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CAPÍTULO OCTAVO

DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

El Derecho Internacional Humanitario “es un método eficaz para combatir las violaciones masivas
de los derechos humanos en situaciones de conflictos armados que se producen en todas las
regiones del mundo, condenando esas prácticas y crímenes, así como adoptando asistencia a las
víctimas por medio de las organizaciones humanitarias”. (ARANGO DURLING, Virginia, Paz social y
cultura de paz, P.41)

Otra definición de Derecho Internacional Humanitario determina que “es el conjunto de normas
que en el curso de un conflicto armado regulan las hostilidades, establecen límites a los medios de
hacer la guerra y protegen a los combatientes heridos en campaña, a los prisioneros de guerra y a
la población civil” (MUÑOZ MACHADO, Santiago, Diccionario del Español Jurídico pág. 653).

I. LAS LEYES DE LA GUERRA Y EL DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO

Históricamente el hombre ha participado en incontables guerras. Esas guerras del pasado, como
toda guerra eran una demostración de la barbarie. No se respetaban las poblaciones civiles, se
saqueaban las ciudades, los soldados se apropiaban de las poblaciones vencidas. Se ocasionaban
daños indiscriminados y 234

tratos crueles y degradantes a los combatientes vencidos sin que pudiera siquiera argüirse la
existencia de una legislación que prohibiera dichas prácticas. En el afán de vencer, la destrucción
era el objetivo.

A mediados del siglo pasado, las regulaciones sobre la guerra empezaron a ser codificadas y desde
1945, por medio de la Carta de las Naciones Unidas, el uso de la fuerza está regulado.

Las regulaciones que se hicieron para los Estados en conflicto se le conocen en el Derecho
Internacional Público como las leyes de la guerra. Las medidas que tienden a proteger a la
población civil y a prohibir daños superfluos a los combatientes se les conocen como Derecho
Internacional Humanitario. Revisemos cronológicamente los acuerdos sobre las materias
expuestas:

1. CONVENIOS CELEBRADOS ANTES DE LA CREACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

a. En 1856 se firma la Declaración de París que regula las leyes de presa (Regulaban el derecho de
propiedad de la mercancía en buques de Estados en conflicto o neutrales).

b. La Convención de Ginebra de 1864, mejora el trato a los heridos. Como esta Convención fue
influida por la acción de Henri Dunant, el fundador de la Cruz Roja quien presenció al norte de
Italia la batalla de Solferino y fue testigo de la barbarie y el trato cruel que se le infringía a miles de
heridos. En 1867, se fundó la Cruz Roja Internacional con los propósitos humanitarios ya
conocidos.

c. En 1868, se firmó la Declaración de San Petersburgo. En su preámbulo se establece el criterio de


que no deben producirse males superfluos al señalarse entre otras cosas, que la única finalidad
legítima que los Estados deben proponerse durante la guerra es el debilitamiento de las fuerzas del
enemigo; “que esta finalidad quedaría sobrepasada por el empleo de armas que agravarían
inútilmente los sufrimientos de los hombres puestos fuera de combate, o bien harían que su
muerte fuera inevitable y que el empleo de tales armas sería, a partir de este momento contrario a
las leyes de la humanidad”. 235

Una de las interrogantes planteadas se origina en la definición de los males que deben
considerarse superfluos y las lesiones que deben juzgarse excesivas. Para definir estos conceptos
se debe entender que “si se puede poner fuera de combate a un soldado tomándolo prisionero, no
debe herírsele; si puede ponérsele fuera de combate mediante una herida leve, debe evitarse
lesionarlo gravemente”. Es obvio, que si un soldado es herido para ponerlo fuera de combate no
tendría por qué infringírsele “males superfluos”. Ello sería contrario a toda consideración
humanitaria.

La Declaración de San Petersburgo proscribió el empleo de cualquier proyectil cuyo peso fuera
inferior a los 400 gramos.

En 1874, se celebró la Conferencia de Bruselas y en ella se pretendió elaborar un Código de


Guerra.

d. En 1899, se aprobaron las Convenciones siguientes:

- Convención referente a las leyes y costumbres de la guerra terrestre.

