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Jesús el Agua de Vida

Lectura Bíblica: Juan 4: 7-15, 28, 39-42.


Uno tiene privilegios en la vida que a veces ni se da cuenta que los tuvo, muchas
veces nos percatamos de ellos cuando ya se fueron y decimos: “¿Cómo?...”. La
nación de Judea tuvo el mayor privilegio que alguien haya podido tener, y fue que
Jesucristo comenzó su Ministerio tan esperado allí. Mucha gente esperaba al Mesías,
inclusive, gente en el mundo pagano, y Jesús apareció en Judea en el tiempo
proféticamente establecido y no lo reconocieron como tal, resultado, vemos a Jesús
marchándose de Judea para irse a Galilea, precisamente por la envidia de los
fariseos.
Nunca permitamos que Jesús se vaya de nuestra vida, es lo más triste que a un
individuo le puede pasar, pero a todo se adapta el ser humano, aún a estar lejos de
Jesús. Por eso, cuando sientas que Jesús no está en tu vida, inmediatamente busca
a Cristo sin cesar, sin lugar a dudas que lo encontrarás.
El versículo 4 es extraño para un judío, nos dice que a Jesús, “le era necesario pasar
por Samaria”. Había 2 caminos para ir de Judea a Galilea, en el centro de ambos
lugares estaba Samaria, pero los judíos odiaban a los samaritanos, al punto que
optaban ir a Galilea por el camino más largo con tal de no pasar por allí. La relación
entre judíos y samaritanos tuvo siglos de diferencias, pero tal vez la mayor
agudización se marcó tiempos de Antíoco IV Epífanes. Mientras los judíos resistieron
sus intentos de helenizarlos, y sufrieron grandes persecuciones de los sirios (2 Mac.
6), los samaritanos dedicaron a Zeus (Júpiter) su templo del monte Gerizim por
considerarlo el defensor de los extranjeros (2 Mac. 6:2). De allí que cuando los judíos
recuperaron el control de Palestina durante el reinado de los Macabeos, se pusieran
en contra de los samaritanos, y Juan Hircano (135-105/104 a.C.) destruyera el templo
del monte Gerizim en el 128 a.C. Sin embargo, los samaritanos continuaron
celebrando servicios religiosos en la cumbre, junto al lugar donde había estado su
santuario, por considerar que ése era el verdadero lugar de culto (Juan 4:20, 21). Aun
hoy siguen celebrando la fiesta de la Pascua en el monte Gerizim, de acuerdo con el
rito mosaico, incluido el sacrificio del cordero pascual.
Repito que en este contexto es que resulta extraño para un judío el versículo 4, pero
no para Jesús. Los exégetas nos dicen que en las veces que Juan usa en su
evangelio la expresión “era necesario”, se refiere a una misión expresa de Jesús. Sin
lugar a dudas que Jesús iba a Samaria a cumplir con una misión, la de alcanzar a los
samaritanos y darles la oportunidad de conocerlo y de aceptarlo. Jesús nunca actuó
por prejuicio, puede ser que alguien aquí en esta mañana sea víctima del prejuicio de
alguien o de un sector aún de la misma iglesia, pero eso no quiere decir que Jesús te
mira con prejuicio, él te ama y te acepta y se goza en que pertenezcas a su pueblo.
Allí, en el pozo, a las afueras de Sicar, Jesús espera a un alma que iba a ser
receptiva a su mensaje, la mujer de la cual no sabemos su nombre, pero todos la
conocemos como “la samaritana”. Ella iba todos los días a buscar agua al pozo y
Jesús la sorprende con un pedido, “dame de beber”.
Jesús le estaba pidiendo agua para darle entonces un agua mejor. Sin lugar a dudas
que Jesús es esa agua, sencillamente porque el agua se da gratuitamente, el agua
no se niega, es algo común y tremendamente necesario. Toda la vida de Jesús
consistió en darse, siendo Dios vino a ser hombre, siendo rico, vino a ser pobre y vino
a constituirse en la esencia de la vida cristiana, la única vida que tiene valor. Sus
beneficios no cuestan nada y están al alcance de todos sin importar raza, ni cultura,
ni pasado.
Jesús le dijo a la Samaritana que “...Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a
tener sed; jamás el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino
que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.
