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Las licencias parentales, un debate que se debe la sociedad argentina

El cuidado de los hijos en Argentina es un tema que parece circunscripto a las


mujeres, al menos así lo establece la legislación. Debatir las licencias parentales
es una deuda pendiente.

Ejercer la paternidad y/o maternidad en Argentina no es tarea fácil si se tiene en


cuenta la legislación vigente en materia de licencias que rige y que no se condice
con la realidad laboral, la modificación de los modelos de familias y las mutaciones
culturales respecto de los roles de las mujeres y los hombres.

Las licencias por maternidad y paternidad que regulan hoy la jurisprudencia


argentina son escuetas y poco abarcativas, por lo que son muchas las voces que
aseguran que el tema merece un debate. Provincias como Entre Ríos, La Pampa y
Córdoba, ya discutieron la temática y extendieron los plazos de los empleados
públicos. Lo mismo hicieron gremios marplatenses como la Agremiación Docente
Universitaria Marplatense y la Asociación de Personal de la UNMdP. Y a nivel
municipal, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto impulsado por el edil de
Acción Marplatense Leandro Laserna, mediante el cual se concede licencia por
maternidad a las madres adoptivas que se desempeñen en el ámbito laboral de la
Municipalidad. La ordenanza establece que las trabajadoras de la planta municipal
que adopten niños menores de 18 años gozarán de una licencia por maternidad
de 120 días. Asimismo el concejal pide al Congreso de la Nación que sea
incorporada la licencia por maternidad adoptiva "como un derecho de todas las
trabajadoras de nuestro país".

Pese a estos avances, la temática todavía no logró ganar terreno en el debate


nacional y provincial. En Buenos Aires existe un proyecto de ley que habla de
extender los días que establece hoy la Ley de Contrato de Trabajo (Nº 20.744)
que marca noventa días para la madre (45 antes del parto y 45 después) y dos
días para el padre.

El senador bonaerense del GEN, Ricardo Vázquez, propone ampliar la licencia por
maternidad a 6 meses y hasta 25 días la de paternidad, al personal de la
administración pública.

En Argentina, no existen medidas para garantizar el derecho de los padres que


trabajan fuera de sus hogares a cuidar a sus hijos. Por lo que se vuelve necesaria
una reforma institucional que acompañe los cambios de la vida social y permita la
asunción compartida entre madres y padres de las obligaciones familiares

Trabajo vs. familia

"Frente a la crisis del empleo, se dejaron oír diversas voces a favor del reparto del
trabajo. El cuidado, en cambio, sigue siendo considerado mayoritariamente un
problema de las mujeres. Los costos de la conciliación son asumidos casi en
exclusiva por ellas, y en segundo término por los propios niños, que los pagan en
forma de déficit de cuidado cuando los recursos económicos y la escasa oferta
pública impiden el acceso a opciones de calidad", asegura Romina Cutuli,
licenciada en Historia, becaria doctoral de Conicet, miembro del Grupo Familia,
Género y Subjetividades de la Facultad de Humanidades de la UNMdP y del
Grupo de Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
e integrante del proyecto de extensión "Reconstruyendo la corresponsabilidad en
los tiempos de trabajo remunerado y no remunerado".

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), sugiere al menos 14 semanas de


duración de la licencia por maternidad, 2 semanas más de las que hay en el país,
e incluso la OIT procura extenderla a por lo menos 18 semanas.
Para la licenciada, el "trabajo de cuidado, como contrapartida, es invisible en la
vida pública y por ello mismo no reconocido, aún cuando sea un secreto a voces
que es un trabajo de veinticuatro horas".

Por eso Cutuli considera que un primer paso sería que "las y los trabajadores con
responsabilidades de crianza tuvieran permisos de cuidado sin distinción de
género: iguales e intransferibles". En este sentido se pregunta:"¿Por qué nos
parece tan evidente que las mujeres tienen por naturaleza ese derecho y esa
obligación? El reconocimiento de permisos laborales por adopción sólo a las
mujeres -aunque los varones con o sin pareja sean reconocidos legalmente como
adoptantes-, reflejan el carácter cultural de esta forma de dividir el trabajo". Y
recuerda también que "ni en caso de fallecimiento de la madre al padre le
corresponde un permiso equivalente al materno para cuidar al recién nacido".
Cutuli va más allá y dice en tono risueño: "Aunque suene a perogrullada, aún
parece necesario aclarar que no en todas las familias hay un papá y una mamá.
Con dos papás, dos mamás, con uno de ellos, todos los adultos que crían niños
tienen el derecho y el deber de cuidar; y todos los niños y niñas, el derecho a
recibir cuidado".

Es esencial empezar a instalar en la agenda social en el país la concepción de las


licencias parentales que, según la licenciada Carina Lupica, de la revista
Observatorio de la Maternidad, ya contiene al menos cuatro avances. El primero
es que se protege el derecho de las trabajadoras/res con responsabilidades
familiares de acceder al mundo del trabajo y a permanecer en él sin que la
situación familiar sea un elemento discriminatorio.

El segundo tiene que ver con un modelo de familia con una doble fuente de
ingreso y se consagra el derecho de ambos progenitores a la suspensión del
contrato y a las prestaciones de seguridad social por causa de maternidad y
paternidad.
El tercero tiene que ver con la promoción del derecho de los trabajadores varones
a vivir más intensamente el cuidado de los hijos. Y el cuarto se relaciona con la
conciliación de la vida laboral y familiar no incumbe únicamente a hombre y
mujeres sino, por el contrario, a toda la sociedad.