- Convención para la adaptación a la guerra marítima de los principios de la Convención de Ginebra


de 1864. En dicha Convención se intenta garantizar el respeto a los barcos hospitales y al comercio
marítimo en tiempo de guerra.

- Declaración relativa a la prohibición de arrojar proyectiles o explosivos desde globos. Esta


prohibición tiende a proteger a los inocentes en vista de que la guerra aérea causa víctimas de
modo indiscriminado.

- Declaración relativa a la prohibición de utilizar gases asfixiantes como instrumento bélico. Esta es
una prohibición de armas químicas.

- Declaración relativa a la prohibición de utilizar balas anti- personas no cubiertas totalmente de


una protección dura o provista de incisiones. Estas balas eran conocidas como balas dum-dum.

e. La Conferencia de 1907, fue codificadora de las leyes de la guerra. En ella se aprobaron diez
convenciones y una declaración. Tenemos como ejemplo el relativo a los derechos y deberes en la
guerra marítima, relaciones entre neutrales y beligerantes, la relativa a las leyes y costumbres de la
guerra.

f. Los Convenios de Ginebra de 1924;

- Sobre el trato de prisioneros de guerra y;

- Sobre la protección de heridos y enfermos en la guerra terrestre. 236


g. El Protocolo de Ginebra de 1925, sobre la Prohibición de gases asfixiantes, tóxicos o similares.

h. El Pacto de Londres de 1936, relativo al uso de submarinos contra buques mercantes.

Al finalizar la Primera Guerra Mundial se firma el Tratado de Paz de Versalles en 1919. En dicho
tratado se sanciona al emperador Guillermo II de Alemania y se reconoció el derecho a llevar ante
los Tribunales a los acusados de haber cometido actos contrarios a las leyes y a las costumbres de
la guerra.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial se crea el Tribunal Militar Internacional de Núremberg en


1945, con el objeto de conocer las violaciones de las leyes o costumbres de la guerra.

2. CONVENIOS CELEBRADOS DESPUÉS DE LA CREACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS

Luego de la Segunda Guerra Mundial se firmaron en Ginebra en 1949, cuatro Convenios que
intentan codificar lo que califica la Corte Internacional de Justicia como “Consideraciones
Elementales de Humanidad”. Dichos Convenios son:

a. Convenio relativo al trato de los heridos y enfermos de las fuerzas armadas en campaña.

b. Convenio para mejorar la suerte de los heridos, enfermos y náufragos de las Fuerzas Armadas en
el mar.

c. Convenio relativo al trato de los prisioneros de guerra.

d. Convenio relativo a la protección de personas civiles en tiempo de guerra.

A los Convenios de Ginebra se la agregaron dos protocolos adicionales en 1974 y 1977, uno
relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales y otro relativo a la
protección de los conflictos armados sin carácter internacional.

Desde 1949, se intenta aplicar las leyes de la guerra a cualquier conflicto armado interno o
internacional con el objeto de humanizar la práctica de una 237

realidad que, aunque en sentido técnico-jurídico está prohibida entre Estados y constantemente se
produce en la comunidad internacional.

En el 2005 se le agrega un tercer protocolo para incluir además de los símbolos de la Cruz Roja y la
Media Luna Roja el símbolo del Cristal Rojo.

II. EL DESARME EN EL MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS Y DE LA O.E.A.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial los Estados miembros de las Naciones Unidas establecieron
objetivos para alcanzar el desarme multilateral y lograr la limitación de armamento para mantener
la paz y la seguridad internacional. El desarme busca el control y la reducción y la eliminación de
las armas nucleares el control, prohibición y destrucción de armas químicas, biológicas y toxinicas.
Otro aspecto que actualmente abarca el objetivo del desarme son las minas terrestres y la
distribución masiva de armas ligeras, el control de la tecnología de los modernos misiles, la
limpieza de los explosivos utilizados durante las guerras y el control de las telecomunicaciones para
alcanzar la seguridad internacional.

