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1.

DELITOS INFORMÁTICOS ELEMENTOS


Para tratar los elementos del delito primero tenemos estudiar lo que es el delito,
según el diccionario jurídico Leuxus dice que, es la parte capital del derecho penal. Desde
una perspectiva más a fondo podemos decir que el delito es; la acción u omisión penada
por la ley. El concepto está sometido por completo al principio de legalidad, de tal forma
que el principio acuñado por los juristas romanos nullum crimen sine lege, es su regla
básica. Por esto resulta irrelevante el intento de averiguar una noción sustancial de delito,
como pueda ser en otras épocas el delito natural, pues delito es solo aquello castigado por
la ley. Por otro lado, también resulta evidente que la ley penal no puede ser arbitraria y
castigar respondiendo al criterio exclusivo de poner a prueba a los ciudadanos, sino que
pretende la defensa de bienes jurídicos concretos. Los delitos se clasifican en delitos
graves y menos graves, en atención a la pena que se impone, utilizándose por tanto un
principio más cuantitativo (gravedad de la pena que señala cada código), que cualitativo.
De manera introductoria se puede afirmar que el internet es una de las herramientas
tecnológicas más utilizadas hoy en día, es la mayor fuente de consulta de información y
una de las mayores plataformas comerciales, lo que ha causado que gran número de
actividades antijurídicas se realicen a través de este medio.
La definición de delitos informáticos en su forma más técnica se identifica como
toda aquella acción antijurídica y culpable, que se da por vías informáticas, o que tiene por
objeto destruir y dañar ordenadores, medios electrónicos y redes de internet. Desde un
punto particular, se podría definir al delito informático como “el acto u omisión que es
realizado utilizando cualquier medio electrónico y que es sancionado por las leyes
penales”.
De las definiciones anteriores, se observa que el “acto” u “omisión” debe estar
tipificado en una ley penal, si no lo está no podría considerarse como delito.
Los elementos son:
1.1. Actuación:
Es un hecho previsto en la ley penal y dependiente de la voluntad humana. La
actuación o acción delictiva puede consistir en un acto en sentido estricto, cuando hay una
realización de un movimiento corporal; en una omisión pura o propia si se trata de un no
hacer algo, o una combinación de ambas posibilidades, llamada comisión por omisión u
omisión impropia. La acción debe depender de la voluntad de una persona, por lo que se
excluyen de las tipificaciones delictivas supuestos tales como los movimientos reflejos, los
estados de inconsciencia como el sueño, la narcosis, el sonambulismo, la embriaguez
letárgica o los estados hipnóticos, o cuando hay una violencia irresistible que impulsa al
actor a ejecutar actos donde la voluntad se halla sometida, anulada o dirigida.
Todo delito implica una acción u omisión voluntaria llevada a cabo por un
individuo (actus reus), y que da origen al delito. Dichas acciones deben ser intencionales,
voluntarias y conscientes. Por ende, en el tema que está siendo abordado hace referencia a
la realización de una acción que, reuniendo las características que delimitan el concepto de
delito, sea llevada a cabo utilizando un elemento informático y/o telemático, o vulnere los
derechos del titular de un elemento informático, ya sea hardware o software (Davara-
Rodríguez, 2007).
1.2. Típica
Cuando hablamos de típica estamos hablando de que la conducta debe ser contraria
a lo que el Derecho demanda y encontrarse recogida por la ley esto es lo que más
comúnmente hablamos se conoce en nuestro medio como la tipicidad
La tipicidad es una consecuencia del principio de legalidad imperante en el Código
Penal. El legislador se debe valer de la abstracción y del lenguaje para definir el tipo, por
lo que siempre se distingue la tensión entre el casuismo exagerado y la vaguedad que no
permite definir los límites de cada supuesto.
La tipicidad es un elemento del delito que consiste en la perfecta adecuación en la
total conformidad, entre un hecho de la vida real y algún tipo legal, o tipo penal.
El legislador se debe valer de la abstracción y del lenguaje para definir el tipo, por
lo que siempre se distingue la tensión entre el casuismo exagerado y la vaguedad que no
permite definir los límites de cada supuesto.
