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22 de febrero de 2005 - 22 de febrero de 2024

«El cristianismo
como
acontecimiento
hoy» I

En el XIX aniversario de su muerte, el texto íntegro de la


conferencia de Luigi Giussani organizada por
la Asociación Charles Péguy y el Centro Cultural San Carlo
(Milán, 28 de octubre de 1992)

a cargo de Davide Prosperi


Moderador. Don Giussani nos habla- quiere vivir a una serie de valores so irreductible hacia una plenitud,
rá esta noche del tema «El cristianis- morales que él pueda obrar con su digamos hacia una perfección o
mo como acontecimiento hoy», que propia fuerza de voluntad. El cris- satisfacción, que en su valor etimo-
condensa la genialidad por la que la tianismo es un hecho, un aconteci- lógico son idénticas: «perfección»
experiencia que él generó y vivió, en miento, un hecho objetivo. Aunque tiene un significado más ontológico
la Iglesia y para la Iglesia de hoy, ha el mundo entero dejara de creer, no y «satisfacción» es más eudemono-
llegado hasta todos nosotros. Luego se podría borrar de la historia. No lógico, más propio del sentimiento.
habrá espacio para alguna pregunta. hay dialéctica que valga: «Contra fac- Creo que Dios se movió hacia noso-
tum non valet illatio», frente a un he- tros justamente para responder a
Luigi Giussani. Objetivamente, me cho es inútil discutir, no se le puede esa percepción que, en mi opinión,
parece necesario abordar este tema oponer un razonamiento, la fuerza vuelvo a repetir, es la única percep-
(«El cristianismo como aconteci- de un razonamiento. ción realista que el hombre puede
miento hoy») porque hoy la pala- El cristianismo es un acontecimien- tener de sí mismo cuando se con-
bra cristianismo es más fácilmente to, no es ante todo una predicación sidera con atención y con ternura
identificada con una serie de valo- moral. Siendo un acontecimiento maternal. Si Dios se movió, lo hizo
res morales o con una predicación que implica a Dios, una iniciativa para responder al hombre, al hom-
de valores morales, con una preo- del Misterio en la vida del hombre, bre que siente vergüenza, vergüen-
cupación por los valores morales. en la historia del hombre, creo que za y hastío de sí mismo, que se topa
Con esto no estoy diciendo que el la premisa más importante para con sus límites, con los que además
cristianismo no se interesa por los captarlo sea el tipo de atención o la es connivente, y por otro lado no lo-
valores morales, digo simplemente ternura con que el hombre procura gra taparle la boca al grito que lleva
que el cristianismo no coincide en mirarse a sí mismo. Si un hombre en su corazón, a la espera que anida
II
absoluto con la predicación de unos no presta atención o no tiene nin- en su alma.
valores morales. Si hemos asisti- guna ternura hacia sí mismo –una
do a la misa el domingo pasado, la ternura como la que una madre tie- De todas formas, Dios se ha mo-
preciosa parábola del fariseo y el ne hacia su hijo pequeño–, está en vido para responder a la situación
publicano (cf. Lc 18,9-14) nos habrá una postura –digo– necesariamente del hombre. Por eso dio ese paso,
vuelto a sorprender una vez más. hostil al acontecimiento cristiano. convirtiéndose en el salvador del
Siempre nos sorprende al final, Una frase de Rainer Maria Rilke hombre: él es quien salva al hom-
cuando dice que el publicano salió suele servirme como punto de parti- bre, el redentor del hombre. Pero
del templo perdonado, «justifica- da para meditar sobre mí mismo: «Y no quiero insistir solo en estos de-
do», reconciliado, en paz, mientras todo conspira para callar de noso- talles, aunque considere necesaria
que el fariseo, que había presumido tros, un poco como se calla, tal vez, esta premisa: Dios se ha movido por
de todas las cosas buenas que había una vergüenza, un poco como se mí. Lo dice textualmente san Pablo:
hecho –y no mentía, Cristo no dijo: calla una esperanza inefable» («Ele- «…él que me amó y se entregó por
«El fariseo mintió», en absoluto–, gía II», vv. 42-44, en Elegías de Duino, mí» (cf. Gál 2,20). Y cada uno de los
salió condenado. No es inmediata- Barcelona, Lumen 1984). Nunca he que estamos aquí –perdonadme que
mente necesario dilucidar el porqué encontrado una síntesis mejor de os diga– debe repetir, puede y debe
último de esta oposición, aunque lo que el hombre siente existencial- repetir esta frase de san Pablo: «Por
puede que lo hagamos al final, como mente cuando atiende a sí mismo, mí», es decir, para liberarme. Para
consecuencia de otros pensamien- cuando presta un mínimo de aten- liberarme, sí, para liberarme del
tos. Lo que quiero decir es que lo ción a sí mismo. Cuando se mira a sí hastío de mí mismo y del peso de
importante, para alguien que deba mismo, el hombre siente vergüenza, este límite con el que me tropiezo,
hablar de cristianismo, pensar en el hastío, vergüenza hasta el hastío, y que advierto en todo lo que lo hago.
