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DE LA ESCUELA
PÚBLICA
Colección Bicentenario
Bucaramanga, 2011
MEMORIAS
DE LA ESCUELA
PÚBLICA
Colaboradores
Andrés Mauricio Escobar Herrera
Jhon Henry Orozco Tabares
Colección Bicentenario
Bucaramanga, 2011
© Universidad Industrial de Santander
Impresión:
División de Publicaciones UIS
ISBN: 978-958-8504-62-9
Impreso en Colombia
Este trabajo forma parte del proyecto de investigación
Escuela pública y saber pedagógico en Colombia. Finales
del siglo XVIII y principios del XIX (código DCE –
004 – 07), el cual fue financiado por el Centro de
Investigaciones –CIUP de la Universidad Pedagógica
Nacional, y se inscribe en las elaboraciones del
Programa General de Investigaciones del Grupo
Historia de las Prácticas Pedagógicas en Colombia.
Abreviaturas
- Archivo General de la Nación: AGN.
- Agradecimientos. 13
- Presentación. 15
1. Ya no estás en la casa. 61
- Expediente de la escuela de Cristo de
Popayán (1781).
- Educación de menores en Popayán
(1793).
2. Modos de proceder. 77
- Plan de la escuela de Lenguazaque
(1785).
- Expediente sobre la escuela para la
enseñanza de los pardos en Caracas
(1805).
Colección Bicentenario 9
3. Trazos de método uniforme para la escuela
de cartilla. 91
- Método provisional e interino de los
estudios de los colegios de Santa Fe
(1774).
- Plan de Universidad y Estudios Generales
en la ciudad de Santa Fe. (1787).
- Plan para las escuelas de Maracaibo
(1798).
10 Colección Bicentenario
- Ordenanzas de la escuela fundada por
Pedro de Ugarte en Santa Fe (1801).
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Agradecimientos
Hace más de 15 años que me fue propuesta la
publicación de estos planes, su circunstancia nunca
se realizó. Fue necesario el paso del tiempo, la
conservación de la pasión y el impulso producido por la
solidaridad intelectual para que aquella idea encontrase
una forma de materialización. Por ello agradezco
muy especialmente a Armando Martínez su generosa
amplitud, su inteligencia para comprender el valor
de estos documentos, su capacidad para derrumbar
los obstáculos de la burocracia y su actitud vital que
vinculó este trabajo histórico con la celebración del
Bicentenario. Mi gratitud a la Universidad Industrial de
Santander, quienes asumieron el trabajo de la presente
edición. Agradezco a Andrés Mauricio Escobar Herrera
todos los cuidados documentales, la lectura paciente, la
pasión por la minucia que hizo posible esta edición final,
a Jhon Henry Orozco el diálogo permanente y su apoyo,
a Juan Manuel Martínez Restrepo y Lucía Salomone
Suárez sus afectos evidentes en la experticia del diseño
de la carátula y la búsqueda y trabajo gráfico. Quisiera
recordar también a las personas que participaron en
las primeras búsquedas documentales, Jorge O. Castro,
Carlos E. Noguera, y el apoyo decidido del Centro de
Investigaciones de la Universidad Pedagógica (CIUP).
Colección Bicentenario 13
Confieso desde luego que este trabajo tiene la huella de
Olga Lucía Zuluaga Garcés, quien asistió a la alborada
del Archivo Pedagógico de la Colonia, su empeño tenaz,
su constitución, su lectura profunda.
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Presentación
Don José María Lozano de Peralta, heredero
del mayorazgo de El Novillero que se convertiría en el
segundo marqués de San Jorge del valle de Bogotá, se
formó en España como militar hasta alcanzar el grado de
teniente coronel y ser admitido en la Orden de Alcántara.
De regreso en Santa Fe, representó en el año de 1800 al
rey Carlos IV que, aunque el Nuevo Reino de Granada
era el más precioso de la América, la mayor parte de su
población era gente diseminada por los montes, díscola e
indisciplinada, exceptuando a los vecindarios de Santa Fe
y Cartagena. Para remediar la condición de esa población
tan rústica y montaraz era preciso congregarla en
poblados, ponerla bajo la administración de párrocos para
su instrucción religiosa y educarla, para que así pudiera
humanizarse y aumentar los ingresos del real erario.
Efectivamente el rey prestó oído a esta demanda y expidió
en su corte de Aranjuez una real cédula, el 24 de abril
de 1801, que ordenaba a todas las justicias averiguar en
sus jurisdicciones el estado real en que se encontraban sus
vasallos neogranadinos.
Colección Bicentenario 15
curas dijeron que sus feligreses tenían costumbres piadosas
y manifestaban un fiel vasallaje a su rey, mientras que los
alcaldes mencionaron su dedicación a la agricultura, a la
minería y a las artesanías. Pero pocos pudieron probar
la existencia de escuelas de primeras letras, índice de la
humanización pedida por el futuro marqués de San Jorge.
Quizás esta inquietud fue la que animó a su hermano, don
Jorge Tadeo Lozano de Peralta, a publicar este año con
la colaboración de un primo las 46 entregas del Correo
curioso, erudito, económico y mercantil de la ciudad de
Santafé de Bogotá. Desde el prospecto de este periódico
patriótico se deslizó una idea cara a sus editores: el
engrandecimiento del estado dependía de la ilustración
de sus hombres. Y esta ilustración, además contar con
sociedades económicas de amigos del país y periódicos,
requería de escuelas públicas.
16 Colección Bicentenario
Imágen 1
Estudio introductorio
Colección Bicentenario 17
El plan y la individualización
de la forma escuela
Alberto Martínez Boom1
Colección Bicentenario 19
de asombro estético frente a la finura de los detalles,
la minucia de las descripciones, la sencillez de las
afirmaciones que dotan de valor a los planes editados
en esta obra compilatoria: los objetos que trabaja la
investigación no son idénticos a sí mismos, devienen
como materialidad y sus formas son accidentales.
Semejante ruptura epistemológica anuda otras miradas
sobre lo que creemos saber de la escuela, del maestro,
del niño y de las propias disciplinas.
20 Colección Bicentenario
haciendo una advertencia ineludible: la escuela pública
no surgió con la República; de hecho, el advenimiento de
los regímenes republicanos en muchas circunstancias y
lugares ni siquiera reformuló los rasgos primarios de
esta institución. Los elementos de esta nueva forma,
por entonces todavía en formación, sobrevivieron sin
muchos sobresaltos la mudanza de un sistema al otro,
transito que dicho sea de paso, se originó en principio
no por la denodada reivindicación de los valores
republicanos, sino en gran parte por la búsqueda de un
nuevo estatuto jurídico que permitiera a los americanos
una mayor participación en la administración estatal,
y una reforma administrativa que desembarazara sus
empresas económicas y comerciales /3.
Colección Bicentenario 21
Establecer distancias entre escuela e
Independencia significa que podemos interrogar
los nexos que parecen conectar de manera directa
acciones con pensamientos, si bien podemos encontrar
documentos que hablan de la escuela de la patria o del
catecismo político de varias escuelas, su articulación no
constituye ni una prueba ni una deducción, se trata por
el contrario de articulaciones diferentes, de prácticas no
homologables, pues sus regímenes no tienen continuidad,
mucho menos están dotados de necesidad. La escuela
se empezó a configurar en virtud del entrecruzamiento
de otros acontecimientos históricos que actuaron
como líneas de fuerza. Podemos destacar la razón de
Estado que convirtió a objetos determinados en objetos
públicos (por ejemplo la educación), susceptibles de
un papel estratégico a través de la noción de utilidad
pública, la reconceptualización de la pobreza a la luz
de esa lógica, el desarrollo de prácticas de policía
como estrategia para gobernar a la población pobre, y
la delimitación de la figura del niño y de su análisis
genérico como infancia. Posibilitado el cruce de todas
estas fuerzas por el accidente de la expatriación de la
Compañía de Jesús, se fue despejando un agenciamiento
en donde claramente se reconoce al Estado (el Príncipe)
reclamando para sí la educación como objeto público.
22 Colección Bicentenario
ejemplo, que la escuela surgió para los pobres, y además
como una estrategia del gobierno de la población que
pretendía no dejarle ni oscuridad ni respiro a la práctica
de la enseñanza.
Colección Bicentenario 23
régimen de prácticas disciplinarias, aunque ocurrieron
al margen del saber pedagógico, crearon las condiciones
de posibilidad para que la enseñanza se despojara de
unas características generales y etéreas, y adquiriera
las precisiones que llevaron a la institucionalización
de la práctica de la enseñanza y, eventualmente, a la
configuración del saber pedagógico.
24 Colección Bicentenario
de diversos tratados y memorias se fue asentando la
imagen de que la ignorancia y la pereza eran las causas
del atraso, nominándose a la enseñanza como uno de
los mecanismos para revertir aquel estancamiento.
Contrario a lo afirmado en muchos estudios, la educación
empezó a formar parte de los intereses del Estado, a
señalarse como un asunto del que pendía en gran parte
la utilidad pública, principalmente porque permitía la
gobernabilidad de aquella regularidad (migraciones,
epidemias, hambrunas, etc.) que conocemos hoy como
población. La educación dejó de ser un secreto, pues
gradualmente se comenzó a hablar de ella por todos los
lados; en otros términos, salió de los claustros privados.
Bástenos reconocer los estatutos de los hablantes que
conformaban, proponían y sancionaban al plan de
escuela, para evidenciar que este dejó de ser un asunto
de los particulares y se fue perfilando como uno de
los ramos del gobierno de la población. Compuestos
por diversos dignatarios eclesiásticos y civiles /8, los
planes debían ser acreditados por un Autos y Vistos del
Fiscal de la Audiencia en Santa Fe, y remitidos para su
aprobación a los respectivos cabildos, incluso, algunos
planes fueron despachados al Consejo Superior de
Indias en España.
