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PRINCIPIO PROTECTORIO
María Constanza Teme
Secretaria del Juzgado Laboral de 3° Nominación
INDICE.
Las disciplinas jurídicas, para lograr ser autónomas necesitan de principios que
las sustenten. Es lo que sucedió con el derecho laboral cuando se desmembró
del derecho civil. Sin embargo en la actualidad hay una tendencia contraria a
ello, para que las relaciones entre trabajadores y empleadores vuelvan a ser
regidas por la autonomía de la voluntad, contradiciendo a los principios del
derecho laboral y es esa la razón que me motiva a que el objetivo de este
trabajo sea exponer el rol de los principios laborales, sobre todo el del principio
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protectorio, su debilitamiento junto con el de los demás principios lo que ha
llevado a una situación de crisis al derecho del trabajo.
Las diferentes ramas del derecho han logrado su autonomía después de una
evolución en la cual han participado la legislación, la jurisprudencia y la
doctrina.
En un principio las normas que configuran una determinada rama del derecho
no son suficientes para resolver ciertos casos concretos y la jurisprudencia y la
doctrina se ven precisadas a recurrir a normas jurídicas pertenecientes a otras
ramas del derecho ya consolidadas o a reglas jurídicas comunes a todas ellas. A
medida que la actividad humana, que es objeto de una rama del derecho, es
regulada íntegramente por normas jurídicas especificas y desde el momento en
que la jurisprudencia desarrolla sus criterios propios y la doctrina sus propias
teorías, esa rama del derecho se vuelve autónoma y el recurrir a otras normas
jurídicas es cada vez menos frecuente.-
Los '''principios generales del Derecho''' son los enunciados normativos más
generales que, sin prejuicio de no haber sido integrados al ordenamiento
jurídico en virtud de procedimientos formales, se entienden forman parte de él,
porque le sirven de fundamento a otros enunciados normativos particulares o
recogen de manera abstracta el contenido de un grupo de ellos.
Estos principios son utilizados por los jueces, legisladores, los creadores de
doctrina y por los juristas en general, sea para integrar lagunas legales o para
interpretar normas jurídicas cuya aplicación resulta dudosa.
2.2 Características.
Son enunciados normativos que expresan un juicio deontológico acerca de la
conducta a seguir en cierta situación o sobre otras normas del ordenamiento
jurídico. Cada uno de estos principios generales del Derecho, son un criterio que
expresa un deber de conducta para los individuos, un principio o un estándar
para el resto de las normas.-
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3. Principios particulares en el derecho laboral.
Cuando afirmamos que el derecho del trabajo es una disciplina que difiere de las
demás normas jurídicas, significa que la misma tiene su autonomía que se
asienta en sus propios principios. Si bien este tema esta emparentado con los
principios generales del derecho no tienen una relación genero a especie. Los
principios en el derecho del trabajo condicionan la propia autonomía de la
disciplina. (1)
En un intento de describir los principios diría que son como las reglas que
orientan a la disciplina que son valorados por la sociedad con un sentimiento de
permanencia e integridad.
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3. Continuidad de la relación laboral
4. Primacía de la Realidad
5. Razonabilidad
6. Buena Fe (2)
Finalmente puedo señalar, que el derecho colectivo del trabajo y el derecho
procesal laboral, también tienen autonomía y, por lo tanto, también tienen sus
principios que forman parte de los principios del derecho del trabajo.
4. El principio protectorio.
Una de las principales razones por las que se origina el Derecho del Trabajo es
para crear condiciones que superen las desigualdades entre trabajadores y
empleadores mediante la intervención del Estado para así crear dispositivos
legales que protejan al trabajador. Me animo a sostener que de no existir este
problema de desigualdad, es posible que el Derecho del Trabajo no hubiera
aparecido. El derecho del Trabajo contiene reglas que ponen límites tanto a la
supremacía del empleador como a la entrega de libertades del trabajador.
Es por ello que el principio protector es fundamental, de donde se desprenden
otros principios que también apuntan a proteger al trabajador. Como señala
Américo Pla, el principio protector constituye “el núcleo central y básico del
sistema” y tiene como finalidad proteger la dignidad del trabajador en su
condición de persona humana, equilibrar las diferencias preexistentes entre el
trabajador y empleador a causa de la debilidad y el estado de necesidad en que
se encuentra el trabajador.
