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Judas 3 - 4

Continuamos hoy, amigo oyente, nuestro recorrido por la


epístola universal del apóstol Judas, un breve libro que nos
presenta la apostasía, como en ninguna otra parte de la Palabra
de Dios. Uno de los aspectos a destacar es que Judas no tenía la
intención de escribir sobre el tema de la apostasía, porque tenía
otro tema sobre su corazón y en su mente. Pero el Espíritu de
Dios, soberano y sabio, le llevó a cambiar de pensamiento y le
impulsó a escribir sobre un tema complejo pero de gran
importancia para los creyentes de todos los tiempos, y
especialmente para nosotros que vivimos en el siglo 21. Los
estudiosos de la Biblia han considerado que Judas escribió su
epístola entre los años 70 y 80 D.C. ¡Cuántas batallas ha
resistido la fe en Jesucristo a lo largo de estos 20 siglos! Ya en
ese primer siglo la apostasía era un tema importante en la
primera iglesia. Quizá algún amigo oyente que no ha escuchado
nuestros programas anteriores se pregunta: ¿Qué es la
apostasía? La apostasía es la actitud de negar la fe en
Jesucristo, un apartarse y alejarse, o un abandono de la
doctrina de los apóstoles sobre la fe en Jesucristo. Esta actitud
falsa e hipócrita, engañosa y sutil ya se pudo percibir en los días
del apóstol Judas. Comenzó, como si fuera una pequeña nube
en el firmamento de la fe en Jesucristo que poco a poco llegó a
convertirse en una negra y violenta tormenta que ponía en
peligro la pureza de la iglesia de los primeros siglos. En el
presente, la apostasía nos rodea totalmente, porque nuestra
sociedad se jacta de haber conquistado la libertad y la
independencia del pensamiento auto-suficiente, siempre alejado
de Dios. Y en este versículo 3 de su epístola, dijo Judas:
"Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de
nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros
exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha
sido una vez dada a los santos."
Judas escribió: "Amados", y esa expresión tan cariñosa quiere
decir: a los hijos que Dios ama, es decir amados hijos de Dios.
Y continuó: "Por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca
de nuestra común salvación". Vamos a explicar la palabra
"común" que proviene del griego "koiné". El Nuevo Testamento
no fue escrito en el griego clásico pero sí en el griego koiné, o
griego común, popular, en términos que cualquiera podría
entender, tanto por la gente sencilla como por los muy
preparados y cultos que se extendían por todo el Imperio
Romano en los días de los apóstoles. Cuando Judas dijo que
intentó escribir sobre la "común salvación" se debe haber
referido a algo que toda la gente del Imperio Romano pudiera
comprender.
Judas deseaba escribir sobre una faceta de la salvación, que
podría haber sido la "redención", sobre "la persona de
Jesucristo", o la "santificación", o sobre muchos otros temas
relacionados, pero no lo hizo. El apóstol explicó: "Me ha sido
necesario escribiros exhortándoos que contendáis
ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos".
El pensamiento que nos comunica esta afirmación es que el
Espíritu Santo desvió a Judas de escribir sobre la Fe para que
levantara una voz de alarma y preocupación por la apostasía
que se había introducido en las iglesias.
Judas escribió que era "necesario", que tenía una necesidad
compulsiva, que le presionaba para comunicarles lo que a
continuación veremos con más detenimiento.
Continúa la frase "que contendáis ardientemente", significa que
debemos contender, luchar, pero sin ser contenciosos. O como
lo expresó el apóstol Pablo, en su Segunda Epístola a Timoteo,
capítulo 2, versículos 24 al 26, donde dice: "Porque el siervo del
Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos,
apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los
que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan
para conocer la verdad. Y escapen del lazo del diablo, en que
están cautivos a voluntad de él".
Así es que, ése es el pensamiento que el Espíritu Santo llevó a
la mente de Judas. La palabra "contender" proviene del griego
"epagonízesthai", que en el idioma español implica la palabra
"agonía". Judas, en vez de escribir sobre alguna gran doctrina,
se sintió presionado, impulsado, a animar a los lectores a
contender o defender las grandes doctrinas del Cristianismo. En
el libro de los Hechos de los Apóstoles se presentaron en el
capítulo 2, versículo 42 las prácticas de la primera iglesia, y
como primera característica se mencionó que "continuaban en la
doctrina de los Apóstoles". Como esta observación es citada en
primer lugar creemos que podemos afirmar que, una
congregación no es una iglesia, si no sigue ésta práctica.