1. DESARROLLO HISTÓRICO

Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la humanidad se atemorizó ante la amenaza


atómica, surge un ánimo pacifista en la conciencia internacional que posibilita la adopción de la
Carta de Naciones Unidas. En dicha Carta se proscribe la guerra y se plantea la necesidad de lograr
un programa de desarme general y completo.

En la primera resolución aprobada por la Asamblea General el 24 de enero de 1946, se procuraba


eliminar las armas atómicas, así como todas las armas capaces de causar destrucción colectiva de
importancia.

El Consejo de Seguridad creó inicialmente una Comisión de Energía Atómica y una Comisión de
Armamentos de tipo corriente. 238

En 1952, la Asamblea General los reemplazó por la Comisión de Desarme la cual prepara los
proyectos de propuestas para la reglamentación, limitación, y la reducción equilibrada de las
Fuerzas Armadas y de todos los armamentos; la eliminación de todas las armas principales de
destrucción en masa, el control internacional de la energía atómica con el objeto de prohibir las
armas atómicas y asegurar el empleo de la energía atómica para fines pacíficos.

Dos años más tarde la Comisión de Desarme estableció una subcomisión integrada por Canadá,
Reino Unido, Estados Unidos, Francia y la Unión Soviética.

En septiembre de 1958 el Canciller panameño reconoció durante el Décimo Tercer Periodo


Ordinario de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que la solución del
problema del desarme debe encontrarse dentro de las Naciones Unidas. Sin embargo, apoyaba las
conversaciones directas entre los Estados cuyo acuerdo era decisivo en las cuestiones de desarme
y promovía el apoyo de las Naciones Unidas a los compromisos así acordados, lo que aseguraría su
cumplimiento por parte de los Estados, “que no serían ya solo las grandes potencias sino todos los
miembros de la organización”.

El Canciller panameño expresó igualmente la posición de nuestro país a favor de la convivencia


pacífica:

“... la paz no puede ser obra de un día, ni de diez años, ni estar reservada su conquista a la acción
ni al gene de un sólo hombre por privilegiada que hubiera de ser su inteligencia.

Ha de llegarse a la paz mediante una labor paciente y tesonera, en la cual habrán de poner
empeño, no una, sino varias generaciones. Tiene que ser obra de educación y comprensión. De
educación, porque los pueblos tendrán que aprender a vivir dentro de un nuevo régimen jurídico
internacional, en el cual el derecho de las naciones ricas y poderosas no podrá privar ya más sobre
el que asiste a las débiles y pequeñas. De comprensión, porque la experiencia que el tiempo y los
acontecimientos van dejando, les hará ver que no es posible cerrar los ojos y poner los oídos
sordos a las necesidades y sufrimientos de los demás, siendo como es que vivimos en un mundo
de naciones interdependientes en todo orden de cosas” (MORENO, Miguel J., La Política Exterior
de Panamá 1958-1960, pág. 28-29).

En 1959, la Asamblea General decidió por unanimidad que el desarme era una de las metas de la
O.N.U. 239

En diciembre de 1961, la Asamblea General por unanimidad acogió la declaración conjunta de los
gobiernos de los Estados Unidos y la Unión Soviética sobre las negociaciones de desarme, al mismo
tiempo se creó un Comité de Desarme de 18 naciones.

En 1969, dicho Comité se amplió a 26 naciones y recibió el nuevo nombre de Conferencia del
Comité de Desarme (C.C.D.).

Durante el período de sesiones de la Asamblea General en 1976, se aprobaron resoluciones que


prohibían los ensayos nucleares, expresaban la necesidad de la creación de zonas libres de armas
nucleares y la reducción de presupuestos militares. En 1978, en el período extraordinario de
sesiones de la Asamblea General dedicado al desarme, Francia propuso que se creara un
Organismo Internacional de Satélites de Control (O.I.S.C.O.) para que la utilización de satélites de
observación contribuya a reducir las dificultades de la verificación del cumplimiento de los
acuerdos de desarme e iba a promover así la causa del desarme. Para esa época a nivel mundial,
los gastos de defensa alcanzaron un total que superaba los cuatrocientos mil millones al año. El
presidente del Banco Mundial Robert S. McNamara expresaba en 1979 “se calcula que hay uno 36
millones de hombres sirviendo en las fuerzas armadas regulares y paramilitares del mundo, otros
25 millones en las reservas y alrededor de 30 millones de civiles empleados en ocupaciones
relacionadas con el estamento militar.

