión y el
racismo que caracterizan tanto a la sociedad guatemalteca como al sistema
político. En relación a la representación de mujeres en los gobiernos
locales, en las elecciones de 2011 únicamente 7 mujeres fueron electas
como alcaldesas (de un total de 333 municipios). Un resultado más
optimista lo constituyó el que seis de las 20 representaciones guatemaltecas
para el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), fueron ganadas por
mujeres, lo que equivale a un 30%. Una de ellas fue electa en el 2014 como
la presidenta del PARLACEN, fruto entre otras cosas de la cohesión y
trabajo del bloque de mujeres en ese Parlamento. Guatemala no ha
promulgado ni leyes ni medidas afirmativas para la participación política de
las mujeres. La Corte de Constitucionalidad emitió un dictamen favorable a
las reformas a la Ley Electoral y de partidos políticos, iniciativa que se
encuentra en el Congreso pendiente de su aprobación final.
En cuanto a la participación política de mujeres en el ámbito local, el
Sistema Nacional de Consejos de Desarrollo es el medio principal para
llevar a cabo el proceso de planificación democrática del desarrollo,
tomando en cuenta principios de unidad nacional, multiétnica, pluricultural y
multilingüe de la nación guatemalteca. Según las cifras oficiales, para el año
2009, 190 mujeres participaban en los CODEDES (53 de ellas indígenas)
junto a 881 hombres. La participación de las mujeres se da todavía en los
puestos de menor toma de decisiones. En el Ejecutivo, las mujeres
estuvieron al frente de únicamente 3 de los 14 ministerios existentes en el
2012 (21.4%). En el Organismo Judicial, para el año 2013, según datos del
CENADOJ, se registraron 36.4% de mujeres. En la Corte Suprema de
Justicia, en el período 2009-2014 solamente hubo una magistrada mujer en
las 13 magistraturas, y presidió este Organismo durante el período 2011-
2012. En el 2014 esta magistrada fue designada para el cargo de Fiscal
General del Ministerio Público, en sustitución de su antecesora.
Adicionalmente, la Defensa Pública Penal estaba dirigida por una mujer. En
el nuevo Tribunal Supremo Electoral, electo en 2014, se registra una baja
en la participación de las mujeres, dado que en la nueva elección para
integrar el pleno de magistrados (5), únicamente se eligió a una mujer. La
anterior magistratura contó con tres mujeres y fue presidida por una de
ellas. A nivel de la institucionalidad, se requiere fortalecer los principales
mecanismos para las mujeres, especialmente en la implementación de su
mandato, coordinación de las entidades públicas y monitoreo de las
políticas nacionales. La Secretaría Presidencial de la Mujer (SEPREM),
como entidad asesora y coordinadora de políticas públicas para promover el
desarrollo integral de las mujeres guatemaltecas. La Defensoría de la Mujer
Indígena (DEMI) para promover el pleno ejercicio de los derechos
de las mujeres indígenas y contribuir a la erradicación de todas las formas
de violencia contra las mujeres indígenas. Otras instituciones, como la
Defensoría de la Mujer de la Procuraduría de Derechos Humanos; las
Unidades de Género en cada uno de los ministerios; y el Gabinete
Específico de la Mujer (GEM) liderado por la Vicepresidenta, con 17
instituciones miembros. Se brindará especial atención a las Oficinas
Municipales de la Mujer –OMM que son responsables de promover la
participación de las mujeres y los planes de desarrollo para responder a las
demandas de las mujeres a nivel municipal.
Las organizaciones de mujeres tienen una fuerte participación e incidencia
en la formulación de políticas públicas, y el monitoreo del presupuesto
nacional, así como las políticas nacionales para las mujeres. En el caso de
las organizaciones de mujeres indígenas, esto incluye la Agenda Articulada
de las Mujeres Mayas, Garífunas y Xinkas, que constituyó un aporte
importante para fortalecer la Política Nacional de Promoción y Desarrollo
Integral de las Mujeres y otras políticas sectoriales. A nivel global, un
proceso reciente e histórico, es el consenso global de las mujeres indígenas
en la definición del Documento de Posicionamiento Político y Plan de Acción
las Mujeres Indígenas del Mundo 2014-2015, el cual constituye una guía
para la articulación de las demandas y propuestas, así como un referente
para otros procesos globales, como la Conferencia Mundial sobre Pueblos
Indígenas 2014. La participación de varias mujeres y organizaciones
indígenas en la preparación de Cairo+20, Beijing+20 y la Agenda de
Desarrollo Post-2015, ha sido realmente significativa.

Programa Propuesto
El programa de ONU-Mujeres Guatemala está alineado con el plan
estratégico global de ONU Mujeres (2014-2017) y el UNDAF 2015-2019
para Guatemala, así como al marco legal y de políticas públicas de
Guatemala, especialmente la Política Nacional de Promoción y Desarrollo
Integral de las Mujeres - PNPDIM 2008-2023 - y al Plan Nacional de
Desarrollo K´atun: Nuestra Guatemala 2032.
Se plantea como objetivo general el promover el empoderamiento de las
mujeres para garantizar sus derechos, facilitando su participación y que se
beneficien del desarrollo nacional. El programa busca fortalecer las
capacidades nacionales para cumplir con las obligaciones institucionales en
torno a los derechos de las mujeres, de conformidad con convenios y
estándares internacionales. También apoyará la coordinación y alianzas
entre las diversas organizaciones de mujeres y su diálogo con el Estado,
para la adopción de leyes y la institucionalización de políticas públicas a
favor del empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, con
especial énfasis en las mujeres indígenas y las mujeres que viven en áreas
rurales, apoyando la generación de conocimiento y brindando asistencia
técnica.
Para garantizar un entorno favorable para que las mujeres desarrollen
plenamente su potencial, la abogacía y la movilización social contribuirán a
reconocer, promover y apoyar el valioso aporte de las mujeres a la
economía (trabajo remunerado y no remunerado) y en los procesos de toma
de decisiones. El programa plantea aumentar el acceso de las mujeres a
programas que apoyen sus iniciativas económicas, para garantizar ingresos
sostenibles y elevar su calidad de vida, y participar en las decisiones que
afectan sus vidas y sus comunidades. Programas integrales para prevenir la
violencia contra las mujeres y niñas reducen los obstáculos que las mujeres
enfrentan para participar como iguales en el mercado laboral, de educación
y la esfera pública. Garantizar el acceso a centros especializados para
mujeres elevará la auto-estima de las mujeres y les brindará atención
integral para sobrevivientes de VCM y nuevas oportunidades, incluyendo
opciones económicas para manejar e invertir sus propios recursos. Jueces
mejor capacitados y un sistema para fiscalizar los resultados de la
implementación de los tribunales especializados aumentará el acceso de las
mujeres a la justicia y reducirá la impunidad. Un enfoque integral e
interacción entre la autonomía política, económica y física de las mujeres
para el ejercicio de una ciudadanía efectiva asegurará la sostenibilidad de
todas las acciones. Debido a la naturaleza post- conflicto del Estado de
Guatemala, el empoderamiento de las mujeres contribuye a la consolidación
de la paz y al respeto de los derechos humanos de las mujeres, para
asegurar un avance sostenible de conformidad con lo establecido en los
Acuerdos de Paz.

