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VERTICAL
Por: Edison Guevara
El Centro Nacional de Capacitación de la Cruz Roja Ecuatoriana
desea expresar sus sentimientos de gratitud a las personas que
hicieron posible la realización de este manual.
Autor
TEM-USER Edison Guevara
Supervisión y Control
TEM-USER Edison Guevara
Cuenca, Ecuador
Enero 2012
Sexta Edición
El presente manual proporciona las bases mínimas necesarias para realizar operaciones de Rescate con
sistemas de cuerdas y Extricación Vehicular con equipamiento manual, es una base de conocimientos y
técnicas que proveerán al elemento de Cruz Roja Ecuatoriana de lo indispensable para actuar con
seguridad, profesionalismo y por sobre todo a no volver a sentirse impotente ante una situación
determinada, que en ocasiones llega a penetrar la autoestima.
El Rescate es más que una especialidad, es una necesidad que tienen todos y cada uno de aquellos que
cubren servicios de emergencia en cualquier punto del Ecuador; es una parte vital en la información del
personal operativo de la Institución.
Hacer un rescate implica la intervención de varios componentes, entre los cuales el más importante es el
recurso humano.
INTRODUCCIÓN AL RESCATE
El rescate es un a Campo Especializado dentro de una escuadra de emergencia. Las técnicas de rescate siempre están
siendo mejoradas, así como nuevo equipo es ideado para el desempeño de estas labores.
Pre requisitos
Personal de rescate tendrá o deberá tener entrenamiento en primeros auxilios, ellos deberán ser o bien (ECA)
Asistente en Cuidados de Emergencia, Técnico en Emergencias Médicas (EMT), o por lo menos tener conocimientos
de Primeros Auxilios Avanzados como una parte vital del rescate. La víctima será estabilizada antes de ejecutar la
extracción, y esto puede incluir:
Proporcionar RCP
Confeccionar vendajes
Entablillado
Es necesario que cada uno de los miembros de la unidad de Rescate se responsabilice de las acciones que realiza, para
lograr con ello profesionalismo en la labor; de mayor importancia resulta la responsabilidad de proteger a la víctima, a
los demás elementos y a todos aquellos individuos involucrados en la labor por diferentes circunstancias.
Se considera de vital importancia que exista una comunicación plena, clara y profesional entre todos y cada uno de los
elementos de la unidad antes mencionada, antes, durante y después del evento.
Dentro de las responsabilidades generales cabe destacar la recuperación total de los equipos y materiales utilizados
durante la labor; de igual manera la inspección del
estado físico de cada uno de ellos, de sus niveles, carga, y
resguardo respectivo, preparándolos de inmediato para
poder responder a cualquier otro evento de rescate que
se originase en el momento.
Es la implementación de los mecanismos necesarios para recuperar y/o liberar personas de lugares, que por medios
normales; son inaccesibles, y que por lo tanto requieren de elementos, equipos y materiales especialmente
preparados para responder y actuar de manera coordinada y eficiente en el desarrollo del evento.
La misión del rescate es lograr mantener a las víctimas vivas durante las maniobras, realizando estas siempre con un
alto índice de seguridad y en todos los aspectos, permitiendo así disminuir la mortalidad y la morbilidad.
Establecer procedimientos ordenados, lógicos y responsables en la respuesta a toda emergencia donde se requieran
los servicios de la unidad de Rescate.
Crear una adecuada coordinación con todas y cada una de las instituciones, corporaciones y asociaciones que asisten
al evento para en conjunto realizar una labor profesional.
Definiciones
La cobertura de los servicios de emergencia involucra múltiples actividades que deben complementarse
apropiadamente para lograr salvaguardar la integridad física de los lesionados como de los elementos del servicio de
emergencia que acuden a socorrerlos, por lo tanto es indispensable que exista una capacitación apropiada en todas
las áreas que componen el auxilio a víctimas accidentadas.
Así los elementos que integran la Cruz Roja Ecuatoriana requieren de una constante preparación, en este caso
específico se procurara el área de Rescate.
La primera necesidad que surge es definir los términos referentes a las labores propias del Rescate Urbano.
Rescate o Salvamento: Se denomina Rescate a los diversos procedimientos, técnicas y maniobras a realizar para
recuperar objetos, materiales y particularmente personas en sitios de difícil acceso.
Recuperar: Se denomina Recuperar a las maniobras encaminadas a rescatar a una víctima muerta en sitios de
difícil acceso, este término actualmente se engloba dentro del Rescate.
Extricación: Se denomina Extricación a la liberación de víctimas prensadas bajo cualquier circunstancia y por
cualquier material, herramienta, maquinaria, vehículo automotor u objeto.
Normas de actuación
Son el conjunto de procedimientos encaminados a salvaguardar la integridad física del lesionado, del personal de
rescate, de los equipos y materiales a utilizar.
A. Núcleo Interno: Estará integrado por los tres primeros elementos que tendrán y mantendrán contacto directo
con la(s) víctima(s) durante el desarrollo del rescate, y se denominaran:
Evaluador: El elemento que evalúa la situación general deberá ser aquel que posea la mayor experiencia y
capacidad para determinar los diferentes factores involucrados, las posibilidades de actuación y será quien
determine el sistema de operación a desarrollar durante el rescate.
De atención: Será quien se dedique exclusivamente a proporcionar la atención prehospitalaria de rescate al
lesionado durante el desarrollo del evento, deberá ser aquel que posea la mejor capacidad de respuesta
paramédica.
Extricador: Será la persona responsable de ejecutar las maniobras propias del rescate en coordinación total
con el Evaluador del evento, y tendrá también la autoridad para modificar el desarrollo de las maniobras,
según lo requiera la situación. Este elemento y el Evaluador serán los únicos que intervendrán directamente
en las maniobras especiales que se realicen, en las maniobras generales intervendrán coordinadamente los
demás integrantes de la unidad.
B. Núcleo Externo: Estará integrado por los últimos dos elementos y su función será de apoyo, específicamente, se
denominaran de la siguiente manera:
Abastecedor: Será el responsable de apoyar al núcleo interno abasteciéndole de todos los materiales y
equipos que se requieran, siendo el elemento que controle la salida y entrega de todos estos en forma
oportuna, procurando evitar las pérdida o deterioro a través de una supervisión constante, de igual manera
coordinara las acciones que se desarrollen en el perímetro del evento cuidando siempre y ante todo la
seguridad de la zona.
Radio-comunicador: Tendrá como función específica recabar de inmediato los datos concernientes al tipo de
evento, los lesionados que se estimen en el lugar y los apoyos que sean requeridos; una vez obtenida esta
información notificara de inmediato a la central de comunicaciones el informe respectivo, debiendo ser claro,
preciso y lacónico en su transmisión.
Es importante que se considere al momento de hacer cualquier solicitud de apoyo o equipo, el tiempo de
labor que será invertido en las maniobras de rescate. Una vez que haya cumplido con su cometido, informara
al Evaluador de ello y se integrara con el abastecedor para proporcionar el apoyo que se requiera, sin olvidar
su función prioritaria que es mantenerse alerta de los llamados radiales que se den, dando respuesta a la
información que se le requiera.
MANDO
La brigada de rescate deberá tener una persona en cargo de la operación, cada integrante estará entrenado en el uso
apropiado del equipo disponible. Quien este al mando deberá realizar un reconocimiento de la situación para luego
determinar el plan de operación y material que se utilizará para ejecutar un rápido pero seguro rescate, los siguientes
puntos deberán ser tomados en cuenta:
3. Desarrollar e implementar el plan de operación para el rescate, el desarrollo del plan puede incluir:
4. Desplegar personal de rescate a tareas específicas para completar las operaciones de rescate
5. Extracción de la víctima del lugar y procurarle asistencia medica
6. Realizar la crítica de la operación con todos los miembros involucrados en el rescate después de que la operación
se haya complementado
El trabajo del rescate es conducido normalmente bajo condiciones adversas, a menudo complicadas por la oscuridad.
No existen reglas rápidas que puedan ser mecanizadas para dar a los jefes de equipo una guía o dirección segura sobre
cómo manejar cada situación.
Procediendo en etapas de acuerdo a un plan regular, los jefes de equipo tendrán menos probabilidades de subestimar
puntos importantes.
En cada operación de rescate se deberá proceder tan cerca como fuese posible a las siguientes etapas.
Es de suma importancia que todos los trabajadores de rescate
observen las reglas de seguridad cuando estén llevando a cabo
una misión de rescate. Las operaciones de búsqueda deberán
llevarse a cabo por equipos de dos o más personas
La labor del rescatista se halla circunscrita en cualquier lugar de nuestro país, la mayoría de los servicios de
emergencia que requieren de maniobras de salvamento con sistemas de cuerdas se presentan en edificios altos,
cisternas, montañismo, cubos de luz, etc.
Hay varios aspectos del reconocimiento que se deben tomar en cuenta para efectuar un correcto rescate, entre ellos
la información recogida deberá ser los primero que se deba obtener y la siguiente deberá ser solicitada:
Estos puntos deben ser considerados para evaluar de primer contacto toda emergencia que se presente y lograr una
planeación adecuada y particular al evento. Las fuentes de Información como:
Bomberos
Operarios dentro de la unidad
Personal de seguridad
Accidentes
Estas serán probablemente las primeras personas en el lugar de la escena y podrían en muchos casos proveer buena
información. Una de las mejores fuentes son los accidentes mismos, si ellos están suficientemente estables para dar
información confiable.
El segundo aspecto del reconocimiento es la observación, esta es la responsabilidad del Jefe de Equipo, el inspeccionar
para determinar el tipo de construcción involucrada, los planos de la estructura, el tipo o tipos de colapso y la
posibilidad de ordenar la evacuación o desocupación.
La hora del día y el día de la semana tienen mucha importancia sobre la localización de los accidentados,
particularmente en los casos de las escuelas, fábricas, teatros, hoteles, centros comerciales y otros edificios públicos
donde el número de personas involucradas pueden variar con la hora del día.
Se deberá considerarse además si fue o no dado previo aviso a la gente, Si fue dado, la mayoría de gente habría
buscado seguridad, hecho por lo cual puede darnos indicios para los operativos de búsqueda.
En la primera etapa, el rescate de todas las víctimas de superficie deberá ser realizado, dando prioridad a aquellos de
peligro inmediato.
Hay que reconocer que ningún rescate es igual a otro, sus características varían de uno a otro, esto identifica la
necesidad de estar alerta, con la mente clara respecto de lo que estamos haciendo y, sobre todo, seguros de aplicar,
para cada rescate, los conocimientos y la experiencia adquiridos.
Dada la naturaleza de sus labores, el rescatador debe poseer ciertas características que lo capaciten para integrar una
unidad de rescate, el correcto manejo de una escena va a depender de ciertos factores que denoten un adecuado
estado físico y de salud que permitan trabajar adecuadamente a un rescatador.
Muchas veces, la presión para cumplir con una buena evaluación de la escena, nos lleva a errores que pueden causar
la muerte, tanto de personal de rescate, como del paciente. Algunos de los más comunes son:
La visión de túnel
El no asegurar adecuadamente la escena
El no estabilizar adecuadamente el vehículo o los vehículos
La impericia
La negligencia
El trabajar en equipo y tratar de ocupar el menor tiempo posible a la hora de los procedimientos de acceso,
estabilización, extracción y traslado de la víctima o víctimas, es imperante en una situación de rescate, el líder es el
responsable de las normas de seguridad y la aplicación de tales normas corresponde, en término generales, a todo el
personal de rescate.
El rescatador debe ser una persona dispuesta a someterse a situaciones grotescas y a superarlas por si solo o, en su
defecto, tener la capacidad de buscar apoyo y ayuda profesional.
Hay que tener presente que todo profesional de rescate es, ante todo, un ser humano, habrá situaciones que no
podrá controlar emocionalmente. Esto no significa necesariamente debilidad, sino más bien solidaridad y empatía con
el paciente.
La exploración deberá ser realizada por todos los lugares, edificios e instalaciones donde personas podrían estar
atrapadas con polvo, arena y escombros ligeros pueden efectivamente camuflar o esconder una persona herida, así la
búsqueda quedará completa.
Recuerde si hubo un aviso previo, la gente probablemente habría buscado seguridades tales como:
Los EPI proporcionarán una protección eficaz frente a los riesgos que
motivan su uso, sin suponer por sí mismos, u ocasionar, riesgos
adicionales ni molestias innecesarias, la utilización simultánea de varios equipos EPI, deberán ser compatibles entre sí
y mantener su eficacia en relación con el riesgo o riesgos correspondientes, los elementos empleados absorberán una
parte proporcional de su función original, cuerdas, etc., por lo que el sistema de seguridad empleado debe absorber la
mayor parte de energía posible, estos sistemas tenderán a deformarse o romperse; estiramiento de las cuerdas,
apertura del absorbedor de energía, deformación o rotura de mosquetones o anclajes, etc., de lo contrario sería
nuestro cuerpo el que se deformaría o rompería. Si el cuerpo del rescatista llega hasta el lugar de impacto la energía
se ha transformado en “Fuerza de choque” que, a su vez, se transforma en “fuerza mecánica” rompiendo huesos y
órganos internos. De todo ello es fácil entender la importancia de disponer, cuidar y utilizar los EPI correctamente.
Los EPI de categoría 3 son los que se utilizan para prevenir las caídas de altura, ya que protegen a las personas de
riesgos mortales o gravemente perjudiciales para su salud. Los EPI deben satisfacer las exigencias técnicas esenciales
de seguridad y salud. Están concebidos para asegurar el más alto nivel de protección posible respetando siempre la
ergonomía y comodidad del usuario.
Sin duda, los EPI, son lo más importante en esta materia, estos deben contar con las certificaciones correspondientes
y a la hora de elegir debemos tener claro el objetivo de su utilización para su futura utilización.
A más de los EPI, el equipo utilizado en rescate está destinado para cierta función, no es lo mismo ocupar un equipo
destinado para escalada que ocupar un equipo para trabajos verticales y o rescate vertical. La clasificación de cada
equipo lo regulan los estudios y certificaciones que deben pasar cada uno de los ellos, siendo los controles muy
rigurosos los que deben cumplir, con estándares de seguridad que se requieren para cada tarea específica. Es por esto
es que cualquier equipo no da lo mismo.
Dentro de las entidades que regulan los equipos en cuanto a calidad, especificación, resistencia etc… son la UIAA, CEN,
UE, CE y cada una de ellas acredita o verifica individualmente cada detalle de cada equipo para que recién pueda salir
al mercado.
UE - CE (Unión Europea – Conforme a Exigencia): son las responsables de realizar los estudios de los elementos
referentes a operaciones verticales. Certifica en base a pruebas realizada a cada equipo que sale al mercado.
CEN (Comité Europeo de Normalización): es la responsable de seleccionar el equipo para cada especialidad ya sea
para deporte, trabajos, Rescate. También realiza pruebas de tracción, caídas, peso etc.
UIAA (Asociación Internacional de Alpinistas Asociados): entidad fiscalizadora y acreditadora, sin duda la madre de
todas las Normativas responsable de la acreditación de cada equipo independiente a las normativas UE, CE, CEN,
también es la responsable en supervisar el material dispuesto para la NFPA. Además de lo anterior es la que supervisa
los procedimientos referentes a materia de montaña, aprueba, prohíbe, certifica técnicas y procedimientos.
Es importante saber que cada vez que se adquiera un equipo debe cumplir con las exigencias mínimas de certificación
y lo principal que estos sean para la tarea que se va a desarrollar.
Al utilizar equipo no normado para dicha actividad como es este caso (rescate) estamos siendo negligente pero si
además de lo anterior utilizamos equipos no certificado por las entidades antes mencionadas somos más negligentes
aun y lejos de ser un profesional..
Es de suma importancia reconocer cada equipo y sus características técnicas de cada uno de ellos, para así brindar
mayor seguridad a nuestra propia persona y ser cada vez más profesionales en esta materia.
A continuación revisaremos los EPI y demás equipos utilizados para efectuar labores de rescate.
OVEROL: La indumentaria o vestimenta del rescatista en general, deberá ser básicamente
cómoda, resistente y de alta visibilidad, también se deberá procurar que sea impermeable y
resistente para el trabajo, es así que el overol es la prenda de vestir más adecuada para
efectuar rescates, es fácil de poner y quitar por lo que resulta bastante practico para
cualquier situación imprevista, además se puede acondicionar con bolsas y cierres que
aumente su sentido práctico.
FAJILLA O CORREA: este tipo de prenda brinda cierta protección a la cintura y abdomen al
efectuar maniobras que involucren esfuerzo, el ancho recomendado de la fajilla deberá ser
de aproximadamente 8 centímetros, se debe poder ajustar a diferentes tamaños, debe tener
un broche fácil de abrir y cerrar, a esta fajilla se pueden fijar aditamentos necesarios para las labores de rescate que
no entorpezcan la labor del rescatador.
CALZADO: La bota clásica es el calzado más recomendable porque brinda una amplia
protección a los pies, evitando torceduras o lesiones. Se debe cuidar que el calzado tenga
suela con dibujo en relieve, lo cual permite mayor agarre, así mismo se recomienda que el
calzado tenga punta de acero para proteger los pies frente a caída de objetos de gran peso.
Actualmente las botas de rescate son gruesas y de suela dura y se prefieren los botines, con
suela antideslizante que permiten un agarre firme en las laderas y suela de goma que
permite un margen de adherencia y comodidad.
CASCO: El casco constituye otro elemento fundamental en la seguridad del rescatista en toda situación, evita posibles
lesiones al riesgo de sufrir caídas, golpearse con muros o con cualquier objeto que cae.
En el tema vertical estamos expuestos a muchos riesgos asociados a nuestra actividad por lo tanto el uso de los EPI es
obligatorio y como el casco pertenece a ello debemos utilizarlo correctamente. El casco nos protege de riesgos
importantes muchas veces puede hacer la diferencia entre sobrevivir o morir, este EPI es un equipo de protección
individual considerado en categoría 2 Y 3 nos protege de riesgos potenciales de daño en lo que se refiere a la categoría
2 y en caso de muerte a lo referido en EPI de Categoría 3.
Dentro de la inmensa Variedad de modelos, Marcas, debemos considerar que el casco cumpla con:
Norma UIAA
EN 397 referente a deformación lateral utilización para bajas temperaturas, aislamiento eléctrico, y proyección de
partículas de fusión
Tres puntos de fijación
Barboquejo que debe cumplir con EN 12492 capaz de mantenerse en posición con Impactos de 50 dan
Arnés textil para garantizar comodidad
Contorno de la cabeza grueso
Color llamativo
Ruedas de regulación para el contorno de la cabeza y profundidad de este
Además el casco no debe presentar molestia alguna para el operador debe ser anatómico y liviano y no debe dificultar
la movilidad del Operador.
GUANTES: Los guantes son un implemento indispensable para el rescatista, ya que permiten
evitar lesiones y efectuar maniobras con mayor rango de seguridad. Normalmente su uso es
mas en seguridad y rescate, ya que los rescatistas tienden a no descender muy rápido.
Generalmente de cuero suave o badana también pueden ser hechos de tela con un refuerzo de cuero en las partes
expuestas al rozamiento de la cuerda. Por cierto que los hay de materiales sintéticos. Siempre debe verse que no sean
demasiado gruesos que no permitan manipular la cuerda correctamente, permiten sujetar, levantar y mover objetos
ásperos o con filo, además de que sirven como protección contra las fricciones y quemaduras, los que ofrecen
mayores ventajas son los de carnaza y/o piel con doble protección en la palma de la mano, pues tienen bastante
resistencia para el tipo de trabajo desempeñado en el rescate. Una vez acostumbrado a ellos disminuye su rigidez
inicial y resultan muy cómodos.
Se recomienda una lámpara de fácil manejo, pequeña en dimensiones y poco peso, una
de las lámparas que más se utilizan en rescate es la de tipo minero, ya que va sujeta a la
cabeza y permite tener las manos desocupadas.
En caso de utilizar una lámpara suelta es conveniente tenerla sujeta a la fajilla o al cuerpo para evitar que se caiga y se
pierda.
En cualquier caso siempre se deberá contar con las baterías necesarias para no interrumpir la operación de rescate
(dos repuestos de baterías como mínimo).