Colección Bicentenario 25
todas las felicidades de una República y de los hombres”
/10. Así, se empezó a aceptar y a gestionar el principio
que expresaba que para gobernar era necesario someter
a escuela a la población, lo cual pone en entre dicho
la máxima –a nuestro modo de ver propia de una
izquierda torpe– según la cual siempre se gobierna en
la ignorancia.
26 Colección Bicentenario
de máximas morales y formas de vida en civilidad,
enseñanzas de oficios útiles y prácticas de policía. Un
saber en el que primaba un acento político y moral que
nos permite desmentir, o por lo menos cuestionar, una de
esas naturalidades que tradicionalmente han imperado
en los estudios históricos sobre la educación: que la
escuela fue siempre un lugar para enseñar” /11. En este
sentido, la pregunta que nos asalta es cómo apareció
la transformación de esta escuela como especificidad
apropósito de una práctica. En otras palabras, cómo se
relacionaron, perfilaron y transformaron los objetos que
la componen. A la luz del estudio de la documentación,
hemos podido comprobar que el espacio o superficie
de emergencia en donde por primera vez se anudaron
unas precisiones fundamentales sobre la escuela y la
enseñanza fue el plan. En él se recortó, individualizó,
reguló y delimitó una práctica: la práctica pedagógica.
Colección Bicentenario 27
multiplicación de esta institución que desde entonces
no ha dejado de crecer /13.
28 Colección Bicentenario
rejillas de especificidad como los horarios, los espacios
y las prevenciones metódicas, los planes limitaron un
lugar y un tiempo determinados para la enseñanza de
las primeras letras. Probablemente los contenidos se
mantenían y se trataba de la misma educación moral,
religiosa y política impartida en otros contextos. En
ese momento se objetivó la escuela pública, pues ya
no se trataba de cualquier espacio. El plan cumplió así
la función de naturalizar, de hacer visible esta nueva
institución, en algunos casos, como se recomendaba
en el “Plan de una escuela patriótica” publicado en
el Semanario del Nuevo Reino de Granada en 1808,
recurriendo si era preciso a estandartes vistosos que
indicaran al público en donde estaba emplazada /15.
Nació, pues, la escuela como un espacio diferenciado de
otras esferas sociales (el hogar, el hospital, el taller, la
iglesia, etc.), lugar en el que la sentencia ¡Ya no estás
en la casa! /16 demarcó un nuevo régimen de tiempos,
lugares y comportamientos.
Colección Bicentenario 29
con precisión un personaje que debía dirigir, vigilar y
controlar el desarrollo de las actividades: el maestro
de escuela, un conductor de ese espacio-tiempo escolar
a quien desde el plan se le fijaron y delimitaron las
características de su oficio, diferenciándolo de otros
individuos dedicados a la enseñanza. Así mismo, emerge
un sujeto que ingresa a la escuela pero con carácter
de alumno, perfil que con distintas denominaciones
(discípulo, escolar, aprendiz, empollón, cadete, etc.),
contribuyó a la diferenciación de la figura del niño y a
la configuración de formas específicas de subjetividad y
nuevas maneras de comportamiento.
Archivo Vivo
Este libro es un segmento delimitado del
Archivo Pedagógico de la Colonia, cuya búsqueda
se inició en 1978 y que implicó un recorrido por los
Archivos de Colombia, en Bogotá (Biblioteca Nacional
- Sala de libros Raros y Curiosos, Archivo General de la
Nación, Biblioteca de la Academia de Historia, Archivo
del Colegio de la Enseñanza, Archivo Colegio Mayor
del Rosario); Popayán (Archivo Central del Cauca y
Archivo Eclesiástico); Medellín (Archivo Histórico
de Antioquia); Tunja (Archivo Histórico); Mompox
(Archivo Notarial). Archivos de España, en Sevilla
(Archivo General de Indias); Madrid (Biblioteca del
Palacio Real, Archivo Histórico Nacional de España,
Real Academia de la Historia, Biblioteca del Monasterio
del Escorial, Biblioteca Nacional de España, Archivo
Histórico de Madrid, Biblioteca del Museo Pedagógico
José de Calazans); Simancas (Archivo de Simancas) y
Archivos de Venezuela en Caracas (Archivo General).
Algunos planes incluidos en esta edición fueron
publicados hace más de 30 años por Guillermo
Hernández de Alba en esa empresa monumental que
constituyó los “Documentos para la historia de la
30 Colección Bicentenario
educación en Colombia”, sin embargo, la mayoría de los
que aquí aparecen son de urdimbre inédita.
Colección Bicentenario 31
fragmentariedad implican, pues, una región privilegiada,
sus prescripciones despliegan posibilidades partiendo
de discursos que justamente acaban de dejar de ser los
nuestros.
32 Colección Bicentenario
más importante a pesar de la relativa precariedad de
sus principios. Entre 1774 y 1821 se presentaron 30
planes, contando entre ellos algunos expedientes que
por sus características merecen –a nuestro juicio–
esta denominación. Ese número es significativamente
importante si tomamos en cuenta que recién se estaba
registrando la aparición de un hecho inédito.
Colección Bicentenario 33
para cada actividad se tiene establecido un horario: un
momento para iniciar labores, para rezar, para recreos,
para realizar ejercicios espirituales, y así sucesivamente,
hasta bosquejar los segmentos de lo que ya podríamos
denominar como jornada escolar, incluso, señalándose
en algunos casos los periodos de estudio y asueto a lo
largo del año, estableciéndose los primeros calendarios
escolares. Con la delimitación de ese nuevo espacio-
tiempo y la distribución en él de las actividades a
realizar, se comienza a reglar, a normalizar esa nueva
institución y las prácticas que en ella se llevan a cabo, y
de esta manera aparecen los reglamentos. En algunos
casos la mirada se dirige hacia el sujeto encargado de
la instrucción o a definir los procedimientos que debían
orientar esa práctica de enseñanza. Paulatinamente se
irá elaborando y estructurando un conjunto de pautas
para el disciplinamiento y la formación moral de los
individuos, un conjunto de elementos que permiten
avizorar una primera estructuración de la noción de
método.
34 Colección Bicentenario
1. Ya no estás en la casa
Podemos llamar la atención aquí sobre la
aparición de un tiempo y un espacio específico, cuya
configuración es una novedad. Mientras el artesano
convivía con el aprendiz, y la enseñanza operaba como
imitación, la escuela actuó de modo diferente, separó
la vida del trabajo y de la propia enseñanza desde un
dispositivo propio: la escolarización. La escuela empezó
así a modular su propio tiempo, convirtiéndose en un
sitio de saber y poder diferenciado de otros lugares
sociales: el hogar, el trabajo, la iglesia, la calle, etc. En
ella se dice ya no estás en la casa, o como sentenció el
Arzobispo-Virrey Caballero y Góngora, se consideraba
“…a los niños separados del seno y de la disciplina
de sus Padres, y colocados en el Seminario”23. Esta
parcelación de tiempos y espacios muestra ese rostro
que la constituyó como una de las instituciones
fundantes de la sociedad disciplinaria. Así, los primeros
intentos de normalización de la enseñanza dieron
lugar a la definición de ciertas estrategias para que la
escuela cumpliera con su cometido. La “adecuación”
del cuerpo y del espíritu de los niños para el trabajo
y la vida en sociedad, se fue apoyando en ejercicios
mecánicos, repeticiones y parcelaciones que entrenaban
a los menores en la administración de los tiempos y los
espacios, dotando, además, a la institución escolar de un
una singularidad que la diferenció de otros escenarios
de la enseñanza y, principalmente, de la vida privada.
Colección Bicentenario 35
recomendaciones por las que se fue objetivando este
nuevo lugar. Así, la escuela fue saliendo de aquella
bruma espesa de las menciones erráticas y difusas,
para emerger –lentamente por cierto– como una figura
tangible y real.
2. Modos de proceder
Diferenciado el espacio y el tiempo de la escuela,
los primeros rudimentos de formalización, regulación
y especificación práctica de aquel lugar dieron inicio
a un largo y azaroso proceso de constitución de un
orden disciplinar. Algunas de las primeras nociones de
ese periplo las podemos encontrar en los planes de
Lenguazaque y de la Escuela de pardos en Caracas,
y su nominación, quizá todavía difusa, expresa con
rusticidad y poca pretensión simples formas de
proceder en el establecimiento, el gobierno y la estadía
en esta nueva institución, las cuales sin embargo
empiezan a apuntalar unas primeras prácticas que
en lo sucesivo se considerarán propias o particulares
de la escuela de primeras letras. Se trata de un orden
meramente enunciativo y no conceptual ni sistemático,
corto todavía en cartografía racional, pero rico en
acotaciones y denominaciones fundantes del lenguaje
sobre la escuela.
36 Colección Bicentenario
reclamaban el privilegio –sustentado en las prebendas
papales– para expedir los títulos y regentar los estudios
generales. Este monopolio empezó a quebrarse con
motivo de la expulsión de la Compañía de Jesús.
