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UNIVERSIDAD INSURGENTES

DERECHO PENAL
“ANTIJURICIDAD Y CULPABILIDAD”

ALUMNOS: AXEL RICARDO GUTIERREZ ARROYO

LUIS ANGEL TOLEDO GARCIA

IRVING YAEL CANO ORTIZ

JOSE COVARRUBIAS NAVARRO


Antijuridicidad
La antijuridicidad es lo contrario a derecho. En el ámbito penal precisamente radica en
contrariar lo establecido en la norma jurídica, atacando un bien jurídicamente tutelado.
Carnelutti señala: “antijurídico es el adjetivo, en tanto que antijuridicidad es el sustantivo”,
y agrega: “Jurídico es lo que está conforme a derecho.” Si la ley penal tutela la vida
humana mediante un tipo que consagra el delito de homicidio, quien comete éste realiza
una conducta típica antijurídica.

Concepto clases Formal material


Se distinguen dos tipos o clases de antijuridicidad: material y formal:
Material. Es propiamente lo contrario a derecho, por cuanto hace a la afectación genérica
hacia la colectividad.
Formal. Es la violación de una norma emanada del Estado. De acuerdo con Jiménez de
Asúa, constituye la tipicidad, mientras que la antijuridicidad material es propiamente la
antijuridicidad, por lo que considera que esta distinción no tiene sentido.

Culpabilidad Concepto
La culpabilidad es la relación directa que existe entre la voluntad y el conocimiento del
hecho con la conducta realizada, la cual provocará un juicio de reproche por parte del
Estado.
Para Vela Treviño, “la culpabilidad es el elemento subjetivo del delito y el eslabón que
asocia lo material del acontecimiento típico y antijurídico con la subjetividad del autor de la
conducta”.
Para Luis Jiménez de Asúa, culpabilidad es “el conjunto de presupuestos que
fundamentan la reprochabilidad personal de la conducta antijurídica”.
Se debe insistir en que para ser culpable, antes hay que ser imputable.

Imputabilidad
La imputabilidad es la capacidad de entender y querer en el campo del derecho penal.
Implica salud mental, aptitud psíquica de actuar en el ámbito personal, precisamente en el
momento de cometer el delito. Por otra parte, el sujeto primero tiene que ser imputable
para ser culpable; no puede haber culpabilidad si antes no se es imputable. Es imputable
quien goza de salud mental, no se encuentra afectado por sustancias que alteren su
comprensión y tiene la edad que la ley señala para considerar a las personas con
capacidad mental para ser responsables del delito; en los estados de la república
mexicana y en el Distrito Federal y en materia federal, es a partir de los 18 años de edad,
así lo establece el art 18, párrafo 4.

Mayoría de edad
Se considera que los menores de edad carecen de madurez y, por tanto, de capacidad
para entender y querer. De lo anterior se dice que el menor no comete delitos, sino
infracciones a la ley. El problema es determinar una edad para ser imputable,
considerando que no todos los jóvenes adquieren la capacidad para delinquir o no, a la
misma edad. Antes cada entidad federativa establecía la edad para ser imputable, por lo
que había estados en los que la imputabilidad se daba a los 15 o 16 años, mientras que
en la mayoría, a los 18. Los menores de edad quedan al margen de la ley penal, de
manera que a ellos es aplicable una medida de seguridad, en vez de una pena: se les
recluye en el consejo para menores, en lugar de enviárseles a una cárcel.