En este misma sintonía Cutuli asegura que "donde hay una necesidad, hay un
derecho, y no hay sujeto más frágil y dependiente que un recién nacido. Ocuparse
de la crianza no es tan banal ni tan sencillo, y que por eso mismo, nadie puede
hacerlo solo(a). El reconocimiento llegará, entonces, con la redistribución".

En esta línea es claro que generar nuevas jurisprudencias como la licencia


parental es imperiosa para una sociedad que evoluciona y en la que es necesario
compatibilizar el trabajo con la vida familiar.

as licencias por maternidad o paternidad siempre fueron un tema de especial


interés tanto para los empleados, que tienen derecho a gozarlas, como para
los empleadores, que deben ajustar sus planes y recursos para así continuar durante la
ausencia del dependiente con la dinámica laboral.
Con la marcada inserción de la mujer en el mercado de trabajo fue tomando fuerza la
participación del padre en el hogar.

En este aspecto, la legislación argentina quedó desactualizada, ya que le otorga


al progenitor sólo dos días en caso de nacimiento de sus hijos y no estipula nada frente a
una adopción.
Algunas provincias generaron regímenes especiales para empleados del sector público.
- En La Rioja, desde el año pasado las empleadas cuentan con 210 días para favorecer la
lactancia materna.
- En cuanto a la paternidad, el beneficio se elevó de 20 a 30 días.

- En Córdoba, Santa Fe, Neuquén y Tierra del Fuego se avanzó en el mismo sentido.
Iniciativa en trámite
En este contexto, los asesores integrantes de la comisión de Trabajo y Previsión del
Senado analizan los más de 20 proyectos que existen sobre extensión de
licencias por paternidad y maternidad.

La idea además es que se abarque no sólo a los progenitores biológicos sino también a los
adoptivos. Además, propone "blindar" ante despidos a los hombres hasta un año
posterior al nacimiento.
La idea principal es la de tratar de emitir un proyecto unificado, para que luego los
senadores -integrantes de la mencionada comisión- le den su aval y que sea debatido en el
recinto.
El mismo consensuará más de 10 iniciativas presentadas y contempla licencias para el
padre en el caso de muerte de la madre o del hijo recién nacido.

Contempla además los casos de nacimientos múltiples, aquellos ocurridos antes de


término o con discapacidad, entre otros.
Se trata de una reforma amplia, que no sólo tiene en cuenta la posibilidad de extender los
plazos que establece la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) vigente.

También permitirá a las empleadas manejar (de la forma que consideren más
conveniente) cuestiones tales como la hora de lactancia.
Entre los puntos destacados de los proyectos a debatir se destacan:
1. Padre
Quedará prohibido su trabajo durante los días posteriores al nacimiento (o de la
notificación de la resolución judicial que otorga al niño en guarda con fines de adopción).
El lapso bajo estudio va desde los 5 a los 30 días. La idea, de acuerdo con los impulsores
de los diferentes proyectos, es otorgale un tiempo prudencial para que colabore con la
madre en la atención del recién llegado y que pueda adaptarse a su nuevo grupo familiar.
2. Prematuro
Si el nacimiento fuera bajo estas circunstancias, entonces se acumulará al descanso
posterior de la madre todo el lapso de licencia que no se hubiere gozado antes (del parto).
En las iniciativas, va desde los 100 a los 180 días.
3. Guarda o adopción múltiple
La licencia de la madre se extenderá por cada hijo a partir del segundo.
4. Pérdida de embarazo o hijo
La iniciativa estipula que los progenitores tendrán derecho a la licencia posterior al
parto, aun cuando su hijo naciere sin vida o la mujer perdiere el embarazo antes de
término.

5. Blindaje anti despidos


Se presumirá, salvo prueba en contrario, que el despido de la mujer u hombre obedece a
razones de maternidad, paternidad cuando fuese dispuesto dentro del plazo que va desde
el mes y medio anterior hasta los doce meses posteriores al nacimiento. En estos casos,
el damnificado podrá cobrar un resarcimiento especial de 13 salarios (un año completo de
remuneraciones, más su aguinaldo correspondiente)
6. Jornada reducida
La mujer u hombre podrá optar por reincorporarse a su puesto y reducir a la
mitad su jornada normal y, en la misma proporción, su remuneración mensual por un
plazo no superior a 12 meses contados a partir del nacimiento.

7. No a las horas extras


En ningún caso, dicha jornada podrá ser inferior a cuatro horas diarias y
quedará prohibida la realización de horas extras.
8. Lactancia
La mujer podrá tomar su hora de lactancia de acuerdo con su elección. Para Héctor
García, socio del estudio García, Pérez Boiani & Asociados, "ese horario debería ser fruto
de un acuerdo recíproco de la trabajadora y el empleador, porque todos los casos son
distintos. Hay que tomar, por ejemplo, parámetros como la distancia entre el domicilio y el
empleo".
Bajo tratamiento
Las comisiones de Legislación del Trabajo y de Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia de la
Cámara baja también comenzaron a analizar reformas de varios artículos a la Ley de
Contrato de Trabajo sobre licencias parentales.
Desde la comisión de Familia su presidente, Felipe Solá, pidió "más tiempo" para
analizar la propuesta y otros legisladores solicitaron que el texto del proyecto sea girado
también a la comisión de Presupuesto y Hacienda, que preside Roberto Feletti.
En este caso, la iniciativa del diputado oficialista Héctor Recalde, que fuera apoyada por
sus pares de la oposición, contempla que:
-En el caso de las embarazadas, el plazo se podría extender de 90 a 100 días.
-Para los padres, la licencia pasaría de 2 a 15 días.
-Las parejas adoptantes podrán determinar entre ambas partes quién toma cada licencia.
-Aumenta los días para casos de parto o adopción múltiple, llevándolas a 30 (días) más
por cada hijo a partir del segundo.
Por último, contempla en los casos de adopción desde 2 hasta 12 jornadas para realizar
las visitas para la guarda con fines adoptivos.
El caso Chile y Suecia
En Chile, por ejemplo, las mujeres pueden extender su postnatal hasta seis meses e,
incluso, hasta siete meses y medio si deciden utilizar el beneficio con flexibilidad
(reintegrándose al trabajo en media jornada), lo que se suma a los 45 días previos al
nacimiento.