En nuestro derecho el principio protectorio tiene rango constitucional ya que el
art. 14 bis de la Constitución Nacional lo contiene cuando dice: “El trabajo en
sus diversas formas gozará de la protección de las leyes” con ello queda
sentado que este principio constituye el fundamento de toda nuestra
organización jurídico laboral.
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trabajador es indispensable la existencia de la duda insalvable sobre el sentido
de la norma. Este regla es muy concreta ya que solo cabe utilizarla cuando
existe una norma y únicamente se trata de determinar el verdadero sentido,
cuando se presenta más de uno. De manera que, en caso de ausencia de
norma, no se puede recurrir a esta regla para llenar el vacío que no contemplo
el legislador.
El precepto “in dubio” no debe marcar una desigualdad jurídica en perjuicio del
empleador, no se trata de perjudicar sino de equilibrar posiciones desiguales.(3)
A manera de ejemplo puedo señalar que la CSJN, para la aplicación de esta
regla, realiza una referencia específica a la positividad de este principio como el
más duro y orientador del derecho del trabajo otorgándole el de premisa de los
restantes enunciados del art. 14 bis de la CN, fallo “Madorran, Marta Cristina c/
Administración Nacional de Aduanas”(3/5/07), “Ruiz, Emilio D. c/ Dirección
General Impositiva” (15/5/07).
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Es el mecanismo que menos adhesión tiene en la doctrina ya que se con
su aplicación se caería en inseguridad jurídica.
2. Conglobamiento simple: se adopta el sistema que, en conjunto o en
bloque, se considera más favorable, y se excluye al otro. Se realiza una
apreciación integral estableciéndose por comparación cual es la
normativa que ofrece un mayor nivel de beneficio. Excluye la posibilidad
de aplicar simultáneamente una disposición de un régimen y la de otro.
3. conglobamiento por instituciones u orgánico: es el que adopta la LCT en
su art. 9, en caso de que dos o mas normas, de igual o distinto rango
concurran a resolver la misma situación, prevalecerá la mas favorable,
considerando la norma o conjunto de normas que rija cada una de las
instituciones de derecho.
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Con esta nueva etapa de flexibilidad laboral se crea una nueva alternativa, que,
“según dicen”, busca cambiar la rigidez imperante del modelo tradicional, pero
ocurre que esta nueva alternativa ataca los principios tradicionales mediante la
creación de disposiciones legislativas, abriéndose camino un nuevo modelo
inspirado en la productividad y la competitividad, con mayores facultades para
empleador con un mayor sometimiento del trabajador produciendo ello el
deterioro de la imagen del sindicalismo. Dentro del nuevo modelo laboral,
flexibilizado, aparece una negociación colectiva también flexibilizada, que tiene
un sentido totalmente opuesto a la negociación del modelo tradicional de
protección
En épocas de crisis económica debería incrementarse la protección del
trabajador para defenderlo de comportamientos desleales del empleador. La
economía debe solucionar los problemas económicos y no es posible que a
través de la reducción de los derechos contractuales se intente mejorar los
márgenes de ganancia del empresario. (4)
Con el llamado modelo de flexibilización entramos al sistema de globalización,
que busca una mayor productividad haciendo funcionar en conjunto varios
elementos, personas, empresas para hacer algo juntos, contando con la ventaja
de la flexibilidad laboral. Así la micro, la pequeña y la mediana empresa se
convierten en más dinámicas, las que crean empleo, capaces de hacer
innovaciones que generalmente intensifican el trabajo, pero que no tiene la
cantidad de recursos, ni la capacidad de competir con grandes empresas en los
mercados. Por último puedo agregar que todos estos cambios: “más dinámicas
y mas productividad en las empresas”, etc., no son malos, pero lo que
realmente necesitamos es un cambio de concepción que reivindique en forma
más equitativa el reparto de las ganancias.
Es evidente que las leyes que se vienen dictando en los últimos años no se
inspiran ya en el principio protectorio, sino en otros conceptos, ajenos a nuestra
disciplina: los costos, la competitividad, la supervivencia de las empresas en el
marco de la apertura económica, etc.
El Estado ha dejado de defender y proteger a los trabajadores, para hacerlo con
las empresas y sus inversiones, se ha desinteresado del derecho del trabajo y a
dado lugar al retorno del “librecontractualismo”, de tal modo que incumple con
el mandato constitucional del art. 14 bis, que prescribe que “el trabajo en todas
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sus formas gozará de la protección de las leyes…”, salvo que pensemos que no
es a los poderes Ejecutivo o Legislativo a quien va dirigida dicha norma.
