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¿Qué son las infecciones nosocomiales?

Formalmente, una enfermedad nosocomial es aquella infección contraída durante la


estadía en el hospital que no se había manifestado ni estaba en periodo de incubación en
el momento en que el paciente se encontraba internado.

Neumonía
La neumonía adquirida en el hospital suele ser grave y es más común en las personas que
están hospitalizadas o que tienen dificultades para deglutir, por el riesgo de aspiración de
alimentos o de la saliva. Además, las personas que utilizan dispositivos que ayudan a la
respiración tienen más probabilidades de adquirir una infección hospitalaria. Algunas
bacterias más comunes en este tipo de neumonía son: Klebsiella, Enterobacter,
Pseudomonas, Acinetobacter, Staphylococcus aureus, Legionella, Mycoplasma, además de
algunos tipos de virus.
Principales síntomas: dolor en el tórax, tos con secreción amarillenta o sanguinolenta,
fiebre, cansancio, falta de apetito y falta de aire.

Infección urinaria
La infección urinaria hospitalaria ocurre por el uso de una sonda urinaria durante el
período de hospitalización, a pesar de que cualquier persona la puede desarrollar. Algunas
de las bacterias más envueltas en esta situación son: Escherichia coli, Proteus sp,
Pseudomonas aeruginosa, Klebsiella sp., Enterobacter sp., Enterococcus faecalis y hongos
como la Candida sp.
Principales síntomas: dolor o ardor al orinar, dolor abdominal, sangrado por la orina,
fiebre.

Infección de la piel
Las infecciones de la piel son muy comunes debido a: la aplicación de inyecciones a través
de las venas para medicamentos o recolección de exámenes, cicatriz de una cirugía,
biopsia o la formación de escaras de decúbito. Algunos de los microorganismos que
causan ese tipo de infección son: Staphylococcus aureus, Klebsiella sp, Proteus sp,
Enterobacter sp, Serratia sp, Streptococcus sp, Enterococcus y Staphylococcus epidermitis.
Principales síntomas: puede haber presencia de área una área enrojecida e hinchazón en
la piel, con o sin la presencia de ampollas. Generalmente, la región se encuentra dolorida
y caliente, y puede haber producción de secreción purulenta y mal olorosa.

Infección de la sangre
La infección del torrente sanguíneo llamada septicemia surge, generalmente, después de
la infección de alguna región del cuerpo que terminar diseminándose por el torrente
sanguíneo. Este tipo de infección grave, y si no es debidamente tratada puede causar un
fallo multiorgánico y riesgo de muerte. Cualquiera de los microorganismos de las
infecciones se puede diseminar por la sangre, y algunos de los más comunes
son: Escherichia coli, Staphylococcus aureus, Staphylococcus epidermitis y Candida.
Principales síntomas: fiebre, escalofríos, caída de la presión, latidos del corazón débil,
somnolencia.

Neumonía nosocomial
La neumonía nosocomial o neumonía adquirida en el hospital (HAP) se refiere a cualquier
neumonía contraída por un paciente en un hospital en al menos 48 a 72 horas después de
su ingreso. Por tanto, se distingue de la neumonía adquirida en la comunidad. Por lo
general, es causada por una infección bacteriana, más que por un virus.1
La HAP es la segunda infección nosocomial más común (después de las infecciones del
tracto urinario) y representa el 15-20% del total. Es la causa más común de muerte entre
las infecciones nosocomiales y es la principal causa de muerte en las unidades de cuidados
intensivos
Infección nosocomial endémica
Una infección nosocomial endémica es aquella cuya incidencia se mantiene estable a lo
largo del tiempo, en el sentido que no están sujetas a brotes específicos. La mayoría de
infecciones pulmonares, urinarias, gastrointestinales y sanguíneas que hemos detallado
son endémicas, pues se van registrando siempre casos con una prevalencia más o menos
constante.

Infección nosocomial epidémica


Una infección nosocomial epidémica es aquella cuya incidencia se incrementa
notablemente en un periodo concreto, en el sentido que están sujetas a brotes
específicos. Por desgracia, el caso más claro y, sin duda, famoso, es el que se produjo
durante los primeros meses de la pandemia del virus que, en el año 2020, cambió
nuestras vidas. Muchos casos se contraían dentro de los hospitales.

Infección nosocomial exógena


Una infección nosocomial exógena es aquella que se produce por el contagio de
microorganismos patógenos del medio externo. Es decir, el microorganismo responsable
de la infección no forma parte de la microbiota de la persona, sino que se adquiere por
contacto con el exterior, ya sea por contagio a través de un médico, por procedimientos
no estériles o por consumo de alimentos contaminados.

Infección nosocomial endógena


Una infección nosocomial endógena es aquella que se produce por la proliferación de
microorganismos que forman parte de la microbiota de la persona y que no se comportan
como patógenos en condiciones normales pero que, debido a la inmuno debilitación
propia del ingreso hospitalario, pueden crecer en exceso y desarrollar una infección. Los
patógenos no se adquieren del exterior.

Infección nosocomial cruzada


Una infección nosocomial cruzada es aquella forma de infección exógena en la que el
contagio del microorganismo patógeno se da por contacto con otro paciente ingresado. Es
decir, la propagación del agente causal se produce entre personas internadas en el
hospital, algo habitual cuando hay varios pacientes en la misma unidad de cuidados.

Infección nosocomial bacteriana


Una infección nosocomial bacteriana es aquella en la que, siendo exógena o endógena, el
agente causal es una bacteria patógena. Por tanto, pueden ser tratadas con antibióticos,
pero siempre vigilando su uso para evitar la expansión de resistencias. Como hemos dicho,
las bacterias que más frecuentemente se contraen en los hospitales son Pseudomonas
aeruginosa (infecciones de orina, respiratorias e incluso de la sangre, algo potencialmente
letal), Klebsiella pneumoniae (infecciones de orina), Escherichia coli (infecciones
gastrointestinales) y Staphylococcus aureus (infecciones de la piel).

Infección nosocomial vírica


Una infección nosocomial vírica es aquella en la que el agente causal es un virus. Por
tanto, al tratarse de una infección vírica, no hay medicamentos específicos (en casos
puntuales, se puede optar por antivirales) y muchas veces hay que esperar a que sea el
propio cuerpo combata la infección. Como hemos dicho, los virus que más
frecuentemente se contraen en los hospitales son el Rotavirus (infecciones
gastrointestinales) y el virus sincitial respiratorio (grave en pacientes pediátricos).

Infección nosocomial fúngica


Una infección nosocomial fúngica es aquella en la que, siendo exógena o endógena, el
agente causal es un hongo. Por tanto, pueden tratarse con antimicóticos. Como hemos
dicho, los hongos que más frecuentemente causan problemas en hospitales son Candida
albicans (problemas digestivos) y Aspergillus (infecciones de oído y, en ocasiones,
respiratorias).

Diarrea nosocomial por Adenovirus


Algunas cepas de adenovirus causarán infecciones en el estómago y el tracto
gastrointestinal. Esto puede provocar diarrea, calambres abdominales y otros síntomas de
gastroenteritis. Otros pueden tener una infección de la vejiga, lo que provocará dolor al
orinar y sangre en la orina.
Infección de la herida quirúrgica
La infección de la herida quirúrgica es la que aparece a los 30 días de la intervención. Los
microorganismos causales más frecuentes en cirugía limpia son S. aureus, S. epidermidis y
en cirugía contaminada la flora endógena. La esterilidad y asepsia cutánea y la profilaxis
antibiótica preoperatoria evitan su aparición.

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