El Programa incluye cinco componentes:


El componente de Mujeres, Paz, Seguridad & Respuesta Humanitaria
continuará apoyando la implementación de reformas para la igualdad de
género en las instituciones de seguridad y justicia para aumentar la
participación de las mujeres en puestos de toma de decisión, formación en
derechos de las mujeres para su personal, y promover mejores servicios
para las mujeres, acorde a su naturaleza. Esto incluye al Ministerio Público,
el Organismo Judicial, y la Policía Nacional Civil. También continuará
fortaleciendo las capacidades para procesar los casos de mujeres
sobrevivientes y víctimas de violencia durante el conflicto armado en los
tribunales nacionales. Adicionalmente, apoyará la implementación de un
Plan de Acción Nacional, de conformidad con la Resolución 1325 y otras
vinculadas al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y garantizar la
participación de las mujeres en la prevención y resolución de conflictos, así
como la preparación y respuesta ante emergencias. Dada la naturaleza
post-conflicto del Estado de Guatemala, se requiere dar seguimiento a los
acuerdos de paz vinculados a las mujeres, para contribuir a la consolidación
de la paz y el respeto a los derechos humanos, según lo establecido en los
Acuerdos de paz. También incluye el fortalecimiento del sector de seguridad
y justicia para enfrentar nuevos desafíos que afectan a las mujeres, tales
como el crimen, los conflictos sociales y el crimen organizado. El
componente de participación política y ciudadana de las mujeres, apoyará
los esfuerzos de abogacía de la sociedad civil para promover la
participación de las mujeres en dos procesos de elecciones: en el 2015 y en
el 2019, para aumentar la participación de mujeres como candidatas a
cargos de elección popular. También fortalecerá las capacidades del
Instituto Electoral para que trabaje con las mujeres en su participación
ciudadana, democrática y política a nivel nacional y municipal. Acompañará
los esfuerzos del Tribunal Supremo Electoral para integrar la perspectiva de
género en sus actividades planificadas, por medio de una unidad
especializada. Apoyará el análisis de propuestas legislativas que eliminen
obstáculos a las mujeres para ejercer su ciudadanía, fortalecer las
destrezas políticas y de negociación de las mujeres líderes, especialmente
el de las mujeres indígenas y jóvenes para crear una masa crítica de
mujeres líderes, y generar conocimiento para visibilizar los obstáculos para
la participación de las mujeres. Apoyará procesos para promover la
participación de las mujeres en los procesos locales de toma de decisiones,
a través del Sistema Nacional de Consejos de Desarrollo, y las Oficinas
Municipales para la Mujer – OMM para incrementar la inversión local y la
implementación de proyectos para mujeres. Los aliados y socios principales
son el Tribunal Supremo Electoral, el Congreso de la República, las
organizaciones de mujeres de la sociedad civil, la Secretaría Presidencial de
la Mujer – SEPREM-, y la Defensoría de la Mujer Indígena -.
Desde el componente de empoderamiento económico se continuará
apoyando el desarrollo de políticas que promuevan los derechos
económicos y laborales de las mujeres para mejorar sus condiciones
laborales. También acompañará esfuerzos para desarrollar programas de
protección social con perspectiva de género que contribuyan al
empoderamiento económico de las mujeres, así como la implementación de
proyectos de desarrollo dirigidos a mujeres emprendedoras, promoviendo
un enfoque holístico para fortalecer las capacidades productivas,
comerciales y personales de las mujeres, principalmente de las mujeres
rurales. También apoyará la generación de conocimiento sobre el aporte de
las mujeres a la economía y el análisis de las políticas macroeconómicas y
su impacto en el trabajo formal e informal para nutrir las políticas
nacionales. Este componente trabajará con los Ministerios de Economía y
de Agricultura, el Instituto Nacional de Estadística (INE) y SEPREM. Se
generarán alianzas con diferentes actores del sector económico para la
adscripción del sector privado a los siete principios de empoderamiento de
las mujeres (WEPs, por sus siglas en inglés). A nivel inter-agencial, se
apoyará la transversalización de la perspectiva de género en las iniciativas
de crecimiento y desarrollo inclusivo y en seguridad alimentaria.
Ante las altas tasas de violencia contra la mujer, ONU-Mujeres incorpora un
nuevo componente para apoyar las acciones de prevención y respuesta a la
violencia contra las mujeres y las niñas. Apoyará el desarrollo e
implementación de planes locales y nacionales contra la violencia; de
conformidad con las políticas nacionales. Además, promoverá una cultura
de cero tolerancias a la violencia contra las mujeres y las niñas, por medio
de la movilización de aliados clave, incluyendo las agencias del Sistema de
Naciones Unidas. Se brindará asistencia técnica para incrementar la calidad
en prestación de servicios integrales de atención de las mujeres
sobrevivientes por las instituciones del estado y las organizaciones no
gubernamentales y apoyará las redes de derivación para asegurar el acceso
a la justicia. Este componente también incluye el análisis de los datos y la
evaluación de la implementación de las políticas y leyes para reducir las
altas tasas de impunidad que caracterizan a los delitos contra las mujeres.
El programa trabajará para integrar las respuestas del Ministerio de
Gobernación, SEPREM, DEMI y las instituciones y organizaciones que
conforman el Consejo Nacional para la
Prevención de Violencia – CONAPREVI -, las redes y organizaciones de
sociedad civil especializadas en la temática, para garantizar la sostenibilidad
y liderará los esfuerzos inteligénciales del Sistema de las Naciones Unidas
en la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas. Continuará
aunando esfuerzos para integrar la perspectiva de género y abordar la
violencia de género en el Grupo Inteligencia de VIH.
El componente de Normas Internacionales, continuará centrado en
fortalecer a las instituciones nacionales, el movimiento de las mujeres y las
organizaciones de mujeres indígenas en los procesos intergubernamentales
como el CSW, Post 2015, Beijing + 20, la Conferencia Mundial de Pueblos
Indígenas, así como la difusión y seguimiento de las recomendaciones
resultantes de estos foros. Esto incluye el fortalecimiento de la
institucionalidad de la mujer, especialmente SEPREM y DEMI, el Gabinete
Específico de la Mujer -GEM- y las unidades de género, en la
implementación de la Política Nacional para la Promoción y Desarrollo
Integral de la Mujer PNPDIM 2008-2023. También apoyará el monitoreo y
desarrollo de informes nacionales y alternativos de avance en la
implementación de las recomendaciones del Comité de la CEDAW y otros
marcos de derechos humanos de las mujeres, tales como el Examen
Periódico Universal, y la preparación de delegaciones oficiales para eventos
internacionales.
Es importante destacar el enfoque sistémico-estratégico del programa
