Sobre la historia del ají de gallina, cuentan que en tiempo de
la colonia, la carne que más gustaba era la de gallina. Los que podían usaban la carne y desechaban los huesos, éstos eran recogidos por la gente pobre, los llevaban a sus casas y terminaban de sacarle los restos de carne, que aún les quedaba, y para que aumente, le agregaban pan y algunas especies, para darle sabor.
Con el tiempo, este plato fue incorporándose en la cocina
limeña, y se le agregó para mejorarlo el ají, es así como tomó el nombre de Ají de Gallina, aunque actualmente, se prepara con pollo. En realidad, lo que se adereza no es el pollo, sino el pan, y si no le gusta la cebolla para el aderezo, se utiliza un choclo rallado.
No utilizar pan de molde, porque le da una consistencia que
no es apetecible, es oloroso e inconsistente, se utiliza pan francés, tener en cuenta, que el pan no se licua, se deshace en el caldo hirviendo, en donde se sancochó el pollo, triturándolo con un cucharón de madera.