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Convocación. Revista Interdisciplinaria de Reflexión y Experiencia Educativa.

Nº20, marzo
2015. ISSN 1688-6720

Feminización, normalización y nacionalización del magisterio


vareliano

Estudio social de las estudiantes del Internado Normal de Señoritas,


Montevideo, 1882-1915
(Mención)

Mag. Silvana Espiga


Feminización, normalización y nacionalización del magisterio vareliano.
Estudio social de las estudiantes del Internado Normal de Señoritas, Montevideo,
1882-1915

Este artículo propone observar la formación inicial de magisterio desde fuentes


que permitan comprender la complejidad inicial de la profesionalización del internado
y su composición social. Uruguay desde mediados de fines del siglo XIX ha sido un
país receptor de inmigrantes, al menos hasta las leyes restrictivas emitidas en la
década de 19301. Como plantean J.P. Barrán y B. Nahúm “la demografía tiene mucho
que decir para ayudar a comprender algunas pautas del desarrollo social y político
del país”2. Los procesos migratorios se caracterizan por la movilidad espacial y social,
se busca una mejora en las condiciones de vida u oportunidades en la nueva sociedad
que se llega3, por es significativo considerar el país de origen de las familias de las
alumnas que formaron las primeras cohortes de maestras.
En relación a ello, buscamos relacionar los aportes migratorios con las
estudiantes que ingresaban al internado normal de señoritas creado en 1882.
Utilizaremos dos fuentes una cualitativa: notas de solicitud de concurso de los
estudiantes donde se refleja la importancia de demostrar un origen honesto
(matrimonios legítimos) y rectitud moral ante las autoridades públicas educativas 4. Y
otra de carácter cuantitativo, en este caso la fuente utilizada será el libro de matrícula5
del internado de 1882 a 1915. En el mismo se registra el nombre de las alumnas,
fecha de ingreso, edad, nacionalidad de la misma, de la madre y el padre. A su vez
se menciona la ocupación del padre, no de la madre, y el departamento del cual viene
la alumna. Estudiaremos los ingresos por años y su tendencia, la evolución de la edad
de las alumnas registradas, el oficio de los padres, la incidencia de las familias
inmigrantes, y comparar la nacionalidad de los padres con las de sus hijas. Se puede
considerar que el ingreso a la nueva institución educativa es uno de los indicios de
querer permanecer e integrarse a la nueva sociedad siendo la educación de sus hijos
un camino de ascenso social, buscado originariamente6. Por otra parte, se aprecia el
carácter predominantemente femenino en el inicio del magisterio uruguayo, así como
los esfuerzos constantes de las autoridades públicas por normalizar y profesionalizar
al personal enseñante.
Formar ciudadanos con fervor patriótico, en los nuevos estados fue una
necesidad política, con ello se pretendió promover la construcción7 de una identidad
nacional. La escuela, los manuales y los maestros fueron los principales instrumentos
de dichos cambios. El año 1855 fue un antes y después en la historia de la educación
del Uruguay. Finalizada la Guerra Grande (1839-1851) el Informe y diagnóstico de
José G. Palomeque8 dejó en evidencia la compleja y pauperizada realidad de
escuelas y maestros de la campaña. La década del 60 constituyó un período de
transición hacia la formación de la escuela moderna contemporánea. Con el
presidente B. Berro, los proyectos pre –varelianos9 y la Sociedad de Amigos de la
Educación Popular, se impulsaron los intentos más sistemáticos para abordar el tema
de qué y cómo enseñar.
La presencia de inmigrantes en la enseñanza fue significativa desde el inicio
de la aplicación de la Reforma tanto en el personal directivo como en las aulas. En
1878 se dictó un decreto que estableció que “en los establecimientos de enseñanza
particulares, la obligación de enseñar el idioma nacional” ya que “El idioma es el más
poderoso vínculo de nacionalidad; es por medio de él que se unifican las ideas, las

-2-
aspiraciones y los sentimientos de las nacionalidades, en tanto que la diferencia de
idioma entre los súbditos levanta una barrera casi insoslayable para la constitución
permanente de los Estados”10, la situación más comprometida se dio en los
departamentos limítrofes con Brasil.
La formación de maestros/as estuvo relacionada con el proyecto de país y
nación al cual aspiró la modernidad (1860 -1890), es decir Uruguay “acompasó su
evolución demográfica tecnológica, económica, política social y cultural a la de Europa
capitalista, entrando a formar parte plenamente de su círculo de influencia directa”11.
Período en el que, según el historiador José Pedro Barrán, se formó una nueva
sensibilidad disciplinada, configurada por la Iglesia, los médicos y la escuela en
relación a valores “católico – burgueses”12. En esa nueva sociedad José Pedro Varela
sería “el creador de la escuela disciplinadora del niño […] y la población rural”13. Estos
actores se retroalimentaron, pero también se enfrentaron. Delio sostuvo que “[…] es
poco lo realizado durante los años 1880 y 1881 que tenga vinculación con la
Formación Docente. La actividad de la Dirección General de Instrucción Pública
estuvo orientada al ordenamiento jerárquico-administrativo del sistema […]”14 que
será notable a partir de Jacobo Varela.
La principal preocupación de las autoridades públicas fue el desarrollo del nivel
académico en la formación normal15, en esta sociedad nueva de fuerte componente
inmigratorio. Para ello hubo constantes esfuerzos para organizar Conferencias
Pedagógicas16 y regularizar las prácticas, que al menos debían extenderse durante
tres meses de duración17. Los intentos por profesionalizar, normalizar y homogeneizar
a los maestros llevaron a la creación de los Institutos normales para varones y
señoritas18. Los institutos fueron habilitados para recibir alumnos de los diversos
puntos del país en sistema de internado19, jóvenes cuyas familias eran esencialmente
de inmigrantes por ende era necesario una política específica ante los nuevos
cambios, como expresa Caetano:

La llegada al país de grandes oleadas inmigratorias y el vigoroso


crecimiento demográfico, los procesos de urbanización- en particular
montevideanos- acelerados, las múltiples implicaciones de la reforma
escolar de 1877, etc., demandaban propuestas integradoras de signo
fundacional. A ello coadyuvaban también las alternativas cambiantes de los
proyectos y modelos modernizadores, la afirmación de las estructuras del
Estado, los intentos de construcción de hegemonías sociales más o menos
estables y arraigadas (la experiencia de los nuevos `ganaderos
empresarios’, por ejemplo)20.

En tal sentido regular y formar a quienes debían dar las lecciones no era un tema
menor, y mucho menos si esas futuras maestras venían de hogares de inmigrantes,
o ellas lo eran. En 1889 se estableció por Ley que “no podrán ser empleados en las
escuelas públicas sino los Maestros que tengan título expedido por la Dirección
General de Instrucción Pública o hayan recibido la autorización provisional para
enseñar [...]”21.
Las aptitudes, conducta y moral que debían poseer los candidatos a maestros
y maestros eran reguladas por reglamentos. En el Decreto, que modificó algunos
artículos de la Ley de Educación Común de 1885 se estableció:

[…] Inciso 3º. Hacer los nombramientos de maestros interinos con


aprobación superior y solicitar del Ministerio del ramo […] los

-3-
nombramientos definitivos […] Inciso 4º. Suspender los maestros por
ineptitud ó mala conducta dando cuenta al Ministerio de Instrucción Pública
para la resolución que corresponda22.

Para tener derecho a un examen23 de escuela de grado, el interesado debía pedir


autorización24 y probar rectitud moral. En los expedientes de los maestros Francisco
Simón solicita autorización “deseando rendir examen para optar al título de maestro
de Segundo grado” e Isabel Bula “Oriental, soltera de veinte años de edad” expresa
que “es gracia y justicia que espero me sea concedida”25. En sus carpetas se
encuentran folios que dan cuenta de lo exigido por las autoridades: moral cristiana,
responsabilidad en el trabajo y aptitud física; a fin de acreditar lo expuesto presentan
testimonios de testigos.
En la carpeta de F. Simón, folio 1, el cura vicario de la parroquia de la
Inmaculada Concepción en el Paso del Molino, certificó que:

[…] en el libro tercero de bautismos al folio sesenta y siete se registra la


partida que á continuación transcribo: El diez de Agosto de mil ochocientos
setenta y uno […] bauticé solemnemente á Francisco Antonio Simón que
nació el ocho de Diciembre de mil ochocientos setenta, hijo legítimo de
Francisco simón y María Cruz, españoles […].
Folio 3- Los abajo firmantes vecinos de esta ciudad, certifican: Que don
Francisco Simón ha observado siempre una conducta intachable, ya pública
ya privadamente; á sus efectos, y a pedido del interesado, expedimos el
presente en Montevideo a veintiséis de Marzo de mil ochocientos noventa y
dos [firmas]26.

F. Simón también presentó certificado del médico declarando su buena aptitud física,
una carta de recomendación del Director de la escuela en la que había trabajado y
otra nota donde solicita la posibilidad de rendir examen. En la carpeta de I. Bula
encontramos los mismos documentos, excepto la fe de bautismo.

Folio 1- Los abajo firmantes certificamos que la Señorita Isabel Bula ha


observado siempre una conducta moral e irreprochable. Y para que conste
y á pedido de la Señorita interesada firmamos el presente certificado en
Montevideo á seis de Setiembre de mil ochocientos noventa y tres [dos
firmas].
Folio2- Certifico que la Señorita Maestra de 1er. grado Isabel Bula regenteó
durante un año la escuela de 1er grado Rural de la Estación Goñi, teniendo
a su cargo seis clases […] Florida, Agosto 12 de 1893 [firma].
Folio 3- El que suscribe Médico de la Dirección General de Instrucción
Pública certifico que la Señorita Isabel Bula se encuentra en perfecto estado
de salud. Para que conste y a pedido de la interesada expido el presente
certificado. Montevideo, Setiembre, 6/93 [firma]27.

