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JURISPRUDENCIAS

PROFESOR: LIC GONZALEZ PEREZ


VICTOR MANUEL
DERECHO PENAL
ALUMNO: HERNANDEZ GALINDO
ENRIQUE RAFAEL
GRUPO:1303
NEZAHUALCOYOTL, ESTADO DE
MÉXICO a 17 de noviembre de 2022
Conducta y ausencia de conducta
DELITO. CONDUCTA PENALMENTE RELEVANTE QUE DEBE ANALIZARSE EN LA SENTENCIA
DEFINITIVA.
En la jurisprudencia 1a./J. 143/2011 (9a.), publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 2, diciembre de 2011, página 912,
de rubro: "ACREDITACIÓN DEL CUERPO DEL DELITO Y DEL DELITO EN SÍ. SUS
DIFERENCIAS.", la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que
en toda sentencia definitiva debe analizarse si existe o no delito, esto es, una conducta
(acción u omisión) típica, antijurídica y culpable. Por tanto, en aquélla debe analizarse,
como presupuesto, la existencia de una conducta, la cual, en términos del artículo 15,
fracción I, del Código Penal Federal, exige que se realice con la intervención de la
"voluntad" del agente. Lo anterior implica que se excluye el delito por faltar la conducta
penalmente relevante, en casos en que el sujeto no ha tenido la capacidad de
autodeterminar libremente sus movimientos corporales por recaerle una fuerza física
irresistible o porque el hecho se realizó por movimientos reflejos.

Vis Maior
SUSPENSIÓN DE LA ETAPA DE CONCILIACIÓN EN EL PROCEDIMIENTO DE CONCURSO
MERCANTIL. EL JUEZ NO ESTÁ FACULTADO PARA OTORGARLA, SALVO POR CAUSA DE
FUERZA MAYOR O CASO FORTUITO.
Conforme al sentido literal del artículo 7o. de la Ley de Concursos Mercantiles, los
supuestos técnicos en que el juzgador o el Instituto Federal de Especialistas de Concursos
Mercantiles pueden dejar de cumplir con sus obligaciones en los plazos que la ley
establece sin incurrir en responsabilidad, son por causas de fuerza mayor o caso fortuito.
Esto es, que el Juez que conoce del procedimiento de concurso mercantil, no podrá
suspenderlo salvo por un hecho imprevisible ocasionado por una fuerza de la naturaleza
(vis maior), o por una ocasionada por el hombre (vis absoluta). Esto tiene su razón de ser,
porque el legislador de ningún modo quiso otorgar al Juez del concurso mercantil una
facultad discrecional para suspender el procedimiento por un lapso determinado ni por
tiempo indefinido, excluyendo cualquier tipo de subjetividad, garantizando seguridad
jurídica a las partes involucradas y obligando al juzgador a actuar en estricto apego a lo
dispuesto en la ley; de ahí que suspender la etapa de conciliación en el procedimiento de
concurso mercantil no puede depender de la voluntad o ejercicio discrecional del Juez,
para evitar a toda costa cualquier dilación que atente contra los intereses de alguna de las
partes involucradas en el concurso.
Vis absoluta
VIOLACION. DELITO DE (LEGISLACION DE SINALOA).
Los elementos constitutivos del delito de violación consisten en: la cópula, entendida ésta
como cualquier forma de ayuntamiento o conjunción sexual, con eyaculación o sin ella;
con persona de cualquier sexo; en ausencia del consentimiento del sujeto pasivo de la
infracción y con la concurrencia de la violencia física o moral, es decir, ya sea que el sujeto
activo recurra a la fuerza material para anular la resistencia de la parte ofendida, "vis
absoluta", o que la amenace de males graves que la intimiden, "vis compulsiva", logrando
así realizar el ultraje.
Amparo directo 5973/60. Baldemar Méndez de los Santos. 26 de enero de 1961.
Unanimidad de cuatro votos. Ponente: Juan José González Bustamante.

Vis compulsiva o violencia moral


VIOLACION, VIS COMPULSIVA NO CONSTITUTIVA DE AMENAZAS EN EL DELITO DE.
Si el inculpado fue condenado por los delitos de violación y amenazas y éste se hizo
consistir en que para no encontrar oposición para copular con su víctima, la amenazó de
golpearla o matarla, debe decirse que tal comportamiento carece de autonomía como
delito independiente, pues tratase de un medio típico del ilícito de violación relativo a la
vis compulsiva.
Amparo directo 10698/84. José de la Luz Rocha Alvidrez. 29 de marzo de 1985. Cinco
votos. Ponente: Luis Fernández Doblado. Secretaria: María Edith Ramírez de Vidal.
Nota: En el Informe de 1985, la tesis aparece bajo el rubro "VIS COMPULSIVA.
CONSTITUYE EL MEDIO TIPICO EN EL DELITO DE VIOLACION, CARECIENDO DE
AUTONOMIA, COMO ILICITO DE AMENAZAS.".

Movimiento reflejo
DELITO. CONDUCTA PENALMENTE RELEVANTE QUE DEBE ANALIZARSE EN LA SENTENCIA
DEFINITIVA.
En la jurisprudencia 1a./J. 143/2011 (9a.), publicada en el Semanario Judicial de la
Federación y su Gaceta, Décima Época, Libro III, Tomo 2, diciembre de 2011, página 912,
de rubro: "ACREDITACIÓN DEL CUERPO DEL DELITO Y DEL DELITO EN SÍ. SUS
DIFERENCIAS.", la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación estableció que
en toda sentencia definitiva debe analizarse si existe o no delito, esto es, una conducta
(acción u omisión) típica, antijurídica y culpable. Por tanto, en aquélla debe analizarse,
como presupuesto, la existencia de una conducta, la cual, en términos del artículo 15,
fracción I, del Código Penal Federal, exige que se realice con la intervención de la
"voluntad" del agente. Lo anterior implica que se excluye el delito por faltar la conducta
penalmente relevante, en casos en que el sujeto no ha tenido la capacidad de
autodeterminar libremente sus movimientos corporales por recaerle una fuerza física
irresistible o porque el hecho se realizó por movimientos reflejos.

Sueño
ESTADO DE EMBRIAGUEZ. SU INTENSIDAD Y ORIGEN COMO MODALIDAD DEL TRASTORNO
MENTAL TRANSITORIO, Y SU IMPACTO EN LA IMPUTABILIDAD.
La intoxicación por alcohol y otras drogas es considerada como una modalidad del
trastorno mental transitorio; por tanto, para determinar su impacto en la imputabilidad,
resulta útil atender a su intensidad y origen. Por su intensidad o grado, la embriaguez
puede ser: i) letárgica, que constituye el grado máximo y da lugar a un estado de
inconsciencia o sueño que excluye la presencia de un comportamiento humano
involuntario; ii) plena, que produce una perturbación total de la consciencia que excluye la
imputabilidad; iii) semiplena, que supone una perturbación parcial que disminuye la
imputabilidad; y, iv) embriaguez de simple excitación, la cual se considera irrelevante para
efectos penales. Por su origen, la embriaguez puede ser: i) preordenada a delinquir, la que
se provoca para cometer un delito determinado, ii) voluntaria simple, supone que sólo se
ha buscado la embriaguez, iii) culposa, la que se produce imprudentemente; y, iv) fortuita,
no es atribuible a imprudencia alguna. Las anteriores clasificaciones conducen a estimar
que el estado de embriaguez, como estado mental transitorio, cuando es plena, excluye la
culpabilidad como elemento del delito; en cambio, cuando es semiplena, disminuye la
capacidad del agente de comprender el carácter ilícito del hecho de determinarse de
acuerdo con esa comprensión. Lo anterior, siempre que dicha incapacidad no haya sido
provocada para cometer el delito.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Amparo directo 637/2016. 20 de julio de 2017. Mayoría de votos. Disidente: Jorge
Mercado Mejía, quien no se manifestó en cuanto al tema de la tesis por considerar que
debe reponerse el procedimiento. Ponente: Juan Ramón Rodríguez Minaya. Secretaria:
Casandra Arlette Salgado Sánchez.
Tipicidad
TIPICIDAD. EL PRINCIPIO RELATIVO, NORMALMENTE REFERIDO A LA MATERIA PENAL, ES
APLICABLE A LAS INFRACCIONES Y SANCIONES ADMINISTRATIVAS.
El principio de tipicidad, que junto con el de reserva de ley integran el núcleo duro del
principio de legalidad en materia de sanciones, se manifiesta como una exigencia de
predeterminación normativa clara y precisa de las conductas ilícitas y de las sanciones
correspondientes. En otras palabras, dicho principio se cumple cuando consta en la norma
una predeterminación inteligible de la infracción y de la sanción; supone en todo caso la
presencia de una lex certa que permita predecir con suficiente grado de seguridad las
conductas infractoras y las sanciones. En este orden de ideas, debe afirmarse que la
descripción legislativa de las conductas ilícitas debe gozar de tal claridad y univocidad que
el juzgador pueda conocer su alcance y significado al realizar el proceso mental de
adecuación típica, sin necesidad de recurrir a complementaciones legales que superen la
interpretación y que lo llevarían al terreno de la creación legal para suplir las
imprecisiones de la norma. Ahora bien, toda vez que el derecho administrativo
sancionador y el derecho penal son manifestaciones de la potestad punitiva del Estado y
dada la unidad de ésta, en la interpretación constitucional de los principios del derecho
administrativo sancionador debe acudirse al aducido principio de tipicidad, normalmente
referido a la materia penal, haciéndolo extensivo a las infracciones y sanciones
administrativas, de modo tal que si cierta disposición administrativa establece una sanción
por alguna infracción, la conducta realizada por el afectado debe encuadrar exactamente
en la hipótesis normativa previamente establecida, sin que sea lícito ampliar ésta por
analogía o por mayoría de razón.
Acción de inconstitucionalidad 4/2006. Procurador General de la República. 25 de mayo
de 2006. Unanimidad de ocho votos. Ausentes: Mariano Azuela Güitrón, Sergio Salvador
Aguirre Anguiano y José Ramón Cossío Díaz. Ponente: Genaro David Góngora Pimentel.
Secretarios: Makawi Staines Díaz y Marat Paredes Montiel.
El Tribunal Pleno, el quince de agosto en curso, aprobó, con el número 100/2006, la tesis
jurisprudencial que antecede. México, Distrito Federal, a quince de agosto de dos mil seis.
Nota: Esta tesis fue objeto de la denuncia relativa a la contradicción de tesis 398/2014 del
Pleno, desechada por notoriamente improcedente, mediante acuerdo de 25 de
noviembre de 2014.

