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Datos y cifras

 Las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa


de muerte de niños menores de cinco años. Son
enfermedades prevenibles y tratables.
 Las enfermedades diarreicas matan a 525 000 niños
menores de cinco años cada año.
 Una proporción significativa de las enfermedades diarreicas
se puede prevenir mediante el acceso al agua potable y a
servicios adecuados de saneamiento e higiene.
 En todo el mundo se producen unos 1700 millones de casos
de enfermedades diarreicas infantiles cada año.
 La diarrea es una de las principales causas de malnutrición
de niños menores de cinco años.
Las enfermedades diarreicas son la segunda mayor causa de muerte
de niños menores de cinco años, y ocasionan la muerte de
525 000 niños cada año. En el pasado, la deshidratación grave y la
pérdida de líquidos eran las principales causas de muerte por diarrea.
En la actualidad es probable que otras causas, como las infecciones
bacterianas septicémicas, sean responsables de una proporción cada
vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños
malnutridos o inmunodeprimidos son los que presentan mayor riesgo
de enfermedades diarreicas potencialmente mortales.

Alcance de las enfermedades diarreicas

Las enfermedades diarreicas son una causa principal de mortalidad y


morbilidad en la niñez en el mundo, y por lo general son consecuencia
de la exposición a alimentos o agua contaminados. En todo el mundo,
780 millones de personas carecen de acceso al agua potable, y 2500
millones a sistemas de saneamiento apropiados. La diarrea causada
por infecciones es frecuente en países en desarrollo.

En países de ingresos bajos, los niños menores de tres años sufren,


de promedio, tres episodios de diarrea al año. Cada episodio priva al
niño de nutrientes necesarios para su crecimiento. En consecuencia,
la diarrea es una importante causa de malnutrición, y los niños
malnutridos son más propensos a enfermar por enfermedades
diarreicas.

Deshidratación

La amenaza más grave de las enfermedades diarreicas es la


deshidratación. Durante un episodio de diarrea, se pierde agua y
electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces
líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas
pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación.

El grado de deshidratación se mide en una escala de tres:

 Deshidratación grave (al menos dos de los signos siguientes):


o letargo o pérdida de conocimiento;
o ojos hundidos;
o no bebe o bebe poco;
o retorno lento (2 segundos o más) a la normalidad después
de pellizcar la piel.
 Deshidratación moderada (al menos dos de los signos
siguientes):
o desasosiego o irritabilidad;
o ojos hundidos;
o bebe con ganas, tiene sed.
 Ausencia de deshidratación (no hay signos suficientes para
diagnosticar una deshidratación grave o moderada).

Causas

Infección: la diarrea es un síntoma de infecciones ocasionadas por


muy diversos organismos bacterianos, víricos y parásitos, la mayoría
de los cuales se transmiten por agua con contaminación fecal. La
infección es más común cuando hay escasez de agua limpia para
beber, cocinar y lavar. Las dos causas más frecuentes de diarrea
moderada a grave en países de ingresos bajos son los rotavirus
y Escherichia coli. Otros patógenos, como Cryptosporidium y Shigella,
también pueden ser importantes. Asimismo, es necesario tener en
cuenta etiologías específicas de cada lugar.

Malnutrición: los niños que mueren por diarrea suelen padecer


malnutrición subyacente, lo que les hace más vulnerables a las
enfermedades diarreicas. A su vez, cada episodio de diarrea empeora
su estado nutricional. La diarrea es la segunda mayor causa de
malnutrición en niños menores de cinco años.

Fuente de agua: el agua contaminada con heces humanas


procedentes, por ejemplo, de aguas residuales, fosas sépticas o
letrinas, es particularmente peligrosa. Las heces de animales también
contienen microorganismos capaces de ocasionar enfermedades
diarreicas.

Otras causas: las enfermedades diarreicas pueden también


transmitirse de persona a persona, en particular en condiciones de
higiene personal deficiente. Los alimentos elaborados o almacenados
en condiciones antihigiénicas son otra causa principal de diarrea. El
almacenamiento y manipulación del agua doméstica en condiciones
carentes de seguridad también es un factor de riesgo importante.
Asimismo, pueden ocasionar enfermedades diarreicas el pescado y
marisco de aguas contaminadas.