En el caso de la joven María Lhez, “soltera de 17 años de edad”, educada en el


Colegio de tercer grado de Aurelia Viera, solicita “del Inspector, se sirva considerarla
en el número de las aspirantes al título de Maestra de primer grado que desea rendir
examen […]28. Adjuntó constancia de bautismo y que era hija legítima de padres
franceses, certificado médico que considera que estaba en “buen estado de salud”
sin entrar en especificaciones; no tenemos datos sobre cuál era el examen médico

-4-
realizado y qué se consideraba buen estado. Así como la carta hecha por vecinos
dirigida al Inspector Nacional de Instrucción Primaria: “Los abajos firmados
certificamos que la Señorita María Lehz goza de buena reputación social, debido a su
conducta intachable. Lo que nos hacemos un deber en declarar [firmas]”29.
Los aspirantes al Internato también debían presentar certificado médico de
aptitud física, requerimiento que se expresa en una circular emitida en 1893 en
respuesta a la Directora del Instituto M. Stagnero de Munar respecto a los alumnos
que solicitan ingresar al Internato teniendo problemas de salud:
Señor Inspector: La Directora del Internato Normal de señoritas da cuenta que
ingresan al Establecimiento que dirige, alumnas que poseen defectos físicos o
enfermedades que, si no las inhabilitan por el momento para ser maestras, por lo
menos dificultan y retardan la conclusión de su carrera, perjudicando así la
regularidad de los estudios […]
Por esta circular se le responde que “sólo se tendrá por válida la certificación
que produzca el médico del Establecimiento […]”30 y no la de los médicos locales y
particulares. Estos aspectos se mantuvieron con la creación de los Institutos
Normales, en mayo de 1903 se emitió una circular la que reiteró los criterios para el
ingreso y la necesidad de no establecer excepciones.

Considerando que para el ingreso de alumnos en los Institutos Normales


se requiere la justificación de las condiciones siguientes: gozar de perfecta
salud, buena conducta moral, edad mínima de diez y seis años y máxima
de veinte y tres en los varones y quince años mínima y veinte y uno máxima
en las mujeres. Que si para evitar gastos a los aspirantes en el caso
lamentable de una reprobación se ha tolerado que la comprobación de
aquellos requisitos se verificase después del examen, la experiencia ha
demostrado que tal tolerancia perjudica la tramitación regular […] La
Dirección resuelve: 1º En lo sucesivo no se admitirá ninguna solicitud de
ingreso a los Institutos Normales sin que justifiquen edad hábil, salud y
buena conducta […]31.

Uno de los problemas constantes fue la edad de ingreso de las alumnas al


internado ya que una vez culminada la etapa escolar los aspirantes iniciaban la
carrera. Una forma inmediata de resolver el problema consistió en aumentar la edad
de ingreso al instituto, pero aún hacia 1918 este problema estaba aún sin resolver.
Se manifestaba que la temprana edad con la que ingresan los jóvenes llevaba a que
carecieran de “capacidad y aptitud indispensable para abordar con éxito la enseñanza
del libro y de la cátedra […] falta de hábitos y disciplina necesarios al trabajo serio y
metódico […]”. Sin embargo “la exigencia de una mayor edad para el ingreso no
proporcionaría ninguna ventaja” ya que entre el egreso de la escuela y el ingreso al
Instituto mediaría un tiempo donde el alumno no estaría formándose. Por ello “habrá
que captar, pues, como menos mal, el pase de la escuela al instituto, pero cuidando
que el cambio no sea sólo de local y de maestro y, sobre todo, que se encare la
primera época como período de reconstrucción, de formación de hábitos y pulimiento
de la personalidad” 32.
Respecto al problema de la corta edad, paulatinamente se fueron modificando
los criterios de ingreso al Instituto, así como se determinó un mínimo de edad también
se estableció un máximo para el ingreso. En1906 se acordó que la edad tope para
ingresar al Instituto Normal de Varones sería de 25 años, antes era de 23 años33.

-5-
En el estudio del Libro de Matrícula del Internato Normal de señoritas
encontramos, primero que con el correr de los años la edad de las estudiantes se
incrementó y en segundo lugar que paulatinamente se inscribieron más jóvenes por
año, aunque de manera irregular. Hacia 1909 observamos que hubo un incremento
significativo en las inscripciones pasando de 56 a 92., pero el crecimiento exponencial
de la matrícula se dio en 1915, que pasó de 126 a 214 inscriptas.
Comparando los cuadros creados a partir de la base de datos encontramos
que la mayoría de las estudiantes que ingresaban tenían padres extranjeros, pero las
jóvenes eran en su mayoría orientales, 89 inmigrantes y 1447 orientales, el 94,2 %.
Tomamos este dato como un indicio de que las familias pretendían asentarse en la
nueva sociedad. El 61 % de los padres son extranjeros así como el 49 % de las
madres. Por otra parte, los matrimonios tienden a ser del mismo origen, sobre todo
los de lengua extranjera sajona. Las orientales se casaron preferentemente con
españoles e italianos, pero hay excepciones.
Respecto a las ocupaciones y perfil socio-cultural, identificamos 101 oficios
declarados vinculados a las actividades de negocios, campo, profesiones liberales y
oficios de época. Datos que procesamos en un cuadro para identificarlos. Para
graficar establecimos seis categorías para agruparlos. Clasificamos en: oficios,
profesionales, comerciantes, empleados, jubilados/pensionistas, militares y sin dato.
Un 53% ocupan la categoría de empleados y comercio, 9% profesionales, 18%
poseen algún oficio, 4% son militares, un 8% no declara y tres personas son
jubiladas/pensionistas, en un total de 1532 datos registrados.