Tal como aparece en una de las Reales Órdenes que
legalizaron dicha expatriación, por el desorden de los
estudios a los jesuitas se les imputó el mantener “en
si como estancada la instrucción”. Combatiendo el
privilegio que en todos los ordenes del cuerpo social
habían disfrutado los regulares de la Compañía, el
Fiscal de la Real Audiencia, Francisco Antonio Moreno
y Escandón, presentó en 1774 el “Método provisional
e interino de los estudios” para los colegios de Santa
Fe. El plan de Moreno y Escandón –como se vino a
conocer dicha propuesta– fue el centro de las disputas
por los estudios generales de finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX, y constituye uno de los primeros
momentos de entronque entre ese tipo de instrucción
y la enseñanza de los primeros rudimentos en lectura
y escritura.
Colección Bicentenario 37
Con características similares, varios años
después, y por inspiración en el sabio Mutis, fue
formulado por el Arzobispo Virrey Caballero y Góngora
un nuevo plan para fundar universidad pública. En dicha
propuesta abundan los preceptos para la enseñanza,
dando continuación y extensión a aquello que en el plan
de Moreno era sólo la forma de un ideal, sugiriendo la
presencia más o menos definida de un saber pedagógico.
Este plan no sólo asumió la cátedra de primeras letras
como un elemento constitutivo del cuerpo de estudios,
sino que claramente intenta constituirse como patrón
de la enseñanza /25
38 Colección Bicentenario
la instrucción de la población– se convirtieron en las
principales manifestaciones de la nueva connotación de
la educación como un bien público, y condición esencial
para la erección de escuela.
Colección Bicentenario 39
cual el Estado cumplió una función múltiple: coactiva y
reactiva.
40 Colección Bicentenario
siguió funcionando tras la expulsión, aunque con la
expresa disposición de dotarla de un maestro secular
al que se le debían “pagar por el trabajo doscientos
patacones, que en cada año [había] de percibir de las
temporalidades de [esa] ciudad” /26. Después de 1770,
con la restructuración del aparato burocrático tras la
sanción de las Ordenanzas de Intendentes, la fundación
de escuelas de primeras letras, y particularmente el pago
de los maestros, quedó en teoría regulado por las leyes
municipales, la cuales, emulando las experiencias del
virreinato de Nueva España /27 estipulaban que al menos
“en los lugares cabeza de provincia se establecieran
escuelas públicas, asignando para dotaciones [las
rentas] de propios y arbitrios de los pueblos” /28.
Colección Bicentenario 41
Mompox, del cultivo de un “requio de hortaliza” en el
patio de la escuela y aún con la ayuda de los alumnos
mismos /30. Cuando en los pueblos, villas o lugares
carecían por completo de expensas de propios o algún
otro fondo, el maestro de escuela debía subvencionarse
“por cualesquier precosto según la comodidad” de sus
alumnos. Al igual que los preceptores y pensionistas,
podía fijar tarifarios en dinero o en especie para alcanzar
a reunir un “corto pre” /31 que le permitiera sobrevivir.
Ese era el caso del maestro Joseph Bosi, “chapetón
español” encargado de la escuela del pueblo de Monguí,
quien por la extrema pobreza del vecindario padecía “…
muchas escaseces [e] incomodidades, por no alcanzarle
lo que [sufragaba] para poder alimentarse aún en la
forzosa y precisa manutención” /32. En algunos casos
el salario del maestro se constituía de una renta que
podríamos denominar mixta, al asignársele un pago
anual con dineros públicos y permitírsele al mismo
tiempo fijar cuotas periódicas a los padres de algunos
de los menores. El maestro de Ubaté, quien recibía
estipendio de 150 pesos al año por educar a los niños
“naturales”, podía cobrar a “…los vecinos blancos
que estaban en la escuela juntamente con los yndios,
en cada semana un quartillo, o unos dos huevos como
única contribución para [su] sustento” /33. En iguales
circunstancias encontramos al maestro José Miguel
Álvarez del Pino de la escuela de Rionegro, quien ofreció
rebajar su salario por año a “ciento cinquenta patacones
30 s. a. [Expediente formado sobre una representación anónima que
se firma en Santa Cruz de Mompox, haciendo evidente que el maestro Agus-
tín Vidales es inútil e incapaz para la enseñanza, y de muy malas costumbres].
Mompox, Enero 23 de 1793. AGN: Sección Colonia. Fondo Milicias y Marina.
T. 128, Fol. 63v.
31 Pre: socorro diario que se da a los soldados. Panléxico, Dioccionario
Universal de la lengua Castellana. Por don Juan de Peñalver. Tomo II Madrid:
Imprenta de Don Ignacio Boix , 1843. p. 605.
32 NIETO, Santiago. Sobre el cumplimento del maestro de Monguí.
Monguí, 19 de abril de 1791. AGN: anexo Instrucción Pública, T. 3. fol. 195.
33 [Expediente promovido por Don Josef Boni, maestro de escuela del
pueblo de Ubaté, sobre que el padre cura de dicho pueblo le niega la iglesia para
que recen la doctrina los niños]. Ubaté, Septiembre 8 de 1792. AGN: Colonia,
Colegios, T. 5, Fol. 59.
42 Colección Bicentenario
de las rentas de propios”, comprometiéndose “…a no
llevar a ningún padre de los niños, aunque [fuera]
conocidamente rico, mas que seis reales por mes por
cada uno; a los de regular caudal a quatro reales, a los
pudientes a dos reales y a los no pudientes de balde” /34.
Explicitó toda esta cartografía para llamar la atención
sobre aquellos planes y expedientes que enfatizan su
contenido en la narrativa del estipendio y las rentas.
Colección Bicentenario 43
los contenidos y las formas de enseñanza. Si la escuela
de primeras letras es un fenómeno tardío, mas aún lo
es la educación femenina, que no sólo brillaba por su
ausencia en la instrucción de las primeras letras sino
incluso en la práctica evangelizadora, donde la mujer
estaba totalmente excluida, con excepción quizá de las
niñas españolas pobres –en algunos casos mestizas– a
las que se permitía el ingreso a monasterios (llamados
colegios) en los que les enseñaban las labores y los
oficios propios de su condición femenina. En los
planes contenidos en esta categoría (el expediente del
Colegio de la Enseñanza y el plan de la escuela creada
por Don Pedro de Ugarte) se evidencia una formación
encaminada a fomentar los preceptos morales propios de
la mujer cristiana y virtuosa (tales como la virginidad,
la honestidad y el respeto a los mayores), así como
en el rechazo de la vanidad y la ociosidad, al tiempo
que se les instruía en los principios básicos de la vida
civil y doméstica, “las labores de mano del gobierno
de una casa” como coser, cocinar, chocolate, lavadero
y limpieza.
44 Colección Bicentenario
en ellas [aprendieran] á leerle, escribirle, y hablarle”,
designando para ello “Maestros en quienes [concurrie-
ran] la christiandad, suficiencia, y buena conducta que
se requiere para tan útil, y delicado ministerio” /36. Los
burgomaestres tenían que reservar el salario para es-
tos preceptores, indicando el origen o la naturaleza de
los fondos, o proponiendo los medios o arbitrios para
conseguirlos, y disponer “que en los Conventos, en los
Monasterios, y en todos los negocios judiciales, extra-
judiciales, y domésticos” no se hablara lengua diferente
al castellano, comprometiendo en ello a “las Justicias,
Prelados, Amos, ó Patrones de las casas” /37.
Colección Bicentenario 45
instrucción en la Doctrina Christiana, y trato civil con
todas las gentes” /39.
8. Un orden reglamentario
La casi totalidad de los planes que hacen parte
de este apartado fueron formulados después de los
acontecimientos de la Independencia. Sin embargo, casi
ninguno de ellos establece una relación fundamental
con dicho acontecimiento político, por tanto no hay
causalidades directas y reductoras con ese tipo de
practicas ni una línea sucesiva y uniforme que las
ligue tan directamente, como algunas comprensiones
historiográficas han pretendido, buscando dar
explicaciones tranquilizadoras. De todas maneras,
tampoco se puede afirmar categóricamente que entre
el hecho independista y aquellos reglamentos haya una
separación total y soberana del discurso sobre la escuela,
en particular en el decreto sobre establecimiento de
escuelas públicas en la Nueva Granada de 1821 existen
algunas lejanas alusiones al carácter republicano de las
escuelas aunque los contenidos de la enseñanza no varían
en lo sustancial. Sus vínculos, aunque tenues, se pueden
observar en la referencia a la república y el rechazo a
toda forma de gobierno que suponga un rey o soberano,
o en la indicación que se hace de ciertos catecismos
políticos en los que se clama por la soberanía, incluso
en las Ordenanzas municipales de Caracas de 1821 se
39 Ibidem.
46 Colección Bicentenario
sigue nombrando al monarca español como patrono de
las escuelas. Los acercamientos sin embargo no tienen
como fin revelar grandes continuidades.
Colección Bicentenario 47
las formas de hacer las planas, en fin, la cotidianidad de
las prácticas en la escuela. Estas disposiciones muestran
en su practicidad una lógica del gobierno de las escuelas,
que en documentos como el de San Juan de Girón
modelan una normativa para la dirección y beneficio de
la escuela pública. La simple orden virreinal de erigir
estos planes en modelos de otras escuelas de primeras
letras pone en evidencia una positividad gubernativa
que gana en especificidad y cuya expresión numeral y
articulada, en el escrito propuesto por Felipe de Salgar,
resulta de lo materializado en aquellos espacios y no al
contrario.
48 Colección Bicentenario
Bibliografía
Fuentes primarias
Colección Bicentenario 49
de las ordenanzas que la han de regir y su conveniencia
para uniformar la enseñanza impartida en la escuela
pensionista del maestro Sierra Quintano]. Santafé, enero-
octubre de 1809. AGN: Anexo Instrucción Pública, T. 4.