cristianismo o vivir el cristianismo, sin embargo no puede negar un im- Desde este punto de vista, el cris-
es realmente esto: que no puede re- pulso, un ímpetu irreductible que tianismo tiene un punto de partida
conducir lo que le interesa o lo que constituye su corazón, un impul- pesimista acerca del hombre. No en
vano habla del pecado original como del hombre del mismo modo que en-
el primer misterio, sin el cual no tra en la historia del hombre y en la
se explicaría nada. Es un misterio, vida de su familia y en la historia de
pero sin ese misterio no se explica la humanidad un niño que nace de
nada de la contradicción que afecta una mujer. San Juan, en su primera
inexorablemente a la vida humana. carta, dice a los primeros cristianos:
Si es pesimista, inicialmente pe- «Lo que hemos oído, lo que hemos
simista acerca del hombre, acaba visto con nuestros propios ojos, lo
sin embargo en un optimismo, un
hondo optimismo, serio y compro-
que contemplamos y palparon nues-
tras manos acerca del Verbo de la
«Cuando se mira
metido. Un optimismo por el que
uno puede decir: «Si Dios está con-
vida», es decir, de la verdad, «os lo
anunciamos» (cf. 1Jn 1,1˗3), pues la
a sí mismo,
migo, ¿quién estará contra mí?» (cf.
Rom 8,31), como afirma san Pablo.
verdad se ha hecho visible, audible,
tangible, igual que se escucha a al-
el hombre siente
La iniciativa de Dios consistió en guien que habla, igual que se ve a vergüenza,
que el Misterio se configuró como alguien que se presenta, igual que se
un hombre real, asumió la realidad tocan las manos de un amigo. hastío, vergüenza
de un hombre de verdad, es decir,
un hombre concebido en el útero Llegados a este punto podría de- hasta el hastío,
de una mujer, que de un grumo casi
invisible fue desarrollándose como
tenerme porque lo único que hay
que hacer una vez aquí es mirar y sin embargo no
un bebé, luego un crío, un chaval,
un adolescente, un joven; hasta lle-
este acontecimiento a la cara, mirar
lo que ha sucedido. Entonces uno
puede negar un III
gar a ser adulto, hasta convertirse
en el centro de atención de la vida
siente realmente toda su respon-
sabilidad llamada a reconocerlo o
impulso, un ímpetu
social del pueblo judío, que atrajo a negarlo, porque se puede recono- irreductible
las multitudes, las mismas que lue- cer o se puede negar. Mucha gente
go se volvieron en su contra, instiga- que lo vio lo reconoció enseguida, que constituye
das por los que detentaban el poder,
hasta crucificarlo y matarlo; hasta
pero luego no lo reconoció, y gritó:
«¡Crucifícalo!» (Mc 15,13-14). Lo po- su corazón,
que resucitó venciendo a la muerte.
La iniciativa de Dios, por tanto, es
demos comprender, pues sabemos
por experiencia qué es el hombre, un impulso
un hecho, un hecho íntegramente
humano. A los jóvenes, para explicar
cómo puede comportarse. Lo demás
son perspectivas sugerentes que, en
irreductible hacia
lo que significa todo esto, les digo:
«Pensad en un matrimonio que du-
una educación en la fe, deben ser co-
municadas a los jóvenes, y que cada
una plenitud...»
rante dos años no tiene hijos, imagi- cual puede retomar personalmente.
nemos qué forma toma su vida, con Digo que podría detenerme aquí
qué facilidad se ordena. Al cabo de porque me gustaría saber qué más
dos años, tienen un niño. El hijo per- se puede decir que esto: ¡que Dios se
turba toda su vida y ya no pueden vi- hizo hombre! Por eso el cristianismo
vir como antes». Así pues, el hecho consiste en tocar, ver, escuchar, ad-
cristiano es como un niño que nace herirse, seguir a este hombre. Igual
en una familia –de hecho, también que le pasó a san Pedro.
nació como un niño–. El aconteci- Aquella vez, en la sinagoga de Cafar-
miento cristiano es Dios que entra naún, Jesús había hablado detenida-
en la vida del hombre y en la historia mente y se había conmovido porque
toda esa gente, que el día anterior tro, nosotros tampoco comprende-
había estado con él en la otra orilla mos lo que dices, pero si nos aleja-
Vincent Van Gogh, Troncos de árboles en
del lago de Genesaret, había dado mos de ti, ¿adónde iremos? Solo tú la hierba, 1890, Kröller-Müller Museum,
la vuelta al lago para volver a verle. tienes palabras que dan sentido a la Otterlo, Países Bajos.
Él se había escabullido porque en vida» (cf. Jn 6,59-69).
un momento dado querían hacer- Digo que este grupito de gente que
le rey: ¡había multiplicado el pan! lo siguió es el que constituye el ini-
Pues bien, entraron en la sinagoga cio de la historia cristiana. Porque lo
de Cafarnaún y él se conmovió al ver siguieron, reconocieron que había histórico, lo siguieron, cada uno
el empeño con que la gente le bus- algo excepcional en él y no podían como podía, cada cual como puede.
caba, habían ido a buscarle, y dijo: explicarse cómo ni por qué. De he- La verdad es que habría que añadir
«Vosotros me buscáis porque os he cho, cuando Cristo les pregunta en algo antes de concluir con dos coro-
dado a comer pan, pero yo os daré otra ocasión: «“¿Quién dice la gen- larios que me urge señalar.