Además, tienen la posibilidad de traspasarle hasta seis semanas la licencia al padre.


En el continente europeo la situación es diferente. En Suecia, por ejemplo, por el
nacimiento del hijo la puede tomar primero la madre y cuando ella se incorpora al
trabajo, el padre queda al cuidado del bebé con el tiempo de receso remanente.

Dicho beneficio puede llegar en total a las 96 semanas, cobrando el 80% de


la remuneración.

Hoy por hoy, Argentina se encuentra entre los principales países donde la
discusión por la igualdad de género ocupa un lugar de importancia dentro de la
agenda pública. El tema se trata en diversos ámbitos de la política nacional y
suscita un gran reclamo social, pero, a pesar de lo mucho que se exponen las
diferencias existentes entre hombres y mujeres –por hablar en términos
binarios– en el país, aún existen injusticias, arrastradas desde hace décadas, que
merecen una modificación de fondo.

En la actualidad, el régimen argentino sobre licencias de paternidad y


maternidad data de 1974. El mismo presenta un marcado acento puesto
sobre la madre y obvia el derecho del padre a formar parte de la crianza de
su hijo, sin que esto lo haga menos injusto respecto a los beneficios que
otorga a la mujer.
Las licencias parentales se rigen por la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). En su
cuerpo se contempla un lapso total de 90 días para el goce de la madre y
solamente 2 días de corrido para el padre. Es una normativa basada en un
esquema social que ya fue dejado atrás. No quedan dudas de que la organización
social y laboral de las familias al día de hoy ha cambiado.

Para peor, la ley vigente no contempla ni los casos de adopción ni a las familias
homoparentales, algo que va en contramano de la nueva conformación familiar
que permite –desde agosto de 2015– la reforma del nuevo Código Civil y
Comercial. La ley tampoco considera los aportes jubilatorios en los días que se
extienda la licencia por maternidad, lo que produce una desigualdad de género
según la cantidad de hijos que tenga una mujer a lo largo de su vida.

Por demás, Argentina se encuentra en incumplimiento con las


recomendaciones hechas por la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), que establece 98 días de licencia para el cuidado en la primera
infancia.
Sin embargo, no todas son malas noticias. Argentina tiene, por suerte, ejemplos
internos a seguir, como es el caso de la provincia de Tierra del Fuego, donde la
licencia consta de 210 días totales (30 previos y 180 luego del parto), que pueden
ser transmitidos o compartidos con el “cónyuge, conviviente o progenitor”, no
haciendo referencia al género. Por otro lado, en la Ciudad de Buenos Aires
actualmente existe un proyecto para extender las licencias por paternidad.

En el mundo, las licencias de paternidad están presentes en 66 de 169 de países


estudiados por la OIT, predominando en países con economías desarrolladas, y
esporádicamente en otras regiones como Asia Central o Europa del Este.

La responsabilidad respecto del recién nacido es típicamente entendida como una


responsabilidad tomada solamente por la mujer, rara vez tomada por hombres,
especialmente cuando no se encuentra cubierta. A nivel internacional, sobresalen
los países nórdicos: Islandia otorga 91 días por licencias de maternidad y 90 días
de paternidad; Noruega, con 315 días de licencia sin distinción de género, y el
Reino Unido, que otorgao 364 días para licencias de maternidad y 259 para
licencias familiares (sin distinción de género).

Claramente, Argentina tiene una deuda pendiente.

os 90 días de licencia por maternidad y los apenas dos días corridos para los
padres previstos en la Ley de Contrato de Trabajo están siendo revisados
por el Ministerio de Trabajo de la Nación, que analiza introducir cambios en la
normativa que rige desde el año 1974.

Según publicó El Cronista, la cartera laboral estudia cambios que contemplen


la necesidad del bebé de estar acompañado los primeros días de vida, la
inserción laboral de las mujeres y ayudar a achicar la brecha salarial entre
hombres y mujeres.

Según un informe del Centro de Investigación de Políticas Públicas para la


Equidad y Crecimiento (Cippec), da cuenta de que Argentina está muy rezagada
en materia de días para cuidado por nacimiento en comparación con otros países
latinoamericanos.

En Córdoba. La legisladora provincial Liliana Montero recordó que en marzo


pasado presentó un proyecto para modificar la normativa provincial, cuyo alcance
es sólo válido para los empleados públicos. “Viendo que existe la vocación desde
el Gobierno nacional de avanzar, insistiremos para que se ponga en debate el
tema de las licencias para padres y madres en Córdoba”, apuntó Montero.

Cabe aclarar que en la provincia, las empleadas públicas gozan actualmente


de 180 días de licencia por maternidad, y los padres gozan de 8 días por
nacimiento.

Los principales planteos de Montero apuntan a introducir las “licencias


universales”, que pueden ser utilizadas por cualquiera de los padres según la
conveniencia de la familia, y extiende la licencia por paternidad al período de un
mes.

Con la licencia universal, el beneficiario al que le corresponden los 180 días podrá
disponer de un plazo para que goce la otra persona, no pudiendo la licencia por
maternidad o adopción ser inferior a los 90 días.

