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Los factores fisiológicos son aquellos relacionados con el funcionamiento y desarrollo del sistema
neurológico y sensorial que están involucrados en el proceso de lectoescritura. Algunos de los
factores fisiológicos relevantes para la lectoescritura son:
• Factores cognitivos: Algunos niños pueden tener dificultades en áreas cognitivas clave
relacionadas con la lectoescritura, como el procesamiento auditivo, la memoria de trabajo,
la atención selectiva y las habilidades de procesamiento fonológico. Estas dificultades
pueden dificultar la comprensión de los sonidos del lenguaje y su relación con las letras,
así como la capacidad de procesar y retener información escrita.
• Factores lingüísticos: Los problemas en la lectoescritura también pueden estar
relacionados con dificultades en el desarrollo del lenguaje oral. Si un niño tiene un
vocabulario limitado, una comprensión deficiente de la estructura gramatical o
dificultades en la expresión oral, es probable que tenga dificultades para transferir esas
habilidades al ámbito de la lectoescritura.
• Factores emocionales y motivacionales: Los problemas en la lectoescritura pueden estar
asociados con factores emocionales y motivacionales, como la ansiedad, la falta de
confianza en uno mismo, el miedo al fracaso o la falta de interés en la lectura y la
escritura. Estos factores pueden afectar la disposición del individuo para aprender y
practicar habilidades de lectoescritura.
• Factores educativos y ambientales: La calidad de la instrucción y el entorno educativo
pueden tener un impacto significativo en el desarrollo de la lectoescritura. La falta de
oportunidades de práctica, recursos educativos limitados, métodos de enseñanza
inadecuados o desajustados al nivel de desarrollo del niño, y la falta de apoyo y estímulo
pueden contribuir a los problemas en la lectoescritura.
Los problemas de lectura se refieren a las dificultades que experimentan las personas al leer de
manera efectiva y comprender el contenido escrito. Estas dificultades pueden manifestarse en
diferentes aspectos de la lectura, como la decodificación de palabras, la fluidez, la comprensión y
la retención de la información. Algunas características comunes de los problemas de lectura
incluyen:
Los problemas de escritura se refieren a las dificultades que experimentan las personas al
expresarse por escrito de manera efectiva y coherente. Estas dificultades pueden manifestarse en
diferentes aspectos de la escritura, como la ortografía, la gramática, la estructura de las frases, la
organización de ideas y la coherencia del texto. Algunas características comunes de los problemas
de escritura incluyen:
• Ortografía deficiente: Las personas pueden tener dificultad para escribir correctamente las
palabras, cometer errores ortográficos frecuentes y tener dificultad para aplicar las reglas
ortográficas.
• Frases mal construidas: Los de escritura pueden hacer que las personas tengan dificultad
para construir frases correctamente, utilizar la puntuación adecuada y estructurar las
ideas de manera clara y coherente.
• Falta de organización: Las personas pueden tener problemas para organizar sus ideas de
manera lógica y secuencial. Esto puede hacer que el texto sea confuso y difícil de seguir.
1. DISLEXIA
La dislexia no debe ser entendida como una enfermedad, sino que es un problema
que afecta a los aprendizajes de la lectura y la escritura. El niño disléxico tiene
problemas para aprender las letras y luego usarlas en la lectura y la escritura.
Debe tratarse a tiempo, de lo contrario dificultará el buen rendimiento del niño, no solo
cuando se detecta el problema, sino que es posible que lo acompañe en todos sus
años de estudio. Sin embargo, es un problema que puede ser solventado.
En realidad, es la materialización de una serie de trastornos como pueden ser:
lateralización no definida o mala lateralización, alteraciones en la psicomotricidad
(como puede ser la falta de ritmo, equilibrio y conocimiento deficiente del esquema
corporal) y trastornos perceptivos o desorientación espacio-temporal.
DIAGNÓSTICO
• Evaluación de la lectura
• Evaluaciones del habla, el lenguaje y la audición
• Evaluaciones psicológicas
La mayoría de las veces, la dislexia no se detecta hasta que el niño ingresa en jardín de infantes o en
primer grado, cuando se enfrenta al aprendizaje de los símbolos. Debe evaluarse a aquellos con
antecedentes de retraso en la adquisición o el uso del lenguaje, que no muestran aceleración en el
aprendizaje de palabras al final del primer grado o que no leen en el nivel previsto para su capacidad
verbal o intelectual. A menudo, el mejor indicador diagnóstico es la incapacidad del niño para
responder a los enfoques tradicionales o típicos de lectura durante el primer grado, aunque en este
nivel, todavía se puede observar una amplia variación de la capacidad de lectura. La demostración
de problemas del procesamiento fonológico es esencial para el diagnóstico.
Cuando se sospecha una dislexia, deben realizarse evaluaciones de lectura, habla y lenguaje,
auditiva, cognitiva y psicológica del niño para identificar sus puntos funcionales fuertes y débiles y
sus modos de aprendizaje preferidos.