quinquenal a través de la coordinación e interacción de las distintas áreas.
También se asegurará que los derechos de las mujeres indígenas se
aborden como una estrategia transversal y priorizará la inversión estratégica
en las mujeres indígenas como agentes de cambio. En relación al
fortalecimiento de capacidades, se desarrollará una estrategia de tres
niveles, la cual incluirá: 1) fortalecer la institucionalidad pública de acuerdo a
sus mandatos, 2) promover la participación de las mujeres a nivel local, y 3)
monitorear las políticas públicas y la situación de las mujeres. El programa
también resaltará el rol coordinador de ONU Mujeres con las demás
agencias del Sistema de Naciones Unidas para contribuir, de manera
conjunta, al desarrollo integral de las mujeres y garantizar la continuidad,
ampliación y fortalecimiento de los avances alcanzados en las políticas,
planes y acciones. Finalmente, se pondrá en práctica una estrategia de
comunicación en cada programa para: 1) Asesorar y apoyar los esfuerzos
de abogacía para el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de
género; 2) incrementar la visibilidad de los aportes de ONU Mujeres, y 3)
aumentar la conciencia pública sobre las metas para la igualdad de género.
ONU Mujeres ejecuta su programa mediante la modalidad de
Implementación Directa, por lo que mantiene la responsabilidad de la
ejecución de las actividades, consensuando con las entidades socias del
sector público mediante memorándums de entendimiento o cartas de
solicitud de cooperación y planes específicos de trabajo. También suscribe
acuerdos de cooperación con entidades no gubernamentales.
Alianzas
ONU Mujeres Guatemala ha establecido alianzas con varias Agencias del
Sistema de Naciones Unidas, otros donantes y ONGs nacionales e
internacionales. Para promover la participación política de las mujeres, se
establecerán alianzas importantes a nivel nacional con el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Instituto Holandés para la
Democracia Multipartidaria (NIMD) y el Instituto Demócrata para Asuntos
Internacionales (NDI) para acompañar al Tribunal Supremo Electoral. Para
abogar por que un mayor número de mujeres ocupen posiciones de
decisión, ONU Mujeres ha establecido una alianza con MOLOJ, Alas de
Mariposa y Convergencia Cívico Política. NIMD es un socio fuerte para
trabajar a nivel local en una campaña para promover la participación de la
mujer. ONU Mujeres trabaja conjuntamente con PNUD para fortalecer las
capacidades de las organizaciones de mujeres indígenas. ONU Mujeres
continuará aunando esfuerzos para prevenir los matrimonios infantiles,
empoderar a las niñas indígenas, prevenir embarazos en niñas menores de
14 años con UNICEF, UNFPA, OPS y UNESCO, y los donantes, incluyendo
Canadá y el Reino Unido, e incluirá una nueva alianza para empoderar a las
mujeres indígenas.
En el área de empoderamiento económico de las mujeres, ONU Mujeres
unirá esfuerzos con PMA, FAO y FIDA para fortalecer las políticas de
género del Ministerio de Agricultura, así como la promoción del
empoderamiento económico de las mujeres y la seguridad alimentaria.
Establecerá una alianza con PNUD para promover la adscripción del sector
privado a los principios de empoderamiento de las mujeres en el marco del
Global Compacti. De igual forma, el sector privado organizado,
principalmente las cámaras empresariales son aliados estratégicos tanto
para la promoción de los WEPs, así como del fortalecimiento de las
habilidades de las mujeres rurales emprendedoras del país. Continuará
trabajando en la incidencia para las políticas sociales con una perspectiva
de género, incluyendo la protección social, con PNUD, UNICEF y UNFPA.
Con OIT, PNUD y OACNUDH establecerá una alianza para promover el
Convenio 189. Las relaciones principales de cooperación incluyen a Suecia
y Noruega.
En relación a la erradicación de la VCM, existe un proceso para establecer
una alianza con GIZ (Cooperación Alemana) con el fin de promover
campañas locales de prevención y diálogos municipales. Junto con UNFPA,
OPS/OMS, UNICEF y OACNUDH, se implementarán otras acciones para
abordar la prevención de la VCM y actividades vinculadas al último año de
la Campaña UNETE. Las relaciones principales con donantes incluyen a
España.
En Mujeres, Paz y Seguridad, se continuará trabajando en alianza con
Impunity Watch y el Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible
(IEPADES) para desarrollar un Plan de Acción Nacional para la Resolución
1325 y abogar por las necesidades de las mujeres con la Coordinadora
Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA). De manera conjunta con
UNFPA, se realizarán esfuerzos para aumentar el acceso de las mujeres a
la justicia y promover un mayor conocimiento en los proveedores de
servicios con el Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer
(CICAM); con PNUD y Abogados Sin Fronteras –ASF- para el
fortalecimiento de las capacidades nacionales en materia de investigación y
persecución de violaciones a los derechos humanos de las mujeres,
particularmente violencia sexual, en situaciones de conflicto y postconflicto;
para continuar monitoreando los estándares para mujeres privadas de
libertad con Colectivo Artesana, UNODC y sobre la situación de sus hijos e
hijas, con UNICEF. Se ha establecido una alianza con OACNUDH para
monitorear la implementación de las recomendaciones de órganos de
derechos humanos y fortalecer las capacidades de la Procuraduría de los
Derechos Humanos y promover el fortalecimiento del marco institucional de
mujeres y sociedad civil. Las relaciones principales de cooperación incluyen
al Fondo para la Consolidación de la Paz (PBF por sus siglas en inglés),
United States Department of State y Justice Rapid Response –JRR-
ONU Mujeres continuará promoviendo alianzas con organizaciones de
mujeres para acompañar los esfuerzos de abogacía de la sociedad civil,
tales como el Sector de Mujeres, la Agenda Política Mujeres en la
Diversidad, la Red para el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), la Red
Coordinadora 25 de noviembre, la Red de la No Violencia contra las
Mujeres (REDNOVI), la Comisión Beijing +20 y la Asociación de
Trabajadoras del Hogar a Domicilio y de Maquila (ATRAHDOM), entre otras.
Otras alianzas con el sector privado incluyen la Universidad Rafael Landívar
(URL), el Instituto de la Mujer de la Universidad de San Carlos (IUMUSAC);
Asociación Guatemalteca de Exportadores (AGEXPORT), y empresas
privadas enfocadas en la responsabilidad social empresarial. El Grupo
Asesor de la Sociedad Civil (GASC) ha contribuido a fortalecer las
relaciones con la sociedad civil y ha generado valiosos insumos para las
acciones a futuro y este Plan Estratégico. Se establecerán nuevas alianzas
con grupos de mujeres que viven con VIH; organizaciones basadas en la fe
y hombres comprometidos, en el marco de la Campaña HeforShe.
Finalmente, ONU Mujeres ha desarrollado una estrategia de alianzas con
medios de comunicación para el posicionamiento de temas prioritarios tanto
para la Oficina de País, la Oficina Regional y la Sede.
Nombre del documento
Mujeres en Guatemala

