Está en la página 1de 1

Francesc Sanahuja i Toledano

https://www.linkedin.com/feed/update/urn:li:activity:7167245374481547264/

https://www.linkedin.com/in/francesc-sanahuja-i-toledano-814350a/

El análisis de la gestión deportiva, tanto desde la perspectiva profesional como


amateur, revela una brecha significativa entre los directivos elegidos para liderar
una entidad deportiva y sus respectivas responsabilidades, en comparación con
los CEOs profesionales contratados para gestionar estas entidades. Con mi
experiencia en el mundo empresarial, así como en el contexto de las actividades
deportivas amateurs, puedo ofrecer una visión clara de las discrepancias de
desarrollo que ocurren entre estas dos esferas.

Es esencial tener en cuenta que en Cataluña (y esta tendencia es extrapolable al


estado español, ajustándose a las cifras), hay aproximadamente 13,000 clubes
deportivos. Este número representa, como mínimo, una junta directiva de 3
personas (presidente, secretario y tesorero), sumando más de 39,000 directivos
involucrados en la gestión de las actividades deportivas.

En muchos casos, esta implicación es de naturaleza altruista, con los miembros


de la junta directiva colaborando de manera voluntaria. Sin embargo, es
importante recordar que, según la legislación deportiva vigente, estos directivos
son responsables de las decisiones tomadas dentro de sus respectivas entidades.
Por otro lado, observamos un número significativo de entidades deportivas que
operan con CEOs profesionales. Estos profesionales toman decisiones que, por
normativa, deberían ser consensuadas con las respectivas juntas directivas.

No obstante, en ocasiones, estas decisiones se toman de manera unilateral por


motivos de proactividad. Esto plantea la pregunta esencial: en caso de incidencias
en ámbitos como la gestión económica o las responsabilidades civiles o penales,
¿quién asume la responsabilidad? Esta cuestión requiere una reflexión pausada y
exhaustiva.

Como especialista en gestión, es relevante destacar que otros ámbitos


empresariales ya han abordado estas cuestiones. En las empresas privadas
(entidades jurídicas), los riesgos y las responsabilidades están definidos con más
claridad. Este paralelismo permite ampliar la discusión e identificar posibles vías
para una mejora en la gestión de las entidades deportivas, tanto desde la
perspectiva amateur como profesional.

También podría gustarte