El gasto público en investigación y desarrollo de armamentos se acerca actualmente a los US$


30.000 millones al año, y esas actividades movilizan el talento de medio millón de científicos e
ingenieros en todo el mundo. Este esfuerzo de investigación es mayor que el que se dedica a
cualquier otra actividad sobre la tierra y consume más fondos públicos que los que se destinan a
los problemas combinados de energía, salud, educación y alimentos.” (MCNAMARA, Robert, El
Desarrollo y la Carrera de Armamentos, pág. 2-3)

Durante el período extraordinario de sesiones dedicado al desarme en 1982, la Asamblea General


lanzó una campaña mundial del desarme para promover el apoyo mundial del público al desarme.
240

De conformidad con la Resolución 37/99k del 13 de Diciembre de 1982 se renombró como


Conferencia de Desarme al llamado Comité de Desarme. La Conferencia de Desarme tiene un
representante ante la Secretaria General de las Naciones Unidas y actúa como Secretario General
de la Conferencia, tiene 65 miembros.

La Asamblea General aprobó el 20 de diciembre de 1983, dos resoluciones sobre la reducción de


los presupuestos militares, sin que los Estados disminuyan su seguridad, su derecho a la legítima
defensa y la soberanía.
Los Presidentes de Argentina, México, la República Unida de Tanzania y los Primeros Ministros de
la India, Grecia y Suecia, el 22 de mayo de 1984, hicieron en sus respectivas capitales una
declaración conjunta que recibió el nombre de Iniciativa de Paz de cinco Continentes. Estos
mismos países se reunieron el 28 de enero de 1985 en Nueva Delhi y promulgaron la Declaración
de Nueva Delhi, en la cual indicaban que el cese de la carrera de armamentos nucleares debe ir
seguido de una reducción sustancial de las fuerzas nucleares.

La Comisión de Desarme de la Asamblea General que se ocupa de cuestiones de Desarme y de


Seguridad Internacional, se reunió el 17 de septiembre de 1985. La Comisión examinó varias
cuestiones relacionadas con el desarme nuclear, incluida la cesación de todas las explosiones de
ensayo de armas nucleares, la prevención de la guerra nuclear, la cesación de la carrera de
armamentos, las garantías de seguridad a los Estados no poseedores de armas nucleares, la
congelación nuclear, el establecimiento de zonas libres de armas nucleares, la reducción de
presupuestos militares, la cuestión de las armas químicas y bacteriológicas y la prevención de la
carrera de armamentos en el espacio ultraterrestre.

2. ACUERDOS MULTILATERALES DE DESARME Y REGULACIÓN DE ARMAMENTOS

- El Protocolo de Ginebra de 1925, prohíbe el uso de armas químicas y biológicas. 241

- Tratado de la Antártida del 1 de diciembre de 1959: Se prohíbe toda explotación nuclear y la


eliminación de desechos radio-activos. Con este tratado se crea la primera zona desnuclearizada.

- Tratado por el que se prohíbe los ensayos con armas nucleares en la atmosfera, el espacio
ultraterrestre y debajo del agua de 1963.

- Tratado del Espacio Ultraterrestre incluida la Luna y otros cuerpos celestes de 1967.

- Tratado para la proscripción de las armas nucleares en la América Latina (Tratado de Tlatelolco)
del 14 de febrero de 1967; es el primer tratado que desnucleariza un área geográfica poblada.

- Tratado de no proliferación de armas nucleares de 1968: A los Estados poseedores de


armamentos nucleares se les obligó a no cederlos y los no poseedores se obligan a no adquirirlos.
Más de 125 Estados se han adherido al mismo.