Fuente
Sitio Web

Resumen Las mujeres y propuestas de la ONU, para la


mejora de la vida social y privada de las mujeres en
Guatemala
Bibliografía https://lac.unwomen.org/es/donde-estamos/guatemala
El rol de la mujer en la
seguridad alimentaria y
nutricional
l papel que la mujer desempeña para garantizar la seguridad alimentaria y
nutricional en su familia y la sociedad es de suma importancia; en muchos
hogares, mientras los hombres destinan los cultivos a lo comercial para
brindar soporte económico, las mujeres preparan los alimentos a consumir y
cuidan del ganado que proveerá las proteínas.  Según la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación -FAO-, la mayoría de
las mujeres dedican sus ingresos a la compra de alimentos y a las
necesidades de sus hijos, no sorprende que algunos estudios demuestran
que las posibilidades de supervivencia de un niño o una niña se
incrementan en un 20% cuando la madre controla el presupuesto
doméstico.
Dyana Rosales, de la Unidad de Equidad de Género, Pueblos Indígenas e
Interculturalidad de la Secretaría de Seguridad Alimentaria y Nutricional
-SESAN- opina: “Más que desigualdad, existe una brecha en cuanto la
equidad de género, la oportunidad laboral y para acceder a la educación,
servicios de salud, etc.  Los hombres tienen mayor acceso a oportunidades
laborales y un mayor ingreso por las tareas que desempeñan, en las
comunidades se prioriza la educación para los niños y las niñas a veces se
quedan en casa aprendiendo los quehaceres domésticos”.
La equidad de género en la SAN se refiere a que a la mujer y la niña se les
brinde el mismo acceso, disponibilidad y oportunidad de consumir alimentos
que a un hombre, Rosales, respecto a ésta recomienda: “Si las mujeres
tomamos un rol activo e incidimos en el proceso de toma de decisiones,
podemos empoderar a las mujeres, no limitándonos al papel que se nos ha
asignado.  Debemos impulsar un cambio generacional para que cada familia
conozca la importancia de acceder a los alimentos al distribuirlos
equitativamente a los integrantes de la familia, con ello se beneficiaría a la
población en general”.
Habrá una mejoría en la sociedad, si la niña y la mujer tienen una buena
nutrición, conocen los alimentos que son buenos para su salud y tienen
acceso a ellos, ya que cuando sean madres tendrán todo lo necesario en su
cuerpo para proveerle a sus hijos y se alimentarán bien durante el proceso
de gestación, además, a través de la lactancia materna exclusiva podrán
brindarles la mejor leche.  Resulta una prioridad garantizar que las mujeres
tengan igualdad en el acceso a alimentos en cantidad y calidad.
Concluye Rosales: “No promovemos el papel de la mujer como superior al
hombre, sino que el hombre le dé la importancia que merece; que, en el
trabajo, universidad, colegio y nuestros hogares todos podamos participar
activamente en el empoderamiento de las mujeres, visibilizar la inseguridad
alimentaria que se padece y que los hombres se sumen al cambio de
comportamiento”.
 Maritza Méndez, Secretaria de Seguridad Alimentaria y Nutricional de la
Presidencia, en el marco del Día Internacional de la Mujer, aportó: «𝑳𝒆𝒔
𝒊𝒏𝒗𝒊𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒂 𝒖𝒏𝒊𝒓𝒔𝒆 𝒂 𝒒𝒖𝒊𝒆𝒏𝒆𝒔 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒆𝒔𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓
𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒓 𝒍𝒂𝒔 𝒃𝒓𝒆𝒄𝒉𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒊𝒏𝒆𝒒𝒖𝒊𝒅𝒂𝒅 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓𝒆𝒔 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒂𝒏
𝒅𝒆𝒔𝒂𝒓𝒓𝒐𝒍𝒍𝒂𝒓𝒔𝒆 𝒑𝒍𝒆𝒏𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒆. 𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕𝒂𝒓𝒊́𝒂 𝒅𝒆 𝑺𝒆𝒈𝒖𝒓𝒊𝒅𝒂𝒅
𝑨𝒍𝒊𝒎𝒆𝒏𝒕𝒂𝒓𝒊𝒂 𝒚 𝑵𝒖𝒕𝒓𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒂𝒍 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑷𝒓𝒆𝒔𝒊𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂, 𝒆𝒔𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔 𝒉𝒂𝒄𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐
𝒆𝒔𝒇𝒖𝒆𝒓𝒛𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒓𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒍𝒂𝒏𝒆𝒔 𝒚 𝒑𝒓𝒐𝒈𝒓𝒂𝒎𝒂𝒔 𝒕𝒆𝒏𝒈𝒂𝒏 𝒖𝒏
𝒂𝒅𝒆𝒄𝒖𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏𝒇𝒐𝒒𝒖𝒆 𝒅𝒆 𝒈𝒆́𝒏𝒆𝒓𝒐 𝒚 𝒑𝒆𝒓𝒎𝒊𝒕𝒂𝒏 𝒆𝒍 𝒆𝒎𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓𝒂𝒎𝒊𝒆𝒏𝒕𝒐
𝒆𝒄𝒐𝒏𝒐́𝒎𝒊𝒄𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒎𝒖𝒋𝒆𝒓𝒆𝒔, 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒔𝒆𝒂𝒏 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆́𝒏 𝒇𝒂𝒄𝒊𝒍𝒊𝒕𝒂𝒅𝒐𝒓𝒂𝒔 𝒚
𝒄𝒐𝒏𝒔𝒕𝒓𝒖𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝒎𝒖𝒏𝒅𝒐 𝒔𝒊𝒏 𝒉𝒂𝒎𝒃𝒓𝒆»,
Nombre del documento
El rol de la mujer en la seguridad alimentaria y
nutricional

Fuente
Sitio Web

Resumen Las mujeres son encargadas de

Bibliografía http://www.sesan.gob.gt/wordpress/2020/03/09/el-rol-de-la-mujer-
en-la-seguridad-alimentaria-y-nutricional/
En Guatemala, todavía falta
mucho para alcanzar el
empoderamiento de las
mujeres
En Guatemala, cada año más de 500 mujeres son asesinadas, es decir, que una o más
mujeres son asesinadas cada día. Luego de El Salvador y Jamaica, Guatemala es el tercer
país con el índice más alto de feminicidios en el mundo entero. 