Prevención y tratamiento

Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades diarreicas


cabe citar las siguientes:

 el acceso a fuentes inocuas de agua de consumo;


 uso de servicios de saneamiento mejorados;
 lavado de manos con jabón;
 lactancia exclusivamente materna durante los primeros seis
meses de vida;
 una higiene personal y alimentaria correctas;
 la educación sobre salud y sobre los modos de transmisión de
las infecciones;
 la vacunación contra rotavirus.
Entre las medidas clave para tratar las enfermedades diarreicas cabe
citar las siguientes:

 Rehidratación: con solución salina de rehidratación oral (SRO).


Las SRO son una mezcla de agua limpia, sal y azúcar. Cada
tratamiento cuesta unos pocos céntimos. Las SRO se absorben
en el intestino delgado y reponen el agua y los electrolitos
perdidos en las heces.
 Complementos de zinc: los complementos de zinc reducen un
25% la duración de los episodios de diarrea y se asocian con
una reducción del 30% del volumen de las heces.
 Rehidratación con fluidos intravenosos en caso de
deshidratación severa o estado de choque.
 Alimentos ricos en nutrientes: el círculo vicioso de la malnutrición
y las enfermedades diarreicas puede romperse continuando la
administración de alimentos nutritivos —incluida la leche
materna— durante los episodios de diarrea, y proporcionando
una alimentación nutritiva —incluida la alimentación exclusiva
con leche materna durante los seis primeros meses de vida— a
los niños cuando están sanos.
 Consulta a un agente de salud, en particular para el tratamiento
de la diarrea persistente o cuando hay sangre en las heces o
signos de deshidratación.

EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIARREA A ESCALA GLOBAL

La enfermedad diarreica es la segunda causa de muerte en niños


menores de cinco años muy a pesar de ser enfermedades prevenibles
y tratables. (1,2) Los niños malnutridos o inmunodeprimidos son los
que presentan mayor riesgo de enfermedad diarreica potencialmente
mortal. (1)

La falta de lactancia materna exclusiva, aumenta la probabilidad de


diarrea 4,62 veces. La ausencia total de lactancia materna durante los
primeros seis meses aumenta la frecuencia de diarreas hasta 10 veces
en los menores de 6 meses, y esta falla posterior a los 6 hasta los 23
meses aumenta el riesgo de padecer de diarrea hasta 2,18 veces más
que los niños que reciben leche materna. (2)
Los dos agentes etiológicos más comunes de diarrea en los países en
desarrollo son el Rotavirus y la Echerichia coli, según los informes de
la OMS. (1)

Se estima que el Rotavirus causa 28% de la diarrea severa, y resultan


en casi 10 millones de episodios severos y más de 193.000 muertes a
escala global. El 72% de las muertes asociadas a diarrea ocurren
antes de los 2 años de edad. (3)

Desde la incorporación de la vacuna contra Rotavirus en los


programas nacionales con cobertura universal, se ha observado una
reducción significativa de la mortalidad y las hospitalizaciones por
diarreas; ha

EPIDEMIOLOGÍA DE LA DIARREA EN VENEZUELA.

En Venezuela la enfermedad diarreica, es la primera causa de


consulta y hospitalización, (5) la mortalidad disminuyó de manera
progresiva en los últimos 20 años, a más del 50% en los menores de
un año de edad. (6,7) Entre el período 1996- 98 y el período 2006-08
la diarrea salió de las 10 principales causas de mortalidad general,
pasando de la posición número 9 a la 12

y evidencia que sugiere protección de rebaño. (4)

En un estudio realizado con diagnóstico etiológico específico en niños


muertos por diarrea aguda en Venezuela, el Rotavirus se asoció a
enfermedad con deshidratación grave, hospitalización y muerte. (8)

En el año 2006, se inicia la vacunación contra Rotavirus, con


disminución a escala nacional de las muertes a partir del año 2008, (9)
en un estudio reciente se demostró disminución de la morbilidad y
mortalidad en el estado Táchira. (10) Otra investigación reveló la
disminución de las hospitalizaciones por diarrea en los pacientes
pediátricos del Hospital Universitario de Caracas (2002-2010) durante
los últimos años del inicio del siglo XXI,
La diarrea se presenta con mayor incidencia en la edad pediátrica,
específicamente en los menores de 5 años, las tasas superan entre 3
a 5 veces las de los otros grupos de edad, manteniéndose elevadas
hasta la edad de los menores de 7 años, para luego mantenerse
relativamente similares durante el resto de los grupos de adolescentes
y adultos. (16)

En los menores de un año, la mortalidad ocupa la tercera posición


entre 2003 y 2004, disminuyendo en números absolutos de forma
notable, para luego caer a la quinta causa en los años 2008 y 2009,
con un incremento de las defunciones en el año 2010. (13)