50 Colección Bicentenario
s. a. [Expediente formado sobre una representación
anónima que se firma en Santa Cruz de Mompox,
haciendo evidente que el maestro Agustín Vidales es
inútil e incapaz para la enseñanza, y de muy malas
costumbres]. Mompox, Enero 23 de 1793. AGN: Sección
Colonia. Fondo Milicias y Marina. T. 128.
Fuentes secundarias
Colección Bicentenario 51
FOUCAULT, Michel. Las palabras y las cosas. Una
arqueología de las ciencias humanas. Buenos Aires, Siglo
XXI Editores, 1968.
_________________________. “Alteraciones y
diluciones en la educación de hoy”. En: FRIGEIRO,
Graciela Y DIKER, Gabriela (Comps.). Educar: saberes
alterados. Buenos Aires: Del Estante Editorial. Consejo
Latinoamericano de Ciencias Sociales –CLACSO, 2010.
52 Colección Bicentenario
Panléxico, Diccionario Universal de la lengua Castellana. Por
don Juan de Peñalver. Tomo II Madrid: Imprenta de Don
Ignacio Boix , 1843.
Colección Bicentenario 53
Imágen 2
56 Colección Bicentenario
Fundación y establecimiento
de la escuela de Christo
que fue de la Compañía 41
Popayán, 13 de febrero de 1781.
Ilustrísimo Señor:
Colección Bicentenario 57
uno de ochocientos y doce pesos para misiones o
sermones morales que se deberían hacer en esta ciudad
y comarca y otro de 1.000 pesos perteneciente a la
escuela de christo que tenían los expresados regulares.
Hallándose extinguida dicha escuela o congregación
conforme a lo dispuesto en la colección de reales
providencias y no siendo posible costearse con el corto
rédito de los ochocientos pesos las misiones populares
lo hago presente a vuestra señoría ilustrísima a fin de
que se sirva de conmutar el destino de estos principales
conforme a lo prevenido en las mismas reales
providencias teniendo consideración a la misma iglesia
en las cuales sin embargo de las escaceses de sus fondos
el grande el concurso del vecindario a las frecuencias
de sacramentos y pasto espiritual como es notorio y
comúnmente a vuestra señoría ilustrísima. Y sin otra
intención que las de indicar a vuestra señoría ilustrísima
lo que en cuenta del ministerio parroquial me parece
más necesario pongo presente que del establecimiento
de una escuela de christo conforme a la institución
del Señor Phelipe Neri /43 en las iglesias parroquiales
de este reyno (a excepción de esta ciudad) y en el del
Perú cuyos exercicios cotidianos sustancialmente están
reducidos a la orientación elemental, doctrina y lección
espiritual que se experimentan los mejores frutos de
reforma en las costumbres. Y como esta útil escuela
libre de las circunstancias que lleva las congregaciones
de dichos regulares, nata tengo que no sea conforme
a las reales providencias que disponen la extinción
de aquellas congregaciones y que purgadas de todo
1843. p. 612.
43 Felipe Neri (1515-1595), también conocido como el Apostol de
Roma, fue un catequista y sacerdote italiano, quien ingresó al santoral católico
tras ser canonizado por el papa Gregorio XV en 1622. San Felipe fue fundador
de varias hermandades y asociaciones dedicadas exclusivamente a la oración,
entre ellas la Congregación del Oratorio en 1575, la cual no sólo buscaba la
salvación de las almas sino también la instrucción de la juventud. De ese modelo
replicaron y adaptaron las llamadas Escuelas de Cristo, instituciones dedicadas
a ejercicios para el aprovechamiento espiritual y el cumplimiento de la voluntad
de Dios. En España las primeras Constituciones de la Escuela de Cristo fueron
aprobadas en 1653.
58 Colección Bicentenario
vicio se establezcan las necesarias al bien espiritual
con observancia de las reglas del derecho, podría ser
un establecimiento de muy grande utilidad en esta
ciudad en donde no hay ningún establecimiento de
muy grande utilidad en esta ciudad en donde no hay
ningún equivalente al diario exercicio espiritual de
dicha escuela, sin embargo de que en el censo de los
mil ochocientos pesos indicados no es suficiente para
los precisos gastos de dicha escuela sin pensionar en
nada insistir para que no se retraigan de la asistencia.
Y aunque a favor de la escuela de christo que tenían
los regulares se halla también otro principal de 1.000
pesos en el concurso de acreedores a los bienes de Don
Juan Álvarez difunto, siendo esta una causa dilatada
por tantos años en que concurren muchos acreedores
con derecho de preferencia parece que no tendrá efecto
las soluciones de dicho principal y sus réditos el cual
debe igualmente comprenderse en la conmutación
necesaria en el caso de que se recauden. Y para que
en vista del acuerdo de la Real Junta resuelva vuestra
señoría ilustrísima lo que tuviere por conveniente
manifiesto del adjunto testimonio para que quedando
copia del dicho acuerdo en este expediente se sirva
vuestra señoría ilustrísima de mandar se me devuelva
para otros efectos. En esta atención a Vuestra señoría
Ilustrísima pido y suplico se me sirva de conmutar el
destino de los censos expresados o determinar lo que
pareciere más de justicia y etc.
ante mí
Colección Bicentenario 59
Ilustrísimo Señor:
Agosto 8 de 1790.
60 Colección Bicentenario
Doctor Rubianes
Rubricado
Colección Bicentenario 61
a donde se remitirá testimonio agregándose el de las
constituciones citadas con el informe correspondiente.
Y para mayor consuelo espiritual concedemos licencia
para que un día de cada semana se tenga la oración con
el santísimo sacramento descubierto y concedemos
también cuarenta días de indulgencia a todos los que
concurran a dicha escuela en cada día.
El Obispo de la Diócesis
ante mi
Manuel Álvarez de Velasco.
Por la tarde
A las dos entrarán a la escuela a leer, escribir,
dar cuentas y lecciones hasta las cuatro y media.
62 Colección Bicentenario
De las cuatro y media a las tres cuartos rezarán
el catecismo que el señor cura rector ha distribuido en
esta ciudad.
Distribución Extraordinaria
Colección Bicentenario 63
El Doctor Francisco José de Caldas, Padre
General de Menores del Cabildo de Popayán,
propone al Gobernador y Comandante General
de la Provincia, se promueva el estudio de
artes y oficios, bajo la dirección de maestros
artesanos idóneos, para salvar de la ociosidad y
de la perdición a los jóvenes nobles y plebeyos
de la ciudad 44
Popayán, 17 de septiembre de 1793.
[Educación de Menores]
64 Colección Bicentenario
que ha erigido la piedad para silo seguro de la virtud;
pero estos son solamente dos: el uno, por constitución
particular, ha cerrado sus puertas a toda joven que no
entre a profesar la vida religiosa; el otro, aunque no
tan severo en este particular, no puede recoger entre
su recinto el crecido número de niñas que se hallan sin
oficio y destino. He buscado casas de recogidas, y no las
he hallado. He preguntado por el hospicio, y aunque no
le he encontrado erigido, a lo menos ya veo vestigios de
él, y he concebido dulces esperanzas de que la Divina
Providencia, tomando por instrumento tan buen Jefe, en
breve nos presentará construida esta casa que el vicio
mira con horror y que la virtud espera con impaciencia.
El corazón y el ánimo menos patriótico se llenan de
sentimiento y de dolor al ver los gremios desiertos y las
calles, trucos, garitas, etc., pobladas de jóvenes lozanos,
cuyos brazos ociosos podían ser de mucha utilidad a la
República. De aquí tomé la idea de proponer a Vuestra
Señoría un medio para impedir los tristes progresos
que hace cada día la pereza. Este es entregar a aquellos
jóvenes que todavía se hallan en su minoridad (pues a
Vuestra Señoría y demás justicia pertenece proveer a
cerca de los demás), entregarlos, digo, a los maestros y
artesanos honrados, escriturados de tal modo que estos
se constituyan por verdaderos padres de sus discípulos
y aprendices teniendo el cuidado de su educación, de su
vestido y alimentos.
Colección Bicentenario 65
importunidades y muchas veces a las insolencias de las
madres, que no quieren se corrijan y castiguen, por una
compasión mal entendida, los desvíos de los hijos, y
procuran insolentarlos y sacarlos del poder del maestro,
anteponiendo los verdaderos intereses de la educación
al corto que sacan de las ocupaciones domésticas que
ordinariamente les dan, y éstas en vez de conducirlos al
bien, les corrompen los bellos naturales que recibieron
de manos de la naturaleza, o más propiamente del
Creador. Aquí, aquí, Señor Gobernador, está el cáncer;
y aquí, aquí suplico se apliquen los remedios. Las
madres son la verdadera causa de la ociosidad y de la
perdición de los hijos, pues si estas se mostraran severas
y castigaran con rigor la falta del hijo al oficio, estos se
aplicarían y no se abandonarían a la pereza. Llega a tanto
la pasión de estas madres, que si se han animado por un
efecto extraordinario (no hablo de todas) a entregarlos
a algún artesano o menestral para su enseñanza, y por
algún accidente se escapan de sus manos, las madres
los ocultan y los roban de la vista del maestro cuando
éste los busca para volverlos al oficio y sujeción. La
casa de la madre se puede juzgar como un asilo de la
iniquidad del hijo, y a las madres, como protectoras de
su perdición y maquinadoras de su ruina. Ellas saben
muy bien pintar bajo el colorido de virtud de sus fines
depravados y peligrosos. Lagrimas, lamentos, miseria,
vejez, enfermedades, crueldad, hambre, desnudez,
etc., todo viene a su socorro, y todo lo disponen de tal
modo, para sacar al joven aprendiz de la autoridad del
maestro, que es capaz de ablandar al severo corazón de
Catón. Últimamente, señor Gobernador, se obstinan
lo maestros en no recibirlos, porque la experiencia les
ha enseñado que así que el joven ha medianamente
aprendido el oficio, sacude el yugo y va a dar a otra
parte el fruto que cogió bajo la dirección y a expensas
de los sudores de este. No dudo que la caridad cristiana
y el amor que Vuestra Señoría Profesa a este lugar
disiparán estos que parecen inconvenientes graves, y
que en la realidad son muy débiles para impedir los
66 Colección Bicentenario
progresos de la educación, cuando caen en las manos
de un juez que empuña la espada de la justicia, y que sin
distinguir colores hiere a la iniquidad donde quiera que
la encuentra.