a comer mi carne» (cf. Jn 6,26-58). te que soy yo?”. “Algunos dicen que La iniciativa de Dios es que el Mis-
Precisamente porque Jesús era un eres hijo de Belcebú, otros dicen que terio se hace niño en el seno de una
hombre, las imágenes se le ocurrían eres un gran profeta”. “Y vosotros, mujer, un grumo de carne en el
por su experiencia de hombre, y la ¿quién decís que soy yo?”. “Tú eres el seno de una mujer, parte del cuer-
imagen más inconcebible que se le Mesías, el hijo del Dios vivo”», le res- po de una mujer, nace como cual-
ocurrió, la de quedarse con nosotros ponde Pedro. A lo que Cristo añade: quier otro niño. Yo vuelvo a menudo
bajo el signo del pan y el vino, esto «Bienaventurado tú, Simón, porque al comienzo del evangelio, pienso
que era lo más inconcebible que se me has dado una respuesta que no siempre en la anunciación del ángel
pudiera imaginar, se le ocurrió en- puedes entender y lo has hecho por- a María, y me impresiona siempre
tonces por la emoción que le susci- que el Padre te la ha revelado» (cf. porque después del relato, al final,
taba la fidelidad al menos exterior Mt 16,13-17). Pedro no había hecho María dice: «Fiat, sí, hágase en mí
de aquella gente: aquella gente lo más que repetir las palabras que Je- según tu palabra». Y después de ese
IV
buscaba. Pero su respuesta no se co- sús había dicho de sí mismo otras punto hay una frase que dice: «Y el
rrespondía con lo que la gente espe- veces. Lo seguían bebiendo, secun- ángel se retiró» (Lc 1,38). Realmen-
raba de él. Entonces, bajo el influjo dando lo que comprendían, hacien- te me deja pasmado y casi todos los
de los intelectuales, toda la gente se do lo que él decía, en la medida de días pienso en la situación en que se
fue marchando poco a poco, hasta sus posibilidades. Tal como eran, lo encontraba aquella chica de quince
que solo quedaron, en el silencio de reconocían y lo seguían. Lo seguían. o dieciséis años: totalmente sola,
la penumbra nocturna, los aficiona- Pues bien, el cristianismo es la his- con ese hecho misterioso que lleva-
dos. Jesús fue el primero en romper toria de los hombres que de algún ba dentro –que no podía ni siquiera
el silencio: «¿También vosotros que- modo, al entrar en contacto con constatar porque acababa de empe-
réis marcharos?». Y Pedro, con su este acontecimiento, con el aconte- zar–, que aún tenía que contárselo a
espontaneidad de siempre: «Maes- cimiento de Cristo, con este hecho sus padres, y decírselo a su prometi-
do. «Dichosa tú que has creído, por-
que lo que ha dicho el Señor se cum-
«Los padres quieren la felicidad de sus plirá» (cf. Lc 1,45), le dirá su prima
Isabel, a la que María fue a visitar
hijos, pero es como si hubiesen olvidado enseguida, solícita, al enterarse por
el ángel de que estaba embarazada
enseñarles el método para intentar llegar de seis meses (cf. Lc 1,36-45).
Así pues, el misterio de Dios se
a ella. Y también nosotros podemos movió hacia el hombre haciéndose

comunicar la evidencia que tiene para niño: este es el hecho. El cristianis-


mo es este acontecimiento, “es” este
nosotros el hecho cristiano sin respetar acontecimiento.
Pero… ¿y ahora? No digo ahora, sino
el método que implica esta verdad» diez años después de la muerte de
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V

Cristo, un año después de su muer- el fin del mundo. Yo soy cristiano en él, que históricamente tiene un
te, cien años después, quinientos por eso, podría haber cometido mil nombre, «Iglesia», que no significa
años después, mil años después, dos errores ayer y diez mil delitos, si lo otra cosa que asamblea, reunión. La
mil años después, ahora, porque la afirmo, soy cristiano; necesitaré objetividad de Su presencia está sal-
pregunta que me hago es: ¿dónde más que los demás la misericordia vada y garantizada justamente por
está Cristo ahora? También se lo de Cristo, pero soy cristiano; y uno esa unidad de los creyentes, al modo
preguntaron los primeros cristia- que no ha cometido ningún delito, de una tienda, la tienda del encuen-
nos, que vivieron aún en tiempos de que ha pagado el diezmo, que ha ce- tro que albergaba el misterio de
los apóstoles, cuando Jesús se mar- lebrado todas las fiestas de la litur- Dios, la tienda erigida en medio del
chó. Una persona con la que entra- gia hebrea, como el fariseo, ¡puede campamento hebreo: la unidad de la
ran en contacto al día siguiente de no serlo! gente que cree en él, que lo recono-
su ascensión al cielo se hacía la mis- En todo caso, Cristo sigue presen- ce, a la que él ha aferrado e incorpo-
ma pregunta que me hago yo ahora. te en el mundo y en la historia, y lo rado a su personalidad es como una
Sin embargo, él dijo: «Yo estaré con estará hasta el final de los tiempos a tienda; esta unidad es como una
vosotros “todos” los días» −fijémo- través de la unidad de aquellos a los tienda en la que él habita realmente.
nos en estos incisos del evangelio, que él aferra e incorpora a Su per- Y la Eucaristía no es otra cosa que la
que son siempre trascendenta- sona; de hecho, creó un gesto con el expresión sumamente concreta de
les−, «estaré con vosotros todos los que aferra al hombre y lo incorpora su presencia carnal.