Atipicidad
ATIPICIDAD. EXISTE CUANDO UNA PERSONA ES PROCESADA O JUZGADA POR UNA
CONDUCTA QUE CONFORME AL CÓDIGO PENAL VIGENTE HASTA EL 15 DE FEBRERO DE
2004 ERA CULPOSA, DADO QUE LA CULPA FORMABA UN ELEMENTO SUBJETIVO DE LA
CULPABILIDAD, PERO QUE CON LA APLICACIÓN DE LA NUEVA LEGISLACIÓN, VIGENTE A
PARTIR DEL 16 DEL MES Y AÑO CITADOS, EXIGE LA EXISTENCIA DEL DOLO, EN VIRTUD DE
QUE ÉSTE AHORA SE ENCUENTRA INTEGRADO COMO PARTE ESENCIAL DE LA
DESCRIPCIÓN LEGAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE AGUASCALIENTES).
En el Código Penal para el Estado de Aguascalientes que estuvo en vigor hasta el quince de
febrero de dos mil cuatro, el dolo y la culpa eran considerados únicamente como
elementos subjetivos que debían determinarse como parte de la culpabilidad, toda vez
que, por regla general, no quedaron integrados como elementos esenciales de las diversas
descripciones típicas en él contenidas. Este sistema cambió en la nueva legislación penal
para esta entidad, vigente a partir del dieciséis del mes y año citados, pues a pesar de que
conserva la misma definición de culpabilidad que contenía el código abrogado, en ella se
utiliza el sistema cerrado o de numerus clausus, conforme al cual se establece en forma
expresa y limitativa cuáles delitos son de contenido doloso y cuáles de contenido culposo,
lo que conduce a concluir que esta nueva legislación adopta el criterio consistente en que
el dolo y la culpa no son meros grados de culpabilidad, sino que a la vez constituyen un
elemento subjetivo integrante de la descripción típica, de modo que al delimitarse en
capítulos independientes las "figuras típicas dolosas" y las "figuras típicas culposas", el
legislador excluyó totalmente la posibilidad de que los delitos dolosos se consumen a
través de una conducta culposa o viceversa. A partir de lo expuesto, si una persona es
procesada o juzgada por una conducta que conforme al anterior código podía ser culposa,
dado que la culpa era un elemento subjetivo de la culpabilidad, pero que con la aplicación
de la nueva legislación se exige para la configuración del ilícito que exista dolo, en virtud
de que ahora éste se encuentre integrado como parte esencial de la descripción legal, ya
sea por el título o capítulo en el que se ubica o porque la descripción lo exija
expresamente, debe concluirse que en este supuesto existe atipicidad.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO TERCER CIRCUITO.

Atipicidad absoluta
CONTRABANDO PRESUNTO. EL ARTÍCULO 103, FRACCIÓN II, DEL CÓDIGO FISCAL DE LA
FEDERACIÓN QUE PREVÉ ESE DELITO, NO VULNERA EL PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE
INOCENCIA EN SU VERTIENTE DE ESTÁNDAR DE PRUEBA.
El referido precepto, al prever que se presume cometido el delito de contrabando cuando
se encuentren vehículos extranjeros fuera de una zona de veinte kilómetros en cualquier
dirección, contados en línea recta a partir de los límites extremos de la zona urbana de las
poblaciones fronterizas, sin la documentación aduanera que acredite que se sometieron a
los trámites previstos en la ley de la materia para su introducción al territorio nacional, no
vulnera el principio de presunción de inocencia, en su vertiente de estándar de prueba. En
efecto, la presunción de inocencia, como estándar probatorio o regla de juicio, puede
entenderse como una regla que ordena a los jueces la absolución de los inculpados
cuando durante el proceso no se hayan aportado pruebas de cargo suficientes para
acreditar la existencia del delito y la responsabilidad de la persona. En ese sentido, aun
cuando el artículo 103, fracción II, del Código Fiscal de la Federación prevé la presunción
de la comisión del delito de contrabando, lo cierto es que dicha presunción no es absoluta,
ya que dentro de la dinámica del procedimiento penal el sujeto activo está en posibilidad
de demostrar que la introducción del vehículo se hizo cumpliendo con todos los requisitos
que exige la Ley Aduanera, mediante la exhibición de la documentación respectiva. Así, el
delito de contrabando presunto tiene el rasgo distintivo de requerir para su configuración
la actuación pasiva del sujeto imputado, esto es, la conducta reprochada sólo se
subsumirá en la hipótesis normativa prevista en el artículo 103 en estudio cuando el
imputado no allegue al juez de la causa los elementos que corroboren la atipicidad de su
conducta y el Ministerio Público, por su parte, acredite los elementos que demuestren la
comisión del ilícito. Además, el precepto en cita no releva al juzgador de la obligación de
cerciorarse, al valorar el material probatorio disponible, de que estén desvirtuadas las
hipótesis de inocencia efectivamente alegadas por la defensa en el juicio y, al mismo
tiempo, descartar la existencia de contra indicios que den lugar a una duda razonable
sobre la hipótesis de culpabilidad sustentada por la parte acusadora.

Atipicidad relativa
PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO DEL USO EXCLUSIVO DEL EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA
AÉREA NACIONALES. SI NO SE ACREDITA LA CALIDAD DE PROHIBIDA DEL ARMA AFECTA,
DEBE SANCIONARSE AL ACTIVO CONFORME AL TIPO BÁSICO DE PORTACIÓN DE ARMA DE
FUEGO SIN LICENCIA.

Tratándose del ilícito de portación de arma de fuego que prevé la legislación federal, el
tipo básico lo constituye precisamente la portación de un arma de fuego sin licencia, en la
medida en que, tanto el artículo 81 como el diverso 83, ambos de la Ley Federal de Armas
de Fuego y Explosivos, sancionan la portación de objetos deflagrantes; en ambos casos la
portación de un arma de fuego es el elemento común, sólo que el primero de los artículos
castiga esa conducta cuando el agente porta un arma permitida, sin que se le haya
expedido la licencia correspondiente, mientras que las diferentes hipótesis contenidas en
las diversas fracciones que comprende el último de los numerales en cita, dan lugar a un
delito complementado, al exigirse para su actualización la particularidad de que el arma
de que se trate sea del uso exclusivo de las fuerzas castrenses. Ahora bien, los delitos
complementados no forman una figura típica autónoma, sino que se constituyen por el
básico o fundamental que, en la especie, lo es la portación de arma, y el complemento,
consistente en la calidad de reservada para el uso de las fuerzas castrenses; de ahí que
cuando no se acredita uno de los elementos del tipo complementado, lo que corresponde
es tomar como premisa el básico, que lo constituye la portación de un arma de fuego, el
que sigue estando presente como elemento fundamental; entonces, la no integración de
alguno de los elementos del tipo complementado, en la especie, la calidad de prohibida
del arma de fuego, solamente genera una traslación de tipo, mas no la atipicidad, porque
de no presentarse las circunstancias agregadas al básico, éste aún sigue subsistiendo, pues
la diferencia que existe entre tales tipos es exclusivamente de grado. Así, al no
materializarse todos y cada uno de los elementos de la conducta que se atribuye al activo,
o sea, que el arma de fuego efectivamente sea del uso exclusivo de las Fuerzas Armadas
Nacionales, la consecuencia legal no es la absolución de aquél, sino que se le aplique la
pena relativa al tipo básico de portación de arma de fuego sin licencia a que se contrae el
artículo 81 de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO NOVENO CIRCUITO.

Antijurícidad
ORDEN DE APREHENSIÓN. ESTÁNDAR PARA SU DICTADO EN EL SISTEMA PROCESAL PENAL
ACUSATORIO Y ORAL.
La significación del hecho considerado por la ley como delito consiste en que los datos de
pruebas invocados por el agente del Ministerio Público y las partes, concatenados entre sí,
atendiendo a la lógica y a la sana crítica, arrojen una evidencia razonable de que aconteció
una acción humana, con la cual probablemente se causó un riesgo, una lesión o un
resultado prohibido en una norma penal que, en ese supuesto, en su momento procesal
oportuno pudiera hacer atribuible una pena a su autor, porque el estándar para dictar una
orden de aprehensión en el sistema procesal penal acusatorio y oral, no implica realizar un
análisis exhaustivo de los elementos del delito (conducta, tipicidad, antijuricidad y
culpabilidad), sino que debe partir de la normalización del procedimiento de investigación
judicializada privilegiando su apertura, pues la finalidad del proceso penal es el
esclarecimiento de los hechos, proteger al inocente y procurar que el culpable no quede
impune, para asegurar el acceso a la justicia en la aplicación del derecho y resolver el
conflicto que surja con motivo de la comisión del delito, en un marco de respeto a los
derechos humanos reconocidos en la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, lo
cual se logra dando cabida a una verdadera investigación, donde los indicios den cuenta
aproximada de la transformación del mundo con motivo de la conducta desplegada por la
persona, para verificar si existe un desvalor de la norma prohibitiva.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO QUINTO CIRCUITO.

Causas de justificación
CAUSAS DE EXCLUSIÓN O DE JUSTIFICACIÓN. DEL DELITO. PUEDEN DEFINIRSE COMO
AQUELLOS HECHOS FORMALES A LOS CUALES LA LEY LES ATRIBUYE EL EFECTO DE HACER
QUE UNA CONDUCTA TÍPICA NO SEA ANTIJURÍDICA.

Legítima defensa
LEGÍTIMA DEFENSA. SUS ELEMENTOS DEBEN REINTERPRETARSE CON BASE EN EL
MÉTODO PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO, AL ANALIZAR LOS CASOS EN QUE
LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA PRIVAN DE LA VIDA A SU AGRESOR
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).
Es así, porque en estos casos la concepción tradicional de la legítima defensa no toma en
consideración el contexto en el que se dan la agresión y la respuesta. En ese sentido, de
conformidad con el artículo 15, fracción III, inciso b), párrafo segundo, del Código Penal
del Estado de México, al analizar esa figura con perspectiva de género, se obtienen los
siguientes elementos: a) Repulsa de una agresión. En principio, debe considerarse que la
violencia de género es, por sí misma, una agresión ilegítima y, por tanto, sin derecho, al
estar proscrita por el ordenamiento jurídico. Además, la agresión no se genera sólo
cuando existe lesión al bien jurídico tutelado, sino también cuando se pone en peligro; b)
La agresión sea real, actual o inminente y sin derecho. La violencia contra la mujer tiene
un carácter continuo y cíclico; por tanto, puede acontecer en cualquier momento, más
aún en el ámbito doméstico. Es frecuente que la víctima viva con el constante temor y
preocupación de que en cualquier momento sufrirá agresiones, por eso los ataques hacia
su persona son un mal inminente que amerita emplear la defensa; c) En protección de
bienes jurídicos propios o ajenos. La repulsa que resulta de la agresión injusta debe ser en
defensa de bienes jurídicos propios o ajenos. Es válido pues, no sólo justificar que una
mujer se defienda por sí misma de su agresor, sino también que una tercera persona
actúe en su defensa para repeler la agresión de la que es víctima; d) Que exista la
necesidad de la defensa y racionalidad de los medios empleados. La necesidad de la
defensa debe evaluarse en orden a la situación particular de la mujer, por un lado y, por
otro, al contexto generalizado de violencia. En este sentido, la necesidad de la defensa
está asociada a la agresión misma, en la medida en que la defensa es necesaria, porque
responde a un hecho continuado que supone ser víctima de violencia. Esta idea debe
edificarse sobre la base de que la mujer no está obligada a soportar malos tratos. En
cambio, la proporcionalidad de los medios empleados, bajo un enfoque de género, debe
entenderse en un sentido amplio y no estricto. Es preciso considerar factores como las
condiciones físicas del agresor (que generalmente lo favorecen), la situación de
vulnerabilidad de la víctima, el constante peligro en que se encuentra, entre otros; y, e)
No medie provocación dolosa, suficiente e inmediata por parte del agredido o de la
persona a quien se defiende. Al analizar este elemento, debe despejarse cualquier
estereotipo de género, pues no en pocas ocasiones la violencia que sufren las mujeres se
convierte en una situación revictimizante, cuando se considera que ella provocó que la
agredieran, sea por su comportamiento, por su vestimenta, por estar sola en la noche,
entre muchos otros factores.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 101/2021. 26 de agosto de 2021. Unanimidad de votos. Ponente:
Mauricio Torres Martínez. Secretario: Alejandro Vilchis Robles.