En estas palabras de Jesús aparecen 2 distintivos de tomar el agua que Jesús
ofrece:
1. No tendrá sed jamás. En Cristo encontramos satisfacción plena. Las cosas del mundo
no dan plena satisfacción, por ejemplo, la compra de un objeto material, lo vemos en la
tienda y nos emociona, luchamos por comprarlo y al fin lo logramos tener, al principio,
es decir, los primeros días, nos sentimos felices, pero llega el momento en que ya eso
no es novedoso para nosotros y necesitamos entonces otra cosa que nos dé
satisfacción... Cuando Jesús nos dice que él cuando habita en el corazón satisface la
sed humana, nos está diciendo que tú y yo podemos estar en problemas, podemos
estar sufriendo una enfermedad incurable, podemos tener apreturas económicas, pero
tendremos paz y esperanza, ¿no es esto maravilloso?
2. Convertirá a la persona que la tome en una fuente que salte para vida eterna. En otras
palabras, convertirá a la persona que la reciba en un manantial que lleve agua a otras
personas que tanto la necesitan. Nos convertiremos en pozos, no en cisternas... En la
Biblia no encontramos la idea de retener los beneficios del evangelio, lo tenemos para
compartirlo y de esa forma nunca nos faltará. Así como un pozo para que tenga
siempre agua debe siempre dar, para que tú y yo nos beneficiemos siempre con esa
agua maravillosa, tenemos que compartirla con aquellos que mueren de sed en este
árido mundo. Los pozos no se custodian, a los pozos no se les pone llavín ni candado,
ellos están disponibles para dar agua a quien la necesite. Así tenemos que ser
nosotros, tenemos que estar abiertos a la gente, a que la gente venga a participar de
nuestra esperanza, de nuestra felicidad:
3.
a. ¿Vas de viaje? Ve abierto a darle de esa agua quien viaje a tu lado...
b. En tu vecindario hay gente que sin lugar a dudas aceptaría a Jesús si tú que
tienes la fuente se lo presentas...
c. En tu centro de trabajo, en tu escuela, en el grupo de tus amistades, en el
gimnasio, donde quiera vayas, quien tú no te imaginas, está esperando por
ti.
El mar Muerto realmente está muerto, no contiene ninguna clase de vida, excepto
varios tipos de microbios; los peces marinos que se adentran en él, mueren
rápidamente. Sí, el Mar Muerto tiene algunos beneficios, por ser 6 veces más salado
que los océanos, y al cada día tener menos agua, debido a la evaporación que
elimina el agua tan rápidamente que las precipitaciones no pueden reponerla, esto
trae como resultado enormes reservas de sal; es una fuente también de sustancias
importantes como cloruro sódico (sal común), cloruro magnésico, cloruro cálcico,
cloruro potásico, bromuro magnésico y muchas otras sustancias. También es un
centro de atracción turística, una de sus atracciones es flotar y hasta poder leer un
libro sentado flotando, ya que el agua es muy densa, también es un centro de ayuda
para la salud, ya que en él se han creado centros de salud invernales que están en
desarrollo.
Sí, tú y yo podemos ser de gran ayuda para la sociedad por los talentos que
poseamos, pero si no beneficias a cuantos tratan contigo con el agua que quita
completamente la sed, eres una cisterna, no una fuente y por lo tanto no estás
cumpliendo la misión del Señor y eres una réplica del Mar Muerto.
¿Resultados?: La mujer fue y llevó el mensaje a los de la ciudad y Jesús se quedó
con ellos, predicándoles, dos días y cuán hermosos son los siguientes versículos: 39
Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la
mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho. 40 Entonces
vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí
dos días. 41 Y creyeron muchos más por la palabra de él, 42 Y decían a la mujer: Ya
no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos
que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.
¡Qué privilegio el nuestro, el Señor nos ha llamado a ser fuente de bendición para el
mundo! Desde ahora en lo adelante cumplamos esta misión.

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