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EL POSTHUMANISMO Y LOS CAMBIOS EN LA IDENTIDAD HUMANA

El presente informe pretende presentar al lector los pensamientos posthumanistas sobre los
cambios de la identidad humana. Este se dividirá en 2 partes que evaluarán los temas presentados en
la consigna de manera secuencial. La primer parte está constituida por dos párrafos explicando y
evaluando el posthumanismo y el cambio de identidad humana, mientras que la segunda parte
analiza y valora las críticas en relación al posthumanismo presentadas en el escrito de Gabriela
Chavarria Alfaro, “El post humanismo y los cambios de identidad humana”.

El origen del pensamiento posthumanista surge a partir de las décadas 1950 y 1960, debido
al desarrollo de la cibernética que modificó las ideas científicas que explican el mundo y la
identidad humana. Estos pensamientos postulan que a partir de la cibernética los seres humanos
serían vistos básicamente como entidades procesadoras de información quienes son en esencia
similares a máquinas inteligentes. En este sentido, según Céline Lafontaine, el concepto de
información sustituye la idea de la vida dentro de la definición del ser, puesto a que esto se utilizó
para determinar el lugar que ocupaba un organismo en la jerarquía de los seres vivos. Luego de
algunos estudios, varios sociólogos llegaron a la conclusión de que el estatus ontológico del ser
humano se conceptualizó diferente hasta considerarlo como una pieza dentro del engranaje
tecnológico, en donde la sociedad ya no se considera como una sociedad humana, sino como una
sociedad donde las máquinas inteligentes, los robots y toda inteligencia artificial pasan a ser
considerados como parte del entorno social.

Robert Pepperell (2003), define el posthumanismo como el fin de un universo centrado en el


hombre(…) en otras palabras trata sobre el fin del humanismo, y de la creencia de la infalibilidad de
poder humano y en la arrogante creencia de nuestra superioridad y singularidad. Por otro lado
Pepperell junto a 2 colegas funda el movimiento intelectual transhumanista, el cual propone la
intervención de la naturaleza humana para llevarla más allá de sus límites biológicos. Estos
consideran que el transhumanismo es un paso necesario para llegar a la condición posthumana. Los
transhumanistas consideraban que el hombre posthumano superaría las capacidades físicas,
intelectuales y psicológicas de un hombre normal, en consecuencia ya no estaría definido como un
ente superior ni singular, sino que convivirá horizontalmente con robots y máquinas y este sería un
ciborg. En este sentido, los transhumanistas no creen que exista ninguna esencia espiritual en el ser
humano, y afirman la idea de una identidad humana que queda definida sólo al órgano de su
cerebro, y un cuerpo constituido en el exterior por partes que puedan ser reemplazadas, injertadas o
transformadas.
Al igual que Francis Fukuyama, considero que se debe conservar la identidad humana como
existe y ha existido desde los inicios de nuestra creación y que la aplicación de las biotecnologías en
los seres humanos es una gran amenaza a la naturaleza humana. De igual manera, me parece muy
acertada la crítica de Jill Diddur (2003), quien refuta los pensamientos posthumanistas y plantea un
paralelismo entre los postulados principales del post humano y los alimentos transgénicos.
Refiriéndose a los planteamientos posthumanistas que insisten que no se puede separar lo natural de
lo artificial, porque la hibridez y la eliminación de las fronteras entre lo natural y lo artificial es
contundente. No obstante, esto no es cierto, puesto a que en el accionar político y económico de las
compañías biomédicas se necesita diferenciar lo natural y artificial para poder patentar sus
descubrimientos.

Las conclusión de Hans Jonas acerca a las teorías posthumanistas son bastante claras y
razonables. Esto plantea, que el poder de hacer algo no implica que haya que hacerlo, y hoy más
que nunca se requiere una reflexión sobre nuestra responsabilidad con el futuro. Su llamado de
prudencia y su postura son de suma importancia, ya que en la actualidad poseemos mucha
tecnología cibernética que podría experimentarse en humanos, pero esto podría resultar peligroso
por la ignorancia y falta de conocimiento que se tiene sobre lo que pueda pasar, ya que el futuro es
incierto. Por otra parte, estoy sumamente de acuerdo con que el pensamiento posthumanista forme
parte del debate público y académico, ya que toda la población debería tener voz y voto en este tipo
de situaciones donde la bioética y la identidad humana entran en juego.

En síntesis, el posthumanismo es un pensamiento que surge en la década de los 50 y 60 que


plantea que con la llegada de la cibernética los humanos serían vistos como seres que procesan
información, similares a las máquinas y robots. En este marco, se dejaría de ver al hombre como ser
superior y se comenzaría a considerar al hombre igual que las máquinas. En paralelo a esto, surge el
transhumanismo que propone intervenir la naturaleza humana para “mejorar” las condiciones
físicas, intelectuales y psicológicas. A través de esto buscar la convivencia horizontal de los
humanos y robots.

Adrián A. Cruz López / 1014-1027


Referencias
Chavarría, Gabriela (2014) EL POSTHUMANISMO Y LOS CAMBIOS EN LA
IDENTIDAD HUMANA.

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