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Introducción.
Osteología.
La Osteología es la parte de la Anatomía Sistemática que se encarga del estudio de
los huesos y sus elementos accesorios en apoyo con la artrología. Los huesos son
órganos que sirven como palanca y brazos de fuerza en el esqueleto (conjunto de
huesos) o armazón.
Composición química.
Los huesos están constituidos por una tercera parte de oseína y dos terceras partes
de sales minerales, principalmente, carbonato y fosfato de calcio, magnesio y
cloruro de sodio.
Del total de la parte sólida de los huesos, el 60% es materia inorgánica y el 40%
restante es materia orgánica.
1 Recopilación Bibliográfica, con corrección provisoria, realizada por Busquet Catriel (Docente Auxiliar Alumno).
Poseen alrededor de un 30% de materia orgánica compuesta por células óseas
(osteoblastos, osteocitos y osteoclastos) y tejido conectivo de fibras colágenas. La
materia inorgánica representa un 45% y está formada por carbonato de calcio y
fosfato de calcio. El restante 25% es agua.
La mayor parte del calcio, fósforo, sodio y magnesio almacenado en el organismo
está en los huesos. Estos minerales le dan consistencia y resistencia a los golpes y
presiones. Por otra parte, los huesos tienen cierta elasticidad que les permite
proteger órganos vitales como el cerebro, el corazón y la médula espinal, entre
otros. Algunas vitaminas son muy importantes para la formación del hueso. La
vitamina A es necesaria para la maduración, regeneración y modelación de las
estructuras óseas, mientras que la vitamina D es importante para que se produzca
la absorción de calcio en el intestino delgado. La vitamina C es esencial en la
formación del colágeno, principal proteína de sostén del tejido conectivo de la piel,
de los tendones, del cartílago y de los huesos.
No debemos caer en el error de considerarlo algo estático, inanimado, constituyen
una parte de un ser vivo, están irrigados e inervados, pueden sufrir enfermedades,
luchar contra ellas y ajustarse a modificaciones impuestas por el esfuerzo.
Todos los huesos se disponen en forma armónica para cumplir sus diferentes
funciones.
Son varias las funciones que cumplen los huesos, dentro de las cuales se pueden
citar:
1- Darle forma al cuerpo.
2- Darle sostén al organismo.
3- Permitir el movimiento.
4- Proteger los órganos, principalmente los vitales como el corazón, cerebro.
5- Aloja la médula ósea, tejido Hematopoyético (productor de sangre).
6- Depósito de minerales en constante intercambio con la sangre.
7- Permitir el crecimiento animal.
Tejido óseo.
Este tejido al igual que el cartilaginoso es una especialización del tejido conectivo
denso. Está formado por células y matriz extracelular calcificada. Las células son
los osteoblastos, osteocitos y osteoclastos. La matriz ósea extracelular posee fibras
de colágeno y sales minerales.
La calcificación de los componentes extracelulares le confiere dureza y rigidez a
este tejido que forma los huesos, brindando soporte a los músculos y protección a
órganos blandos. Además por ser reservorio fundamental de calcio y fósforo
contribuye a mantener la homeostasis mediante procesos de reabsorción y
depósito de estos minerales durante la vida.
2 Recopilación Bibliográfica, con corrección provisoria, realizada por Busquet Catriel (Docente Auxiliar Alumno).
Microscópicamente un hueso está formado por tejido compacto que no tiene
cavidades visibles, y por tejido esponjoso que posee muchas cavidades
intercomunicantes. Histológicamente tienen la misma estructura.
Substancia compacta: Localizada por la parte externa y es la más densa. Varía
según el hueso.
Substancia esponjosa: Es menos densa y está formada por finas laminillas.
Los espacios medulares están ocupados por la medula ósea.
El cuerpo humano o animal se encuentra constituido por tejidos fundamentales,
dentro de los cuales encontramos el Tejido epitelial, conectivo, muscular y
nervioso.
Los huesos constituyen parte del tejido conectivo.
Osteoblastos.
