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Texto: Judas

Sermón: Guardianes de la Fe, Parte 3

Fecha: 9 de julio de 2017

Ocasión: Domingo am,

Lugar: Iglesia Bautista Comunión

Propósito: Exponer la Convocatoria a la Batalla

Judas 3 Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra
común salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender
ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue entregada a los santos.

Es fácil darse cuenta que la sociedad humana en general está en constante lucha y que
los frentes de lucha son tan variados que sería imposible enumerarlos todos, por
ejemplo hay un frente de lucha contra el cáncer, lucha contra la pobreza, lucha contra el
hambre, lucha contra la corrupción, lucha contra el narcotráfico, lucha contra el SIDA,
lucha a favor de la educación, lucha contra la desertificación, lucha contra el
terrorismo, lucha contra el racismo y la discriminación, lucha por la democracia, lucha
por la igualdad de oportunidades sociales, lucha contra la inmigración ilegal, lucha por
los derechos del niño. Varias de estas luchas tienen algo de nobleza, pero hay otras que
están en plena rebeldía a la ley moral de Dios como la Lucha por los derechos de
homosexuales, lesbianas y bisexuales, o la lucha por el derecho al aborto, las luchas
feministas, las luchas para la liberalización de las drogas y muchas más.

Pero, ¿qué de la Iglesia? ¿Cuál es o cuáles son las luchas de la Iglesia? ¿En qué frentes
de lucha estamos enfrascados? Si hemos prestado un poco de atención, nos habremos
dado cuenta que en nuestro país, la Iglesia Evangélica está integrando varios frentes de
lucha social. Las iglesias y sus pastores forman parte de comisiones como el Consejo
Nacional anti Corrupción, o la Comisión Nacional de Reconciliación, entre otras,
formamos parte del Frente de Lucha contra el Dengue.

¿Qué tendrá que decir Dios al respecto de las luchas de la Iglesia? ¿Será que Dios no ha
convocado a los creyentes y a la iglesia a ninguna lucha en particular? ¿Jehová de los
Ejércitos no ha llamado a su Iglesia a encarar alguna lucha?

Definitivamente que sí, los creyentes hemos sido convocados por Dios a una lucha sin
cuartel, a contender con vigor, ardorosamente, a batallar venciendo todo obstáculo, sin
ser intimidados de ninguna forma y la convocatoria a esa batalla la encontramos en la
pequeña carta escrita por Judas, el siervo de Jesucristo y hermano de Jacobo como el se
autodenomina.

El primer domingo dimos un vistazo panorámico de la carta de Judas, el domingo


pasado comenzamos a estudiar la carta, hablamos del autor y hablamos de los
destinatarios. Pueden buscar ambos sermones en la página web de la Iglesia o en el
Facebook de la Iglesia también. Hoy hablaremos de la Convocatoria a la Batalla,
solamente recordándoles que el domingo anterior hablamos de quienes son los
convocados por Dios a esta lucha. Son todos los creyentes y los creyentes son todos
aquellos que son amados con el amor de Dios, guardados para el Señor Jesucristo y
quienes han sido llamados por Dios.

Entonces hoy hablaremos de la Convocatoria a la Batalla y del Objetivo de la Batalla.

PROPOSICION: Judas 3 nos enseña que Dios nos exhorta urgentemente a contender
por la verdad que ha entregado a la Iglesia.

Primeramente, miremos el sentido de necesidad urgente.

Lectura de Versículo 3

Amados, por el gran empeño que tenía en escribiros acerca de nuestra común
salvación, he sentido la necesidad de escribiros exhortándoos a contender

Judas sentía una gran necesidad de escribirles a los hermanos creyentes acerca de la
salvación. El puso gran empeño y diligencia en escribir acerca de este tema. La
salvación ese regalo que los cristianos hemos recibido de parte de Dios al ser liberados
del pecado y del castigo que el pecado conlleva, la cual es común porque a todos los
creyentes nos une una misma salvación. Todos somos salvos por gracia por medio de
la fe en el Señor Jesucristo y solamente en el Señor Jesucristo. Nadie se salva de otro
modo o poniendo su fe en otra persona.

Act 4:12 Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado
a los hombres, en el cual podamos ser salvos. La Biblia de las Américas.

Para ser salvo se necesita creer en el Señor Jesucristo, es la única manera.