Estado de necesidad
DELITO. JUICIO DE ANTIJURIDICIDAD QUE DEBE REALIZARSE EN LA SENTENCIA DEFINITIVA.
Estado de necesidad justificante. Existe un estado de necesidad cuando se actúa por una
situación de peligro actual de intereses protegidos por el derecho, en el cual no queda
otro remedio que la violación de los intereses de otro jurídicamente protegido.
Amparo directo 152/2014. 26 de junio de 2014. Unanimidad de votos. Ponente: Edgar
Bruno Castrezana Moro, secretario de tribunal autorizado por la Comisión de Carrera
Judicial del Consejo de la Judicatura Federal para desempeñar las funciones de
Magistrado, con fundamento en el artículo 81, fracción XXII, de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación. Secretario: Gustavo Valdovinos Pérez.

Ejercicio de un derecho
RECURSO DE REVISIÓN EN AMPARO INDIRECTO. REQUISITOS QUE DEBE CUMPLIR EL
AUTORIZADO DE LA PARTE QUEJOSA EN TÉRMINOS AMPLIOS DEL ARTÍCULO 12 DE LA LEY
DE AMPARO, PARA INTERPONERLO A TRAVÉS DEL PORTAL DE SERVICIOS EN LÍNEA DEL
PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN.
La finalidad por la que se implementó el Sistema Electrónico del Poder Judicial de la
Federación en el artículo 3o. de la Ley de Amparo, consistente en aprovechar las
tecnologías de la información en la impartición de justicia constitucional para favorecer el
pleno ejercicio del derecho a una justicia pronta y expedita reconocido en el artículo 17
constitucional, es indicativa de que dicho sistema se instauró como un instrumento que
facilita, gracias a la tecnología, el trámite de los juicios, de manera que las disposiciones
que lo rigen no modifican ni aumentan las cargas procesales que tienen las partes
conforme a la legislación correspondiente, sino que únicamente están destinadas a crear
las condiciones necesarias para un correcto funcionamiento del sistema, en el que se
permita en la mayor medida posible el acceso a la justicia y, al mismo tiempo, se genere
certeza en los juicios sobre las actuaciones que se realicen por medio de éste. En ese
sentido, si conforme a los artículos 3o. y 80 de la Ley de Amparo, en relación con los
diversos 6 del Acuerdo General Conjunto Número 1/2013, de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y del Consejo de la
Judicatura Federal, relativo a la Firma Electrónica Certificada del Poder Judicial de la
Federación (FIREL) y al expediente electrónico, así como 16, 48, 51 y 52 del Acuerdo
General 12/2020, del Pleno del Consejo de la Judicatura Federal, que regula la integración
y trámite de expediente electrónico y el uso de videoconferencias en todos los asuntos
competencia de los órganos jurisdiccionales a cargo del propio Consejo, los justiciables
pueden optar por presentar recursos a través del Sistema Electrónico del Poder Judicial de
la Federación siempre que cuenten con firma electrónica vigente y registro en el Portal de
Servicios en Línea, ya sea que los interpongan por propio derecho o por medio de las
personas que cuenten con capacidad procesal para ello, entonces no se advierte razón
jurídica alguna para entender que las disposiciones indicadas establecen más requisitos de
los que expresamente señalan para que los justiciables puedan interponer los recursos
aludidos vía electrónica, sobre todo cuando se aprecia que, en este aspecto, el sistema
electrónico en análisis funciona como un medio para acceder a las Oficinas de
Correspondencia Común, las cuales, precisamente, tienen como única función recibir
documentos, esto es, se erigen como el puente de comunicación que permite a los
justiciables hacer llegar sus pretensiones a los órganos jurisdiccionales, a quienes
corresponde atenderlas. Por consiguiente, los requisitos que se establezcan para que las
Oficinas de Correspondencia Común reciban documentos en general, en este caso un
recurso, sólo pueden estar dirigidos a generar certeza en la comunicación que se pretende
entablar respecto a la identidad del emisor y del receptor, pues de lo contrario se
obstaculizaría injustificadamente el derecho de acceso a la justicia, cuya materialización
más básica es la comunicación libre entre los justiciables y los órganos jurisdiccionales.
El Tribunal Pleno, el quince de noviembre en curso, aprobó, con el número 13/2022 (11a.),
la tesis jurisprudencial que antecede. Ciudad de México, a quince de noviembre de dos mil
veintidós.

Cumplimiento de un deber
Cumplimiento de un deber o ejercicio de un derecho. Es una causa de justificación que
tiene que ver con la ofensa de un bien jurídico por parte de un sujeto que realiza
legítimamente sus funciones.
En la especie es aplicable la tesis XXVII.3o.6 P (10a.), de este propio órgano colegiado,
pendiente de publicación en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, que es del
tenor literal siguiente:
"DELITO. JUICIO DE ANTIJURIDICIDAD QUE DEBE REALIZARSE EN LA SENTENCIA (CÓDIGO
PENAL FEDERAL).-En la jurisprudencia 1a./J. 143/2011, emitida por la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, de rubro: ‘ACREDITACIÓN DEL CUERPO DEL DELITO Y DEL DELITO EN
SÍ. SUS DIFERENCIAS.’, se estableció que en toda sentencia debe analizarse si existe o no
delito, esto es, una conducta típica, antijurídica y culpable. Una conducta típica es
antijurídica cuando contraviene el orden jurídico en su conjunto (antijuridicidad formal)
reafirmando la lesión o puesta en peligro de los bienes jurídicos protegidos (antijuridicidad
material). De los artículos 15, fracciones III, IV, V y VI y 17 del Código Penal Federal, se
desprende que la antijuridicidad se excluye oficiosamente cuando la conducta se justifica
por el orden jurídico al desplegarse para salvaguardar bienes jurídicos propios o ajenos de
mayor valor al lesionado, siendo las causas de justificación enunciadas por el legislador las
siguientes: i) el consentimiento del titular del bien jurídico protegido (expreso o presunto);
ii) la defensa legítima (expresa o presunta); iii) el estado de necesidad justificante, y iv) el
cumplimiento de un deber o el ejercicio de un derecho."

La obediencia jerárquica
RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. LA OBEDIENCIA
JERÁRQUICA CONSTITUYE UNA EXIMENTE, AL IMPEDIR QUE SE MATERIALICE LA
ANTIJURIDICIDAD DE LA CONDUCTA INFRACTORA.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que la sanción administrativa guarda
una similitud fundamental con la penal, pues las dos tienen lugar como reacción frente a
lo antijurídico y, por ende, ambas son manifestaciones de la potestad punitiva del Estado;
por ello, en la interpretación de los principios del derecho administrativo sancionador
puede acudirse, de manera prudente, a los principios penales sustantivos, para valorar la
aplicación de sanciones derivadas de la comisión de una responsabilidad administrativa.
En estas condiciones, si en materia penal, atento a la teoría del delito, es posible que aun
cuando la conducta tipificada se materialice, si existe alguna causa de justificación, no
puede decirse que sea antijurídica, en cuyo caso, no se configurará el delito, aplicado tal
principio al valorarse si se actualiza o no una infracción por responsabilidad administrativa
de servidores públicos, si se advierte que la conducta atiende a la orden emitida por el
superior jerárquico, con las características de un acto oficial, en el que un ente público
conmina a su inferior a actuar de cierta manera y dicha conducta no evidencia por sí
misma una ilegalidad, éste queda eximido de la responsabilidad que le es atribuida,
puesto que, si en materia penal, para que el delito se configure deben converger los
elementos que lo conforman (conducta típica, antijurídica y culpable), y si uno de éstos no
se presenta no es posible hablar de su comisión y, por ende, no debe imponerse una pena,
en materia de responsabilidades administrativas de los servidores públicos debe tenerse
como una de las causas por las que no se materializa la antijuridicidad de la conducta
infractora, el que ésta derive de la obediencia jerárquica, pues en ese supuesto debe
entenderse que el inferior jerárquico no tiene otra opción que obedecer las órdenes de su
superior, por lo cual no debe sancionársele, máxime si éstas no implican, por sí mismas,
una evidente falta administrativa, es decir, si el servidor no está en posibilidad de saber si
dicho actuar es o no erróneo.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 634/2013. Esther Arévalo Ramírez. 17 de octubre de 2013. Unanimidad de
votos. Ponente: Antonio Campuzano Rodríguez. Secretario: Juan Abad Villanueva.

Imputabilidad
IMPUTABILIDAD O CAPACIDAD DE CULPABILIDAD. MÉTODO BIOLÓGICO-PSICOLÓGICO
PARA SU CONSTATACIÓN.
La doctrina ha estudiado la capacidad de culpabilidad o imputabilidad del autor del hecho
penal acudiendo, entre otros, al método biológico-psicológico, conforme al cual la norma
relativa está estructurada en dos peldaños sucesivos de análisis: 1) en el primero, debe
constatarse la existencia de determinados estados orgánicos; y, 2) en el segundo, debe
examinarse si por ellos está excluida la capacidad psicológica de comprensión o inhibición.
El primer peldaño puede comprender cuatro estados o diagnósticos psicopatológicos, a
saber: i) el trastorno psíquico patológico, ii) el trastorno profundo de la conciencia, iii) la
oligofrenia y, iv) la anomalía psíquica grave. Sólo una vez que se ha constatado uno de
estos estados diagnósticos, ha de decidirse, en un segundo peldaño de examen de
imputabilidad, si debido a ello, el sujeto es incapaz de: i) comprender el injusto del hecho
o ii) actuar conforme a esa comprensión.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Amparo directo 637/2016. 20 de julio de 2017. Mayoría de votos. Disidente: Jorge
Mercado Mejía, quien no se manifestó en cuanto al tema de la tesis por considerar que
debe reponerse el procedimiento. Ponente: Juan Ramón Rodríguez Minaya. Secretaria:
Casandra Arlette Salgado Sánchez.