Esta célula adquiere forma cúbica y poliédrica y se dispone formando una capa
que recubre la superficie de los huesos en crecimiento. En cambio, cuando está en
reposo la célula adquiere forma fusiforme y el núcleo se condensa. Posee un núcleo
redondeado que generalmente se ubica en el polo opuesto al secretor. En el
citoplasma se destacan las organelas típicas de una célula secretora de proteínas.
Estas células son responsables de la síntesis y secreción de la matriz ósea
extracelular y producción de colágeno y proteínas que le confieren al hueso
flexibilidad y resistencia a las presiones y captan las sales del hueso.
Osteocitos.
Estas células se diferencian a partir de los osteoblastos cuando estos quedan
rodeados por la matriz ósea que sintetizan. Los osteocitos son fusiformes o
alargados con abundantes prolongaciones citoplasmáticas. El núcleo es oval y de
cromatina densa.
La función de las mismas es sintetizar la sustancia ósea; además producen sales de
calcio y fosfato en menor grado que los osteoblastos para el mantenimiento
(dureza) de la misma (sustancia ósea).
Osteoclastos.
Son células grandes (de 20 a 100 µm de diámetro), multinucleadas, con un
citoplasma muy vacuolado y acidófilo debido a la presencia de abundantes
mitocondrias y lisosomas.
Se localizan dentro de la matriz ósea en cavidades denominadas lagunas de
Howship, o bien sobre la superficie del tejido óseo.
Tienen como función la reabsorción de hueso durante la ostogénesis y la
remodelación.
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Liberan por exocitosis enzimas lisosomales y colagenasa y producen ácido cítrico y
carbónico. Son células blanco de las hormonas paratiroidea y calcitonina, que
antagónicamente mantienen la calcemia estable.
Sistema de Havers.
Es la unidad estructural y funcional del tejido óseo y recibe también el nombre de
osteón u osteona. Está formado por laminillas óseas dispuestas en forma
concéntrica alrededor de un canal longitudinal denominado conducto de Havers.
En el interior del conducto hay capilares, vasos linfáticos, fibras nerviosas y tejido
conectivo. Las laminillas están compuestas por matriz ósea en la que se destaca
una alta proporción de fibras de colágeno. Entre las laminillas se ubican los
osteocitos en lagunas comunicantes entre sí por un sistema de canalículos.
A su vez, los conductos de Havers están interconectados por conductos
denominados Conductos de Volkmann.
Estructura Ósea.
Si se realiza un corte del hueso se observa que su conformación interna, la cual
difiere si el mismo es fresco o está ya seco, también se aprecian diferencias según se
trate de un hueso largo, plano o corto.
Los huesos cortos presentan una capa de tejido compacto que rodea a una masa
central de tejido esponjoso.
Los huesos planos y cortos carecen de cavidad medular siendo esta una
característica de los huesos largos, existen huesos como las costillas que a pesar
que el largo predomina sobre el ancho y el espesor, carecen de cavidad medular,
llamándosele huesos alargados.
Si se considera un hueso en estado fresco, presenta también la médula ósea, vasos
y nervios.
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dos capas, una externa o fibrosa (vasculonerviosa) formada por tejido conectivo
denso y otra interna de tejido conectivo laxo, llamada también capa osteogénica,
compuesta por células osteoprogenitoras y osteoblastos. Durante la etapa de
crecimiento óseo las células de la capa interna se activan y diferencian en
osteoblastos que son los responsables de depositar matriz ósea (osificación). El
periostio está unido al hueso por fibras de colágeno denominadas fibras de
Sharpey o perforantes. El periostio es fundamental en el mantenimiento de la
homeostasis del tejido óseo ya que conduce la irrigación en inervación, y además
tiene una participación fundamental en la reparación de las fracturas.
Es responsable de la nutrición del hueso, su crecimiento en espesor y de la
sensibilidad dolorosa. Falta a nivel de depresiones y eminencias.
El endostio tiene características similares al periostio, aunque se presenta como
una capa más delgada y fibrosa. Reviste la superficie de la cavidad medular, de las
espículas (celdas) del tejido óseo esponjoso y del interior de los conductos de
Havers.