A modo de síntesis

En los documentos citados hemos notado que los jóvenes provenían casi en
un 50% de familias de inmigrantes y sectores definidos como empleados y comercio,
donde sólo un 9% se declaró profesional. El hecho de que la mayoría de las inscriptas
eran orientales son indicios de que esas familias se asentaron en el nuevo país y
visualizaron en el instituto normal una opción laboral (casi la única para la época) para
sus hijas. La fuente cualitativa nos indica a su vez que dichas familias tenían probada
rectitud moral. Podemos establecer que la escuela moderna fue una construcción
continua y gradual en la aplicación de los proyectos pedagógicos, pero para el Estado
fue una institución articuladora de acciones políticas y sociales múltiples: fundar una
“nación sana” de ciudadanos con “fervor patriótico”. Aspectos que permitieron en
última instancia, crear los fundamentos primarios de la nacionalidad oriental en una
sociedad con fuerte componentes inmigratorios. La profesionalización del personal
enseñante fue la transformación transversal del período, lo cual posibilitó consolidar
diversas propuestas pedagógicas y educativas. Por otra parte, tanto el proceso de
feminización de la labor docente, así como los aspectos nacionalizantes se
mantuvieron como ejes estructurales del magisterio uruguayo aún a lo largo del siglo
XX.

-6-
Libro del Matrícula del Internado Normal de Señoritas, 1882 – 1915

Cuadro I

Alumnas inscriptas por 1897 16


año en el Internado 1898 13
1899 25
año Ingresos 1900 29
1882 36 1901 37
1883 1 1902 34
1884 18 1903 58
1904 45
1885 29 1905 73
1886 19 1906 33
1887 13 1907 37
1888 21 1908 56
1889 25 1909 92
1890 29 1910 53
1891 10 1911 84
1892 5 1912 88
1893 29 1913 93
1894 24 1914 126
1895 25 1915 214
1896 27

Cuadro II

Cuadro
Evolución De los Ingresos 17 1
Año Edad Inscriptas 18 2
1882 13 7 20 1
14 6 21 1
15 8 1885 13 3
16 3 14 7
17 7 15 9
18 2 16 4
19 1 17 3
20 2 18 1
1883 16 1 23 1
1884 13 7 25 1
14 2 1886 13 4
15 2 14 4
16 2 15 8

-7-
16 1 19 1
17 1 25 1
18 1 1894 14 3
21 1 15 11
1887 14 3 16 5
15 5 17 1
16 4 18 1
21 1 19 2
1888 13 2 28 1
14 5 1895 15 9
15 7 16 11
16 2 18 2
17 2 19 1
20 1
22 1
18 2 1896 15 10
19 1 16 6
1889 13 3 17 2
14 5 18 5
15 4 19 2
16 7 21 1
17 3 30 1
18 2 1897 15 6
19 1 16 6
1890 13 2 17 2
14 2 18 2
15 10 1898 15 2
16 7 16 4
17 8 17 2
1891 14 1 18 3
15 5 19 2
16 2 1899 15 12
17 1 16 5
20 1 17 5
1892 14 1 18 3
15 1 1900 14 2
16 2 15 12
17 1 16 3
1893 13 1 17 3
14 5 18 8
15 5 19 1
16 5 1901 14 1
17 5 15 13
18 6 16 7
8
17 12 21 5
18 3 22 7
19 1 23 1
1903 14 3 24 1
15 19 1910 15 26
16 18 16 12
17 7 17 4
18 7 18 6
19 1 19 3
20 2 20 1
21 1 1911 15 40
1904 15 21 16 19
16 8 17 4
17 7 18 11
18 4 19 5
19 3 20 1
20 2 1912 15 48
1905 15 18 16 16
16 21 17 4
17 16 18 12
18 11 19 7
19 4 1913 15 43
20 3 16 23
1906 15 15 17 5
16 9 18 12
17 5 19 4
18 3 21 2
20 1 22 2
1907 15 14 23 1
16 12 1914 14 29
17 1 15 42
18 8 16 15
19 2 17 4
1908 15 25 18 15
16 18 19 7
17 5 20 2
18 6 21 1
19 2 1915 14 88
1909 15 23 15 61
16 22 16 23
17 6 17 8
18 9 18 13
19 13 19 6
20 5 20 3
9
21 3 35 1
23 3 36 1
25 1
27 1

Cuadro III

Evolución de los ingresos por décadas

Años edad Ingresos años2 edad2 ingresos2 años3 edad3 ingresos3


1882 –
1892 13 28 1893-1903 13 1 1904-1915 13 0
14 36 14 14 14 117
15 59 15 99 15 376
16 35 16 70 16 198
17 27 17 39 17 69
18 10 18 40 18 110
19 3 19 11 19 59
20 4 20 3 20 18
21 2 21 2 21 11
23 1 22 1 22 9
25 1 25 1 23 5
206 28 1 24 1
30 1 25 2
283 27 1
35 1
36 1
978