Las evaluaciones completas de la lectura investigan el reconocimiento y el análisis de las palabras,
la fluidez, la comprensión de la lectura o el lenguaje hablado y el nivel de comprensión del
vocabulario y el proceso de lectura.
Los estudios del habla, el lenguaje y la audición evalúan el lenguaje hablado y los déficits de
procesamiento de los fonemas (elementos de sonido) de éste. También se valoran las funciones de
lenguaje receptivo y expresivo. Se valoran las aptitudes cognitivas (p. ej., atención, memoria,
razonamiento).
Las evaluaciones psicológicas establecen la presencia de problemas emocionales que puedan
exacerbar la discapacidad para la lectura. Se deben buscar antecedentes familiares de trastornos
mentales y problemas emocionales.
Los médicos deben corroborar que los niños tengan visión y audición normales, mediante detección
sistemática en el consultorio o derivación para estudios audiológicos o visuales formales. Las
evaluaciones neurológicas pueden ayudar a detectar manifestaciones secundarias (p. ej., inmadurez
neuromadurativa o alteraciones neurológicas menores) y descartar otros trastornos (p. ej.,
convulsiones).
TRATAMIENTO
• Intervenciones educacionales
El tratamiento de dislexia consiste en intervenciones educacionales, como instrucción directa e
indirecta en reconocimiento de palabras y aptitudes de composición.
La instrucción directa consiste en enseñar capacidades fónicas específicas independientemente de
otros tipos de instrucción en lectura. La instrucción indirecta consiste en integrar las capacidades
fónicas en los programas de lectura. Con estos métodos, se puede aprender a leer a partir de una
estrategia de palabras completas o de lenguaje total, o siguiendo una jerarquía de capacidades
desde la unidad de sonido a la palabra y a la oración. Se recomienda usar métodos multisensoriales
que consisten en el aprendizaje de palabras completas y la integración de procedimientos visuales,
auditivos y táctiles para enseñar sonidos, palabras y oraciones.
Las estrategias compensatorias, tales como el uso de audiolibros y tomar notas usando una
grabadora digital, puede ayudar a los niños en los grados de la escuela primaria posteriores a
dominar el contenido sin dejar de construir habilidades de lectura.
2. DISLALIA
DIAGNÓSTICO
un examen inicial de fono-articulación para distinguir qué tipo de trastorno sufre el niño y si se
refiere al lenguaje repetido, dirigido o espontáneo.
• Lenguaje repetido: se utiliza una lista de palabras en las cuales el sonido examinado está
contenido en todas las situaciones mencionadas.
• Lenguaje dirigido: se presentan una serie de objetos o dibujos conocidos por el niño, cuyos
nombres contengan el fonema a examinar. Si el niño ya sabe leer se puede incluir una
prueba de lectura para observar cómo es su articulación en la misma.
• Lenguaje espontáneo: se observa el habla del niño en su lenguaje espontáneo a través de
preguntas y de entablar una conversación dirigida a los datos que se quieren analizar.
TRATAMIENTO
3. DISORTOGRAFÍA
La disortografía se caracteriza por una escritura con muchas faltas, que se manifiesta
cuando se ha consolidado el aprendizaje de la lectura y la escritura. El niño no es
capaz de transmitir el código lingüístico hablado con los grafemas correspondientes,
es decir, al escribirlos, incluidos aquellos que comparten con otros una misma
articulación (b/v, g/j, ll/y), o carecen de pronunciación (h).
Encontramos que en ocasiones se ha calificado erróneamente como disléxicos a niños que
presentan errores sistemáticos en la escritura, sin tener presente que la dislexia siempre implica
errores en los ámbitos de la lectura y la escritura. Por el contrario, la distorgrafía, como un trastorno
específico tan solo incluye, errores en la escritura, sin necesidad de que tales errores se den en la
lectura. Una escolar con disortografía no tiene por qué leer mal aunque esta condición pueda darse
comúnmente
Dependiendo del nivel de afectación, se presentan unos síntomas u otros, aunque los más
habituales son:
TRATAMIENTO
• Percepción, discriminación y memoria auditiva: aprendizaje en relación a la discriminaion
fonética y la retención de datos sonoros ara la transripcion.
• Percepcion, discriminaicon y memoria visual: entrenamiento de las dunciones ciausles para
la correcta diferencia de los frafefmas y la retención visual de las palabras.
• Organización y estructura espacial: diferenciar la discriminación de los grafemas fácilmente
confundible por su similitud en la forma.
DIAGRAFÍA
TRATAMIENTO
• recuperar la coordinación global y manual de la escritura.
• La adquisición de esquema corporal.
rehabilitar la percepción y atención gráfica.
Estimular la coordinación visomotriz.
Educar y corregir la ejecución de movimientos básicos que intervienen en la escritura (rectilínea,
ondulada).
Tener en cuenta conceptos tales como la presión, frenado, fluidez, etcétera.
Mejorar la ejecución de cada una de las letras.
mejorar la fluidez escritora.
corregir la postura del cuerpo, de los dedos, de la mano y el brazo.
Cuidar la posición del papel.