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AUTOR:
ORIA MARIA. CI. 27885550
SALAZAR JOSE MIGUEL CI. 25648264
1
INDICE.
pp.
Introducción…………………………………………………………………………3
Las malformaciones renales………………………………………………………7
2
INTRODUCCIÓN.
Ahora, bien desde el punto de vista fisiológico, se puede decir que por
el denominado hilio renal a cada riñón llega una arteria y termina una vena,
la vena renal del lado izquierdo es más larga que la del lado derecho,
aspecto anatómicamente aprovechado por los cirujanos de trasplante,
quienes preferiblemente lo emplean en las nefrectomías de los donantes
renales.
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Sintetizando de una vez, estas últimas dan origen a 5 a 6 capilares,
los cuales constituyen el glomérulo o penacho glomerular. De cada glomérulo
surge entonces la arteriola eferente, de quien nace una red de capilares
peritubulares y vasas rectas descendentes. El sistema venoso se inicia con
las vasas rectas ascendentes, quienes drenan a las venas interlobulares,
arcuatas, interlobares y finalmente a la vena renal.
Así mismo, la inervación renal está dada únicamente por fibras
simpáticas postganglionares. Las fibras eferentes resultan de los ganglios
simpáticos pre y paravertebrales, y corren a lo largo de los tejidos
periarteriales, consiguiendo segmentos tubulares proximales, y las células
granulosas y uxtaglomerulares. Incitan la liberación de renina y reabsorción
tubular proximal de sodio, con lo cual afectan la resistencia vascular renal y
sistémica.
Por ejemplo, si se practica una incisión sagital en el riñón se consigue
fraccionar el parénquima renal en varias áreas: corteza, medula externa y
medula interna y estas últimas de forma cónica conocidas como pirámides
renales las que en su extremo más interno terminan en las papilas; el
sistema colector excretor renal está organizado por los cálices menores área
donde drenan las papilas renales (por cada papila renal hay un cáliz menor)
y desembocan en los cálices mayores, los que se juntan en la pelvis renal y
que, a su vez prolonga con el uréter, quien confluye en la vejiga,
consiguiendo en último lugar la orina el exterior a través de la uretra.
De igual manera, la unidad funcional del riñón es la nefrona, de las
cuales hay alrededor de un millón por cada riñón. Su número se constituye a
lo largo del desarrollo anterior al nacimiento y luego del nacimiento no se
pueden concebir nuevas nefronas. Este arreglo, se halla formado por el
glomérulo, túbulo contorneado proximal, rama descendente delgada, rama
ascendente delgada, rama ascendente gruesa, túbulo contorneado distal,
túbulo conector y túbulo colector (cortical y medular). Cada túbulo colector
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recibe las terminales de seis túbulos conectores, y cada segmento nefronal
está constituido por células con funciones de transporte específicas.
Mientras tanto, la corteza está compuesta primordialmente por
glomérulos, túbulos contorneados proximal y distal, mientras que las asas de
Henle y túbulos colectores invaden especialmente la región medular. Las
nefronas superficiales o corticales contienen asas de Henle cortas, mientras
que las yuxtamedulares se caracterizan por glomérulos en la región de la
corteza adyacente a la medula, y contiene asas de Henle largas que se
extienden profundamente en la medula, participando activamente en la
concentración de la orina.
En cuanto al aparato yuxtaglomerular es una región especial de la
nefrona constituida por la arteriola aferente, arteriola eferente, y la rama
ascendente gruesa del asa de Henle en su porción distal. En este último
segmento tubular se presenta un grupo de células epiteliales hiperplásicas
que constituyen la macula densa, con significativas propiedades en el
descubrimiento del contenido de sodio en la luz tubular. También se tiene en
la pared de la arteriola aferente células musculares especializadas llamadas
yuxtaglomerulares o granulosas, que contienen renina siendo el único sitio
demostrado hasta la fecha de su síntesis. Esta región se encuentra
densamente inervada por terminales nerviosas simpáticas
Todo esto se expone a manera de explicar el funcionamiento normal
del riñón, sin embargo existes alteraciones y malformaciones que ponen en
riesgo el buen funcionamiento del riñón, a sabiendas que para lograr el
estudio de este tan importante órgano se cuenta con la urografía excretora el
cual es método de elección, así como el método de imagen fundamental en
el estudio del aparato urinario y de sus malformaciones. La Ultrasonografía
debido a su naturaleza no invasiva tiene un gran impacto en la evaluación de
las malformaciones congénitas renales tanto prenatal como postnatalmente.