En su epístola a los Efesios, capítulo 4, versículo 15, escribió el
apóstol Pablo que se debe hablar la verdad en amor. Es decir,
que si usted va a hablar de la verdad, lo debe hacer en amor. Y
si usted no presenta la Verdad de Dios en amor, entonces se
podría poner en duda que lo que usted está presentando es
realmente "La Verdad". Debemos estar siempre listos para
ofrecer una respuesta a quienes nos plantean preguntas sobre
la Fe; no nos debe molestar si alguna persona difiere de
nuestras creencias y piensa de otra manera que nosotros.
El Dr. Wuest, profesor de Biblia, ha escrito uno de los mejores
libros sobre la epístola de Judas en el cual nos ofrece una
traducción literal de este versículo 3. Escribió: "Divinamente
amados, cuando sentía una gran diligencia por escribiros acerca
de la salvación que todos nosotros gozamos en común, me vi
obligado a escribiros exhortándoos que contendáis con ardor y
determinación por la fe que ha sido confiada al cuidado de los
santos".
El apóstol Judas, a continuación presentó la razón por la cual
debían defender sabia y valientemente a la Fe. Y, ¿por qué no
simplemente esparcirla, como se esparce la semilla? Una de las
maneras en que podemos batallar por la fe es esparciendo la
semilla, es decir, predicando la Palabra de Dios. Pero algo
peligroso estaba ocurriendo a la iglesia de los primeros tiempos.
El Espíritu Santo puso en el corazón de Judas una preocupación
para que denunciara, con voz de alarma lo que leemos en el
siguiente versículo 4:
"Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los que
desde antes habían sido destinados para esta condenación,
hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de
nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro
Señor Jesucristo."
En este versículo el apóstol comentó algo muy importante al
describir a estas personas falsas e hipócritas. Los que desde
antes habían sido destinados para esta condenación. Tenemos
que clarificar, en primer lugar, que en realidad la palabra que se
nos menciona aquí indica que ya anteriormente se había escrito
sobre estas personas engañosas. La palabra que Judas utilizó
aquí es "prográfo", que quiere decir, "escribir de antemano" y su
utilización indica que otros escritores ya habían presentado esta
advertencia. Es decir, Judas sencillamente repitió la denuncia de
una situación que se estaba observando con preocupación. En la
iglesia se habían introducido personas y se habían mezclado con
los demás miembros sin que éstos advirtieran el inminente
peligro. Estas personas, deliberadamente, manifestaban
pensamientos y actitudes contrarias al espíritu que guiaba a
estas iglesias del primer siglo. Judas destacó con claridad su
hipocresía y falsedad al escribir: "Convierten en libertinaje la
gracia de nuestro Dios y niegan a Dios como el único soberano y
a nuestro Señor Jesucristo". Es decir, estos hombres mal-
intencionados habían distorsionado la Verdad del Evangelio,
pero además, llegaron a negar la Gracia de Dios, y la deidad del
Señor Jesucristo. Por esas características de sus actitudes y
falsa fe el apóstol los identificó en este versículo 4. Judas
comentó que estas personas habían entrado a la iglesia de
forma encubierta, es decir, que se habían introducido entre la
membresía, al corazón de la iglesia sin hacerse notar. Aquí nos
encontramos con una de las palabras más interesantes del
idioma griego. Esta palabra es "pareisdúno"; "dúno" quiere decir
"entrar". La preposición "eis" indica "dentro", y la palabra "para"
significa "al lado de". Así que la palabra utilizada en el idioma
griego podría traducirse, como lo explica el Dr. Vincent en su
comentario bíblico, "el entrar por un lado", o "el entrar por una
puerta lateral". Esa es una manera muy descriptiva para relatar
la manera como los apostatas se introducían en la iglesia del
primer siglo.