VASOS Y NERVIOS
ARTERIAS
Los huesos cortos están irrigados por las arterias periósticas. Estas son originarias
de la red arterial de la capa superficial del periostio, atraviesan la capa profunda
del mismo, penetran inmediatamente en los conductos vasculares del hueso y
nutren a su tejido y a la médula ósea.
Los huesos planos poseen (además de arterias periósticas) arterias nutricias, En
este caso las arterias nutricias, de origen extra perióstico, aseguran la vida de las
medulas ósea y del tejido óseo esponjoso. Existe una comunicación amplia entre las
ramificaciones de los dos sistemas de arterias.
En los huesos largos, a las arterias periósticas y nutricias se agregan las arterias
metáfiso-epifisarias. Las arterias periósticas se distinguen en diafisiarias y
epifisiarias, según se originen en el periostio diafisiario o en el epifisiario, son
numerosas y muy finas, capilarizándose en el espesor de la sustancia compacta, a
la cual nutre. Las arterias metáfiso-epifisarias se originan en las arterias de la
articulación adyacente.
VENAS
Las venas que drenan la sangre de los huesos no poseen válvulas. A excepción del
par de venas satélite de las nutricias, el resto sigue un trayecto independiente al de
las arterias. En los huesos largos, abandonan al mismo por la epífisis, en los planos
y cortos por sus caras no articulares.
LINFÁTICOS
La circulación linfática comienza en los espacios linfáticos ubicados en el endostio
que rodea la médula ósea. Esta es un órgano linfoide y por lo tanto no posee vasos
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de este tipo. Estos forman canales y vainas peri vasculares en la sustancia
compacta y luego en el periostio, donde se originan vasos más importantes, que en
general acompañan a las venas.
NERVIOS
Los nervios entran al hueso junto a los vasos arteriales, distribuyéndose por el
tejido óseo y médula ósea, donde forman plexos peri sinusoidales. Las fibras son
mielínicas y amielínicas. El tipo de inervación es sensitiva, ya sea analgésica, que es
recogida en el endostio y en el periostio o propioceptiva que lo es por los
receptores ubicándose en el periostio.
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Podemos dividir estos accidentes en articulares y no articulares, en el
primer caso sirve para relacionar a los huesos vecinos entre sí y en el
segundo cuando están destinados a la inserción de músculos o
ligamentos.
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tejido conectivo, óseo y cartilaginoso, vasos y nervios. La disposición de éstos
elementos esqueléticos es tal que permite al organismo realizar movimientos
parciales y desplazamientos útiles a la vida de relación y necesarios para la vida
vegetativa.
Según el origen embriológico de sus componentes, el esqueleto puede dividirse en
somático y visceral.
El esqueleto somático, se subdivide anatómicamente en una parte axial y otra
apendicular. El axial está formado por un eje, columna vertebral, constituida por
una serie de piezas metaméricas que reciben el nombre de vértebras, de la parte
media de dicha columna se desprenden cierto número de arcos óseos, costillas, que
se unen ventralmente con una pieza impar opuesta a la columna vertebral llamada
esternón. En el extremo craneal de dicha columna se halla suspendida la cabeza. El
esqueleto apendicular comprende los elementos esqueléticos de las cinturas
basilares y de los miembros.
El esqueleto visceral está representado por los elementos esqueléticos derivados de
los arcos branquiales, por Ej. : la mandíbula, la cadena de huesecillos del oído
medio, el hioides, etc. Ellos prestan inserción a un grupo de músculos branquiales
cuya irrigación e inervación tienen el mismo origen embriológico.
Falta mencionar en los miembros ciertos huesos que se desarrollan en el espesor de
algunos, denominados sesamoideos y a los huesos heterotópicos de algunos
mamíferos como el hueso del corazón del bovino, del hocico del cerdo, etc.
La columna vertebral está dividida en regiones. A las vértebras que se hallan hacia
craneal de aquellas de las cuales se desprenden las costillas se les da el nombre de
vértebras cervicales, la primera recibe el nombre de atlas y sostiene la cabeza, a la
segunda se le llama axis. Las vértebras de las cuales se desprenden las costillas son
las vértebras dorsales o torácicas. Hacia caudal encontramos otro grupo que forma
la base ósea del lomo del animal y se denominan vértebras lumbares. Caudalmente
las vértebras sacras se sueldan entre sí para formar un solo hueso, el hueso sacro
que sirve para relacionar la columna con el miembro pelviano. Este hueso se
continúa con las vértebras caudales que forman la base ósea de la cola.