Finalmente, la anatomía de la mayoría de las anomalías renales
puede ser demostrada con una combinación de estas técnicas, un gran
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porcentaje de ellas son hallazgos incidentales de la exploración radiográfica.
Con las nuevas tecnologías tales como la Uro Tomografía Computarizada y
la Uro Resonancia es factible el lograr despliegues anatómicos completos y
lograr así una integración total en la evaluación del tracto renoureterovesical.
El motivo del presente trabajo de investigación, es efectuar una
representación y observaciones de la terminología empleada en los
descubrimientos radiológicos y urográficos en padecimientos renales.
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LAS MALFORMACIONES RENALES.
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obtuvieron Baker (2012), sin embargo, otros autores consideran que en
aproximadamente el 60 % de los pacientes se logra realizar el diagnóstico
antes del nacimiento. Estos resultados denotan la diversidad en la edad del
diagnóstico.
En conclusión, las nefropatías congénitas pueden ser hereditarias,
pero con más frecuencia son secundarias a un defecto adquirido del
desarrollo que comienza en el periodo de gestación. En general, las
anomalías del desarrollo resultantes afectan a componentes estructurales del
riñón y vías urinarias. Es por ello que la prevención del daño renal crónico
necesariamente debe ser una prioridad desde la niñez. Ya que la
enfermedad renal crónica en los niños se ha convertido en un serio problema
de salud pública, implica un eminente riesgo de mortalidad que se acrecienta
con los años, su reconocimiento precoz permite actuar sobre los factores de
riesgo y prevenir su progresión a estadios terminales.
Afirmaciones de Gómez, Pérez, Chaviano y otros (2021) demuestran
que:
A nivel mundial la prevalencia de la Enfermedad Renal
Crónica (ERC) en estadio I y II en los niños es de
aproximadamente entre un 18,5 a un 58,3 por un millón de
niños. La ERC es más frecuente en varones; en cuanto a la
raza la incidencia es de dos a tres veces mayor en niños de
raza afroamericana. La prevalencia de niños con diagnóstico
de ERC en etapa terminal varía de 65-85 por un millón de
habitantes, basada en registros de países occidentales. (pág.
32).
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fosfocalcico, los pacientes son susceptibles a las infecciones y se pueden
comenzar a notar trastornos del crecimiento.
Las anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario, comprenden
patologías derivadas de variaciones del desarrollo embrionario del sistema
colector, del parénquima renal o de la migración. En este sentido Basabe,
Troche, Martínez (2020) desarrollaron un trabajo obteniendo los siguientes
resultados: las anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario se
observaron más en varones (58 %), siendo más frecuentes las anomalías en
la vía excretora: reflujo vésicoureteral (35 %) y estenosis pieloureteral (12,7
%); las malformaciones renales predominantes fueron la displasia (14 %) y la
hipoplasia (7 %); los defectos de la migración detectados fueron: ectopia
renal (5 %) y riñón en herradura (1 %).
Fueron detectadas en 35 % antes de los 2 años y en 31 % en el
periodo prenatal, encontrándose con más frecuencia dilatación del sistema
excretor, correspondiendo a reflujo vesicoureteral (27 %), ectasia piélica (27
%) y estenosis pieloureteral (13,6 %). Llegando a la conclusión que las
anomalías congénitas del riñón y del tracto urinario son frecuentes. El
diagnóstico prenatal se realiza mediante estudios ecográficos durante el
embarazo. La patología más frecuente es el reflujo vesicouretral. El
diagnóstico temprano permite realizar nefroprevención secundaria.
En cuanto a la etiología que la Real Academia Española (2001) define
este aspecto como “el estudio de las causas de las enfermedades” (pág.683)
en este caso, los genes relacionados con el tumor de Wilms, causan
anomalías urogenitales; las anomalías del desarrollo afectan a los
componentes estructurales del riñón y vías urinarias, causando síndromes
que, se denominan anomalías congénitas del riñón y vías urinarias.
De igual modo, las anomalías genéticas también causan defectos
enzimáticos o metabólicos del transporte tubular, como cistinuria y acidosis
tubular renal, se han descrito numerosos genes causantes de estas
anomalías congénitas tales como HNF1b. así mismo, se ha demostrado que
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mutaciones en este gen producen diabetes, nefropatía intersticial y
enfermedad glomeruloquistica, entre otras.