La enfermedad diarreica implica una gran carga para los servicios de


atención médica, especialmente en los menores de un año. Para el
grupo de 1 a 4 años, el rango se presenta entre algo más de un cuarto
de millón de casos, hasta medio millón de casos. En algunos años las
consultas por diarrea alcanzan cifras que pasan de 1,2 millones, es
decir, se genera una demanda de 3.330 consultas promedio diarias en
todo el país.
DEFINICIÓN DE DIARREA AGUDA

La Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana


de la Salud (OMS/OPS) definen la diarrea aguda como tres o más
evacuaciones liquidas o semilíquidas en 24 horas o de al menos una
con presencia de elementos anormales (moco, sangre o pus), durante
un máximo de dos semanas. (18)

También se define como una reducción en la consistencia de las


evacuaciones (líquidas o semilíquidas) y/o un incremento en la
frecuencia de las mismas (por lo general > 3 en 24 horas), pudiendo
acompañarse de fiebre, escalofrío, nausea, vómito o cólicos
abdominales. Su duración por lo general < 7 días y, por definición,
nunca más de 14 días. (19-21)

A nivel fisiopatológico, la diarrea es definida como una perdida


excesiva de líquidos y electrolitos en las heces, debido a un transporte
intestinal anormal de los solutos. El paso de agua a través de las
membranas intestinales es pasivo y está sujeto a los desplazamientos
activos y pasivos de los solutos, en especial del sodio, los cloruros y la
glucosa. (22)

Desde el punto de vista epidemiológico, un episodio de diarrea se


define como la presencia de tres o más deposiciones inusualmente
liquidas o blandas, en un periodo de 24 horas.

Clínicamente, se puede definir como un aumento en el volumen,


fluidez y frecuencia de las evacuaciones, como consecuencia de la
agresión de la mucosa gastrointestinal por diferentes agentes
infecciosos, en comparación con lo considerado normal en un niño.
Por lo general, un lactante elimina cerca de 5g de heces/kg/día y
aquellos que son amamantados eliminan heces pastosas y blandas,
que no se considera diarrea. Por esta razón, para definir un episodio
diarreico desde el punto de vista clínico, es importante conocer bien la
descripción de la madre respecto al hábito intestinal normal de su
bebe, tanto en frecuencia como en consistencia de las heces. (19)

Clasificación:

a.- Según la duración: a.1 La enfermedad diarreica aguda: es aquella


diarrea de menos de catorce (14) días de evolución.
a.2 La enfermedad diarreica persistente: es la diarrea de catorce (14)
días o más de duración, se inicia como un episodio agudo de diarrea
liquida o disentería, en ocasiones con pérdida de peso y en la mayoría
de los casos, no se puede identificar un agente etiológico. El daño de
la vellosidad puede ser considerable, la mucosa intestinal puede estar
aplanada y la absorción de nutrientes es inadecuada, por lo tanto es
posible que exista intolerancia a disacáridos y/o a proteínas. (23,24)

a.3 La enfermedad diarreica crónica: es la diarrea de más de treinta


días de evolución, las causas son muy variadas y dependen de la
edad del paciente. Es recurrente, observada en casos de sensibilidad
al gluten, fibrosis quística o desordenes metabólicos hereditarios. (25)

b.- Según Etiología:

b.1 Etiología Infecciosa El aislamiento de patógenos en niños con


diarrea se consigue entre el 50 y 84% de los episodios. El agente más
frecuentemente aislado es el Rotavirus (más frecuente grupo A
serotipos G1 y G3). Otros microorganismos que se encuentran con
cierta frecuencia son: Escherichia coli enteropatógena (ECEP),
Escherichia coli enterotoxigénica (ECET), Campylobacter jejuni,
Shigella sp (S. sonnei y S. flexneri dan cuenta de más del 86% de
todos los aislamientos de Shigella), y Salmonella sp. En diarrea
asociada a Síndrome Hemolítico Urémico (SHU), se encuentra con
frecuencia relativamente alta la Escherichia coli enterotoxigénica
0157:H7 aún cuando otras bacterias juegan un papel etiológico. (Tabla
5) En 10 a 20% de los episodios de diarrea se identifica más de un
patógeno.
No todos los episodios de diarrea aguda en la comunidad requieren
estudio etiológico, reservándose para aquellos que duran más de lo
habitual, los que producen deshidratación importante, se presentan
como síndrome disentérico, o resultan en hospitalización del paciente.