El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee
recordaba que cuando él comenzó a predicar, después de
realizar sus estudios teológicos y ser ordenado como ministro y
predicador del Evangelio, empezó a descubrir que había
personas que se hacían llamar ministros del Evangelio,
autoridades espirituales, se presentaban como supuestos líderes
de congregaciones y comunidades que, por sus palabras o
hechos, negaban la fe verdadera. A lo largo de su extensa
trayectoria como pastor de almas en diferentes iglesias el
profesor McGee explicó que había observado en numerosas
ocasiones a personas que con una actitud hipócrita y falsa se
mezclaban entre los miembros de una iglesia pero sólo para
dividir y crear problemas. Esas personas no entraban por la
puerta principal, con una actitud correcta y abierta, motivados
por un deseo sincero de buscar a Dios, sino que eran como
lobos disfrazados de corderos que entraban por la puerta lateral,
engañando y pretendiendo ser lo que, en realidad, no eran.
Así se explica el sentido de esta palabra en el idioma griego. Los
apostatas era personas que se introdujeron en la iglesia, con
engaño, como por una puerta lateral. Las Escrituras advierten
sobre este tema, como por ejemplo, el apóstol Pablo, quien
escribió en su Segunda epístola a los Corintios, capítulo 11,
versículo 13: "Porque éstos son falsos apóstoles, obreros
fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo".
Ahora, las palabras "se disfrazan" que se utilizan aquí en la
Segunda epístola a los Corintios, son palabras muy interesante.
En griego es "metaskematixontai", que traducido significa,
"transformado". O sea, es el acto consciente de una persona
que cambia su expresión externa, y asume una expresión
distinta que no proviene de un sentimiento o pensamiento
interior, porque solamente es una falsa fachada externa. El
enemigo de Dios, Satanás también utiliza este método,
haciéndose pasar por un ángel de luz.
El apóstol Judas al escribir estos últimos versículos no estaba
comunicando algo nuevo, revolucionario, o desconocido. Ya
otros apóstoles habían mencionado en sus cartas el problema de
las falsas doctrinas, y de sus falsos maestros. El enemigo de
Dios desde un principio trató de introducir errores y
pensamientos totalmente ajenos a la doctrina de Cristo, y para
ello usaba a personas dispuestas a este terrible juego del
engaño espiritual.
Permítanos ahora presentar algunos textos bíblicos de otros
escritores que también mencionaron este tema. El apóstol Pablo
reiteradamente advirtió en sus escritos sobre la existencia y el
peligro de los apostatas. En su última visita a la iglesia en Éfeso,
él les comunicó su preocupación a los Ancianos de esa
congregación. En el libro de los Hechos de los Apóstoles,
capítulo 20, versículos 29 al 31, leemos: "Porque yo sé que
después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos
rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se
levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar
tras sí a los discípulos. Por tanto, velad, acordándoos que por
tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con
lágrimas a cada uno".
La advertencia de Pablo fue clara porque preveía lo que podía
ocurrir más adelante, y de hecho la iglesia de Éfeso tuvo que
afrontar situaciones muy graves que sacudieron a esa
congregación, porque permitieron que se predicaran falsas
doctrinas.
En otra ocasión el apóstol Pablo, advirtió al un joven predicador
Timoteo, en su Segunda Epístola, o carta, dirigida precisamente
a Timoteo, capítulo 3, versículos 2 al 6: "Porque habrá hombres
amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios,
blasfemos, desobedientes a los padres, ingratos, impíos, sin
afecto natural, implacables, calumniadores, intemperantes,
crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, impetuosos,
infatuados, amadores de los deleites más que de Dios, que
tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a
éstos evita. Porque de éstos son los que se meten en las casas y
llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados,
arrastradas por diversas concupiscencias".
Amigo oyente, antes de concluir nuestro tiempo deseamos
volver al tema principal que desde el primer libro de la Biblia
hasta el último, desde Génesis hasta Apocalipsis, da razón a la
existencia de este "Libro de los libros". Tanto el Antiguo como el
Nuevo Testamento hablaron y todavía hoy nos hablan del
profundo sentir del Creador, de Su amor por sus criaturas. Una
y otra vez se nos recuerda que el Creador también es el Padre
Eterno que amó, ama y amará al ser humano con un amor
entrañable, fiel y eterno. Y Su amor se hizo visible, palpable,
real y humano en Jesucristo, la esencia de Su mismo Ser.