Sin embargo, muchos de estos asesinatos no son investigados por la justicia; tan


solo el 4 % de todos los homicidios resultan en una convicción. Además, las
mujeres NO son protegidas ni por la justicia ni por sus propias familias, ya que en
el 60 % de los feminicidios el asesino es un hombre que tiene una relación
cercana con la mujer.

"Nos están matando nuestros padres, hermanos, padrastros… la misma


gente que se espera que nos cuiden”, explica Rebecca Lane, una rapera
guatemalteca. 
Es evidente que, en el país reina la cultura machista y patriarcal: allí los
hombres pueden asesinar a mujeres sin la incertidumbre de si tendrán que
presentarse ante la justicia para justificar sus acciones. 
En la mayoría de los casos, la violencia hacia las mujeres se manifiesta
mediante la tortura, la violación y la mutilación. Luego, los cuerpos inertes
de las mujeres son desechados entre la basura, en los callejones, o al
costado de las calles, como si fueran basura.
Como vemos, en Guatemala, la igualdad de género está muy lejos de ser
alcanzada. En esta triste realidad, las mujeres son consideradas objetos y
no seres humanos. 
La situación de las mujeres en la economía 
Como si esto no fuera suficiente, el rol de las mujeres en la agricultura y la
economía es constantemente minimizado. A pesar de tener un rol muy
importante en la agricultura y en la producción de alimentos del país, las
mujeres y niñas tienen poco acceso a la tierra, a los insumos agrícolas, al
financiamiento y al crédito. Esto condiciona sus oportunidades de conseguir
empleo, de acceder a los servicios públicos y de participar en la producción
agrícola. 

El empoderamiento económico de las


mujeres rurales 
En lo que refiere al sector económico, las organizaciones ONU Mujeres, el
FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola), la FAO, el
PMA (Programa Mundial de Alimentos) implementarán un programa que
busca promover elempoderamiento económico de 1.200 mujeres rurales
en la región del valle de Polochic en Guatemala. En esta región, más del 78
% de las personas viven en pobreza y más del 37 % en pobreza extrema. 
A grandes rasgos, este programa se enfoca en mejorar la seguridad
alimentaria, en promover la productividad de las mujeres y permitir su
acceso a los insumos y servicios necesarios. Además, busca incorporar la
participación de mujeres en las instituciones locales y centrales,
implementando políticas con perspectiva de género, y promoviendo
reformas para mejorar los derechos rurales de las mujeres. Por último, el
programa se enfoca en mejorar el ingreso de las mujeres mediante el apoyo
a los negocios dirigidos por las mismas. 
En una segunda instancia, una vez que se ponga en práctica y junto con la
ayuda del Gobierno de Guatemala, se espera expandir el liderazgo de las
mujeres, fortalecer sus instituciones y organizaciones para además
promover su participación en la política. 

Leyes que «protegen» a las mujeres


Desde el 2008, Guatemala cuenta con una ley que define al feminicidio
como un crimen específico contra la mujer y cuya sentencia puede alcanzar
los 25 a 50 años sin libertad condicional. Además, se dedicaron unidades de
la policía y fiscales específicos para tratar estos casos en particular 
Cuando fueron tomadas, estas medidas despertaron esperanzas de que la
situación de las mujeres iba a mejorar finalmente.  Sin embargo, todavía no
se han observado cambios reales y la tasa de feminicidios en Guatemala
sigue siendo tan alta como de costumbre. Entre abril del 2015 y marzo del
2016, solo se reportaron 262 casos de feminicidios. No obstante,
según estadísticas del gobierno, en los primeros cuatro meses del 2016, un
total de 222 mujeres murieron violentamente como resultado de la violencia
de género. 
¿Donde están la justicia para estas mujeres? ¿Dónde está la protección que
necesitan para seguir viviendo? Sin mujeres, no habrá siquiera a quiénes
empoderar. 
Nombre del documento
En Guatemala, todavía falta mucho para alcanzar el
empoderamiento de las mujeres

Fuente
Sitio Web

Resumen Mientras el hombre quiera seguir opacando

Bibliografía https://www.prensalibre.com/hemeroteca/mujeres-guatemaltecas-
en-la-independencia/
Mujeres guatemaltecas en
la Independencia de
Guatemala

Guatemala, 1821, mujeres, independencia. Aunque inconexas, estas


palabras tienen más peso del que ha sido registrado en la historia.

Ya lo decía la feminista chilena Julieta Kirkwood, “habían estado allí


siempre, pero en esa condición de historia fría”. Porque no se puede negar
que, aunque fueron relegadas a la “vida privada”, es decir, confinadas al
silencio de la reproducción maternal y actividades caseras, enterradas en la
repetición de lo cotidianamente doméstico; según palabras de la
historiadora francesa Michelle Perrot, gracias a ellas algunos hombres han
podido subirse a la palestra de las batallas y las conquistas de lo económico
y lo social, de lo político y lo sagrado.

Pero la ausencia de las mujeres (con claras excepciones como el de


Dolores Bedoya), en las páginas de los libros que relatan cómo Guatemala
dejó de ser parte de la Corona Española para convertirse en un país
independiente, no se trata de un mero descuido, sino de una constante:
Hasta hace poco la historia en general había sido escrita desde un solo
punto de vista, desde un telescopio, olvidando los binoculares. “La historia
parecía rara (…) irreal, desnivelada”, apuntó en 1982 la novelista inglesa
Virginia Woolf al señalar la ausencia de ellas en el mundo. Y es que el
silencio pesa sobre las descendientes de Eva como un oscuro manto.

“Como resultado de años de la cultura patriarcal, se dice que en la mujer se


ha destruido el deseo del poder. No lo desea para sí, se autoexcluye de la
posibilidad de tomarlo, no discute. Lo considera algo que está fuera. Pero
no se trata de que no quieran, sino de que simplemente han estado
invisibles”, expone Ofelia Columba Dé León en el folleto Mujer e historia:
hallazgos significativos para comprender su participación en los
movimientos sociales del siglo XIX.

Unos cuantos nombres “… un día, encendidos en patrio ardimiento” —como


reza el himno de este país—, se nos ocurrió separarnos de España, y era
de suponerse que las mujeres, confinadas a los espacios privados, no
pudieran sobresalir.

Tenemos el caso de Dolores Bedoya, de la que se cuenta, casi


ridiculizándola, que salió a la calle a quemar cohetillos el día que se firmó el
acta de Independencia. Solo esa imagen connota a una mujer casi loca,
pero pocos se han dado a la tarea de reconocer que Bedoya no solo
irrumpió en ese momento, sino su participación fue de vital importancia,
tanto antes como después de este movimiento.

“El doctor Molina fue perseguido por mucho tiempo, de hecho, estuvo
encarcelado, y doña Dolores siempre se hizo cargo del mantenimiento de su
casa, de sus hijos”, cuenta la historiadora María Laura Jiménez.