Los mecanismos de transmisión descritos para enteropatógenos


fecales son: vía fecal-oral (ciclo ano-manoboca), a través de vómitos y
secreciones nasofaríngeas por vía aérea. La tabla 5, resume los
agentes más frecuentes involucrados en la producción de diarrea. (18)

Otra causa infecciosa clásica, poco frecuente en niños, pero que se


cataloga como la principal causa de diarrea nosocomial en adultos, es
aquella que se asocia a Clostridium difficile. Este es un bacilo
grampositivo anaerobio, que aunque se considera un agente
endógeno, puede presentar un carácter exógeno debido a su
capacidad para producir esporas. Puede estar presente en tracto
digestivo de forma asintomática, ya que la clínica depende de la
producción de exotoxinas A ó B; así, la existencia de una IgG
específica frente a toxina A por debajo de 3000 unidades ELISA,
aumenta 50 veces el riesgo de padecer la enfermedad. Su espectro
clínico va desde el paciente asintomático, diarrea leve hasta la colitis
pseudomembranosa. El principal factor de riesgo de la diarrea
asociada a C. difficile es la administración de tratamientos antibióticos,
existen otras causas, como tratamientos quimioterápicos,
antiulcerosos. (26)

b.2 Etiología no infecciosa:

Entre las causas no infecciosas están los cambios de osmolaridad o


alteraciones de la microbiota intestinal del paciente, ocasionadas por
dieta y/o medicaciones. Algunos antibióticos pueden causar diarrea
por un mecanismo irritativo de la mucosa digestiva, ya que al tener
una pobre absorción, se mantienen en la luz intestinal, entre ellos,
están eritromicina (actúa en el colon) y otros macrólidos en menor
grado, amoxicilina/ ácido clavulánico (actúa en tracto digestivo
proximal y distal) y ceftriaxona, que produce diarrea hasta en un 50%
de los casos, debido a que altera la microbiota intestinal. La
interrupción del antibiótico suele ser suficiente para confirmar el
diagnóstico, además de ser la principal medida terapéutica.
En pacientes hospitalizados la alimentación enteral puede causar
diarrea, la cual es grave en pacientes en cuidados intensivos, quienes
con frecuencia presentan íleo paralítico, lo que les impide tolerar
soluciones enterales, en especial si son hiperosmolares o si se
administran volúmenes elevados. La reducción de la osmolaridad de la
solución enteral, la disminución del ritmo de administración o la
suspensión temporal de la misma suelen ser medidas terapéuticas
efectivas. (26,27)

c.- Según síndromes clínicos:

En la práctica, las manifestaciones clínicas permiten orientar hacia


alguno de estos mecanismos, aunque a veces pueden coexistir varios.

c.1 Diarreas secretoras: en los casos agudos suelen estar producidas


por toxiinfecciones alimentarias o por determinadas bacterias
productoras de toxinas que pueden actuar por acción citotónica
activando la adenilciclasa o por acción citotóxica, por destrucción
celular. El daño se localiza en intestino delgado, las deposiciones son
líquidas, acuosas, con pérdida importante de agua y electrolitos y es
característica la persistencia de la diarrea a pesar del ayuno.

c.2 Diarreas invasivas o inflamatorias: se producen por penetración y


destrucción de las células del epitelio intestinal, con inflamación y
ulceración de la mucosa preferentemente a nivel del colon. La diarrea
suele ser con moco y sangre, cierto grado de afectación sistémica con
fiebre y alteración del estado general. Cuando se visualizan las heces
en el microscopio se demuestra la existencia de leucocitos y hematíes.
(28)

ETIOLOGIA

La enfermedad diarreica severa (EDS) es una afección que se


caracteriza por la presencia de diarrea intensa y abundante,
acompañada en ocasiones de náuseas, vómitos, fiebre y
deshidratación. La etiología de la EDS puede ser variada, pero las
causas más comunes son las siguientes:
1. Infecciones virales: Los virus son la causa más común de EDS,
especialmente en niños pequeños. Los virus que causan EDS incluyen
el rotavirus, el norovirus, el virus de la gripe, entre otros.

2. Infecciones bacterianas: Las bacterias patógenas, como la


Escherichia coli, la salmonella, la shigella y la campylobacter, pueden
provocar EDS en personas de todas las edades.

3. Infecciones parasitarias: Algunos parásitos, como el Giardia lamblia


o Entamoeba histolytica, también pueden causar EDS.

4. Medicamentos: Algunos medicamentos, pueden causar EDS. Entre


ellos se encuentran los antibióticos, la colchicina, medicamentos
antivirales, entre otros.

5. Intoxicación alimentaria: El consumo de alimentos contaminados por


bacterias, virus o sustancias tóxicas también puede dar lugar a EDS.