MOSQUETONES (Carabineers en inglés): Los
mosquetones, según la normativa europea
"conectores", o "eslabones", constituyen una
parte fundamental de nuestro sistema de
seguridad, por lo que su elección es tan
importante como la de otros materiales. Es de
primordial importancia llevar consigo por lo
menos tres mosquetones ya que también
tienen una gran diversidad de aplicaciones y
resultan muy útiles. Se utilizan con mayor
frecuencia en sistemas de rapel o tirolesa,
pero también se pueden emplear para detener o anclar cuerdas y en casos extremos utilizarse como poleas, se
fabrican de diferentes materiales, siendo los más recomendables los de duraluminio y los de tipo pera o tipo “D” con
seguro de barril.
DESCENSORES: los descensores son una parte muy importante de nuestro EPI e intransferible, (EN 341) son los
dispositivos que nos permiten realizar el descenso por la cuerda de forma controlada y segura, la técnica más utilizada
en rescates verticales: el descenso.
Una vez alojada la cuerda en el interior del descendedor, la velocidad de desplazamiento por su recorrido interno es
controlada por la mano libre que sujeta la cuerda que sobresale del aparato y se dirige hacia abajo. Son utilizados en
rescate para realizar un descenso o como freno, lo cual disminuye la torsión de la cuerda y la presencia de nudos
durante el procedimiento.
Grigri: es un sistema de seguridad que permite realizar descensos en una línea de manera
semiautomática. En caso de accidente del rescatista, esta herramienta acciona una leva que
pinza la cuerda frenando la caída. Pese a su supuesto automatismo para frenar una caída,
no se debe soltar la cuerda en ningún momento ya que existe la posibilidad de que no
funcione correctamente sin ayuda de un asegurador.
El Grigri no se usa solo para asegurar a un compañero, sino que también para rápeles, bloqueos de cuerda e incluso
escalada en solitario.
El I´D: es un aparato que permite descender por la cuerda de forma fácil y eficaz.
Comparado con otros descensores ofrece más sencillez y seguridad. Una vez que
se usa y se siente la seguridad que te ofrece es difícil cambiar de descendedor.
También nos permite asegurar al compañero, por lo que contando con este
aparato en nuestro equipo podemos prescindir del Gri Gri para realizar esta labor.
Hay que destacar que con grandes verticales, sesenta o más metros, hay que
quitarle peso a la cuerda para que deslice bien. Para descender basta con tirar de
la empuñadura: la regulación de descenso se realiza apretando más o menos con
la mano el extremo libre de la cuerda. Al soltar la empuñadura se bloquea la
cuerda. Si se tira demasiado de la empuñadura, en situación de pánico, también se
bloquea la cuerda.
Una vez llegado al lugar ocasional de trabajo nos interesa bloquear el aparato
empujando la empuñadura hacia delante, en el sentido inverso de la posición de
descenso. Para desbloquear el sistema coge el cabo libre con una mano y con la
otra vuelve a rearmar el aparato. No hay que olvidar, al descender, atraer la
cuerda hacia sí mismo con el fin de evitar acelerar el proceso de desgaste de la
cuerda.
El arnés sirve para unir el rescatador a la cuerda, por lo que debe ajustarse
adecuadamente, permitir libertad de movimientos y ser seguro para la actividad que
vamos a realizar. Debemos tenerlo puesto en todo momento que se prevea que
podemos necesitar protección anti caídas, prácticamente en toda la operación de
rescate, por lo que debemos considerar que es nuestra primera pieza del equipo
personal, el buen estado de éste resulta tan importante como el de la cuerda o el
descendedor, por ejemplo, son partes vitales del rescatador y un fallo en cualquiera de
ellos puede ser trágico.
El arnés tiene que ser cómodo, porque con él se puede permanecer colgado bastante
tiempo. El uso del asiento permite estar más tiempo suspendido de las cuerdas y no sufrir por ello, aunque no hay
arnés que permita estar suspendido ocho horas de las cuerdas sin sufrir daños dorso lumbares o problemas de
circulación de la sangre.
Un buen arnés para todas las situaciones de trabajos verticales debe reunir una serie de requisitos importantes:
Durante la progresión debe pasar desapercibido y no impedir la libertad de movimientos. En caso de caída, si está
morfológicamente adaptado al operario, el arnés distribuirá la fuerza de choque por el cuerpo. La finalidad del arnés
es sujetar al trabajador, no es un absorbedor de energía, para ese fin disponemos de las cuerdas y otros componentes.
Los arneses se fabrican con fibras de poliamida o poliéster. Estas fibras envejecen de forma natural en contacto con el
aire, incluso cuando el arnés no se utiliza y permanece en un armario. Este envejecimiento afecta principalmente a la
elasticidad de las fibras, y no a su resistencia. Esta falta tiene muy poca incidencia en un arnés, ya que su función,
como hemos dicho, no es la de absorber energía.
La tierra y la arena ejercen una influencia nefasta, que no puede ser ignorada: los minúsculos granos de arena, que se
introducen en las cintas, son cuerpos agresivos que acaban cortando las fibras cuando éstas son sometidas a tensión,
y pueden producir la rotura de una cinta a un valor muy inferior al normal.
Para limitar este problema, un arnés sucio debe de ser lavado, a mano o a máquina, con jabón para ropa delicada,
aclarando con agua limpia (máximo 30º C), y secado en un lugar sombreado, aireado y fresco. Las cintas del arnés
mojadas, ya sea durante su utilización o en el lavado, encogen muy ligeramente al secarse.
El arnés debe adaptarse a la anatomía del usuario. Si el arnés está mal diseñado, las flexiones repetidas hacen trabajar
anormalmente cintas y costuras. Estas flexiones repetidas tienen tendencia a encoger ligeramente las cintas, creando
en la superficie unos rizos o bucles característicos.
Cuando son sometidas a una tensión brutal, las fibras se estiran y producen un frotamiento, fibra contra fibra, que las
daña. Las caídas importantes deforman las cintas, desorganizan su estructura y disminuyen su resistencia. Las caídas
menores, pero muy repetidas, provocan también deformaciones que acaban con el mismo resultado. Todos estos
fenómenos reducen gradualmente la resistencia del arnés, hasta el momento en que ya no es capaz de garantizar su
seguridad.
Conviene inspeccionar habitualmente el arnés para comprobar el estado de las cintas y costuras, así como el buen
funcionamiento de las hebillas de cierre. Se considera que un arnés tiene una vida natural de 5 años a partir de la
fecha de fabricación.
El desgaste mecánico, ligado a la frecuencia y a las condiciones de utilización, puede reducir esta vida útil, incluso a un
solo uso, por ejemplo en una caída importante, rozamiento excesivo, etc.
Arnés de Emergencia: Existen ocasiones en que es necesario improvisar para resolver algún escenario de rescate, es
por ello que se debe conocer la forma óptima de improvisar elementos y/o equipos sin que estos quiera decir que
sustituyan completamente a los aparatos o elementos elaborados especialmente para realizar algún trabajo, el
trabajar con elementos improvisados disminuye la seguridad y fluidez de una maniobra. Hay varias formas de realizar
un arnés de emergencia, entre ellas tenemos:
Silla Suiza
Silla Americana
Síndrome del arnés: también conocido como “Mal del arnés”,
“Shock ortostático”, “Trauma por suspensión” o “Síndrome
ortostático” es un gran desconocido entre el personal que trabaja
en altura y uno de los factores muy a tener en cuenta durante el uso
de un arnés.
Esta situación provoca una acumulación de sangre en las piernas por un fallo en el retorno venoso, ya que las cintas
del arnés actúan a modo de torniquete impidiendo total o parcialmente el paso de la sangre, esto puede suponer que
llegue menos sangre al corazón y, por lo tanto, una reducción del flujo sanguíneo a otros órganos, la presión de las
cintas del arnés actuarán como torniquetes y los brazos y piernas acumularán toxinas provenientes de la muerte
celular y la falta de oxígeno, si alguien le coloca de repente en posición horizontal, por ejemplo durante un intento de
rescate, esa sangre sin oxígeno puede fluir al resto del cuerpo (síndrome de reflujo) y causar daños en los órganos
vitales, cerebro, riñones…, y hasta provocar que el corazón deje de latir.
El síndrome del arnés es una patología que requiere la combinación de dos factores para su aparición:
1. Inmovilidad
2. Suspensión
El factor de inmovilidad puede darse tanto en personas que quedan inconscientes por daños durante un accidente
como en personas que lleguen al agotamiento o por consecuencia de una caída con deficiente elección o uso del
Equipo de Protección Individual adoptado. La razón de este síndrome hay que buscarla en la mecánica de
funcionamiento de nuestro sistema sanguíneo. Cuando se está inconsciente o la posibilidad de moverse no existe es
cuando el sistema venoso de las extremidades, especialmente las inferiores, puede almacenar grandes cantidades de
sangre y, por tanto, queda poca sangre circulando. En definitiva, supone una falta de riego sanguíneo a los órganos
vitales. Es importante que conozcamos que factores como la imposibilidad de mover las piernas, la deshidratación, la
hipotermia, el dolor, la fatiga, los antecedentes de enfermedad cardiovascular o respiratoria y el estado de
inconsciencia aumentan el riesgo de padecer el síndrome del arnés.
Estando en situación de suspensión e inmovilidad se provoca una acumulación de sangre en las piernas por un fallo en
el retorno venoso (se calcula que puede llegar incluso a un 60%, por la reducción de los mecanismos compensadores,
dependiendo de la anilla pectoral o dorsal utilizada del arnés anti caídas), la cual implica que hay menos sangre para
que el corazón pueda mantener correctamente la oxigenación de los órganos vitales. Rápidamente se puede perder la
consciencia y si el síndrome avanza produciría una hipotensión arterial con reducción del gasto cardiaco y
consecuentemente reducción del flujo sanguíneo a otros órganos.
Debemos tener en cuenta que la rapidez con la que una persona puede presentar los síntomas del síndrome del arnés
depende de sus condiciones físicas, pero estos síntomas pueden aparecer a partir de los 4 – 6 minutos de estar
suspendidos y no suele ser posterior a 30 minutos. La posibilidad de sobrevivir cuando la suspensión se prolonga más
de dos horas es pequeña. Y hay que observar también que el fallecimiento puede ocurrir durante la suspensión o tras
el rescate.
El problema radica cuando por alguna razón alguien queda inconsciente o no puede moverse en esa situación. Es
entonces, cuando el sistema venoso, especialmente de las extremidades inferiores, queda por así decirlo
“secuestrado”. En esta situación, una parte del volumen sanguíneo no puede retornar al corazón. El “secuestro”
sanguíneo en las extremidades produce una disminución de la precarga del ventrículo derecho, caída del gasto
cardiaco y disminución de la presión de perfusión cerebral. La pérdida de conciencia se puede producir rápidamente, y
si el síndrome progresa puede provocar la muerte al accidentado.
Síntomas: Los síntomas que presenta el síndrome del arnés son entumecimiento de pies y piernas, parestesia,
náuseas, taquicardia, dolor intenso, sensación de asfixia, contracciones incontrolables, hipotensión, palidez de piel,
sudoración fría, dilatación pupilar, acufenos, vértigo y disminución del nivel de conciencia.
Un problema que nos encontraremos para evitar la aparición de síntomas en personas conscientes es que no hay
signos premonitorios claros, pues se han realizado estudios en los que personas que permanecían suspendidas e
inmóviles han pasado repentinamente de estar tranquilos a presentar síntomas. Impresiona la rapidez con la que se
presentan éstos una vez que la persona se encuentra suspendida.
La conclusión más importante de estos estudios es que no hay síntomas previos evidentes que nos hagan pensar en
daños peores. Lo más evidente es que, una vez que han hecho su aparición los primeros síntomas, la víctima no puede
reaccionar y en pocos segundos los síntomas se agravan. La muerte del accidentado parece ser inevitable si no es
descolgado rápidamente.
Prevención: Dentro de la prevención del síndrome del arnés lo primero son las acciones genéricas destinadas a
divulgar su gravedad, para concienciar y evitar que alguien pueda padecerlo. Mentalizando a los equipos de rescate,
destacando que la posibilidad de muerte puede darse en menos de 10 minutos. Los rescatistas que realicen su labor
utilizando arnés deben recibir entrenamiento y formación específica en técnicas de rescate para realizar trabajos de
éste tipo.
Resulta especialmente importante para evitar el agravamiento de los síntomas la rapidez con que se realicen las
maniobras de rescate, especialmente en personas ya inconscientes, en las cuales la muerte puede estar presente si las
maniobras se realizan incorrectamente.
Hay varias premisas a considerar en cuanto a la prevención:
Los simulacros periódicos de rescate de víctimas en suspensión, deben ser obligatorios en los planes de formación
de rescatistas que utilizan arneses. Cuando se produzca un accidente, se debe dar prioridad al rescate y no se
debe perder tiempo en estabilizar a la víctima. Planificar y garantizar un rápido rescate combinando el
conocimiento de las técnicas con la formación y entrenamiento
Evitar rescatar a las víctimas en posición vertical, y si esto no es posible, se debe rescatar a la víctima en el menor
tiempo posible
Elegir el arnés integral anti caídas adecuado a nuestra talla y llevarlo correctamente ajustado, evitando utilizar un
arnés de un solo punto de anclaje dorsal sin disponer de otros medios de prevención, por ejemplo una cinta anti-
trauma
Mover las piernas y en caso de no ser posible, mantener las rodillas dobladas, retrasando con ello la aparición de
los síntomas. Si la víctima permanece consciente durante el rescate, tranquilizarla y se le debe persuadir a que
mantenga las piernas, si es posible, en posición horizontal
Tratamiento: Además de realizar un rescate lo más rápido posible, lo único que podemos hacer es poner a la persona
en una posición que favorezca el poder recuperar un estado más o menos normal, dar soporte vital básico para
proceder a trasladar rápidamente a un centro hospitalario. Para ello, debemos tener en cuenta cuánto tiempo ha
estado suspendido desde la aparición de los primeros síntomas.
Desde las primeras referencias al síndrome del arnés, se han descrito muertes en víctimas rescatadas vivas. En algunos
casos el fallecimiento se producía en la primera hora después de haber sido rescatado, en otros casos varias horas
más tarde y en algunos casos transcurridos varios días. La muerte inmediata al rescate, “muerte del rescate”, podría
deberse a una sobrecarga aguda cardiaca, al colocar a la víctima en posición horizontal una vez rescatada. Al acumular
sangre en las piernas provoca una falta de carga en el ventrículo derecho, por lo que si colocamos al herido en
posiciones horizontal o antishock crearíamos una sobrecarga aguda en este ventrículo por retorno masivo de sangre
que se había acumulado en las piernas durante el tiempo que permaneció en suspensión. La etiopatogenia más
probable de la "muerte del rescate" es la sobrecarga aguda del ventrículo derecho, por aflujo masivo de la sangre de
las extremidades inferiores, cuando el accidentado es colocado bruscamente en decúbito supino.
Para evitar esa sobrecarga aguda del corazón sería aconsejable poner a la víctima en una posición que permita su
recuperación. Esta posición puede ser:
1. Agachado
2. En cuclillas
3. Posición semisentada
Si el herido está inconsciente, debemos colocarlo sobre el costado derecho en posición fetal. Esta posición se debe
mantener entre 30 y 40 minutos antes de pasar a una posición horizontal. El objetivo de estas maniobras es evitar la
sobrecarga aguda del ventrículo derecho por aflujo masivo de la sangre acumulada en las extremidades inferiores.
En esta mochila de ataque se guardara todo el equipo personal antes mencionado para su mejor manejo en la
operación de rescate.
Cordino o Cordin: Los cordinos son cuerdas de diámetro no superior a 8 mm de diámetro destinados a soportar
fuerzas, pero no están diseñados para absorber energía. Se fabrican, al igual que las cuerdas, trenzando fibras para dar
el grosor y la resistencia deseados. La parte interior se denomina 'alma' y la exterior 'funda' o 'camisa'. Las dos partes
son independientes y tienen tendencia a separarse y a deslizar la una con relación a la otra (efecto calcetín). Este
efecto es más notable con el Kevlar y aumenta el riesgo con la humedad. La resistencia mínima de los cordinos de
poliamida según la norma EN 564 debe ser de:
Cada fabricante ofrece sus productos con valores paridos a los presentados. Como norma general se puede calcular
resistencia de un cordino de poliamida multiplicando por 20 el cuadrado de su diámetro. (Ej. La resistencia de un
cordino de 6mm es 20x6^2=720 daN)
En el caso del dyneema y del Kevlar este cálculo no es correcto ya que son más resistentes a la tracción que la
poliamida.
Los cordinos siempre se venden por metraje, lo que nos obliga a realizar un nudo de unión para realizar un anillo. Para
la unión de cordinos de poliamida o dyneema se utiliza el nudo doble pescador, dejando unos 7cm (unos 4 dedos) por
cada extremo. Para los cordinos de Kevlar, debido a que la aramida es más rígida y tiene tendencia a desanudarse es
más recomendable el nudo triple pescador como nudo de unión.
Los cordinos en muchos casos no suelen presentar signos visibles de deterioro (salvo desgarrones de la camisa, pelusa
o rotura de fibras) por lo que se deberán revisar concienzudamente en busca de bultos, depresiones, cambios de
rigidez, o agujeros en la camisa. En cuanto a cordinos de dyneema y Kevlar revisar los nudos de unión debido a su
tendencia natural a aflojarse.
El Kevlar es muy resistente al corte, por lo que en caso de tener que cortar un tramo dañado deberemos cortar y
después se tiene que extraer un poco la funda de poliamida para quemarla para que el extremo quede bien rematado.
Los anillos de cinta y los cordinos son elementos de escalada auxiliares insustituibles. Se
utilizan para aprovechar los seguros naturales (árboles, lajas, puentes de roca, etc.), reducir
el rozamiento de la cuerda, unir seguros y anclajes de reunión y en maniobras de
autoseguro (autoblocantes).
Las cintas están creadas por fibras sintéticas, en un principio se fabricaban en poliamida
(nylon) resistente y duradera con un peso aceptable, pero con poca flexibilidad e
intolerancia a la radiación UV. Actualmente se han mejorado las prestaciones gracias
a fibras como el dyneema y el Kevlar.
Dyneema (y Spectra): Fibra de polietileno de alta densidad muy resistente a la abrasión, lo que
confiere una gran resistencia a la tracción y al rozamiento, siendo más estático.
El Dyneema es aprox. 8 veces más resistente a la abrasión que la poliamida. Esto permite su
fabricación con una sección es más reducida (reducción del peso sin comprometer su resistencia.
Una cinta Dyneema de 15 mm de ancho es un 40 % más ligera que una de 25 mm de poliamida).
El dyneema presenta una buena durabilidad, resiste bien a la flexión, a la UV, a la abrasión, a las
agresiones químicas y tienen una baja absorción de agua, pero tiene poca tolerancia al calor y es
resbaladiza (los nudos pueden deshacerse con facilidad y soltarse al soportar una carga). Se
comercializan tanto cintas como cordinos de dyneema.
Kevlar: Fibra de aramida (poliamida aromática, poliparafenileno tereftalamida) con una estructura poco extensible,
muy resistente en tracción (alta tenacidad) y alta resistencia al corte.
Es menos resistente a la UV, a la abrasión y la flexión que el poliamida que le sirve de envoltura. Con relación al
Dyneema, tiene la ventaja de no presentar deformación, pero es más sensible a la flexión (pérdida de resistencia en
los nudos). El Kevlar se utiliza en la fabricación de cordinos.
Al elegir el tipo de fibra debemos tener en cuenta la temperatura de fusión de la fibra ya que la de la poliamida es de
230ºC, la de la dyneema es de 145 ºC y la de la aramida está por encima de los 300ºC.
Cinta Tubular: Las cintas tubulares son flexibles y de fácil manejo, están fabricadas generalmente en poliamida o
poliéster, las más utilizadas (uso convencional) por su polivalencia son las comprendidas entre 15mm y 26mm de
ancho. Para las tareas de Rescate Vertical se utilizan estas cintas ya que ofrecen más y mejores cualidades para esta
tarea son más suaves y dóciles que las cintas Planas lo que permite una mejor pegadura a las superficies donde las
utilizaremos ya que se acomodan fácilmente.
Existen diversos diámetros de cintas los cuales oscilan entre los 12 y los 26 milímetros y su resistencia oscila entre los
710 daN y los 1500 daN respectivamente, esto variara conforme al fabricante y a las especificaciones técnicas de cada
cinta.
