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individual
Principales problemas
prácticos de la contratación
temporal. Soluciones
jurisprudenciales
El derecho laboral individual
Principales problemas prácticos de la contratación
temporal. Soluciones jurisprudenciales
Índice
Presentación ............................................................................................................... 3
Objetivos de aprendizaje .......................................................................................... 3
1. El estado de la cuestión ...................................................................................... 3
2. Principales problemas prácticos de la contratación temporal ...................... 4
2.1. La elección correcta del contrato a utilizar ........................................................... 5
2.2. El control de los contratos temporales anteriores para evitar que se pueda
producir el encadenamiento penalizado por la ley y también por la
interpretación de los propios tribunales ...................................................................... 5
Por ejemplo, no es igual contratar de manera directa, que será la forma más habitual,
que hacerlo de manera indirecta. Ni tampoco es lo mismo celebrar un contrato
indefinido que uno temporal, o uno a tiempo completo vs. uno a tiempo parcial.
Objetivos de aprendizaje
Los objetivos que se pretenden alcanzar en este recurso son los siguientes:
1. El estado de la cuestión
Hay una coincidencia entre todos los estudiosos de la materia en calificar la situación
de la contratación temporal en España como endémica, atípica, anormal, etc., lo que
indudablemente tiene su incidencia —y negativa— en el mercado de trabajo. Y la
comparación de los datos que presentan los países europeos es bien significativa de
esta situación.
Se habla, y no sin razón, de la dualidad que presenta nuestro mercado de trabajo, sin
que esto tenga especial justificación, bastando el contraste de nuestras cifras con las
europeas. E, indudablemente, un dato es la utilización excesiva/fraudulenta de la
Las múltiples intervenciones del legislador, con o sin pacto social previo, como han sido
las reformas laborales de 2021 y la anterior de 2012, respectivamente, creemos que han
hecho un diagnóstico del problema a medias, porque es cierto que se ha actuado en
ámbitos tales como en mejorar la delimitación causal de la contratación temporal
(determinando que únicamente se utilice para cubrir tareas temporales, y no habituales
u ordinarias de la empresa), penalizar la concatenación de contratos temporales (en
este punto se ha optado en la reforma, a nuestro juicio cometiendo un exceso, por
eliminar el tradicional contrato para obra o servicio determinado, cierto que utilizado
por las empresas de manera abusiva) y actuar sobre la salida del mercado de trabajo,
así como en diferenciar en el trato que debería darse a las empresas por sector de
actividad y tamaño.
El art. 15.4 ET establece, en una versión muy parecida a la derogada: «Las personas
contratadas incumpliendo lo establecido en este artículo adquirirán la condición de
fijas. También adquirirán la condición de fijas las personas trabajadoras temporales que
no hubieran sido dadas de alta en la Seguridad Social una vez transcurrido un plazo
igual al que legalmente se hubiera podido fijar para el periodo de prueba».
Es, pues, importante analizar las necesidades de la empresa para ver si tienen encaje
en las causas de temporalidad (estructural, incluimos también la formativa), ya que se
trata de evitar incurrir en fraude de ley en la contratación temporal. Porque de
advertirse (únicamente por un tribunal) que se produce, en aplicación del art. 15.3 ET,
resolverá la indefinición del contrato.
También nos podemos preguntar si, de acuerdo con los criterios de la doctrina
jurisprudencial, la ilicitud de un contrato temporal anterior a la reforma contamina la
cadena de los contratos temporales posteriores, aunque sean lícitos. La reforma señala
que debe estarse al último contrato para el cómputo (al haber reducido el lapso por el
que penaliza), pero en nuestra opinión no creemos que pueda no aplicarse la regla
anterior computando todos los contratos. Esto, por ahora, no tiene solución de los
tribunales.
El art. 15.5 ET, para el caso de que los contratos temporales por circunstancias de la
producción sean lícitos, prevé la conversión a fijos en dos casos diferenciados (en
función de la persona o en función del puesto de trabajo). Como hemos indicado
anteriormente, el lapso de tempo donde se puede incurrir en ilicitud se ha minorado, lo
que evidentemente puede suponer una restricción o, al menos. una necesidad en
mayor atención a los cómputos para no sobrepasarlos.
En este supuesto, debemos estar a lo previsto en el art. 15.5. párrafo primero ET. En el
caso de haber sido contratado un trabajador «durante un plazo superior a dieciocho
meses, con o sin solución de continuidad, para el mismo o diferente puesto de trabajo
con la misma empresa o grupo de empresas, mediante dos o más contratos por
circunstancias de la producción, sea directamente o a través de su puesta a disposición
por empresas de trabajo temporal. Esta previsión también será de aplicación cuando
se produzcan supuestos de sucesión o subrogación empresarial conforme a lo dispuesto
legal o convencionalmente».
La STS (sala de lo social) de 15 de enero 2020 (rec. 2845/2017) ratifica la aplicación del
art. 15.5 ET a la relación laboral especial de los artistas en espectáculos públicos.
Confirma como trabajadora indefinida a una bailarina despedida que firmó diez
contratos temporales seguidos. La sala aplica el art. 15.5 ET, que constituye la
trasposición al ordenamiento interno de la Directiva 1999/70/CE sobre trabajo de
duración determinada, y que permite convertir en fijo el contrato temporal de un
trabajador que haya estado contratado más de veinticuatro meses para una misma
empresa en un período de treinta meses (FJ 4).