6. enfermedades inflamatorias del intestino: También pueden dar lugar


a la diarrea, aunque usualmente viene acompañada de dolor
abdominal y fiebre.

En resumen, la etiología de la enfermedad diarreica severa puede ser


variada, pero las causas más comunes son las infecciones virales,
bacterianas y parasitarias, la intoxicación alimentaria, algunos
medicamentos, y las enfermedades inflamatorias del intestino. La
prevención y el tratamiento adecuado de la EDS dependen del
conocimiento de estas etiologías y la identificación temprana de los
síntomas.

TIPOS
La enfermedad diarreica severa (EDS) es una afección que se
caracteriza por la presencia de diarrea intensa y abundante, que
puede tener diferentes causas y se pueden clasificar según diferentes
criterios.

En función de la duración de los síntomas, se pueden distinguir tres


tipos de EDS:

1. EDS aguda: Diarrea que dura menos de 14 días.

2. EDS persistente: Diarrea que dura entre 14 y 30 días.

3. EDS crónica: Diarrea que dura más de 30 días.

En función de la causa que las desencadena, las EDS se pueden


clasificar en los siguientes tipos:

1. Infecciosas: Son las más frecuentes y pueden ser causadas por


diferentes tipos de virus, bacterias o parásitos.

2. No infecciosas: La enfermedad diarreica puede estar causada por


ciertos alimentos que contienen sustancias irritantes, por ciertos
medicamentos, enfermedades inflamatorias del intestino o por
enfermedades autoinmunitarias.

3. Diarrea del viajero: Es un tipo de EDS que se produce por la


exposición a alimentos y agua contaminados en lugares con
condiciones higiénicas deficientes.
Por último, en función de las manifestaciones clínicas, se pueden
distinguir los siguientes tipos de EDS:

1. Diarrea acuosa: Es el tipo más común de EDS, se caracteriza por la


presencia de heces líquidas y abundantes, sin presencia de sangre.

2. Diarrea inflamatoria: Es un tipo de diarrea que se produce cuando la


mucosa intestinal se inflama, y puede aparecer en enfermedades
inflamatorias del intestino, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de
Crohn.

3. Diarrea con presencia de sangre: Este tipo de diarrea suele estar


causada por infecciones bacterianas, como la shigella o la Escherichia
coli enterohemorrágica.

En resumen, la enfermedad diarreica severa puede clasificarse según


distintos criterios, entre ellos la duración, la causa que la desencadena
y las manifestaciones clínicas. Conocer los diferentes tipos de EDS es
fundamental para establecer un diagnóstico preciso y un tratamiento
adecuado.

MANIFESTACIONES CLINICAS
La Enfermedad Diarreica Severa (EDS) es una afección que se
caracteriza por diarrea intensa y abundante, que puede tener
diferentes causas y manifestaciones clínicas. Las manifestaciones
clínicas de la EDS pueden variar según la gravedad y duración de los
síntomas, la edad del paciente y la causa subyacente, pero las más
comunes incluyen:

Diarrea intensa: La diarrea es el síntoma principal de la EDS y puede


presentarse como heces líquidas y abundantes, con presencia o no de
sangre, moco o pus. La diarrea es considerada como intensa cuando
se presenta por lo menos tres veces al día y se prolonga por más de
48 horas.

Dolor abdominal: El dolor abdominal es común en las EDS y puede ser


descrito como cólicos, retortijones o dolor difuso en el abdomen. El
dolor abdominal puede estar presente en ausencia de diarrea y puede
ser un signo de inflamación o irritación de los intestinos.

Náuseas y vómitos: Las náuseas y vómitos suelen presentarse en la


mayoría de los casos de EDS. Las náuseas son una sensación de
malestar en la parte superior de la barriga, mientras que los vómitos
son la expulsión de contenido gástrico a través de la boca. Las
náuseas y vómitos pueden ser una respuesta del cuerpo a la
presencia de una sustancia tóxica o a una infección.

Deshidratación: La diarrea intensa puede provocar deshidratación, lo


que puede manifestarse como sed intensa, sequedad en la boca,
debilidad, mareo, disminución en la producción de orina y disminución
del turgor de la piel. La deshidratación puede ser grave y poner en
riesgo la vida del paciente.

Fiebre: En algunos casos de EDS, puede haber fiebre, especialmente


cuando la causa es una infección. La fiebre puede ser un indicador de
la gravedad de la EDS y puede ser indicativa de una infección
bacteriana.