Resistencia de las cintas (planas y tubulares): La resistencia mínima de una cinta según
la norma EN 565 debe ser de 500 Kg (puede variar en función de las características de la
cinta: plana o tubular, anchura, material, etc.), se puede identificar a simple vista
contando el número de hilos de color que recorren el centro de la cinta (Hilos de Color o
Hilos Testigo) la cual indica que cada hilo soporta 500 kg ( 5KN), si la cinta tiene tres
hilos esta debe soportar 1500 kilogramos o 15 KN.
Estos hilos deben estar solo a un lado de la cara y su identificación debe ser fácil de
reconocer utilizando normalmente colores que contrastan con la cinta y la separación de
los hilos debe ser identificable. Los anillos de cinta cosida ofrecen mayor resistencia a la
rotura que los elaborados con “nudo de cinta”. (En condiciones normales)
En las siguientes imágenes se pueden ver las líneas testigo utilizadas en cintas. Para reuniones, seguros, y acciones de
rescate se deben utilizar cintas con 3 líneas testigos como parte de la cadena de seguridad.
En función del material de construcción, el ancho de la cinta, el tramado, etc., la fuerza de rotura de la cinta es
diferente. Ej.:
Ancho Resistencia
Cinta
(mm) (daN)
Plana 20 1000
Plana 18 1600
Tubular 16 1350
Tubular 26 1500
Dyneema 15 1500
Las cintas son más sensibles a la humedad que disminuye su resistencia. Nunca se debe atar una cinta a un cable, ya
que una caída podría romperla (reducción drástica de la resistencia, 6-9 KN), de igual forma evitar el uso del nudo de
alondra ya que disminuye a la mitad la resistencia de la cinta (sólo es recomendable en situaciones en las que
queramos alargar al máximo la cinta o para fijar una posición) Es más recomendable utilizar anillos en doble (más
resistentes y rápidos de colocar). También es desaconsejable realizar aseguramientos o descuelgues sobre cintas sin
utilizar mosquetones, ya que la fricción deteriora cinta pudiendo llegar a romperla.
Bajo los efecto del hielo y la humedad, los anillos de cinta cosida son más
sensibles a la abrasión y pierden parte de su resistencia, por ello hay que
multiplicar las precauciones cuando se trabaja en estas condiciones.
La vida útil de ambos tipos de cinta es similar y deberían desecharse tras unos 3 años de uso continuado. Se debe
tener en cuenta que las cintas de Dyneema, las partes de poliamida tintadas pueden despelucharse más fácilmente y
da la impresión a simple vista de que la cinta está más deteriorada de lo que está en realidad.
Sumado a los anteriores hay otro factor de riesgo y es la tensión de las cintas que se produce en maniobras de
descenso, ascenso, etc... Las cintas planas son aún mayores candidatas a este riesgo debido principalmente a sus
características.
Si sumamos que las cintas están ya expuestas a los rayos UV, el polvo o tierra son agravantes donde pueden
producirse este riesgo, provocándose un sisaye en la textura de la cinta y poco a poco su deterioro. Lo principal de
esto es saber que este material es desechable y cumple un ciclo de vida muy corto de acuerdo a su utilización, más
aun si este tipo de material no tiene mantención. La mantención o cuidado es igual que el de las cuerdas y es
necesario lavar dicho material para proteger las fibras de los agentes de polvo, tierra o arena que pueden ocasionar
más de algún problema.
Recomendaciones:
Revise toda la longitud de la cinta, localice zonas deshilachadas, blandas o aplastadas, prestar especial atención a
la zona de los nudos y al desgaste de los bordes
Lavar con jabón (neutro sin solventes)
Secar al aire y a la sombra,
No clorar, no utilizarlas en tareas ajenas
No guardar anudadas
No guardar húmedas
No pisarlas
Llevar un riguroso control sobre este tipo de material
Guardar en un lugar seco y fuera del alcance de cualquier fuente de calor
Dar de baja este material cuando se requiera
Por lo general se debería utilizar cintas de 60 cm (120 cm de diámetro) para alargar los puntos de unión y evitar
extracciones accidentales, mejorar la dirección de carga para disminuir la fuerza de choque y rozamientos excesivos
(anclajes muy separados, salidas de techos, salidas en diagonal, etc.). Por otro lado permiten una mejor regulación de
la longitud de la cinta, se utilizan tanto como anillos cosidos como anudados.
Costuras en las cintas: Las cintas sufren un cambio total cuando se les agrega una costura, las costuras son mejores
que los nudos ya que estos no estrangulan la cinta. Hay diversos tipos de costuras y dependiendo del tipo será la
resistencia que esta tenga, por otro lado hay cintas confeccionadas para ciertos requerimientos y se le agregan
costuras de fábrica. Son: cintas exprés, anillas, estribos, absorbedores de energía, y los mismos arneses que también
son confeccionados con cintas y costuras.
Al tipo de cinta más común que se la agregan costuras son a las planas, ya que estas son más rígidas, aunque podemos
encontrar costuras a las cintas tubulares pero en menor proporción y o para fines específicos.
Las costuras son más resistentes que los nudos pero no todas las
costuras son iguales, cada tipo de costura tiene una resistencia y
está confeccionada para una tarea específica. El tipo de costura
que se le coloque a una cinta tendrá plena relación con la
resistencia que tenga dicho elemento. Las cintas Express, anillas y material de uso específico como deysi, estribos,
absorbedores de energía, etc. Deben cumplir con normativas CE EN y UIAA y las anillas deben además contar con la
especificación clara que especifica CE 0120 y EN566 y UIAA para trabajos o suspensión directa del operador. Las anillas
o eslingas más utilizadas se encuentran en varias medidas y las más recomendadas son las de 1m a 1,20m de 18 mm
de espesor.
En este tipo de cinta se deben tener resguardos mayores a las cintas tubulares comunes ya que tiene muy poca
resistencia al roce en ángulos con demasiado filo y pierde características técnicas con el agua y bajas temperaturas y
los cuidados en general son los mismos mencionados anteriormente de las cintas y cuerdas.
La ventaja de utilizar poleas fija viene del hecho que podemos ayudarnos
de nuestro propio peso corporal para ejercer la fuerza de tiro.
Trabaja permitiendo subir el puño, pero no retrocederlo, los "ojos" que posee el puño
permiten que se pase un mosquetón con el fin de asegurarse al arnés, también es utilizado
como freno, cuando es cargado con peso este agarrara y sujetara la cuerda.
PLATO DE ANCLAJE O PLACA MULTIPLICADORA (PAW): Aparato que sirve como punto de
conexión para múltiples elementos de un equipo de rescate. Se fabrica enteramente en una sola pieza de aluminio
maquinado (CNC), Debe cumplir con los requerimientos del estándar NFPA 1983 y estar certificada por los
laboratorios UL como ¨Uso General¨ (G) con una resistencia mínima de 50kN.
PROTECTOR DE CUERDAS: Los protectores permiten evitar el daño de una cuerda al realizar descensos. Tenemos dos
tipos: el de Cojín y el de manga.
El Protector de Cojín no es más que un cuadrado de tela gruesa o de varias capas de tela gruesa, se colocan sobre el
borde agudo y debajo de la cuerda para evitar que esta se maltrate.
El protector de Manga es en realidad una especie de "tubo de tela" por el que pasa la cuerda, los mejores diseños
permiten colocarla alrededor de la cuerda, abotonándola o cerrándola por otros mecanismos.
ABSORBEDORES DE ENERGÍA: Los absorbedores de energía (EN 355) son unos
elementos de seguridad capaces de absorber la energía producida en una caída
y, con ello, evitar que dicha energía sea asumida por el cuerpo de la persona
que sufre la caída. Se trata de una cinta cosida y protegida que tiene la cualidad
de descoserse al soportar aproximadamente unos 4.5 KN.
La correcta aplicación y manejo del equipo de cuerdas, dadas sus características y múltiples aplicaciones, son
imprescindibles dentro de las operaciones de rescate para realizar e implementar sistemas de evacuación como apoyo
en múltiples situaciones propias del área, particularmente se utilizan para:
Aseguramiento de la víctima
Realización de maniobras de ascenso
Realización de maniobras de descenso a través de sistemas de Rapel, tirolesa, helicóptero
Como apoyo en maniobras de extricación
Terminología
El campo que involucra cuerdas, nudos y anclajes es vasto y dentro de rescate existen múltiples aplicaciones, para
intervenir adecuadamente en las tareas de rescate se requieren para realizar labores de aproximación, evacuación y
rescate de víctimas que se hallen, ya sea en sitios profundos o lugares sumamente altos.
Por lo tanto en primer lugar se definirán algunos términos importantes de conocer y reconocer en esta área
específica:
Existen diversos materiales para la fabricación de cuerdas, estos se dividen en dos grupos: Naturales y Artificiales o
Sintéticas.
Cuerdas naturales: las cuerdas naturales son de origen vegetal o animal, así podemos tener:
Se ha utilizado eficientemente en rescates, pero las fibras sintéticas son muy superiores. No es recomendable
para las operaciones de seguridad de vida y nunca debe ser usada para el apoyo de vida. Los tipos más
comunes de fibras naturales son:
o Cuerdas animales: son similares a las vegetales, los materiales utilizados son: cerda de caballo, piel o cuero,
seda, etc.
Cuerdas artificiales o sintéticas: Fueron desarrolladas en 1930, cuando se descubrieron los polímeros sintéticos
que pueden hacerse filamentos. Las propiedades y características de cada tipo de fibra sintética que se utilizan en
las cuerdas, difieren muy poco y también las utilidades para las que se aplican, son más duraderas y las más
usadas en el ámbito de rescate.
Los materiales más comunes en la composición de las cuerdas y cordinos que hoy en día se comercializan para
realizar actividades en altura son:
Poliamida: Es el material más utilizado en la fabricación de todo tipo de cuerdas (para actividades verticales).
Muy buena relación resistencia/durabilidad.
Aramida y Para-aramida: Son de la familia del Nylon incluyendo el Kevlar, alta fuerza extensible, resistencia
excepcional a la rotura y de muy baja rigidez estructural. Utilizada para cordinos y cuerdas de diámetros
pequeños.
Poliéster: Se utiliza para las cuerdas de izado y retención en trabajos de altura. Este material se usa casi
exclusivamente para la fabricación de las cuerdas americanas de escalada en árboles, no estando su uso muy
extendido en otros países.
Polipropileno: Este material se utiliza casi exclusivamente para las cuerdas de cañones (tipo C). Tiene la
propiedad de flotar pero a cambio tiene una baja resistencia a la abrasión y a los calentamientos producidos
por los descendedores.
Dyneema: Fibra muy ligera y extremadamente fuerte construida con polietileno de alta calidad. Utilizada
para cordinos y cuerdas de diámetros pequeños
Tipo Dinámica Doble (EN892): Estas cuerdas son de diámetros inferiores a las utilizadas en simple. Son capaces de
detener la caída de una persona cuando se usan en doble, hay que ir pasándolas por los seguros de forma alternativa.
Esta cuerda es especialmente interesante para recorridos sinuosos ya que optimiza la dirección vertical de la cuerda y
el rozamiento de esta en los anclajes, para cordadas de tres personas, ya que el primero de cordada puede asegurar
simultáneamente a dos personas, rutas de escalada en la que se prevean grandes rápeles, caídas sobre aristas o
grietas.
Tipo Dinámica Gemela (EN892): Son las cuerdas de escalada de menor diámetro su ventaja ante las cuerdas en simple
es que permite rapelar la longitud máxima de la cuerda y recuperarla. Es más ligera que la cuerda doble pero no
permite separar los cabos. (Mosquetonaje obligatorio de los dos cabos en cada seguro). Se utiliza para escalada en
cascadas de hielo, glaciares y alpinismo.
SEMIESTÁTICAS: Han sido especialmente creadas para realizar trabajos de suspensión y progresión. Aunque cuentan
con cierto alargamiento responden muy bien al uso de bloqueadores y descendedores. La elongación no debe superar
el 5%. Se dividen en 4 categorías: Tipo A, B, C y L. (EN1891) y (EN564).
Tipo A y B (EN1891): Fabricadas generalmente en poliamida, estas cuerdas están diseñadas para realizar trabajos de
suspensión y de progresión por ellas, con la mejor relación en el binomio seguridad/comodidad. Aunque su uso
habitual no sea el de detener caídas, ofrecen un margen de seguridad hasta caídas de factor I. Se han definido dos
tipos:
Tipo A: Es la máxima categoría de esta norma, ofrece un amplio margen de seguridad al usuario. Es el tipo de
cuerda a utilizar en espeleología, en grupos de rescate y todo tipo de trabajos verticales. Diámetros de 10 a
16mm.
Tipo B: Cuerdas de diámetros inferiores, ofrecen un menor margen de seguridad y exigen una mayor atención al
trabajar con ellas. Es el tipo de cuerda a utilizar por grupos de espeleología experimentados, para descenso
cañones y otros deportes de montaña. Diámetros de 8.5 a 9.5 mm.
Tipo A B
Diámetro 10 a 16 mm 8.5 a 9.5 mm
Resistencia estática (1 minuto) 2200 Kg 1800 Kg
Resistencia estática con nudo 8 (3 minutos) 1500 Kg 1200 Kg
Numero de caídas de Factor 1 5 caídas con 100 Kg 5 caídas con 80 Kg
Fuerza de choque con un factor 0.3 y una masa de
>600 daN >600 daN
100 Kg para las de tipo A y de 80 Kg para las de tipo B
Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza
>5% >5%
aplicada aumentan de 50 a 150 Kg
Deslizamiento máximo de la funda 20 a 50 mm 15 mm (0.66%)
Encogimiento al agua No hay limitación
Tipo L (EN564): Estas cuerdas semiestáticas ligeras para espeleología están construidas generalmente de poliamida y
son de diámetros inferiores a 8.5mm. La norma no define ningún límite de diámetro ni de los posibles riesgos
producidos por la abrasión, los márgenes de seguridad son reducidos y es por ello que en la actualidad sea un
proyecto de norma y no una categoría oficial. Su uso debería estar restringido para personas con gran conocimiento y
dominio de las técnicas.
Tipo L
Diámetro Inferior a 8.5 mm
Resistencia estática (1 minuto) 1600 Kg
Resistencia estática con nudo 8 (3 minutos) 1100 Kg
Numero de caídas de Factor 1, sin caídas previas de factor 0.3 2 caídas con 80 Kg
Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza aplicada aumentan de 50 a 150 Kg >6.5%
Encogimiento al agua No hay limitación
Tipo C (Cuerdas Flotantes): Las cuerdas semiestáticas flotantes de tipo C son un proyecto de norma aplicable a todos
los países de la Unión Europea. Las más comercializadas están construidas en 9.5 mm de diámetro, con el alma en
polipropileno que les permite flotar y con la camisa (funda) en poliéster o poliamida que les confiere resistencia a la
abrasión y al aumento de temperatura por rozamiento. Aunque no cumplen la Norma EN1891 cuenta con unos
márgenes de seguridad como para permitir su uso en cañones con garantía, teniendo en cuenta las exigencias de los
fabricantes como la de usarla exclusivamente en doble y únicamente para rapelar.
Tipo C
Diámetro (Nunca debería ser inferior a 9 mm) 9.5 a 10 mm
Carga de rotura (9.5 mm) 1950 daN
Numero de caídas de Factor 1 (9.5 mm) >10 (55 Kg)
Alargamiento de una cuerda cuando la fuerza aplicada aumentan de 50 a 150 Kg (9.5 mm) 2.2%
Peso por metro aproximado (9.5 mm) 54g
Porcentaje de la funda (9.5 mm) 45%
Porcentaje del alma (9.5 mm) 55%
Encogimiento al agua No hay limitación
ESTÁTICAS: Estas cuerdas no deben utilizarse habitualmente como cuerdas de progresión en ningún deporte de
montaña, su bajo coeficiente de alargamiento las hace peligrosas ante una eventual caída. Cuerdas no consideradas
parte del Equipo de Protección Individual (EPI). Actualmente se utilizan para el montaje de tirolinas, puentes de
cuerdas y diferentes usos en parques de aventura y eventualmente en rescates (nunca como cuerda principal de
aseguramiento). Su construcción y tratamientos de serie hacen que: tenga unos altos valores de resistencia, sea
tolerante a la intemperie y no pierda solidez incluso estando mojadas.
CORDINOS (EN564): Estas cuerdas de pequeño diámetro son utilizadas para múltiples funciones en las actividades de
rescate. (Pedal para el puño, conector para anclar al arnés, como cuerda de recuperación y para enhebrar puentes de
hielo y roca,). Nunca como cuerda principal de aseguramiento. Los cordinos de 4 a 8 mm de diámetro generalmente
están homologados CE EN564 y cumplen las exigencias
de la UIAA. De los diferentes materiales que se usan en
las construcción de cordinos, la combinación La temperatura de fusión de la poliamida es
poliamida/para-aramida es el que actualmente da de 230 ºC, la de la dyneema 145 ºC y la del
mejor resultado; por su excelente relación poliéster 260 ºC.
peso/resistencia y por qué trabaja mejor con nudos
que el Kevlar, la aramida y el dyneema.
El dyneema (polietileno) también es una fibra muy resistente, pero funde mucho antes que la poliamida y la para-
aramida frente a un calentamiento.
TABLA DE PRESTACIONES. COMPARACIÓN DE DIFERNTES CORDINOS
Diámetro Peso Carga de Rotura
Norma Certificación Material
mm g/m daN
3 EN564 CE/UIAA 8 225 a 250 Poliamida
4 EN564 CE/UIAA 11 a 12 330 a 370 Poliamida
5 EN564 CE/UIAA 18 a 19 580 a 590 Poliamida
6 EN564 CE/UIAA 23 a 27 750 a 770 Poliamida
7 EN564 CE/UIAA 31 a 33 1050 a 1200 Poliamida
8 EN564 CE/UIAA 39 a 40 1400 a 1550 Poliamida
Las cuerdas, como todo material de rescate, constan de diversas partes y características, mismas que a continuación
se enlistan y explican:
CUERPO
Elongación: es la capacidad de la cuerda para cambiar su longitud y de esta forma absorber cualquier esfuerzo
brusco en la cuerda. La prueba UIAA consiste en medir la longitud de una cuerda sin peso y luego medir la
longitud de la cuerda con un peso estático (80 Kg). La diferencia porcentual nos dará una idea de la elongación de
la cuerda. Los valores típicos para cuerdas de escalada es alrededor de 6%, es decir para una longitud de 100 m
de cuerda sin peso, al someterla a 80 Kg. la cuerda medirá 106 m. Para cuerdas de rescate este valor debe ser
menor a 2%.
Peso por unidad de Longitud: importante para conocer el peso del material que vamos a trasladar. El peso típico
para una cuerda dinámica de 11 mm de diámetro es de 0.77 gramos por centímetro (77 g/m), así una cuerda de
55 metros pesara 4,2 Kg (9,33 lbs)
Diámetro: es una medida del corte transversal de la cuerda, a mayor diámetro mayor resistencia de la cuerda. No
se recomienda escalar en cuerda simple con diámetros menores que 9.8 mm. El diámetro de la cuerda de rescate
debe ser mayor o igual que 11 mm. Por definición los cordinos son cuerdas de diámetros menores a 8.5 mm.
Diámetro
USO RECOMENDADO
(mm)
8 Líneas fijas para trepar en una ruta
8.8 Escalada en cuerda doble
9 Travesías en glaciar, en doble para escaladas.
10 Escalada en hielo, y travesías en glaciares.
10.5 Escalada en Roca, Hielo y travesías en glaciares.
11 Escalada en Roca
11 (estática) Rescate
12 (estática) Rescate y exploración en cavernas.
Longitud: es la medida longitudinal de la cuerda. La cuerda de escalada varía entre 50 y 60 m. Las drizas se
pueden considerar pedazos de cuerdas con longitud menor a 45 m. En rescate la longitud de la cuerda puede ser
muy grande (200 m), pero este valor dependerá del tiempo de transporte, y de las dimensiones del lugar del
rescate. Se recomienda cuerdas de rescate entre 60 y 150 m de longitud.
Color: es la característica resaltante de las cuerdas, tanto en rescate como en escalada se recomienda colores
fácilmente distinguibles, con el fin de tener una mejor visualización de la cuerda en el terreno. Algunas cuerdas
son bicolor, es decir las mitades están pintadas con diferentes colores, esto nos permite ubicar con facilidad la
mitad de la cuerda y así tener una mejor idea de las dimensiones de esta con respecto al escenario donde se usa.
