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Nombre:

ALAM YAEL MENA CANCHE

Matricula:
2022-3519

Materia:
Histología

Nombre de la profesora:
Dra. Cindy María Jiménez Santana
Indice
Contenido

Introducción…………………… 3
Tejido óseo……………………… 4
Células……………………………. 5
Tipos de tejido óseo…………………6
conclusión…………………………. 7
Introducción
El tejido óseo es un componente esencial del sistema esquelético humano, proporcionando
soporte estructural, protección de órganos vitales y facilitando la locomoción. Este tejido único
es dinámico y altamente especializado, sometido a procesos continuos de formación,
remodelación y regeneración a lo largo de la vida. Su compleja estructura incluye una matriz
extracelular mineralizada compuesta principalmente de sales de calcio y fósforo, así como
diversas células especializadas, como osteoblastos, osteocitos y osteoclastos.

El tejido óseo se clasifica en dos tipos principales: el tejido óseo compacto, que forma la capa
externa y dura de los huesos, y el tejido óseo esponjoso, que se encuentra en el interior y presenta
una estructura trabecular porosa. A lo largo del desarrollo humano, el tejido óseo experimenta
diferentes fases, desde la formación inicial en la etapa embrionaria hasta la madurez estructural
en la edad adulta.

Además de sus funciones mecánicas de soporte y protección, el tejido óseo también desempeña
un papel crucial en la homeostasis mineral del cuerpo al almacenar y liberar minerales como el
calcio y el fósforo. La comprensión de la anatomía y fisiología del tejido óseo es esencial para
abordar diversas condiciones médicas, desde fracturas y trastornos metabólicos óseos hasta la
investigación de terapias regenerativas y tratamientos para enfermedades óseas. En resumen, el
tejido óseo no solo sirve como la estructura básica del esqueleto humano, sino que también
desempeña un papel integral en la salud y función general del organismo.
Tejido óseo
La fuerza, la forma y la estabilidad del cuerpo humano dependen del sistema
musculoesquelético. El aspecto más fuerte de ese sistema es la arquitectura ósea subyacente.
El hueso es una forma modificada de tejido conectivo, el cual está constituido por dos
componentes principales: la matriz extracelular y las células. La matriz ósea es un material
extracelular con alta concentración de minerales a base de calcio y fosfato, responsable de la
naturaleza dura y calcificada del tejido óseo. Las principales células encontradas en el tejido óseo
son los osteoblastos, los osteoclastos y los osteocitos. Estas células actúan en el mantenimiento
de la homeostasis ósea, y sus funciones incluyen la producción de matriz ósea.
Son factores determinantes en la clasificación del tejido óseo; la estructura histológica, la forma
de osificación, su apariencia en un corte transversal y el grado de madurez.
Células
Osteoclastos
Se cree que los osteoclastos son derivados de los monocitos, los cuales tienen la responsabilidad
de realizar la resorción ósea durante el crecimiento y la remodelación ósea. Los osteoclastos son
polimórficos, multinucleados (con unos 20 núcleos en su citoplasma) y más grandes que los
osteoblastos y que los osteocitos. Estos son encontrados ostiogeneralmente en las lagunas de
Howship (lugares de resorción ósea). Debido a que hay una alta demanda metabólica en estas
células, existen varias mitocondrias en su citoplasma. Asimismo, existen numerosas vacuolas que
contienen enzimas fosfatasa ácida que facilitan la resorción ósea.

Osteoblastos
Los osteoblastos son derivados mesenquimales diferenciados de las células osteoprogenitoras.
Las células osteoprogenitoras son estimuladas por las proteínas morfogénicas óseas justo antes
de que comience la formación de hueso. A diferencia de los osteoclastos, los osteoblastos son
células mononucleares, cúbicas y de tinción basófila los cuales se encuentran en la superficie en
desarrollo del hueso durante el crecimiento o la remodelación. Los osteoblastos secretan y
facilitan la mineralización de la matriz osteoide.
Debido a que los osteoblastos recién formados tienen la necesidad de desplazarse a zonas de
crecimiento y remodelación ósea, el citoplasma de estos está repleto de haces de actina y
miosina. Existen prolongaciones dendríticas del citoplasma que son utilizadas para la
comunicación con osteoblastos vecinos, estableciendo una continuidad eléctrica y metabólica
entre los osteoblastos y osteocitos dentro de un sistema. Es importante resaltar que los
osteoblastos expresan receptores para el calcitriol y la hormona paratiroidea. La activación de los
receptores de la hormona paratiroidea provoca la diferenciación de los osteoblastos, inducida por
los osteoclastos inmaduros.