Inimputabilidad
INIMPUTABLES. EL MODELO SOCIAL DE DISCAPACIDAD PERMITE, A TRAVÉS DE LOS
AJUSTES RAZONABLES, LA MODIFICACIÓN O CONCLUSIÓN DE LAS MEDIDAS DE
SEGURIDAD IMPUESTAS EN FUNCIÓN DE LAS NECESIDADES Y AVANCES DEL
TRATAMIENTO, PARA LO CUAL, EL JUEZ DE EJECUCIÓN DEBE ESTABLECER EVALUACIONES
PERIÓDICAS PARA SU REVISIÓN (LEGISLACIÓN APLICABLE PARA LA CIUDAD DE MÉXICO).
Del artículo 62 del Código Penal para el Distrito Federal, aplicable para la Ciudad de
México, se advierte que las medidas para inimputables serán aplicables cuando la falta de
desarrollo y salud de la mente perturben la facultad del sujeto activo de conocer el deber.
De acuerdo con la interpretación de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación, en la contradicción de tesis 189/2005-PS, de la que derivó la jurisprudencia 1a./J.
14/2006, cuando los especialistas médicos determinen variación en las capacidades
psicosociales o mentales de la persona sujeta a tratamiento médico terapéutico, la
autoridad competente podrá resolver la modificación o conclusión de las medidas de
seguridad impuestas en la sentencia. Razonamiento que encuentra justificación en la
obligación a cargo del Estado de tutelar el derecho humano a la salud, es decir, el Estado
tiene la carga de proporcionar tratamiento científico especializado para paliar el
padecimiento de quien se encuentra sometido a tratamiento en internamiento, como
medida de seguridad, derivado de su condición de inimputabilidad. Entonces, si bien
determinada discapacidad psicosocial o mental, como es la esquizofrenia, puede no ser
susceptible de curación al momento de pronunciar sentencia condenatoria, lo cierto es
que ello no implica que ésta no pueda alcanzarse con motivo de los avances científicos en
el campo de la medicina. Por tanto, en atención a la finalidad primaria de las medidas de
seguridad, como mecanismos de asistencia y cuidado, y al permitirlo el modelo social de
discapacidad a través de los ajustes razonables necesarios, los juzgadores, al momento de
emitir una sentencia, no sólo deben imponer la medida, sino también tienen que ocuparse
del derecho a la protección de la salud de los inimputables a efecto de que a través de los
tratamientos adecuados que ordene, vigile periódicamente el avance en el estado de
salud del inimputable, teniendo siempre presente que el objetivo que persiguen las
medidas de seguridad no es la de una sanción penal, sino brindar las condiciones
necesarias para el acceso a un tratamiento de salud mental con la intención de "eliminar
riesgos para sí mismo" y "para los demás". En consecuencia, deben estar sujetas a un
análisis periódico, de índole médico-especializado, a fin de determinar si existió una
variación en sus circunstancias, que permitiera dejar sin efecto las medidas de protección
impuestas o si, por el contrario, es necesario conservarlas; máxime que en sentido
estricto, el tratamiento en internamiento materialmente implica la privación de la libertad
del sujeto inimputable, lo cual va en contra del fin que persiguen las medidas de
seguridad, que lo es un objetivo no punitivo.
NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 204/2019. 12 de marzo de 2020. Unanimidad de votos. Ponente: Ricardo
Paredes Calderón. Secretarios: Edwin Antony Pazol Rodríguez y Angélica Rodríguez
Gómez.

Trastorno mental
"INCONSCIENCIA, PRUEBA DE LA EXCLUYENTE DE.".
Para que opere la causa excluyente de responsabilidad a que hace mérito la fracción II del
artículo 13 del Código Penal del Estado de Sonora, deben realizarse las hipótesis que exige
el precepto, que indica entre las causas que excluyen la incriminación el hallarse el agente,
al cometer el delito, en estado de trastorno mental transitorio, originado por cualquier
causa, siempre que éste sea accidental o involuntario, y el supuesto estado emocional que
privaba en el inculpado al enterarse de que el occiso sostenía relaciones íntimas con su
esposa, no justifica el actuar de dicho inculpado, ni suprime la imputabilidad del sujeto,
toda vez que el trastorno mental transitorio de que habla la disposición aludida, debe
quedar fehacientemente demostrado a través de la opinión de peritos en la materia, para
suponer la necesidad de admitir una perturbación transitoria del psiquismo del activo,
ligada a la acción de unas causas exógenas inmediatas, señalando un trastorno inminente
y de cierta agudización que afecte su comportamiento inmediato, y no puede constituir tal
trastorno mental transitorio un sentimiento de ira que pueda ser considerado como una
alteración psíquica, para sostener válidamente que el sujeto pierda el dominio de sus
actos.
Amparo directo 1168/75. D.A.C.. 11 de agosto de 1975. Cinco votos. Ponente: M.R.S..

Trastorno mental transitorio


TESTIMONIO DE PERSONAS CON ESTRÉS POSTRAUMÁTICO EN EL SISTEMA PENAL
ACUSATORIO Y ORAL. AL NO SER ESE PADECIMIENTO EQUIPARABLE A UN TRASTORNO
MENTAL TRANSITORIO, NO ACTUALIZA LA EXCEPCIÓN PREVISTA EN EL ARTÍCULO 386,
FRACCIÓN l, DEL CÓDIGO NACIONAL DE PROCEDIMIENTOS PENALES, CONSISTENTE EN
QUE NO ACUDAN A LA AUDIENCIA DE JUICIO Y SU DECLARACIÓN SEA INCORPORADA
MEDIANTE LECTURA.
Hechos: En un juicio seguido en el sistema penal acusatorio y oral, el tribunal de alzada
convalidó la actuación del Tribunal de Enjuiciamiento respecto a tener por actualizada la
excepción prevista en el artículo 386, fracción I, del Código Nacional de Procedimientos
Penales, a partir de la cual se determinó procedente que las víctimas y testigos que
presentaban estrés postraumático no acudieran ante el Juez a rendir su declaración, por lo
que sus entrevistas ministeriales fueron incorporadas mediante lectura en la audiencia de
debate y constituyeron los principales elementos de prueba para justificar la sentencia de
condena.
Criterio jurídico: Este Tribunal Colegiado de Circuito determina que el padecimiento de
estrés postraumático, en un plano de legalidad, al no ser equiparable a un trastorno
mental transitorio, no actualiza la excepción prevista en el artículo 386, fracción l, del
Código Nacional de Procedimientos Penales, que autoriza incorporar declaraciones
anteriores mediante lectura a la audiencia de juicio en un proceso penal acusatorio,
adversarial y oral.
Justificación: En el derecho penal, la perturbación del estado psíquico denominado
"trastorno mental transitorio" implica una exclusión de la capacidad de entender y de
querer en el sujeto, por una perturbación tal de la conciencia, de manera grave, que
quede excluida la parte consciente de la personalidad y el sujeto actúe en un estado de
automatismo con interrupción del yo consciente, lo que no sucede con el padecimiento de
estrés postraumático que constituye una afectación a las capacidades psicológicas y
emocionales, el cual se origina cuando una persona es expuesta o experimenta un evento
traumatizante en donde se vea comprometida su integridad física o emocional, ya sea por
una amenaza real hacia su integridad, su vida o, incluso, sus bienes, pero no anula sus
facultades intelectivas al grado de que constituya una condición ajena a su voluntad que le
impida cumplir con la obligación de comparecer a rendir su declaración en la audiencia de
juicio, para que se produzca la prueba testimonial con la inmediación del juzgador y sea
sometida de manera directa al principio de contradicción, como parte de los objetivos
constitucionales del sistema penal.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 1032/2017. 25 de noviembre de 2021. Unanimidad de votos. Ponente:
Pedro Guillermo Siller González Pico. Secretario: Juan José Castruita Flores.

Trastorno mental permanente


TESTIMONIO DE PERSONAS CON TRASTORNO MENTAL TEMPORAL O PERMANENTE. LA
EXCEPCIÓN PREVISTA EN LA FRACCIÓN I DEL ARTÍCULO 386 DEL CÓDIGO NACIONAL DE
PROCEDIMIENTOS PENALES CONSISTENTE EN QUE NO ACUDAN A LA AUDIENCIA DE
JUICIO Y SU DECLARACIÓN MINISTERIAL SEA REPRODUCIDA MEDIANTE LECTURA, NO ES
VIOLATORIA DE LOS PRINCIPIOS DE INMEDIACIÓN, CONTRADICCIÓN E IGUALDAD
PROCESAL.
Hechos: En un proceso acusatorio y oral se efectuó una interpretación constitucional
sobre una excepción prevista en el Código Nacional de Procedimientos Penales, a partir de
la cual se concluyó que estaba justificado que unas personas no acudieran ante el Juez a
rendir su testimonio, y que su entrevista ministerial fuera reproducida mediante lectura a
la audiencia de juicio. El análisis de esa interpretación fue omitida por el Tribunal
Colegiado de Circuito.
Criterio jurídico: La excepción prevista en la fracción I del artículo 386 del Código Nacional
de Procedimientos Penales, referente a la incorporación por lectura de declaraciones
rendidas en la etapa de investigación, cuando quien deba rendir testimonio padezca un
trastorno mental transitorio o permanente y, por eso no hubiese sido posible solicitar su
desahogo anticipado, no vulnera los principios de inmediación, contradicción e igualdad
procesal previstos en el artículo 20 de la Constitución Federal.
Justificación: La racionalidad tras esa excepción radica en que el trastorno mental
permanente o transitorio con que cuenta la persona que rendirá testimonio en juicio le
impide acudir ante el Juez y cumplir con la obligación legal de hacerlo, dicha condición
deberá ser verificada por la persona juzgadora con base en las pruebas y circunstancias
del caso. Por ello, se justifica que su declaración rendida ante la autoridad ministerial sea
reproducida mediante lectura al juicio, respecto de la cual, las partes están en posibilidad
de analizar su contenido y refutarla o constatarla, como corresponda, con los restantes
elementos de prueba aportados al juicio oral, sin que ello implique que el Ministerio
Público incumpla con la carga procesal de probar su acusación, aunado a que la persona
juzgadora está obligada a valorar esa reproducción de manera libre y lógica, de forma
conjunta e integral con las demás pruebas, acorde con lo dispuesto en el artículo 265 del
Código Nacional de Procedimientos Penales. Esta excepción no genera un desequilibrio
procesal, pues desde el punto de vista de la parte oferente opera sin distinguir si la prueba
pertenece a la acusación o a la hipótesis de la defensa, y desde la perspectiva de la
persona sujeta al desahogo de la prueba, resulta aplicable a los testigos en general,
víctimas u ofendidos, así como a las personas coinculpadas. Además, la incorporación
leída de la entrevista de quien no puede declarar en juicio por causas ajenas a su voluntad
contribuirá a los objetivos constitucionales del proceso penal de esclarecer los hechos,
proteger al inocente, que el delito no quede impune y conseguir la reparación del daño.
En consecuencia, la excepción prevista en el artículo 386, fracción I, del Código Nacional
de Procedimientos Penales no resulta violatoria de los principios de inmediación,
contradicción e igualdad procesal, previstos respectivamente en las fracciones II, IV y V,
del apartado A, del artículo 20 constitucional.
Amparo directo en revisión 1956/2019. Javier Ruíz Armenta y otros. 14 de abril de 2021.
Mayoría de cuatro votos de los Ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá, Jorge
Mario Pardo Rebolledo, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, y la Ministra Ana Margarita Ríos
Farjat. Disidente: Norma Lucía Piña Hernández. Ponente: Ana Margarita Ríos Farjat.
Secretarios: Saúl Armando Patiño Lara y Ramón Eduardo López Saldaña.