Asimismo, también hace extensivo el beneficio del subsidio por cuarto mes que
otorga la Provincia a las empleadas privadas –para extender 30 días más sus
licencias por maternidad– a aquellas trabajadoras que están fuera de la normativa
actual, como las monotributistas.

Las licencias parentales, un debate que se debe la sociedad argentina

El cuidado de los hijos en Argentina es un tema que parece circunscripto a las


mujeres, al menos así lo establece la legislación. Debatir las licencias parentales
es una deuda pendiente.

Ejercer la paternidad y/o maternidad en Argentina no es tarea fácil si se tiene en


cuenta la legislación vigente en materia de licencias que rige y que no se condice
con la realidad laboral, la modificación de los modelos de familias y las mutaciones
culturales respecto de los roles de las mujeres y los hombres.

Las licencias por maternidad y paternidad que regulan hoy la jurisprudencia


argentina son escuetas y poco abarcativas, por lo que son muchas las voces que
aseguran que el tema merece un debate. Provincias como Entre Ríos, La Pampa y
Córdoba, ya discutieron la temática y extendieron los plazos de los empleados
públicos. Lo mismo hicieron gremios marplatenses como la Agremiación Docente
Universitaria Marplatense y la Asociación de Personal de la UNMdP. Y a nivel
municipal, el Concejo Deliberante aprobó un proyecto impulsado por el edil de
Acción Marplatense Leandro Laserna, mediante el cual se concede licencia por
maternidad a las madres adoptivas que se desempeñen en el ámbito laboral de la
Municipalidad. La ordenanza establece que las trabajadoras de la planta municipal
que adopten niños menores de 18 años gozarán de una licencia por maternidad
de 120 días. Asimismo el concejal pide al Congreso de la Nación que sea
incorporada la licencia por maternidad adoptiva "como un derecho de todas las
trabajadoras de nuestro país".

Pese a estos avances, la temática todavía no logró ganar terreno en el debate


nacional y provincial. En Buenos Aires existe un proyecto de ley que habla de
extender los días que establece hoy la Ley de Contrato de Trabajo (Nº 20.744)
que marca noventa días para la madre (45 antes del parto y 45 después) y dos
días para el padre.

El senador bonaerense del GEN, Ricardo Vázquez, propone ampliar la licencia por
maternidad a 6 meses y hasta 25 días la de paternidad, al personal de la
administración pública.

En Argentina, no existen medidas para garantizar el derecho de los padres que


trabajan fuera de sus hogares a cuidar a sus hijos. Por lo que se vuelve necesaria
una reforma institucional que acompañe los cambios de la vida social y permita la
asunción compartida entre madres y padres de las obligaciones familiares

Trabajo vs. familia


"Frente a la crisis del empleo, se dejaron oír diversas voces a favor del reparto del
trabajo. El cuidado, en cambio, sigue siendo considerado mayoritariamente un
problema de las mujeres. Los costos de la conciliación son asumidos casi en
exclusiva por ellas, y en segundo término por los propios niños, que los pagan en
forma de déficit de cuidado cuando los recursos económicos y la escasa oferta
pública impiden el acceso a opciones de calidad", asegura Romina Cutuli,
licenciada en Historia, becaria doctoral de Conicet, miembro del Grupo Familia,
Género y Subjetividades de la Facultad de Humanidades de la UNMdP y del
Grupo de Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
e integrante del proyecto de extensión "Reconstruyendo la corresponsabilidad en
los tiempos de trabajo remunerado y no remunerado".

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), sugiere al menos 14 semanas de


duración de la licencia por maternidad, 2 semanas más de las que hay en el país,
e incluso la OIT procura extenderla a por lo menos 18 semanas.

Para la licenciada, el "trabajo de cuidado, como contrapartida, es invisible en la


vida pública y por ello mismo no reconocido, aún cuando sea un secreto a voces
que es un trabajo de veinticuatro horas".

Por eso Cutuli considera que un primer paso sería que "las y los trabajadores con
responsabilidades de crianza tuvieran permisos de cuidado sin distinción de
género: iguales e intransferibles". En este sentido se pregunta:"¿Por qué nos
parece tan evidente que las mujeres tienen por naturaleza ese derecho y esa
obligación? El reconocimiento de permisos laborales por adopción sólo a las
mujeres -aunque los varones con o sin pareja sean reconocidos legalmente como
adoptantes-, reflejan el carácter cultural de esta forma de dividir el trabajo". Y
recuerda también que "ni en caso de fallecimiento de la madre al padre le
corresponde un permiso equivalente al materno para cuidar al recién nacido".
Cutuli va más allá y dice en tono risueño: "Aunque suene a perogrullada, aún
parece necesario aclarar que no en todas las familias hay un papá y una mamá.
Con dos papás, dos mamás, con uno de ellos, todos los adultos que crían niños
tienen el derecho y el deber de cuidar; y todos los niños y niñas, el derecho a
recibir cuidado".

Es esencial empezar a instalar en la agenda social en el país la concepción de las


licencias parentales que, según la licenciada Carina Lupica, de la revista
Observatorio de la Maternidad, ya contiene al menos cuatro avances. El primero
es que se protege el derecho de las trabajadoras/res con responsabilidades
familiares de acceder al mundo del trabajo y a permanecer en él sin que la
situación familiar sea un elemento discriminatorio.

El segundo tiene que ver con un modelo de familia con una doble fuente de
ingreso y se consagra el derecho de ambos progenitores a la suspensión del
contrato y a las prestaciones de seguridad social por causa de maternidad y
paternidad.