“Ella tenía una trayectoria política, pertenecía a una familia que se


destacaba por sus pensamientos separatistas, acudía a cuanta Tertulia
Patriótica hubiera, visitaba los barrios de la ciudad para difundir el
pensamiento, como el de Candelaria, El Tanque, Marrullero… Y ese día,
llamó a la gente para que, por si los próceres estaban un poco tímidos con
la presión de la muchedumbre, firmaran el acta”, relata Jiménez.

Otra asidua concurrente a las Tertulias patrióticas “amiga de mezclarse en


las cosas públicas y afecta a las intrigas políticas, fue doña María Josefa
García Granados. Su hermano don Miguel García Granados la describe en
una carta como mujer de genio independiente, despreocupada, de mucho
ingenio y travesura, con gran facilidad para versificar y mucho chiste en sus
sátiras; era lo que puede llamarse un ente original y de trato peligroso”,
apunta Jiménez en el folleto Mujer e historia: movimientos sociales del siglo
XIX.

Luis Villacorta, en su publicación María Josefa García Granados, asegura


que la Pepita, como le llamaban, “no solo poseía gran talento, sino también
variada instrucción, rara en su sexo y en su época, ya que conocía la
música, tocaba el piano, era versada en literatura y hablaba varios idiomas,
entre ellos el inglés, del cual tradujo poesías de lord Byron y otros autores”.
Su experiencia política fue plasmada en sus escritos, que salieron a la luz
después de la guerra civil de 1829.

“Pero hay otros nombres que hemos podido sacar del anonimato”, asegura
Jiménez, y menciona a Cristina García Granados, una especie de Madame
Roland, que infundía alientos al pequeño grupo de girondinos de que su
esposo era jefe.

Anita Arce, el verbo del pueblo hecho saeta. Ella, la mujer sin miedo,
algunas veces imprudente, siempre patriota, recorría los círculos populares
censurando, vilipendiando, maldiciendo a la caterva opresora. También
menciona a doña Leona Flores de Molina, madre de Pedro Molina; Marcela
Cruz, hija de Serapio Cruz, y María Barrios, hermana de Justo Rufino
Barrios.

“Sin embargo, no es difícil percibir que la historia ha identificado a esta


guerrera como la esposa de… la hermana de… o que su participación se
debió a la sangre de algún patriota, que desde sus glóbulos le insufló el
amor a la patria, al partido, y la participación política, o simplemente la
inteligencia para comprender asuntos tan delicados”, recalca Jiménez.

No obstante, desde el momento en el que se reconoce o salen a la palestra


nombres de féminas, como los ya mencionados, y se convierten en hechos
históricos, no “exhuma los acontecimientos menospreciados, desdeñados.
Conferirles importancia y explicar el porqué, no es solo reparar un olvido,
sino cambiar los criterios, trastornar la jerarquía de los valores. La
cronología en femenina amenaza con trastocar la importancia de los
hechos”, escribió la feminista francesa Yvonne Knibiehler en su libro
Cronología e historia de mujeres.

Las historiadoras guatemaltecas Anna Carla Ericastilla, María Laura


Jiménez y Beatriz Palomo de Lewin coinciden al asegurar que la historia de
la independencia de Guatemala no fue solo gracias a la labor de los
hombres, sino a la fuerza de trabajo de muchas mujeres que debido a la
época permanecieron en el anonimato, pero que, sin ellas, muchas cosas
no hubieran pasado.

Patriarcado moderno
Aunque en la historia moderna se ha menospreciado la contribución de las
féminas a la Humanidad, lo cierto es que este pensamiento cobró mucha
más vigencia a raíz de la Revolución Francesa (1789), pues este
movimiento es considerado como modelo a seguir para crear países con
democracia y libertad, e impuso sobre las mujeres connotaciones negativas
específicas si consideramos que en este hecho se dio el reconocimiento
pleno de la ciudadanía, pero no para ellas.

Un personaje importante en este asunto fue Jean-Jacques Rousseau


(filósofo, Ginebra, Suiza, 1712-Ermenonville, Francia, 1778) ya que fue el
creador de los principios democráticos y a la vez misóginos”, explica la
historiadora María Laura Jiménez.

Y es que este planteó, entre muchas cosas más, que las damas debían
participar únicamente en el espacio de lo privado (doméstico), y los
hombres en lo público, poniendo así, en el pensamiento llamado ilustrado,
las bases del patriarcado moderno.
“Lo que propuso este pensador fue una sujeción de la mujer en un estado
de naturaleza, que no fue siempre así, pues antes de esto tenía mucha más
participación”, dice Jiménez. “Es muy ilustrativo lo que el mismo Rousseau
dijo: ‘Formada para obedecer a un ser tan imperfecto como el hombre, con
frecuencia tan lleno de vicios y siempre tan lleno de defectos, debe
aprender con anticipación a sufrir incluso la injusticia y a soportar las
sinrazones de un marido sin quejarse’ (Mujeres e historia: movimientos del
siglo XIX).

Quizá se refería a que ellas se hicieran cargo, incluso de sostener a la


familia, con trabajos caseros, para que ellos pudieran actuar en lo público
sin ningún tipo de distracción”, apunta Jiménez. “Así, todos estos postulados
rousseaunianos van a influir en la no participación política de las mujeres, y
por eso es que ellas se nos desaparecen en este ámbito desde finales del
siglo XVIII hasta casi mediados del siglo XIX”, anota.

“Y aquellas que salían no estaban bien vistas, porque significaba que no


había un hombre con suficiente poder en sus casas para evitar que ellas se
expresaran”, comenta la historiadora. “En los escritos de la época se puede
leer, casi como manual, cómo ellas debían de llevar una casa y cuidar a los
niños. Porque todo eso que nosotros creemos que es natural, es totalmente
social y aprendido. Es decir, todos los tratados de puericultura son la pauta
de que esa manera de ser tuvo que ser enseñada”, agrega Jiménez.

Heroínas en el anonimato
La mujer siempre ha intervenido en la economía, la ciencia, la cultura, la
historia, el arte, y la educación, pero su participación ha estado limitada (por
factores externos a su voluntad) y ha sido poco reconocida.

Numerosos factores de tipo estructural, ideológico, social y psicológico han


inhibido su participación plena y la han configurado como un ser de pocos
derechos, grandes responsabilidades y escasas posibilidades de afirmase
como persona y como ente social, expone la historiadora Delia Dé león.
Coincide con este pensamiento la directora del Archivo General de Centro
América, Anna Carla Ericastilla, quien asegura: Su trabajo siempre ha
estado ahí, lo que nos ha faltado es implementar esa óptica que permita
descubrirlas en los documentos en los que aparecen, y en los que
aparentemente no lo están, leer un poco el sustrato, porque hay que pensar
que si nos vamos a las clasificaciones en los archivos históricos en el
mundo, lo que hay que tomar en cuenta es que las personas que han
clasificado esa información (historiadores hombres) no siempre han
pensado en resaltar la experiencia femenina.