Pérdida de apetito: La pérdida de apetito es común en casos de EDS y


puede deberse a la inflamación de los intestinos o al malestar general.
La pérdida de apetito también puede agravar el proceso de
recuperación del paciente.
Además de estas manifestaciones clínicas, la EDS puede estar
asociada con otros síntomas, tales como dolor de cabeza, debilidad
general, dolor muscular, escalofríos, inquietud, aumento de la
frecuencia cardíaca y enrojecimiento de la piel. En algunos casos, la
EDS puede ser asintomática, lo que significa que el paciente no
presenta síntomas aparentes de la enfermedad.

Es importante destacar que, la EDS puede ser causada por diferentes


tipos de virus, bacterias o parásitos, y que las manifestaciones clínicas
pueden variar según el patógeno involucrado o la causa subyacente.
Por ejemplo, en el caso de la infección por el rotavirus, los pacientes
pueden presentar fiebre, diarrea y vómitos, mientras que en el caso de
la infección por la salmonella, la diarrea y el dolor abdominal son los
síntomas más comunes.

En resumen, las manifestaciones clínicas de la EDS están


relacionadas con la diarrea intensa y pueden incluir dolor abdominal,
náuseas y vómitos, deshidratación, fiebre y pérdida de apetito. Es
importante buscar atención médica si se experimentan estos síntomas,
especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con
enfermedades crónicas, ya que la deshidratación y complicaciones
graves pueden ocurrir. El diagnóstico adecuado y el tratamiento
oportuno son fundamentales para garantizar una recuperación rápida y
evitar complicaciones.

DIAGNOSTICO
El diagnóstico de las Enfermedades Diarreicas Severas (EDS)
implican una evaluación clínica detallada, análisis de laboratorio y, en
algunos casos, pruebas de imagen. El diagnóstico preciso es
fundamental para establecer un tratamiento adecuado y prevenir
complicaciones graves. A continuación se describen los principales
métodos de diagnóstico de las EDS:
1. Historia clínica: La historia clínica del paciente es importante para el
diagnóstico de la EDS. El médico recopilará información sobre los
síntomas actuales, la duración de la diarrea, la frecuencia de las
deposiciones, los antecedentes de viajes recientes, la ingesta de
alimentos y la exposición a bacterias o virus en el ambiente laboral o
en el hogar.

2. Examen físico: El examen físico del paciente puede ayudar a


identificar signos importantes de EDS, como la presencia de dolor
abdominal, fiebre, signos de deshidratación o erupciones cutáneas.

3. Análisis de laboratorio: Los análisis de laboratorio son esenciales


para el diagnóstico preciso de las EDS. El análisis de heces puede
identificar la presencia de bacterias, virus o parásitos que causan la
diarrea. Además, los análisis de sangre y orina pueden ser útiles para
detectar trastornos metabólicos y niveles anormales de electrólitos.

4. Pruebas de imagen: En algunos casos, se puede requerir pruebas


de imagen para el diagnóstico de EDS. La tomografía computarizada
(TC) y la radiografía pueden identificar anomalías intestinales,
mientras que la ecografía puede ser útil para detectar la presencia de
líquido libre en la cavidad abdominal.

5. Cultivo de heces: El cultivo de heces puede ayudar a identificar la


presencia de bacterias en las heces, incluyendo Salmonella,
Escherichia coli o Shigella.

6. Serología: Los análisis serológicos pueden ser útiles para confirmar


la presencia de anticuerpos o antígenos en la sangre de pacientes con
sospecha de una infección.
En general, el diagnóstico de las EDS se basa en una combinación de
métodos, incluyendo la historia clínica, examen físico, análisis de
laboratorio y pruebas de imagen. La identificación del agente
infeccioso causante de la diarrea y el tratamiento específico puede
requerir pruebas adicionales y selección de antibióticos según
sensibilidad. Todos estos aspectos son importantes para la
formulación de un tratamiento eficaz y para prevenir complicaciones
graves en el paciente.

TRATAMIENTO
Los tratamientos para las Enfermedades Diarreicas Severas (EDS)
pueden variar según la causa subyacente y la gravedad de la afección.
En algunos casos, el tratamiento puede ser sintomático y orientado a
aliviar los síntomas, mientras que en otros casos puede requerir
intervenciones quirúrgicas y tratamientos farmacológicos específicos.
A continuación, se describen algunos tratamientos farmacológicos y
quirúrgicos para las EDS:

1. Tratamiento sintomático: El tratamiento sintomático se enfoca en


aliviar las manifestaciones de la EDS, incluyendo la diarrea, el dolor
abdominal, las náuseas y los vómitos. Los antidiarreicos como la
loperamida y la difenoxilato pueden ser útiles para controlar la diarrea.
Los analgésicos como el acetaminofén y los antiinflamatorios no
esteroideos pueden ser útiles para aliviar el dolor abdominal. Los
antieméticos como la metoclopramida y el ondansetrón pueden ser
útiles para controlar las náuseas y los vómitos.