10
Cuadro IV

Número de inscriptas por nacionalidad en el


internado de señoritas 1882-1915
1447

2 31 5 1 17 6 2 1 6 8 3 7

estudiantes

Cuadro V

Nacionalidad de los padres de las alumnas inscriptas en el internado

alemán; 5
portugués; 6 sin dato; 65 argentino austríaco; 6
suizo; 22 ; 22
belga; 3
paraguayo; 1
brasilero; 11

español; 385
oriental; 479

italiano; 404

francés;
104
inglés; 9
irlandés; 1

11
Cuadro VI Nacionalidad de las madres de las alumnas inscriptas

noruega
0%

oriental
italiana
51%
18%

española
inglesa 15%
1%

francesa paraguaya
5% 0%
peruana
brasilera argentina alemana 0%
1% 4% 1%
suiza
belga 1%
0% alsaciana sin dato
0% 3%

Cuadro VII

Oficios declarados por los padres en el libro de Matrícula del Internado de


Señoritas

Oficio de los padres cochero 1


abastecedor 6 colchonero 1
abogado 6 comisario de salud 1
agente 2 comisionista 9
agricultor 13 confitero 8
agrimensor 4 consignatario 2
albañil 12 constructor 26
arquitecto 4 contador 10
artista 4 cónsul 1
barbero 2 corredor de juntas 4
boticario 1 corredor 17
carpintero 39 curtidor 2
capataz de estancia 1 defensor judicial 4
capataz de molino 1 dentista 1
cigarrero 1 diplomático 1
cirujano del ejército 1 ebanista 4
cobrador 3 empleado 252
comerciante 473

12
empleado de 1 modisto 1
diligencia mueblero 4
empleador 1 músico 5
encuadernador 1 negociante 1
engarzador 1 navegante 1
escribano 8 panadero 5
escultor 2 peluquero 2
estanciero 45 pensionista 1
educacionista 4 periodista 6
electricista 3 pintor 9
fabricante 2 platero 3
farmacéutico 1 Práctico 9
feriante 1 preceptor 1
grabador 1 procurador 32
herrero 3 profesor 5
hojalatero 7 propietario 10
hornero 1 rematador 11
impresor 1 Relojero 5
Industria 11 rentista 69
ingeniero 2 responsable de 1
inspector de salud 1 patente
inspector de escuela 8 saladerista 2
Jornalero 12 sastre 7
jefe político 1 senador 1
joyero 9 tambero 1
juez de paz 1 tapicero 1
jubilado 2 telegrafista 8
labrador 2 tenedor de libros 2
maestro 11 talabartero 1
maestro de obra 1 tropero 3
maquinista 4 tonelero 1
marino 32 veterinario 2
mecánico 9 zapatero 11
médico 14
militar 62 sin dato 128
molinero 1

13
Cuadro VIII y IX Subtotales de los
oficios de los padres y ocupaciones

Comercio/industria 489

Empleados 314
Militares 62
Oficios 274
Profesionales 136

Propietarios 126

Jubilados/pensionistas 3

Sin dato 128


Total 1532

Cuadro X

Ocupación declarada por el padre


Propietarios Jubilados/pensioni
8% stas Sin dato
0% 8% Comercio/industria
Profesionales 32%
9%
Oficios
18% Empleados
21%

Militares
4%

14
Profesionales Empleados Oficios Propietarios Militares Jubilados/
pensionis-
Ta
Abogado 6 abastecedor 6 agricultor 13 militares 62 jubilado 2
Agrimensor 4 Agente 2 albañil 12 estanciero 45 Pensionis 1
-ta
Arquitecto 4 capataz de 1 barbero 2 fabricante 2
estancia
Artista 4 capataz de 1 carpintero 39 propietario 10 Comercio
molino /industria
cirujano del ejército 1 Cobrador 3 cigarrero 1 rentista 69 boticario 1
Contador 10 comisario de 1 Comercia 373
salud ntes
Cónsul 1 Cochero 1 colchonero 1 Emplea- 1
dor
defensor judicial 4 comisionista 9 confitero 8 feriante 1
Dentista 1 consignatario 2 constructor 26 industria 11
Diplomático 1 corredor de 4 curtidor 2 Negocian- 1
juntas te
Escribano 8 Corredor 17 ebanista 4 Farmacéu 1
tico
Escultor 2 Empleado 252 encuadernador 1
Educacionista 4 empleado de 1 engarzador 1
diligencia
Ingeniero 2 Jornalero 12 electricista 3
inspector de salud 1 Labrador 2 grabador 1
inspector de escuela 8 herrero 3
jefe político 1 hojalatero 7
juez de paz 1 hornero 1
Maestro 11 impresor 1
Médico 14 Joyero 9
Periodista 6 maestro de obra 1
Preceptor 1 maquinista 4
Procurador 32 marino 32
Profesor 5 mecánico 9
responsable de 1 molinero 1
patente
Senador 1 modisto 1
Veterinario 2 mueblero 4
músico 5
navegante 1
panadero 5
peluquero 2
pintor 9
platero 3
práctico 9
rematador 11
relojero 5
saladerista 2
sastre 7
tambero 1
tapicero 1
telegrafista 8

