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La evaluación tiene significado en el espacio, los dispositivos que la permiten son los exámenes y las
pruebas de las más conocidas. Estas suelen presentar iniciativas evaluativas, investigando y
produciendo con bibliografía específica.
Generar una importante brecha entre el discurso pedagógico renovado y la práctica evaluativa
concreta.
Abrir interrogantes conexos sobre la calidad de educación y acotar la polisemia del concepto.
Las discusiones respecto a la evaluación se basan en sentidos atribuidos que generan disparidad de
criterios.
Tendrik identifica tres elementos fundamentales que están en todo proceso de evaluación:
Recolección de información. Producción de juicios de valor. Orientación de la toma de decisiones.
¿Qué evaluar? y para qué?, qué evaluar es la pregunta por el objeto de la evaluación, que si bien
parece simple en la práctica no lo es.
En el ámbito educativo se tiende a pensar en múltiples objetos de evaluación como los alumnos, los
docentes, los aprendizajes, las estrategias de enseñanza, la gestión pedagógica entre otros. Sin
embargo cuando no se definen claramente el objeto y los sujetos de la evaluación se suele reducir la
reflexión sobre la evaluación a cuestiones técnicas, es decir se enfoca únicamente en los aspectos
prácticos y operativos de la evaluación sin profundizar en su significado y propósito más amplio. Esto
implica que se pierda de vista y se empobrezca la importancia de la evaluación como una
herramienta para la construcción colectiva de conocimiento.
El componente vinculado con la formación de juicios de valor se destaca como un elemento que
diferencia las tareas de evaluación de otras actividades de indagación y producción de conocimiento
como es la investigación. Es un rasgo distintivo que no está exento de dificultades y que se supone
que el resultado comparativo entre la información que sea recolectado y un conjunto de parámetros
permiten concluir y valorar una porción de realidad que concentra nuestra atención. La construcción
y definición de Los criterios de los cuales se elaboran juicios forman parte de una de las tareas más
arduas dentro del proceso de evaluación en el ámbito educativo.
Las características del sistema educativo argentino sumado a cierta tradición en la producción de
conocimiento específico e incluso de aspectos vinculados con nuestra cultura institucional convierte
en muy dificultoso pensar en este tipo de definición consensuada a gran escala del tipo estándar.
Los criterios se plantean como un aspecto ineludible en todo proceso de evaluación y se transforma
en un desafío importante que permite abrir un espacio de aprendizaje y de reflexión sobre aquello
que se quiere evaluar.
Los procesos de evaluación constituyen un interesante desafío en tanto como espacio productor de
conocimiento reflexivo sobre las acciones desarrolladas. La evaluación bien fundada es aquella que
presenta atributos básicos como: utilidad (respuesta a algún tipo de necesidad) viabilidad (proceso
de trabajo realista que observa criterios de prudencia y moderación en las acciones), apropiado
(desarrollo en un Marco legal y ético respetando los actores involucrados y a quienes se vean
afectados), preciso (la evaluación debe ser valiosa en tanto produzca información técnicamente
adecuada sobre lo que se propone valorar.
El "¿Para qué se evalúa?", De esta manera, caracteriza sus objetivos por el intento de decidir y
desarrollar políticas de mejora para el proceso de enseñanza y aprendizaje.
El punto de vista del alumno, donde la evaluación debe fusionarse con el aprendizaje,
permitiendo convalidarlo y retroalimentarlo.
El punto de vista del docente donde la evaluación del proceso de aprendizaje debe ser
reguladora el proceso de enseñanza.
Es importante, finalmente, entender que sólo una mirada más articulada de esta experiencia
permite consolidar una práctica de evaluación más constructiva.
A modo de cierre.
Estos aspectos conceptuales y metodológicos proponen una mirada constructiva de los procesos de
evaluación educativa. Se debe entender a la evaluación como una fuente significativa de insumos
para mejorar la gestión pedagógica de la escuela e integrarse en los procesos de planificación
institucional.
Los procesos de evaluación permiten generar una instancia de aprendizaje compartido que brinda
racionalidad y genera procesos altamente democratizadores. Estos procesos deben tener un
carácter integral que abarque la realidad educativa en su conjunto. La evaluación debe ser un
componente activo dentro del proceso de gestión y no como una actividad segmentada y como una
dimensión activa y dinámica.