Está en la página 1de 2

Parecido a Dios Y en el amor encontró la justa respuesta.

¡Cuánto dar daría por parecerme cada día más a - Voy a rezar por él.
Dios!
¡Cuánto daría por configurarme cada día más con Y así lo hacía a la mañana, al mediodía, al anochecer.
Cristo! Rezó una semana, un mes, un trimestre…
Cuentan las crónicas de los antiguos padres del
De nuevo, otro peregrino le informó acerca del joven.
desierto que cierto día un hombre ya maduro en años se
adentró en la soledad de unas áridas montañas. Se venía - Padre, ¿no tenías tú un aspirante…? Pues debo
alejando de la ciudad. Buscaba encontrarse a sí mismo. decirte que es un desgraciado. ¡Qué vergüenza!
Esperaba hallar el locuaz silencio para concentrarse en la
El viejo monje quedó perplejo y en sus adentros se
voz de la voluntad de Dios. Había decidido morir en
volvió a cuestionar.
vida para el mundo para vivir la vida en Dios.
- ¿Qué puedo hacer yo desde aquí por este pobre
Pasaron los años y su fama de asceta y santo corrió
muchacho? Ah, ya sé. Voy a hacer penitencia y rezar
como la pólvora por aquella zona. Muchos peregrinaban
por él con más intensidad.
a su encuentro en busca de sabia dirección espiritual.
Y así lo hacía a la mañana, al mediodía, al atardecer,
En un amanecer, un joven sorprendió al viejo monje.
al anochecer. Lo hizo un día, una semana, un mes, un
- ¿Quién eres? ¿Qué quieres? trimestre, todo un año.
- Santo varón, quiero retirarme del mundo y vivir sólo Pero hete aquí que en una meditación espiritual tuvo
para Dios. como una visión muy especial. Le parecía que Dios
estaba muy enojado con él y con rostro desencajado le
- ¿Lo has pensado bien? A Dios no se llega desde
criticaba duramente.
huida sino desde el encuentro.
- Sabes lo que te digo, viejo monje, que estoy podrido
- Monje, lo anhelo con todo mi ser. Por favor dime,
de escucharte en la oración siempre la misma letanía
¿qué y cómo debo hacer?
intercediendo por ese muchacho perdido. ¡Por favor,
- Algo sencillo y difícil: reza mucho sintiéndote cambia la sintonía!
amado por Dios, trabaja con dedicación y alegría para
El monje quedó descorazonado, sin aliento. Tras
ganarte el pan, da hospitalidad a los peregrinos,
serenarse, se dijo:
recibiéndolos como a Cristo mismo. Y sé feliz.
- Ya sé lo que voy a hacer por este chico. No me
El joven progresaba en la vida espiritual. Se le veía
dejaré tentar. Voy a rezar más todavía y sacrificarme
contento. Parecía que había encontrado su lugar y
con penitencia más duras.
misión. El viejo asceta supervisaba.
Y así lo hacía al amanecer, a la mañana, al mediodía,
Pero un día, el joven, un tanto consternado, se
al atardecer, al anochecer, a media noche. Lo hizo un
presentó ante el venerado monje.
día, una semana, un mes, un año tras otro…
Abba, estoy en crisis. He pensado volver al mundo.
Ya cerca del final de sus días, tuvo la gracia de una
Esta no es mi vocación.
revelación. Sentía la presencia de Dios junto a él.
- Hijo mío, en tiempos de crisis no tomar decisiones
- Señor, concédeme una gracia. Aquel joven
importantes. Te aconsejo que por un mes pienses y ores
candidato, ¿se convirtió de su mala vida?
tu decisión. Después, haz lo que te dicte tu conciencia.
Pero sólo obtuvo una respuesta.
El joven acató el buen consejo del eremita, pero al
mes se despidió. Volvió a la ciudad. El hombre de Dios - Viejo monje, viejo monje, enhorabuena; cada día te
lo vio partir con tristeza, pero el amor no vive de apegos. pareces más a mí.
Al cabo de un tiempo, al final de una entrevista con Moraleja
unos peregrinos, uno de ellos manifestó:
La fe, la esperanza y caridad
- Padre y maestro, ¿tú no tenías de postulante a un No saben de tiempo
joven…? Pues es mi obligación decirte que es un sino de eternidad.
sinvergüenza de marca mayor.
Para reflexionar personalmente o en grupo
El monje quedó desconcertado. ¿Cómo era posible?
¿Por qué el viejo monje fue tentado en una visión?
- ¿Y qué puedo hacer por este muchacho? – se ¿Por qué Dios lo felicitó?
cuestionó el santo hombre de Dios. ¿En qué se parecía cada día más el monje a Dios?
Tu conclusión

También podría gustarte