Colección Bicentenario 67
para traerlos y quitarlos de otro poder si alguna
vez hacen fuga y se arriman a otro, aunque sea del
mismo oficio;
4ª. Que se entreguen por un espacio de tiempo
competente para que puedan aprender con perfección
el oficio;
5ª. Que después que hayan aprendido el oficio se
mantengan en casa del mismo maestro por uno o dos
años, trabajando en utilidad de dicho maestro, para
que de este modo se recompensen las fatigas y gastos
de su enseñanza y alimentos; y que los artesanos,
viendo que cogen el fruto de su trabajo, se apliquen
a la educación de los jóvenes. Vuestra Señoría verá
si conviene modificar esta condición mandando se
les de la mitad o cuarta parte de lo que ganen, para
socorrer a sus madres o hermanos, o para sí;
6ª. Que los maestros deban dar cuenta a este
Gobierno, si alguna vez hace fuga el joven, para que
se les auxilie a fin de volverlo al trabajo y sujeción;
7ª. Que si las madres van con insolencias a donde los
maestros por algún castigo hecho justamente a sus
hijos, se les castigue con la pena que vuestra Señoría
tenga por conveniente señalar;
8ª. Que sólo en caso de sevicia se les oiga a las madres
y se saquen los jóvenes del poder de los maestros
crueles, para entregarlos a otro;
9ª. Que siempre que se pruebe esta sevicia de parte
del maestro, se castigue a éste con las penas que
establezca Vuestra Señoría;
10ª. Que si el joven aprendiz es orgulloso y altivo,
y no quiere sujetarse, se le remache un grillete o se
sujete del modo más apto.
68 Colección Bicentenario
Pienso que el número de niños que hay existentes
sin oficio, exceden el número que reciben los maestros;
y como quedan sin destino, he juzgado por conveniente
entregarlos a los sujetos, hombres de bien, que necesitan
de pajes, para que cuidando de su educación, oficio y
alimentos, les sirvan a la mano. No me parece difícil
este medio para acomodar los sobrantes, porque ya ha
habido quien me los pida, y los he puesto al fin de la
lista de los maestros para satisfacer a Vuestra Señoría.
Colección Bicentenario 69
debemos imputarnos los daños ocasionados por la
ociosidad de los jóvenes distinguidos, provenidos
únicamente de la idea fantástica que se han formado
algunos de su nacimiento. Juzgan que es incompatible
la hidalguía con los oficios, y apartando de sí con una
mano las artes, con la otra abrazan la pereza e inacción;
y se puede asegurar sin temeridad (no hablo de todos,
pues bien sé que muchos se ocupan de mantener sus
obligaciones) que han venido a ser sinónimos el noble y
el ocioso. Yo quisiera destruir esta idea falsa del ánimo
de mis compatriotas y en su lugar substituir otras
verdades, poniéndolas delante de sus ojos los hombres
grandes de todos los siglos y de todas las naciones que
han honrado las artes profesándolas; pero esto sería
demasiado largo. Me contentaré con nombrar, pasando
en silencio infinitos verdaderamente grandes, algunos
de la augusta casa de Borbón, que dignamente ocupan
muchos tronos de la Europa. Solo el nombre de Luis
XIV, tercero abuelo de nuestro augusto Soberano
Carlos IV, basta para llenar de gloria á los labradores,
al ver á su frente empuñando la azada aquellas manos
acostumbradas á llevar el cetro de la Francia. El piadoso
Carlos III en todo el tiempo de su reinado tuvo cuidado
de dar á sus ilustres hijos y nietos. Enseñándolos no
sólo en la religión y en la moral, sino también en las
ciencias y en las artes proporcionadas a su clase. Buen
ejemplo de esto tenemos en el Serenísimo señor Infante
don Gabriel. No contento con el paternal amor de
Carlos, con dar ejemplo en su real familia del aprecio
que hacía de las artes, quisiera darnos las lecciones
en su real cédula de 18 de marzo de 1783, cédula que
llenará de gloria el reinado de este Soberano y que hará
época en los fastos de nuestra legislación. Su majestad
declara que no sólo (estas son sus palabras) “el oficio
de curtidor, sino también las demás artes y oficios de
herrero, sastre, zapatero y otras de este modo, son
honestas y honradas; que el uso de ellos no envilece
la familia ni las personas de los que los ejercen, ni la
inhabilitan para obtener los empleos municipales de
70 Colección Bicentenario
la República en que estén avecindados los artesanos ó
menestrales que los ejerciten, y que tampoco han de
perjudicar las artes para el goce y prerrogativas de la
hidalguía á los que la tuvieron legítimamente, conforme
á lo declarado en las Ordenanzas de reemplazos
del Ejército de 7 de Noviembre de 1770, aunque los
ejerciten por sus mismas personas; siendo exceptuados
de esta regla los artistas ó menestrales y sus hijos
que abandonaren su oficio o e de sus padres, y no se
dedicasen a otro o a cualquiera arte o profesión, con
aplicación y aprovechamiento, aunque el abandono sea
por causa de riqueza y abundancia, pues en tal caso,
viviendo ociosos y sin destino, quieren ser obste los
oficios y estatutos como de presente, en inteligencia de
que el Consejo, cuando hallare que entre generaciones
de padre, hijo y nieto ha ejercitado y sigue ejercitando
el comercio o las fábricas con adelantamiento notable y
de utilidad al Estado, propondrá, (según está prevenido
por Su Majestad) la distinción que podrá concederse
al que le supiere y justificare ser director o cabeza de
la tal familia, y conserve su aplicación sin exceptuar
la concesión y privilegio de nobleza, si le considerase
acreedor por la calidad a los adelantamientos del
comercio o fábricas”. Esta es la formal declaración
de Su Majestad a favor de los oficios. A vista de esto,
¿podrán niños nobles ver con desdén una profesión
que las leyes aprueban y que abrazan las primeras
personas de la Monarquía? Aun cuando no tuviéramos
estos motivos de autoridad, la razón solo basta para
hacer amar las artes y ocupación. Pues que porque son
nobles ¿han de ser viciosos, jugadores, holgazanes?
¿Han de más bien pedir limosna que trabajar? o lo
que es más regular, ¿han se sostenerse con decencia y
esplendor a costa del mercader o pulpero que fía, ya
sea el vestido, ya el alimento? ¡Ah! esta conducta injuria
la razón y escandaliza el mundo. Bien se podía repetir
continuamente esta especie noble lo que ha dicho de
ellos uno de los más grandes poetas de nuestros días:
Colección Bicentenario 71
De todas estas gentes la razón admirada,
Detesta nuestros nobles, que no sirven de
nada.
Entretanto, nosotros, son soberbia fiereza,
El ocio consagramos a la antigua nobleza.
Sus celebrados padres, que tan útiles fueron,
Derecho de no serlo por herencia les dieron.
Inútiles estorbos entre los ciudadanos,
Nacieron sólo para adorarse así vanos:
Porque no desagrade tan sublime excelencia,
Renuencia a las ARTES, renuncian a la
ciencia,
Ya los plebeyos dejan enteramente ociosos,
El bajo y vil empleo de sernos provechosos.
72 Colección Bicentenario
Las jóvenes, que no son poco número, piden
quizá con más justicia recogimiento y ocupación.