Resistencia estática o punto de quiebre: es el peso estático máximo que puede resistir una cuerda sin romperse.
En labores de rescate este valor no debe ser menor que 2500 Kg. y para escalada en cuerda simple no debe
soportar menos de 1800 Kg. Esta es la principal propiedad de una cuerda de rescate. Todas las cuerdas presentan
diferente resistencia a la tensión y poseen un límite de peso por centímetro cuadrado que determinara su
ruptura, debe ser considerado con sumo cuidado el uso que se esté realizando de una cuerda para no exponerla a
su máximo punto de tensión.
Coeficiente de Choque: es la capacidad de la cuerda para absorber choques provocados por caídas. Esta es la
principal propiedad de una cuerda de escalada.
Maniobrabilidad (ensayo del nudo): la facilidad para realizar aparejos sobre las cuerdas viene dado por la
maniobrabilidad de la cuerda.
Impermeabilización: las cuerdas mojadas pierden hasta un 20% de su resistencia. Este inconveniente algunas
fábricas tratan de resolverlo realizando cuerdas repelentes al agua. Este tratamiento a base de una fina capa de
silicona y teflón no solo mejora la impermeabilidad de la cuerda sino que además mejora la resistencia a la
abrasión y reduce la fricción de la cuerda sobre los equipos duros (Descededores, Mosquetones). Estas cuerdas
son 15% más costosas que las cuerdas comunes.
Fuerza de choque: La cuerda es el elemento más importante durante las acciones de rescate, une toda la cadena
de seguridad y es responsable de la transmisión de la energía de una caída a todos los eslabones. Una de las
características más importantes es la Fuerza de choque (FCH) que es la fuerza máxima que transmitirá al cuerpo
del escalador y al resto de los eslabones de la cadena tras una caída. Este valor debe estar indicado en la cuerda y
siempre será inferior a 1200 daN.
Nomenclaturas y Significados
Simbología Significado
CE Conformidad con la directiva europea
0120 Es el número del organismo certificador
A 10.5 Cuerda Tipo A de diámetro de 10.5 mm
B 9.0 Cuerda Tipo B de diámetro de 9 mm
No de lote Las dos últimas cifras indican el año de fabricación
Hay un método muy sencillo para comprobar la antigüedad de una cuerda si no se dispone del historial de la misma:
Se corta un trocito de unos cuantos centímetros y se mira si tiene cinta de marcaje interior. Si no tienen cinta de
marcaje hay que retirarla inmediatamente, porque quiere decir que la cuerda es anterior a la aparición de la
normativa, y por lo tanto tienen más de 10 años. Si tiene cinta de marcaje en ella pondrá escrito el año de fabricación.
Se suele repetir cada 20 centímetros aunque la norma obliga a por lo menos una repetición del año de fabricación por
metro. También hay algunos fabricantes que colocan un código de colores para la cinta que se repite cada 10 años, así
simplemente con mirar el color de la cinta en la punta de la cuerda se puede llegar a saber el año sin necesidad de
cortarla.
El almacenamiento entre utilizaciones es también muy importante, deben estar en un lugar limpio, protegidas de la
luz solar, la humedad y sobre todo de cualquier agente corrosivo. (Carburo, baterías, disolventes, etc.). Las cuerdas
son costosas, pero con un cuidado apropiado duraran por largo tiempo, es muy importante que sean tratadas con
precaución, almacenadas en lugares secos y nunca dejadas a la intemperie, a menos de que estén realmente en uso,
las cuerdas que hayan sido mojadas deben secarse antes de guardarse y deben ser inspeccionadas a intervalos
regulares y las partes desgastadas deben protegerse antes de que la magulladura resulte demasiado seria para ser
reparada, los cabos, por supuesto, deben estar siempre reforzados o empalmados, de manera que sea imposible que
se descolchen. Las cuerdas deben tener su propio lugar de almacenaje, a cada cuerda debe dejársele una etiqueta que
indique su longitud, mena, aplicación y antigüedad, las
cuerdas gruesas deben tener una protección adicional que
consiste en envolverlas en sacos o costales.
Estos tiempos son solo indicativos, una cuerda puede destruirse en su primera utilización por un mal uso, evite rapeles
a más de 2 metros por segundo. (Recomendación de los fabricantes). Rescatistas de más de 80 Kg no deberían utilizar
cuerdas de diámetros inferiores a 9mm y antes y después de cada utilización han de ser revisadas minuciosamente de
manera visual y táctil, cualquier signo de desgaste, aplastamiento o zona deshilachada ha de ser inmediatamente
saneadas (si ha sido localmente), para ello siga los siguientes pasos:
Control táctil del alma: realizar un bucle de curvatura regular revisando toda la longitud de la cuerda, analizar:
zonas blandas, aplastadas, ángulos marcados y bultos tipo “hernia”. Si como aparece en la imagen, el bucle es lo
suficientemente blando que permite que se junten los dos cabos, quiere decir que el alma puede estar
seriamente deteriorada. Aunque la camisa no presente daños el alma puede haber sufrido algún desperfecto.
Revisar la zona de los nudos en ambos extremos, localizar zonas de desgaste o cualquier daño producido por el
uso continuado de los nudos en esta misma zona.
Control de la longitud de la cuerda: revisar la longitud periódicamente ya que han podido ser saneados algunos
tramos y como consecuencia haber disminuido la longitud de la cuerda.
Las cuerdas semiestáticas “tradicionales” han de estar en remojo 24 horas ante de su primera utilización para
evitar el deslizamiento excesivo de la camisa con el alma y el deslizamiento incontrolado de los descendedores, se
deberá dejarla secar a la sombra en un lugar aireado.
Nunca deben ser usadas para remolcar vehículos y en caso de hacerlo ya no existe seguridad alguna en su uso
para maniobras de Rescate de ninguna especie.
Si durante las maniobras sufre alguna tensión superior o inesperada, como pudiera ser una caída de elemento, al
terminar el operativo deberá anotarse en bitácora y revisarse totalmente la cuerda palmo a palmo.
Las cuerdas deberán ser revisadas a intervalos regulares de tiempo sin omitir parte alguna de su cuerpo,
buscando huellas de daño o marcas.
Cuando a lo largo de las maniobras la cuerda sufriera algún daño, fuese golpeada por objeto alguno deberá ser
inmediatamente revisada.
Las cuerdas preferentemente deberán tener marca central que permita abreviar los trabajos durante la
operación.
Deben ser revisadas antes y después de cada actividad.
Las cuerdas deberán llevar una bitácora individual perfectamente estructurada y por actividad en que participan
para incrementar el índice de seguridad de los trabajos de rescate.
Las cuerdas deberán lavarse periódicamente y después de una actividad donde se mojaron o tuvieron contacto
con cualquier tipo de solvente, grasa, aceite, etc.
Si el deterioro afecta a varios tramos es mejor sustituirla, una cuerda tiene que darse de baja lo antes posible:
Hay muchos métodos formales e informales, sin embargo, lo más importante es garantizar la protección,
estabilización y unión del alma (núcleo) con las fibras en los extremos. Un método que garantiza lo expuesto
anteriormente es el siguiente:
1. Envuelva la parte de la cuerda con adhesivo, el espesor recomendado del adhesivo es entre de 3 y 5 cm
2. Corte perpendicularmente con un objeto filoso en el punto medio del adhesivo colocado en la cuerda.
3. Queme las puntas recién creadas hasta que el núcleo se una con la funda de la cuerda
4. Rotule la cuerda escribiendo sobre el adhesivo el diámetro, la longitud y el código de almacenado. Proteja el
rotulo con cinta transparente
Lavado de la cuerda
Enredado de la cuerda
El almacenado se debe hacer en un lugar fresco, no húmedo, aislado de componentes químicos fuertes (Ácidos o
Alcalinos), con luz tenue y temperatura entre 14 y 30o. Se debe realizar el plegado de acuerdo al uso.
Plegado de bolso: es el más recomendado cuando se usa cuerda simple, es ideal para transporte de largo
periodo, almacenaje, y al trabajar en labores Helitácticas.
Plegado Montañero: Es un plegado útil en situaciones de emergencia.
La necesidad de hacer nudos fue probablemente una de las primeras cosas con las que se enfrentó el hombre en los
tiempos prehistóricos. Es realmente cierto que todo está en la práctica, como lo prueba la leyenda del famoso nudo
gordiano, tan lejana como los tiempos de Homero, muy brevemente, la leyenda dice que Gordio, que había sido
conducido al reinado por el Oráculo de Apolo suspendió su arado en el templo de Júpiter, en señal de ello hizo un
nudo tan artificioso que quienquiera que lo desatara llegaría a ser rey de toda el Asia. El nudo era tan desconcertante
que ninguno podía deshacerlo, y, Alejandro el Grande, indignado por su falta de éxito, lo corto con su espada.
Los nudos han sido siempre una cosa esencial para el hombre, y contrariamente a lo que podría pensarse que en la
edad de las maquinas los haría menos indispensables, se han puesto más y más en uso. Desde que los primeros
hombres se aventuraron al mar, los marinos han encontrado muchos usos variados de las cuerdas y de los nudos; en
épocas de guerra, los nudos han desempeñado un importante papel. El adiestramiento en cabuyería es una parte
importante del trabajo que han de llevar a cabo los elementos de rescate, en realidad no hay exageración al decir que
se han salvado muchas vidas al realizar un nudo correcto.
Especificidad: como todas las herramientas cada nudo tiene un uso específico
Resistencia: todo nudo realizado sobre la cuerda disminuye la resistencia de esta, ya que un nudo implica presión
y dobleces de cuerda sobre cuerda que hacen que alcance un mayor esfuerzo en relación a una cuerda limpia
(Cuerda sin Nudos).
Curvar una cuerda causa pérdida de eficiencia de esta, porque cualquiera curvatura que tenga la cuerda de menos
cuatro veces el diámetro de esta, va causar perdida de eficiencia debido a que las hebras externas reciben el máximo
de carga, mientras que las internas reciben el mínimo y a veces nada. Esto se puede observar cuando se realiza un
nudo sobre una cuerda, algunos nudos tienen curvaturas más agudas lo que causa una mayor pérdida de resistencia.
En rescate y montañismo se puede decir que los nudos son la técnica base de todo sistema, ya que sin estos no se
podría realizar ningún sistema de seguridad o de ayuda.
Asa o Seno (Bight): es la parte cerrada del nudo destinada a anclar la cuerda.
Giro, Bobina o Vuelta (Loop): es una vuelta dada a la cuerda
Nudo simple o de Seguridad: es un nudo adicional que se realiza para bloquear el nudo, si la parte del cuerpo se
desliza.
Cabo o Cuerda de Trabajo: es la parte sobrante más corta de la cuerda, en general no se somete a cargas, sin
embargo se pueden realizar otras técnicas complementarias si la longitud así lo permite.
Cuerda Principal o Cuerda Cargada: comúnmente llamada largo de cuerda, es la parte de la cuerda que soporta
cargas
Clasificación de los Nudos
Nudos de Empalme: Como su nombre lo indica sirven para unir extremos de cuerdas, en general estos nudos son muy
difíciles de soltar y son muy voluminosos. Entre los Nudos más comunes tenemos:
Nudo Rizoplano: también llamado cuadrado o llano, es uno de los nudos mayormente conocido e indispensable
en Rescate, es recomendable rematarlo con un nudo de control. Este nudo se utiliza solo en la improvisación de
algunos arneses y la unión de cuerdas del mismo diámetro. Se recomienda no usarlo para unir cuerdas ya que se
vuelve corredizo a altas tensiones.
Fíjese en la forma en que quedan los cabos del nudo, si quedan en lados opuestos, este nudo se llamaría Nudo de
Ladrón, y es extremadamente inseguro ya que se puede zafar al sufrir una tensión.
Nudo de Pescador: sirve para unir dos cuerdas de igual sección y pequeño diámetro, tanto mojadas como secas,
debido a que es un nudo muy fácil de hacer y deshacer, se lo puede hacer simple o doble, este nudo se puede
apretar pero se deshace con facilidad.
El pescador doble es una variante del anterior, se confecciona de la misma forma pero con el adicional que se
realiza dos vueltas en la línea principal, en vez de una.
Nudo de Agua: en determinadas circunstancias será necesario emplear una cinta en lugar de una cuerda. Los
nudos anteriores realizados sobre las cintas pueden deslizarse y por tanto no resulta segura cualquier elección.
De hecho el único nudo recomendado que ofrece seguridad sobre cintas planas es este nudo.
Vuelta de Escota: es la unió adecuada para dos cuerdas de distinto diámetro o bien cuando una de las cuerdas es
más rígida que la otra. En estas condiciones ofrece mucha seguridad que otro tipo de nudos, aunque no es seguro
al 100% y debemos evitar someterlo a una tensión excesiva. Es un nudo fácil y rápido de hacer, bajo fuertes
tensiones puede azocarse.
Si a la hora de realizarlo obtenemos el mismo nudo pero con los cabos en lados opuestos, tendríamos una vuelta
de escota a izquierdas, debemos evitar esta variante, que resulta poco segura. Si vamos a someter el empalme a
tensión, podemos hacer una vuelta de escota deslizante, que se deshace tirando del cabo. Para obtener un nudo
más seguro que la vuelta de escota simple podemos hacerlo doble o triple, como se muestra en las imágenes,
además, al realizarlo de esta manera evitaremos que se azoque tanto y es igualmente sencillo y rápido de
ejecutarse.
Debemos tener en cuenta que este nudo disminuye la fuerza de rotura de una cuerda en proporción directa a la
diferencia de grosores de las líneas empleadas.
Nudos de Anclaje. Generalmente poseen una o varias asas que permite la unión de diferentes técnicas mediante
mosquetones. No es recomendable que queden dos asas unidas, por ejemplo, unir cuerdas a través de asas. Los nudos
de anclajes necesitan nudos de seguridad ya que estos tienden a volverse corredizos a altas tensiones.
Nudo de Ballestrinque: se utiliza generalmente para iniciar un encamillado asegurando los pies o en su caso las
manos del lesionado, fijar una cuerda a un poste, una barra o incluso a otra cuerda. Es muy rápido y sencillo en su
manufactura y no se deshace fácilmente una vez hecho. Disminuye significativamente la resistencia de la cuerda,
posee gran simplicidad, y se adhiere perfectamente al punto de anclaje.
Nudo Ocho: debe su nombre a que su forma asemeja al número ocho. Es sencillo, su característica es por su
doble recorrido de la cuerda, en su manufactura brinda gran ventaja y seguridad ya que el esfuerzo es equilibrado
a lo largo del recorrido. Se lo puede confeccionar simple o doble.
Este nudo se puede utilizar en doble uniendo dos cuerdas del mismo diámetro, el cabo de la una cuerda sigue el
camino de la primera, tal como se muestra, obteniendo así una unión muy fuerte y fácil de realizarse.
Ocho de dos orejas: es una variante del ocho doble, muy útil para anclajes de dos puntos de fijaciones, se puede
utilizar las dos orejas simultáneas lo cual aumenta la superficie de contacto de la cuerda en el mosquetón con la
precaución de usar mosquetones grandes.
Nueve: Es el nudo de carga de rotura más alta. Se emplea en cuerdas sometidas a elevadas tensiones. Este nudo
es como el 8, pero con una vuelta mas, la ventaja del 9 es que se azoca menos que el 8, aun con tracciones
fuertes.
Nudo de Mariposa: sirve principalmente como puntos de anclaje para cuerda o con una cinta, por su simetría, se
mantiene en perfecto estado ante cualquier situación, ofreciendo por tanto gran seguridad.
Ocho En Línea: Con las mismas propiedades que el Nudo Mariposa, pero también muy útil para crear punto de
anclaje ecualizado en el final de la cuerda. Este nudo también es muy utilizado en rescate durante el descenso de
una camilla, para asegurar a ésta a una línea principal a través de este nudo y luego con la cola del mismo al
operador que desciende con ella.
Ojo de Pájaro: también llamado nudo de guías, gaza simple o pico de pato ya que es empleado para unir o
asegurar rápidamente a alguien en una línea en cualquier parte de la misma, es un nudo rápido y sencillo.
Habitualmente se emplea para colgar objetos y realizar amarres rápidos, la principal desventaja de este nudo es
que hace perder alrededor de un 50% de resistencia a la cuerda.
Nudo de Leñador: este nudo se ejecuta con rapidez y permite realizar maniobras con troncos o tablones. Gracias
a él se puede subir o bajar un tronco o arrastrarlo, se trata, sin embargo, de un nudo provisional adecuado a un
uso concreto, a pesar de ello es seguro y tiene la ventaja de que no se azoca. El cabo no debe girar sobre la línea
de tensión y el número de vueltas depende del grosor del objeto alrededor del que se efectué el nudo, cuanto
más grueso sea este mayor número de vueltas requiere.
Nudo media llave y dos cotes, contramaestre: Nudo para anclajes en tareas poco comprometedoras, soporta
fuertes tensiones y no se apreta.
Cabeza de Alondra: nudo para anclajes en estacas o elementos fijos, también sirve para arrastrar o suspender
una carga, con cuerda simple puede deslizarse, por lo que se recomienda hacerlo con una cuerda doble.
Amarre Circular: El amarre circular debe contar con un mínimo de 3 vueltas y sobre una superficie adecuada,
mantiene la resistencia nominal de la cuerda sin la reducción en la resistencia típicamente infligida por un nudo.
Ideal para montaje de cuerdas en Tirolesas directamente sobre un árbol o estructura circular, o bien
directamente sobre una polea de tipo ¨Kootenay¨
Nudos de Bloqueo: Se caracterizan por presionar la cuerda al estar cargados de tal forma que ellos se bloquean sobre
esta. El uso de estos nudos es muy frecuente, pero hay que tener ciertas normas presentes: Quitarle el peso y aflojar
el nudo antes de desplazarlo en la cuerda, estar atento de quemaduras sobre la cuerda y en el anillo del nudo
(elemento adicional con que se realizan los nudos de bloqueo), usar al menos dos nudos cuando se trabaja en rescate,
la diferencia de diámetro entre el anillo de nudo y la cuerda debe ser mayor o igual a 2 milímetros.
Nudo Prusik: es un nudo auto bloqueante que se desliza libremente por la cuerda hasta que se carga peso lateral
sobre él, es bidireccional, es decir trabajan igual en ambos sentidos sobre la cuerda, puede generar bastante roce
estático, así se recomienda desplazarlo lentamente sobre la cuerda. Este nudo debe hacerse con un cordino de un
diámetro inferior a la cuerda en la que se quiere hacer, cuanto menor sea la diferencia de diámetro mayor
número de vueltas deberá darse al cordino, no es efectivo sobre cuerdas mojadas o heladas.
Bachmann: es bloqueador bidireccional, es decir trabajan igual en ambos sentidos sobre la cuerda, puede generar
bastante roce estático, así se recomienda desplazarlo lentamente sobre la cuerda.
Machard: es bloqueador unidireccional, es decir trabaja en un solo sentido sobre la cuerda, se lo usa como seguro
de rapel. Es una alternativa al prusik y tiene menor tendencia a atascarse.
Nudos Dinámicos: como su nombre lo indica son nudos corredizos, es decir tienen la propiedad de desplazar la cuerda
a través de este. Este tipo de nudo trabaja con fricción de manera que hay que tener en cuenta los puntos de fricción
que se utilizan para frenar la carga. Se recomienda siempre tener control sobre estos nudos y estar alerta a cualquier
daño por fricción en la cuerda.
Nudo de Fuga: Es un nudo usado normalmente en el inicio de cualquier maniobra de autorescate. Una vez
confeccionado, se realiza un sobrenudo de seguridad.
El Nudo Dinámico. Es uno de los nudos más usados en rescate, es muy seguro aunque hay que tener cierta
experiencia para manejarlo óptimamente.
Nudo de Margarita: Es un nudo con innumerables ventajas, como su seguridad, la facilidad con la que se deshace
y la facultad de no azocarse en ninguna ocasión. Su función es de acortamiento, por lo que uno de sus usos más
útiles es mantener una parte dañada de una cuerda fuera de tensión, sin la necesidad de cortar esa parte. En ese
caso la parte dañada debe quedar entre los lazos. Si una vez terminado en nudo, queda sometido a tensión, el
nudo se mantiene a pesar del tiempo trascurrido sin dañar la cuerda.