Jesucristo, cuyo nacimiento fue anunciado por medio de los
profetas a través de los siglos, nos comunicó en un lenguaje
comprensible el sentir del corazón de Dios, de Aquel que es el
Creador, dueño y Señor de todo el Universo. Jesucristo, el Hijo
enviado por el Padre Dios no sólo por Sus Palabras, sino
también por Sus hechos, nos mostró una y otra vez, la
compasión, la misericordia y el amor incondicional del Padre que
anhelaba restablecer la comunicación y la comunión con toda la
raza humana. En eso consistía "el Plan de salvación y rescate
del ser humano": "Porque de tal manera amó Dios al mundo que
ha dado a su Hijo unigénito para que todo el que en él cree no
se pierda, mas tenga vida eterna". Estas palabras de Jesucristo,
que podemos leer en el Evangelio de Juan, capítulo 3, versículo
16 son una promesa que sigue vigente para el día de hoy.
Estimado oyente, permítanos preguntarle si usted cree en el
Señor Jesucristo como su único y suficiente Salvador, y si ya
tiene una relación personal con Dios; ¿Le ha pedido perdón a
Dios por sus pecados, errores y fallos? Si ya lo ha hecho,
entonces usted ya no es solamente una criatura de Dios, sino
que también forma parte de la gran Familia de Dios, como un
hijo de Dios. Quizá no sabe cómo acercarse a Dios, porque le
parece que está lejos, y no muy interesado en su persona y
circunstancias. Pues tenemos "buenas noticias": Dios ha hecho
su parte, ha enviado un sustituto que ya ha pagado la deuda
que usted y yo teníamos con Dios; fue la sangre de Jesucristo,
cuando Él se dejó crucificar en una humillante cruz, la que nos
limpia de todo pecado y nos permite acercarnos a la santa
presencia de Dios. Nuestra parte consiste en humildemente
reconocer nuestra condición de pecadores, porque no cumplimos
con Sus mandamiento. Usted, ni yo, podemos "ganarnos" el
perdón de Dios; ni las buenas obras, o los sacrificios, tienen
valor ante los ojos de Dios. No podemos ganar puntos, ni
comprar el perdón y la paz con Dios. Y porque Dios sabe que
por más que lo intentemos no podemos llegar a Su medida de
justicia, Él hizo Su parte, y sólo pide que lleguemos con
arrepentimiento a Su presencia. Si Usted quiere HOY MISMO
disfrutar del perdón de Dios, y estar en Paz con Dios, sólo tiene
que decírselo con unas sencillas palabras: "Dios, ten
misericordia de mí, perdona todos mis pecados; gracias por
enviar a Jesucristo quien murió por mí en la cruz: le acepto
como mi Salvador; te invito que entres a mi vida, y la cambies;
quiero pertenecer a la Familia de Dios, y gracias por ofrecerme
la salvación y vida eterna; en el Nombre, y por los méritos de
Jesucristo, amén".
Si usted nos ha acompañado en esta oración, queremos que
sepa que Dios oye y actúa. Él está presente, a Su lado, y todo lo
que usted le ha dicho de corazón, Dios lo entiende. Hoy Dios le
ofrece el REGALO de la SALVACIÓN. No lo rechace, ni demore
en aceptar su oferta, gratuita y personal. Cada unos de
nosotros, los que formamos el equipo de "La Fuente de la Vida"
hace mucho tiempo hemos comprobado la dulzura del Amor y
del Perdón de Dios. ¡Dios es real, y cada una de Sus promesas
se cumplen! Sólo hace falta creer y tener fe en Jesucristo.
Si tiene preguntas o dudas sobre el contenido de este programa,
por favor, póngase en contacto con nosotros y con muchísimo
gusto trataremos de ayudarle en su búsqueda espiritual.
Amigo oyente, estamos terminando nuestro programa de hoy,
pero esperamos que vuelva a sintonizarnos en el próximo. Nos
permitimos sugerirle leer los restantes versículos de la epístola
universal del apóstol Judas, porque le ayudará en la
comprensión de esta epístola. Hasta nuestro próximo programa,
amigo oyente. Es nuestra ferviente oración que Dios envíe Su
luz a su vida para que pueda experimentar la Gracia y la Paz
que sólo Él puede dar al ser humano.

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