Según Grisanti “gráficamente se ha llamado a la tipicidad, para poner de manifiesto
que un acto es típico, cuando encuadra a la perfección en algún molde delictivo, en alguna
figura delictiva, es decir, en algún tipo legal o penal” (ibidem). La necesidad de tipificar
los delitos informáticos se evidencia del claro hecho de que si estas conductas no se
encuentran reguladas por algún texto legal, es imposible establecer sanciones de tipo penal
a los infractores.
1.3. Antijurídica
Que es lo que llamamos antijurídico es todo lo que va en contra de un derecho. Un
concepto jurídico que supone la comparación entre el acto realizado y lo establecido por la
ley, y que denota la conducta contraria a Derecho. El término Antijuridicidad proviene de
la traducción del alemán Rechtswidrigkeit, que en su sentido literal significa `lo que no es
Derecho', aunque en realidad la conducta jurídica no está tanto fuera del Derecho, como
que éste le asigna una serie de consecuencias jurídicas. La Antijuridicidad es uno de los
elementos esenciales del delito, de tal forma que para que una conducta se considere delito
debe ser antijurídica y estar tipificada como tal en la ley penal.
Por tradición se ha venido distinguiendo entre la Antijuridicidad formal, que es
aquella que viola lo señalado por la ley, y el material, cuando se trata de una conducta
antisocial. En realidad, una Antijuridicidad material sin Antijuridicidad formal no tiene
ninguna relevancia para el Derecho. Por otro lado, la Antijuridicidad material sirve de
fundamento para la formal, de tal modo que aquella conducta prohibida por la ley penal
debe serlo porque protege un bien jurídico (Antijuridicidad material). Así, aunque no toda
conducta que lesione o ponga en peligro un bien jurídico es antijurídica desde una
perspectiva formal, en toda conducta antijurídica, en el plano concreto, debe existir esa
lesión o puesta en peligro.
Cuando se habla de “antijuridicidad”, se refiere exactamente a lo opuesto al
derecho: a que un acto es en esencia contrario al ordenamiento jurídico vigente. Así, los
delitos son actos antijurídicos, declarados como tales cuando se los compara con lo
contemplado en el ordenamiento jurídico de la nación. Los eventos antijurídicos carecen
de justificación posible, ya que incumplen una norma jurídica explícita.
1.4. Culpabilidad
En el campo del derecho, la culpa se contrapone al dolo. Referida al deudor de una
obligación, la culpa o negligencia consiste en la omisión no dolosa de aquella diligencia
que exija la naturaleza de la obligación y corresponda a las circunstancias de las personas,
del tiempo y del lugar. No se cumple con el deber de previsión y el subsiguiente deber de
evitación de los posibles impedimentos de la prestación o conducta debida. En función de
la diligencia omitida, suele hablarse de supuestos de culpa lata (grave falta de diligencia,
omisión de las precauciones más elementales), culpa leve (omisión de la diligencia normal,
de las precauciones que suelen tomar las personas corrientes) y culpa levísima, que
consiste en la omisión de la diligencia propia de las personas escrupulosas. La culpa lata
suele equipararse al dolo. En los supuestos en que el deudor sea un profesional, el
referente radicará en la diligencia exigible a los profesionales que desempeñen la misma
actividad. Es posible, en mayor o menor medida, el establecimiento de cláusulas
modificativas de la responsabilidad por culpa, ya sean éstas de exoneración o de limitación
de la responsabilidad, ya de agravación de la misma. Se habla también de culpa en el
ámbito del Derecho penal, que se produce cuando, sin intención de dañar, mas sin
proceder con la diligencia debida, se causa un resultado dañoso y tipificado por la ley
penal. Se distingue también, en este campo, entre culpa lata, leve y levísima. Se distingue
asimismo entre culpa consciente e inconsciente, dependiendo de que el agente se
represente o no de las consecuencias perjudiciales que puedan derivarse de sus actos, por
mucho que confíe en que no se produzcan y no tomándolas por ello en cuenta.
En este caso se trata de una relación psicológica del autor del delito respecto al acto
cometido, de acuerdo a cuatro formas generales de culpa o responsabilidad:
Imprudencia. Cometer un delito por acción, pudiendo hacer de más para evitarlo.