Boca de lobo: Es el mejor nudo de enganche para cuerda de diámetro mediano, porque el esfuerzo se reparte por
igual en ambos lados. Tiene una larga historia de uso para izar cargas pesadas, conociéndose por este nombre
desde el siglo dieciocho. El manejo de una simple parte de la cuerda sometida a tensión sobre un gancho reduce
el esfuerzo que puede soportar a una tercera parte. La "boca de lobo", tirando hacia arriba con firmeza, iguala el
esfuerzo y proporciona la seguridad necesaria de tal forma que, aunque uno de los dos brazos se rompa, el otro
soportará la carga el tiempo suficiente para hacerla llegar al suelo sin contratiempos.
Vuelta de gancho: El "vuelta de gancho" es un nudo muy sencillo, que, como su nombre indica, se utiliza cuando se
desea amarrar un cabo a un gancho, como pueden ser los de las grúas. Para efectuarlo se rodea el gancho con el cabo
y se mete luego el chicote por debajo del firme para que lo muerda y quede así inmovilizado el cabo. Se puede tomar
una o dos vueltas sobre el gancho antes de morder el chicote, y también rodear todo el gancho o solamente uno de
los brazos.
Los puntos de anclaje y soporte son la base de cualquier sistema de cuerdas, ya que sobre ellos es que nuestros
sistemas van a depender para poder soportar las cargas y pesos manejados durante las operaciones. Existen
diferentes tipos de anclajes dependiendo de las características físicas del medio ambiente (interior o exterior, urbano
o rural), pero en general los anclajes SIEMPRE deberán estar sujetos a elementos FIJOS Y ESTABLES que ofrezcan la
capacidad de soportar el peso máximo del sistema completo más un porcentaje de seguridad.
A los anclajes se les pueden agrupar en varios grupos o se le pueden dar varios tipos de reclasificación, como pueden
ser fijos, móviles, naturales, artificiales y auto anclajes, todos nombres válidos, pero independiente de cómo los
clasifiquemos es más importante saber para qué sirven y como efectuarlos.
Un anclaje es la primera etapa de seguridad de nuestra cadena de trabajo si este se efectúa de mala manera toda la
cadena corre un serio peligro o nos exponemos a un riesgo innecesario. Por lo tanto su confección se debe hacer de la
mejor manera.
El anclaje
El autoseguro
Seguro al compañero
Seguros intermedios
El anclaje debe contar con un único punto de aseguración, resultado de la unión de los anclajes que se utilicen en la
misma. En este punto se colocará un mosquetón de seguridad, o dos mosquetones básicos con los cierres opuestos,
para los autoseguros. A este punto se le denomina Punto Central. Este punto puede tener diferentes tipos de
montaje:
a) De punto único: Cuando un anclaje es por sí solo suficientemente fiable, generalmente natural (árbol, puente de
roca, bloque, etc.), se rodea con un anillo auxiliar o excepcionalmente con la propia cuerda de cordada. Sobre
este único punto de seguro se monta la reunión.
b) Triángulo de fuerza: Cuando los anclajes están próximos y por sí solos, no garantizan la seguridad de la reunión,
se colocarán anclajes suficientes o se aprovecharán los ya existentes, para, sumados todos, conseguir un único
Punto Central seguro. Se unirán con un anillo auxiliar o con la propia cuerda de cordada.
El ángulo que forman las cuerdas de unión debe ser inferior a 60º, para evitar sobrecargas en los anclajes. En caso
de fallo de uno de los anclajes, el Punto Central no se debe soltar del sistema.
Triángulo de fuerza móvil: Se realizará cuando los anclajes son de resistencias similares, repartiendo el
esfuerzo por igual. Se ajusta automáticamente a un cambio de dirección en la tracción.
Triángulo de fuerza bloqueado: Cuando exista diferencia entre la resistencia de cada uno de los anclajes, es
necesario bloquear el triángulo para evitar un desplazamiento brusco del Punto Central, por sobrecarga del
anclaje más débil.
c) En línea: Cuando los seguros están muy separados o uno de ellos es mucho más resistente que los demás, se
unirán con la propia cuerda, mediante nudos ballestrinques, tensando entre nudos y rematando con un nudo en
ocho sobre el anclaje superior.
En el caso excepcional de tener que montar una reunión con puntos de anclaje débiles, se colocarán todos los
anclajes posibles, uniéndolos de la manera más conveniente mediante triángulo de fuerza, en línea o
combinación de ambas.
Según las características de los anclajes, o más bien, donde confeccionaremos los anclajes los definiremos así:
Anclajes Naturales: Este tipo de anclaje es el que confeccionaremos en el medio propio natural o más bien
aprovecharemos el medio que nos rodea como árboles, rocas etc., Angulo de pendiente o de verticalidad cual quiera
sea jamás anclar en la misma orilla.
Antes de confeccionar un anclaje en este medio debemos tener ciertas aprensiones tales como, estado de los árboles,
si se encuentra muy cerca de un vertical, (ya que sus raíces pueden no estar demasiado enterradas) sobre las rocas,
que estas no estén fracturadas, ni que tengan filos pronunciados, supervisar el terreno en que se encuentran etc. En
fin revisar cualquier evento que nos produzca duda o un eventual riesgo.
Es aconsejable un segundo anclaje alternativo de seguridad por si el primero tiene algún problema. Este segundo
anclaje se hará para dar mayor seguridad y eficiencia a la cuerda de trabajo y con las mismas aprensiones y pueden
ser independientes entre sí, como en conjunto o combinado.
Anclajes artificiales: estos son sin duda los más encontrados en la parte de rescate. En los lugares urbanizados y a
veces en lugares naturales cuando se carece de elementos naturales como es el caso de una geografía desértica,
carencia de árboles, rocas en mal estado. etc., este tipo de anclajes son prácticamente todos aquellos creados por el
hombre y puestos en el lugar de una operación vertical.
Protección al Roce: si los sistemas van a ser instalados en zonas urbanas, buscar tuberías gruesas, cornisas de
concreto estructural, alerones de edificios, torres o postes, etc. con la condición de estabilidad necesaria para poder
soportar el peso total del sistema y que no presenten aristas agudas que pudieran dañar las cuerdas. Si por alguna
razón no se encuentran elementos libres sin aristas, se deberán instalar "correderas" o "rozaderas" para cubrir los
posibles puntos de fricción entre las cuerdas y el medio ambiente.
Dirección de Trabajo: antes de confeccionar el anclaje se debe tener en cuenta la dirección de la maniobra y se debe
prever los posibles cambios direccionales de la misma. Un buen sistema de anclaje deberá ofrecer seguridad y
flexibilidad para el manejo de las tensiones a las que se someterá, además de proporcionar flexibilidad en el
posicionamiento relativo de las cuerdas, y estar preparado para poder operar en un rango de ángulos de tensión que
pudieran presentarse durante la operación del sistema.
Distribución de la energía: los anclajes más eficientes en la distribución de energía y dirección de trabajo son los
anclajes ecualizables, los cuales se autorregulan a cualquier cambio de dirección y garantizan que los puntos de
anclajes trabajen soportando un peso similar.
Tipos de anclajes
Existen diversos tipos de anclajes dentro del manejo de cuerdas, dentro de rescate se deben manejar ciertos tipos de
anclajes que deberán proporcionar seguridad y rapidez en su colocación debido al trabajo que se desempeña.
En Rescate se manejan cuatro tipos de anclajes los cuales reúnen las características antes mencionadas (seguridad y
rapidez en su colocación) para un mejor desempeño en el trabajo del rescatista en lugares altos. Estos a su vez son
divididos en dos grupos:
Anclajes Directos
Son aquellos que son colocados con la misma cuerda en la que se va a trabajar y no requieren de colocación previa de
anillas y/o mosquetones
Anclaje tipo "A": Se inicia con un nudo de ocho (calculando la distancia de cuerda a utilizar para el anclado)
continuando con un nudo de Ballestrinque el cual ira sobre la superficie destinada para el anclaje, posteriormente
se terminara entretejiendo el cabo más corto sobre el nudo de ocho con el que se inició el anclaje, además de
rematarlo con un nudo de seguridad.
Anclaje tipo "B": Este anclaje se comienza con un nudo de ocho (calculando las distancias suficientes de cuerda a
utilizar en el anclado) y se continua dando tres vueltas a la cuerda sobre la base de anclado destinada,
terminando con entretejer el cabo más corto sobre el nudo de ocho con el que se inició. (También se coloca su
nudo de seguridad).
Anclajes Indirectos
Se les denomina anclajes indirectos a aquellos que por el tipo de trabajo o circunstancia es necesario la utilización
previa de anillas y mosquetones para su colocación.
Anclaje tipo "C": Este tipo de anclaje sirve cuando el punto de apoyo del rescatista (base del anclado) se
encuentre demasiado lejos de la orilla por donde se pretende bajar y resta cuerda. Para efectuar el rescate se
coloca una anilla sobre la superficie de anclado destinada y se entrelaza la anilla por medio de dos mosquetones
encontrados de los cuales se sujetara la cuerda.
Anclaje tipo "D": Se manufactura un nudo de fuga sobre la base de anclaje ya destinada, de este anclaje se
selecciona la línea sobre la cual se manufacturo el nudo fugitivo y se inicia el descenso normal (se deberá
extremar cuidado en la selección de línea de descenso ya que un descuido en la selección de la misma provocara
una caída precipitada del elemento sin control alguno). Una vez encontrándose el elemento en la parte inferior
de la edificación sobre la cual se elaboró el rescate solamente se tirara de la línea contraria a su descenso para
liberar la misma y recuperarla.
Instalación
Normas de instalación:
Un sistema de poleas puede ser tan sencillo como para hacer cambiar la dirección de la
tensión de una cuerda, o tan complejo como para multiplicar por varias veces la
capacidad de carga de un sistema (estático o dinámico), permitiéndonos por ejemplo,
colocar una línea tensa para sistemas de tirolesa, o recuperar grandes pesos desde una
cavidad o barranco. Los elementos básicos de cualquier sistema de poleas son: cuerdas,
poleas, mosquetones y frenos.
Poleas
Una polea es una máquina simple que sirve para transmitir una fuerza, se trata de una
rueda, generalmente maciza y acanalada en su borde, que, con el curso de una cuerda o
cable que se hace pasar por el canal, se usa como elemento de transmisión para cambiar la
dirección del movimiento en máquinas y mecanismos. Además, formando conjuntos,
aparejos o polipastos, sirve para reducir la magnitud de la fuerza necesaria para mover un
peso.
Según definición de Hatón de la Goupillière, “la polea es el punto de apoyo de una cuerda
que moviéndose se arrolla sobre ella sin dar una vuelta completa” actuando en uno de sus
extremos la resistencia y en otro la potencia.
"Una polea es un aparato que se comporta de la misma manera que una balanza de
brazos iguales, pero que además puede transformar un movimiento rectilíneo en circular
cuando una de las fuerzas es superior a la otra"
Tipos de poleas
Según su desplazamiento las poleas se clasifican en "fijas", aquellas que se suspenden de un punto fijo (la estructura
del edificio) y, por lo tanto, no sufren movimiento de traslación alguno cuando se emplean, y "móviles", que son
aquellas en las que un extremo de la cuerda se suspende de un punto fijo y que durante su funcionamiento se
desplazan, en general, verticalmente.
Cuando la polea obra independientemente se denomina "simple", mientras que cuando se encuentra reunida con
otras formando un sistema recibe la denominación de "combinada" o "compuesta".
Polea Fija: la manera más sencilla de utilizar una polea es colgar un peso en un extremo de la cuerda, y tirar del otro
extremo para levantar el peso. Una polea simple fija no produce una ventaja mecánica: la fuerza que debe aplicarse es
la misma que se habría requerido para levantar el objeto sin la polea. La polea, sin embargo, permite aplicar la fuerza
en una dirección más conveniente. Una polea fija es aquella que tiene su apoyo en el eje de rotación y, por lo tanto,
no cambia de sitio.
Poleas Móviles: Una forma alternativa de utilizar la polea es fijarla a la carga, fijar un extremo de la cuerda al soporte,
y tirar del otro extremo para levantar a la polea y la carga. La polea móvil produce una ventaja mecánica: la fuerza
necesaria para levantar la carga es justamente la mitad de la fuerza que habría sido requerida para levantar la carga
sin la polea. Por el contrario, la longitud de la cuerda de la que debe tirarse es el doble de la distancia que se desea
hacer subir a la carga. Las poleas móviles son las que cambian de sitio bajando y subiendo, pues descansan sobre la
cuerda. Con este sistema de poleas móviles es posible obtener una ganancia mecánica dado que se reduce la potencia
necesaria.
Formula Formula
= =
Poleas Compuestas (Aparejos o Polipastos): Es un sistema de poleas que permite elevar pesadas cargas con un
esfuerzo moderado. Está formado de la combinación de poleas fijas y móviles, en la que se cuelga la carga; ambas
están unidas entre sí por una cuerda, cadena o cable. Al tirar de su extremo, la carga asciende la mitad, un tercio, un
cuarto, etc. de la longitud del cable que se ha estirado, en función de que la polea sea simple, doble o triple. El
esfuerzo realizado equivale a la mitad, la tercera o la cuarta parte de la carga. Se dividen en:
Aparejos Factorial
También llamado Aparejo en serie, está formado por "n" (numero) de poleas fijas
sobre una misma montura y otras tantas poleas móviles también colocadas sobre
una misma montura, de la cual pende la carga a levantar.
La resistencia Q está formada por dicha carga y el peso de la parte móvil del
aparejo.
Está compuesto por dos grupos de poleas (fijas y móviles), en la misma cantidad
por grupo. Para averiguar la potencia necesaria para igualar el peso se utiliza la
siguiente fórmula:
n = número de poleas
Aparejos Potencial
El uso de estos aparejos se ha extendido en las labores de rescate denominándolos como Polipastos ya que conservan
el trabajo mecánico debido a la disminución del esfuerzo aplicado en la cuerda, para izar una carga. Es así como se
habla de métodos 2:1, que dice que el usuario aplica la mitad del esfuerzo para izar una carga, en relación a si se
aplicase directamente. Los 3:1 aplican un tercio, los 4:1 aplican un cuarto y así sucesivamente. Hay que tomar en
cuenta además que la cantidad de cuerda efectiva que se recupera, en el caso 2:1 es el doble en relación al método de
izado directo (1:1), es decir para izar la carga 1 m, se debe recuperar 2 m de cuerda. En 3:1 la cuerda recuperada es
tres veces mayor y en 4:1 es cuatro veces mayor.
Sistemas de recuperación
La combinación de cuerdas y poleas, unidos para formar una ventaja mecánica para poder mover una carga desde un
punto a otro realizando un esfuerzo menor que si tuviéramos que mover a pulso, es uno de los usos de los polipastos
(o aparejos) que nos permiten la elevación o movimiento de cargas, estos forman la base de los sistemas de
recuperación.
Los sistemas de recuperación son usados para izar material, rescatar un herido o un compañero que ha caído en una
grieta que requiere de un trabajo mecánico, ya que desplazamos un peso (entiéndase peso como una masa bajo la
influencia de la gravedad, ) una cierta distancia.
Hay dos razones por las cuales se utilizan los sistemas de recuperación.
Seguridad y Conveniencia: El correcto conocimiento de los sistemas de recuperación y la habilidad para saber usar el
equipo puede significar que los rescatistas pueden establecer en un lugar seguro y conveniente sus sistemas.
Comodidad: Los sistemas de recuperación hacen que el trabajo de levantar una carga sea más fácil ya que disipan el
peso de la carga a través de la cuerda
Estos sistemas llevan ese nombre debido a la ventaja mecánica obtenida por el sistema, en otras palabras, la relación
que existe entre el peso y la carga y la fuerza utilizada al moverla.
En realidad, los rescatistas nunca obtienen el 100% de ventaja mecánica de un sistema de recuperación, ya que se
pierde fuerza en la fricción de poleas, fricción de la cuerda, resistencia del viento, etc.
Para construir un sistema de recuperación (polipasto) no es necesario disponer de mucho material, pero los
componentes que lo conformen determinaran la eficiencia del conjunto. El mayor rendimiento se obtiene con cuerdas
estáticas. Para los espeleólogos y big walleros no resulta difícil, ya que forma parte de su equipo habitual, pero los
escaladores y rescatistas utilizan cuerda dinámica habitualmente.
Los mosquetones que mejor trabajan en la conexión con las poleas son los de tipo simétrico con sección redonda ya
que permiten un mejor reparto de la tensión en la zona de contacto. Las poleas utilizadas para el montaje de sistemas
de recuperación deben tener una resistencia mínima que sea el doble de la carga que se desea izar. Normalmente
esto no es una limitación ya que izar cargas de más de 150Kg es complicado.
En algunas situaciones se sustituyen las poleas por mosquetones, pero la fuerza ejercida no se desmultiplica de la
misma forma ya que la fricción es muy superior, pero puede ser útil como método alternativo.
En los sistemas de recuperación por seguridad se utilizan sistemas anti retorno, que pueden ser del tipo mecánico
incluido en la polea (minitraxion) o no y como alternativa nudos prusik. En el caso de utilizar cordinos es
recomendable que sean de Kevlar debido a que el autoseguro puede sufrir mucho rozamiento.
Se describirán los sistemas de recuperación más utilizados. Cabe decir que existes multitud de soluciones, pero las
más sencillas son las siguientes:
Polipasto 2:1 o C
Bien dicho no es un polipasto, sino que es una polea móvil. Incluimos este sistema porque es la base
de las desmultiplicaciones de los polipastos. Recordemos que el funcionamiento óptimo se produce
cuando las cuerdas corren paralelas (ángulo de 0º) ya que no se suele tener en cuenta.
Polipasto 3:1 o en Z
1- Montaremos un sistema de auto bloqueo para que funcione como anti retorno y
fijar la cuerda que viene de la carga al sistema. Aquí es donde entra en juego
nuestra creatividad en función del material que tengamos disponible. Existen
multitud de soluciones, por nombrar algunas tenemos:
2- Unir una polea (esta actúa como fija) al anclaje, pasando el extremo libre por su interior.
3- Dirigir la cuerda que sale de la polea paralela a la cuerda bajo carga y pasarla por otra polea (polea móvil). Es
interesante colocar la polea lo más alejado posible ya que esta polea se moverá hasta la 1a polea, momento en el
que deberemos parar de izar para desplazar la polea móvil y poder proseguir.
4- Colocar un sistema de auto bloqueo en la cuerda bajo carga
5- Unir la 2a polea (móvil) al sistema de auto bloqueo y dirigir la cuerda de tiro hacía en anclaje (recordad el ángulo
de trabajo).
6- Iniciar el izado tirando de la cuerda.
Construcción:
1- Montar un polipasto en Z.
2- Para montar la desmultiplicación (polipasto en C) tenemos 2
posibilidades:
Consiste básicamente en el montaje de polipastos en C consecutivos. Este sistema es rápido de montar y quizás la
única alternativa si no disponemos de suficiente cuerda, pero tiene el inconveniente que el sistema antirretorno
funciona manualmente.
La desmultiplicación de 8:1 simplemente requiere añadir un polipasto en C extra sobre la cuerda de izado (sólo se
podrá realizar si se dispone de 2 cuerdas).
Cuando ocupe apropiadamente y con seguridad los
sistemas de recuperación, estos podrán ser un elemento
importante dentro de su arsenal de rescate.
USO DE LOS SISTEMAS DE POLEAS (POLIPASTOS)
Los mosquetones desde su creación hasta la fecha han cambiado considerablemente referente a su utilización. Desde
la aparición en 1860 por el cuerpo de bomberos de Munich, los cuales lo utilizaban en sus cinturones de ejercicios y lo
denominaban Carabiners, utilizaban elementos metálicos de conexión similares o muy parecidos a los mosquetones,
actualmente se utilizan para distinto orden de cosas e instituciones, como escaladores, montañistas, rescatistas,
paracaidismo, milicia, equitación, náutica, embarcaciones, etc., actualmente están en casi todas las actividades
cotidianas y para uso personal que actualmente se utilizan para decoración, llaveros, o simplemente de adornos.
Lejos del propósito para el cual fueron creados y desarrollados los mosquetones han pasado por un proceso de
cambios en cuanto a la confección y de su material, los inicios de los mosquetones fueron entre los años 1910 y 1914
donde los escaladores los utilizaron para realizar
ascensiones, pero no era considerado un elemento
seguro. En el año 1935 se creó el primer mosquetón
con seguro de rosca de acero, luego de investigaciones
y por la falta del acero debido a la segunda guerra
mundial, en 1958 se creó el actualmente mosquetón
de Zicral (También llamada aleación de aluminio 7075
T6), el cual remplaza al pesado mosquetón de acero y
más por sus características técnicas el cual tiene mayor
resistencia a la tracción. Actualmente predominan tres
tipos de mosquetones: asimétricos, simétricos, y los
tipos pera.