Desarrollo mental retardado


ACCIÓN LIBRE EN SU CAUSA PREVISTA EN EL ARTÍCULO 29, FRACCIÓN VII, DEL CÓDIGO
PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, APLICABLE PARA LA CIUDAD DE MÉXICO, VIGENTE EN
2013. CUANDO EL AGENTE NO SE ENCUENTRA EN ESTA HIPÓTESIS, LA CARGA DE LA
PRUEBA PARA ACREDITAR EL TRASTORNO MENTAL O DESARROLLO INTELECTUAL
RETARDADO EN QUE SE COMETIÓ EL HECHO ILÍCITO, COMO CAUSA DE EXCLUSIÓN DEL
DELITO, CORRESPONDE A QUIEN LO HAGA VALER.
El precepto mencionado, interpretado a contrario sensu, define lo que se entiende por
imputabilidad, en el sentido de que el agente, al momento de realizar el hecho típico,
tenga la capacidad de comprender el carácter ilícito de éste y de conducirse de acuerdo
con esa comprensión; por ende, la inimputabilidad se presentará cuando no se cuente con
dicha capacidad o posibilidad de conducirse, lo que acontece cuando padece trastorno
mental o desarrollo intelectual retardado. También contempla lo que la doctrina y la
interpretación jurisdiccional denominan la acción libre en su causa, esto es, cuando el
sujeto (en estado de imputabilidad) provoca su trastorno mental (inimputabilidad) para en
ese estado cometer el hecho, cuya consecuencia jurídica es que responderá por el
resultado típico producido en esa situación. Existen casos en donde el agente no se coloca
en una hipótesis de acción libre en su causa, no obstante que el hecho, entre otros
supuestos fácticos, lo realizara bajo el influjo de bebidas embriagantes o de algún
narcótico, lo que en sí mismo considerado no acredita un trastorno mental o desarrollo
intelectual retardado, como causa de exclusión del delito, en razón de que lo que se
determine jurisdiccionalmente estará supeditado a las pruebas que se ofrezcan para
acreditar dicha circunstancia, al corresponderle la carga de la prueba a quien lo haga valer,
lo que habrá de depender de cada caso en particular. En estas condiciones, si bien el
agente no se encuentra en la hipótesis de acción libre en su causa, lo cierto es que para
fines del derecho penal es imputable, puesto que no acreditó fehacientemente (con
pruebas especiales por referirse al aspecto subjetivo) que padecía trastorno mental o
desarrollo intelectual retardado con el alcance que le imprime la norma, que le impidiera
comprender el carácter ilícito de la conducta que desplegó o de conducirse de acuerdo a
esa comprensión; sólo podría advertirse que se encontraba intoxicado, pero de ahí no se
advertiría que no haya tenido la intención de desplegar la conducta penalmente relevante.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 280/2016. 24 de noviembre de 2016. Unanimidad de votos. Ponente:
Miguel Ángel Medécigo Rodríguez. Secretario: Jaime Flores Cruz.

Minoría de edad
VIOLACIÓN EQUIPARADA. NO SE ACTUALIZA EL CONCURSO REAL DE DELITOS CUANDO UN
MISMO SUJETO ACTIVO COMETE ACTOS COPULATORIOS, REALIZADOS EN DISTINTO
TIEMPO, CONTRA UNA MENOR DE EDAD, SI SE ACREDITA QUE EN ESOS ACTOS
PREDOMINÓ UNA RELACIÓN AFECTIVA ENTRE AMBOS, CON EL CONSENTIMIENTO DE LA
PASIVO Y ÁNIMO DE VIVIR EN PAREJA (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia 1a./J.
24/2011, de rubro: "VIOLACIÓN. SE ACTUALIZA EL CONCURSO REAL HOMOGÉNEO DE
DELITOS CUANDO UN MISMO SUJETO ACTIVO COMETE DOS O MÁS ILÍCITOS IGUALES EN
CONTRA DEL MISMO PASIVO, REALIZADOS EN DISTINTO TIEMPO (ARTÍCULOS 182 Y 183
DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE VERACRUZ, ANTES DE SU REFORMA Y
REUBICACIÓN, PUBLICADA EL DOS DE ABRIL DE 2010).", sostuvo que en el delito de
violación se actualiza el concurso real homogéneo de delitos cuando un mismo sujeto
activo comete dos o más ilícitos iguales en contra del mismo pasivo, realizados en distinto
tiempo. Asimismo, al resolver la contradicción de tesis 397/2010, de la que derivó la tesis
mencionada, estableció que constituye una excepción al criterio anterior, cuando en un
solo hecho de violación, el activo impone la cópula a la pasivo por más de una vía, con
continuidad temporal y sin que hayan cesado los medios comisivos, pues en ese supuesto
se actualiza un solo hecho violento (sexual) contra la misma víctima. De ahí que puede
establecerse, como una diversa excepción a dicho criterio, el supuesto de que en los actos
copulatorios, eventuales o autónomos, predominó una relación afectiva entre ambos
sujetos sobre el válido consentimiento de la pasivo, de minoría de edad específica. Así, al
individualizar la pena del delito de violación equiparada, conforme al artículo 57 del
Código Penal del Estado de México, en relación con el diverso 8, fracción V, del mismo
código, el juzgador debe atender a la unidad de resolución del delito de violación
equiparada, precisamente, porque en los hechos ilícitos, concretos o distintos entre sí,
predominó la relación sentimental o afectiva sobre la pasivo con interés manifiesto de
sostener encuentros sexuales de los que describe la norma aplicable. De tal manera que,
la sanción penal se concrete en atender la lesión jurídica que produjo el imputado al
imponer la cópula a la pasivo, con minoría de edad específica, conforme a los parámetros
de la pena prevista en el párrafo primero del artículo 273 del código mencionado, siempre
que no se actualice el motivo excepcional de extinción de la acción penal o la pena,
previsto en el cuarto párrafo de ese precepto, pues la reiteración de cópula entre los
sujetos implicados constituye una relación de continuidad de fines de permanencia,
emanada de la propia relación afectiva probada con ánimo de vivir en pareja y no una
reproducción de actos homogéneos e independientes sancionables como concurso real de
delitos; por tanto, ese supuesto constituye una excepción específica.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO CIRCUITO.
Amparo directo 245/2018. 23 de mayo de 2019. Unanimidad de votos. Ponente: Andrés
Pérez Lozano. Secretario: Guillermo Pérez García.

Imputabilidad disminuida (violencia emocional)


IMPUTABILIDAD DISMINUIDA. AL ANALIZAR LA PROCEDENCIA DE ESTE BENEFICIO, EL JUEZ
NO DEBE CONSIDERAR LOS DICTÁMENES PSIQUIÁTRICO, PSICOLÓGICO Y DE EDAD CLÍNICA
PROBABLE CRONOLÓGICA PRACTICADOS AL SENTENCIADO, Y LA CONCLUSIÓN DE SI
CONTABA O NO CON UNA DISMINUCIÓN EN SUS CAPACIDADES PSÍQUICAS (LEGISLACIÓN
DEL ESTADO DE JALISCO).
Al analizar la procedencia o no del beneficio de la imputabilidad disminuida establecido en
el artículo 41 del Código Penal para el Estado de Jalisco -vigente en 2009- (artículo 56 del
código en vigor), el Juez no debe considerar los dictámenes psiquiátrico, psicológico y de
edad clínica probable cronológica practicados al sentenciado durante el procedimiento, y
la conclusión de si contaba o no con una disminución en sus capacidades psíquicas, toda
vez que el legislador consideró para la determinación de la procedencia o no de dicho
beneficio, no solamente la edad comprendida entre los dieciocho y veinte años, sino
también que, per se, por estar el sentenciado dentro de ese rango de edad, al cometer el
delito, tiene una imputabilidad disminuida; por lo que para negar el beneficio se deberá
atender a los factores determinantes que rodearon al hecho y no a aquel aspecto.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL TERCER CIRCUITO.
Amparo directo 230/2016. 12 de enero de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: José Luis
González. Secretario: Enrique Espinosa Madrigal.