- El Tratado del 11 de febrero de 1971 sobre prohibición de emplazar armas nucleares y otras
armas de destrucción en masas en los fondos marinos y oceánicos y su subsuelo.

- Convención sobre las armas bacteriológicas (biológicas) y toxinicas: Prohíbe el desarrollo, la


producción y el almacenamiento de dichas armas y a su vez establece disposiciones para la
destrucción de esas armas y sus vectores, 1972.

- Convenio sobre prohibición de utilizar técnicas de modificación ambiental con fines militares y
otros fines hostiles. New York, 10 de Diciembre de 1926.

- Convención sobre ciertas armas convencionales: Prohíbe ciertas armas convencionales que se
consideran excesivamente nocivas o de efectos indiscriminados. El Protocolo I prohíbe las armas
que estallan en fragmentos no localizables con rayos X en el cuerpo humano; el Protocolo II
enmendado (1995) limita el empleo de ciertos tipos de minas, armas trampa y otros artefactos; el
Protocolo III prohíbe las ar-más incendiarias, y el Protocolo IV prohíbe el empleo de armas laser
cegadoras, 1980.

- Tratado sobre la zona desnuclearizada del Pacífico Sur, (Tratado de Raratonga), 1985.

- Tratado sobre las fuerzas armadas convencionales en Europa: Limita la cantidad de diversas
armas convencionales en una zona que va del Océano Atlántico a los montes Urales, 1990. 242

- Tratado de cielos abiertos: Permite a los Estados partes sobrevolar y observar sus respectivos
territorios sobre la base de los principios de cooperación y transparencia; se ha utilizado para
verificar varios acuerdos de control de armamento y otros mecanismos de supervisión, 1992.

- Convención sobre las armas químicas: Prohíbe el desarrollo, la producción, el almacenamiento y


el empleo de armas químicas y exige su destrucción, 1993.

- Tratado de creación de la zona libre de armas nucleares en el Asia Sudoriental (Tratado de


Bangkok): Prohíbe el desarrollo o emplazamiento de armas nucleares en el territorio de los Estados
partes, 1995.

- Tratado sobre una zona libre de armas nucleares en África (Tratado de Pelindaba): Prohíbe el
desarrollo o emplazamiento de armas nucleares en el continente africano, 1996.

- Tratado de prohibición completa de los ensayos nucleares (T.P.C.E.). Nueva York, 10 de septiembre
de 1996.

- Convención de la OEA contra el tráfico y la fabricación ilícita de armas y municiones del año 1997.

- Convención sobre las minas antipersonal: prohíbe el empleo, el almacenamiento, la producción y


la transferencia de minas antipersonal y dispone su destrucción, 1997.

- Convenio internacional para la represión de los actos de terrorismo nuclear (Convención sobre el
terrorismo nuclear): describe actos concretos de terrorismo nuclear, trata de proteger una amplia
gama de posibles objetivos, llevar a sus autores ante la justicia y fo-mentar la cooperación entre los
países, 2005.

- Tratado sobre una zona libre de armas nucleares en el Asia Central: Kazajstán, Kirguistán,
Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, 2006.

- Convenio sobre municiones en racimo: prohíbe el uso, el desarrollo, la producción, la adquisición,


el almacenamiento, la retención o la transferencia de las municiones de este tipo, 2008.

- Convenio de África Central para el control de las armas pequeñas y ligeras (Convenio de
Kinshasha): limita la fabricación, la transferencia entre estados y la posición por civiles de armas
pequeñas y ligeras; exige que las armas estén marcadas y que los estados regulen las actividades
de tráfico y los traficantes a fin de limitar el número de puntos de entrada de armas en su territorio
nacional, 2010. 243
3. LA PROSCRIPCIÓN DE ARMAS NUCLEARES EN AMÉRICA LATINA: UN AVANCE PARA NUESTRA
SEGURIDAD

El Tratado de Tlatelolco es un documento que lleva por contenido la proscripción de las armas
nucleares en América Latina.