15
tenedor de 2
libros
talabartero 1
tropero 3
tonelero 1
1 zapatero 11
3
6
sin dato 12 314 274 126 6 489 3
8 2

1
Al respecto de las “leyes de indeseables” de 1932 ver Facal Santiago, Silvia “Política inmigratoria
de puertas cerradas. Uruguay frente a la llegada de refugiados españoles y judíos alemanes”
Revista Complutense de Historia de América. Vol. 28 (2002), pp.169 -183.
2
Barran, J. P. Nahúm, B. Batlle, los estancieros y el imperio británico. El Uruguay del novecientos,
Banda Oriental. Montevideo, 1979. Tomo 1. Respecto a la estructura demográfica, familia y
casamientos ver “El modelo demográfico y cultural de nuestro Antiguo Régimen” ... pp.19 a36
3
Migratio: traslado de una población de un lugar a otro con el ánimo de cambiar de residencia. Los
patrones migratorios se pueden definir por direccionalidad (emigración, inmigración, emigración
retornados), tipo (voluntario o forzoso), territorialidad (interno o externo al Estado), temporalidad
(permanente o temporal), calificación (calificados o no calificados), legalidad (documentado,
indocumentado o irregular). Al respecto del concepto migración y sus implicancias ver “Las
migraciones como proceso social”, Cristina Blanco. Las migraciones contemporáneas, Ciencias
Sociales, Alianza, Madrid, 2000.
4
Fuente inédita. Museo Pedagógico.
5
Fuente inédita. Archivo Histórico de los IINN de Montevideo.
6
Valdés Sierra, Juan Manuel “Antropología de las migraciones”, Revista de Dislectología y
Tradiciones Populares, XLIX 2, Madrid, 1994. Los procesos de integración a la nueva comunidad
no son unidimensionales “sino que precisa de gestos por parte del inmigrado; con los años de
estancia se produce lógicamente la asimilación en niveles sociales, una asimilación que posibilita,
por ejemplo, la ausencia de segregación, los contactos interétnicos con los nativos y el aprendizaje
del idioma […]”, p. 237.
7
Empleamos el término construcción ya que implica que los individuos participan, dan forma y
limitan la realidad que constituyen a través de sus prácticas, lenguaje, etc. No empleamos el término
representación ya que supone “que una representación ‘se corresponde’ con el objeto representado
[…] las fuentes históricas se antojan hoy más opacas de lo que solíamos creer”, P. Burke ¿Qué es
la Historia Cultural?, Paidós, Barcelona [2006], 2010, p. 98.
8
J. Palomeque fue abogado, sargento Mayor y Jefe político de Montevideo. En 1847 se creó el
instituto de Instrucción Pública, el cual integró como secretario. En 1854 el Instituto le solicita
“examinar las necesidades […] e imperfecciones” de la escuela en el interior del país. “En el
cumplimiento de dicho mandato, recorrió durante cuatro meses los distintos departamentos” Al
respecto ver: Mena Segarra, E. Palomeque, A. con colaboración de L. Delio. Historia de la
educación uruguaya 1830 -1886. Ediciones de la Plaza, Montevideo, 2011. Tomo II, pp185 – 202.
9
Proyectos de J. Requena, Jaime Laviña, Isidoro de María, Agustín de Vedia. Al respecto ver Mena
Segarra, E. A. Palomeque, Historia de... p. 237 -249.
10
La segunda Memoria 1877-1878, José Pedro Varela con una selección de documentos de
época, Cámara de Representantes, ROU, 1990, p. 47.
11
Barrán, José Pedro. Historia de la sensibilidad en el Uruguay, Ediciones Banda Oriental,
Montevideo, 1997, p. 218.
12
Barrán, J. P. Historia de la..., al respecto ver pp. 223 a 233.
13
Barrán, J. P. Historia de la..., p. 222. Si bien compartimos algunos de los aspectos conceptuales
vertidos por el historiador considero que se pueden analizar una causalidad más compleja y diversa

