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La correcta escritura, el buen uso del léxico y el dominio de las reglas gramaticales, constituyen los tres grandes
ámbitos que regula la norma de la lengua. La importancia otorgada al código ortográfico aparece ya en el
Discurso proemial de la orthographía de la lengua castellana incluido en el primer tomo del Diccionario de
autoridades (1729): «Una de las principales calidades, que no solo adornan, sino componen cualquier idioma, es
la ortografía, porque sin ella no se puede comprender bien lo que se escribe, ni se puede percibir con la claridad
conveniente lo que se quiere dar a entender».
Definitivamente, el mundo laboral nos muestra la gran importancia que cobra la buena redacción. En este caso,
la expresión escrita desempeña un papel fundamental para los juristas, puesto que es su primera carta de
presentación y principal arma de combate. Así pues, es necesario que el profesional del derecho cuide con
esmero el uso que le da al lenguaje.
Por todo lo anterior, este manual básico de redacción para abogados tiene como objetivo principal brindar una
fuente de consulta que permita aclarar las dudas que puedan surgir en el momento de redactar textos.
Cabe recordar que muchas veces los abogados, quizá por desconocimiento de las reglas del idioma español o por
creer que las usan de manera adecuada, las conculcan sin darse cuenta.
No olvidemos que un texto debe estar bien construido desde el punto de vista de la coherencia y la cohesión. Si
dentro de un texto encontramos que la argumentación no es clara, que hay signos de puntuación mal usados,
impropiedades e imprecisiones léxicas, abuso de mayúsculas, conectores mal empleados, gerundios incorrectos,
queísmo y dequeísmo, etc., es muy probable que nuestros escritos no produzcan los resultados esperados, sino al
contrario, que no permitan una adecuada comprensión del mensaje que queremos transmitir y, por ende, causemos
una imagen negativa de nuestro trabajo profesional. Gettial, Juan Carlos. (2013). Manual Básico de Redacción para
Abogados. Universidad Libre.
EL QUE GALICADO
Se entiende por que galicado el que se utiliza incorrectamente en expresiones españolas que imitan ciertos giros
propios de la lengua francesa. El adjetivo galicado proviene del adjetivo latino gállicus, que significa
perteneciente o relativo a las Galias, es decir, Francia.
Ejemplos:
Así se habla.
Así es como se habla.
Ejemplos:
Estudiando, se aprende.
Estudiando, es como se aprende.
Ejemplos:
1.4.1 Iniciada la función fue que se cerraron las puertas del salón.
1.4.3 Revisadas las pruebas fue que se dieron cuenta del engaño.
Ejemplos:
Ejemplos:
Quienes no comprenden bien en qué consiste el que galicado creen ver esta inculta expresión en todas las
oraciones que contienen que. Ejemplos:
1.7.1 Desde que el expresidente Turbay consiguió que le concedieran su primer doctorado honoris causa, sus
correligionarios empezaron a considerarlo un sapientísimo padre de la patria.
Aquí el que está bien empleado y, en consecuencia, no es necesario cambiarlo por cuando para decir Desde
cuando el expresidente Turbay consiguió que le concedieran su primer doctorado honoris causa, sus seguidores
empezaron a considerarlo un sapientísimo padre de la patria.
1.7.2 Muy seguramente se incrementarán las intrigas palaciegas, ahora que comienza un nuevo gobierno.
Téngase en cuenta que para que se presente el que galicado es necesario que el que esté relacionado con el verbo
ser.
EL QUEÍSMO Y EL DEQUEÍSMO
QUEÍSMO es el empleo indebido de la conjunción que en lugar de la secuencia de que. Por ejemplo, es queísmo decir
Me da la sensación que no han venido. Debe decirse Me da la sensación de que no han venido.
Una manera de averiguar cuándo debemos utilizar que y cuándo de que es convertir en pregunta la oración que causa la
duda y si, al hacerlo, se necesita la preposición de, esta debe expresarse en tal oración. Si no se necesita la preposición de,
esta no debe expresarse en tal oración.
Ejemplos:
Queremos saber si debemos decir Me contaron de que te casas mañana o Me contaron que te casas mañana. Para
averiguarlo, convertimos en pregunta la oración que causa la duda, así: ¿Qué me contaron? Observamos que en esta
pregunta no se necesita la preposición de. En consecuencia, debemos decir Me contaron que te casas mañana.
Queremos saber si debemos decir Finalmente nos convencimos de que no estamos en lo cierto o Finalmente nos
convencimos que no estamos en lo cierto. Para averiguarlo, convertimos en pregunta la oración que causa la duda, así:
¿De qué nos convencimos? Observamos que en esta pregunta sí se necesita la preposición de. En consecuencia,
debemos decir Finalmente nos convencimos de que no estamos en lo cierto.
EL QUEÍSMO Y EL DEQUEÍSMO
I. Complete los espacios en blanco con las secuencias de que, que y en que.
1. Los ministros se enteraron ______ les iban a aumentar los salarios.
2. El presidente de Colombia da fe ______ la conducta del primer ministro es intachable.
3. El escándalo de ex presidente dio mucho _____ hablar.
4. A pesar ______el abogado intentó reunir las pruebas, no pudo salvar de la cárcel al inculpado.
El juez se percató ______ uno de sus empleados había perdido varios expedientes.
5. Los docentes que aplican los preparatorios deben cerciorarse ________ no haya suplantación de identidades.