Negligencia. Cometer un delito por inacción. Impericia. Cometer un delito debido a
carecer de los conocimientos mínimos necesarios para hacer lo que se hacía. Inobservancia
de reglamentos. Ocurre cuando se vulneran las reglas conocidas (por ende, cayendo en
imprudencia) o cuando teniendo conocimiento de que existen reglamentos, se los
desconoce (cayendo, entonces, en negligencia).
1.5. Imputabilidad
Atribuir a uno la culpa, la responsabilidad de un delito, de una acción, u omisión,
definida en concreto como la capacidad de actuar de forma culpable. Así, una persona es
imputable cuando por sus caracteres biopsíquicos y de acuerdo con la legislación vigente
es capaz de ser responsable de sus actos. Las formas, que se excluyen a sí mismas, son el
dolo y la culpa. El dolo caracteriza a quien actúa sabiendo lo que hace y con intención
mientras que la culpa se produce cuando quien actúa omite la diligencia debida.
En si hablamos de imputabilidad cuando una persona actúa con conciencia y
voluntad de sus actos y está en capacidad física y síquica de ser juzgada por sus actos sin
impedimento alguno
Es un término jurídico, el cual se define como la capacidad de una persona de
comprender las consecuencias que traerá la realización voluntaria de un acto ilícito, y
como tal debe ser responsable y responder por el hecho cometido. Para que un acto
humano se pueda configurar como delito es necesario que el hecho comporte la violación
de una norma positiva de la ley penal, presupuesto que entraña la estructuración de los
diversos elementos del delito en sus aspectos material y subjetivo. Existe imputación
cuando la persona tiene la capacidad de comprender la ilicitud de su acción u omisión y de
determinarse de acuerdo con esa comprensión y conocimiento. La falta de uno de estos
elementos remite al fenómeno jurídico de la inimputabilidad.
En consecuencia, imputación es, con otras palabras, la capacidad de escoger entre
la ejecución o no de un acto calificado por el Código como delito y de tomar una
determinación en uno u otro sentido.
1.6. Daño
En Derecho penal se contempla este delito cuando alguien los causa en propiedad
ajena si su actuación no está penalizada por otro motivo. Asimismo, el delito de daño se
entiende agravado si se realiza para impedir el libre ejercicio de la autoridad o como
venganza de sus determinaciones, cuando se causa por cualquier medio de infección o
contagio de ganado, empleando sustancias venenosas o corrosivas, si afecta a bienes de
dominio o uso público o comunal, o cuando se arruina al perjudicado o se le coloca en
grave situación económica. También adquiere especial gravedad este delito si se
destruyen, dañan de modo grave o se inutilizan para el servicio, aunque sea de forma
temporal, obras, establecimientos o instalaciones militares, buques de guerra, aeronaves
militares, medios de transporte o transmisión militar, material de guerra,
aprovisionamiento u otros medios o recursos afectados al servicio de las Fuerzas Armadas
o de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. En la actualidad en muchos países también se
condena, como autor de un delito de daños, a quien por cualquier medio destruye, altera,
inutiliza o empleando otros procedimientos daña los datos, programas o documentos
electrónicos ajenos contenidos en redes, soportes o sistemas informáticos.
Sin embargo, en materia de delitos informáticos hace referencia al deterioro de
sistemas, programas, soportes, datos o documentos electrónicos ajenos que los hace total o
parcialmente inservibles. que, sin estar facultado para ello, destruya, dañe, borre, deteriore,
altere o suprima datos informáticos, o un sistema de tratamiento de información o sus
partes o componentes lógicos, incurrirá en pena de prisión de cuarenta y ocho (48) a
noventa y seis (96) meses y en multa de 100 a 1000 salarios mínimos legales.
Webgrafía
1.http://www.unilibre.edu.co/bogota/ul/noticias/noticias-universitarias/219-delitos-
informaticos-en-colombia
2. https://concepto.de/elementos-del-delito/
3.https://repository.unilibre.edu.co/bitstream/handle/10901/11041/AN%C3%81LISIS%20DE
%20LOS%20DELITOS%20INFORM%C3%81TICOS%20EN%20EL%20ACTUAL
%20SISTEMA%20PENAL%20COLOMBIANO%20revisado%20NHJ%20OK.pdf?
sequence=3&isAllowed=y
4. https://www.corteidh.or.cr/tablas/R06731-5.pdf

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