días hasta el fin del mundo» (cf. Mt a Su personalidad, se llama Bautis-
28,20). Yo soy cristiano porque él, mo, es el sacramento del Bautismo. San Pablo, que es el que mejor des-
Dios, está presente entre nosotros y Su presencia es visible, tangible, au- cribió esa identidad entre la presen-
estará presente todos los días hasta dible, en la unidad de los que creen cia viva de Cristo, del Dios hecho
©Vincent Van Gogh, Public domain, via Wikimedia Commons

hombre, y la unidad de los que creen El método que Cristo utilizó para dar indudablemente, perdonadme si me
en Él, lo comprendió cuando, al caer continuidad a su presencia entre no- atrevo a decir que para todos noso-
del caballo, oyó una voz que le decía: sotros, el método que sigue usando, tros, porque la forma en la que he-
«Saulo, Saulo, ¿por qué “me” persi- ya estaba en acto cuando él vivía. A mos sido educados –se lo dije tam-
VI
gues?» (cf. Hch 9,3-4). Nunca había través de la presencia de aquellos bién el otro día a un periodista en
visto a Jesús de Nazaret, nunca lo que creen en él, Cristo está presente, Lourdes (cf. «Don Giussani: el poder
había conocido y perseguía a los en el sentido literal del término. egoísta odia al pueblo», entrevista a
cristianos: era un perseguidor de Por ello, el cristianismo como acon- cargo de Gianluigi da Rold, Corriere
los cristianos. «Saulo, Saulo, ¿por tecimiento es Dios hecho hombre y della Sera, 18 de octubre de 1992, p. 3;
qué “me” persigues?». Aquí debe re- presente en la historia dentro –por en El yo, el poder, las obras, Encuentro,
sidir la intuición que le aclaró a san expresarlo claramente– de la unidad Madrid 2008, pp. 198-203)− se olvida
Pablo la identidad de la que habla- de los que creen en él. Esa unidad no un poco de esto, o le resta importan-
mos. Pero esa identidad ya era visible tiene solo un valor afectivo, no se re- cia. Pero yo pudo conocer a Cristo a
propiamente en tiempos de Cristo. suelve con el término «compañía», no través de algo presente. Porque esa
Como no podía llegar a todas partes, coincide con un grupo de personas es la genialidad de Dios, que para
a los pueblos que lo requerían envia- que opinan igual. «Cuantos habéis darse a conocer al hombre y para
ba a los suyos de dos en dos; y ellos sido bautizados», dice san Pablo, «os salvar al hombre se ha convertido
volvían entusiasmados, diciendo: habéis revestido de Cristo. Ya no hay en una presencia.
«Maestro, lo que tú haces también lo judío y griego, esclavo y libre», las
hemos hecho nosotros; los milagros grandes divisiones sociales y cultu- La unidad de los creyentes es el ros-
que tú haces también los hemos he- rales de entonces, «hombre y mujer, tro contingente, incluso banal, de esa
cho nosotros. La gente también nos porque todos vosotros sois uno en presencia divina. E igual que enton-
escucha a nosotros» (cf. Mc 6,7-13). Cristo Jesús» (cf. Gál 3,27-28), y usa ces quien lo siguió se hizo cristiano y
El mismo fenómeno que sucedía allí el término eis, que en griego signi- cambió, ahora es cristiano y cambia,
donde él estaba, sucedía en los pue- fica «uno» en sentido personal, de cambia humanamente, quien sigue
blos adonde iban sus discípulos. En persona, pero en masculino; «sois esta unidad, a la que Cristo ha dado
esos pueblos adonde iban de dos en uno, eis: sois “yo”», como le dijo a san un signo de objetividad absoluta,
dos, ¿cómo estaba presente Cristo? A Pablo: «¿Por qué “me” persigues?». que es el obispo de Roma, la cabeza
través de esos dos que había enviado. Para mí este es el aspecto más difícil, de la comunidad de Roma, porque
«¿Y ahora? No digo ahora, sino diez años
Vincent Van Gogh, Raíces de árbol, 1890,
Van Gogh Museum, Ámsterdam.
después de la muerte de Cristo, un año
después de su muerte, cien años después,
todo, todo converge en él –hasta un
quinientos años después, mil años
concilio ecuménico, si no tiene la
firma del obispo de Roma, no vale,
después, dos mil años después, ahora,
no valdría–. Es justo lo contrario de porque la pregunta que me hago es:
lo que nos imaginamos o nos gusta
imaginar: no es una opinión nues- ¿dónde está Cristo ahora?»
tra lo que nos lleva a Dios, no es
nuestra forma de pensar, no es una
batalla dialéctica con otros, no es el modo, es siguiendo a esa presen- diciendo: “Dios mío, te pido humil-
resultado de un estudio teológico: cia, es decir, siendo partícipe de demente, ayúdame a superarme,
es seguir a una presencia. El primer las provocaciones de esa presencia, ayúdame a corregirme”, y todos los
corolario al que me quería referir es como uno cambia, como uno cam- días se equivocara, y durante cin-
este: seguir a una presencia. bia, como uno entiende y cambia. cuenta años estuviera levantándose
Pero “seguir a una presencia” explica Con una cláusula bellísima que el todas las mañanas con esta petición
también el camino moral, no solo la Señor ha subrayado con su fórmula sincera, con este grito sincero, y to-
pertenencia, desde el punto de vis- de perfección, al decir: «Sed perfec- dos los días se equivocara…: es un
ta de la adhesión, sino también el tos, como vuestro Padre celestial es santo –¡un santo!–, un santo cuyas
camino moral que hace un hombre. perfecto» (cf. Mt 5,48). ¿Y quién pue- jornadas estarían llenas de errores».