2. Tratamiento con antibióticos: En los casos de EDS causados por


bacterias, el tratamiento con antibióticos puede ser necesario. El tipo y
la duración del tratamiento dependen de la causa subyacente y de la
gravedad de la afección. En algunos casos, se puede requerir la
hospitalización del paciente para administrar los antibióticos de
manera intravenosa.
3. Tratamiento con antiparasitarios: Las EDS causadas por parásitos
como la giardia o la ameba, pueden ser tratadas con antiparasitarios
específicos. El metronidazol y el tinidazol son los medicamentos más
comunes usados para tratar estas infecciones.

4. Reposición de líquidos y electrolitos: La deshidratación es una


complicación común en las EDS, y se puede tratar con la
administración de líquidos y electrolitos a través de la vía oral o
intravenosa.

5. Intervenciones quirúrgicas: En algunos casos de EDS, se puede


requerir una intervención quirúrgica para tratar la causa subyacente.
Por ejemplo, en casos de obstrucción intestinal o perforación intestinal,
la intervención quirúrgica puede ser necesaria para eliminar la
obstrucción o reparar la perforación.

En resumen, los tratamientos para las EDS pueden variar según la


causa subyacente y la gravedad de la afección. El tratamiento
sintomático es comúnmente utilizado para la remisión de los síntomas
de la diarrea intensa, dolor abdominal y náuseas/vómitos. Además, el
tratamiento farmacológico con antibióticos específicos y con
antiparasitarios pueden ser requeridos en situaciones dadas. En casos
graves, se puede necesitar internación hospitalaria y tratamiento
intravenoso mediante rehidratación y reposición de electrolitos. En
situaciones muy graves puede ser indicada una intervención quirúrgica
para tratar la complicación que produjo la EDS.

La Enfermedad Diarreica Severa (EDS) es una afección que puede


tratarse de diferentes maneras, según la causa subyacente y la
gravedad de la enfermedad. Los tratamientos médicos empleados
para tratar la EDS incluyen terapias antiinflamatorias, antibióticos,
antivirales, antifúngicos, antiparasitarios, terapias de reposición de
líquidos y electrolitos y terapias nutricionales. A continuación,
describimos los tratamientos médicos más comunes empleados para
tratar la EDS:

1. Terapia antiinflamatoria: La terapia antiinflamatoria puede ayudar a


reducir la inflamación y el dolor abdominal asociados con la EDS. Los
antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno y el naproxeno
pueden ser útiles para reducir los síntomas en algunos pacientes.

2. Antibióticos: Los antibióticos se utilizan comúnmente para tratar las


EDS causadas por bacterias como la salmonella, la shigella y la
campilobacter. El tipo de antibiótico y la duración del tratamiento
dependerán de la causa subyacente y la gravedad de la afección.

3. Antivirales: Las EDS causadas por virus como el rotavirus y el


norovirus pueden tratarse mediante la administración de antivirales
específicos. El tipo de antiviral y la duración del tratamiento
dependerán de la causa subyacente y la gravedad de la afección.

4. Antifúngicos: Las infecciones por hongos como la candidiasis


pueden tratarse con antifúngicos como la fluconazol. El tipo de
antifúngico y la duración del tratamiento dependerán de la causa
subyacente y la gravedad de la afección.

5. Antiparasitarios: Las infecciones parasitarias como la giardiasis y la


amebiasis pueden tratarse con antiparasitarios como metronidazol y
tinidazol. El tipo de antiparasitario y la duración del tratamiento
dependerán de la causa subyacente y la gravedad de la afección.

6. Terapias de reposición de líquidos y electrolitos: La deshidratación


es común en los casos de EDS, por lo que es importante la reposición
de líquidos y electrolitos perdidos. Las soluciones de rehidratación oral
o intravenosa pueden ser administradas, dependiendo de la gravedad
del caso.

7. Terapia nutricional: La dieta puede ser modificada para aliviar los


síntomas y tratar la EDS. La eliminación de alimentos que puedan
irritar el tracto intestinal y la inclusión de alimentos ricos en nutrientes
pueden ayudar a la recuperación.