Osteocitos
Los osteoblastos quedan atrapados en la matriz ósea que ellos mismos producen y como
consecuencia se diferencian en osteocitos. Estas células mantienen sus proyecciones
citoplasmáticas lo que resulta en varias comunicaciones con los osteocitos y osteoblastos
adyacentes. A diferencia de los condrocitos, los osteocitos no sufren división celular ni producen
nueva matriz. Estas células son elípticas, ligeramente con tinción basófila y contienen un núcleo
ovalado con notablemente menos orgánulos (u organelos) que los osteoblastos.
Tipos de tejido óseo
Hueso esponjoso
La estructura del tejido óseo y su disposición puede estar clasificada dentro de los siguientes
grupos: tejido óseo trabecular (esponjoso) y compacto. Desde una perspectiva histológica, el
hueso esponjoso está constituido por tiras de hueso delgado que se unen entre sí, conocidas como
trabéculas, las cuales encierran a la médula ósea y a vasos sanguíneos. Esta, conforma la porción
interna del hueso, relativamente más blanda y llena de médula ósea.
Las trabéculas son menos densas, contribuyendo a que los huesos sean más ligeros (a diferencia
del tejido óseo compacto, mucho más pesado). La comunicación entre cavidades adyacentes se
realiza a través de canalículos. A pesar de que la red trabecular hace que los huesos sean más
ligeros y aumenta el espacio disponible para alojar a la médula ósea, la disposición de esta red
trabecular también proporciona refuerzo al hueso, haciéndolo más fuerte y resistente.

Tejido óseo compacto


El tejido óseo compacto o hueso compacto es diferente al hueso trabecular en varios aspectos.
Las unidades funcionales del hueso compacto son los sistemas de Havers u osteonas, que
contienen un canal central (o canal de Havers), que como su nombre lo indica está ubicado en el
centro y es encapsulado por laminillas concéntricas. Se pueden observar osteocitos en las lagunas
entre las osteonas. Las osteonas, a diferencia de las trabéculas, están densamente agrupadas,
haciendo del hueso compacto una estructura mucho más dura y pesada en comparación al hueso
trabecular. Los canales centrales de las osteonas facilitan el paso de vasos sanguíneos que irrigan
el hueso en desarrollo.

Tejido óseo primario

Además de la clasificación en hueso esponjoso y hueso compacto, el tejido óseo puede ser
clasificado en tejido óseo primario, también conocido como tejido óseo inmaduro o no lamelar, y
en tejido óseo secundario, también conocido como tejido óseo maduro o lamelar.
Durante el proceso de osificación o recuperación ósea, el primer tipo de tejido a surgir es siempre
el tipo primario. Se trata de un tejido con mayor cantidad de fibras colágenas desorganizadas y
menor cantidad de minerales. Además, posee una mayor proporción de osteocitos con relación a
los demás tipos celulares, al compararse con el tejido óseo secundario.
Conclusión
En conclusión, el tejido óseo es un componente vital del sistema esquelético, desempeñando
funciones esenciales en la estructura corporal, la locomoción y la protección de órganos vitales.
Su compleja arquitectura, compuesta por osteonas, osteoblastos, osteocitos y osteoclastos,
contribuye a la resistencia, flexibilidad y capacidad de respuesta a las fuerzas mecánicas.
La importancia del tejido óseo va más allá de su papel estructural, ya que desempeña un papel
crucial en la homeostasis mineral al almacenar y liberar minerales esenciales para el equilibrio
del cuerpo. El proceso dinámico de remodelación ósea garantiza la adaptación continua a las
demandas ambientales y las fuerzas aplicadas.
Comprender la anatomía y la fisiología del tejido óseo es fundamental para el diagnóstico y
tratamiento de diversas condiciones médicas, desde fracturas y trastornos metabólicos hasta
enfermedades óseas degenerativas. Los avances en la investigación no solo mejoran nuestra
comprensión de las enfermedades óseas, sino que también abren nuevas oportunidades para el
desarrollo de terapias regenerativas y tratamientos que promueven la salud y la integridad del
tejido óseo a lo largo de la vida. En resumen, el tejido óseo es un elemento clave en la estructura
y función del cuerpo humano, y su estudio continuo contribuye significativamente a la mejora de
la salud y el bienestar.

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