Pero, el texto sugiere que aunque la intención original de Judas era escribir sobre la
salvación, no pudo, o no le fue permitido, porque otro tema era más urgente, tan
necesario que tuvo que cambiar su tema. Sabemos que Judas y los demás escritores
humanos de la Biblia fueron movidos por el Espíritu Santo a escribir exactamente el
mensaje que Dios quería transmitir. Así que podemos decir con certeza que para Dios
era prioritario y urgente que en lugar de escribir de la salvación, se escribiera acerca de
la defensa de la verdad, la batalla por la fe y acerca de los enemigos de la verdad. La
salvación de Dios, de la que Judas quería escribir, estaba siendo atacada por la falsa
enseñanza de hombres corruptos que estaban apareciendo dentro de la Iglesia misma.
Eso necesitaba una reacción inmediata de parte de la Iglesia, por eso Dios cambió el
tema. Por eso Dios, le movió a escribir esta exhortación para defender nuestra fe.

Hermanos, ¿Hay falsa doctrina en nuestros días? Abunda, por eso es necesario que
estudiemos esta carta con atención y que nos propongamos de todo corazón
presentarnos al llamado de Dios a defender la verdad, porque dicho llamado es
urgente.

Ahora miremos el sentido de apasionamiento:

me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe


que ha sido dada una vez a los santos.

El tema de la carta ya no será la salvación común de los cristianos sino un llamado para
que los cristianos batallemos por la fe. La frase contendáis ardientemente en el Griego
es una sola palabra επαγωνιζεσθαι y lo que enfatiza es que la exhortación es a
contender con pasión. Por los menos tres aspectos incluye la palabra:

Continuidad: la batalla por la fe es algo que no acaba, que no cesa, sino que está en
pleno desarrollo. Eso demanda un sentido de alerta.

Vigorosidad: Debemos poner todo nuestro empeño en ello. Esto no es una opción. No
es algo más dentro de un catálogo de cosas a las que como Iglesia nos podemos
dedicar.

Ardor o Pasión: debemos contender por la verdad como si nuestras vidas dependieran
de ello. Hermanos, toda vida humana depende del conocimiento de la verdad.

Esta exhortación o llamado es para todos los cristianos de todos los tiempos, para los
que recibieron la carta de Judas y todos los que la leyeron posteriormente y para usted
y para mí que la estamos leyendo hoy.

Dios a través de Judas convoca a contender, pero no sólo contender, sino contender
ardientemente, no dice contender ligeramente, contender tenuemente o suavemente,
dice ardientemente. La batalla a la que hemos sido llamados es una guerra sin cuartel,
pero una guerra espiritual.

El Objetivo de la Batalla

Ahora miremos el sentido de enfoque:

exhortándoos a contender ardientemente por la fe que de una vez para siempre fue
entregada a los santos.

Y nuestra batalla es para preservar la fe. La fe que ha sido dada a los santos. Los
cristianos somos depositarios y guardianes de la fe. Al decir fe, en el término más fácil
de explicar se refiere a la verdad. También podemos decir que fe consiste en las
creencias y las enseñanzas esenciales acerca de Cristo, proclamadas por los apóstoles y
mantenidas por los creyentes (i.e., los santos; v. Hch 2:42; Ro 6:17; Gá 1:1). Usted y yo
somos llamados a luchar por la verdad. Somos llamados de forma individual y somos
llamados como iglesia. Uno de mis pasajes preferidos es:

1Ti 3:15-16 pero en caso que me tarde, te escribo para que sepas cómo debe conducirse
uno en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y sostén de la verdad. E
indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en la carne,
vindicado en el Espíritu, contemplado por ángeles, proclamado entre las naciones,
creído en el mundo, recibido arriba en gloria. La Biblia de las Américas

Por consiguiente hermanos, debemos luchar por la fe, que es la verdad, o sea el
conjunto de doctrinas bíblicas. Para ampliar esto podríamos decir que la fe son las
doctrinas acerca del evangelio. Tal como dice 1Ti 3:15-16 la doctrina de la encarnación
de Dios, quien fue manifestado en la carne, la doctrina de la justicia de Jesús quien no
cometió pecado alguno y murió por nuestros pecados, pero fue resucitado por el poder
del Espíritu Santo para que pudieran ser perdonados nuestros pecados, la verdad de
que Jesús ahora está sentado a la diestra de Dios y con Dios gobierna y los ángeles le
sirven, y todas las verdades del evangelio como los atributos eternos de Dios, de la
trinidad, la deidad y de Jesucristo, la personalidad y divinidad del Espíritu Santo, la
naturaleza pecadora del hombre, la impotencia del hombre para satisfacer la ira de
Dios, la gracia de Dios y esa salvación que viene por gracia solamente, el amor de Dios,
amor infinito que nos concede el perdón, la justificación, la santificación. Para defender
estas y otras verdades debemos luchar.

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