Ausencia de trastornos mentales

Consiste en la perturbación de las facultades psíquicas, la ley vigente no distingue los


trastornos mentales transitorios de los permanentes por lo mismo, al interprete no le es
dable distinguir. Infiere que puede operar la inimputabilidad tanto en el trastorno efímero
como en uno duradero
Pero indudablemente no basta la demostración de del trastorno mental para declarar
valedera la eximente; la ley es cuidadosa al referirse un trastorno mental de tal magnitud
que impida al agente comprender al carácter ilícito del hecho realizado o conducirse de
acuerdo con esa comprensión

Antes de la reforma de 1983 el código penal consignaba entre las excluyentes de


responsabilidades los estados inconscientes transitorios por lo tanto los amparos por la
eximente al no cometer el delito quedaba en absoluta libertad sin sujeción a medida
alguna
En cambio los trastornados mentales permanentes autores de conductas penalmente
tipificadas eran recluidos en manicomios o departamentos especiales todo el tiempo
necesario para su sana recuperación, en igual forma debían actuarse con los procesado o
condenados que enloquecieron

Exigibilidad de otra conducta


La exigibilidad de otra conducta debe juzgarse en orden al ámbito de
autodeterminación del sujeto en el momento de la ejecución del acto.

En la hipótesis contraria, es decir, cuando el autor no posee aquella libertad para


determinar sus acciones según las exigencias normativas, nos encontramos ante
una causa general de inculpabilidad que consiste en la no exigibilidad de otra
conducta, de la cual son casos específicos: el estado de necesidad por colisión de
bienes de igual jerarquía, el encubrimiento de parientes, el miedo insuperable, las
amenazas y las coacciones.

SE PRESENTA BÁSICAMENTE EN TRES EVENTOS

 Estado de necesidad exculpante.


 Miedo Insuperable.
 Insuperable coacción ajena

Conocimiento de la antijuridicidad El conocimiento eventual de la


antijuridicidad y las formas del conocimiento de la antijuridicidad al respecto del objeto y
contenido del conocimiento de la antijuridicidad se dice que este tiene que ver con
el“conocimiento por parte del sujeto de que su conducta contraviene una prohibición legal
que trasladado a la esfera del profano, se reduciría al conocimiento de la antijuridicidad
material del hecho” , en otras palabras, el objeto del conocimiento radica en que el autor
de la infracción penal conozca no solamente que su conducta está en contra del
ordenamiento jurídico sino que además, que conozca también cual es la sanción impuesta
a esa conducta, de manera que se pueda analizar adicionalmente la capacidad de
motivación del infractor en la norma penal.

El conocimiento de la antijuridicidad o antijuridicidad radica en determinar:


 El objeto
 Contenido del conocimiento de la antijuridicidad

Se entiende por conocimiento eventual de la antijuridicidad “a la situación en la que, a


pesar de la falta de certeza, el sujeto alcanza un grado de conocimiento de la significación
antijurídica del hecho suficiente para fundamentar una responsabilidad penal plena.”
En este punto la doctrina ha sido concluyente en manifestar que no hace falta la certeza,
en el autor de la infracción, sobre el conocimiento de la antijuridicidad para poder hacerle
merecedor de la pena, aunque si existen casos que los han denominados dudas
irresolubles:
“Siguiendo las nuevas tendencias, considera que un hecho cometido en estado de duda,
según las circunstancias en que ésta se produzca, es menos reprochable que el cometido
con un conocimiento seguro. Concretamente, cuando en caso de haber faltado por
completo la conciencia de la antijuridicidad, el error hubiese sido inevitable, entiende que
la atenuación debería ser obligatoria.”

No actuar conforme a Derecho. Se refiere a lo contrario de seguir lo dispuesto


en el Derecho, esto puede traer consigo problemas legales.

Reproche. Se conoce como juicio de reproche a la valoración que se hace en el


individuo que cometió un ilícito y su correspondiente acción. En el juicio de reproche se
individualiza la pena, es decir, se vincula al hecho injusto con su autor.
El reproche de culpabilidad puede así tener el sentido de una interpelación comunicativa
por la no incorporación de la norma de comportamiento como una razón para la acción, o
el significado de confirmación de la verosimilitud de la amenaza condicional contenida en
la norma de sanción (no siendo una genuina interpelación). Dicho reproche presupone un
grado determinado de vinculación del sujeto con la norma de comportamiento que
depende de ciertas circunstancias de imputación

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