Estos mosquetones son los que predominan el mercado pero sin embargo muchas veces no se saben utilizar, dado a
las características de construcción cada mosquetón está fabricado para un fin
específico y lo determina su figura, es por eso que la utilización de los
mosquetones no da lo mismo el utilizarlo. Dado a su figura el mosquetón tiene
por naturaleza un eje natural mientras que el eje de trabajo o eje de carga lo
determina su diseño.
Es importante conocer estas condiciones para así adquirir correctamente este tipo de elemento ya que una mala
elección obliga a efectuar un trabajo con este elemento
que limita su resistencia lo que se traduce en un riesgo
innecesario, otro factor muy importante es considerar la
apertura de estos, el tamaño y la capacidad de cada
mosquetón, sin embargo, si consideramos que para tareas de rescate debemos solo utilizar mosquetones con seguro,
es muy común ver mosquetones sin ellos para este tipo de tareas.
Recordemos que un mosquetón variara en su utilización conforme al diseño que tenga ya que puede facilitar o
dificultar la conexión de elementos o sistemas. Hay algún tipo de mosquetones que dado a sus características de
confección tiene diferentes modelos pero de similares características.
Por ejemplo el este mosquetón tiene una figura distinta, con una
resistencia de 25 KN y una apertura de 25mm, lo que nos da unas
características de excelente apertura y buen tamaño.
Mientras que este último tiene una resistencia de 26 KN, gran resistencia, pero tiene tan solo
una apertura de solo 19mm.
Además los mosquetones deben cumplir rigurosamente la características básicas referente a los EPI los cuales
regulariza la Norma EN 362 que entre otros requisitos pide que los mosquetones estén debidamente señalizados en
su espaldilla la carga que resisten que deben estar en Kilo Newton (KN), 1 KN = 101.97 kg 100 kg de carga.
Todos los mosquetones llevan marcado su resistencia y la homologación en su cuerpo para su correcta observación,
así los rescatistas pueden estar seguros del material que llevan en acciones de rescate, los símbolos utilizados en los
mosquetones son:
Partes de un mosquetón
Conociendo las diferencias entre cada mosquetón, y sabiendo que se pueden clasificar en tres grupos, podemos
además clasificarlos de una forma más sencilla, contemplando que hay dos modelos generales y son utilizables para
aparatos, mientras que uno es mejor para trabajos de anclajes, los podemos definir así:
Mosquetones de trabajo: serán principalmente aquellos que dado a su confección facilita la creación de anclajes
como los asimétricos o tipo D.
Mosquetones personales: serán aquellos que faciliten, dado a sus características, la conexión de elementos, como son
los mosquetones simétricos y los tipo pera, ya que ambos modelos permiten conectar aparatos sin mayor dificultad.
Tipos de mosquetones
Los mosquetones tienen la importante misión de conectar la cuerda con el resto de los elementos en una acción de
rescate, dependiendo del lugar que ocupen, los esfuerzos que pueden llegar a soportar son muy diferentes. Existen
básicamente tres tipos de mosquetones:
1. Normales
2. Ligeros
3. De seguridad
NORMALES O POLIVALENTES.- son mosquetones convencionales, con un peso sobre los 50gr y una resistencia de
unos 2.500 daN (1daN = 10N). Estos mosquetones en general son los que se utilizan por lo regular para anclarse a un
punto o a la cuerda en prácticas de rescate y técnicas de auto rescate y salvamento. Si están homologados llevan la
marca N grabado junto a la marca UIAA.
LIGEROS.- pesan alrededor de 30gr y son mosquetones adecuados para equipar cintas exprés, su resistencia no ha de
ser inferior a 2.200 daN, mínimo que exige la UIAA para homologar un mosquetón, pero esta resistencia puede verse
seriamente disminuida por un uso inadecuado, al verse afectado por palancas, tensiones, cintas demasiado anchas, el
paso de dos cuerdas o la apertura accidentada del cierre. Se usaran con cuerda simple ya que con estas condiciones de
trabajo son óptimas, si están homologados por la UIAA llevan el símbolo L.
SEGURIDAD.- Los mosquetones de seguridad son aquellos mosquetones a los que se han colocado un cierre para
evitar que se abran involuntariamente. Su uso viene indicado para las prácticas de responsabilidad, como reuniones,
auto aseguramientos, cuerdas fijas, anclajes etc., es decir, ponemos mosquetones de seguridad cuando no nos fiamos
de nada, por esta razón, deberán ser unos elementos a los que tendremos que cuidar y elegir con acierto.
En concordancia con la Directiva PPE 89/686/EEC que clasifica todo el material PPE (Personal Protective Equipment,
que en castellano es EPI, Equipo de Protección Individual) en los EU (European Free Trade Area), todos los productos
EPI (y los mosquetones de seguridad lo son, por supuesto) tienen que llevar la marca CE y un manual de uso y
cuidados en varios idiomas.
Características comunes
De rosca: el más barato, tiene los inconvenientes de necesitar el uso de la mano una vez
abierto para su cierre, además se suelen bloquear y es muy difícil aflojarlos cuando han
estado sometidos a fuerza durante bastante tiempo, a veces es necesario colgarse sobre
ellos para poder aflojarlos, sin embargo, este tipo de cierre es el menos voluminoso, con
el uso y sin darnos cuenta se puedan aflojar. Existe en el mercado algún modelo con
tapa de plástico, con lo que se consigue que la rosca no se afloje y, de paso, algo tan
importante como que el mosquetón no se pueda mover y ponerse cruzado, sobre todo
cuando estamos asegurando.
Automáticos: es el cierre más rápido y cómodo, con solo girarlo un cuarto de vuelta se
abre y vuelve a cerrar automáticamente, sin necesidad de manipularlo. Un poco más
voluminoso y pesado que el sistema de rosca, pero mucho más versátil. Hay que tener
cuidado de no abrirlo sin querer con cualquier movimiento de nuestro cuerpo.
De bayoneta: son como los automáticos pero con un cierre más. Antes de girarlos hay
que subir o bajar el cierre, lo que asegura que no se pude abrir involuntariamente. Es
verdad, que dificultan su apertura pero son los más seguros. También los más caros.
Según el fabricante, el sistema de bayoneta es de una forma u otra. Los hay que
primero hay que girar y luego bajar, y viceversa.
Hay muchos modelos de mosquetones de seguridad que ofrecen las tres alternativas,
quedando al tino del comprador la elección del modelo de cierre. Además, existen
otros modelos de cierres, como de funda plastificada o con botón de seguridad, el cual
ofrece mucha seguridad pero mucha complejidad en su apertura.
Por último, un recordatorio. Ya que utilizamos mosquetones de seguridad, en el caso de utilizar el sistema de cierre de
rosca, repasar siempre si se ha cerrado.
Cuidados de un mosquetón
Los fabricantes indican una serie de recomendaciones genéricas para todos los mosquetones:
Periódicamente realizar una inspección visual de los mosquetones y ante la más mínima duda deshacerse del material.
Los fabricantes entiende, y con razón, que el rescatista debe conocer perfectamente el historial del material con el
que se juega la vida. Por esta razón recomiendan encarecidamente escribir en una hoja de control todo lo acontecido
con el material, al menos una vez al mes. Es responsabilidad del usuario asegurarse de entender el uso de todos los
materiales de rescate.
Los mosquetones de seguridad homologados se puedan usar en conjunción con cualquier artículo apropiado de los
EPI incluidos en la norma 89/686/CEE y también con los equipos de Rescate/Mosquetones según la norma EN 12275.
Limpieza: si está sucio, limpiarlo con agua limpia y templada y con una disolución apropiada de detergente suave (ph
entre 5,5 y 8,5). Limpiar luego con un paño húmedo y dejarlo secar al aire fuera del contacto directo con cualquier
fuente de calor.
Lubricación: en la articulación del gatillo, con lubricante a base de silicona. Siempre después de haberlo limpiado
previamente. El cierre de los mosquetones debe de funcionar correctamente y perfectamente, para ello se engrasara
cuando sea preciso con aceites WD40 o similar (3 en 1), NUNCA CON ACEITES VEGETALES que acumulan suciedad.
La función de cierre no debe de ser entorpecida por la pared, cintas para anclaje, u otros elementos, cuando el cierre
del mosquetón no funcione bien, NO DUDE, DESÉCHELO. La máxima resistencia de un mosquetón se obtiene cuando
su cierre está completamente cerrado. Considere los siguientes factores:
Un golpe contra el piso o pared en el área de trabajo, puede provocar que la inercia del gatillo abra
completamente el mosquetón.
El relieve de la zona de anclajes es importante ya que si se pasa por alto este factor el mosquetón puede quedar
en una posición que sobrecargue al dispositivo o deje entreabierto el dispositivo de seguro.
La apertura de los mosquetones en general puede ser provocada por tres factores:
Duración: punto muy difícil de estimar, debido al uso local geográfico y a las condiciones de almacenamiento. Una
duración prudente es de 10 años a partir de la fecha de su primer uso. Sin embargo, existen factores que obligan a su
retiro o destrucción inmediata:
Parada de caída
Desgaste general
Contaminación química
Deformación
Caídas desde mucha altura
Como todo el material de rescate, los mosquetones deben tener un cuidado especial, en general hay que evitar que
los mosquetones sufran choques violentos contra la pared y que la tracción sobre ellos sea lo más cercana a los
puntos de máxima resistencia localizados en los ángulos junto a los brazos sólidos del mosquetón. Son circunstancias
difíciles de prever, pero el uso de cintas de longitud adecuada y mosquetones con gran resistencia con el gatillo
abierto (9kN o mas) nos ofrecen mayor seguridad. Ante la duda, también podemos utilizar mosquetones para cargas
especiales de 3.500 a 5000 kg. De marca SMC, SMI, PETZL. O duplicar el mosquetón por el que pasa la cuerda en
aquellos seguros críticos donde nuestra seguridad depende tan solo por un anclaje por estar el resto muy alejados.
Aunque la mayoría de los rescatistas usan el mejor equipo del mercado y le tienen una confianza absoluta, su
utilización requiere de una gran atención y elección del tipo adecuado, incluso para las técnicas más sencillas para el
auto rescate y el auto salvamento. Para el rescatista principiante o recién egresado colocar la cuerda en el mosquetón
es una operación de importancia, más si se está trabajando con más de una cuerda ya sea del mismo diámetro o
menor, sean estáticas o dinámicas. Es necesario dominar la técnica, especialmente cuando la altura de caída potencial
es máxima. Si las técnicas en el manejo de mosquetones y cuerdas que se aplicaran en el rescate o técnicas de auto
rescate y salvamento, se desarrollan en vertical, el gatillo del mosquetón debe de estar opuesto al otro mosquetón,
cuando no se cuenta con mosquetones para carga y se desea trabajar con el equipo que se tiene en el momento se
tratara de repartir cargas usando mosquetones convencionales. La resistencia máxima del mosquetón está influida
por dos parámetros en donde todo obstáculo o apoyo exterior reduce su resistencia:
Siempre debe de trabajar en sentido LONGITUDINAL, cualquier otra posición disminuye su resistencia.
Es el gatillo el que una vez cerrado da su máxima resistencia al mosquetón. (con o sin seguro).
Un mosquetón usado de forma transversal pierde considerablemente su resistencia más aún si este no posee seguro.
Otra condición insegura se da al utilizar un mosquetón con o sin seguro y a este se le aplica un nudo dinámico sin
prestarle la atención respectiva al momento de hacerlo.
Recordemos que si a un mosquetón tratamos de abrirlo mientras está cargado o lo sobrecargamos podemos tener
quiebres o elongaciones que pondrían en riesgo la vida de los rescatistas, es por eso que debemos considerar muy ben
el trabajo a realizar y colocar cuidado a la hora de utilizar este simple pero importante elemento respetando sus
capacidades, características y cuidados respectivos.
Los descendedores son aparatos que trabajan bajo la fuerza de fricción que realiza la cuerda al pasar sobre estos. En
general esta fuerza de fricción se usa para contrarrestar la fuerza gravitatoria o peso del usuario, como todo EPI, este
tipo de equipo debe contar con ciertas características como son: su resistencia, tamaño, peso, color, puntos de
fricción y campo útil. Los descensores están diseñados para regular el frenado y controlar el descenso a lo largo de
una cuerda fija, son utilizados por la mayoría de servicios de rescate y la función que realiza tiene una importancia
relevante dentro de la “cadena de seguridad”, estos instrumentos son solo un eslabón de la cadena, la cual hay que
conocer y tener presente en todo momento, sin olvidar aspectos tan importantes de la misma, como son los
conceptos de factor de caída, fuerza de choque, efecto polea, certificación y resistencia de cuerdas, mosquetones y
arneses, utilización de cuerda dinámica o estática, perdida de resistencia de la cuerda por efecto de los nudos, puntos
de anclaje, etc.
Existen muchos modelos de distintos fabricantes y todos con prestaciones similares. Diseñado
en principio solo para rapelar (descender), siendo el dispositivo de freno con menor capacidad
de frenado (de 1,5 a 2 KN) por lo que no se recomienda como sistema para asegurar, salvo en
situaciones que se necesite un sistema muy dinámico, el mayor o menor frenado se obtiene
abriendo el ángulo que sale y entra en el aparato (0º mínimo frenado – 180º frenado máximo).
Como descensor riza las cuerdas (1 rizo por cada 3mts). Su utilización normal es simple,
existiendo numerosas variantes que requieren todas ellas de experiencia y precaución.
Se utiliza pasando una cuerda por el agujero más grande del aparato
(ocho) y por encima del extremo del agujero más pequeño, el agujero
más pequeño se coloca al mosquetón del arnés, es necesario que se
domine la técnica del ocho mediante la práctica continua.
El riesgo de este sistema es la formación del temido nudo de alondra, que una vez formado bajo
tensión no se puede deshacer (es especialmente peligroso en descenso de cañones en cascadas,
por el riego de ahogo). Para evitar la formación de este nudo existen modelos con orejas y otras
formas (cuadrado, con el orificio superior sobredimensionado e inclinado, etc.), aunque el
sistema clásico de pasar la cuerda por el mosquetón de seguridad que une el ocho al arnés evita
el problema. El ocho suele ofrecer poca fricción, por lo que al rapelar en cuerdas simples de
menor diámetro son preferibles los más pequeños y un poco angulados (mayor contacto pero la
rizan más la cuerda). Con cuerdas heladas, los ochos grandes suelen ofrecer una buena solución al ser difícil manejar
la cuerda.
En si se puede utilizar de la misma forma que rapelamos, o como una placa de freno como
en la imagen (el cordino es para evitar la pérdida del dispositivo).
MOSQUETÓN: es un sistema de descenso opcional para el rescatista que se utiliza en el caso de no contar con el
equipo completo debido a la complejidad del rescate. Este sistema proporciona la seguridad suficiente para el
rescatista dentro de su operativo, consistiendo en pasar tres veces por el cuerpo del propio mosquetón la cuerda con
la que se va a efectuar el descenso. También llamado cola de puerco, se puede utilizar el nudo dinámico en este
sistema de descenso.
Un problema aún más grave en estos sistemas de fricción es el atrapamiento de cabello, barbas, ropa, o cualquier
equipo holgado en el descendedor, lo que podría producir un accidente en una operación de rescate.
ID - GRIGRI: este instrumento es un descendedor autoblocante, pues entre otras ventajas,
evita un descenso incontrolado del usuario debido a caída de objetos o un
desvanecimiento, garantiza maniobras de aseguramiento, ofrece los niveles de seguridad
necesarios para realizar ciertas maniobras de evacuación y rescate, permitiendo
permanecer parados en mitad de la cuerda sin necesidad de realizar llaves de bloqueo
complicadas, facilita las maniobras de autosocorro para el usuario, puede utilizarse como
elemento bloqueador para remontar por la cuerda, e incluso hay modelos que facilitan
maniobras de movimientos de cargas, dispone de un gatillo de cierre en la placa lateral
móvil para que el aparato no se pierda. Tiene una empuñadura multifunción que permite,
según la situación:
Liberar la cuerda y controlar el descenso con la mano que sujeta el cabo libre
Desplazarse más fácilmente por un plano inclinado u horizontal gracias al botón de la
empuñadura
Bloquear la cuerda para posicionarse sin necesidad de llave de bloqueo
Función antipánico que se activa si el usuario tira demasiado fuerte de la
empuñadura, la leva pivotante se liberará para frenar y parar automáticamente el
descenso
Leva indicadora de error para limitar el riesgo de accidente debido a una colocación incorrecta de la cuerda. La
forma de la leva está diseñada para mejorar el deslizamiento de la cuerda en el ascenso
Leva pivotante que permite recuperar cuerda más fácilmente. También permite convertir un sistema de izado en
reversible o realizar cortos ascensos por cuerda
Características:
Sistema autofrenante: en caso de tensión brusca y repentina (caída), la polea pivota para pinzar la cuerda y así
ayuda al asegurador a detener la caída
Para una sola cuerda
Tipo de aseguramiento: semi-estático
Bloqueo automático
Fuerza de frenado: 380 daN.
Resistencia: 2200 daN.
Materiales: placas en aluminio, levas de freno en acero inoxidable, refuerzo en nylon
Peso según fabricante: 225 g.
Hay que señalar que de poco o nada sirve incorporar al servicio un elemento que cuente con estas características, si el
resto de los “eslabones” de la cadena, no cumplen con las exigencias mínimas de seguridad, resistencia y calidad, pues
estaríamos expuestos a que la cadena se rompiese por el punto más débil.
En el mercado existen gran variedad de aparatos descededores (rack, stop, Id, Grigri), los cuales son ocupados por el
personal de rescate de acuerdo a las necesidades, en la mayoría de los casos consiste en un aparato que tiene
costillaje o rodamientos en el cual se desliza la cuerda trabajando por fricción la cual es controlada por el rescatador
que realiza el descenso.
Hay descensores específicos usados en rescate en los que para descender se presiona una palanca (Id, Grigri), en el
caso de que soltemos la palanca, se bloquea, por lo que si usamos un aparato de este tipo no sería necesario el
autoseguro. Se puede descender prácticamente con cualquier dispositivo diseñado para asegurar, e incluso se puede
hacer un freno sólo con mosquetones. Hay que conocer bien el uso de cada aparato, y familiarizarse con él antes de
usarlo. Cada aparato descensor está diseñado para trabajar con unos diámetros determinados de cuerdas. Con una
cuerda demasiado fina, frenará poco (o nada) y más gruesa frenará demasiado o incluso se puede bloquear.
Recomendaciones y Mantenimiento
Procedimientos de descenso
Destrepe: Consiste en descender por una pared de poca dificultad manteniendo tres puntos de apoyo. Se puede
efectuar de cara al vacío, cuando la dificultad es moderada, o de cara a la pared, cuando la dificultad aumenta; en este
caso se procede de forma inversa a la escalada, manteniendo el cuerpo más separado de la pared, para poder ver las
presas y apoyos inferiores con facilidad.
Cuerda a la espalda: Sirve para descender por una pendiente moderada, para lo cual se ancla la cuerda en la parte
superior y, pasándose el escalador la cuerda por la espalda y sujetándola con los brazos abiertos a la altura de las
axilas, desciende de costado a velocidad controlada, produciendo el frenado por rozamiento.
Rapel: El rápel o ráppel (del francés rappel) es un sistema de descenso por cuerda utilizado en superficies verticales,
se utiliza en lugares donde el descenso de otra forma es complicado, o inseguro.
El rápel es el sistema de descenso autónomo más ampliamente utilizado, ya que para realizar un descenso sólo se
requiere, -además de conocer la técnica adecuada-, llevar consigo (puesto) un mínimo equipo y una cuerda. El rápel es
utilizado en excursionismo, montañismo, escalada en roca, espeleología, barranquismo y otras actividades que
requieren ejecutar descensos verticales. El rápel también es utilizado en rescate, tanto en los medios naturales como
en los urbanos, así como en operaciones militares.
Sistemas de Rapel
Rápel en “ese”: Es un procedimiento de circunstancias que permite rapelear sin disponer de material. Para frenar se
llevará, con la mano más baja, la cuerda hacia delante, con el fin de hacerla rozar contra el costado y la espalda. Es
indispensable proteger la piel en los puntos donde roza la cuerda.