3.1. ANTECEDENTES

En la década del 60 algunos gobiernos Latinoamericanos plantean directamente su interés de


controlar el uso de la energía atómica en esta parte del mundo. Fueron 5 de esos países (México,
Chile, Brasil, Bolivia y Ecuador) los que en 1963 firmaron la Declaración Conjunta. Consignaron
notorio interés en firmar un acuerdo multilateral con miras a no fabricar, recibir, almacenar, ni
ensayar armas nucleares o arte-factos de lanzamientos nucleares.

Las Naciones Unidas instaron a los países de Latinoamérica a iniciar estudios con el fin de tomar las
medidas pertinentes para concretar los propósitos de la declaración arriba mencionada, saludando
así obviamente con gran beneplácito tal iniciativa. Posteriormente, se celebró en México una
reunión preliminar sobre la desnuclearización de América Latina, creándose en tal ocasión una
Asamblea Constituyente y una Comisión Preparatoria que tendría sede en México. Diecisiete
países integraron la Comisión que se encargaría de redactar el anteproyecto del Tratado
multilateral para la desnuclearización de América Latina. Posteriormente, se amplió a 19 el número
de países participantes. El Tratado fue firmado en México el 14 de febrero de 1967, por los
siguientes países: Bolivia, Colombia, Costa Rica, Panamá, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras,
Jamaica, México, El Salvador, República Dominicana, Trinidad y Tobago, República Oriental del
Uruguay, y Venezuela.

Concretamente el Tratado expresa el firme propósito de poner fin a la carrera armamentista,


específicamente en armamentos de tipo nuclear, lo cual conllevaría a la igualdad soberana de los
Estados, el respeto mutuo y la buena voluntad. En este Tratado se pone de manifiesto notorio los
terribles efectos que alcanzan indistinta e ineludiblemente, tanto fuerzas militares como a la
población civil, tales 244

armas por razón de la radioactividad que generan, atentando contra la integridad de la especie
humana.

Por otra parte, contempla el Tratado, la posibilidad de convertir a América Latina en un blanco de
posibles ataques nucleares y además provocaría una carrera ruinosa de armamentos nucleares
porque implicaría gastos elevados de los limitados recursos económicos de la región e instalación
de extraños artefactos mensajeros, de muerte y desolación.

En el Tratado de Tlatelolco las Partes Contratantes se comprometen a utilizar exclusivamente con


fines pacíficos el material y las instalaciones nucleares sometidas a su jurisdicción.
Consecuentemente, los contratantes se obligan a prohibir e impedir en sus respectivos territorios,
el ensayo, uso, fabricación, producción o adquisición por cualquier medio de toda arma nuclear
por si misma directa o indirectamente por mandato de terceros o en cualquier otra forma.
En la delimitación del texto que contiene el Tratado, excluye el territorio de los Estados Unidos con
su área continental y aguas territoriales. También contiene la definición de lo que es un arma
nuclear, conforme al entendimiento de las partes contratantes. En previsión al formal
cumplimiento del Tratado analizado, se decide la creación del organismo para la Proscripción de las
Armas Nucleares en América Latina.

Luego se establecen medidas tales como las que contempla reuniones periódicas de los Estados
miembros, en cuanto se relacione con los propósitos, las medidas y los procedimientos, así como la
supervisión del cumplimiento de las obligaciones derivadas del mismo. Se señala como sede de
dichas reuniones la Ciudad de México.

En el Tratado se hace la salvedad de que podría procederse a la creación de órganos subsidiarios,


por acuerdo por la conferencia general si se estimase conveniente. En el Tratado se consignan las
características y las funciones de los órganos principales que se establecen y los cuales son: la
Conferencia General, el Consejo y la Secretaría. 245

El Tratado de Tlatelolco prevé las realizaciones de inspecciones especiales. Ella las podría llevar a
cabo el Organismo Internacional de Energía Atómica (O.I.E.A.). También las hará el Consejo,
señalando las razones que fundamenta tales inspecciones especiales entre otras, cuando lo solicite
cualquiera de las partes que haya sido objeto de sospecha o del cargo de haber violado el Tratado.