El tercero tiene que ver con la promoción del derecho de los trabajadores varones
a vivir más intensamente el cuidado de los hijos. Y el cuarto se relaciona con la
conciliación de la vida laboral y familiar no incumbe únicamente a hombre y
mujeres sino, por el contrario, a toda la sociedad.

En este misma sintonía Cutuli asegura que "donde hay una necesidad, hay un
derecho, y no hay sujeto más frágil y dependiente que un recién nacido. Ocuparse
de la crianza no es tan banal ni tan sencillo, y que por eso mismo, nadie puede
hacerlo solo(a). El reconocimiento llegará, entonces, con la redistribución".

En esta línea es claro que generar nuevas jurisprudencias como la licencia


parental es imperiosa para una sociedad que evoluciona y en la que es necesario
compatibilizar el trabajo con la vida familiar.
En Argentina solo el 51% de las trabajadoras y el 47% de los
trabajadores reciben licencias por maternidad y paternidad, ya que
están restringidas a los trabajadores formales en relación de
dependencia. Los Monotributistas, autónomos y trabajadores
informales son una deuda pendiente. Incluso, aquellos que gozan
de licencias, las mismas cuentan con una duración corta y
variada. La Ley de Contrato de Trabajo establece 90 días de
licencia por maternidad y dos días por paternidad. Frente a esta
situación, no casualmente, el 8 de marzo el presidente Mauricio
Macri anunció que se va a presentar un proyecto de ley para
extender la licencia por paternidad. Dijo: “Sabemos lo importante
que es estar en familia esos primeros días”.

Desde el Ministerio de Trabajo de Nación comentaron que la


intención es modificar el artículo 158 de la Ley de Contrato de
Trabajo estableciendo que los padres gocen de 15 días corridos
por nacimiento de hijo. Además, modifica el artículo 198 bis sobre
la Jornada reducida para cuidado de menores estableciendo que
los trabajadores que tengan a su cargo niños de hasta cuatro años
de edad podrán acordar con el empleador una reducción
transitoria de su jornada laboral para el cuidado de los menores.

En CIPPEC destacan que las licencias por maternidad, paternidad


y familiares son un instrumento clave para garantizar el derecho a
cuidar de las familias y de los niños a ser cuidados. Contribuyen a
la conciliación de la vida productiva y reproductiva, y ayudan a
equiparar las condiciones de vida y las oportunidades a las que
pueden tener acceso los niños desde sus primeros momentos de
vida. “Por las diferencias existentes entre las licencias por
maternidad y paternidad, desde la política pública se refuerza el
entendimiento de que las mujeres se tienen que ocupar del
cuidado”, dice la Directora de Protección Social de CIPPEC Gala
Díaz Langou.
“Hay que entender que extender la licencia por paternidad no
implica que el padre va a ayudar a la madre. La idea de cuidado
compartido tiene que ver con que el padre también tiene derecho
a vincularse emocionalmente con su hijo. La intención es construir
otro modelo de cuidado”, destaca la diputada nacional Carla
Carrizo.

Por otro lado, la diputada comenta que en Argentina la concepción


filial está absolutamente biologizada, por lo cual la adopción
queda en una segunda instancia. “Es importante que la adopción
tenga las mismas condiciones, derechos y obligaciones. El
adoptante y el padre eran dos figuras borradas en relación al
cuidado”, enfatiza.

Si bien los cambios en la legislación ya implicarían un avance


importante en relación al cuidado compartido, es importante que
se genere una transformación cultural para que haya un verdadero
impacto. “El proyecto de ley debería estar acompañado por una
mayor infraestructura de cuidado, tanto para primera infancia
como ancianos y una extensión de la jornada en las instituciones
educativas públicas”, menciona Lucía Martelotte responsable del
Área de Políticas del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género
(ELA).

El vocero de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa,


Pedro Cascales admite que el anuncio lo tomó por sorpresa y
asegura que todavía no tienen una posición definida en relación a
las licencias. Dice: “La iniciativa parece buena desde el punto de
vista familiar. Nos preocupa cómo queda la letra chica en relación
a los costos, cómo se asumen y quién lo paga. Cuando tengamos
el texto de cómo va a ser presentado vamos a opinar con más
fundamento, por ahora es solo un anuncio”.
Según Sebastian Waisgrais, Especialista de Monitoreo e inclusión
social de UNICEF Argentina, es falso el mensaje que establece una
dicotomía entre más licencias y productividad. Explica: “Las
licencias generan un mejor clima laboral, más compromiso con la
empresa, menores tasas de rotación”.
Si bien algunas empresas ampliaron las licencias por paternidad
más allá de la ley, lo cierto es que muchos hombres no se las
toman. “Las empresas deberían establecer que las licencias sean
obligatorias. Por otro lado, en los países en los que hay licencias
familiares es importante establecer un cupo por paternidad para
que no sea la mujer la que se tome todos los días”, dice Díaz
Langou.

Empresas que avanzan un poco más

Natura, la multinacional brasileña de cosméticos es uno de los


casos que por iniciativa propia extendió las licencias por
paternidad a 40 días. Además, este beneficio se amplía para casos
de adopción y parejas del mismo sexo. “Desde que
implementamos la licencia por paternidad, siete personas en
Argentina se la tomaron, lo que representa el 100% de los que
fueron padres durante ese periodo. Los hombres que usaron la
licencia ocupan roles muy variados: directores, gerentes,
coordinadores y analistas”, cuenta Mariana Talarico, Directora de
Recursos Humanos de Natura para Latinoamerica.

Además Talarico explica que para promover el uso de este tipo de


beneficios es importante contar con un contexto que acompañe.
Dice: “No se trata de aprobar una política y nada más. La
organización tiene que acompañar los cambios y los equipos
tienen que estar preparados”.