En este supuesto, debemos estar a lo previsto en el art. 15.5. párrafo segundo ET. Se
declarará la relación inicialmente temporal como fija cuando la persona trabajadora
ocupe un puesto de trabajo que haya estado ocupado con o sin solución de
continuidad, durante más de dieciocho meses en un periodo de veinticuatro meses
mediante contratos por circunstancias de la producción, incluidos los contratos de
puesta a disposición realizados con empresas de trabajo temporal.
En este supuesto se concluye con que la trabajadora debe adquirir esa condición de
indefinida al haber prestado servicios en el mismo puesto de trabajo, tanto en su
aspecto locativo, porque se desarrollaba en el mismo lugar, como en su aspecto
funcional, porque siempre ha realizado las mismas labores propias de una titulada
superior, en virtud de varios contratos temporales en un plazo superior a 24 meses y en
período de cómputo de 30, en los términos previstos del tan repetido art. 15.5 ET en
relación con las disposiciones transitoria segunda y final cuarta del RDL 5/2006, y
transitoria segunda de la Ley 43/2006.
«Lo previsto en la redacción dada por el presente Real Decreto Ley al artículo 15.5
del Estatuto de los Trabajadores será de aplicación a los contratos de trabajo suscritos
a partir de la entrada en vigor del mismo.
Respecto a los contratos suscritos con anterioridad, a los efectos del cómputo del
número de contratos, del período y del plazo previsto en el citado artículo 15.5, se
tomará en consideración solo el contrato vigente a la entrada en vigor de este Real
Decreto Ley».
Esta redacción plantea algún problema interpretativo, aun su aparente sencillez, ya que
no indica qué modalidad de contrato temporal anterior debe tenerse en cuenta.
Otra cuestión práctica es la que puede dar el juego de este régimen transitorio de las
reglas de encadenamiento aplicable a los contratos temporales suscritos antes de la
entrada en vigor del RDL, de 31 de diciembre de 2021 (DT tercera), junto con la DT quinta
que hemos transcrito. Podría pasar que la superación del lapso de 18/24 meses se
produzca relativamente deprisa. Los contratos de obra o servicio, suponiendo que sean
legítimamente concertados, pueden estar en esta situación; y, para el caso de un
contrato eventual anterior a 31 de diciembre 2021 y que haya sido prorrogado, otra
duda es si hay que tener en cuenta toda la duración acumulada o, únicamente, la de
la última prórroga. Lo tendrán que resolver los tribunales, pero es una cuestión para
prever a la hora de una posible contratación.
2. Respecto a los contratos suscritos por el trabajador antes del 18 de junio de 2010,
seguirá siendo de aplicación, a los efectos del cómputo del número de
contratos, lo establecido en el artículo 15.5 según la redacción dada al mismo
por la Ley 43/2006, de 29 de diciembre, para la mejora del crecimiento y del
empleo, siempre que los contratos se hubieran celebrado a partir del 15 de junio
de 2006.
Los contratos de sustitución de trabajadores y los formativos (como sucedía antes del
RDL 32/2021 con interinos y los de formación) siguen quedando fuera del cómputo del
art. 15.5 ET. Y esto es claro que es voluntad del legislador, lo que ha sido objeto de crítica.
También es verdad que los tribunales, ante esta sucesión de contratos válidos, si la
duración de la vinculación del mismo trabajador con la misma empresa es muy larga
en el tiempo, entran en la valoración muy pormenorizada del caso. Esta duración,
cuando era inusualmente larga, la plantea la sentencia del Tribunal de Justicia de la
Unión Europea (gran sala) de 5 de junio de 2018 (Asunto 677/16, Montero Mateos), si
bien referida a los internos de la Administración pública, pero nada impediría este
razonamiento en la empresa privada.
Y de acuerdo con doctrina de los tribunales, si uno de los contratos temporales es ilegal,
el efecto que tiene es la “contaminación” de toda la cadena de contratos con el
efecto previsto de entender la relación fija ordinaria y no temporal.
Será a partir de la STS (sala de lo social) de 23 de febrero 2016 (rec. 1423/2014), que
estima que una interrupción entre contratos temporales de dos meses y ocho días no es
significativa para que se pueda entender roto el vínculo —a lo que se añade la
celebración de cuatro contratos sin solución de continuidad o con breves lapsos
interruptivos inferiores a veinte días—, puede apreciarse una consolidación de una
interpretación más amplia del concepto “unidad esencial del vínculo”.
Así, por ejemplo, la admiten (lo que demuestra que una aplicación automática de la
doctrina no es posible y hay que ir caso a caso):
Por el contrario, no admiten la existencia de esa unidad del vínculo, entre otras:
Referencias bibliográficas
Goerlich Peset, J. M., Martín-Pozuelo López, Á. y Moll Noguera, R. (2021). Contratación
laboral. Revista española de derecho del trabajo, (248), 97-120.
Molero Manglano, C. (dir.), Cebrián Carrillo, A., Rodera Yáñez, E., Núñez-Cortés
Contreras, P. y Sorzano Volart, C. (1986). Reformas, proyectos y antecedentes en el
Estatuto de los Trabajadores. Madrid: Reus.