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Reglas de puntuación

Un texto mal puntuado ofrece grandes dificultades para la comprensión


y lectura rápida. De la puntuación depende, en muchos casos, el sentido
exacto y la entonación adecuada de un texto.

Las reglas de puntuación son menos objetivas que las de acentuación.


Existe un cierto margen de subjetividad.

Observaciones sobre el empleo de la coma.

La coma corresponde a una pequeña pausa que se hace al hablar y que


exige el sentido. De ahí que, para colocar las comas correctamente, convenga
leer un escrito en voz alta, fijándose en esas pausas breves.

Se separan con coma:

- Los elementos de una serie, cuando no van unidos por conjunción:

Invitaremos a Carlos, Juan, Eloísa y Ana.

Parece inteligente, simpática, alegre y generosa.

Ella hace las camas, limpia el piso, se encarga de la cocina


y va a buscar los niños al colegio.

Llegué, vi y vencí.

El caballo relincha, el asno rebuzna, la rana croa y el perro


ladra.

- Los vocativos:

Pedro, abre la puerta.

Espérame, Carmen, ahí fuera.

¿Está muy enfermo, doctor?

- Los incisos que interrumpen momentáneamente el curso de la oración:

La guerra, piensan algunos, parece inevitable.

Su padre, bastante tozudo, no se dejó convencer.

La merienda, que fue espléndida, nos supo a poco.

- Detrás de una oración subordinada, cuando precede a la principal:

Cuando llegue, avíseme.


Para que pueda hacer todo eso, tienes que darme tiempo.

Aunque él lo niegue, es cierto.

Puesto que vas a verle, entrégale esta carta.

- Las locuciones y adverbios sin embargo, en efecto, efectivamente, en


realidad, con todo, por ejemplo, en primer lugar, por último y otras semejantes
(la relación total sería interminable), cualquiera que sea su posición:

Efectivamente, la comedia me parece muy mala.

Salió de paseo con ellos, en efecto.

La lluvia, sin embargo, deslució el acto.

En realidad, no es eso lo que te dije.

La coma aparece también en lugar de un verbo que omitimos, por ser el


mismo de la oración anterior:

Yo estudio Ciencias y mi hermana, Filosofía

Otras observaciones sobre el empleo de la coma

- La coma no separa el sujeto del predicado ni el verbo del complemento


directo. Sólo puede aparecer detrás del sujeto cuando este es muy extenso.

- Va entre comas todo fragmento de una oración que se anticipa o se


retrasa, desplazándolo de su posición normal.

Animado por sus palabras, continuó escribiendo.

En su casa, nunca se bebía café.

- Suele decirse que no puede ponerse coma, ante la conjunción y. La


regla vale cuando tal conjunción une palabras, pero si une oraciones es
conveniente colocarla si el buen sentido de la lectura impone una pausa:

Despegó el avión, se elevó, se introdujo en una nube, y no volvimos a


verlo.

Observaciones sobre el empleo del punto y coma

El punto y coma (;) marca una pausa más intensa que la coma, y menos
intensa que el punto. Normalmente, va detrás de trozos de oración que poseen
una autonomía superior a la que marca la coma, o entre oraciones íntimamente
relacionadas y de cierta extensión (porque, si no, se separarían con comas):
Hay diversos tipos de escritores: los que persiguen el éxito a toda
costa, halagando los gustos del público; los que tratan de imponer su
gusto, haciéndose así con un público fiel; y, por último, los que escriben
sin tener para nada en cuenta los gustos del público.

Quienes conducen sin respetar las señales de tráfico saltándose los


semáforos; quienes jamás se detienen ante los pasos de cebra; los que
estiman que el coche les otorga una superioridad sobre los peatones; los
que insultan a quien hace uso de sus derechos en la calle o reprenden su
mal comportamiento, son ejemplares muy peligrosos de la moderna
fauna ciudadana.

Especialmente frecuente es el empleo del punto y coma para separar


párrafos donde hay ya comas; véanse los ejemplos anteriores, y este otro:

Lo que tú llamas, sin razón, ingenuidad, es simple buena fe;


muchos confunden estas dos cosas tan dispares.

El punto

- Cuando en un texto se cambia de idea o asunto, hay que colocar el


punto y aparte. Cuando se sigue hablando de la misma idea, pero se tocan
aspectos diferentes, es preferible el punto y seguido.