En resumen, los tratamientos médicos empleados para tratar la EDS


incluyen terapias antiinflamatorias, antibióticos, antivirales,
antifúngicos, antiparasitarios, terapias de reposición de líquidos y
electrolitos y terapias nutricionales. El tipo de tratamiento y su duración
dependerán de la causa subyacente y la gravedad de la afección. Es
importante buscar atención médica si se experimentan síntomas de
una EDS para recibir el tratamiento adecuado y prevenir
complicaciones graves.

Existe Diferencia entre cólera y ADS ?


: Sí, existe una diferencia entre el cólera y la enfermedad diarreica
aguda (ADS). La ADS es un término general que se utiliza para
describir cualquier forma de diarrea aguda, mientras que el cólera es
una enfermedad específica causada por una bacteria llamada Vibrio
cholerae.

El cólera se caracteriza por diarrea acuosa y profusa, lo que provoca


una rápida deshidratación del paciente. También puede causar fiebre,
náuseas, vómitos y calambres abdominales. El cólera puede ser grave
y potencialmente mortal si no se trata de manera adecuada, y puede
propagarse rápidamente en las comunidades donde las condiciones
de higiene son deficientes.
Por otro lado, la ADS se refiere a cualquier tipo de diarrea aguda, que
puede ser causada por una variedad de factores, incluyendo
infecciones bacterianas, virales o parasitarias, intolerancias
alimentarias, reacciones a medicamentos o toxinas alimentarias. Los
síntomas de la ADS pueden variar dependiendo de la causa
subyacente, pero en general incluyen diarrea acuosa o con sangre,
dolor abdominal, náuseas y, en ocasiones, fiebre. La ADS también
puede llevar a la deshidratación y a la mal nutrición.

En resumen, el cólera es una enfermedad específica causada por la


bacteria Vibrio cholerae, mientras que la ADS es un término general
para describir cualquier forma de diarrea aguda. Ambas pueden
provocar deshidratación y desnutrición si no se tratan adecuadamente.
Es importante obtener un diagnóstico preciso y tratamiento adecuado
para cualquier tipo de diarrea aguda para prevenir complicaciones
graves.

¿La ADS PUEDE CAUSAR CONVULSIONES?


Sí, la enfermedad diarreica aguda (ADS) puede causar convulsiones,
especialmente en casos graves donde hay una pérdida significativa de
líquidos y electrolitos. La deshidratación se produce cuando el cuerpo
pierde líquidos vitales y electrolitos, y puede provocar una disminución
en el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede llevar a convulsiones,
entre otros síntomas.

Las convulsiones pueden ser un signo de deshidratación grave y


pueden ocurrir junto a otros síntomas como debilidad muscular, mareo,
confusión y desorientación. Si no se trata, la deshidratación grave
puede provocar shock y daño cerebral irreversible.

Es importante tratar la ADS y prevenir la deshidratación para evitar


complicaciones graves como convulsiones. La reposición de líquidos y
electrolitos es fundamental para el tratamiento de la ADS y la
prevención de la deshidratación. Si se presentan síntomas de
deshidratación o convulsiones en la ADS, se debe buscar atención
médica inmediatamente para recibir tratamiento adecuado.

La ADS puede llegar a requerir intervención quirúrgica?


La mayoría de los casos de enfermedad diarreica aguda (ADS)
pueden ser tratados sin necesidad de intervención quirúrgica. Por lo
general, los síntomas leves a moderados de la ADS pueden tratarse
con medidas de apoyo, como la reposición de líquidos y electrolitos, el
uso de terapias para aliviar los síntomas, una dieta adecuada y
descanso.

Sin embargo, en casos raros, la ADS puede conducir a complicaciones


graves que requieren intervención quirúrgica. Esto puede ser
especialmente cierto en casos de ADS causada por infecciones
parasitarias o bacterianas que pueden provocar obstrucción intestinal,
perforación o daño en el revestimiento intestinal. En estos casos, la
intervención quirúrgica puede ser necesaria para eliminar el tejido o
reparar el intestino afectado.

Además, en casos muy graves de deshidratación o shock, se puede


requerir una intervención quirúrgica para reestablecer los niveles de
líquidos y electrolitos en el cuerpo.

En resumen, aunque la mayoría de los casos de ADS no requieren


intervención quirúrgica, en casos raros, la ADS puede conducir a
complicaciones graves que pueden requerir cirugía. Si se presentan
síntomas graves de ADS, como dolor abdominal intenso, sangrado
rectal, fiebre alta, deshidratación grave o signos de shock, se debe
buscar atención médica inmediatamente para recibir un diagnóstico
preciso y tratamiento adecuado.

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