Hay una comparación bellísima en la de ser perfecto como Dios? Cristo El concepto de moral que nace del
VII
naturaleza: ¿cómo hace un niño para señalaba así que la verdadera mo- cristianismo como acontecimiento
adquirir su propia personalidad? ralidad es totalmente una tensión es justo este: la moralidad es una
Cuanto más rica humanamente es vivida, es un camino en definitiva: tensión que acontece como un se-
su familia, más intensa, atenta y res- la vida como camino, homo viator. La guimiento, y uno sigue como puede,
petuosa, en definitiva, cuanto más gente del Medievo lo comprendió como es capaz, según la gracia que
humana es la familia en su forma de muy bien: la vida es un camino, por se le concede.
tratar al niño y cuanto más fiel es a su eso el valor de una persona consiste Partiendo de una imagen como
tarea, más desarrolla el niño su pro- en ser fiel a esa tensión, una tensión esta, el Misterio adopta una figu-
pia personalidad, llega a ser más él por aprender y seguir. Si cae mil ve- ra, adopta un rostro: «No es Dios
mismo, adquiere una personalidad ces en la jornada, mil veces reanuda de muertos, sino de vivos» (cf. Lc
siguiendo a sus padres, siguiendo el el camino. El segundo corolario que 20,38), dice Cristo, es decir, no es
hecho, el acontecimiento de su fami- quiero señalar es pues este concep- el Dios de nuestros pensamientos,
lia. Siguiendo el acontecimiento de to de una moral como tensión. San sino el Dios verdadero, real, que está
su familia, absorbiendo sus provoca- Ambrosio decía en una carta que no antes que todo lo demás, inconmen-
ciones, casi por ósmosis, casi por una es santo el que no se equivoca, sino surable ante cualquier pensamiento
presión osmótica, llega a los quince quien trata continuamente de no nuestro. «Porque mis planes no son
años siendo distinto de los demás caer (cf. San Ambrosio, Explanatio vuestros planes, vuestros caminos
porque ha tenido una familia así, y es Psalmi 1,22, Explanatio Psalmi 36,51). no son mis caminos» (cf. Is 55,8). Pero
él mismo porque sabe dar razón de Leyendo este texto de san Ambrosio este Misterio, en una imagen como
lo que elige, sabe dar razón de lo que con mis alumnos en clase, les decía: esta, no permanece como un mis-
hace. Es análogo al problema moral «Imaginad un hombre que se equi- terio absoluto, no permanece del
del cristiano. vocara todos los días porque tiene todo ignoto. Ese niño que se hace
un gran defecto, muy grave –y todos mayor, que muere y resucita, y que
Puesto que ser cristianos es adhe- los días se equivoca, todos los días–, al resucitar cambia irresistiblemen-
rirse a una presencia, del mismo y todas las mañanas se levantara te la historia, atrayendo hacia sí a
la gente, cuya unidad constituye su «No es una opinión nuestra lo que nos
Cuerpo, Cuerpo misterioso, Cuerpo
místico –se dice– o pueblo de Dios,
lleva a Dios, no es nuestra forma de
que es como –me permito seguir
con la comparación de antes– la
pensar, no es una batalla dialéctica con
tienda de los hebreos en el desierto, otros, no es el resultado de un estudio
que albergaba el arca de la Alianza,
ese Misterio realmente presente, en teológico: es seguir a una presencia»
el marco de la imagen que hemos
evocado, nos explica realmente el
Misterio. Nos lo explica en el sen-
tido de que muestra la correspon- nes Extranjeras). Entró y se sentó munidad viva alrededor de la perso-
dencia precisa, perfecta, potente, al fondo. Yo me preguntaba: «¿Qué na (Discurso a los obispos españoles de
sugerente y llena de ternura del hará aquí?», porque parecía tener Barcelona y de las provincias eclesiásti-
Misterio con nuestra vida –como un poco de vergüenza. Al terminar, cas de Tarragona y Oviedo, en visita «ad
decía Rilke, por un lado debilitada salieron todos pero él se quedó, y me limina apostolorum», 11 de noviembre
y por otro llena de una esperanza dice: «Oye, ¿tú hablas siempre así?». de 1991, 5: «El despertar del pueblo
inefable–: se llama «misericordia». Y yo le dije: «¡Pues sí!». Y él: «¿Y qué cristiano a una mayor conciencia
La definición suprema de lo divino, ven en lo que dices?». Tuve que ha- de Iglesia, construyendo comunida-
del ser que Cristo ha introducido cer un acto de humildad. des vivas en las que el seguimiento
en el mundo y que a través de la Sin embargo, no creo que sea una de Cristo se hace concreto y abarca
unidad de los creyentes permane- intransigencia ciega. El cristianis- todas las dimensiones de la vida, es
ce como propuesta para los pobres mo no se puede concebir más que la respuesta adecuada a la cultura
hombres de todo tiempo y condi- en estos términos. Yo no agoté los secularista que amenaza seriamen-
ción, es la palabra «misericordia». términos, simplemente señalé al- te a los principios cristianos y a los
VIII
Dios es misericordia, una palabra gunos términos que considero fun- valores morales de la sociedad»).
