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Algunas personas han confundido el liderazgo con la capacidad de controlar a los demás

manipulando sus emociones y aprovechando sus miedos y necesidades.


Pero el verdadero liderazgo es producto de la inspiración, no de la manipulación.

Luego están los que creen que el título hace al líder. Sin embargo, todos hemos visto a muchas personas
que han sido colocadas en posiciones destacadas con títulos impresionantes pero que han fracasado
miserablemente porque no han entendido que el liderazgo real se manifiesta en el desempeño y los
resultados y no solo en las etiquetas. El verdadero liderazgo va más allá de la mecánica. Los verdaderos
líderes no buscan el poder, sino que los impulsa la pasión por lograr una causa noble.
QUE ES LIDERAZGO? El liderazgo es la capacidad de influir en los demás mediante la
inspiración motivada por una pasión, generada por una visión, producida por una
convicción, encendida por un propósito. MYLES Monrue

su trabajo es el resultado de una vida de aprendizaje y desarrollo personal, y también es la


contribución colectiva de muchos mentores, maestros, seguidores, asesores, amigos y
familiares. Continuamente soy consciente del hecho de que todos somos la suma total de lo que
hemos aprendido, así como el producto de las contribuciones hechas por tantas otras personas a
nuestras vidas, en nuestro viaje hacia nuestro destino final .

Debemos cada medida de nuestro éxito a la variedad de aportes de tantos.

Mi enfoque ha sido ayudar a otros a descubrir su sentido de propósito, maximizar su potencial sin
explotar y descubrir su capacidad de liderazgo. He recibido miles de testimonios de cómo los
materiales de liderazgo, talleres y seminarios han ayudado a muchos a encontrar sus visiones, renovar
su enfoque y producir una vida mejor.
Me siento honrado y honrado por el privilegio de ayudar a otros a alcanzar sus metas personales y
corporativas.

los verdaderos líderes se distinguen por una actitud mental única que emana de un
descubrimiento interiorizado de uno mismo, que crea un autoconcepto y una autoestima fuertes,
positivos y seguros . A esta actitud mental única la llamo espíritu de liderazgo. Es una actitud que
afecta toda la vida del líder y controla su respuesta ante la vida, el peligro, las crisis, las decepciones,
los fracasos, los desafíos y el estrés. Esta actitud le da al líder un sentido de confianza, fe y creencia en
las posibilidades. Inspira a otros a tener esperanza frente a grandes dificultades y hace que el líder
cultive un espíritu de propósito, audacia, pasión y convicción.

Todo ser humano tiene el instinto y la capacidad de liderazgo, pero la mayoría no tiene el coraje ni la
voluntad de cultivarlo.

Estoy convencida de que fuiste creado para ser un líder de éxito. Cada ser humano fue creado para
liderar en alguna área . Nunca fuiste creado para ser oprimido, subyugado, subordinado o deprimido.
El Creador diseñó a cada ser humano para cumplir un propósito y una asignación específicos en la vida.
Su asignación determina su área de liderazgo. En el fondo de cada uno de nosotros hay un espíritu con
un gran sueño que lucha por liberarse de las limitaciones de nuestras experiencias pasadas,
circunstancias presentes y dudas autoimpuestas .
Todos somos víctimas de pasiones incumplidas. Creo que la mayor ignorancia del hombre es de sí
mismo. Lo que crees sobre ti mismo crea tu mundo. Ningún ser humano puede vivir más allá de los
límites de sus creencias. En esencia, eres lo que crees: tus creencias son
producto de tus pensamientos, tus pensamientos crean sus creencias, sus creencias crean sus
convicciones, sus convicciones crean su actitud, su actitud controla su percepción y su
percepción dicta su comportamiento. El resultado es que tu vida
es lo que crees que debería ser.