16
a la hora de comprender los discursos médicos o escolares. En definitiva, no visualizo dicotomías
tan precisas entre una “burguesía” que impone su orden frente a una “barbarie” popular que hay
que civilizar. Si considero que hay tensiones ideológicas pero que refiere más a grupos de poder
que a clases sociales. Por ejemplo, la influencia de las mujeres católicas (sean burguesas o de
sectores populares) frente a la necesidad de insistir en la enseñanza de la religión.
14
Delio L. Historia de la formación... p. 65.
15
“En España, el nombre de “normal” aplicado a las escuelas que preparan maestros aparece por
primera vez en los “Estatutos de la enseñanza” del año 1797”. Marenales, E., Figueredo, G.
Internatos Normales de..., p. 40.
16
Las Conferencias pedagógicas también se organizaron en la campaña, la DGIP consideraba la
necesidad “evidente y notoria de perfeccionar en el arte de enseñar al personal docente de
campaña […]” I.N. Jacobo Varela, Legislación Escolar. Recopilación de la ROU 1885 – 1889.
Recopilación por O. Miranda, Montevideo, Imprenta de La Correspondencia, 1889. p. 167. En las
Conferencias de Maestros realizadas en Montevideo en 1896 se trataron los siguientes temas:
“Leyes pedagógicas que rigen la organización de la enseñanza”, “Disciplina escolar: penas y
recompensas”, “La enseñanza concéntrica en la escuela primaria”, “Enseñanza del lenguaje en las
escuelas de segundo grado”, “Enseñanza de la física”, “El servicio de agua en las escuelas”,
“Enseñanza de la Moral”. La asistencia era obligatoria para el “personal enseñante”, I. N. Julián
Miranda, en Legislación Escolar 1896 -1897. Formada, dispuesta y concordada por Orestes Araujo,
Montevideo, Dornaleche y Reyes editores, Tomo cuarto, 1898, pp. 290 -323.
17
Resolución del 14/3/1881 toda “persona que opte al título de maestro, deberá acompañar a su
solicitud de examen un certificado expedido por cualquier de los señores Inspectores
Departamentales de Instrucción Primaria, que acredite haber practicado por lo menos durante tres
meses en una escuela pública que corresponda a la categoría del diploma a que aspire” en Luis
Delio, Historia de la formación Docente, Ed. Cruz del Sur, Montevideo, 2009, Tomo 1, p. 65.
18
Legislación Escolar. Recopilación, 1885-1889... DGIP. Bases para su organización. “Los
Internatos Normales, para señoritas y varones, quedan constituidos de la siguiente forma: Artículo
1º La Comisión de Instrucción Primaria de cada Departamento de campaña podrá mandar tres
señoritas y tres varones al Establecimiento correspondiente. La Comisión Departamental de
Instrucción Primaria de Montevideo queda facultada para enviar a cada uno de los Establecimientos
indicados, tres señoritas y seis varones, en calidad de alumnos externos. Art. 2º Los jóvenes que
se nombren deberán poseer, cuando menos, los conocimientos de la 6ª clase del Programa Escolar
Vigente; tener como mínimo trece años de edad las señoritas y diez y seis los varones, y como
máximo, veintiún años las primeras y veinte y tres los segundos, no tener defecto físico alguno,
gozar de perfecta salud y acreditar una residencia de res años o pertenecer a familia radicada en
el Departamento de donde procedan […] Art. 4º No se admitirá alumno alguno que no contraiga el
compromiso siguiente: 1º De permanecer un año, cuando menos en el Internato; 2º de satisfacer,
en caso de que se retire antes, ciento cincuenta pesos si es interno, y la mitad de esta suma si es
externo; 3º De ejercer el profesorado público a lo menos por dos años, desempeñando, con la
retribución correspondiente, el cargo que la Autoridad escolar le designe en cualquiera de las
Escuelas del respectivo Departamento si es Maestro y si es Maestra en cualquiera de las Escuelas
de los centros de población del propio Departamento [igual para los alumnos externos]” Aquellos
que salgan del Instituto sin su diploma debían abonar a la Administración escolar “diez pesos los
alumnos externos y treinta los internos” por cada mes que hayan permanecido. Los padres firmaban
un contrato aceptando estos criterios, José T. Piaggio, 2º Vice – presidente, p. 297-301.
19
Para el desarrollo de los antecedentes del Instituto Normal se sugiere la lectura del libro de E.
Marenales, D. Piotti, A. Palomeque, J. Bralich y L. Delio. En los mismos se plantean y analizan los
diversos proyectos educativos así como los antecedentes institucionales de los institutos normales.
20
Caetano, Gerardo, “Paraguay, Uruguay” en Valls, Rafael (Dir.) Los procesos independentistas
iberoamericanos en los manuales de Historia. Argentina, Chile, Paraguay, Uruguay. OEI –
Fundación Mapfre, Madrid, 2006. Vol. II, p. 129-130.
21
Legislación Escolar. Recopilación. ROU de 1885 a 1889 por Julián Miranda, Montevideo,
Imprenta de la Correspondencia, 1889. Art. 37, p. 12.
22
AGN, Libro III, Fondo Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Libros Administrativos,
Leyes, 4251, p. 6.
17
23
AGN, Libro III. “Inciso 8º- Nombrar uno de sus miembros (del Ministerio) para que conjuntamente
con el Inspector Nacional de Instrucción Primaria presidan cada cuatro meses los exámenes de las
aspirantes al título de maestras del estado […]. Inciso 9- Conceder diplomas que deberán ser de
tres grados á los que resulten aprobadas con arreglo á los programas previamente establecido […]”
pp. 6-7.
24
Legislación Escolar ROU de 1892 a 1895 por Orestes Araujo, Montevideo, Dornaleche y Reyes,
Editores, 1898, Tomo tercero. DGIP “Montevideo, febrero 22 de 1895. Declárese que las Maestras
de 1er grado en ejercicio que deseen hacer la práctica reglamentaria para adquirir el título de 2º
grado, tendrán derecho a solicitar licencia, sin opción a sueldo, por el tiempo preciso […] Urbano
Chucarro, Inspector Nacional”, p. 316.
25
Las citas corresponden a la carta presentada por cada uno de los aspirantes al Inspector Urbano
Chucarro.
26
Museo Pedagógico, Carpeta 1373, Montevideo, 31 de Marzo de 1892. Los expedientes
manuscritos tienen sellos de la Contaduría General de la República. La respuesta a las distintas
solicitudes fue favorable firmado por el Inspector U. Chucarro. Se adjuntas las actas de exámenes
en cada una de las carpetas consultadas.
27
M. P., Carpeta 1616. Montevideo, Agosto de 1893.
28
M. P. Carpeta 1989. Montevideo, 31 de Mayo de 1896.
29
Carpeta 1989 Folio 12.
30
Legislación Escolar 1892 a 1895... Tomo tercero. Circular DGIP. Montevideo, 28 de enero de
1893, I. N. Urbano Chucarro, p. 128.
31
Legislación Escolar 1898 – 1903... Moción del vocal doctor José T. Piaggio aprobada por la DGIP,
I.N. A.J. Pérez, pp. 206 – 207.
32
Anales de Instrucción Primaria, Año XV – XVI, Tomo XV, nº 1 y 12, julio 1917 – junio 1918,
Montevideo, Imprenta “El Siglo Ilustrado”, 1918. José Tomás Portela, pp. 156 – 157.
33
Legislación Escolar Vigente, 1906 – 1918... Tomo VII, resolución del 29 de marzo de 1906, Abel
J. Pérez, p.18.