Culpabilidad
DERECHO DE TODA PERSONA INCULPADA A SER JUZGADA CON PERSPECTIVA DE
INTERCULTURALIDAD. CUANDO LA PERSONA SENTENCIADA SE AUTOADSCRIBE COMO
PARTE DE UNA COMUNIDAD INDÍGENA EN EL JUICIO DE AMPARO DIRECTO, EL TRIBUNAL
COLEGIADO ESTÁ OBLIGADO A TOMAR EN CONSIDERACIÓN LAS ESPECIFICIDADES
CULTURALES Y COSTUMBRES DE ESA COMUNIDAD PARA QUE SE EXAMINEN LOS HECHOS
ENJUICIADOS, LA MATERIALIZACIÓN DE LOS ELEMENTOS OBJETIVOS O SUBJETIVOS DEL
DELITO Y LOS ASPECTOS DE LOS QUE DEPENDE LA CULPABILIDAD ATRIBUIDA.
Hechos: En un procedimiento penal de corte tradicional se dictó sentencia condenatoria
por el delito de despojo, la cual fue confirmada en segunda instancia. Inconforme con esa
determinación, la persona sentenciada promovió amparo directo en cuya demanda se
autoadscribió como miembro de una comunidad indígena y señaló que, de acuerdo con
sus usos y costumbres, no era posible que cometiera el ilícito que se le atribuyó. El
Tribunal Colegiado negó el amparo sin tomar en consideración la manifestación efectuada
por la parte quejosa sobre su autoadscripción a una comunidad indígena, por lo que no
analizó si era posible detonar en favor de la persona sentenciada los derechos reconocidos
en el artículo 2o. de la Constitución Política del país.
Criterio jurídico: Si una persona se autoadscribe como integrante de una comunidad
indígena en el juicio de amparo directo y sostiene que conforme a la norma
consuetudinaria del pueblo originario al que pertenece no pudo cometer la conducta que
se le atribuyó, el Tribunal Colegiado está obligado a evaluar y, en su caso, a indagar sobre
las costumbres y especificidades de la comunidad a la que se vincula la persona inculpada,
para determinar si éstas podrían influir en el desarrollo de los hechos enjuiciados, la
materialización de los elementos objetivos o subjetivos del delito, y los aspectos de los
que depende su culpabilidad, entre otras cuestiones, siempre que no atenten en contra de
derechos humanos.
Justificación: La autoadscripción que realiza una persona inculpada en un asunto penal
constituye una manifestación de identidad y pertenencia cultural que se realiza respecto
de un pueblo indígena con la finalidad de acceder a la jurisdicción del Estado, por lo que
en todo proceso penal el órgano jurisdiccional está obligado a tomar en cuenta las
costumbres y especificidades culturales de la persona que se autoadscribe para analizar
los hechos enjuiciados, la materialización de los elementos objetivos o subjetivos del
delito y los aspectos de los que depende la culpabilidad atribuida, sin soslayar que las
normas del derecho consuetudinario indígena estarán en todo tiempo sujetas a examen
constitucional, convencional y legal para decidir sobre su pertinencia y aplicabilidad en
casos concretos. En ese sentido, cuando la autoadscripción se realiza hasta la demanda de
amparo directo, el Tribunal Colegiado debe resolver sobre la vigencia y aplicabilidad de
una norma de derecho consuetudinario indígena mediante los principios y métodos
constitucionales y legales admisibles dentro de estándares mínimos de tolerancia que
cubran los diferentes sistemas de valores. Es decir, lograr el consenso mínimo necesario
para la convivencia entre las distintas culturas, sin que ello implique renunciar a los
presupuestos esenciales que marcan la identidad de cada una, por lo que debe adoptarse
una perspectiva intercultural. Por tanto, el Tribunal Colegiado deberá resolver el caso
concreto atendiendo a la vigencia y aplicabilidad del derecho consuetudinario, así como a
su contraste con los derechos humanos reconocidos constitucional y convencionalmente,
con el objeto de determinar si la existencia de la conducta ilícita o la responsabilidad penal
se vieron afectadas de alguna manera por las costumbres y especificidades culturales de
quien se autoadscribe, lo que garantiza el derecho de toda persona a ser juzgada con
perspectiva de interculturalidad en un asunto penal.
Amparo directo en revisión 4189/2020. Víctor Manuel Reyes Montiel. 9 de febrero de
2022. Mayoría de cuatro votos de las Ministras Norma Lucía Piña Hernández y Ana
Margarita Ríos Farjat, y los Ministros Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien
formuló voto aclaratorio y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente: Ministro Jorge Mario
Pardo Rebolledo, quien formuló voto particular. Ponente: Ministra Presidenta Ana
Margarita Ríos Farjat. Secretarios: Saúl Armando Patiño Lara y Jonathan Santacruz
Morales.

Inculpabilidad
AUTOR MEDIATO. EL ARTÍCULO 16, FRACCIÓN III, DEL CÓDIGO PENAL PARA EL ESTADO DE
QUINTANA ROO ESTABLECE ESTE TIPO DE AUTORÍA, QUE PUEDE COMPRENDER LA
INSTRUMENTALIZACIÓN POR ATIPICIDAD, ANTIJURIDICIDAD O INCULPABILIDAD.
Existen tres formas de autoría tradicionales en el sistema penal mexicano que son: autor
inmediato -directo-, mediato y coautor. El autor inmediato es el que realiza el delito por sí,
esto es, la persona que directa y materialmente ejecuta el comportamiento delictivo; el
coautor actúa en conjunción con el otro, y el autor mediato es quien realiza el delito
sirviéndose de otro. En este último caso de autoría existen dos sujetos: Uno, el
propiamente dicho autor mediato, y otro conocido como instrumento. Esta forma de
autoría está prevista en el artículo 16, fracción III, del Código Penal para el Estado de
Quintana Roo, que señala como autor del delito a los que lo lleven a cabo sirviéndose de
otro. Conforme a lo anterior, el autor mediato es quien (sujeto de atrás) realiza el hecho
no de propia mano, sino por medio de otra persona (sujeto delante), al que utiliza como
instrumento; asimismo, no responde por lo que hace el otro, sino por lo que él realiza a
través de otro. Lo característico de esta forma de autoría es que la ejecución físico-
corporal de la conducta típica no la lleva a cabo el autor mediato, sino el instrumento.
Además, normalmente intervienen tres sujetos (autor, instrumento y víctima), aunque
también es frecuente que el instrumento sea la propia víctima del delito. Lo decisivo en
este tipo de autoría es el proceso de instrumentalización al que se ve sometido el "sujeto
de delante" que convierte al "sujeto de atrás" en la figura central del suceso. El autor
mediato tiene el dominio del hecho por medio del que ejerce sobre la conducta del
instrumento, lo que sucede cuando crea o se aprovecha de las circunstancias que
permiten esa instrumentalización, normalmente mediante el ejercicio de coacción sobre
el instrumento o sometiéndolo directa o indirectamente a un error que le lleva a iniciar
una actividad delictiva. De manera que la autoría mediata se determina por el criterio del
"dominio de la voluntad", porque ahora se trata de estructurar los casos en que falta una
acción ejecutiva del "hombre atrás", y el dominio del hecho sólo puede fundamentarse en
el poder de la voluntad rectora. En este tenor, podemos catalogar los casos de autoría
mediata, es decir, cómo instrumentalizar a una persona para que otra imponga su
voluntad delictiva; lo cual puede suceder cuando el instrumento actúe de forma atípica,
sin antijuridicidad o sin culpabilidad. La instrumentalización en forma atípica implica que
se incumple el tipo objetivo o el tipo subjetivo. En el primer caso, la conducta del
instrumento no está tipificada, existiendo engaño o violencia por el "sujeto de atrás" y, en
el segundo, faltan los elementos del tipo subjetivo cuando el instrumento actúa sin dolo,
es decir, cuando no tiene conciencia de la realización de la conducta típica, o cuando
carece de los elementos subjetivos del injusto exigidos por algún tipo (instrumento doloso
sin intención), siempre que ambos elementos concurran en el "sujeto de atrás". La
instrumentalización de otro que actúa sin antijuridicidad, se actualiza cuando el
instrumento interviene amparado por una causa de justificación o de acuerdo con el
derecho, pero es utilizado ilegal y fraudulentamente por el "sujeto de atrás" y, por último,
el otro puede ser instrumentalizado sin culpabilidad, cuando se crea o aprovecha la
actividad de un inimputable, de una persona que actúa con error de prohibición o en
estado de necesidad absolutorio o con miedo insuperable. En los dos últimos casos, la
actividad del instrumento es provocada o aprovechada por el "sujeto de atrás" mediante
error o coacción.
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGÉSIMO SÉPTIMO CIRCUITO.
Amparo en revisión 160/2017. 1 de junio de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Jorge
Mercado Mejía. Secretaria: Dulce Guadalupe Canto Quintal.

Error de tipo
ERROR DE TIPO. NO SE ACTUALIZA TRATÁNDOSE DEL DELITO DE PORTACIÓN DE ARMA DE
FUEGO DE USO EXCLUSIVO DEL EJÉRCITO, ARMADA Y FUERZA AÉREA, SI EL INCULPADO
ADUCE QUE DESCONOCÍA QUE EL ARMA QUE MANTUVO DENTRO DE SU RADIO DE
ACCIÓN Y DISPONIBILIDAD, POR SUS CARACTERÍSTICAS, CORRESPONDE A LAS
RESERVADAS PARA EL USO DE LAS FUERZAS CASTRENSES.
La causa de exclusión del delito prevista en el artículo 15, fracción VIII, inciso a), del
Código Penal Federal (error de tipo), consiste en una falsa apreciación o distorsión sobre
uno o más de los elementos -sean de naturaleza objetiva o normativa- exigidos por la ley
para integrar el tipo delictivo. Ahora bien, tratándose del delito de portación de arma de
fuego de uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, regulado en el artículo 83 de
la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, no se actualiza dicha causal si el inculpado
aduce que desconocía que el arma que mantuvo dentro de su radio de acción y
disponibilidad, por sus características, corresponde a las reservadas para el uso de las
fuerzas castrenses. Lo anterior es así, en virtud de que si bien es cierto que la apreciación
falsa de uno de los elementos del tipo, si es invencible y se ha acreditado plenamente,
puede actualizar el error de tipo y, en su momento, excluir el dolo, también lo es que la
afirmación del inculpado, en el sentido de que ignoraba que el artefacto bélico que
portaba fuera de los reservados para el uso exclusivo del Ejército, Armada y Fuerza Aérea,
no entraña la distorsión sobre uno o más de los elementos del delito, ya que no implica un
error de apreciación sobre la acción realizada (portar) o las características del arma
(elementos objetivos), ni respecto a la obligación de ostentar la licencia respectiva para
ejercitar dicha acción (elemento normativo), por lo que no puede sustentarse en esa
aseveración, la causa de exclusión prevista en el invocado artículo 15, fracción VIII, inciso
a), del código sustantivo.
TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL DÉCIMO SEXTO CIRCUITO.
Amparo directo 90/2015. 2 de julio de 2015. Mayoría de votos; unanimidad en relación
con el criterio contenido en esta tesis. Ponente: Alberto Augusto de la Rosa Baraibar.
Secretario: Israel Cordero Álvarez.

