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La morfología de una colonia bacteriana es muy variable, tanto desde el punto de vista
macroscópico como microscópico, hecho que se demuestra a partir de la observación de
colonias mediante microscopía electrónica de barrido, donde pueden apreciarse detalles
asombrosos de su ultraestructura.
Ya que tanto las bacterias como otros microorganismos son capaces de crecer sobre
superficies sólidas en forma de colonias, el conocimiento de las características de este
tipo de crecimiento es muy importante para aquellos que estudian microbios en su
entorno natural y sus relaciones con el ambiente (“ecólogos microbianos”).
Este proceso consiste en inocular un medio nutritivo estéril con la especie bacteriana de
interés y hacer un seguimiento en el tiempo del aumento de “turbidez”, que es
determinado como un aumento de la densidad óptica, la cual se mide con un aparato
electrónico denominado espectrofotómetro.
Una vez se evidencia que los valores de densidad óptica a determinada longitud de onda
no aumentan más, el investigador usualmente grafica los valores obtenidos en función
del tiempo y obtiene lo que se conoce como una curva de crecimiento bacteriano.
En medio sólido
El crecimiento bacteriano en medio sólido es un tanto diferente que en medio líquido,
pues las células no están dispersas en un fluido en movimiento, sino que se agregan
formando colonias bien definidas.
En vista de que los bordes de las colonias son de menor grosor que la porción central, el
oxígeno y el material nutritivo difunden más fácilmente en dichas zonas que en el
centro, donde, por el contrario, los procesos de difusión son tan lentos que impiden una
división celular eficiente.
Los tipos de
morfología que puede presentar una colonia bacteriana
Puntiformes: aquellas que crecen como pequeños agregados de puntos cercanos entre
sí.
Circulares: son colonias muy uniformes, completamente redondas.
Filamentosas: las colonias que crecen como filamentos que se proyectan desde una
región central o núcleo.
Irregulares: esas colonias que no tienen formas definidas y que son más bien amorfas.
Rizoides: como su nombre lo indica, estas colonias crecen de forma semejante a las
raíces de una planta.
Fusiformes: aquellas colonias que presentan una forma alargada, como si se tratase de
una elipse cuyos bordes han sido estirados longitudinalmente.
Entero.
Ondulado.
Lobulado.
Erosionado.
Filamentoso.
Rizado (aquellos que se ven como los anillos de un árbol).
Según su elevación
Finalmente, según la elevación que presenten estos agregados celulares bacterianos
sobre un medio sólido, las colonias pueden ser:
Según textura
Además de las características mencionadas, las colonias bacterianas también pueden
presentar texturas diferentes que pueden ser apreciadas a simple vista, de modo tal que
se han definido las colonias
Suaves y brillantes.
Rugosas.
Arrugadas.
Secas o con aspecto polvoriento.