Rápel a la espalda: Una vez colocado el arnés o la atadura de asiento, se hace pasar la cuerda por el mosquetón y por
el hombro, para tomar el sobrante con la mano contraria. El frenado se realiza como en el procedimiento anterior y
también deberá protegerse la piel.
Rápel mediante descensores: Han desplazado a cualquier otro procedimiento de realizar el rápel, debido a:
Debido a sus facilidades podemos llegar a la conclusión de que en el rapel el exceso de confianza, unido al "relativo
control" de la cuerda durante este descenso, pueden provocar accidentes. Algo que siempre debemos tener presente
es que una vez que soltamos las manos de la cuerda durante el rappel, es prácticamente imposible volver a agarrarla,
y son muchas las causas que pueden llevarnos a ello, independiente de la experiencia que tengamos.
Veamos algunos ejemplos de situaciones en las cuales nos podemos ver forzados a soltar la cuerda, y producir un
accidente:
Descendemos demasiado rápido y por consiguiente la cuerda nos quema las manos o terminamos perdiendo el
control. (la velocidad máxima de descenso en rappel aconsejada es de 2 metros por segundo. Superior a esta, se
calientan en demasía las piezas metálicas y pueden llegar a fundir la funda de la cuerda, algunos modelos, rizan
las cuerdas)
El diámetro de la cuerda es demasiado pequeño para el modelo de descensor utilizado, por lo que el rozamiento
es mínimo y la fuerza que hemos de aplicar es demasiada.
Apoyamos los pies en rocas sueltas y perdemos el equilibrio.
El movimiento de la cuerda provoca la caída de piedras por encima nuestro y, por instinto natural, nos llevamos
las manos a cubrir la cabeza.
Las cuerdas están totalmente empapadas de agua o cubiertas de hielo.
El rápel es pendular: nos caemos, pendulamos y perdemos el control de la maniobra.
Una mochila demasiado pesada en la espalda, nos obliga a inclinarnos hacia atrás durante un rápel demasiado
largo y perdemos el control.
El cansancio nos produce un desvanecimiento.
El viento, el granizo, la lluvia o la nieve nos hacen difícil el descenso.
Los diversos procedimientos de rápel aprovechan el rozamiento de la cuerda con el cuerpo o sobre algún dispositivo
para conseguir un descenso controlado y sin fatiga.
El rapel más común es el que se hace con un descendedor ocho y algunos modelos de placa, siendo el de uso más
generalizado el descensor en ocho. El frenado en el descensor en ocho se consigue al aumentar el ángulo que se
forma con la mano más baja.
Técnicas de Rapel
Un rescatista debe conocer las técnicas de Rapel ya que ellas le permitirán poder descender por todo tipo de terrenos
incluso los vacíos o caídas verticales.
Para llegar de una Trave a otra el elemento deberá resortear con sus piernas
procurando no separase en demasía de la estructura en construcción. Es importante
mantener el compás de piernas, tocar la Trave a la que se
desciende con los pies y sobre todo nunca separar la mano de
frenado del cuerpo del elemento.
Abanico o Péndulo: En ocasiones el rescatista tendrá que hacer acercamientos a puertas, ventanas y/o balcones
desde otra pared debido a las circunstancias de las operaciones de rescate, en dichas ocasiones el rescatista
comenzara por descender hasta un punto en donde se encuentre en paralelo con la ventana, balcón o puerta a
penetrar, una vez allí, el rescatista se auto asegurara y comenzara a balancearse de un costado a otro hasta alcanzar
su objetivo procurando nunca soltar su línea de descenso ya que la misma le permitirá evacuar caso de alguna
contingencia.
La aseguración
La experiencia adquirida en el estudio de los accidentes desarrollados en la práctica del Rapel demostró a la unión
internacional de asociaciones de alpinismo (UIAA) máximo rector del alpinismo mundial, que el 80% de los accidentes
se han desarrollado en el descenso, por lo cual dicha asociación recomienda el mantener una vigilancia constante al
efectuar cualquier descenso y el observar el desarrollo positivo de las técnicas así como el enmarcar sus riesgos.
Entendemos por aseguración el conjunto ordenado de normas, procedimientos y recursos de que se sirve la técnica
para permitir al rescatador progresar en terreno difícil, con el mínimo riesgo.
Sistemas de seguro
Se denomina sistema de seguro al conjunto de elementos y procedimientos que, con la ayuda del material necesario,
garantizan la seguridad del equipo de rescate. Existen dos sistemas de seguro:
b) En el descenso: La mayoría de los descensores permiten asegurar desde abajo al escalador que rapela con este
medio. Al tensar las cuerdas se consigue que el escalador que desciende quede detenido.
SISTEMAS DE SEGURO ESTÁTICO: este sistema funciona bloqueado la
cuerda instantáneamente por el sistema de seguro para evitar una caída
que pueda hacer que el rescatador se golpee con alguna repisa o bloque y
no convenga ceder deliberadamente cuerda, también se utiliza como un
seguro para detenerse en un determinado punto para realizar maniobras de
rescate. Este sistema de seguro depende de los medios o la instrucción de
los rescatistas, se podrá realizar de las siguientes formas:
Autoseguro a Pierna: El
rescatista tomara, a la altura
requerida hacia la infiltración
deseada, su cuerda por detrás de
la cintura tomándola con la mano
contraria a la de frenaje,
continuando sobre su abdomen y terminando el enredado de la cuerda
sobre su pierna con un mínimo de tres vueltas y media.
Este aseguramiento es el más seguro de los tres que se menciona para el rescate ya que si el rescatista llegara a
quedar inconsciente por alguna contingencia solo quedaría suspendido y no correría el riesgo de caer
precipitadamente.
La caída
Si un rescatador cae, la energía cinética producida, debe ser absorbida de forma gradual y completa por todos los
elementos de la Cadena Dinámica de Seguridad (CDS), logrando así su detención.
CDS = anclaje + mosquetón y cinta + cuerda + sistema de freno + nudo de acordamiento + arnés
Todos estos elementos deben tener una resistencia proporcional a la fuerza en la que se transforma la energía cinética
en cada punto, esto depende del factor de caída (FC) y el sistema de freno empleado.
Clasificación de las caídas según el Factor de caída: Según el Factor de caída podemos distinguir cuatro tipos de
caídas:
Factor de caída entre 0 y 1: Caída razonablemente suave, seguro cercano y bastante cuerda desplegada. Por suerte, la
mayoría de las caídas son así
Factor de caída = 1: Caída dura, el último seguro está justo a mitad del largo.
Factor de caída entre 1 y 2: Caída muy dura, seguro lejano y poca cuerda desplegada
Factor de caída = 2: Caída durísima, la peor caída posible, ningún seguro entre el escalador y la reunión. Peligra la
integridad de la reunión. La UIAA exige que las cuerdas soporten al menos 5 caídas de Factor 2 para homologarlas.
¿Qué impacto recibe el rescatador en una caída?
Si la CDS absorbe correctamente la energía, reducirá el impacto sobre el escalador. Este impacto que recibirá el
escalador al final de su caída es lo que se denomina fuerza de choque.
La Fuerza de choque (F) es la fuerza que la cuerda ejerce sobre el escalador al parar la caída. Esta fuerza es importante
controlarla ya que podría lesionarnos o incluso romper el material provocando en una caída libre.
1+
Dónde:
Por lo tanto, la fuerza del choque (F) que recibe el rescatador varía en función de la sección (S) y elasticidad de la
cuerda (E), la masa del usuario (m) y el factor de caída (f). Será fundamental la elección de todo el equipo de
seguridad que formara la CDS según el uso que vayamos a darle.
2,8
= = =2
1,4
1+
2
= (68 9,81) + (68 9,81) 1 + = 13,36
(68 9,81)
Deformación del material, la cuerda se estira elásticamente, el material se alarga y se deforma (Clavijas,
mosquetones, cintas, anillos, etc.) A esto se denomina capacidad de absorción de energía (CAE)
Calor por rozamiento en el sistema de seguro y punto de reenvío
Choque al escalador al punto de reenvío y a la reunión. Se denomina fuerza de choque (F)
El rozamiento en mosquetones o contra la roca limitan la propagación de la fuerza a lo largo de la cuerda, así, solo la
longitud de cuerda entre el penúltimo y último punto será plenamente solicitada, y cada sección entre los
mosquetones precedentes lo será cada vez menos. El resultado es que la capacidad de la cuerda no es completamente
utilizada en toda su longitud y por ello el factor caída real es mucho más elevado que el factor caída teórico.
La energía cinética que acumula el escalador durante una caída es mayor cuanto más alto cae (aceleración) y esta
energía se transforma en fuerza de choque (F) al ser detenida por la CDS. Cuando el factor caída es alto ( 2) la relación
entre los metros de caída y la cuerda activa es desfavorable. Una pequeña parte de la cuerda ha de sufrir un choque
importante y como su capacidad de estirarse es limitada el resto de la fuerza es trasmitida a la reunión y al cuerpo del
rescatador.
Hay que tener presente que caída tras caída, las capacidades dinámicas de la cuerda disminuyen y con ello la fuerza de
choque aumenta. Por ello una cuerda con una fuerza de choque baja se mantendrá mucho más tiempo por debajo del
umbral aceptable que otras con una fuerza de choque alta. Para permitir a toda la longitud de la cuerda desarrollar su
papel de absorción de energía es necesario disminuir los rozamientos evitando los ángulos en los mosquetones.
La actitud ante una caída variará en función de la posición con respecto a la dirección de la cuerda, así como de la
verticalidad de la pared, ya que en placas de adherencia podremos intentar deslizarnos con los pies por la misma y en
salientes bastará con dejarnos colgar de la cuerda y el seguro. No obstante, hay una serie de actitudes que, de forma
general, deben tenerse en cuenta en una caída:
El que asegura, por su parte, deberá: Estar pendiente de los movimientos del rescatador y de las dificultades que
tiene. La caída puede producirse en cualquier momento. Al producirse, la responsabilidad de la detención le
corresponde por completo. Normalmente será quien resuelva la situación posterior a la caída.
TÉCNICAS DE RAPEL DE RESCATE
En algunas ocasiones se tendrá que evacuar a personas lesionadas dentro de las prioridades de atención que se
manejan tanto para socorristas o paramédicos, es por eso que se han implementado las siguientes técnicas de Rapel
de Rescate que proporcionan una mayor efectividad en la labor como rescatistas.
Rapel Posterior o de Tortuga: Sirve para evacuar a un lesionado de prioridad tres de cualquier sitio alto. Es posible
bajarlo colgado a la espalda del rescatista, el descensor será colocado de manera que distribuya el peso del lesionado
y se pueda controlar el freno sin problema, se unen lesionado y rescatista por medio de dos cordinos que les abrasen
en sentido diagonal (hombro-pierna) cerrando los cabos con nudos doble llano y nudos de control.
Rapel Anterior o de Canguro: Sirve para evacuar a un lesionado de prioridad tres de cualquier sitio alto del cual es
factible bajarlo sentado entre las piernas del rescatista. Es necesario colocarle al lesionado un arnés y un mosquetón
tipo pera para poder bajarlo, insertado y asegurado al sistema de descenso del rescatista. Además se requiere colocar
una anilla de Cordeleta al pecho del lesionado sujetarla al mosquetón del rescatista el cual impide que su cuerpo se
separe de la posición adecuada. Es importante descender con el compás de piernas abierto y mantenerlas erguidas
para evitar el roce del lesionado sobre la superficie de la pared. Al igual que el anterior sistema el peso del lesionado
no deberá sobrepasar en 33 lb más que el rescatista.
Rapel de Puente o Tulense: En este caso es factible evacuar a un lesionado de prioridad dos, el lesionado se une al
rescatista por debajo de él por medio de mosquetones tipo pera colocándole previamente un arnés. El lesionado
cuelga del rescatista transversalmente con la cabeza hacia atrás. El arnés que se le coloca es completo o un sistema de
araña.
Rapel con Camilla: Este sistema se usa para pacientes prioridad 1 y es una variación del sistema de puente, utilizando
descendedores sobre una cuerda de 13 mm. Existen a su vez dos variaciones de descenso con camilla:
Descenso horizontal
Descenso Vertical
Operaciones Verticales
Ampliamente utilizado en rescates de difícil acceso o confinados, cuando se requiere que el paciente transite a través
de pequeños espacios verticales como túneles, pozos, cubos de elevadores, etc. Este sistema generalmente es
apoyado por otro rescatista colocado en una línea diferente para mantener una mayor atención al paciente durante la
evacuación.
Para poder trabajar con camilla en forma vertical debemos entretejer la cuerda al marco de la camilla, para que así se
distribuya el peso a la carga.
No pase la cuerda por los puntos que se encuentren soldados, ya que estos por el peso y la presión podrían fallar
Pasos a seguir:
1. Tome una cuerda de 10 m, busque el centro y ate un nudo ocho con doble presilla.
2. Comience a pasar la cuerda por el marco de la canastilla y dos transversales, continué hasta que llegue al nivel de
las rodillas de la víctima
3. Tire la cuerda sobrante hasta que el nudo toque el marco
4. Ate con los extremos de la cuerda un nudo cuadrado
5. Con los extremos sobrantes, después de haber atado el Nudo, páselos por los transversales más cercanos y ate un
nuevo nudo cuadrado, con sus respectivos nudos de seguridad
Para conectar la camilla al sistema, solo debe conectarse un mosquetón al nudo ocho con doble presilla.
Operaciones horizontales
(Ampliamente utilizado por muchas unidades de Rescate alrededor del mundo) en donde la camilla va colocada al
mismo sistema de descenso del rescatista y este proporciona la regulación de velocidad de descenso y separación de
pared.
Para poder trabajar en operaciones horizontales, debemos determinar qué tipo de sistema usaremos. Sistema de línea
simple o Sistema de doble línea
Este sistema es utilizado para mantener en nivel la cabeza y pies de la víctima. Este sistema se conecta al marco de la
camilla, en por lo menos cuatro puntos diferentes, utilizando mosquetones para esto.
Para conectar el sistema, al sistema mayor se debe hacer mosquetones en cada uno de los extremos de las cuerdas.
Los cordinos prusik servirán para ajustar el sistema.
Sistemas de doble línea
En este sistema la conexión a la camilla se realiza a través de cuatro correas de anclaje. Cada correa se dobla,
colocando las argollas D juntas y conectado un mosquetón en cada uno de los extremos de estas. Las correas deben ir
conectadas en cuatro puntos equitativos y separados de la camilla, para así mantener la estabilidad de esta. Luego los
mosquetones se conectan al sistema.
Es un procedimiento por el cual aseguramos a la víctima a la camilla, y luego la camilla al sistema de rescate, la cual
tiene los siguientes componentes:
Marco
Patines
Transversales
Se debe revisar la camilla en busca de soldaduras rotas o fisura en el metal. Abolladuras mayores indican que la
camilla ha sido expuesta a altas exigencias. Si la rejilla se encuentra rota, esta debe ser reparada inmediatamente ya
que puede producir lesiones ya sea a la víctima o al rescatista.
El procedimiento de amarre le entrega a la víctima seguridad al encontrarse dentro de la camilla. Este procedimiento
puede ser dividido en dos partes: Empaque interno y Empaque externo.
Empaque interno
Este empaque asegura al paciente a la camilla de columna para que este no se desplace cuando lo estén bajando en
forma vertical o cuando la canastilla se dé la vuelta. Se lo hace de la siguiente manera:
Ponga a la víctima en la camilla de tabla, tome una cinta tubular o un cordino de 6 m, la cinta o cordino por debajo de
la tabla espinal, introduzca por los orificios laterales de la tabla espinal, dejando así dos anillas para la cadera de la
víctima, tome el sobrante de
la cinta o cordino y páselo por
debajo de las piernas,
formando una silla, por
último, pase el sobrante por
las manecillas que dejo para
las caderas del paciente,
luego, con los extremos ate
un nudo cuadrado para
asegurar las puntas, si le
sobra cinta, envuelva con
este sobrante la cinta que se
encuentra en la cintura.
Empaque externo
Este empaque asegura al paciente en la canastilla, para que este no se caiga cuando lo
estén bajando en forma vertical o cuando la canastilla se dé la vuelta. Se lo hace de la
siguiente manera:
Ponga al paciente junto con la tabla espinal en la camilla, una dos trozos de cinta o
cordinos de 6 m cada uno, para así tener 12 m, tome el centro y átelo en el marco de la
camilla en la parte de los pies con un nudo de alondra, después de atado el nudo deberá
tener dos extremos iguales de cinta.
Tome los extremos y comience a pasarla por los pies de la víctima en forma de 8,
siempre manteniendo el centro del pie a través de los tobillos, comience a pasar la cinta
o cordino por los transversales de la camilla, en forma de diamante, hasta la altura de
los hombros. Debe tener cuidado con no apretar demasiado para así no obstruir la
respiración de la víctima. Asegure la cinta o cordino en el marco, en la parte superior de
este, utilizando nudo ballestrinque con su nudo de seguridad
Hay que tener en cuenta que las tirolesas tendrán una potencial sobrecarga que puede sufrir el equipamiento y sobre
todo los puntos de anclaje causando que esta falle con consecuencias fatales para los operadores o materiales que
sean transportados por ella. Esta es una preocupación verdaderamente legítima y real al igual que el tiempo que
demanda montar este sistema; sin embargo este tiempo puede ser reducido con entrenamiento adecuado. En
resumen, en situaciones MUY específicas, las tirolesas pueden brindar muy buenos beneficios que pueden ser
mayores que los puntos negativos mencionados.
Las tirolinas se han convertido en un recurso útil en las técnicas verticales y de socorro según la necesidad de dicha
técnica como tal. El origen de las tirolinas, están en parte unido al origen de las poleas y las técnicas de elevación,
como los polipastos, por ello, podemos nombrar a tres inventores griegos, como Ctesibio, padre de la hidráulica;
Arquímedes de Siracusa y Herón de Alejandría como máximos creadores, y a éste último, como el inventor de las
Poleas Compuestas, basadas en el principio de palanca. Sobre el año 700 a.C, los mecánicos griegos desarrollaron la
técnica de la descomposición de fuerzas con los polipastos, lo que ha servido hoy en día para tensar las cuerdas de
esta técnica en el medio natural.
Otros de los posibles orígenes se sitúan dentro del mundo laboral, fueron los obreros de la tala de árboles, de la
construcción, y los marineros entre otros, quienes usaron aparejos para tensar los cabos de un lugar a otro
permitiendo pasar materiales y personas deslizándose por ese enlace, entre ellos,
podemos hablar del mecánico E.F. Farrington, quien en 1876, en la construcción del
puente de Brooklyn, se deslizó por una cuerda para cruzar el río, durando la travesía 22
minutos.
Existen dos tipos básicos de Tirolesas. El Sistema Kootenay, utiliza cualquier polea del tipo
¨Kootenay¨ o ¨Knot-passing¨ (Pasadoras de nudos), esta polea se puede bloquear con
pernos (generalmente provistos por los fabricantes de éstas), se procederá a realizar un
amarre circular y luego rematarla con un nudo ¨ocho¨ o ¨nueve¨ al punto de anclaje, esta
maniobra, expande la superficie de contacto de la cuerda sobre la polea, evitando que se
generen puntos de presión reducidos dentro del nudo de remate y esparciendo la presión
en forma pareja a lo largo de los 3 giros de la cuerda por la polea. En este caso, podremos
mantener la resistencia máxima de rotura que la cuerda nos pueda dar y tener un punto
de anclaje altamente resistente y más confiable.
La Tirolesa Clásica en cambio, mantiene la tensión constantemente (línea fija) y luego puede descender la carga
durante su recorrido mediante el uso de poleas y cuerdas secundarias.
Las Tirolesas pueden ser horizontales, cuando los dos puntos distantes se encuentran a la misma altura; o bien pueden
ser anguladas cuando alguno de los puntos se encuentra a diferente elevación del otro.
Material a utilizar
Para realizar el montaje de una tirolina hacen falta los siguientes elementos:
En el montaje de una tirolina suele ser común el uso de un poli freno. Un poli freno es el conjunto formado por una
polea y un bloqueador. Se montan a partir de una polea, un bloqueador y dos mosquetones, uno simétrico para unir
ambos elementos y otro para el anclaje. También existe la posibilidad de adquirir elementos diseñados expresamente
para este fin, como la Mini-traxion, con una carga de rotura como polea bloqueador de 4 KN y un peso de 164 gr.