Sabiduría
El líder ha de tener ideas claras, convicciones profundas y principios sólidos en los cuales
asentar sus decisiones y conductas. Sin estas cualidades todas las otras carecen totalmente de
sentido.
• Prudencia
Sin prudencia no se puede dirigir al bien; no es posible ser autoridad ni líder. Esta constituye,
por tanto, la característica fundamental de todo auténtico líder. Y, si bien en parte no
despreciable su posesión es fruto de la experiencia de vida, todo líder debe preocuparse por
cultivarla evaluando permanentemente el acierto o desacierto de las propias decisiones y
acciones.
• Justicia
Quien es justo procura permanentemente el bien de los demás y el propio, ordenándolos al
bien común, es decir, al bien social conjunto. El hombre justo jerarquiza y ordena bienes y sabe
anteponer debidamente el bien común sobre los bienes personales y, asimismo, el bien de los
demás frente a los intereses propios.
• Fortaleza
Es una virtud moral clave para el líder. Consta básicamente de dos dimensiones: la capacidad
de resistir y la capacidad de emprender. Al respecto, no cabe duda alguna de que estas
características son absolutamente definitorias al momento de efectuar el perfil que debe
poseer un líder.
La capacidad de resistir la adversidad, las contradicciones y la oposición de los demás a sus
propósitos es vital para quien conduce a grupos de personas hacia un objetivo común. De
similar modo, también lo es la capacidad de resistir el fracaso en algunos de los intentos por
alcanzar el fin propuesto.
Por otra parte, casi por definición podríamos decir, no hay liderazgo posible y real que no
requiera de una importante dosis de capacidad emprendedora. El líder es, de hecho, un
emprendedor permanente en la tarea de conducir a sus dirigidos hacia el fin común.
• Perseverancia
Si bien la perseverancia constituye una virtud que puede considerarse parte de la fortaleza,
vale la pena una referencia especial a ella debido a la gran importancia que tiene dentro del
conjunto de cualidades de un líder.
Sin perseverancia, que implica tener la capacidad de re-emprender el camino una y otra vez si
fuera necesario, es imposible un auténtico liderazgo; esto es, aquel que no se confunde con el
mero oportunismo o con los intentos de caudillismo aislados y débiles ante las dificultades.
• Empatía o compasión
La compasión o empatía, como se puede apreciar, conlleva la voluntad y la capacidad de
comunicarse. El líder, como es sabido, es un buen comunicador. Y esta es otra de sus
características salientes.
La compasión o empatía, como se puede apreciar, conlleva la voluntad y la capacidad de
comunicarse. El líder, como es sabido, es un buen comunicador. Y esta es otra de sus
características salientes.
Persuasión o retórica
Hemos señalado que el líder es una autoridad poseedora de una especial cualidad retórica o
persuasiva. Esta representa una de sus características más sobresalientes. Y consiste
básicamente en saber comunicar el bien, en hacerlo objetivo común del cuerpo social dirigido.
A través de una adecuada retórica logra el líder suscitar la adhesión de sus seguidores. Por
medio de ella, estos últimos hacen suyo el propósito que anima al primero y unen sus
voluntades en la común tarea de hacerlo realidad.
Alegría
Entendemos aquí por alegría ese ánimo o apetito natural del deseo de vivir que vinculado a la
esperanza es característico del líder. Este derrocha deseos de vivir, de crecer, de desarrollarse y
de desarrollar, de ir siempre en búsqueda de más; básicamente de más humanidad, o de una
humanidad más plena. Por ello, la esperanza es cualidad que le distingue y que va aneja con la
expresión positiva de su propia vitalidad y de sus ideales superiores.

Espíritu de servicio y sacrificio


Ya se ha dicho que el espíritu de servicio define al auténtico liderazgo y lo distingue del que no
lo es. Espíritu que se orienta intencionalmente a la búsqueda del bien de los demás. Este lleva
aparejado inevitablemente la privación y la renuncia -a sí mismo, especialmente-, es decir, trae
consigo el sacrificio. Es por ello que al líder no sólo lo distingue un profundo espíritu de
servicio a los demás sino que también un acendrado espíritu de sacrificio por los demás.
Magnanimidad
Como se ha visto, el líder debe poseer un espíritu generoso o magnánimo, bien dispuesto para
afrontar tareas ingentes y desafíos no menos grandes. Sin un espíritu magnánimo resulta
imposible la tarea de un líder. Particularmente, para dar cumplimiento a su propósito de servir
y a la consecuente necesidad de sacrificarse en aras de tal anhelo.
Humildad
El humilde se conoce a si mismo tal como es y, así, reconoce su propia pequeñez, sus
debilidades y falencias. Desde este punto de partida, está siempre dispuesto a aceptar la
ayuda, que le permite soslayar y superar esas flaquezas. Pero, por sobre todo, está siempre
bien dispuesto a aceptar las debilidades de los demás y a ayudarles a superarlas. Quien cultiva
la virtud de la humildad se encuentra en inmejorables condiciones para privilegiar una actitud
cooperativa -y no sólo competitiva- hacia las otras personas y, en último término, se halla
especialmente dotado para desarrollar una disposición de servicio hacia ellas.
Solidaridad o caridad
La solidaridad, la caridad o el amor que, por cierto, resultan impensables sin la humildad,
constituyen la quintaesencia la característica más notable de un gran líder. Si repasamos
nuestro argumento podemos apreciar que la cualidad más importante de un gran líder es su
capacidad de amar a los demás -a cada cual del modo que corresponde. Amor que lo impulsa a
servir, que lo lleva a la entrega total en pos del bien ajeno, que lo mueve a desplegar una
permanente conducta de donación personal.
En esencia, el mejor líder es el que tiene la capacidad de amar hasta el extremo, incluso con
desprendimiento del bien personal más preciado, esto es, de la propia vida. Y de ello, la
historia nos muestra claros ejemplos.

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