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Se pueden organizar los distintos espacios dentro del taller, como delimitar las

áreas de trabajo (lo que incluye que siempre estén limpias), organizar las
herramientas, involucrar más los empleados, incluso, dejar un espacio para los
clientes. Sin embargo, una acción que es fundamental y la base para que
funcionen todas las ideas atrás mencionadas es la organización del personal
dentro del taller.

Esto es así, porque cuando cada persona sabe su función dentro de un


negocio, los procesos con los que se realiza el trabajo se optimizan y, por lo
tanto, mejora la calidad con la que se atiende a los clientes. Por eso, en esta
nota, te hablaremos de cómo puedes organizar al personal de tu taller
mecánico y así puedes incrementar la eficiencia de tu negocio.

Organización del personal

Primero organiza las áreas de trabajo

Para que el personal pueda saber bien cuál es su función y ésta se realice con
eficiencia es importante tener bien delimitada cada área de trabajo. Todo
depende del espacio disponible, pero debe haber una zona para la gerencia,
otra para los administradores, el lugar donde se llevan a cabo las reparaciones
generales; otra para el área de pintura; una recepción, una sala de espera,
entre otras.

Capacita en sus funciones al personal

Cuando tu personal, cada día que llega a laborar, sabe qué hacer exactamente,
la eficiencia de tu taller aumentará de forma exponencial. Cada proceso
necesita de conocimiento y experiencia. Además, dicha capacitación debe ser
constante, debido al cambio continuo en las tecnologías y los diversos modelos
de autos que salen cada año al mercado. Si tienes un personal profesional y
actualizado, tus clientes se darán cuenta.

La función del Gerente general

En este caso, puede ser alguien contratado o directamente el dueño del taller,
quien cumple con dicha función. El trabajo que lleva a cabo es dar las
indicaciones necesarias y establecer los procesos que ayudarán a que todos
los empleados realicen de forma óptima su trabajo. También su función es
marcar los objetivos que la empresa debe alcanzar y evaluar el despeño de los
trabajadores y, su debido caso, señalar las áreas de oportunidad.
La responsabilidad del jefe de taller

El jefe de taller también es un mecánico automotriz y, además, cuenta con


mayor experiencia. Él se encarga de hacer lo necesario para que se cumplan
los objetivos que la empresa se fijó. Otra función es verificar que el trabajo
realizado por los demás mecánicos sea el adecuado y que cada uno cumpla
con sus funciones.

También, es el primero en atender a los clientes, pues emite el


primer diagnóstico y, de ser necesario, remite los autos con los demás
mecánicos. Incluso, lleva a cabo reparaciones cuando se trata de fallas
correctivas.

Las habilidades de los técnicos automotrices

Son la parte más importante del taller mecánico. Deben ser capaces de realizar
diagnósticos sobre las fallas que presenten los automóviles y saber darles
mantenimiento preventivo: cambio de aceite, alineación, balanceo y otros.

También, deben tener los suficientes conocimientos para realizar cualquier tipo
de reparación mecánica en todos los sistemas con los que cuenta el
auto: tracción, suspensión, transmisión; fallas en el motor y un largo
etcétera.

Aprendiz avanzado

Por lo general, son aprendices de mecánica dentro de un taller, por lo que


llevan tareas sencillas, pero indispensables para los procesos que se llevan a
cabo. Ayudan a agilizar el trabajo de los mecánicos, pues los ayudan en lo que
ellos requieran; además arman y desarman algunas partes de los vehículos.

También pueden lavar los autos cuando ya están totalmente reparados para
darles una buena imagen al momento de la entrega.

Electromecánico

Como el nombre lo indica, su función tiene que ver con las reparaciones de
todos los componentes eléctricos de un automóvil. Revisa sensores, bobinas,
bujías; cortos en los arneses; fallas en el encendido del vehículo, incluso,
puede reparar la computadora central del coche.
Paso 1: La organización
Parece obvio, pero tener la herramienta acomodada en un lugar visible puede
prevenir ciertas mañas. Simplemente contar con un aparador, o un marco
donde colocar la herramienta en forma organizada será el primer paso.

