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VIOLENCIA EN LA PAREJA

Constituye un problema grave y creciente, al menos en número de denuncias. Por ello, ha


habido un interés por parte de los psicólogos en establecer tipos de hombres violentos para
delimitar con precisión el problema y adoptar las medidas adecuadas.

La violencia conyugal como lo dice su nombre, se refiere al maltrato que ocurre entre los
integrantes de la pareja. Aunque por definición la violencia conyugal implica que los que
viven el problema de violencia, son los integrantes de la pareja, este tipo de maltrato no sólo
les afecta a las dos personas, sino que daña a toda la familia.

Como se señaló los niños o jóvenes, u otros adultos que viven en la casa, que son espectadores
de la violencia entre la pareja son también maltratados. Estos sufren daños psicológicos por
estar constantemente asustados y expuestos a la tensión, y a la espera de un nuevo episodio
de violencia al interior de la pareja, cualquiera sea el tipo de las agresiones (psicológica,
física, sexual o económica). Se debe señalar además que la violencia conyugal produce un
quiebre en la vida de la pareja ya que altera la definición por la cual la pareja y familia viven
juntas, que es la de cuidarse y respetarse mutuamente.

Tipos de Agresores

Gottman (1995) propone la existencia de dos tipos de agresores:

a) Tipo I: Se comportan habitualmente de forma violenta con otras personas (amigos,


compañeros de trabajo, desconocidos, etc.) y suelen mostrar características antisociales y
violentas, junto con dependencia al alcohol o a las drogas.

b) Tipo II: Suelen mostrar características pasivo-agresivas, ira crónica y un estilo de apego
inseguro, así como algunos trastornos de personalidad.

En el primer caso, se ejerce una violencia instrumental, la conducta agresiva es planificada y


no suele generar sentimientos de culpa. En el segundo, por el contrario, se trata de una
violencia impulsiva, caracterizada por una conducta modulada por la ira y que refleja
dificultades en el control de los impulsos o en la expresión de los afectos.

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TIPOS DE VIOLENCIA
Violencia Violencia Emocional Violencia Física Violencia Sexual
Verbal

La violencia La violencia emocional tiene Es una invasión del espacio La violencia sexual se ejerce al
verbal requiere el como objetivo destruir los físico de la otra persona y imponer a la mujer ideas y actos
uso de palabras (o sentimientos y la autoestima puede hacerse de dos sexuales. Las ideas se imponen
ruidos vocales) de la mujer, haciéndola maneras: una es el contacto generalmente por medio de

para afectar y dudar de su propia realidad y directo con el cuerpo de la violencia verbal.
dañar a la mujer, limitando sus recursos para otra persona mediante El hombre hace esto con el fin de
hacerla creer que sobrevivir. Este tipo de golpes, empujones y menospreciar a su pareja y

está equivocada o violencia es tremendamente jalones; la otra manera es hacerla sentir que no vale y que
hablar en falso de dañina, porque causa que la limitar sus movimientos no es capaz.
ella en público. mujer maltratada se sienta encerrándola, provocándole El hombre piensa que por tener
constantemente presionada lesiones con armas de una relación tiene derecho a
sin poder definir de dónde fuego, forzándola a tener hacer sexualmente lo que quiera
viene esa presión; de esta relaciones sexuales y y cuando quiera con ella, y para

forma, constituye una forma produciéndole la muerte. efectuar esta violación el hombre

de tortura que mantiene a la usa diferentes métodos, desde

víctima desequilibrada, pues convencer con dinero hasta

cree ser la causa de la valerse de amenazas y golpes

presión que se le impone. para llevar a cabo su propósito

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Efectos Psicológicos

La violencia de género puede provocar una serie de trastornos psicológicos entre los que se
encuentran: depresión, trastornos de la alimentación, alteraciones del sueño, trastornos de
ansiedad como agorafobia, ansiedad generalizada, trastorno obsesivo compulsivo, ataques de
pánico, abuso de sustancias, intentos de suicidio.

¿Qué Hacer?

La violencia conyugal puede ser enfrentada de muy diversas maneras.

Prevención

El principal camino para acabar con la violencia de género es la prevención. Esto incluye,
por supuesto, un cambio global en la forma de ver las relaciones entre mujeres y hombres,
un cuestionamiento de los roles sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. Estos cambios
deben partir de las personas adultas con el objetivo de que se transmitan eficazmente a niños
y niñas.

Además, puedes prevenir y evitar implicarte en una relación que puede llegar a ser violenta:

 En primer lugar, detectar manipulaciones, aproximaciones no solicitadas, desconfiar de


promesas que no tienen sentido en un momento de la relación, tener claro que decir que
“no” a algo no es negociable, alejarse cuando esa persona que se te acerca tratando de
hacerte ver que tienes mucho en común o que le debes algo.
Para todo esto es muy importante confiar en tu intuición, en las sensaciones de desasosiego
que te producen.
Cuando conoces a alguien lo evalúas igualmente, valoras si esa persona encaja contigo;
solo es importante que a partir de ahora incluyas también estos puntos si quieres prevenir
encontrarte en una relación violenta. Valora sus ideas sexistas, cómo fueron sus relaciones
anteriores (si rompió él o no, cómo habla de ellas..) etc.
 Además, valora, tus propias ideas respecto al amor y la pareja, el papel de la mujer en la
misma a que se debe renunciar por amor, etc.

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 Y ante todo, conociéndote a ti misma y teniendo claros tus valores. Si los valores de la
otra persona entran en conflicto con los tuyos, debes saber reconocerlo y no aceptar en
ningún caso renunciar a aquello que es importante para ti.

Cuando se vive violencia

Cuando ya se da la violencia, lo primero es reconocer que se vive una relación violenta y


asumir las responsabilidades de agredir o dejarse agredir por el otro.

La mayor parte de las veces el hacer la denuncia por violencia intrafamiliar es determinante
en el inicio de un proceso de solución. Por que la violencia no se resuelve de la noche a la
mañana es un proceso que puede durar años, y que a veces parte bien y se viven recaídas.

Una de las cosas que permite que la situación se defina más fácilmente es poder pedir apoyo
profesional (social, psicológico y/o legal) para ambos, como terapias de apoyo para cada uno
por separado o terapia de pareja cuando la relación no lleva mucho tiempo siendo violenta,
y la agresión no ha sido muy destructiva.

La terapia de pareja puede ser muy útil en casos de violencia cruzada o de agresiones mutuas.

En cambio, la terapia individual es más recomendable cuando uno es el agredido y el otro el


agresor

Tratamiento

En muchas ocasiones es necesaria una intervención previa, que él o la


maltratada pase por un periodo de reflexión y quizá varios intentos de salir de
esa relación violenta, con ayuda terapéutica o sin ella, hasta que tome la decisión
definitiva.

A partir de entonces, el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos,


valorando previamente las necesidades y demandas individuales de cada
paciente.

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Deberemos evaluar cuáles han sido las secuelas concretas que ha dejado la
situación vivida en esa persona, y graduarlas para establecer un orden para el
tratamiento.

Algunas de la intervenciones más habituales y básicas para su recuperación


serían:

 Información sobre la violencia de género, causas y origen, mitos, etc.


 Reducción de la activación y la ansiedad en las formas en que se manifieste
(insomnio, agorafobia, crisis de pánico, etc).
 Fomento de la autonomía, tanto a un nivel puramente psicológico, a través
de un cambio de ideas distorsionadas sobre sí misma y el mundo, como a
nivel social, económico, etc, orientándola en la búsqueda de empleo,
recuperando apoyos sociales y familiares.

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