Bibliografía sumaria

Barrán José Pedro, Historia de la sensibilidad en el Uruguay, Ediciones Banda


Oriental, Montevideo, 1997.

Blanco, Cristina, “Las migraciones como proceso social” en Las migraciones


contemporáneas, Ciencias Sociales, Alianza, Madrid, 2000.

Bralich Jorge y Southwell Myriam (coord.) Reflexiones sobre el Congreso Pedagógico


Internacional de 1882, Cuadernos de Historia de la Educación, Sociedad Uruguaya
de Historia de la Educación, Año I, Nº 1, diciembre de 2013.

Burke Peter, ¿Qué es la Historia Cultural?, Paidós, Barcelona [2006], 2010.

Caetano Gerardo, “Paraguay, Uruguay” en Valls, Rafael (Dir.) Los procesos


independentistas iberoamericanos en los manuales de Historia. Argentina, Chile,
Paraguay, Uruguay. OEI – Fundación Mapfre, Madrid, 2006. Vol. II.

Delio Luis, Historia de la Formación Docente, Ediciones Cruz del Sur, Montevideo,
2009. Tomo I.

18
Facal Santiago Silvia, “Política inmigratoria de puertas cerradas. Uruguay frente a la
llegada de refugiados españoles y judíos alemanes” Revista Complutense de Historia
de América. Vol. 28 (2002).

Llionetti Lucía, “Ciudadanas Útiles Para la Patria. La Educación de Las 'Hijas del
Pueblo' en Argentina (1884-1916)” En Source: The Americas, Vol. 58, No. 2 (Oct.,
2001), pp. 221-260 Published by: Academy of American Franciscan HistoryStable
URL: http://www.jstor.org/stable/1007966 [Consulta Abril de 2013]

Marenales Emilio y Figueredo Gladys, Internatos Normales de Montevideo,


Montevideo, Edición de autores, 2002.

Mena Segarra, E. Palomeque, A. con colaboración de L. Delio. Historia de la


educación uruguaya 1830 -1886. Ediciones de la Plaza, Montevideo, 2011. Tomo II.

Valdés Sierra Juan Manuel, “Antropología de las migraciones”, Revista de


Dislectología y Tradiciones Populares, XLIX 2, Madrid, 1994.

Archivos y Fuentes

AGN, Libro III, Fondo Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Libros
Administrativos, Leyes, 4251.

AHIINN, Primer Libro de Matrícula de los IINN (fuente inédita).

Museo Pedagógico, Carpeta 1373, Montevideo, 31 de Marzo de 1892. Carpeta 1616.


Montevideo, Agosto de 1893. Carpeta 1989. Montevideo, 31 de Mayo de 1896.

Anales de Instrucción Primaria, Año XV – XVI, Tomo XV, nº 1 y 12, julio 1917 – junio
1918, Montevideo, Imprenta “El Siglo Ilustrado”, 1918.

Legislación Escolar 1896 -1897. Formada, dispuesta y concordada por Orestes


Araujo, Montevideo, Dornaleche y Reyes editores, Tomo cuarto, 1898.

Legislación Escolar ROU de 1892 a 1895 por Orestes Araujo, Montevideo,


Dornaleche y Reyes, Editores, 1898, Tomo tercero. DGIP.

Segunda Memoria 1877-1878, José Pedro Varela con una selección de documentos
de época, Cámara de Representantes, ROU, 1990.

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