La marca de indumentaria Patagonia incorporó recientemente en


Argentina los beneficios que ofrece su casa matriz en California,
Estados Unidos. La compañía brinda a sus empleados una licencia
parental remunerada de 84 días, que incluye los casos de
adopción. Además, extiende a 112 días la licencia de maternidad
por embarazo y se incorpora una licencia médica familiar de 84
días para el cuidado de un familiar con una afección grave de
salud. En Estados Unidos, donde solo 13% de los trabajadores y
trabajadoras cuentan con este tipo de licencias, la compañía se
embarcó en una campaña con el objetivo de impulsar una ley para
que todas las empresas ofrezcan estos beneficios y brinden un
mayor cuidado a las familias de sus trabajadores.

Rose Marcario, CEO de Patagonia, explica que promover un


ambiente de trabajo favorable para la familia de sus empleados, no
solo beneficia a los trabajadores sino que también redunda en
beneficios para la empresa. Dice: “Hay buenas noticias para los
líderes empresariales escépticos: apoyar a nuestras familias
trabajadoras no es solo lo ético que hay que hacer sino que
también se equilibrará financieramente. En el caso de Patagonia,
100% de las mujeres que han tenido hijos en los últimos cinco
años han regresado al trabajo. Además, alrededor del 50% de los
gerentes son mujeres. Asimismo, los trabajadores crean un vínculo
de mayor compromiso con la empresa y en consecuencia,
aumenta la tasa de retención de talentos”.

Modelos en otros países

Los países modelo en materia de licencias son los nórdicos. “A


ellos les llevó más de 30 años consolidar las modificaciones. Estos
países hicieron cambios graduales que fueron llevando a que hoy
tengan un esquema de un año compartido, donde hay cupos para
que los varones se tomen los días. De todas formas, Argentina
está retrasada en relación a los países de la región. Uruguay tiene
una política de sistema de cuidado, que fue posible gracias a la
introducción de cambios graduales”, explica Carolina Aulicino,
Oficial de Política Social de Unicef. Martelotte cuenta que en Chile
tienen un posnatal de seis meses en el que varones y mujeres
pueden compartir el cuidado de niñas y niños.

“Por el contrario, Estados Unidos no cuenta con ningún tipo de


licencia y tiene muchas disparidades por clase social. Las grandes
gerentes de multinacionales acceden a licencias, pero la mayor
parte de las trabajadoras no cuentan con este tipo de derechos”,
señala Martelotte.
En la Argentina sólo uno de cada dos trabajadores que son
padres o madres puede acceder a una licencia por maternidad
o paternidad. Y, los que acceden, lo hacen de forma diferenciada,
dependiendo de su categoría ocupacional en el mercado laboral.
Por su parte, todos los trabajadores informales, monotributistas y
autónomos, que representan a la mitad de los trabajadores, no
pueden acceder a ningún tipo de licencias.

En el país existen tres tipos de licencia. Las de maternidad son


las que se otorgan a la madre en el período inmediatamente
anterior y posterior al parto; las de paternidad son las que se dan
a los padres después de acreditar el nacimiento de un hijo; y las
familiares sirven para que cualquiera de los dos padres pueda
tomarse determinada cantidad de días para atender cuestiones de
cuidado específicas.

Ante el poco acceso a las licencias, un informe del Centro de


Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el
Crecimiento (Cippec) propone un esquema universal con
mayor ampliación de las licencias y que promueva la
coparentalidad, donde todos los padres y las madres compartan
responsabilidades de cuidado.
Fuente: Cippec.

Esta reconfiguración del actual esquema de licencias puede


lograr tres objetivos claves para la Argentina:

-En primer lugar, contribuir a una mejor conciliación de la vida


productiva con la reproductiva de las familias. Las licencias
permiten a los trabajadores liberar “tiempo” del empleo
remunerado para destinarlo a la crianza. Esto es fundamental
para revertir la situación en la que nos encontramos hoy: el
ingreso masivo de las mujeres en el mercado laboral no fue
acompañado con una división más equitativa de las tareas dentro
de los hogares (lo que se conoce como la “revolución
estancada”). Tampoco se propiciaron políticas que garanticen el
cuidado de los segmentos poblacionales dependientes: niños,
adultos mayores y personas con discapacidad. Esta situación
actualmente recae en los hombros de las mujeres,
quienes dedican casi el doble de tiempoque los varones a las
tareas no remuneradas de cuidado.

-En segundo lugar, las licencias contribuyen al desarrollo


infantil. Está demostrado desde las neurociencias que este tipo
de políticas tiene un impacto importante sobre el bienestar de
los recién nacidos durante sus primeros meses de vida, al
contar con referentes de apego estables. Además,
la evidencia sugiere que este desarrollo es todavía mayor si el
bebé está acompañado por el padre y la madre (o las diversas
configuraciones de familias que puedan existir), ya que al haber
dos adultos se reparten mejor las tareas y se disminuyen los
niveles de stress. Esto genera, por ejemplo, que la lactancia
materna sea más exitosa y duradera.

Finalmente, promover un esquema de correspondencia familiar y


estatal permitirá debilitar la concepción errónea de que “las
mujeres cuestan más” a la hora de contratar a un empleado. Al
extender las licencias por paternidad se equipararía este
sesgo y se revertiría la discriminación por género en el
mercado de trabajo. Esto contribuiría a una mayor y mejor
inserción laboral de las mujeres, situación en la que Argentina
muestra un grave déficit a pesar de los avances realizados.