que de otro modo sería inconcebi- damentales. Porque el niño Jesús es Este es el método del que le habla-
ble para nosotros. fundamental, como es fundamen- ba al periodista que he citado antes:
tal la unidad de la Iglesia, que es la como Dios ha hecho al hombre y a
Moderador. ¡Gracias! Como decía unidad de los creyentes, pero si no la mujer y ha convertido la historia
antes, ahora damos espacio a algu- reconocemos la norma objetiva del del hombre en salvación al hacerse
nas preguntas que puedan ayudar- magisterio papal ya no se trata de compañero del hombre, el Dios de
nos a comprender el alcance de lo una unidad, sino que se deja todo a la familia es el Dios de la Iglesia, es
que nos ha dicho don Giussani. la hermenéutica, a la interpretación decir, del pueblo que ha clamado a
de la gente, y cada uno puede pensar Dios y que ha sido salvado, como
Giussani. En cualquier caso, existe lo que quiera –¿quién se lo impide?–. decía Ester en la Biblia (cf. Est 10,3f).
una confirmación continua del al- Y si esta Iglesia no fuese tan cerca- Nosotros lo leemos una vez a la se-
cance de lo que he dicho, al menos na para ti y para mí hasta el punto mana en la Liturgia de las Horas: «A
para mí, porque hablando de este de concretarse en una compañía ti gritaban, y quedaban libres» (Sal
modo, decenas y decenas de miles en la que nos encontramos y nos 22,6). Entonces, se trata del mismo
de personas han seguido y siguen. ayudamos con otras cincuenta, se- método: Dios, para hacer que nazca
¡Hablando de este modo! Recuerdo senta, setenta u ochenta personas, y que crezca el hombre, para hacer-
que un gran sacerdote de nuestra ¿qué sería? Sería algo abstracto o se él mismo un hombre, para definir
diócesis, al que aprecio mucho, el político, un fenómeno curioso o un a un hombre, para hacer perfecto a
padre Barbareschi (monseñor Gio- fenómeno político. Por este motivo, un hombre, utiliza el mismo méto-
vanni Barbareschi, 1922-2018, de Juan Pablo II les decía hace poco a do, esto es, la familia, como prime-
la diócesis de Milán), vino un día a los obispos españoles de Tarrago- ra compañía. Pero si esta no sabe
una reunión que tenía con los uni- na –lo ha repetido últimamente, no dilatarse se convierte en prisión o se
versitarios en la sala roja del PIME recuerdo con motivo de qué– que la vuelve una tumba, y entonces uno
(Pontificio Instituto de las Misio- Iglesia debe coincidir con una co- huye, huye de ella.
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IX

Por este motivo nacemos en la «fa- Intervención. Quería preguntarte:


milia» que es la unidad de los cre- ¿cómo se puede vivir, seguir a esa
yentes, la Iglesia, la Iglesia cuerpo Presencia a lo largo del día, tan lle- Vincent Van Gogh, Olivos, 1889,
de Cristo, nacemos en el cuerpo de no muchas veces de un montón de MET Museum, Nueva York.
Cristo y crecemos, porque en la Igle- problemas?
sia nadie es como tú y nadie es como
yo, no hay dos personas iguales. Y Giussani. Seguir a la Presencia es
esta diversidad, que en la cultura li- idéntico a otra expresión: hacer vio. Por la noche, mi padre llegó a
beral y racionalista es una objeción memoria de esa Presencia. Cuando casa del trabajo y me dijo: «¿Qué has
poderosa a la convivencia –la di- iba a la escuela elemental –después hecho esta mañana?». Yo sentía que
versidad es una objeción poderosa entré en el seminario–, mi padre, mi padre era omnipresente –como
para la cultura moderna, por ejem- especialmente mi padre, era conti- Dios–. Por ello, el modo de seguir a
plo para la practicabilidad del Esta- nuamente ante mis ojos como un al- esta Presencia es recordarla. Por eso
do–, aquí se convierte en la riqueza guien siempre presente. Solo he ro- dice la Iglesia: si en el trabajo, en la
de una identidad que está más allá bado una vez en mi vida. Un día que semana laboral, que es ese lapso de
y que nos genera a todos. Porque iba a la escuela, un compañero se tiempo que se convierte para todos
Cristo es ayer, hoy y siempre; y es puso a mi lado cuando pasábamos los hombres en la medida de su ex-
para él, que tiene su temperamento, por un puesto de castañas asadas, presividad, si durante esta medida
que querría tener yo, y es para mí, al lado de otro de fruta y me dijo: no dedicas ni siquiera un momento
que tengo mi temperamento, que «¡Venga, toma algunas!». Yo extendí a la memoria de Cristo, si no vas a
querrías tener tú. la mano y tomé algunas. Nadie me misa los domingos… ¡menos de esto
©Vincent Van Gogh, Public domain, via Wikimedia Commons

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concreto que mi madre, es más mío hombre, por tanto nazco de Cristo.
que mi madre o mi padre, si uno A medida que esta reflexividad hace
Vincent Van Gogh, piensa esto, entonces el deseo de madurar la personalidad, no se tra-
El viñedo rojo, 1888, multiplicar la memoria no solo es lí- ta de un añadido, no es huir en una
Museo Puškin, Moscú. cito, sino que es inevitable, y hacerlo abstracción, a medida que multipli-
no solo se vuelve posible, sino real. co esta memoria, más percibo que la
De modo que uno puede cometer consistencia de mi yo radica preci-
un error conscientemente, y acor- samente ahí donde nace. Y sin em-
es la muerte, es pecado mortal! Es darse enseguida de esa Presencia. bargo siento en mí la misma debili-
decir, no es ambiguo decir que para Y esta multiplicación del recuerdo dad, de modo que, mientras pienso
seguir a esta Presencia hay que re- abrevia cada vez más el tiempo de la en esto, puedo caer, puedo resbalar.