El ánimo se horroriza al contemplar las funestas
consecuencias que viene a esta mitad del género
humano cuando s ele deja sin freno y sujeción. De la
ociosidad viene la miseria, de aquí la prostitución, y
¿de ésta? ¡Ah! separemos de nuestros ánimos objetos
tan tristes, ocasionados únicamente del poco caso
que se hizo de su educación en los primeros años. Las
pasiones se avivan con satisfacerlas, y poco a poco van
adormeciendo y pediendo los sentimientos de religión y
honestidad, y cuando menos lo pensamos nos hallamos
con unas viciosas y escandalosas, que pasan sus días
alimentadas de delitos, y vienen a reducirse al infeliz
estado de granear el sustento a costa de la virtud y
honestidad. ¡Tan grandes son los daños que ocasiona
la mala educación! No es posible que el ánimo paternal
de Vuestra Señoría deje sin remedio a esta parte del
pueblo. Ya oigo que me dice que es cierto todo lo dicho,
y que me manda me exponga el remedio de evitar
estos daños. No hay gremios; no hay, ya lo he dicho,
suficientes monasterios; no hay casa de recogidas; no
hay hospicio. Confieso que no hay todo esto. ¿Será este
bastante motivo para que abandonemos al desorden al
sexo que con más justicia es acreedor por su delicadeza
a nuestro cuidado y vigilancia? Nada menos. No puedo
sobrellevar, señor Gobernador, con ánimo sereno, el
ver a los jóvenes remediados, y a las jóvenes quedarse
en medio de la ociosidad, para pasar, cunado oprima la
miseria, a alistarse entre las del séquito de Venus. Para
evitar esto he pensado hacer presente a Vuestra Señoría
un medio que puede servir de provisional mientras
tenemos hospicio, eso es, que Vuestra Señoría mande
que los señores Alcaldes de barrio, al mismo tiempo
que forman la lista de los niños, formen otra de las
mujeres menores sin destino. Conocido el número que
haya de estas, y de qué calidad, edad y condición, he
pensado pasar, con venia y orden de Vuestra Señoría,
en compañía del señor Procurador General, don Mateo
Colección Bicentenario 73
Fernández Moure, con quien lo hemos acordado y a
quien le toca este asunto, quizá con más título que a mí,
a casa de las señoras de distinción, a ver que número
de jóvenes necesitan para ocuparlas en su servicio, con
sólo la obligación de cuidar de su conducta, de su oficio
y alimentación. Me parece que ya veo desaprobar en el
ánimo e Vuestra Señoría mi proyecto, porque juzgará
que quizá no halla señora que admita a éstas jóvenes en
su recamaras. Convengo que en la mayor parte no las
admitirán, si sólo se hace una simple entrega de la niña,
sin las formalidades necesaria, porque todas las señoras
temen trabajar en su educación alimentarlas y vestirlas,
y que cuando esperaban coger fruto de ellas, se vaya
la joven, sin arbitrios para devolverla a la educación y
sujeción. Entréguese como he dicho de los jóvenes por
el tiempo necesario para su educación, y que no puedan
salir del lado de la señora sin tomar antes el estado de
casada, de modo que sólo ésta y la sevicia sean las puertas
de salir de la sujeción; últimamente, que en caso de fuga
se observe lo mismo que en los jóvenes. De este modo,
señor Gobernador, no dudo hallaremos quien ampare
a estas pobres jóvenes que a cada momento piden con
más ansia su remedio. El Padre General desea se hiciera
lo mismo con aquellas viudas desarregladas que han
perdido al mismo tiempo la honestidad y al marido.
...Francisco José de Caldas
_____
74 Colección Bicentenario
Señor Teniente de Gobernación.
____
Colección Bicentenario 75
Popayán y Septiembre 17 de 1793
Chiquero
Ante mí, Cervera
76 Colección Bicentenario
Imágen 5
2. Modos de proceder
Colección Bicentenario 77
Imágen 4
78 Colección Bicentenario
Método que deben seguir
los maestros del pueblo de
Lenguasaque
formado por su cura el
Doctor Don Domingo
Duquesne de la Madrid 45
Lenguazaque, 25 de mayo de 1785.
/f. 45/
Colección Bicentenario 79
leche de todos los christianos, procurará /f.
45v/ confesar y comulgar a lo menos cada dos
meses.
80 Colección Bicentenario
al tiempo de la celebración de los divinos
misterios.
Colección Bicentenario 81
tomen sus lecciones, aunque no por esto dejará
de velar sobre todo en el mismo cuydado y
aplicación.
82 Colección Bicentenario
14. Se hará los sábados una revista a los muchachos
y se reconocerá su aseo o desaseo en las uñas,
limpieza y todo lo conveniente a este punto,
sobre lo cual se selará [sic] con particular
cuydado porque los indios y campesinos se crían
en un abandono total de sus personas, parte de
su pobreza y parte por falta de cultura.
Colección Bicentenario 83
19. Habrá en la escuela un lugar determinado
donde poner los libros, papeles y tinteros y se
señalará por semanas o por mes /f. 48v/ uno
que cuide de recogerlos para colgarlos en su
lugar y distribuirlos a los otros porque de este
modo se evita la confusión y se acostumbran a
la limpieza y aseo que se desea.
84 Colección Bicentenario
muestra, que después de este descanso se vuelve
a la tarea con más espíritu y aplicación.
Colección Bicentenario 85
Expediente sobre la aprobación de una
escuela de primeras letras
para la enseñanza de los pardos en la ciudad
de Caracas47
Caracas, 11 de marzo de 1805.
Nº 1
Felipe Piña
86 Colección Bicentenario
Nº 2
Colección Bicentenario 87
haga entrar en no causar incomodidades a los vecinos
con juegos y arrojamiento de piedras en la calle, con
perjuicio de las fábricas, o edificios.
88 Colección Bicentenario
niños de su clase a leer escribir, y contar, tasándose al
contraventor la multa que le tenga a bien; todo lo que se
haga notorio al público por carteles que se fijen en los
lugares acostumbrados y de mayor concurrencia, los que
se repitan todos los años por el mes de enero, autorizados
por el Escribano del Ilustre Ayuntamiento.
Colección Bicentenario 89
a solo este fin, perteneciente al gremio de pardos, y
proporcionar a la misma lo que sea del agrado de la
pública autoridad a beneficio público.
90 Colección Bicentenario
Imágen 6
3. Trazos de método
uniforme
para la escuela de cartilla
Colección Bicentenario 91
Imágen 7
92 Colección Bicentenario
Método provisional e
interino de los estudios que
han de observar los colegios
de Santa Fe, por ahora, y
hasta tanto que se erige
universidad publica o su
Majestad dispone otra cosa 48
Santafé, 12 de septiembre de 1774.
Exmo Señor:
Colección Bicentenario 93
esta República, que sea anuncio y fundamento de su
prosperidad.
94 Colección Bicentenario
En esta capital tiene la sagrada Religión de
Predicadores en su convento de Santo Domingo,
facultad de conferir grados hasta el de Doctor a cuyo
permiso se le da el nombre de Universidad, y para
ello la misma Religión nombra por Rector uno de
sus individuos; y los Religiosos Lectores del mismo
convento, con los que se forma este cuerpo, gobernado
sin la menor intervención de los Doctores, y graduados
por sola voluntad del convento, y sus individuos que
califican los Documentos de los pretendientes para
comprobación de Cursos; perciben el precio de los
grados, y propinas de argumentos que distribuyen
entre sí, a excepción de los grados de jurisprudencia
en que arguyen los Catedráticos del Colegio del
Rosario, y votan la aprobación del graduando. No hay
cátedras públicas, sino las que cada convento mantiene
privadamente, para instrucción de los suyos, a donde tal
vez contra lo dispuesto por S. M. acuden a oír algunos
seculares.
Colección Bicentenario 95
descubrir la verdad para conocerla y abrazarla, sino
aún sostener contra la razón su capricho.
96 Colección Bicentenario
pesos, que se proveyó por oposición /50 y concurso o
asierto.
Escuela de Niños
Para los primeros rudimentos de aprender
a leer y escribir, se mantiene una escuela con un
maestro dotado con trescientos pesos anuales, en que
se necesita, que el gobierno por medio del director
que se nombrase vele sobre que llene debidamente sus
obligaciones, porque esta ocupación, que suele mirarse
con indiferencia, es una de las más importantes para
la felicidad de las repúblicas, ya por lo que se interesa
en la perfección de esta enseñanza, ya porque en ella
se imprimen a los niños aquellas primeras especies
que sirven de fundamento a su educación cristiana y
política, por cuya causa tanto los magistrados como
los Prelados Eclesiásticos por si, y en sus concilios,
han prescrito sabias, oportunas reglas para el
establecimiento de escuelas y que su magisterio recaiga
en sujetos de probidad, virtud, y prendas capaces de
desempeñar el encargo. Causa lástima el desorden que
en esta parte padece esta capital en la cual ninguna de
las dos jurisdicciones, cuida de esta delicada enseñanza
y con dolor se experimenta que cualquiera hombre,
que no tiene para comer toma el arbitrio de abrir en su
casa, o en una tienda una escuela donde recoge algunos
muchachos, a quienes por sola su autoridad, enseña
lo poco que sabe, o tal vez aparenta enseñarles para
sacar alguna gratificación, con que alimentarse, sin que
preceda licencia, examen, ni noticia de los superiores,
entregándose la primera educación, a quienes tal vez
ignoran la doctrina cristiana, con cuyo errado cimiento,
no es de admirar salga defectuoso todo el edificio, pues
aún en los conventos de Regulares, se confía para esto
un lego, de cuya idoneidad, sólo podrán dar testimonio
sus Prelados. Verdad es que no teniendo la ciudad el
50 Oposición: Concurso de los pretendientes a alguna cátedra o preben-
da. Panléxico, t. II. p. 540.
Colección Bicentenario 97
número proporcionado de Maestros obliga la necesidad
a que los padres de familia anhelando a la instrucción de
sus hijos, la confíen de semejantes sujetos. Pero el buen
orden pide, que a lo menos se procure minorar el daño,
ya que no pueda radicalmente cortarse; y que se expida
orden estrecha para que los maestros de esta clase, sean
examinados debidamente, y se les prescriba límite, a
lo que pueden recibir por el trabajo de su ocupación,
dándoles regla de lo que deben observar, para que los
muchachos logren con la instrucción, la enseñanza en
doctrina cristiana, y educación política, de que podrá
encargarse el mismo Director, con prohibición de que
pueda alguno ser admitido al estudio de la Gramática
sin que conste estar examinado, y aprobado de que sabe
leer y escribir, pues avergüenza oír a no pocos que no
pronuncian sino mascan las palabras por defecto de este
principio; y es notoria la falta de buenas plumas, para el
servicio de las oficinas públicas/51.
98 Colección Bicentenario
Plan de Universidad y Estudios Generales
que se propone al Rey
Nuestro Señor, para establecerse, si es de su
Soberano Real agrado,
en la ciudad de Santa Fe, capital del Nuevo
Reyno de Granada 52
Turbaco, 13 de julio de 1787.
/f. 198/
Colección Bicentenario 99
/f. 206/
Cuerpo de Estudios
Se divide este artículo en los tratados de
enseñanza general y en particular.