Para la historiadora Beatriz Palomo de Lewin, no se trata de una acción


predeterminada de los hombres, sino que ellos han querido resaltar solo su
protagonismo. Se sabe que las primeras en indagar sobre el pasado de las
mujeres no fueron los historiadores o las historiadoras, sino las feministas
de formación universitaria.

En Le Deuxieme Sexe, publicado en 1949, la filósofa Simone de Beauvoir


había mostrado el camino con mano maestra: su investigación sobre el
estatus de persona humana de las mujeres la había conducido a una
inmersión metódica en el pasado.

Las generaciones futuras le deberían, entre otros agudos juicios, el que “no
se nace mujer, se llegar a ser”. A pesar de los esfuerzos de este
movimiento, los hombres retomaron la historia de las mujeres, pero “les faltó
ver el punto de vista de ellas”, denuncia Anne Pérotin-Dumon en su tesis El
género en la historia.

“Lo que se requiere es un mundo de información”, decía Virginia Woolf.


Pero la duda surge porque no se puso —y aún no se pone en su totalidad—
en práctica esa óptica a la que Ericastilla se refiere. Según esta historiadora
se debe a que la cultura occidental considera que las acciones de ellas
tenían y tienen que estar inmersas en lo doméstico, y que las actividades de
la reproducción son menos que las de producción, y por lo tanto se ha
visibilizado a la mujer como ciudadano de segunda clase.
Déleon enfatiza que “a la mujer se le exige el máximo de productividad (aquí
se incluye también la procreación) y se le subordina a un papel
dependiente, caracterizado por la abnegación y el sacrificio”.
Nombre del documento
Mujeres guatemaltecas en la independencia de
Guatemala
Fuente
Sitio Web

Resumen Las mujeres tuvieron representantes que ayudaron


y celebraron el día de independencia.

Bibliografía https://www.prensalibre.com/hemeroteca/mujeres-guatemaltecas-
en-la-independencia/
Las mujeres y su papel en el
desarrollo de Guatemala

Ciudad de Guatemala, 8 mar (AGN). - La presencia de las mujeres en los


diversos ámbitos sociales es cada vez más fuerte. Aunque sigue habiendo
retos por superar, resultan indiscutibles sus aportes a la sociedad,
según la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Tal situación se evidencia en Guatemala, donde el 50,78 por ciento de sus
habitantes corresponden a la población femenina.
De acuerdo con las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística
(INE) para este año, en el país hay 17 millones 109 mil 746 personas. De
ellas, 8 millones 690 mil 24 son mujeres.
Niñas, adolescentes, jóvenes, adultas y de la tercera edad están en ese
grupo, distribuidas en los 22 departamentos, pero con mayor presencia en
los siguientes:
 Guatemala, con un millón 840 mil 939
 Huehuetenango, con 708 mil 988
 Alta Verapaz, con 676 mil 765
 San Marcos, con 603 mil 808
 Quiché, con 551 mil 211
Mujeres en la economía
En el ámbito laboral, se contabilizó a 2 millones 622 mil 711 guatemaltecas
activas en 2019. Esto según los datos recabados en la Encuesta Nacional
de Empleo e Ingresos efectuada ese año.
Esa es la información más reciente al respecto, debido a que la pandemia
del coronavirus (COVID-19) impidió llevar a cabo el citado estudio en 2020.
Además, según el Censo de Población 2018, unos promedios del 24 por
ciento de las familias en el país están encabezadas por una mujer.
El departamento que más vecinas reporta como jefas de hogar es Zacapa,
con el 29,2 por ciento. Le siguen Guatemala, con 28,8, y Chiquimula, con
27,1 por ciento.
Gráfica: INE
En cuanto a la población joven, según las proyecciones del INE, 2 millones
903 mil 521 mujeres están entre los 20 y los 39 años.
Entretanto, las niñas de entre 0 y 14 años suman 2 millones 706 mil 825 y
en el rango de 15 y 19 años hay 866 mil 609.
Esto implica que el 74,5 por ciento de las mujeres en el país está entre los 0
y 39 años.
Gráfica: INE
Desarrollo integral
El gobierno del presidente Alejandro Giammattei ha establecido como una
de sus prioridades el desarrollo integral de la población femenina,
principalmente la radicada en las áreas más alejadas.
De esta cuenta, desde el inicio de la actual administración se han
implementado proyectos encaminados al logro de ese objetivo.
Con el fortalecimiento de los programas educativos, combate a la
desnutrición, así como a la violencia intrafamiliar y de género, se trabaja
para mejorar las condiciones de vida de las guatemaltecas.
Entre los planes que están en ejecución desde las diferentes instituciones
estatales en esa materia figuran los siguientes:
 Gran Cruzada Nacional por la Nutrición
 entrega de alimentación escolar
 becas educativas para el nivel medio
 vacunación para prevenir el cáncer cervicouterino
 campañas de planificación familiar y salud reproductiva
 unidades productivas para el empoderamiento económico de las jefas
de hogar
 capital semilla y créditos para pequeñas empresarias
 inclusión laboral para personas con discapacidad
 centros de apoyo integral para mujeres sobrevivientes de violencia
 oficinas de atención a la víctima de violencia intrafamiliar
 sistema de alertas de mujeres desaparecidas Isabel-Claudina
 campaña de prevención de la violencia de género
Las autoridades reconocen que aún hay desafíos por sortear, pero hacen
ver que las guatemaltecas tienen ahora más oportunidades de progreso.
ONU reconoce labor de las mujeres
Con el lema Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de
COVID-19, la ONU promueve la conmemoración del Día Internacional de la
Mujer este año.
Así, celebra “los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el
mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse de la pandemia”.
“Las mujeres se encuentran en la primera línea de la crisis de COVID-19,
como trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras
comunitarias. También se encuentran entre las y los líderes nacionales más
ejemplares y eficaces en la lucha contra la pandemia”, se lee en un
comunicado de ese ente.
 Además, hace ver que la crisis ha puesto de relieve tanto la importancia
fundamental de las contribuciones de las mujeres como las cargas
desproporcionadas que soportan.
Ante ello, la ONU hace un llamado a sus países miembros a
propiciar mejores condiciones de desarrollo para ese sector. Asimismo, a
fortalecer sus acciones para que este progreso se dé en igualdad de
condiciones que para los hombres.
“Actualmente se acepta más que nunca que las mujeres aportan
experiencias, perspectivas y habilidades diferentes. Además, que
contribuyen de manera indispensable en las decisiones, políticas y leyes
que funcionan mejor para todas y todos”, manifestó esa instancia.
Nombre del documento
Las mujeres y su papel en el desarrollo de
Guatemala