Así, con tan solo ver de reojo, podrás detectar si hay un hueco donde debiera
estar una llave, un martillo, un dado. Y luego luego podrías aplicar la revisión a
los sospechosos, claro, antes verifica que no se le esté dando un buen uso ¡no
vaya a ser!

Dentro de la organización también se contempla el inventario de la


herramienta. Si, hay que tener uno, tanto electrónico como en una hoja. Así
puedes revisar frecuentemente que todo esté completo o detectar faltantes
antes de que te desangren y debas actuar con mayor rigor.

Paso 2: Un solo lugar para la herramienta


Tener toda la herramienta en un solo lugar es un buen primer paso, pero debes
ponérsela difícil al amante de lo ajeno, un candado, un responsable del
resguardo, hasta una cámara de seguridad que haga la finta de que grabas
todo lo que ocurre en el taller puede evitar tentaciones innecesarias.

Claro que si tienes cámaras de seguridad es mucho mejor, pero pensemos en


hacer más con menos: en la cháchara del tianguis puedes conseguir unas
cuantas. Con tan solo vean que las estás instalando podrás ver los resultados.

Lo importante es que todos vean que pones empeño en la organización y


resguardo, para que lo piensen dos veces antes de que tu herramienta se caiga
a la mochila de alguno de ellos “por accedente”.

Paso 3: “Revisión de rutina joven”


Si nada de lo que hemos comentado hasta ahora te funciona, tendrás que
ponerte el traje de poli carcelero y hablar con voz Toretto.

Ante la persistencia de algunos de querer fastidiar el esfuerzo colectivo,


tendrás que aplicar medidas más drásticas. La revisión física de mochilas al
salir es un filtro eficaz y no debes temer en aplicarlo cuando ves que siguen las
fugas. Muchas cadenas comerciales y de venta de productos tienen estas
políticas al interior de sus trabajos, ¿será porqué funciona?

Tal vez una llave, un dado sean fáciles de reponer, pero ¿cómo que se perdió
el gato hidráulico? ¿Qué lo descompusieron por andar jugando al sube y baja?
¿Otra vez se regó el aceite por andar de distraídos? Todos estos actos que
están fuera de cualquier reglamento de trabajo deben tener consecuencias.

Lo mejor en estos casos es que cuentes con una política dentro de tu centro de
trabajo, que defina qué esta permitido y qué no. Así, ante cualquier sanción,
robo e incumplimiento por parte de un trabajador tendrá el respaldo de que fue
advertido en la política de trabajo.

Paso 4: El cuidado de tu herramienta


Este paso no puede dejarse de lado, ya que un buen tratamiento de la
herramienta puede alargar su vida útil y no tengas que invertir en esto en un
buen tiempo.

Claro que si compraste la herramienta más barata por ahorrar unos centavos,
no te sorprendas que se rompa al menor esfuerzo. Y por esto es indispensable
invertir en herramientas de buena calidad, sobre todo porque usar herramienta
hechiza tiene el riesgo de provocar accidentes en el trabajo y es lo menos que
queremos que suceda.

Para un buen uso y cuidado de tu herramienta ten en cuenta:

 Que se encuentre en buenas condiciones físicas


 Que todo el personal que la manipule sepa perfectamente cómo funciona y
para qué sirve
 La limpieza es otro factor importante para su cuidado, usa los tiempos libres
para darle limpieza y mantenimiento
 Los carros de herramienta te ayudan a conservar, organizar y cuidar de ella

Un buen taller mecánico siempre trabajará en organizarse mejor, no solo con la


herramienta de trabajo, sino a nivel de organización de personal, funciones,
proveedores.

Un taller mecánico bien organizado siempre inspirará la confianza de los


clientes.

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