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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN


UNIVERSITARIA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE LOS ALTOS MIRANDINOS
CECILIO ACOSTA
P.N.F PSICOLOGÍA SOCIAL
TRAYECTO INICIAL – SECCIÓN 3

Ruta al territorio Esequibo: entre acuerdos y conflictos

Facilitador: Estudiantes:

Prof. Mercedes Sánchez José Hernández

C.I.:13.486.977

Los Teques, diciembre 2023.


Ruta al territorio Esequibo: entre acuerdos y conflictos

En Venezuela existe una frase que dice el sol de Venezuela nace en el


Esequibo una expresión con un profundo significado no sólo inspirador sino
también geopolítico. Expresión que hace referencia a un territorio en
reclamación que desde nuestra infancia nos lo han presentado rayado en
diagonal en los mapas oficiales de Venezuela mientras que la República
Cooperativa de Guyana lo considera naturalmente suyo.

Tras un referendo en el que más del 95% de los venezolanos que


acudieron a votar para aprobar las propuestas del gobierno de Nicolás
Maduro para crear el estado de Guayana, el presidente presentó un nuevo
mapa de Venezuela que incluye al Esequibo (región en disputa) al cual se le
considera como nuevo estado de la república, las relaciones entre Venezuela
y Guyana se encuentran tensas debido a esta controversia territorial. Por una
parte, Maduro ha movilizado al ejército y anunciado la anexión por ley del
Esequibo, y por otra Irfaan Ali, solicitando al Consejo de Seguridad de la
ONU que “tome las medidas apropiadas” contra Venezuela. Ante este
panorama es pertinente, antes de emitir algún juicio crítico de este hecho,
hacer una revisión histórica de los acontecimientos que nos han traído hasta
este punto.

Hace justo dos siglos en 1821 se constituía la República de la Gran


Colombia de la que Venezuela formaba parte entonces junto con Colombia,
Ecuador y Panamá. En esta recién nacida nación se incluía un territorio cuya
existencia pocos la habían oído nombrar, la Guayana Esequiba. La Gran
Colombia, una nueva y gigantesca república surgida tras sucesivas y
cruentas guerras por la independencia, limitaba al este con la Guyana,
territorio que por entonces se disputaban potencias europeas coloniales
como Reino Unido y Holanda. Una vez constituida la nueva república la
diplomacia venezolana informó a los británicos que la línea divisoria entre la
Gran Colombia y la colonia británica vecina estaba demarcada por el río
Esequibo, una delimitación desde lo que fuera la Capitanía General de
Venezuela, definición fronteriza que asumió y aceptó la diplomacia británica
sin oponerse, sin embargo, con el pasar del tiempo los británicos habían
tomado más y más terreno hacia el oeste, hasta anexionar de facto 80.000
kilómetros cuadrados a la Guayana británica a costa del territorio
venezolano.

Esta expansión británica fue tan escandalosa que hasta Estados


Unidos sintió que violaba su principio de América para los americanos. Así
que, en 1895, el presidente estadounidense Stephen Gruber Cleveland instó
a Venezuela y a Gran Bretaña a dirimir el conflicto mediante un arbitraje
internacional. El laudo arbitral de París de 1899 contó con dos jueces
estadounidenses, uno ruso, dos británicos, pero cero jueces venezolanos;
todo un juicio amañado en donde Venezuela basó su caso en la titularidad
heredada de su independencia de España, demostrada con abundantes
documentos históricos, y Reino Unido básicamente presentó mapas con sus
exigencias sin más sustento, sin embargo, los jueces británicos favorecieron
la postura del Reino Unido, como era de esperarse. De esta manera el Reino
Unido arrebató de facto a Venezuela unos 160.000 kilómetros cuadrados.

Más de sesenta años transcurrieron de ese mazazo judicial de 1899 y


varias décadas de inestabilidad interna, para 1962 Venezuela, bajo el
mandato de Rómulo Betancourt, elevó sus protestas ante la ONU ante el
famoso arbitraje del laudo de París lo que condujo cuatro años al llamado
Acuerdo de Ginebra aún vigente. Este acuerdo mantenía otorgaba la
autoridad y los derechos de ocupación al Reino Unido, pero también
reconoce los derechos de soberanía venezolana sobre dicha zona, por lo
que exhorta a las partes a encontrar una solución pacífica y conciliante.
Desde ese año de 1966, ya con Guyana como república
independiente, las buenas relaciones entre Caracas y Georgetown dejaron el
conflicto en un punto latente, sin avanzar ni retroceder en la búsqueda de
ese primer paso para alcanzar un entendimiento. Pero los motivos de ambas
partes para considerar ese territorio como propio no solo se explican en
términos históricos, porque la Guayana Esequiba, a pesar de su escasa
población, es el principal motor económico de la economía guayanesa, ya
que es inmensamente rica en recursos naturales, bosques prácticamente
vírgenes, oro, bauxita y, frente a sus costas, petróleo en abundancia. Y es
precisamente el descubrimiento y explotación de hidrocarburos durante la
última década que reabrió las tensiones entre Guayana y Venezuela, pues
cabe mencionar que la empresa petrolera estadounidense Exxon Mobil, a
pesar de las enérgicas protestas de Caracas al respecto, con licencia
otorgada por el gobierno de Guyana está operando en el llamado Campo
Liza, uno de los más prometedores del continente, que podría contener unos
1.400 millones de barriles de crudo.