Fuente
Sitio Web

Resumen Las mujeres, no podemos dirijirnos a ellas como


mujeres, sino aclarar que no se puede realizar
mucho sin ellas.
Bibliografía https://agn.gt/las-mujeres-y-su-papel-en-el-desarrollo-de-guatemala/
Las mujeres y el
bicentenario:
¿conmemoramos,
celebramos, reflexionamos?
17 marzo, 2021

Ana Silvia Monzón / Socióloga feminista


A las puertas del bicentenario de un hecho que marcó la vida de los
habitantes de las provincias que constituían el Reino de Guatemala, es
válido preguntarnos si esto es motivo de celebración, de conmemoración,
de rechazo o de una profunda reflexión, porque, guardando las distancias,
aún permanece el sustrato cultural, social, político y económico del ominoso
sistema colonial que pretende seguir manteniendo un entramado de poder
caracterizado por desigualdad, opresión, marginación, racismo, machismo y
despojo, particularmente de los pueblos originarios, así como de la mayoría
de las mujeres.
Hace más de dos siglos, la vida en este territorio transcurría entre el ideal
de la patria del criollo, las fincas encomenderas, una iglesia opresora, un
rígido sistema de castas, y un entramado de poderes cuyo centro político
era una Corona en decadencia; y su centro económico, la explotación de los
pueblos indígenas, mujeres y hombres sobre quienes pesaba el mandato
del trabajo forzado, y de los infames tributos, sumado a un férreo control de
sus cuerpos y sus vidas.
Era un momento de grandes cambios, pero también de contradicciones
políticas, sociales y económicas, a nivel mundial. Mientras Inglaterra y otros
países europeos presumían de ser muy civilizados, continuaban con el
infame negocio esclavista, y el de la piratería, para llenar sus arcas privadas
y reales. Se aceleraba la revolución industrial y emergían las fábricas, que
requerían mano de obra disciplinada. Proletarios y ciudadanos para
apuntalar el régimen de una democracia más formal que real. El feudalismo
estaba en su ocaso, mientras el capitalismo se imponía de manera brutal,
en detrimento de los pueblos sometidos al coloniaje, de millones de seres
esclavizados, y de las mujeres, como revela Silvia Federici en su
libro Calibán y la bruja.
Resonaban los ecos de dos hitos en el siglo XVIII, en aras de construir la
república como régimen político: la independencia de Estados Unidos del
poder británico, en 1776, y la Revolución Francesa en 1789. Ambos con un
alto costo de vidas.  Las consignas de libertad, igualdad y fraternidad, pacto
patriarcal excluyente de las mujeres, y racial excluyente de “negros e
indígenas”, llegaron por diversas vías a este lado del mundo, aunque sólo
se comentaban en voz baja en ciertos círculos, criollos y liberales, donde
eventualmente participaron mujeres, como María Josefa García Granados,
de familia aristocrática y  escritora de sátira política,  algo poco usual en la
época; y Dolores Bedoya, quien sustentaba ideas ilustradas, vinculada a la
política por medio de sus hermanos, esposo e hijos. La historia   asignó
a Dolores un papel, si bien no protagónico, en la narrativa del acto de
Independencia del 15 de septiembre de 1821.
La historia oficial la presenta como una gesta gloriosa, fue más bien un
hecho incruento con un trasfondo económico, fraguado por las élites,
aunque políticamente importante para la emergente burguesía de la región,
encabezada por una red de familias que, desde la noche del tiempo colonial
y aún en pleno siglo XXI, ha pretendido mantener su linaje, basado en el
racismo y en la negación de la calidad de sujetos sociales, históricos y
políticos de indígenas, afrodescendientes y de las mujeres.
Para ejercer ese poder se ha valido del Estado, de las leyes e instituciones,
y ha impuesto un discurso que oculta sistemáticamente el papel y los
aportes de otras actoras y actores en la dinámica de esta sociedad. Ha
invisibilizado, por ejemplo, la resistencia tenaz de los pueblos indígenas,
que paulatinamente se va develando, como apunta Severo Martínez (2011)
en el libro Motines de indios, y la investigadora Aura Cúmes en su
texto Mujeres mayas, de ayer, de hoy y de siempre (2018).
Siempre hubo mujeres
Entre otras mujeres destaca Felipa Soc, esposa del líder Atanasio Tzul a
quien acompañó en la lucha contra el pago de tributos en 1820,
o Francisca Ixcaptá quien, en 1814, le arrebató la vara de la justicia a un
alguacil español y por eso fue severamente castigada. Ellas, y muchas
mujeres indígenas más protagonizaron actos de rebeldía como María
Típas o Micaela Pérez, en el siglo XVIII, desafiaron ese orden infausto y
pagaron por esa osadía.
En este devenir también es innegable el mestizaje, que se enfoca en la
construcción de lo ladino, obviando otras mixturas que imprimen una mayor
complejidad identitaria a esta sociedad que, a dos siglos de distancia,
continúa sin reconocerse, sin superar el racismo estructural y la sujeción
económica que perpetúan la violencia sexual, física, económica, simbólica,
epistémica e institucional, como una constante en esta historia.
En el período postindependentista si bien se observaron cambios, estos
fueron imperceptibles, prevalecieron “las circunstancias sociales
colonizantes…donde el criollo y aún el mestizo continuaron como
explotadores (…) de las grandes masas indígenas, y donde el hombre es el
eje en torno al que gira ese sistema económico-social que impuso el patrón
de una cultura dominadora -copia intensificada de todos los patriarcados de
la tierra-, los indígenas y la mujer quedaron sojuzgados por aquel
predominio y al margen casi absoluto de sus privilegios, sobre todo en lo
concerniente a la educación”, como dijo la escritora Luz Méndez De la
Vega.1
Dos siglos después, se observan hilos de continuidad que, no sin tensión y
resistencia, buscan mantener un entramado de poder que cosifica los
cuerpos de las mujeres, sobre todo indígenas, ladinas pobres y
afrodescendientes, que les niegan derechos, que las excluyen de la política
y del ámbito público, que descalifican su palabra y desautorizan sus
aportes. Que pretenden, en virtud de leyes oprobiosas y de una religión
cristiana, menos católica pero igualmente conservadora, que ellas
permanezcan sujetas a sus parejas, soportando vejámenes que en
ocasiones las llevan a la muerte, como si el tiempo se hubiera detenido.
A la luz de esta situación ¿conmemoramos? ¿celebramos? Una fecha vacía
de contenido libertario, que hasta ahora solo tiene sentido para las élites ¿o
nos decidimos por hacer una lectura crítica que permita tejer otro futuro?
Nombre del documento
Las mujeres y el bicentenario: ¿conmemoramos,
celebramos, reflexionamos?

Fuente
Sitio Web
Resumen Cuál es el punto de celebrar una falsa liberad de las
mujeres, cual es el punto de seguir estando en las
sombras.
Bibliografía https://lacuerda.gt/2021/03/17/las-mujeres-y-el-bicentenario-
conmemoramos-celebramos-reflexionamos/

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