También disponemos de la Pro-traxion, con una carga de rotura como polea simple de 22 KN y un peso de 265 gr. Con
la polea se consigue reducir el rozamiento y un cambio de sentido de la fuerza mientras que el bloqueador evita que la
carga retroceda.
MINI-TRAXION PRO-TRAXION
Lo primero que hay que prever, es que para instalar una tirolina, son necesarios anclajes sólidos, tanto en la salida
como en la recepción, por ello, optaremos por utilizar grandes rocas, árboles, anclajes químicos, etc. para unirlos con
la línea (cuerda o cable).
1. Zona Superior: la cual deberá ser cómoda, puesto que es de donde parten los rescatistas. Hay que intentar que
puedan estar de pie o sentados de forma cómoda anclados a la tirolina.
2. Zona Inferior: Es el punto donde se procederá a realizar el tensado de la tirolina; para ello utilizaremos el método
del polipasto o pasabloc, explicados más adelante. La altura a la que se situará la zona de tensado es
aproximadamente a la altura de la cintura.
3. Zona Aseguramiento: en este lugar se colocaran los rescatistas para la recuperación del rescatador o el material
utilizando la cuerda tractora.
4. Zona de frenado: Que es el lugar donde el rescatador toma el primer contacto con el suelo desde que partió de la
zona superior, se debe prever de antemano, para que sea una zona segura y que se pueda disminuir la velocidad
de desplazamiento bien por él mismo o con ayuda externa.
En relación al montaje, un aspecto a tener en cuenta, es que nunca se dejará reposar una tirolina en carga con
bloqueadores, porque es muy fácil que por los ángulos que forman los esfuerzos provocados, excedan la resistencia
de los bloqueadores. Para que el ángulo definitivo sea el adecuado, es necesario probar la tirolina en carga. Es
interesante probar la tirolina con 100 Kg y comprobar que la flecha conseguida en la cuerda no supere el ángulo
necesario. Esto conlleva que hay que tener en cuenta que los grados de las tirolinas, tanto cortos como excesivos, o
los objetos agresivos en el recorrido de las cuerdas no impidan o hagan peligrar la operación.
Tras cálculos trigonométricos y descomponiendo los vectores de fuerzas que componen las tensiones de una tirolina,
se obtienen las siguientes tensiones en la cuerda, cargando un peso de 90 kg en la tirolina:
Tensión de la cuerda
Ángulo
(Kg) Cerca de la horizontalidad, observamos la brutal
30º 46,5
sobrecarga en la cuerda con sólo un peso de 90 kg.
60º 51,9
¿A cuánto llegaría la tensión si la carga es de dos
90º 63,6
150º 174,6
personas, herido y socorrista?
190º 103,5
Las tirolinas son instalaciones peligrosas en las que hay que evitar las sobrecargas. En caso de que fuese un anclaje
estructural y con estos grados, habría que imaginarse el esfuerzo tan grande que soportarían los anclajes.
Limitar la tensión de una Tirolesa es absolutamente necesario para estar dentro del Factor de Seguridad del Sistema
Estático (o en sus siglas en inglés SSSF). Cuanto más alto es el ángulo en el tope de la Tirolesa, mayor se multiplicará la
carga en los puntos de anclaje. A 170° grados, la carga en los puntos de anclaje es 11 veces mayor al peso que cuelga
en el centro de la Tirolesa. Cuanto más se aproxime el ángulo de incidencia a los 180° grados, la carga en los anclajes
se multiplicará hasta el infinito.
450 Kg
120º
876 Kg
150º
170º
2600 Kg
CARGA: 450 KG
La teoría es matemáticamente correcta pero llevada al terreno de lo empírico podemos observar desviaciones
importantes debidas fundamentalmente al hecho de que es imposible obtener el ángulo de 170 grados trabajando
con cuerdas cuya característica fundamental es la capacidad de estirarse. Difícilmente podremos superar los 120
grados al tensar una tirolina y colgar la camilla en ella. Las cuerdas se estiran dentro de los límites de sus propiedades
elásticas. Cuando el límite de elasticidad de las fibras se supera, estas ceden: es el punto de ruptura.
La resistencia de una cuerda depende por
lo tanto de su reserva de elasticidad que el
rescatador debe preservar. Esta reserva de
elasticidad está asegurada por la Una cuerda no debe ser retensada
“dinamicidad” del sistema, caracterizado
por el alargamiento normal de las cuerdas
después de su estiramiento inicial
durante su utilización. Para las cuerdas
tensas la reserva de elasticidad se garantiza
por:
Ante todo, jamás deben ser utilizados elementos mecánicos tales como malacates eléctricos, hidráulicos, a cadena,
etc.; como así también vehículos motorizados para tensionar una Tirolesa. Esto es un habito particular entre los
rescatistas urbanos, los cuales para acelerar el proceso de montaje utilizan estos elementos los cuales carecen de
sensibilidad para expresar cuanta tensión aplicamos al sistema, debido a que con cero esfuerzo humano se tensiona el
sistema y perdemos noción de la fuerza que fue requerida para el montaje del mismo.
Las siguientes reglas universales lo ayudaran a estimar la tensión de una Tirolesa y saber si ésta es o no está dentro de
los límites aceptables.
La regla de un solo hombre: Una de las primeras reglas era la de tensionar la Tirolesa por no más de una
persona tirando al máximo de su fuerza sin ningún tipo de ventaja mecánica. El peso de la cuerda desplegada
y la fuerza del operador eran elementos muy variables en esta regla, sin embargo es una de las más
conservadoras en algunos casos y también demasiado inútil a la vez al dejar la cuerda demasiado laxa y con
demasiada poca tensión para su utilización.
La regla del 10% porciento: Esta regla es otra manera de limitar la fuerza en el sistema. Por cada 91kg de
carga en la línea principal, la comba que se forma por la misma debería ser igual a un 10% del arco en el
sistema, antes de que este se encuentre cargado. Las variables son la longitud del arco y el peso de la carga.
Los 91kg de peso en 30metros de cuerda, deberían tener una comba de 3metros en la línea principal.
Conociendo la longitud total de la cuerda desplegada, se podría estimar con bastante exactitud esta regla, el
problema es que visualmente es bastante difícil estimar la comba con exactitud. La experiencia ayuda
bastante para estimar la comba en tirolesas horizontales, pero en tirolesas de ángulo negativo es siempre
más dificultoso.
100 %
10%
La regla de los 15° grados: En una tirolesa horizontal, deje un ángulo de 15° grados de declinación en la
comba de la línea principal cuando esta no esta cargada. Un inclinómetro siempre es útil para medir el arco.
Aplicando esta regla, el sistema debería soportar unos 200kg en una cuerda de 11mm. Esta técnica se realiza
tensionando la línea principal muy bien para obtener la cuerda totalmente perpendicular al suelo y de ahí se
comienza a distensionar la misma para obtener el ángulo de 15° de declinación, dejando que la gravedad
haga su trabajo. Para esto, es importante siempre tomar los ángulos desde el punto medio del arco, hacia los
puntos de anclaje.
15º
La regla de la cantidad de personas: Si la fuerza aplicada al sistema por cada persona es conocida entre el
número de personas que tensiona la misma, entonces la fuerza ejercida en la Tirolesa puede ser calculada.
Este es uno de los métodos más consistentes para limitar la tensión en un sistema de Tirolesas. La
experiencia en el uso de dinamómetros en el terreno la ha confirmado, aunque muchas veces las fuerzas
aplicadas son variables. Esta es una regla “a ojo” bastante certera para calcular si el SSSF es aceptable. El
número de personas disponibles para tensionar la Tirolesa determinara que sistema de ventaja mecánica no
aplicara demasiada tensión a la Tirolesa.
Por ejemplo, utilizando una cuerda de 11mm (y siempre nos referimos a cuerdas estáticas cuando hablamos
de rescate), un factor de 12 es el siempre utilizado. Otro ejemplo, con 6 personas tirando: un sistema
mecánico 2.1 debe ser utilizado. Esto da multiplicando la cantidad de personas por el tipo de sistema
mecánico empleado. Ejemplo:
6 personas x 2:1 (Ventaja mecánica)= Factor 12.
4 personas x 3:1 (Ventaja mecánica)= Factor 12
Para tensionar dos cuerdas a la vez con un sistema 2:1 por ejemplo, de puede utilizar un sistema de ventaja
mecánica en serie sobre ambas cuerdas para mantener la misma tensión en las mismas en forma unísona y
ecualizada durante la operación. Como un dato, para este sistema se utiliza un sistema de poleas utilizando
una cuerda anexa, comenzando el mismo desde un anclaje con el final de la cuerda.
Las puntas de las cuerdas de la Tirolesa (las cuales no están en tensión), pueden tener una polea separada en
otro punto de anclaje con nudos Prusik para mantener la carga como backup del sistema de tensión principal.
Si las cuerdas de la tirolesa debieran ser distensionadas, a estos otros puntos de anclaje le podemos colocar
un descensor, rack u ocho para lentamente ir distensionando todo el sistema en forma más simple.
Algunas de las normas de seguridad que podríamos tener en cuenta, serían las siguientes:
1. La persona que esté asegurando en la parte superior deberá ir obligatoriamente con Arnés y sujetado a un punto
de seguridad.
2. Comprobación de la correcta colocación del arnés en la víctima, ajustándolo lo mejor posible a la cintura de este.
3. La cinta que se va a utilizar para deslizarse por la tirolina y que va desde el arnés a la tirolina, deberá tener una
longitud aproximada a la que va desde la cintura de la víctima a su cabeza.
4. La cuerda de seguridad deberá ir sujeta al mosquetón de seguridad que cierra el arnés de la persona. Antes de
soltar la cuerda de seguridad, el asegurador deberá sujetar la cinta deslizadora a la tirolina. La victima deberá
estar siempre sujeta.
5. En el caso de utilizar una cuerda de freno, deberá realizarse de manera progresiva evitando los tirones, y con
algún sistema de frenado tipo ocho.
6. Y por último, no montar ninguna tirolina sin ser una persona experta en el tema o estar supervisado por ella.
Evacuación de victimas
La víctima puede ser evacuada mediante la técnica de tirolesa por medio de los siguientes sistemas:
Suspensión
Camilla
Suspensión: Se utiliza para lesionados de prioridad tres o dos, que no presenten mayores lesiones y solo requieren ser
evacuados del lugar.
Se coloca a la tirolesa un mosquetón tipo pera con una anilla manufacturada con Cordeleta de 11 mm la cual se
inserta a la víctima y se añade una cuerda de seguridad de 9 mm para controlar su velocidad de descenso.
Camilla: Se utiliza para lesionados prioridad uno, se fija al lesionado a la camilla como se vio anteriormente, se añade
a la camilla dos cordeletas de 11 mm a cada extremo y se une a la tirolesa con mosquetones tipo pera (uno por cada
extremo) además de añadir una cuerda de seguridad para controlar el descenso de la misma desde arriba.
NOTA: Para la eficacia de estas técnicas es indispensable que el rescatista practique constantemente para su mejor
aprovechamiento en el momento de la operación de rescate y se utilice en todos los casos freno de impacto para
aumentar el índice de seguridad durante las maniobras.
Tirolesa individual con 1 camilla horizontal a carga
Técnica para transporte de lesionados entre 2 puntos separados por espacios abiertos. Esta técnica es utilizada
cuando el paciente tiene lesiones mayores, y requiere de atención constante por parte del personal paramédico
(Shock agudo, paro cardiorespiratorio, etc.). En este tipo de rescate uno de los 2 rescatistas se transporta fijo al
sistema de camilla y dedica toda su atención al paciente con sus dos manos libres mientras el otro elemento se dedica
a controlar las maniobras de extracción.
Rieles con camilla (para espacios confinados). Sistemas de guía mecánica para la evacuación de lesionados en
espacios reducidos. Pueden ser utilizados sistemas de guía sencilla o cuando son varios lesionados, incorporar guías de
poleas para la reutilización del sistema en varias ocasiones.
OTRAS TECNICAS USADAS EN RESCATE
RESCATE EN PERIFERICOS
RESCATE EN LUGARES DE DIFICIL ACCESO
SISTEMAS DE ASCENSO – ASCENSORES O ASCENDEDORES
También se usa en emergencias para salir por sí mismo del interior de una grieta
profunda en un glaciar o si un rescatador cae desde un saliente y se encuentra
colgado en el vacío sin cuerda suficiente para poderlo descolgar al suelo, el prusiking
puede muy bien ser la única forma de recuperar el contacto con el suelo.
El ascender por la cuerda requiere el uso de dos cordínes, preferiblemente atados en una cuerda de 7 mm, uno corto
(60cm) y otro largo (120cm), estos están enrollados alrededor de la cuerda de escalada empleando nudos prusik o
alguno de los nudos de fricción que se agarra cuando está bajo carga pero que avanza por encima de la cuerda cuando
la carga se afloja, el cordín corto se engancha con un mosquetón de seguridad al arnés del escalador o a una cinta de
asiento, el cordín largo actúa como un lazo de pie, y es importante atarlo a la cuerda de escalada por debajo del cordín
corto. El progreso se realiza avanzando cada cordín alternativamente. El sostenerse en el lazo de pie permite al cordín
unido al arnés moverse hacia arriba por la cuerda tensa.
Un par de ascendedores mecánicos, aunque caros y engorrosos de llevar, hacen la tarea del prusiking infinitamente
más fácil. Generalmente se usan con un lazo de pie o estribo acoplado a cada uno; debido a la posibilidad de que el
ascendedor se deslice o se desprenda de la cuerda de escalada, es una prudente precaución atar ambos estribos
independientemente al arnés.
1. El escalador dispone dos nudos prusik, uno corto desde la cintura a la cuerda y otro más largo para un pie
2. Con su peso descansando sobre el prusik superior, llevar el nudo del pie tan alto como sea cómodo
3. Ahora, tomando la cuerda solamente para mantener el equilibrio, poner todo su peso en el prusik inferior
4. Levantarse sobre el prusik inferior. Esto descarga el peso del prusik superior y le permite a usted deslizar este
nudo tan alto como pueda. Y así sucesivamente.
Equipo
Al igual que en todas las técnicas utilizadas en rescate, el equipo con el cual se cuenta
condiciona en forma importante la técnica apropiada a realizar, por ello, es importante conocer
el equipo, saber utilizarlo y mantenerlo en buenas condiciones.
Como debe ser sabido, en imprescindible contar con cuerda, arnés de silla, casco, guantes de
cuero (para disminuir el efecto del roce sobre las manos cuando se trabaja con cuerdas),
mosquetones con y sin seguro, al menos un mecanismo de descenso (tipo 8; de tubo: como los
ATC; de placa: como los Magic, Gigi, Joly, etc.), al menos 2 ó 3 cordínes o cintas (idealmente de 5
a 7 mm de diámetro y de unos 3 m de longitud). Sin embargo, para realizar las técnicas de
ascensión por cuerdas normalmente se utilizan algunos de los siguientes dispositivos:
Ascendedores(Derecho e izquierdo)
Croll (o basic)
Shunt
Los aparatos ascensores son aquellos que son capaces de contrarrestar completamente la acción de la gravedad o
cualquier otra fuerza aplicada en contra del funcionamiento normal del aparato. En general estos aparatos poseen
una dirección de trabajo, es decir pueden bloquearse en una dirección y desplazarse hacia otra dirección (Jumar, Clog,
microcender, etc.). Existen algunos aparatos que pueden trabajar como aparatos ascensores y descensores tal es el
caso del Stop y el Grigri.
Recomendaciones y Mantenimiento
Nudos de bloqueo: Estos nudos pueden improvisar cualquier aparato ascensor aunque se debe tomar en cuenta las
características favorables y desfavorables de esta técnica. Una tabla comparativa de los nudos y los ascendedores nos
ayudaran a tener una mejor visión a la hora de usar nudos de bloqueo.
El Machard es menos susceptible a apretarse y, en todo caso, tiene la ventaja de ser más fácil de hacer. También
trabaja bien con cintas planas si usted no tiene cordines. Un nudo muy parecido y muy versátil es el prusik francés o
Bachman, que se ata simplemente enrollando una cinta corta alrededor de una cuerda tres o cuatro veces, y uniendo
los extremos con un mosquetón.
Técnicas de ascenso
Existen básicamente tres técnicas de ascenso, ellas son: Clásica, Texas y Big Wall. A continuación se describe la forma
de ascenso con cada una de ellas.
Clásica: para esta técnica se necesita el siguiente equipo: dos ascendedores (derecho e izquierdo), dos cordínes,
ajustados un ascendedor al arnés y el otro ascendedor al pie que más acomode haciendo un estribo con un nudo
ballestrinque.
Procedimiento:
Se disponen los ascendedores en la cuerda y los cordínes de la forma anteriormente descrita, luego, en forma
alternada se apoya el peso corporal sobre el arnés (sentarse) para subir el ascendedor ligado al pie para luego apoyar
el peso corporal sobre el pie (pararse) y subir el ascendedor correspondiente, repitiendo esta operación todas las
veces que sea necesario.
Pararse Sentarse
Texas: para esta técnica se necesita el siguiente equipo: arnés de pecho, ya sea de fábrica o construido con cinta o un
cordín, un ascendedor, un croll (o Basic), dos cordínes, ajustados, cada uno, desde el ascendedor a los pies haciendo
un estribo con un nudo ballestrinque, dos mosquetones con seguro, el primero dispuesto para hacer trabajar en
forma solidaria la cuerda, el croll y el arnés de pecho, y el segundo, para unir el croll con el arnés de silla.
Procedimiento:
Se dispone, el croll en la cuerda ligándolo mediante los mosquetones con seguro al arnés de pecho y al arnés de silla,
luego se coloca el ascendedor en la cuerda por sobre el croll y los cordínes de la forma anteriormente descrita. A
continuación, en forma alternada se apoya el peso corporal sobre ambos pies, levantándose, lo que hace que el croll,
al moverse junto al torso del escalador, suba. Después, se deposita el peso sobre el arnés de silla (sentarse), para subir
el ascendedor y repetir esta operación cuantas veces sea necesario.
Sentarse Pararse
Procedimiento:
Se disponen los ascendedores en la cuerda y los cordínes de la forma anteriormente descrita, luego, en forma
alternada se apoya el peso corporal sobre un pie para subir el ascendedor ligado al pie contrario, repitiendo esta
operación todas las veces que sea necesario.
Transición y descenso
La transición que se realiza en determinadas circunstancias, una vez que se ha completado el ascenso y se desea
descender, independiente de la técnica utilizada para el ascenso sigue el siguiente procedimiento:
1. Liberar y recuperar el ascendedor superior, salvo en los casos, de haber utilizado la técnica Texas, ya que en este
caso se debe liberar el ascendedor o croll que va ligado al arnés de pecho; o en la técnica clásica si el ascendedor
ligado al arnés es el inferior, en cuyo caso se retira éste. Naturalmente para lograr realizar esta maniobra con
facilidad se debe apoyar el 100% del peso en los cordínes que trabajan como estribos para uno o los dos pies y
que están ligados al ascendedor inferior.
2. Pasar la cuerda por el dispositivo de descenso respectivo, estando éste, previamente correctamente ligado al
arnés. Se debe intentar que el descendedor quede lo más arriba posible. En este punto es altamente
recomendable, si no se cuenta con alguien que asegure desde abajo, hacer un nudo autobloqueante con un
cordín que ligue el arnés y la cuerda (nudos como prusik, machard o kleimheist, bachman).
3. Si no se ha trabajado con los guantes puestos, estos deben ser utilizados desde ahora, para tomar firmemente la
cuerda de forma de controlar el inicio del descenso, si no se cuenta con la confianza suficiente en la habilidad de
una sola mano, se puede bloquear el descendedor. Luego apoyar el 100% del peso en el dispositivo de descenso
(sentarse y tomar la posición de rappel).
4. Con la mano libre, se debe liberar el o los pies del o los estribos, para luego liberar y recuperar el ascendedor
restante.
5. Realizar el descenso en rappel.
GLOSARIO
KN = KiloNewton
daN = DecaNewton
g = gravedad
1 = 1000 = 1000
1 = 10
1 = 102 ~100
1Kg = 1daN
=
=
1kg = 1daN
100Kg = 1KN
1kp (Kilopondio o Kilogramo fuerza) = 9,80665 N
BIBLIOGRAFÍA