Error de prohibición
ERROR DE PROHIBICIÓN INDIRECTO E INVENCIBLE. SE ACTUALIZA ESTA CAUSA DE
INCULPABILIDAD PREVISTA EN EL ARTÍCULO 29, FRACCIÓN VIII, INCISO B), DEL CÓDIGO
PENAL PARA EL DISTRITO FEDERAL, APLICABLE PARA LA CIUDAD DE MÉXICO, EN SU TEXTO
ANTERIOR A LA REFORMA DE 18 DE DICIEMBRE DE 2014, CUANDO EL INCULPADO ACTÚA
CREYENDO QUE UN ORDENAMIENTO LE CONCEDÍA PERMISO PARA MANTENER PRIVADO
DE SU LIBERTAD AL SUJETO PASIVO DENTRO DE UN "ANEXO" DE TRATAMIENTO PARA
ALCOHOLISMO Y DROGADICCIÓN.
El error de prohibición se constituye como reverso de la conciencia de la antijuridicidad,
como un elemento constitutivo de la culpabilidad y exige que el autor de la infracción
penal concreta ignore que su conducta es contraria a derecho, o expresado de otro modo,
que actúe en la creencia de que obra lícitamente; sin embargo, no cabe extenderlo a los
supuestos en los que el autor cree que la sanción penal era de menor gravedad, y
únicamente se excluye o atenúa la responsabilidad cuando se cree que se obra conforme
a derecho. La doctrina y la ley distinguen entre los errores directos de prohibición, es
decir, será error de prohibición directo, si recae sobre la ilicitud, si el sujeto desconoce el
contenido de la norma penal. Puede suceder, incluso, que tenga un conocimiento
completo de la norma, pero por razones ulteriores, no la crea vigente. En tanto que es
error de prohibición indirecto, si recae en la autorización del comportamiento, porque se
crea que lo beneficia una norma permisiva que realmente no esté reconocida en la ley, o
porque se tenga la convicción de que se actúa justificadamente ante la necesidad de
salvarse o salvar a un tercero de un peligro inexistente. Ahora bien, el error de prohibición
puede ser considerado desde dos puntos de vista: Según exculpe o disminuye la
culpabilidad, hablaremos de un error de prohibición invencible y vencible. El texto del
Código Penal para el Distrito Federal da un tratamiento distinto a los errores invencible y
vencible, pues mientras éste únicamente disminuyen la responsabilidad y la pena, aquél
las excluye; sin embargo, debe valorarse siempre en relación con el sujeto en concreto y
sus circunstancias específicas, y nunca en función de una pretendida objetividad que
acuda a una figura de imaginación (hombre normal). Lo arduo en la doctrina y en la
práctica es establecer cuándo el error es de una u otra clase, pero como no pueden
emplearse criterios estables para determinar si en el caso concreto el agente fue o no
capaz de conocer lo antijurídico de su comportamiento, por regla general, se tiene como
vencible el error que estuvo en posibilidad de ser superado por el sujeto o que el autor
haya tenido razones para pensar en la antijuridicidad y la posibilidad de esclarecer la
situación jurídica; por el contrario, como invencible, el que no le fue exigible superar,
dadas las circunstancias en que se desarrolló el hecho y, por ello, no existieron razones
para pensar en la antijuridicidad, así como tampoco la posibilidad de esclarecer la
situación jurídica, como pueden ser los comportamientos estimados como estereotipos de
comportamiento lícito en la sociedad. En razón de lo anterior, si de autos se advierte que
el inculpado privó de la libertad al sujeto pasivo, bajo la falsa creencia de que su
comportamiento estaba autorizado por una norma permisiva (que realmente no está
reconocida en la ley), además de invencible, pues poseía razones sensatas para suponer el
carácter permitido de su hecho, como es el trabajar en una asociación civil dedicada a
tratar a gente con problemas de alcohol y drogadicción, la cual está debidamente
registrada mediante poder notarial, y constituida para la "rehabilitación e integración a la
sociedad de alcohólicos y drogadictos, así como la realización de todo tipo de actos y
actividades relacionados con lo anterior"; previo permiso de la Secretaría de Relaciones
Exteriores; dicha circunstancia denota la actualización de la hipótesis de la causa de
inculpabilidad prevista en el artículo 29, fracción VIII, inciso b), del Código Penal citado,
aplicable para la Ciudad de México, en su texto anterior a la reforma de 18 de diciembre
de 2014, consistente en error de prohibición indirecto invencible, pues el Estado al
otorgar dicha autorización, conocía cuáles eran las funciones de ese lugar, ya que es un
problema de salud mundial, lo cual llevó a la creación de la Norma Oficial Mexicana NOM-
028-SSA2-2009, para la prevención, tratamiento y control de adicciones (publicada en el
Diario Oficial de la Federación el 21 de agosto de 2009) e, inclusive, se encuentra previsto
en el artículo 192 sextus de la Ley General de Salud; asimismo, las máximas de la
experiencia nos enseñan que existen lugares en donde se trata ese tipo de problemas -
alcoholismo y drogadicción-, los cuales se anuncian por diversos medios de comunicación;
máxime si el actuar del sujeto activo siempre fue público, esto es, no se hizo de manera
secreta, pues podía acudir cualquier particular a ese lugar. Por ende, el inculpado actuaba
creyendo que un ordenamiento le concedía permiso para mantener privado de su libertad
al sujeto pasivo dentro de un "anexo" de tratamiento para alcoholismo y drogadicción, lo
que le impedía considerar que su conducta era antijurídica, pues no existía motivo alguno
que le hiciera pensar que cometía un delito, puesto que dichos comportamientos se
estiman como estereotipos de comportamiento lícito en la sociedad y, por ello, su error
no precisa de sanción.
NOVENO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 201/2016. 27 de octubre de 2016. Unanimidad de votos, con voto
concurrente del Magistrado Miguel Ángel Aguilar López. Ponente: Emma Meza Fonseca.
Secretario: Miguel Ángel Sánchez Acuña.

Error de hecho esencial e invencible


EXACTA APLICACIÓN DE LA LEY PENAL EN LOS DELITOS DE DEFRAUDACIÓN FISCAL Y
DEFRAUDACIÓN FISCAL EQUIPARADA PREVISTOS, RESPECTIVAMENTE, EN LOS ARTÍCULOS
108 Y 109 DEL CÓDIGO FISCAL DE LA FEDERACIÓN. AL SER ILÍCITOS DIFERENTES, CON
CARACTERÍSTICAS PROPIAS Y DIFERENCIADORAS, ES NECESARIO QUE EL TRIBUNAL DE
APELACIÓN, PARA GARANTIZAR ESTE DERECHO, ATIENDA AL HECHO ESPECÍFICO
IMPUTADO AL SENTENCIADO Y, EN FUNCIÓN DE SU MEDIO DE EJECUCIÓN, DETERMINE SI
SE ACREDITA UNA U OTRA FIGURA DELICTIVA.
El ilícito de defraudación fiscal ésta tipificado por el artículo 108 del Código Fiscal de la
Federación; de esa descripción normativa se advierte que los elementos necesarios para
su configuración son: la existencia de un sujeto contribuyente; que a través del engaño
omita total o parcialmente el pago de alguna contribución u obtenga un beneficio
indebido y, que se cause perjuicio al fisco federal. Es decir, uno de los requisitos consiste
en que el sujeto activo utilice engaños o aprovechamiento de errores en la omisión total o
parcial del pago de alguna contribución, o en la obtención de un beneficio indebido con
perjuicio del fisco federal, y su sanción dependerá del monto del fraude o de la
imposibilidad de su determinación. Por su parte, el delito de defraudación fiscal
equiparada previsto en el artículo 109 del propio código, contiene como elementos
constitutivos los siguientes: que una persona física o moral presente una declaración para
efectos fiscales y, que en dicha declaración fiscal, se consignen ingresos acumulables
menores a los realmente obtenidos, o determinados conforme a las leyes. Lo anterior
pone de relieve que la actualización de este último delito requiere la consignación en las
declaraciones presentadas para efectos fiscales, deducciones falsas o ingresos menores a
los realmente obtenidos. Luego, de la comparativa de ambos tipos penales se obtiene que
el núcleo del delito previsto en el artículo 108 (defraudación fiscal) es que el activo,
mediante engaños o aprovechamiento de errores, omita total o parcialmente el pago de
alguna contribución u otro beneficio indebido, de índole fiscal sin tener derecho a él,
mediante engaños o aprovechándose de un error; pero no es necesaria la presentación de
declaraciones fiscales. Sin embargo, el ilícito establecido por el numeral 109 (defraudación
fiscal equiparada) consiste, necesariamente, en presentar declaraciones para efectos
fiscales en las que se consignen deducciones falsas o ingresos menores a los realmente
obtenidos conforme a la ley. Con base en esas premisas, aunque ambas figuras delictivas
guardan identidad en cuanto al bien jurídico tutelado -el patrimonio del fisco federal- e,
incluso, prevén los mismos parámetros de punibilidad, la particularidad distintiva estriba
en el medio de ejecución de cada uno de éstos, pues para que se configure la primera, se
requiere que sea el engaño o aprovechamiento de errores; pero si el detrimento al erario
se produce por la consignación en las declaraciones fiscales de deducciones falsas o
ingresos menores a los obtenidos, entonces estaremos en presencia de la segunda figura
delictiva; de ahí que ambos ilícitos sean diferentes, con características propias y
diferenciadoras. Bajo ese contexto, si el quejoso fue condenado por defraudación fiscal y
la forma por medio de la cual se le reprocha haber causado un detrimento patrimonial al
fisco federal consistió en la presentación de una declaración correspondiente a
determinado ejercicio fiscal, en la que consignó en ceros todos los rubros; cuando a través
de la visita domiciliaria la autoridad exactora pudo constar que la persona moral a quien
representa sí obtuvo ingresos; ese elemento esencial, que constituye la línea que bifurca
cuándo una conducta puede ser tipificada como defraudación fiscal o equiparada, hace
necesario que el tribunal de apelación se pronuncie en torno a si tal particularidad incide o
no en la clasificación jurídica de los hechos materia de la acusación ministerial y atento al
hecho específico imputado al sentenciado, en función de su medio de ejecución,
determine si se acredita una u otra figura delictiva, esto, en aras de garantizar el respeto
irrestricto al derecho fundamental de exacta aplicación de la ley penal tutelado por el
párrafo tercero del artículo 14 de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos, pues el justiciable tiene derecho a ser juzgado con base en el tipo penal que
exactamente se adecue a la conducta atribuida por el Ministerio Público.
PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 370/2016. 12 de junio de 2017. Unanimidad de votos. Ponente: Miguel
Enrique Sánchez Frías. Secretaria: Daniela Edith Ávila Palomares.