Ante las tensiones reavivadas, en 2018, el secretario general de la


ONU puso el asunto en manos de la Corte Internacional de Justicia, decisión
que Guayana tomó con gran satisfacción, pero que Venezuela rechaza
tajantemente porque la interpreta como un intento de enterrar el Acuerdo de
Ginebra y reavivar el laudo de París.

En este orden de ideas, con base a lo narrado, es preciso analizar las


preguntas del referendo del pasado 3 de diciembre a las que una mayoría
significativa de electores dijeron que sí tal vez sin saber las implicaciones
que podría acarrear en los próximos meses. Ciertamente, ante las
interrogantes de rechazar por la línea impuesta fraudulentamente por el
Laudo Arbitral de París de 1899, así como apoyar el Acuerdo de Ginebra de
1966, cabe mencionar este último es el único instrumento jurídico válido para
alcanzar una solución práctica y satisfactoria para Venezuela y Guyana que
es lo que la mayoría de los venezolanos deseamos.

Ahora bien, con respecto a las interrogantes siguientes resulta


inapropiado el no reconocer la Jurisdicción de la Corte Internacional de
Justicia para resolver la controversia territorial sobre la Guayana Esequiba, a
sabiendas de que esta instancia puede intervenir en conflictos relacionados
el derecho internacional pudiendo hacer recomendaciones relativas al arreglo
pacífico de controversias y el mismo Estado venezolano ha solicitado la
intervención de la ONU (Organización a la que pertenece la Corte
Internacional de Justicia). Si bien es cierto, el propio acuerdo de Ginebra
remite al artículo 33 de la Carta de Naciones Unidas que encuentran las
fórmulas de solución de controversia, la situación judicial, es decir, la
posibilidad de ir a la corte. Esto es una de las vías de la solución de la
controversia, el arreglo judicial, la vía más inteligente para resolver el
problema del Esequibo porque nos permite algo que no ha hecho el
gobierno, pedir medidas para que cese el otorgamiento de concesiones de
explotación minera y petrolera en el territorio Esequibo,

Por otra parte, cuando se nos preguntaba si estábamos de acuerdo en


oponernos por todos los medios conforme a derecho a la pretensión de
Guyana de disponer unilateralmente de un mar pendiente por delimitar de
manera ilegal, esto pudiese llevarnos a inferir que incluso podríamos
consentir un conflicto armado, pues el derecho internacional autoriza la
guerra (bajo ciertas condiciones a favor de los derechos humanos), lo cual
catalogo como un modo irresponsable de actuar. Lo mismo ocurría con la
última interrogante, al preguntarse si estábamos de acuerdo con la creación
del estado Guayana Esequiba y que se desarrolle un plan acelerado para la
atención integral a la población actual y futura de ese territorio, se evidencia
el mismo problema que la pregunta anterior, debido a que la expresión “entre
otros planes”, queda abierta a cualquier posibilidad (inclusive la contienda
armada) con tal que se consiga el objetivo.

Ante este panorama, se sabe que las cartas ya están echadas y que
por ahora nos queda esperar y depender de las habilidades sociales
(sensatez, empatía, uso del diálogo, inteligencia emocional) de los
mandatarios de ambas naciones para expresen sus actitudes, deseos y
opiniones de manera adecuada a la situación en la que nos encontramos,
mejorando así nuestras relaciones como países hermanos, evitando a toda
costa el conflicto armado en el que ninguna de las partes ganaría más allá de
muerte, destrucción y un retroceso en su calidad de vida.

Referencias:

Consejo Nacional Electoral (2023). https://www.asambleanacional.gob.ve/


noticias/cne-aprueba-por-unanimidad-cinco-preguntas-para-referendo-
consultivo
Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores (2015).
Guayana Esequiba, Historia de un despojo. [Documento en línea]
Disponible en: https://consuladobarcelona.gob.ve/webalterna/wp-
content/uploads/2019/ 02/ Guayana%20Esequiba2016.pdf
Organización de Estados Americanos (s/f). Carta de las Naciones Unidas.
[Documento en línea] Disponible en: https://www.oas.org/36ag/espanol/
doc_referencia/carta_nu.pdf

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