Las costillas se enumeran de craneal a caudal y se las clasifica como verdaderas si
se articulan directamente con el esternón o falsas cuando se relacionan con el
mismo a través del arco costal. Se llaman flotantes cuando sólo se unen a la
columna.
El esternón está constituido por una serie de segmentos llamados esternebras y
presenta una proyección cartilaginosa craneal, manubrio del esternón, y otra
caudal, cartílago xifoides.
El esqueleto de la cabeza se encuentra dividido en cráneo y cara. El cráneo esta
constituido por huesos impares: h. occipital, h. interparietal, h. esfenoides y h.
etmoides y por los huesos pares: h. temporal, h. parietal y h. frontal. La cara
presenta todos los huesos pares con la excepción del vómer que es impar. Ellos
son: los cornetes nasales, h. nasal, h. lagrimal, h. cigomático, pterigoides, h.
8 Recopilación Bibliográfica, con corrección provisoria, realizada por Busquet Catriel (Docente Auxiliar Alumno).
palatino, h. maxilar y h. incisivo. Como esqueleto óseo de la cavidad bucal, se
considera a la mandíbula y al aparato hioideo.
El esqueleto apendicular del miembro torácico está constituido por el esqueleto de
la cintura torácica (zoonoesqueleto), formado por la escápula, como único h.
constante, pudiendo encontrarse también una clavícula en distintos grados de
desarrollo y el h. coracoides en las aves.
El esqueleto del brazo (stilópodo), presenta el húmero. El esqueleto antebrazo
(zeugópodo) está constituido por dos huesos: radio y ulna o cúbito. El esqueleto de
la mano (autópodo) está constituido por los huesos del carpo (basípodo)
dispuestos en dos series superpuestas de huesos cortos, los huesos metacarpianos
(metápodo) y el esqueleto de los dedos (acrópodo), constituido por tres falanges
proximal, media y distal y huesos complementarios: h. sesamoideos proximales y
h. sesamoideos dístales.
El esqueleto del miembro pelviano también presenta un esqueleto de la cintura
pélvica (zoonoesqueleto), formado por el hueso coxal, que resulta a su vez de la
fusión de otros tres huesos, el ilion, isquion y pubis. El esqueleto del miembro está
constituido por el esqueleto del muslo (stilópodo) que presenta el h. fémur. El
esqueleto de la pierna (zeugópodo) se forma con la tibia, la fíbula o peroné y un
tercer hueso de naturaleza sesamoidea, la patela o rótula. El esqueleto del pié
(autópodo) se divide en tarso (basípodo) metatarso (metápodo) y dedo (acrópodo).
9 Recopilación Bibliográfica, con corrección provisoria, realizada por Busquet Catriel (Docente Auxiliar Alumno).
encontrarse bien desarrollada en el momento del parto porque de lo contrario
dificultaría al mismo pudiendo hasta causar la muerte del animal y su cría.
La pelvis de la hembra es más espaciosa que la de los machos y la forma de los
huesos es más proporcionada.
Artrología.
La artrología se define como la ciencia que estudia las articulaciones existentes
entre los huesos. El término Sindesmología significa más bien el estudio de
ligamentos.
Los huesos están unidos entre sí por medio de las articulaciones o junturas óseas,
que le permiten efectuar movimientos más o menos pronunciados sin que se
alteren por esta acción, las relaciones reciprocas de las distintas partes esqueléticas.
Las articulaciones son entonces, el conjunto de partes blandas y duras por medio
de las cuales se unen dos o más huesos vecinos.
10 Recopilación Bibliográfica, con corrección provisoria, realizada por Busquet Catriel (Docente Auxiliar Alumno).
impide una cierta movilidad debido al gran espesor y naturaleza elástica del medio
de unión encargado de sujetar las piezas óseas entre sí.
Se hallan en lugares con poco movimiento como en las vértebras de la columna;
entre los dos huesos que se articulan aparece tejido cartilaginoso.