Enseñanza General
El estudio de ciencias inútiles no ha causado
mal tan grave como el método que se observa en la
educación de la juventud. Se ha adaptado ésta a las
fatuas máximas de aquellas, y en lugar de la educación
civil que tanto influye sobre la felicidad del hombre y
de las naciones, de aquella que prepara a los jóvenes
a llenar con sucesos las diferentes Profesiones de la
Iglesia y del Estado, se practica la que sólo es propia
a formar vasallos ociosos, inútiles a sí mismos y acaso
gravosos a la humanidad.
Enseñanza Particular
Cathedrá 1ª. Primeras Letras
Siendo esta la Escuela General que se abre a
todos los niños como preliminar de cualquiera carrera
o profesión a que se les destine y en donde recogen las
primeras /f. 211v/ y más fecundas semillas de la virtud
y de la ilustración, debe ponerse un sumo escrúpulo y
/f. 701v/
Principales y generales
Vacaciones
Provisiones de Cátedras
4. La función del
enseñante
/f. 821/
Excelentísimo Señor
Clemente Robayo
Caycedo
Excmo Señor:
/f. 824/
Barrio
Autos
Caycedo
Santafé
/f. 826/
Excelentísimo Señor:
El fiscal de su Majestad dice; que la
representación de Josef Boni Maestro de primeras letras
de el Pueblo de Ubaté, está desnuda de comprobantes
que la apoyen de verdad y antes bien su relato de que
Domingo Caycedo
Excelentísimo Señor.
Jose Boni
/f. 659v/
/f. 663/
Muy Ilustre Cabildo Justicia y Regimiento
(rubricado).
Ante mí
(5 rúbricas)
Ante mí
(4 rúbricas)
Ante mí
/f. 683/
/f.828/
M.R.S.
Traslado
Pontón. Herrera.
/f. 833/
Marlez.
Sin derechos.
Meléndez
/f. 837/
M.P.S.
Dr. Aquilar.
M. R. S.
Frías.
/f. 386/
M.P.S.
Nicolás Cuervo
Dese cuenta
Hay una rúbrica
Por mi compuesto
Valenzuela
D. Manuel Bravo
Firmas.
Bustamante
(firma) /f. 427v/
Excelentísimo señor:
El fiscal de lo civil dice que en este expediente
reciba nombramiento hecho por esta Superior para
Maestro de primeras Letras a Don José Ignacio Callejas,
en la ciudad de Arma del Río Negro. El cual debe
tenerse presente; y para ello se ha de servir V.E. mandar
se solicita y agregue para pedir con conocimiento.
(firma)
Bustamante
(firma)
Bustamante.
Ramírez (firma)
Ramírez.
/f. 430/
1807 junio 22.
Manuel Bravo.
Benedicto Uribe
(firma)
16879 4” 7. 2/5
12989 6” 9 9/5
Suma 03889 7” 8” ¾
Prueba 16879 4” 7” 1/5
183” ¾ - 1/6
5” 5” 3
915 .
61” ¼ 12 3
6+6
5
2” ”4 2/4 .
979” 1” 0 0
Total 1 5
Por- 7
ción 6
12.p 4 p5 g
1/24
______________________________________
__
6
Prueba 3---|---3
3
/f. 375/
Humilde súbdito de V. E.
Bustamante.
Excelentísimo Señor:
Joseph María
Castillo
Frías.
/f. 392/
Excelentísimo Señor:
[Al margen]
En 8 de junio del mismo año lo hice saber a Don
Jerónimo de Sierra y Quintana, firma. Doy fe,
Sierra, Cortés.
5. Fondos de propios,
estipendios
y subsistencias
Colección Bicentenario 201
Imágen 11
Sogamoso, 1782-1798
/f. 296/
/f. 297/
/f. 301/
/f. 302/
Derechos gratis
Testigo
Joaquín Murillo Camacho (rubricado)
Testigo
Vicente de Herrera (rubricado)
/f. 305r/
No. 1º.
Excelentísimo Señor
Excelentísimo Señor
Caicedo (rubricado)
Excelentísimo Señor
Excelentísimo Señor
Señor
Exmo. Señor
Antonio Felipe Camacho y Gardón (rubricado)
Exmo Señor Dn. Josef de Espeleta.
Exmo. Señor:
Caicedo (rubricado)
/f. 310/
Exmo. Señor
B.L.N.M. de V.Exa su siempre obsecuente
venerador Capellán,
Juan Laureano de Rojas y Torres.
(rubricado)
Leyva (rubricado)
Al Sr. Fiscal
(Caicedo)
Rubricado
Exmo. Señor
Berrío (rubricado)
/f. 317v/ Santafé y marzo 12 de 1795
Caicedo (rubricado)
/f. 320/
Exmo. Señor
B.L.N.M. de V. Exa.
afianzadas sus extremidades en maderos fixos y sólidos, de la maroma está pren-
dido un garabato de madera fuerte, con dos sogas fixas en las dos partes ínfimas;
la una tiene las veces y oficio de asiento, y con la otra afianzan al pobre pasagero,
pues allí no hay valor que valga y el hombre más valeroso se pone mortal (hablo
por experiencia), luego que ligado, se ve volando por el ayre; y llega a la otra
banda del río, sin color en el rostro, y sin habla a veces, y no falta quien llega
desmayado. Del mismo modo pasan las cargas de una en una. Si el pasagero es
persona de distinción, pasa metido en un canasto firme, afianzado en dicho gara-
bato; pero no creo que esto disminuya el susto y miedo”. Historia natural, civil
y geográfica de las naciones situadas en las riveras del río Orinoco. Su autor el
padre Joseph Gumilla, Misionero que fue de las Misiones del Orinoco, Meta y
Casanare. Tomo II. Barcelona: Imprenta de Carlos Gubert y Tutó, 1791. p. 115.
Al Sr. Fiscal.
Caicedo (rubricado)
Exmo. Señor
Berrio (rubricado)
Caicedo (rubricado)
Caicedo (rubricado)
/f. 344/
/f. 345/
y septiembre 27 de 1796.
Al Sr. Fiscal
Caicedo (rubricado)
Exmo Señor.
Berrio (rubricado)
Exmo. Señor.
/f. 352/ 71
Exmo. Señor.
Don Juan de la Cruz Gastelbondo, Maestro de
primeras letras de este Valle de Sogamoso postrado a los
pies de V. Exa. con el más profundo acatamiento hago
presente por medio de esta humilde representación (a
causa de que mi extremada pobreza no me lo permite en
otros términos) como habiéndose representado a V.Exa.
por el cura de este lugar la necesidad que en él había de
una Escuela de primeras letras para la educación de la
juventud, por la numerosa población de sus habitantes,
y al mismo tiempo la suficiente pericia que en mí residía
para tal Maestro, como que ya me había dedicado
y manifestado mi idoneidad; se dignó V. Exa. con
acuerdo del Señor Fiscal nombrarme por tal Maestro
con asignación de ciento y cincuenta pesos anuales
71 No incluimos los folios 348v a 351v del expediente. Dicha sección
corresponde al relato del Corregidor de Sogamoso, justificando el retraso en la
entrega de la relación de los fondos de propios.
Exmo. Señor
Juan de la Cruz Gastelbondo (rubricado)
/f. 302/
En testimonio de Verdad
Joseph Isidro Carlier (rubricado)
Escribano público del N°.
De oficio
Corregido
(rubricado)
(rubricado)
/f. 346/ 73
/f. 350/
/f. 368/ 74
Rojas (rubricado).
/f. 1/
Nº 1
/f. 42/
Excelentísimo Señor.
Don José de Acevedo vecino y del Comercio
de esta Capital a nombre de Don Pedro Martínez
de Pinillos de la vecindad de Mompox, en virtud del
encargo expresamente contenido en la carta que
original presento, y en uso también del poder general
que en ella se cita, ante Vuestra Excelencia preciso lo
necesario por derecho y con el debido respeto parezco
y digo: que el referido Pinillos y su legítima Esposa
Doña Manuela de Naxera hallándose con un conside-
/f. 42v/ -rable caudal y sin hijos de su matrimonio,
deliberaron de común acuerdo emplear una buena parte
de su fortuna en beneficio general y perpetuo de aquel
público proporcionando a la Juventud una decente e
ilustrada educación; a los mendigos alivio y sustento; y
a los pobres enfermos la curación y asistencia. Objetos
todos muy recomendables y dignos de la generosa
piedad de tan benéficos Patriotas.
Nº 2 79
3.380
Soatá, 1806–1807
/f. 308/
/f.310/
Excelentísimo Señor:
/f. 312/
Pide sobrecarta del superior
despacho anteriormente librado
/f. 321/ 81
/f. 322/
Superior Gobierno
/f. 324/
Con presentación de poder y documentos,
establece la solicitud que refiere,
Excmo Señor:
Pedro Mendinueta
Reyes Pinzón
Fui presente
Juan de Dios
Román de Acevedo.
/f. 333v/
Caicedo
Excmo Señor:
Excmo Señor:
Blaya
Vargas
Ovalle.
Vargas
Por mandato de S. E.
Ramón Bustamante.
Ante mí Acevedo.
Excmo Señor:
Excmo Señor:
José María de Andrade. José Pastor Gavilán
Pedro Nieto Antonio Rojas
José Sánchez José María Valdés
/f. 354/ 83
Excmo Señor:
Al Señor Fiscal.
Bustamante
Excmo Señor:
Frías.
Bustamente
Bustamante
/f. 358/
Pide providencia para
que se suspenda la
recaudación de propios
en este partido, hasta
que se determine sobre
la erección de escuela.