El Tratado admite la posibilidad de realizar explosiones de dispositivos nucleares con previa


notificación de ello al organismo de Energía Atómica y cumpliendo una serie de requisitos
desarrollados en el Artículo 18.

Contempla también el Tratado las medidas a tomar en caso de violación del mismo, como la que
pudiera poner en peligro la paz y la seguridad internacional y cuando a juicio de la Conferencia
General, cualquiera de las partes contratantes no esté cumpliendo con las obligaciones emanadas
del Tratado.

Por último, se señala que las controversias se resolverán pacíficamente. Si hay problemas de
interpretación o de aplicación del Tratado, podrán ser sometidos a la Corte Internacional de
Justicia con el consentimiento de las partes interesadas. Luego de una revisión integra del
contenido del Tratado, los aspectos señalados son los que consideramos más relevantes.

4. PRINCIPALES CATEGORÍAS DE ARMAS Y SUS CONSECUENCIAS

4.1. LAS PRINCIPALES CATEGORÍAS DE ARMAS

Al entrar a analizar las principales categorías de armas, es necesario examinar la capacidad que
poseen para causar víctimas.

a) Las Armas de Explosión y de Penetración que causa una serie de lesiones. Estas lesiones pueden
agruparse en lesiones debidas al efecto de la explotación y lesiones debidas a la penetración en el
organismo humano por uno o más proyectiles.

b) Las Armas Nucleares: Son armas incendiarias de explosión dotadas de un alto poder. Además,
son armas radiológicas. Efectos dañinos: quemaduras, explosión y radiación ionizadora. 246
c. Las Armas Biológicas: Deben sus efectos a la acción de agentes de guerra biológicos. En el
informe del Secretario General de las Naciones Unidas de 1969 (Documento a 7575/Rev1), se
define “como Organismos vivos sea cual fuere su naturaleza, o material infeccioso derivado de
ellos, que se utilizan para provocar la enfermedad o la muerte en el hombre, los animales o
multiplicarse en la persona, el animal o planta atacada”. Efectos dañinos: enfermedad.

d. Las Armas Químicas: Según el mismo informe del Secretario General de las Naciones Unidas de
1969, son sustancias químicas ya sea gaseosas, líquidas sólidas, que pueda emplearse a razón de
sus efectos tóxicos directos en el hombre, los animales y los cultivos.

e. Las Armas Incendiarias: Deben sus efectos a la acción de agentes incendiarios y son sustancias
que afectan a sus blancos principales por la acción de la llama y/o el calor derivado de reacciones
químicas que se alimentan así mismas y se propagan por sí solas. Efectos dañinos: quemadura,
asfixia y efectos tóxicos.

4.2. OTRO TIPO DE CLASIFICACIONES

Las armas estudiadas a rasgos generales con anterioridad se pueden clasificar en base a sus
características militares.

Una de estas clasificaciones sería: armas antipersonales y armas contra objeto.

Otra clasificación sería: Armas de Precisión y Armas para tiro de la Zona. Estas armas a su vez se
subdividen en Armas con dispositivos de retardo y sin dispositivo. Mientras que unas extienden los
efectos en el espacio, las otras lo extienden en el tiempo.

Las clasificaciones son útiles para revisar en detalle la utilización de determinadas armas y los
efectos indiscriminados que las mismas producen.

Ejemplos típicos de armas antipersonales serían las químicas, las biológicas y las radiológicas, pues
casi no afectan en absoluto a los objetos inanimados. Como el cuerpo es también vulnerable a las
fuerzas térmicas y mecánicas, que son generadas por las armas incendiarias y las de explosión,
podríamos afirmar que todas las analizadas son de carácter antipersonal.

“Desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial, unos 30 millones de personas han perecido en los
diferentes conflictos armados que han sucedido en el 247

planeta, 26 millones de los cuales lo han sido a consecuencia del impacto de las armas ligeras”.
(FISAS VICENÇ, Adiós a las Armas Ligeras, pág. 13).