cordarla, hacer memoria de ella. desmemoria y el tiempo de la trai- Insisto en estas cosas porque es pre-
Hay un texto precioso que habréis ción. Para el hombre adulto, la des- cioso que el cristianismo sea miseri-
leído, Relatos de un peregrino ruso, un memoria es desmemoria de Aquel cordia, que el Ser sea misericordia;
texto ortodoxo ruso, en el que se del que está naciendo. Porque yo, en es inconcebible humanamente pen-
dice que hay que acostumbrarse a este momento, no me estoy hacien- sar en el propio destino si el Ser no
invocar al Señor, a hacer memoria do a mí mismo. Siempre les digo es misericordia. De hecho, aquellos
del Señor una vez, diez veces, cien a los chicos: «Decidme si hay algo para los cuales no es misericordia
veces, diez mil veces al día, hasta más evidente que el hecho de que, no piensan en ello, no pueden ha-
que coincida con la respiración (cf. en este instante, tú no te haces a ti cerlo. Y como el destino acecha cada
Relatos de un peregrino ruso, Sígueme, mismo, yo no me hago a mí mismo». vez más y llega, son más inteligen-
Salamanca 2003, pp. 19-20). Esto es Entonces, en este instante yo estoy tes los primeros que los segundos,
lo que dice el texto de forma precio- naciendo de otra cosa, y esta otra hay más inteligencia en la primera
sa. Si pienso que el Señor es más cosa se llama Dios, que se ha hecho opción que en la segunda. Además,
perdonadme, la verdadera respues- «Si pienso que el Señor es más concreto
ta a la pregunta de antes –que para
seguir hay que recordar– libera de que mi madre, es más mío que mi madre o
cualquier moralismo; no se trata de
leyes que aplicar, sino de recordar. mi padre, si uno piensa esto, entonces
Cuando estaba en la escuela, con mi
maestro Fossataro, centurión de la
el deseo de multiplicar la memoria no solo
milicia, siempre tenía en la mente a
mi padre; no las leyes que mi padre
es lícito, sino que es inevitable, y hacerlo
me explicaba, ¡sino él! Y aplicaba las no solo se vuelve posible, sino real»
leyes acordándome de él. Es más
sintético, más afectivo, más huma-
no, más sencillo.
gente que está unida porque está él, dos cosas pero luego, metodológi-
Intervención. Si la memoria permite porque lo reconoce a él. No es nece- camente, seguimos nuestra imagen
que este hecho, este acontecimien- sario en absoluto tener, cómo decir, de comunicación o de valoración, de
to, permanezca vivo, entonces, ¿por la fogosidad que puedo mostrar en juicio, nuestra imagen conclusiva,
qué pasa, por ejemplo, que incluso algunos momentos, cada uno tiene el término de nuestras discusiones,
entre nosotros los cristianos, que su carácter. Pero esta es la respues- el punto de vista teológico de una
quizá hacemos memoria, el acon- ta. El método nos lo enseña él: «Es- controversia teológica, lo que dicen
tecimiento queda reducido con tad unidos, seguid; para seguirme, los periódicos, lo que dice la televi-
frecuencia a reglas humanas? Lo debéis seguir vuestra compañía; sión, lo que dicen los curas. Es es-
digo porque lo veo como tendencia compañía, es decir, unidad de per- pectacular –repito lo que les digo a
en mí y también porque me pasa a sonas que están juntas porque yo los chicos– que Cristo haya obligado
menudo, por ejemplo en misa, que estoy, porque me reconocen a mí. Y solo a una cosa, a realizar una sola
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lo veo reflejado en las homilías que entonces se enseñan mutuamente, cosa, nos ha obligado a una única
comentan la liturgia. se perdonan mutuamente». Hay un cosa como método para comunicar-
defecto de método en la transmisión. nos con él: los sacramentos, que son
Giussani. Estoy de acuerdo con us- En mi opinión, desde hace cien gestos en los que el hombre no ne-
ted, no sé qué decirle. Es el método años hemos errado como cristianos, cesita hacer nada, excepto estar con
lo que es incorrecto, el método de como pueblo cristiano, en este pun- los ojos abiertos, conscientemente.
transmisión. Los padres, le dije a to, como método, como método de Como los hombres que venían a
aquel periodista en Lourdes, quie- comunicación. Se dice: «Los facto- confesarse por Pascua, illis tempori-
ren la felicidad de sus hijos, pero es res fundamentales de la Iglesia son bus, que venían y se quedaban ahí
como si hubiesen olvidado enseñar- el magisterio infalible…» –el magis- quietos. Entonces yo les hacía algu-
les el método para intentar llegar terio, que es una realidad objetiva, na pregunta, y ellos decían que sí, o
a ella. Es como si no supiesen qué infalible, porque la última palabra ni siquiera que sí o que no, simple-
camino enseñar para alcanzarla. Y no está en mi interpretación, la úl- mente hacían un gesto con la cabeza
también nosotros podemos trans- tima palabra está fuera de mí, y esto y yo les daba la absolución. Menos
mitir así nuestra fe, comunicar la es un valor implícito del cristianis- que esto no se puede. No es necesa-
evidencia que tiene para nosotros el mo: el valor último, la verdad es una rio pensar en quién sabe qué cosas,
hecho cristiano, comunicar nuestro realidad fuera de mí; salían de casa poder sentir o tener emociones es-
mensaje: «El misterio de Dios está y se encontraban a la Verdad, que peciales. Es como decir: ¡esto es un
entre nosotros», sin respetar el mé- estaba hablando por la calle: Dios, libro! ¡El cristianismo es un hecho!
