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Seminario Monográfico LGAC Historia Social y Cultural:

Las construcciones de objetos de investigación histórica considerados culturales.


Rubén Ahumada Muñoz.

Si bien, la historia siempre se ha enfocado en diferentes áreas del conocimiento, a


mediados del siglo XIX la labor histórica se enfoca en las grandes proezas, en los héroes,
en los gobernantes y en los conquistadores. Sin embargo, la nueva Historia Cultural ha
venido a replantearnos qué investigar.
Los siguientes textos a trabajar son: Elogio de lo complejo, y, La nueva Historia
sociocultural, el primer texto nos llega de parte de Jean-François Sirinelli, profesor de
historia contemporánea por la universidad de Charles-de-Gaulle, promotor de la
historiografía francesa y formado dentro de la tercera y cuarta ola de escuela de los
Annales.
Por otra parte, el segundo texto es de Peter Burke, es un académico de origen
británico, es catedrático por la universidad de Cambridge y en la cual es catedrático emérito
sobre temas de historia cultural.
Para poder seguir un mismo eje en las lecturas aquí presentadas, introduciré la
lectura de François Sirinelli primero como parte de diferenciar la historia cultural y su
relación con la social; posteriormente pasaré a la lectura de Peter Burke, donde menciona
las ramas o corrientes de la historia cultural.
Elogio de lo complejo
Sirinelli parte de una primicia importante e interesante, la cual sitúa al historiador como
punto intermedio en diferentes líneas o corrientes de investigación, este decide mutilar la
historia pues decide transformar y tomar los estudios que como especialista le interesa.
Dentro de estas líneas el historiador debe interpretar el pasado, debe observar por medios
deformantes lo que nos llega del pasado. Es allí donde Sirineli sitúa la historia cultural.
La historia cultural para Sirinelli es la que ha venido a enriquecer diferentes
modelos de análisis erosionados como el marxismo. El hecho de la historia cultural ha sido
un volver a repensar temas de investigación donde se han hecho preguntas igual de
complejas sobre el sentir de los individuos, el actuar conforme a sus virtudes y deficiencias
y el porqué de sus acciones.
Sin embargo, el mismo Sirinelli lo menciona “Toda trama de la historia que quisiera
desprenderse de la historia social en nombre, por ejemplo, de una nueva alianza con la
historia cultural, practicará en efecto una especie de automutilación.” De allí que lo primero
que se tiene que contemplar al momento de realizar una investigación de carácter de
historia cultural es comprender que sin lo social terminaría siendo un sin sentido.
Ejemplo de ello no lo da más adelante en el texto cuando menciona el trabajo sobre
la cultura política, en ella reflexiona que la cultura política es un conjunto de
representaciones que cohesionan en un grupo humano, en el plano político, es decir, una
visión del mundo compartida, una lectura común del pasado.
La historia cultural riega un grupo humano con sus canales de expresión y
comprensión, la cultura nunca está desconectada de las experiencias sociales. Todo trabajo
meramente cultural lleva a cajones sin salida, pero todo trabajo sociocultural nos lleva a
comprender el sistema y la estructura de los estudiado en cuestión.
De allí, podemos observar tanto los elementos tanto de la definición propia de los
conceptos como los elementos simbólicos los cuales la sociedad los carga por ejemplo el
concepto de estado-nación que hace referencia a un enfoque histórico geopolítico, sin
embargo, también puede referirnos a un grupo étnico, religioso, regional y la percepción de
ese mismo concepto por las personas y por lo que debería ser.
Ese grupo de ideas y de conceptos tenemos que localizarlos no desde la perspectiva
actual sino desde el valor que la sociedad le daba en su tiempo, por ende, solo un enfoque
sociocultural nos permite analizar la memoria, la visión social, los estereotipos y mitos que
moldean el imaginario social.

La nueva Historia sociocultural


Por su parte, Burke comienza el texto situándonos que lo que definimos como historia
sociocultural es mucho más antiguo de lo que percibimos. Sin embargo, desde los años
setenta se ha visto el incremento de esta nueva casi inhumana historia donde ha encontrado
cabida la historia de la gente común, la de los objetos materiales, las diversas formas de
percibir y pensar el mundo imaginario a este modo de hacer historia es lo que se le llama
según Burke “Historia socio-cultural.”
Dentro de esta historia socio-cultural, encontramos diferentes corrientes como lo
son: 1) La historia de la vida cotidiana que tiene un origen en la escuela alemana. Su área
de trabajo es en el estudio de las prácticas sociales y culturales en marcadas en las reglas
sociales.
2) La segunda línea de investigación es la historia subalterna o expresada en inglés “historia
desde abajo.” Esta corriente, se enfoca en los grupos subalternos, marginados, derrotados y
olvidados a los cuales se les ha impuesto un tipo de cultura y se ha olvidado la cultura
popular propia.
3) Otra línea a rescatar es la llamada “microhistoria italiana” la cual busca el desarrollo y
comprensión de la historia desde la perspectiva de la comunidad, de la aldea, calle, familia.
También recae la construcción mental de un solo individuo como es el caso de El queso y
los gusanos.
4) La cuarta corriente es la de historia de las mentalidades, o conocida actualmente como
historia de las representaciones. Donde se busca la representación como la memoria, el
conocimiento de otro o las formas de auto representarse en la sociedad.
De estos modelos, hay muchos modelos contemporáneos de cómo la historia
sociocultural se ha manifestado, como la historia de lo imaginario, el estudio de las
naciones como comunidades imaginarias, historias de los estereotipos literarios o visuales;
también contamos con las corrientes que le dan valor a la historia del lenguaje; y por último
el alejamiento de la historia del arte al pensar que el arte no genera movimientos sociales.
Sin embargo, todas estas corrientes tienden a tener problemas graves a enfrentar
como es: el paso de la historia dura a una historia blanda sin el hombre; también a la
fragmentación y división de las corrientes que cada vez se alejan más entre sí; lo poco claro
de los conceptos también es muy frecuente en estas nuevas corrientes culturales; la historia
subalterna presenta problemas de delimitación de su campo de estudio como: ¿quién es
subalterno y quien no? Al igual la microhistoria tiende a generalizar la comunidad borrando
las líneas del pensamiento generacional.
Sin embargo, también se ha avanzado en conceptos y comprensión de elementos
como la de “colonialismo”, “encuentro cultural” que nos han servido para la comprensión
del descubrimiento y comprensión del pasado en el hecho que no hubo conquista sino hubo
un encuentro entre dos culturas; por otra parte el concepto de colonialismo nos abre la
puertas a comprender la a culturización, asimilación, sincretismo, mezcla y mestizaje de las
culturas ya existentes con una cultura que se impone ante un hecho social como fue la
colonización de territorios.
Conclusión.
Para mí las dos lecturas me han aportado dos cosas muy importantes. La primera, es
el comprender que la cultura va ligada a la sociedad, es decir no podemos pensar en
elementos culturales sin un contexto donde se dieron, se pensaron o se comprendieron y se
vivieron. Cuando hablamos los historiadores de cultura por lo general la pensamos como
estática, pero en su momento fue algo que impregnó la vida diaria del hombre, por ende, la
cultura no puede separarse del mundo social, así como lo social de lo cultural.
Por otra parte, la lectura de Burke me ayuda a localizar mi trabajo de investigación
en una de estas corrientes historiográficas que es la microhistoria. Pero, a su vez me aporta
tanto el concepto de colonialismo como el concepto de encuentro cultural, estos dos
conceptos los utilizare en mi trabajo de investigación al trabajar él tema de las misiones
jesuitas al norte de la Nueva España.

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