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frecuente y presenta una incidencia de un caso por cada 3000 a 10000
nacimientos, la gestación cursa con grave oligohidramnios por ausencia de
orina. Es incompatible con la vida, por lo que suele producirse muerte fetal o
poco después del nacimiento.
Hipoplasia Renal: Motta, Ortiz y Aguilar (2008) explican que proviene
De hipo - y el griego plasis, acción de modelar. Disminución de la actividad
formadora o productora, desarrollo incompleto o defectuoso.” (pág.262). La
hipoplasia renal se refiere al fracaso del desarrollo de los riñones hasta su
tamaño normal, esta anomalía puede ser bilateral, dando lugar a una
insuficiencia renal en la primera infancia, pero es más frecuente como
defecto unilateral. La hipoplasia renal verdadera es muy rara. La mayoría de
los casos descritos representan la cicatrización adquirida debida a
enfermedades vasculares, infecciosas o parenquimatosas de otro tipo, más
que un fracaso del desarrollo.
La distinción entre los riñones atróficos congénitos y adquiridos puede
ser imposible, pero un riñón verdaderamente hipoplásico no muestra
cicatrices y tiene un menor número de lóbulos renales y pirámides,
normalmente seis o menos. En una forma de riñón hipoplásico, la
oligomeganefronia, el riñón es pequeño, con menos nefronas muy
hipertrofiadas.
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obstrucción ureteropélvica, agenesia ureteral o atresia y otras anomalías de
vías urinarias bajas.
La displasia puede ser unilateral o bilateral y casi siempre es quística.
El riñón está normalmente aumentado de tamaño, muy irregular y
multiquístico. Los quistes tienen tamaños variables, desde estructuras
microscópicas hasta varios centímetros de diámetro. Histológicamente están
revestidos por epitelio aplanado.
Aunque existen nefronas normales, muchos tienen túbulos colectores
inmaduros. El cuadro histológico característico corresponde a islotes de
mesénquima indiferenciado, a menudo con cartílago y túbulos colectores
inmaduros. Cuando es unilateral, la displasia se descubre por la aparición de
una masa en el flanco que es motivo de exploración quirúrgica y nefrectomía.
La función del otro riñón es normal y el pronóstico es excelente después de
la extirpación quirúrgica del riñón afectado. En la displasia renal multiquística
bilateral se acaba desarrollando una insuficiencia renal. También se pueden
destacar anomalías de posición y forma, las cuales son:
Ectopia Y Fusión Renales: Motta, Ortiz y Aguilar (2008) explican que
Ectopia. Proviene del griego ek, fuera y topos, lugar. Anomalía de situación o
de posición de un órgano, especialmente congénita. La ectopia renal es el
desplazamiento congénito del riñón junto con arterias renales de origen
anómalo, unilateral o bilateral. La ectopia renal puede ser simple o cruzada.
La ectopia simple se caracteriza porque el riñón, el uréter y el orificio ureteral
están en el mismo lado, el uréter es relativamente corto y presenta a menudo
un orificio ureteral ectópico en la vagina, la uretra, la vesícula seminal o el
recto.
En la ectopia cruzada el uréter atraviesa la línea media. La ectopia
renal se ha descrito en la población infantil con una incidencia de 1/5000
niños y entre 1/1000 autopsias. En el 10%-20% de los casos es un proceso
bilateral y en ocasiones el riñón ectópico es el único presente. Se debe a un
fallo en el proceso embriológico de ascenso desde su posición
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originariamente pélvica. Si no asciende, aparecerá el riñón ectópico pelviano;
si asciende demasiado puede dar lugar a riñón torácico, y si cruza al lado
opuesto ocasionará la ectopia cruzada.
Se asocia con frecuencia a malformaciones de otros órganos
(mielomeningocele y malformaciones cardiocirculatorias). La ectopia pélvica
puede asociarse con anomalías de la vía urinaria y con malformaciones
anorrectales, un hallazgo frecuente en los pacientes con imperforación anal.
Los riñones ectópicos son a menudo pequeños y los pélvicos suelen ser
displásicos. Hay mal rotación, con el hilio en posición anterior, y en general
una de las ramas arteriales mayores cruza por delante de la unión
pieloureteral y puede causar obstrucción e hidronefrosis.