todo que implica esta verdad. Y el compañero del hombre– «el magis- Entonces, el método para apren-
método es el que ha creado Cristo, el terio de la Iglesia y los sacramen- derlo es estar dentro de él; significa
método es la presencia, tal como él la tos». Pero, ¿qué es el sacramento? estar dentro de una compañía de
ha definido, presencia de la unidad Una presencia. El sacramento es la personas que se reúnen o que se re-
de los creyentes, presencia de una forma más sencilla de la memoria. conocen unidas porque está Cristo.
compañía. Compañía quiere decir Entonces, decimos primero estas Se llama «comunión», como el sacra-
«Si tengo conciencia de que estoy
emergiendo ahora del Misterio, me miro
a mí mismo con asombro. Si me miro
como algo dado, como un don,
me asombro ante mí mismo»

mento. Pero existe una distancia en- bro. Si me miro como algo dado, como tu madre te abandone, yo no te aban-
tre esto y el modo con el que vivimos un don, me asombro ante mí mismo donaré» (cf. Is 49,15). Me asusté tanto
habitualmente, porque –pido discul- y me miro igual que mira una ma- que me puse a mirar a mi madre, que
pas– esto no se nos ha enseñado. Igual dre al niño al que acaba de dar a luz. estaba ahí, y la miré aterrorizado ante
que ahora se está perdiendo el sentido En cambio, nuestro orgullo, nuestra la idea de que pudiese abandonarme.
de la familia, esa cohesión que, por ós- voluntad de afirmación nos hace ser Ella se volvió hacia mí, me sonrió y
mosis, por presión osmótica, educa a extraños a nosotros mismos, nos hace me tranquilicé. En un sentido muy
un niño y lo hace ser él mismo, hace ser duros con nosotros mismos. Esto distinto, ese momento es uno de los
de él una persona, afirma su perso- me hace pensar siempre en Rilke, en momentos capitales de mi vida, por-
nalidad, así desde hace muchísimo esa frase: «Todo conspira para callar que a partir de ese momento, en ese
tiempo se ha perdido el sentido de de nosotros, un poco como se calla, tal momento comenzó el origen de las
esta «familia», de esta familiaridad vez, una vergüenza, un poco como se cosas que he comprendido. Tener una
con Cristo, que es la unidad entre no- calla una esperanza inefable». Ambas madre es un acontecimiento, no solo
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sotros en su nombre (por eso puede cosas se dan a la vez. Y la Iglesia es el unas normas morales que aplicar.
entrar en la compañía de la Iglesia el único lugar donde se afirman estas Tener una madre quiere decir, desde
delincuente y puede entrar el santo, dos cosas del hombre, el único lugar dentro, el impulso para comportarse
y es el santo el que menos objeciones donde se comprende esta paradoja de un modo determinado, para dar-
pone a que esté el delincuente). o esta contradicción, esta contradic- le un beso o para decir que sí, o para
ción piadosa y amada –no es que se llorar porque te has equivocado, por-
Intervención. Ha hablado usted de ter- ame la contradicción, se ama la uni- que has desobedecido; y esto surge de
nura, de la ternura del hombre hacia dad que se da en esta contradicción–. dentro. Mientras que en todo el mun-
sí mismo y de la ternura de Dios hacia Sin embargo, lo más bonito que me do la moral viene de fuera y normal-
el hombre. Me gustaría profundizar han enseñado es la palabra «miseri- mente se convierte en una moral de
en ella, porque la ternura pertenece cordia». No existe en el diccionario. Es Estado, se acentúa de forma estatal,
a una esfera muy íntima, no consigo decir, existe en el diccionario, pero es porque los valores morales que se im-
entender muy bien qué tiene que ver. la única palabra, intensamente nece- ponen son –cómo decirlo– los que son
saria, cotidianamente necesaria, que útiles para el Estado en el momento
Giussani. La respuesta se halla ya en no puede nacer de nuestra experien- histórico que atraviesa.
la pregunta. Usted dice que la palabra cia. Siempre recuerdo –perdonad si
ternura pertenece, indica una esfera añado esto, os juro que no hablo más– Moderador. Le agradecemos infinita-
muy íntima, más íntima para mí que que, cuando tenía tres años, iba siem- mente sus palabras. Estamos conmo-
yo mismo. Y si yo me considero a mí pre con mi madre a rezar vísperas. En vidos y llenos de asombro. Gracias de
mismo, si me percibo a mí mismo, la iglesia había un gran púlpito dora- corazón, también por el esfuerzo de
como decía antes, como una realidad do con una escalera de caracol. Yo me venir a estar con nosotros.
que en este momento está siendo he- sentaba con mi madre. El cura gesti-
cha por Otro, si tengo conciencia de culaba mucho y gritaba, y yo siempre
que estoy emergiendo ahora del Mis- estaba muy atento. En un momento © 2024 Fraternità di Comunione e Liberazione
terio, me miro a mí mismo con asom- dado, el cura citó una frase: «Aunque para los textos de L. Giussani.

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