Nomenclatura.
El nombre de las articulaciones depende, por regla general, del nombre de los
huesos que la componen. Ej. Art. escápulo humeral, atlantoaxoidea, sutura
nasofrontal, etc. O bien derivan de la forma o del lugar que la articulación ocupa
en el cuerpo. Ej. Sutura labdoidea, art. coxal, art. genu, etc.
Otros ejemplos pueden ser: costo-esternales, escápulo-humeral, húmero-radio-
cubital, fémoro-tibio-rotuliana.
Las articulaciones pueden dividirse también en:
1- Articulaciones del tronco.
2- Articulaciones de la cabeza.
3- Articulaciones de los miembros torácicos.
4- Articulaciones de los miembros pelvianos.
Miembro anterior:
La principal función que tiene el miembro anterior aparte de la locomoción, es la
de sostén del cuerpo. Esto queda demostrado por la reducción de la cantidad de
huesos de la cintura torácica, no estando ninguno en articulación con el esqueleto
axial.
Los huesos se diferencian notablemente entre sí en cuanto a forma, tamaño y
espesor cuando se compara entre las especies. Esto queda determinado por
factores intrínsecos como pueden ser los aspectos genéticos del animal, la
nutrición, etc y factores estático-dinámicos y ambientales que pueden alterar la
forma básica establecida por el programa genético (Kardong, 2007). Es decir, el
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hueso se remodela de acuerdo al uso que se le da y a las distintas modalidades
locomotoras que tiene que responder. Como ejemplo, podemos citar los huesos del
carpo.
Respecto al miembro anterior encontramos las siguientes articulaciones:
Articulación Humeroradial, Art. Radiocubital (proximal y distal), Art.
Intermetacarpiana, Art. antebraquicarpiana, Art. mediocarpiana, Art.
carpometacarpiana, Art. metacarpofalangiana, Art. Interfalangiana (proximal y
distal).
Miembro posterior:
La musculatura del miembro posterior tiene un desarrollo mayor que la del
anterior y sirve principalmente para la propulsión del tronco (Konig & Liebich
2005; Kardong, 2007). Para garantizar una transmisión eficaz de este esfuerzo
propulsor se ha establecido una íntima unión entre el sostén del miembro posterior
y el tronco mediante la articulación sacroilíaca, que une firmemente el hueso sacro
con la cintura pélvica.
Respecto al miembro posterior encontramos las siguientes articulaciones:
Articulación sacroilíaca, sínfisis pélvica (sínfisis isquiopúbica), articulación coxo-
femoral, articulación de la rodilla (articulación femorotibial y femororrotuliana),
articulación del tarso (articulación tarsocrural, intertarsianas proximal y distal y
tarsometatarsiana), articulaciones de los dedos (articulación metatarsofalangiana,
interfalangiana proximal, interfalangiana distal.
Ligamentos
Son órganos fibrosos que mantienen sujetas las piezas óseas de las articulaciones,
constituyendo el principal medio de unión de las mismas. Deben ser considerados,
en gran parte como derivados de la cápsula articular, de cuya membrana fibrosa
vendrían a ser espaciamientos más o menos notable.
Basándose en su posición los ligamentos se dividen en periféricas e
interarticulaciones o interóseos. Los primeros están situados en el exterior de la
juntura, los segundos en cambio se hallan alojados en la misma cavidad articular
de la cual están aislados por medio de una membrana sinovial que los reviste.
Según su forma, los ligamentos se dividen en funiculares o acintados y
membranosos o capsulares. Los funiculares se asemejan a una cuerda o cinta, los
capsulares tienen forma de membrana pudiendo ser completa como un manguito
(membrana fibrosa de las cápsulas articulares) o incompleta es decir recubrir toda
o parte de la articulación a la cual pertenecen.
Por su estructura los ligamentos se clasifican en dos grupos, blancos y amarillos.
Los blancos se componen de tejido conjuntivo fibroso, son inextensibles, tiene un
color blanquecino nacarado. Los amarillos se caracterizan por su coloración y
elasticidad, por lo general coadyuvan a las fuerzas musculares y están formados
por tejido conjuntivo elástico.
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