Las armas ligeras son armas convencionales que pueden ser transportadas por una persona o por
un vehículo ligero según lo han definido un grupo de expertos gubernamentales designados por las
Naciones Unidas. Las armas ligeras son las siguientes: revólveres, pistolas, rifles, carabinas,
ametralladoras ligeras, rifles de asalto, ametralladoras de pequeño calibre, ametralladoras
pesadas, lanzagranadas, cañones antiaéreos portátiles, cañones anticarro, rifles sin retroceso,
lanzadores portátiles, misiles contra carros y sistemas de cohetes, granadas de mano antipersonal
y contra carro, minas terrestres y explosivos.

“Se calcula que en todo el mundo existe un arsenal de 500 millones de armas de fuego, a las que
habría que añadir otros millones de armas a disposición de los cuerpos policiales y de seguridad”
(FISAS VICENÇ, Adiós a las Armas Ligeras, pág. 17).

4.3. EVOLUCIÓN POTENCIAL DEL ARMAMENTO

a) Aspectos Generales

Podemos advertir que la evolución del armamento a finales del siglo XX tendía a aumentar la
potencia de fuego (armas nucleares) y el consiguiente aumento de la movilidad del adversario. Se
desarrollaban los campos de minas antipersonales o contra objetos y la artillería y aviación
continuaría creciendo en importancia. Ha aumentado igualmente la importancia del radar para
localizar blancos y los dispositivos de orientación terminal y de busca de blanco para los cohetes,
proyectiles y bombas.

Se ha aumentado muchísimo la utilización y la eficacia de los dispositivos de rayos infrarrojos


buscadores del blanco, los rayos láser y otros sistemas electroópticos ampliados.

Igualmente se prevé que desarrollará la artillería. Tal vez aparezcan armas incendiarias del tipo de
los proyectiles T.P.A., con las que podría utilizarse agentes incendiarios a base de flúor. Se piensa
también en lanzacohetes de tubos múltiples. 248

Cualquier tipo de armadura o transporte blindado para la protección del soldado genera como
contrapartida armas antipersonales más poderosas aún.

Se piensa que la sustitución de las técnicas de combate por unas nuevas, tiende a que la tropa
desempeñe un papel menos directo, cediéndose el paso a las armas de largo alcance, con sistemas
automáticos o teledirigidos, pero esto puede generar la utilización de las armas de manera
indiscriminada.

En el siglo XXI han aparecido los drones, o sea, aeronaves no tripuladas con explosivos y bombas
de alto poder con sensores para localización del objetivo.

b) Los Dispositivos Láser

Esta es una de las armas modernas que consideramos necesario analizar, ya que se ha descubierto
que la determinación de las distancias, así como la observación de los impactos mediante
dispositivos láser, es un método de aumentar la precisión de los proyectiles disparados por las
armas y especialmente de las bombas aéreas. Los dispositivos láser, además, pueden dañar el ojo
humano a una distancia considerable.

- Tipos de Dispositivos Láser: Los accionados por gas que podrían llegar a emplearse en los buques
o armas terrestres; los de descarga eléctrica y los accionados químicamente.
Es poco probable que se utilicen los dispositivos láser como arma antipersonal debido a la poca
eficacia con relación al costo que tiene para esa actividad, pero aun así es evidente que podría
tener efectos antipersonales, además de los efectos que tienen contra los objetos.

- Los efectos nocivos de estos rayos: Serían el calor, la presión, eventuales ondas de choques y la
generación de proteínas en el plasma sanguíneo. Puede producirse también una ionización de los
tejidos, transformaciones químicas y trastornos de la circulación sanguínea.

El ojo es la parte más vulnerable a este tipo de rayos. Los daños van desde afecciones a la córnea,
hasta la destrucción total del ojo. Es poco probable que la piel sufra daño, solo podría sufrirlo con
dispositivos láser de gran potencia. Las armas láser segadoras fueron prohibidas en la Convención
sobre la prohibición de ciertas armas convencionales en 1980.

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