El síntoma más común es el dolor abdominal o en el ángulo
costovertebral, seguido de las infecciones. El riñón ectópico pélvico puede
palparse como una masa infraumbilical. La fusión renal es la unión de los dos
riñones. La forma más común es el riñón en herradura, en el cual la unión se
produce por delante de los grandes vasos abdominales mediante un istmo
que puede ser una banda fibrosa o tejido renal funcionante; lo más frecuente
es la fusión de los polos inferiores, aunque existen otras formas.
Todas las variantes de fusión se caracterizan por la presencia de mal
rotación y de anomalías de la vascularización. Los pacientes pueden estar
asintomáticos o presentar complicaciones como obstrucción ureteral,
cálculos e infecciones de repetición. En los casos con manifestaciones
clínicas importantes se puede practicar una pieloplastia o una división del
istmo.
Duplicidad Pieloureteral: los mismos autores explican que la
duplicidad proviene Del latín, duplicitas. Cualidad doble, diplogénesis. (pág.
262). A su vez, especifican que Duplicidad de sistema colector (doble
sistema colector). Unidad renal en la que el riñón tiene dos sistemas
pielocaliceales y está asociado con un solo uréter o uréter bífido (duplicidad
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parcial o completa), o dos ureteros (doble uréter) que vacía en forma
separada en la vejiga (duplicidad completa). (pág. 262).
Esta es una anomalía caracterizada porque el riñón contiene dos
pelvis que forman dos uréteres. Puede ser unilateral o bilateral, y la
duplicidad ureteral, completa o parcial. En la duplicidad completa los uréteres
entran por separado en la vejiga, mientras que en la incompleta, la forma
más común, se unen antes y penetran por un solo punto.
La prevalencia es del orden del 4% de la población y afecta con mayor
frecuencia al lado izquierdo que al derecho. Casi siempre, el orificio ureteral
ectópico corresponde al uréter que drena el polo renal superior y puede ser
incontinente con reflujo. Las complicaciones clínicas que puede presentar
corresponden a infecciones urinarias recidivantes. La duplicidad también
puede descubrirse de forma casual. Si el paciente presenta una clínica
acusada, el tratamiento de elección es la heminefrectomía. Si todo el riñón se
encuentra muy lesionado se practica la nefrectomía.
Riñón Supernumerario: El riñón supernumerario es una anomalía
muy rara que se caracteriza por la existencia de una masa renal sin
comunicación parenquimatosa con el otro riñón, que posee pelvis y uréter
propios con irrigación vascular independiente. Por lo general es más
pequeño y se halla por debajo del riñón normal del mismo lado y
habitualmente su uréter se une al del riñón superior. La conducta terapéutica
cuando el riñón supernumerario ocasiona manifestaciones clínicas es la
nefrectomía.
Es una de las anomalías más raras y se caracteriza por la presencia
de riñón encapsulado en posición cefálica al riñón normal en el lado
afectado. Ocurre frecuentemente en varones y en el lado izquierdo. Se cree
que el mecanismo es atribuible a que la yema ureteral se divide en forma
temprana y penetra el blastema metanéfrico en dos lugares con separación
de esta última estructura por razones no bien entendidas.
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Entendida de esta forma, sería un ascenso excesivo origina un riñón
de situación alta que se conoce como “riñón torácico” o ectopia superior,
situándose prácticamente a la altura del diafragma, produciendo una
lobulación posterior del mismo. La ectopia puede ser bilateral pero es más
común en el riñón izquierdo.
Enfermedades Quísticas Del Riñón: Existe un grupo heterogéneo de
enfermedades, congénitas o adquiridas, con una causa genética o sin ella,
que tienen en común la existencia de quistes renales. Generalmente, estos
son de origen tubular y su causa más frecuente es una alteración en los
procesos de diferenciación y proliferación del epitelio tubular. Las
enfermedades quísticas renales de origen genético se agrupan actualmente
bajo el epígrafe de ciliopatías. En todas ellas se ha localizado la proteína
para la que codifica el gen causante de la enfermedad, en el cilio primario.
Se describen las siguientes:
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apariencia urográfica de obstrucción calicial o hidronefrosis, por lo común sin
trascendencia funcional (gammagrafía renal dinámica normal antes y
después de furosemida). Se han descrito casos de hipertensión nefrogénica
por un quiste intrarrenal que causa compresión arterial e isquemia.
