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Encuentro de oración CRUZ PEREGRINA

“Tu cruz es mi descanso”

1. Canto inicial
Al contemplarte en la cruz – Athenas
El sacerdote inicia la procesión con el santísimo por la nave principal del
templo hasta el altar.
2. Reflexión inicial:

Día a día nos enfrentamos a diferentes esfuerzos y cargamos con


demasiadas fatigas. Constantemente nuestras energías están dirigidas a
responder al estudio, al trabajo o a la familia. A cada instante nuestra mente
y aún más nuestro corazón se ve bombardeado de diversas
responsabilidades y deberes a los que sí o sí debemos responder.
Todavía mayor es la incertidumbre cuando tratamos de encontrar solución a
todo lo que nos aflige en las situaciones pasajeras que nos propone el
mundo. Todos los días nos visita el cansancio después de una larga jornada
de estudio o de trabajo, todos los días nos desalienta pensar que el día de
mañana tendremos que madrugar de nuevo, todos los días nos toca
enfrentarnos tal vez, con personas que hacen nuestra vida más lenta y
atascada.
En tal caso, parecería entonces que arrastramos nuestra vida. En
ocasiones no podemos con ella, nos convertimos en perseguidores de
nuestra propia existencia, e incluso pensamos que ya nuestra vida no es la
misma.

Cada joven dirigirá su mirada al Santísimo Sacramento y allí la persona que


dirige la reflexión invita a los asistentes a orar un poco ¿Cuáles son los
cansancios que siente en su alma?

Se sugiere dar un tiempo prudente para dicho ejercicio

En este este ambiente de reflexión los invita ahora dirigir su mirada a la


cruz peregrina y les preguntará ¿Estás dispuesto a abrazar tu cruz?
3. Canto reflexivo

Al finalizar la reflexión inicial se invita a los jóvenes a permanecer en


silencio en contemplación a Jesús eucaristía mientras se reproduce la
canción Temblando de amor de Jesed

4. Lectura del texto bíblico

Al finalizar la canción se realizará la lectura del texto Mateo 11, 28-30

28 «Venid a mí todos los que estáis fatigados y


sobrecargados, y yo os daré descanso.

29 Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí,


que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis
descanso para vuestras almas.

30 Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»

5. Reflexión vengan a mi

Después de la lectura del texto el sacerdote continúa con la reflexión.

El yugo es ese instrumento de madera con el que son atados los animales para
tirar de un carro, Este es signo de esfuerzo, tarea, responsabilidad, trabajo y
dedicación.
Jesús conoce tu corazón y sabe todo aquello con lo que estás cargando, Él
conoce tus cansancios, tus angustias, tus incertidumbres, Él conoce ese yugo que
cargas a diario.
Ese yugo es igual a la cruz que Cristo cargó por ti y que sigue cargando para darte
la salvación.
Hoy te invito joven a que vuelvas a Él, hoy Él está acá para que le entregues esas
cargas y descanses en su amor, regresa a Jesús para que tus cargas sean más
livianas. Solo en Jesús encontramos el descanso que necesita nuestra alma.
Entregar tu cruz a Jesús implica depositar tu vida en sus manos, por eso hoy te
invito a que le pidas en la oración a Jesús que te de un corazón que confíe en Él y
que reconozca lo que necesita para continuar caminando.

Después de la reflexión se les entregará a los jóvenes una cruz de papel


En la cruz estará impresa la pregunta ¿Qué podría darte Jesús para que tu cruz
sea un descanso?
Se invita a los jóvenes a escribir en esta cruz la respuesta a la pregunta y
finalmente pegarla en la base de la cruz peregrina, esto como petición a Jesús
eucaristía.

6. Oración final

Se propone una oración espontánea de un joven.

¿Quién ha dicho alguna vez que cargar la cruz sería sencillo?, ¿quién se
atrevería a afirmar en algún momento que seguir a Jesús sería fácil? Seguir
a Jesús con tu propia cruz es el mayor signo de que quieres perder tu vida
para ganarla con Él. Cada vez que te sientas cansado el Señor te
preguntará ¿me amas?, cada vez que sientas miedo el Señor te preguntará
¿me amas? y cada vez que tus fuerzas digan “no quiero”, el Señor una vez
más te preguntará ¿me amas?

7. Letanías al santísimo sacramento

V:/ Les diste pan del cielo.


R:/ Que contiene en sí todo deleite.

Bendito sea Dios.


Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen
María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos

Oremos:

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial


de Tú pasión; Te pedimos nos concedas venerar de tal modo los
sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, que
experimentemos constantemente en nosotros el fruto de Tu
redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amen.

8. Bendición con el santísimo


El ministro se arrodilla frente al Santísimo, invita a hacer la oración final y lo
reserva.
La asamblea acompaña este momento con el canto de alabanza.

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