- Las abreviaturas siempre llevan punto: Sr. D. ptas.

Los paréntesis

Los paréntesis introducen en la oración una observación marginal.


Pueden sustituirse por rayas. (Todo lo que se pone entre paréntesis es válido.
No sirven para indicar que algo no debe ser leído.)

Las rayas

Pueden alternar con los paréntesis. Pero tiene dos usos exclusivamente
suyos:

-Para introducir, en una frase pronunciada por alguién, indicaciones como


-dijo él-, - aseguré yo -.

-Para preceder lo que se dice textualmente:

- ¿Qué quieren? - les pregunté -.


Empleo de los dos puntos

Los dos puntos (:) se utilizan en los siguientes casos principales:

- Para anunciar una cita que se hace en estilo directo:

Te aseguro que me dijo esto: -"Estaré allí a las seis."

Emilio respondió: -"No me interesa su propuesta."

Estas citas, en los relatos (novelas, cuentos) se escriben en renglón


aparte.

- Para anunciar una enumeración:

Por razón del acento, hay tres clases de sílabas: protónicas, tónicas y
postónicas.

Hay dos motivos por los que no quiero ir a esa conferencia: el tema no
me interesa y la hora no me conviene.

- Al revés, para cerrar una enumeración, y comentar lo que ella


representa:

Buenos amigos, excelente humor y despreocupación: he aquí lo que


puede hacer grata una reunión.

Para preceder a una oración que extrae una conclusión o presenta la


causa de lo que acaba de afirmarse en la anterior:

Nada hay más repugnante que la embriaguez: degrada al hombre


(causa).

Era tarde, estábamos lejos, nos divertía más pasear...: decidimos no ir al


cine (consecuencia).

- Precede, como podemos ver en las reglas anteriores, a los ejemplos.

- Sigue a los encabezamientos de las cartas e instancias.

Muy señor mío: Mi querido amigo: Ilmo. Sr:

.Empleo de los puntos suspensivos

Se emplean los puntos suspensivos (...) en las siguientes ocasiones:

- Como efecto de estilo, para provocar una suspensión de ánimo en el


lector:

La persona que me contó este secreto fue... tu propio hermano.


- Se señala con ellos que el hablante se interrumpe o que habla
intermitentemente.

Ya sabes que a quien buen árbol se arrima....

Pues yo... Verá usted... Lo que quería... Pero no me atrevo a pedírselo.

- O que es interrumpido por su interlocutor:

- Todos los compañeros saben por qué...


- ¡Cállese!

- Son muy frecuentes para indicar que una enumeración podría


prolongarse si se deseara:

Iban en el barco muchos europeos: franceses, italianos, noruegos,


alemanes...

- Cuando se cita literalmente un texto, y se omite algún pasaje, en su


lugar se ponen puntos suspensivos entre corchetes:

"Sus miradas convergieron en la dársena donde fondeaba la escuadra


americana. Se celebraba una gran recepción [...]. La cubierta del buque
insignia estaba empavesada con gallardetes y banderas" (Juan Goytisolo)

Empleo de las comillas

Los signos llamados comillas (" ") se emplean en los siguientes casos:

- Para citar algo literalmente:

Te aseguro que me dijiste esto: - "Estaré allí a las seis."

Si la cita pasa a otro renglón, las comillas no son necesarias:

Emilio respondió:
-No me interesa su propuesta.

Te diré lo mismo que Cipión a Berganza: "¿Al murmurar llamas


filosofar?"

- Se enmarca con ellas el título de las obras literarias o artísticas, y los


nombres de barcos, aviones, cines, teatros, instituciones, cafés, etc.:

Estoy leyendo "El humo dormido", de Gabriel Miró.

¿Has visto "Las meninas" de Velázquez?

En la operación de desembarco intervino el "Canarias".

Se está representando ahora en el teatro "María Guerrero".


Estudia en el Instituto "Isabel la Católica".

- Y también palabras extranjeras o inventadas por el que escribe o


vulgares o desviadas de su sentido normal, para indicar que han sido
deliberadamente elegidas y que no obedecen a error. Y también cuando se
utilizan irónicamente:

Ha aumentado peligrosamente el "stock" de esa industria.

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