Con la afectación de la crisis al principio protectorio, una de las cuestiones más
importantes a tener en cuenta es la de la dignidad, que reside en el hecho de
que es, no un que, sino un quien, un ser único, insustituible, dotado de
inteligencia, voluntad, libertad, capacidad, etc. La dignidad es un atributo de la
persona humana y no del trabajo, no puede concebirse éste sin aquél. Así es la
persona quien confiere dignidad a cualquier trabajo, es el trabajador quien hace
digno el trabajo aunque en la rutina cotidiana del ambiente laboral, uno tienda a
olvidarse que detrás de cada trabajo hay una persona humana, concreta y real.
Lo expuesto posee intima relación con el tema de la aplicación de la llamada
flexibilización laboral, ya que en los últimos tiempos produjo el aumento
considerable de los porcentajes de desocupación y por su parte, los ocupados
deben aceptar el aumento de horas laborales sin el justo incremento salarial, o
sea que, con esto vemos que mientras unos trabajadores están carentes de
empleos otros están sobreocupados.
La desprotección también trajo aparejado u grave e injustificado crecimiento del
trabajo infantil, pues la falta de equidad en los ingresos genero una situación de
empobrecimiento de amplios sectores de la población. Los bajos salarios, la
desocupación obligo a las familias a recurrir a diferentes estrategias para
obtener recursos para su subsistencia; así, primero salieron a buscar trabajo los
hombres, luego se agregaron las mujeres y por último los niños –los que nunca
debieron estar incluidos-, con ello se generó en las familias una mayor
dependencia económica entre sus miembros, dando lugar a que los hogares
“crezcan” en número de trabajadores, por ende, a mayor desocupación adulta
mayor posibilidad de trabajo infantil. Para justificar esta situación algunos dicen
que: “es mejor un niño que trabaje a que este sin hacer nada”, “que el ocio de
los niños es negativo socialmente” pero ello es erróneo porque en realidad ello
es necesario para el desarrollo de su creatividad, para el descanso, el juego,
además de ser un derecho esencial de la niñez. El trabajo en estos casos
aparece como una herramienta de control social.
6. Conclusiones.
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flexibilizadoras surgió con el fin de dar preeminencia a la economía por sobre el
orden publico laboral, produciendo de esa forma desjerarquización de los
principios laborales, constituye un ejemplo de ello la Ley de Riesgos del Trabajo.
Desempleo, precarización laboral, trabajo en negro, etc., son términos que
ponen de manifiesto las precarias condiciones de vida de la población en los
tiempos de globalización que corren. Es necesario reflexionar, con conciencia
humanizadota, para comprender la profundidad del problema, no solo en el
corto plazo sino también para evaluar la situación futura, en relación al grado
de desprotección social de la población actual económicamente activa, un
ejemplo de ello es el tema de las jubilaciones y pensiones.
Recordemos que los principios van mas allá de la cuestión interpretativa de la
norma porque constituyen el fundamento del ordenamiento jurídico del trabajo
y se hallan por encima del derecho positivo en cuanto lo justifican, inspiran e
influyen.
El orden público laboral está constituido por un mínimo indisponible de
condiciones o beneficios inderogables establecidos a favor del trabajador por
debajo del cual nada se puede pactar, porque las leyes laborales responden a la
idea de insuperabilidad, inderogabilidad e irrenunciabilidad.
En definitiva, es necesario la vuelta de la protección de los derechos de los
trabajadores, refrescando esa idea madre del derecho laboral, que impide la
vulnerabilidad en la que se encuentran, como sujeto débil de la relación
laboral.-
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7. Citas bibliográficas.
(1) Ackerman, Mario E., Tratado de Derecho del Trabajo, Tomo I, 1º Edición,
Rubinzal Culzoni, Santa Fé, 2005, Pág. 307.-
(2) Rodríguez Pla, Américo, Los Principios del Derecho del Trabajo, 3° Edic.,
Depalma, Buenos Aires, 1998, Pág. 39.-
(3) Fernández Madrid, Juan C., Tratado Practico del Derecho del Trabajo, Tomo
I, 2º Edicion Actualizada , La Ley, Buenos Aires, 2000, Pág. 217.-
(4) Fernández Madrid, Juan C., Tratado Practico del Derecho del Trabajo, Tomo
I, 2º Edicion Actualizada , La Ley, Buenos Aires, 2000, Pág. 213.-
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