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(hipoplasia, atelectasia, neumotórax, neumomediastino) y no suele
relacionarse con la disfunción renal.
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intracraneales, enfermedad valvular cardíaca), digestivo (diverticulosis) y
musculoesquelético (hernias abdominales). Es la enfermedad renal
hereditaria más frecuente, con una prevalencia estimada entre 1:600 y
1:1000 nacidos vivos; es la tercera causa de insuficiencia renal terminal.
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hepáticos. Diversos hallazgos sugieren que el primer paso en la expansión
clonal de una célula epitelial de manera que un quiste aparece cuando el
alelo no afecto por la mutación germinal sufre una mutación somática y, por
consiguiente, tiene lugar la inactivación de los dos alelos del gen PKD.
Actualmente se apoya también la dosis de proteína (haploinsuficiencia) como
factor determinante de la gravedad de la enfermedad y base patogénica de la
misma.
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Aproximadamente el 50% de los pacientes desarrollan insuficiencia renal
terminal alrededor de los 60 años.
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consecuencia del estado de uremia prolongado. De alguna manera el estado
urémico proporciona una señal (trastorno metabólico, acumulación de un
producto tóxico o factor de crecimiento) que, directa o indirectamente,
estimula la proliferación del epitelio tubular.
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La TC con contraste intravenoso es mejor que la ecografía para la
detección de un carcinoma en un riñón con enfermedad quística. Las
lesiones sólidas de más de 2 cm de diámetro requieren tratamiento
quirúrgico, generalmente una nefrectomía bilateral, debido a que los
carcinomas renales en esta enfermedad son a menudo multifocales y
bilaterales.
CONCLUSIÓN.
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Cabe destacar que el diagnóstico prenatal es viable por medio de la
ejecución de estudios ecográficos durante el embarazo, lo que aprueba
tomar acciones, gestiones y operaciones de nefroprevención secundaria. Es
transcendental la práctica de estudios multicéntricos para plantear, formular y
exponer y labores de salud pública encaminadas a la creación de programas
de nefroprevención.
Por otra parte hay que destacar que las malformaciones renales y de
vías urinarias establecen una de las causas más habituales de la
enfermedad renal crónica en niños con edades inferiores a los 5 años edad.
A su vez, en a nivel mundial se extienden las cifras de casos nuevos; en
países de América Latina por ejemplo, se alcanza un ajuste de incidencia
que varía entre los 2,8 y 15,8 por millón de población toda la población.
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salud renal. En los últimos años son publicados otros elementos que no se
logran modificar, inclusive, en pacientes con malformaciones bastante
complicadas o que desplieguen inconvenientes y el propio procedimiento
puede envolver una peor predicción a largo haciendo referencia
fundamentalmente, al número de neuronas.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS.
Álvarez MD, Duarte Pérez MC, Cornelio AC, Batista BA, Córdoba RP,
Marrero BD. Seguimiento clínico e imaginológico de recién nacidos
con diagnóstico de pielectasia. Rev Cubana Pediatr. 2010.
Baker LRJ, Whitfield HN. (2012) The patient with urinary tract
obstruction. Clin Nephrol Oxford.
Dave S, Khoury AE. (2009.) The current evidence based medical
management of vesicoureteral reflux. The Sick kids protocol. Indian J
Urol.
FARRERAS ROZMAN Y ROBBINS
Feehally J, Floege J, Tonelli M Y Otros (2019). Comprehensive Clinical
Nephrology; Sixth Edition; Elsevier Inc.
Real Academia Española (2001). Diccionario de la Lengua Española.
Colombia.
Restrepo Y Parra (2021) Anatomía y Fisiología Renal. Universidad de
Caldas
25
REFERENCIAS ELECTRONICAS.
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Anexo A: imágenes de un Urograma que demuestra la normalidad del tracto
urinario.
27
Anexo B: imágenes UROTAC en A: 3D en AP y PA y B: en PMI en AP y PA,
demostrándose la totalidad del tracto reno-pielo-uretero-vesical.
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Anexo C: imágenes UROTAC que incluye A: Angiografía renal, B:
reconstrucción en 3D y C: en PMI de parénquimas renales y de sistemas
pielocaliceales.
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Anexo D: UE que muestra agenesia renal derecha y riñón ectópico izquierdo
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