Para más información sobre el tema, ver: “Cuánto tiempo de


licencia paga por maternidad cada país”

El Juzgado Contencioso Administrativo N° 1 de La Plata falló a favor de Malena


Díaz Reck, quien trabaja en ARBA hace casi 20 años y en los próximos días será
madre de una niña con su pareja, Natalia.

Los últimos 3 años Malena y Natalia estuvieron intentando quedar embarazadas,


intercaladas una vez cada una. Hace nueve meses lo logró Natalia. Ella, que es
psicóloga, se pidió licencia por maternidad en la universidad, pero cuando Malena
fue a pedirla a ARBA, se la negaron y le quisieron otorgar una licencia por
paternidad.

En ese momento, ella inició una medida autosatisfactiva en la Justicia para lograr su
pedido. "Cuando me dicen que me tome licencia por paternidad yo estoy sufriendo
discriminación porque me están tratando de varón. Hay un vacío legal", había
advertido Malena.
Ayer, un fallo judicial le dio la razón: el Estado deberá darle la licencia por
maternidad de 90 días. Desde ARBA informaron a LA NACION que acatarán el
fallo. Gastón Fossati, titular de la Agencia se comunicó ayer con el fiscal de Estado
Hernán Gómez para confirmar la situación.

La demanda había sido interpuesta semanas atrás por la trabajadora de ARBA


junto a sus abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos
(CeProDH) cuando supieron que la recomendación de fiscalía de Estado era que le
otorgaran una licencia por "paternidad".

Precedente
"Esta sentencia sienta un importante precedente ya que cuestiona el régimen de
familia patriarcal que establece la ley 10.430, abriendo el camino para que se
avance en una nueva legislación que no solo contemple las nuevas y diversas
formas de familia sino también a ampliar el derecho a licencia de los padres", dijo
Malena tras conocer el fallo. Y agregó: "Como militante de Pan y Rosas-PTS
siempre estuve segura de que la única forma de conseguir este derecho era
luchando".

Gala Díaz Langou, directora del programa de protección social de del Centro de
Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC)
resaltó que es clave que un nuevo sistema de licencias refleje una mayor
coparentalidad. "Es importante tomar esto como un llamado de atención para
repensar el esquema de licencias y reformarlo en un sentido en que tenga mayor
adaptabilidad a los distintos casos".

"Esto es una muestra más de que el régimen actual de licencias no se adapta a las
necesidades de las diversas formas de familia. Esto es un formato de familia, en el
caso de dos mujeres, que no tiene sus necesidades satisfechas por el diseño actual",
explicó la especialista Díaz Langou a LA NACION.

Los otros dos casos ocurrieron uno en Río Negro y el otro en CABA. Lorena Jerez, en
Río Negro, logró que le dieran licencia por maternidad a través de la intervención
del Ministerio de Educación provincial, ya que ella ejerce como docente. G. M. N,
como la identificaron en el Poder Judicial para mantener su privacidad, demandó
al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires por no concederle la licencia por
maternidad. Ella es docente en una escuela en CABA y solicitó la baja antes de que
naciera su hija. Su caso lo resolvió una jueza otorgándole la licencia.
La regulación del trabajo de las mujeres presenta algunas particularidades
derivadas de la necesidad de acentuar la protección normativa para superar
algunas circunstancias que, por razones de distinta índole y origen, algunas de
ellas culturales, las hacen más proclives a padecer discriminación.

Además, en el curso normal de las cosas la relación laboral de la trabajadora


puede concurrir con el delicado proceso de la gestación y las vicisitudes de la
primera etapa de la maternidad.

La ley establece la prohibición del trabajo femenino durante un lapso anterior y


posterior al parto. El plazo es de 45 días antes y después del mismo. La
trabajadora puede optar por que se reduzca la licencia anterior al parto, que en tal
caso no podrá ser inferior a 30 días.
El plazo no gozado antes del parto, se acumula a la licencia posterior, por lo que la
distribución de la licencia será de 30 días antes y 60 después del parto. La
trabajadora deberá comunicar fehacientemente el embarazo al empleador, con
presentación de un certificado médico en el que conste la fecha presunta del
parto, o requerir su constatación por el médico que designe el empleador.

La ley prevé el supuesto del adelantamiento del parto respecto de la fecha prevista
en el certificado médico, en cuyo caso se acumula al descanso posterior todo el
lapso de licencia que no se hubiera gozado antes del parto, de modo de completar
los 90 días (LCT, artículo 177).

En cambio, no ha sido prevista la postergación del parto, que se produce después


de la fecha prevista, pero se interpreta que la licencia debe seguir hasta el parto,
sin que reduzca el período de descanso posterior.

Una alternativa que puede ocurrir en el transcurso del embarazo, es la necesidad


de que la mujer haga reposo para preservar la continuidad del mismo. Esta
situación se rige por las normas aplicables a la interrupción del trabajo por razones
de enfermedad.

Al efecto del cómputo del plazo de licencia paga por enfermedad se debe tener en
cuenta que el hijo por nacer debe ser considerado como carga de familia.
Igualmente, es necesario recordar que la situación de reposo que deba hacer la
mujer no desplaza el comienzo de la licencia por maternidad, que iniciará según el
plazo legal establecido o el menor por el que ella hubiera optado.

Durante la licencia por maternidad, el empleador no paga la remuneración y el


ingreso de la trabajadora es sustituido por una asignación familiar por maternidad,
cuyo monto es igual a la remuneración bruta que habría devengado la trabajadora.
En la generalidad de los casos, no es pagada por el empleador, sino por el
Sistema de Seguridad Social, cuyo organismo especializado, la Administración
Nacional de la Seguridad Social se encarga de su liquidación y pago.