Excmo Señor:
NO HA LUGAR
Bustamante
Ovalle Martínez
/f. 359/
En seis de los mismos pase noticia del Superior
Decreto que antecede al Sr. D. Diego Frías
Fiscal de lo civil su señoría rúbrica doy fe.
Mateos.
6. Labores de mano y
virtud
Excelentísimo señor:
Santafé, 26 de
agosto de 1766.
Señor.
Excmo. Señor:
Horario
/f. 347/
/f. 289/
/f. 299/
Carlos de Ciaurríz.
Novita, 1809
/f. 62/
El teniente governador [sic] de Novita y el cura
vicario superintendente de estas provincias representan
a la superioridad la necesidad que hay de establecer una
escuela pública y suplican se apruebe la propuesta que
hacen del fondo que debe sacarse del ramo de carnicería,
para el maestro que debe destinarse.
Al licenciado asesor
Rubrica
Leyva
Al Señor Fiscal
Bustamante
/f. 62v/
Excelentísimo Señor:
Frías
/f. 63v/
Nota:
En la Escrivanía no se ha recivido y tampoco en
la secretaría.
2 rúbricas
8. Un orden reglamentario
Rafael,
Obispo electo de Mérida de Maracaibo.
Ante mí,
José Dionisio Arriaga,Notario público y de
visita.
Nicolás de Talavera.
ESCUELA PÚBLICA
Artículo 1°
Artículo 3°
Artículo 4°
Artículo 5°
Artículo 6°
Artículo 7°
Artículo 8°
Artículo 9°
Artículo 10°
Artículo 11°
Artículo 12°
Narciso de Cereceda.
Ante mí,
José Dionisio de Arriaga,
Notario Público y de visita.
Discurso Preliminar
El medio más cierto para hacer a un pueblo feliz,
es establecer un perfecto método de educación.
El Marqués de Becaria.
Capítulo primero
Prevenciones generales
Capítulo segundo
Reglas generales para la elección de maestros y
erección de escuelas
Capítulo tercero
Maestros de primeras letras
Capítulo quinto
Filosofía
Capítulo sexto
Teología *
Medellín
Considerando:
Es copia.
OSPINA
9. Un modelo de
gobierno de la escuela
Colección Bicentenario 415
Imágen 19
/f. 949/
Artículo 1º
Artículo 2º
Artículo 3º
Artículo 4º
Artículo 5º
Artículo 6º
Artículo 7º
Artículo 8º
Artículo 9º
Artículo 10º
Artículo 11º
Artículo 12º
Artículo 13º
Artículo 14º
Artículo 16º
Artículo 17º
Artículo 18º
Artículo 19º
Artículo 20º
Artículo 21
Artículo 23
Artículo 24
Artículo 25
Artículo 26
Artículo 27
Artículo 28
Artículo 29
Artículo 30
Artículo 31
Artículo 32
Artículo 34
Artículo 35
Artículo 36
Artículo 38
Artículo 39
Artículo 40
Artículo 42
Artículo 43
Artículo 44
Primera parte
Reparo primero
No tiene la estimación que merece
Tercero
Todos se consideran capaces de desempeñarla
Cuarto
Le toca el peor tiempo y el más breve
Quinto
Cualquiera cosa es suficiente y a propósito para ella
Es indispensable la reforma
Segunda parte
Nuevo establecimiento
Capítulo I
Numero de escuelas
Capítulo II
Pensiones y su aplicación
Construcciones de muebles l
l. Estos deben ser en todo conformes al método y por
lo mismo no se expresa aquí su figura, número, ni
colocación.
Gratificación de pasantes
Asuetos
Recreos
Exámenes
Estados mensuales
Premios
Distinciones
Fiestas
Capítulo III
Dotaciones
El director ochocientos.
Nota:
FIN
CANCIONES DE EDUCACIÓN
Al Ser Súpremo
A la Amistad
A la Virtud
Conclusión
/f. 380/
EXAMEN
/f. 383v/
Moral
Política o civilidad:
Decorado:
Escribir:
Ortografía:
Aritmética:
Rojas P.
Vicente Rico.
2.
Catecismo de los padres Ripalda y Astete, adornado con
154 láminas finas, e ilustrado con otras tantas esplicaciones
parafrásticas para la mejor inteligencia de los dogmas y
misterios de nuestra religión. Tomo III. Madrid: En la
Imprenta de la Administración del Real Arbitrio de
Beneficencia, 1800. 287 p. Lamina 69. Preámbulo de los
sacramento de la Iglesia.
3.
Escuela del gran maestro del Espíritu, San Felipe Neri, en
la qual con los dichos: y hechos del mismo Santo y de algunos
4.
Plan de la Escuela de primeras letras que en la ciudad de San
Juan de la Frontera de Chachapoyas, capital de la Provincia
de este nombre en la Diócesis de Truxillo del Perú, instituió
y dotó su actual Obispo en la visita que de dicha ciudad hizo
a fines del año pasado de 1782, y de la casa de havitación
del Maestro que fuese de ella, uno y otro delineado por dicho
Obispo. Ubicación: Biblioteca del Palacio Real, Madrid.
5 y 7.
Arte de escribir por reglas y con muestras según la doctrina
de los mejores autores antiguos y modernos, extrangeros y
nacionales: acompañado de unos principios de aritmética,
gramática y ortografía castellana, urbanidad y varios sistemas
para la formación y enseñanza de los principales caracteres
que se usan en Europa. Compuesto por Don Torquato Torio
de la Riva y Herrero, Socio de número de la Real Sociedad
Económica Matritense: Oficial del Archivo del Excelentísimo
Señor Marques de Astorga, Conde de Altamira; Escritor de
Privilegios y Revisor de Letras Antiguas por su Majestad.
Madrid: En la Imprenta de la Viuda de Don Joaquín
Ibarra, 1798. Imagen 5: Lámina 35, p. 247. Al margen
inferior: Torio lo delineo, Castro lo grabó. Imagen
7: Frontis de la obra. Al margen inferior: L: Paret lo
inventó y delineó, T. Torio lo escribió, B. Ametller lo
grabó.
8.
Real Provisión de los Señores del Consejo en el Extraordinario,
a consulta con Su Majestad, para reintegrar a los maestros
9.
La muerte de San Casiano.
10.
Carlos III de España. Grabado de Eugenio Lemus y
Olmos. 1898. Fuente: Libros de antaño nuevamente dados
a luz por varios aficionados. Madrid: 1890. Imagen
utilizada en la carátula del volumen 14.
11.
Real Ordenanza para el establecimiento e instrucción de
Intendentes de Exército y Provincia en el Reino de la Nueva
España. De orden de Su Magestad. Madrid. Ano de
1786.
12.
Discurso sobre la educación física y moral de las mugeres:
Por Doña Josefa Amar y Borbón, Socia de Mérito de
la Real Sociedad Aragonesa, y de la Junta de Damas
unida a la Real Sociedad de Madrid. Madrid: Imprenta
de Don Benito Cano, 1790.
13
Instrucción de la muger Christiana. Obra compuesta en
latín por el célebre Juan Luís Vives, que traduxo a la
lengua castellana Juan Justiniano. Madrid: Imprenta de
Don Benito Cano, 1793.
14.
Gobierno del Chocó. Copia del expediente formado para
el establecimiento de una Escuela de primeras letras en el
Pueblo de Quibdó Capital de la Provincia del Citará con el
15.
Política Indiana, Compuesta por el Doctor Don Juan de
Solórzano Pereyra, Cavallero del Orden de Santiago,
de Consejo del Rey Nuestro Señor en los supremos de
Castilla y de la Indias. Dividida en seis libros. En los cuales
con gran distinción y estudio se trata y resuelve todo
lo tocante al Descubrimiento, Descripción, Adquisición
y Retención de las mesmas Indias y su Gobierno
particular, así cerca de las personas de los Indios y sus
Servicios, Tributos, Diezmos y Encomiendas, como
de lo Espiritual y Eclesiástico cerca de su Doctrina:
Patronazgo Real, Iglesias, Prelados, Prebendados,
Curas seculares y Regulares, Inquisidores, Comisarios
de Cruzada y de las Religiones. Y en lo temporal cerca de
todos los Magistrados Seculares, Virreyes, Presidentes,
Audiencias, Consejo Supremo y Junta de Guerra de
ellas con inserción y declaración de las muchas Cédulas
Reales que para esto se han despachado. Obra de sumo
trabajo y de igual importancia y utilidad, no sólo para
los de las Provincias de las Indias, sino d elas de España
y otras naciones (de qualquier profesión que sean) por
la gran variedad de cosas que comprehende, adornada
de todas las letras y escrita con el método, calidad y
lenguaje que por ella parecerá. Con dos índices muy
distintos y copiosos, uno de los libros y capítulos en que
se divide: y otro de las cosas notables que contiene. Sale
en esta tercera impresión ilustrada por el Licenciado Don
Francisco Ramiro de Valenzuela, Relator del Supremo
Consejo y Cámara de Indias y electo Oidor Honorario
de la Real Audiencia y Casa de la Contratación de Cádiz
y en dos tomos. Con Licencia. En Madrid: por Mateo
Sacristán. Año de 1736.
18.
Caton Christiano y Catecismo de la Doctrina Christiana,
para la educación y buena crianza de los niños, y muy
provechoso para personas de todos los estados. Compuesto
por el padre Jerónimo Rosales de la Compañía de Jesús.
Añadido con exemplos. Barcelona: Por Eulalia Piferrer,
Viuda Impresora del Rey Nuestro Señor. Plaza del
Ángel, ano de 1782.
19.
Simón Rodríguez.