La no exigibilidad de otra conducta


PORTACIÓN DE ARMA DE FUEGO SIN LICENCIA. CASO EN QUE SE EXCLUYE EL DELITO AL
ACTUALIZARSE LA NO EXIGIBILIDAD DE OTRA CONDUCTA.
La fracción IX del artículo 15 del Código Penal Federal determina que el delito se excluye
cuando ante las circunstancias que concurren en la realización de una conducta ilícita, no
sea racionalmente exigible al agente una conducta diversa a la que realizó, en virtud de no
haberse podido determinar a actuar conforme a derecho; causa de inculpabilidad que se
actualiza y acredita si se constata que el sujeto activo portó un arma de fuego al admitir
que un tercero, bajo la influencia de bebidas embriagantes, la colocara dentro de su esfera
de acción, toda vez que en un momento previo a que el arma se encontrara a su alcance
inmediato, éste evidenció signos inequívocos de alta agresividad social, como lo es haber
amagado a otra persona; por tanto, no le es reprochable penalmente que en forma
objetiva haya incidido en el delito de portación de arma de fuego sin licencia, omitiendo
así ajustar su conducta al deber jurídico prescrito por la norma penal, pues si bien es
incuestionable que, en forma voluntaria y consciente, accedió a que el mencionado
artefacto bélico fuera colocado dentro de su ámbito de disponibilidad, ubicándose en la
comisión de la conducta típica a que se hace mención, también no es menos evidente que
su proceder fue determinado por las apuntadas circunstancias, ante las cuales no le era
razonablemente exigible una conducta diversa a la que desplegó, máxime cuando su
actuar favoreció la protección de los bienes jurídicos, cuya afectación pretende
reprochársele; por lo que se actualiza la hipótesis prevista en el precepto supracitado y,
por consiguiente, se concluye que opera a favor de la quejosa la exclusión del delito de
portación de arma de fuego, por la no exigibilidad de otra conducta.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL PRIMER CIRCUITO.
Amparo directo 1152/2000. 8 de junio de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Juan
Wilfrido Gutiérrez Cruz. Secretaria: Selina Haidé Avante Juárez.

Caso fortuito
SENTENCIA DE AMPARO POR VIOLACIÓN AL DERECHO DE PETICIÓN. FORMA EN QUE DEBE
PROCEDER EL JUZGADOR PARA LOGRAR SU CUMPLIMIENTO CUANDO LA RESPONSABLE
ALEGUE IMPOSIBILIDAD POR CASO FORTUITO.
Para que la respuesta dada por la autoridad administrativa a la petición de un particular,
en términos del artículo 8o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
sea congruente, debe ser definitiva y concluyente, lo cual conlleva, en caso de que se
requiera la sustanciación de un procedimiento, informar al peticionario los trámites que se
realicen para acatar la ejecutoria. En esas circunstancias, cuando en cumplimiento a una
sentencia que concedió el amparo por violación al derecho de petición, derivado de la
omisión de la autoridad de atender dicha prerrogativa, la responsable alegue
imposibilidad por caso fortuito, verbigracia, el extravío o destrucción del escrito de
petición con motivo de algún acontecimiento natural (sismo), el juzgador, al ser rector del
procedimiento de cumplimiento del fallo protector debe requerir inclusive al quejoso para
que, a fin de acelerar la emisión de la respuesta, coadyuve con la autoridad y, hecho lo
anterior, verifique que aquélla sea congruente, concluyente y definitiva a la petición del
quejoso y se le notifique personalmente, además de formular los requerimientos
necesarios a la autoridad responsable para ese fin.
VIGÉSIMO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO.

Las eximentes putativas


DEFENSA PUTATIVA. CUANDO EL ERROR ES ESENCIAL E INSUPERABLE, EXISTE
INCULPABILIDAD.".
Si es verdad incontrovertible que en la mente del inculpado existió la agresión, aun
cuando no en el mundo fenoménico, debe entonces inferirse que se dio la situación de la
legítima defensa putativa, si privó de la vida al ofendido en virtud de estar dicho inculpado
inmerso en una situación mental de error, al imaginar que el ofendido agredía a su padre;
la legítima defensa putativa opera como causa de inculpabilidad -aunque no comprendida
dentro del catálogo de excluyentes de responsabilidad, pero sí presente en el espíritu que
informa al Código Penal del Estado de Tabasco-, con amplios efectos eximentes, cuando el
error sobre la agresión tiene el carácter de invencible, en atención a las circunstancias que
rodean el evento luctuoso; lo que ocurrió si el ofendido, luego de injuriar, golpear y
amenazar al inculpado con una pistola, de la que después se supo no tenía balas, le hizo
saber que iba a buscar a su padre, precisamente en el momento en que éste llegaba, y
hacia quien se dirigió dicho ofendido con la pistola en la mano, y en estas condiciones fue
muerto por el inculpado.

Amparo directo 7534/80. A.M.C.. 28 de septiembre de 1981. Unanimidad de cuatro votos.


Ponente: F.H.P.V.. Secretario: T.H.F..

Legítima defensa putativa


La Primera Sala de la Suprema Corte ha sostenido constantemente que el simple ademán
de sacar arma no es bastante para estimar que el peligro fue inminente. En consecuencia,
falta el elemento capital previsto en la fracción III del artículo 15 del Código Penal para la
integración de la excluyente de legítima defensa. Y tampoco está comprobada la que
algunos tratadistas denominan legítima defensa putativa, porque al ponerse el inculpado
deliberadamente en un ambiente peligroso como lo es el juzgar dominó en una cantina y
bebiendo, aceptó previamente cualquier riesgo de sufrir agresión o verse envuelto en una
riña, o simplemente de equivocarse al estimar agresión la que no fuere en realidad,
confiado sobre todo en la seguridad que le prestaba el arma.
Amparo directo 3738/59. A.M.G.M.. 25 de septiembre de 1959. Unanimidad de cuatro
votos. Ponente: J.J.G.B..

Estado de necesidad putativo


LEGÍTIMA DEFENSA. SUS ELEMENTOS DEBEN REINTERPRETARSE CON BASE EN EL
MÉTODO PARA JUZGAR CON PERSPECTIVA DE GÉNERO, AL ANALIZAR LOS CASOS EN QUE
LAS MUJERES VÍCTIMAS DE VIOLENCIA DOMÉSTICA PRIVAN DE LA VIDA A SU AGRESOR
(LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MÉXICO).
Hechos: Una mujer promovió juicio de amparo directo contra la sentencia condenatoria
dictada en su contra por el delito de homicidio agravado cometido en contra de su
concubino. Al analizar el caso este Tribunal Colegiado de Circuito, tomando en
consideración los indicios que se desprendieron de las pruebas y el contexto de violencia
doméstica que padeció la quejosa, generada por el occiso, concluyó que se actualizó la
legítima defensa prevista en el artículo 15, fracción III, inciso b), párrafo segundo, del
Código Penal del Estado de México. Sin embargo, al estimar que una concepción
tradicional de la legítima defensa no resuelve este tipo de asuntos (mujeres víctimas de
violencia –principalmente doméstica– que privan de la vida a sus parejas o agresores), por
no tomar en consideración dicha figura el contexto en el que se presentan la agresión y la
respuesta, los Magistrados analizaron la posibilidad o no de reinterpretar los elementos
de la legítima defensa con base en el método para juzgar con perspectiva de género.
Criterio jurídico: Este Tribunal Colegiado de Circuito determina que en casos relacionados
con mujeres víctimas de violencia doméstica que en legítima defensa privan de la vida a
sus agresores, los elementos de dicha figura deben reinterpretarse con base en el método
para juzgar con perspectiva de género.
Justificación: Es así, porque en estos casos la concepción tradicional de la legítima defensa
no toma en consideración el contexto en el que se dan la agresión y la respuesta. En ese
sentido, de conformidad con el artículo 15, fracción III, inciso b), párrafo segundo, del
Código Penal del Estado de México, al analizar esa figura con perspectiva de género, se
obtienen los siguientes elementos: a) Repulsa de una agresión. En principio, debe
considerarse que la violencia de género es, por sí misma, una agresión ilegítima y, por
tanto, sin derecho, al estar proscrita por el ordenamiento jurídico. Además, la agresión no
se genera sólo cuando existe lesión al bien jurídico tutelado, sino también cuando se pone
en peligro; b) La agresión sea real, actual o inminente y sin derecho. La violencia contra la
mujer tiene un carácter continuo y cíclico; por tanto, puede acontecer en cualquier
momento, más aún en el ámbito doméstico. Es frecuente que la víctima viva con el
constante temor y preocupación de que en cualquier momento sufrirá agresiones, por eso
los ataques hacia su persona son un mal inminente que amerita emplear la defensa; c) En
protección de bienes jurídicos propios o ajenos. La repulsa que resulta de la agresión
injusta debe ser en defensa de bienes jurídicos propios o ajenos. Es válido pues, no sólo
justificar que una mujer se defienda por sí misma de su agresor, sino también que una
tercera persona actúe en su defensa para repeler la agresión de la que es víctima; d) Que
exista la necesidad de la defensa y racionalidad de los medios empleados. La necesidad de
la defensa debe evaluarse en orden a la situación particular de la mujer, por un lado y, por
otro, al contexto generalizado de violencia. En este sentido, la necesidad de la defensa
está asociada a la agresión misma, en la medida en que la defensa es necesaria, porque
responde a un hecho continuado que supone ser víctima de violencia. Esta idea debe
edificarse sobre la base de que la mujer no está obligada a soportar malos tratos. En
cambio, la proporcionalidad de los medios empleados, bajo un enfoque de género, debe
entenderse en un sentido amplio y no estricto. Es preciso considerar factores como las
condiciones físicas del agresor (que generalmente lo favorecen), la situación de
vulnerabilidad de la víctima, el constante peligro en que se encuentra, entre otros; y, e)
No medie provocación dolosa, suficiente e inmediata por parte del agredido o de la
persona a quien se defiende. Al analizar este elemento, debe despejarse cualquier
estereotipo de género, pues no en pocas ocasiones la violencia que sufren las mujeres se
convierte en una situación revictimizante, cuando se considera que ella provocó que la
agredieran, sea por su comportamiento, por su vestimenta, por estar sola en la noche,
entre muchos otros factores.
CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA PENAL DEL SEGUNDO CIRCUITO.

Cumpliendo de un deber putativo


"EXIMENTE PUTATIVA, CUMPLIMIENTO DE UN DEBER COMO.".
La eximente putativa se presenta por una errónea e invencible representación, en el
agente, al considerar que obra al amparo de una determinada causa de licitud,
anulándose así la culpabilidad como elemento del delito. La excluyente de cumplimiento
del deber puede amparar tanto el medio ejecutado como el resultado que se produzca y
que expresamente autorice la ley. De acuerdo con su naturaleza jurídica, la justificante de
cumplimiento de un deber por parte de agentes de la autoridad, se presenta cuando el
agente actúa, en ejercicio de su función, usando un medio racional a tal fin, por la
necesidad imperiosa de superar la violencia que se ejerce contra él o terceros, o bien para
vencer la resistencia opuesta al cumplimiento de un mandato de autoridad. En tales
condiciones, es inexistente la eximente putativa de cumplimiento de un deber, cuando el
error versa tan sólo en el hecho de que el agente actúa en cumplimiento de un deber, sin
comprender dicho error también la falsa representación sobre la agresión que
supuestamente origina el cumplimiento y que el sujeto estima adecuada para justificar su
proceder.
Amparo directo 5529/81. E.G.M.. 11 de enero de 1984. Unanimidad de cuatro votos.
Ponente: R.C.M.. Secretario: J.J.G..

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