La protección normativa está dirigida a la mujer, para posibilitarle su descanso


anterior y posterior durante los plazos indicados. La ley prevé que si la ausencia
se prolongara por un lapso mayor al de la licencia posterior al parto, a
consecuencia de enfermedad, originada en el embarazo o parto y la incapacite
para reanudarlo vencido aquel plazo, se aplican las normas sobre protección de la
trabajadora enferma.

Un caso especial ha sido contemplado por una norma específica. La Ley 24716
establece el derecho de la trabajadora a una licencia especial de seis meses por
nacimiento de hijo con Síndrome de Down. Esta licencia regirá desde la fecha de
vencimiento del período de prohibición de trabajo por maternidad.

Durante esta licencia especial, la trabajadora no percibirá la remuneración del


empleador, pero recibirá una asignación familiar de monto igual a la remuneración
que habría percibido, en las mismas condiciones correspondientes a la asignación
por maternidad.

A estos fines, la trabajadora deberá comunicar al empleador, con una anticipación


no menor a quince días respecto del vencimiento de la licencia por maternidad, el
diagnóstico del recién nacido, con un certificado médico expedido por autoridad
sanitaria oficial.

Otra norma determina el derecho de la trabajadora que se reintegra a trabajar, a


disponer de dos descansos de media hora para amamantar a su hijo en el
transcurso de la jornada de trabajo. Es común que por razones prácticas las
pausas por lactancia se unifiquen en un descanso de una hora que se tomará al
comienzo o al final de la jornada de la trabajadora.

La vigencia de estos descansos es de un año desde la fecha de nacimiento, salvo


que por razones médicas fuera necesario que la madre amamante a su hijo
durante un lapso más prolongado (LCT, artículo 179)

Sin embargo, no ha sido considerada la hipótesis del parto múltiple, sea para el
otorgamiento de un lapso de licencia por maternidad mayor, ni tampoco para la
extensión de los descansos por lactancia, que deberán ser acordados por el lapso
legal previsto en cualquier situación, trátese un solo hijo o de varios.

La situación puede haber sido contemplada en algunos convenios colectivos de


trabajo, pero en general los convenios no contemplan estos casos y remiten a la
ley en lo que concierne a la licencia por maternidad.
Por ejemplo, el CCT 581/10 celebrado entre Unión Trabajadores de Entidades
Deportivas y Civiles y la Federación Argentina de Clubes de Campo, aplicable a
trabajadores ocupados en la actividad de clubes de campo, barrios cerrados y
urbanizaciones especiales afines, establece que en caso de producirse un parto
múltiple, a la licencia por maternidad se le adicionará un lapso de 30 días con
goce de haberes , y al descanso por lactancia se adicionará una hora de lactancia
(artículo 14, inciso d).

Otros convenios celebrados por UTEDyC también incorporan la misma norma


(CCT 700/14 aplicable a trabajadores que se desempeñen en instituciones
deportivas y civiles, CCT 703/14 con la Cámara de Natatorios y Actividades
Deportivas; CCT 738/16 con la Cámara Argentina de Gimnasios).

La legislatura porteña aprobó ayer por unanimidad un nuevo esquema de licencias


por nacimiento y adopción para los empleados estatales de la ciudad. El
progenitor no gestante tendrá 15 días de licencia y la posibilidad de prorrogarlo por
30 días más.

Las personas gestantes por su parte tendrán derecho a una licencia preparto de
45 días corridos y una post parto de 75 días, ambas con goce de haberes.

Por otro lado, la persona gestante si también es empleada pública porteña, podrá
transferir los últimos 30 días corridos de su licencia al otro progenitor, lo que
elevaría el máximo de licencia por paternidad a 75 días. Si el embarazo fuera
múltiple, se prevé la ampliación de la licencia por 15 días corridos por cada hijo
nacido.

Además, se aprobaron cambios en temas que son esenciales, como las licencias
por adopción para ambos progenitores, las horas disponibles para la lactancia (en
el caso de las mujeres policías) y el tiempo para asistir a los actos escolares.

La Cámara del Trabajo de los tribunales de Bariloche dio la razón a una madre

adoptiva que reclamaba iguales derechos que las madres biológicas. En

el fallo ordenan a la empresa para la que trabaja que le conceda 90 días de licencia

por maternidad, y a la ANSES que le otorgue la protección social vigente. La

medida benefició a María Cecilia Villarroel, vecina de Bariloche a la que la Hotelera

Lago Sur S.R.L había negado una licencia por maternidad. La empresa negó el

beneficio por cuanto "no existe norma vigente que contemple la licencia en caso de

adopción". Pese a que el recurso de amparo de la mujer sólo se limitó a la licencia,


los camaristas Juan Lagomarsino, Carlos Salaberry y Ariel Asuad extendieron el

beneficio a los derechos del sistema de seguridad social. La sentencia consideró que

no conceder estos derechos a la madre adoptiva "significaría convalidar un acto de

discriminación, contrario al principio de igualdad y a los valores de equidad y

justicia". "La equiparación de la maternidad biológica y maternidad adoptiva no

admite punto de discusión alguno desde la lógica de la razón y el sentido común",

afirmó la sentencia. Además aclaró que le corresponde a la justicia "cubrir el vacío

legal" que impide que se aplique "en ambos casos el mismo régimen laboral". Los
jueces citan las constituciones Nacional y de Río Negro, el Código Civil, y

numerosas convenciones internacionales a las que adhiere Argentina. En una de

ellas, la OIT alentó en 2002 un proyecto que propone "una ley de licencias

indistintas para la maternidad/paternidad, adopción y enfermedad de los hijos y

las hijas", equiparando ambos vínculos. (Fuente: Télam)

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