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En 1923, el general Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado imponiendo una dictadura militar como
solución a la crisis de la Restauración. El rey lo aceptó.
Primo de Rivera, presidente y ministro, proclamó el estado de guerra, cerró el parlamento y suspendió la
Constitución de 1876. Prohibió partidos políticos y sindicatos. Aplicó medidas represivas para mantener el
orden público, creó el Somatén Nacional y redujo el pistolerismo y restableció la paz social. Se reprimió el
nacionalismo y prohibió símbolos catalanistas y el uso del catalán en medios oficiales.
En esta etapa, Primo de Rivera resolvió el conflicto en Marruecos. Intentó inicialmente negociar la paz
ofreciendo autonomía a Abd-el-Krim, pero este atacó el Protectorado francés y España hizo una ofensiva
militar con Francia. Las fuerzas españolas y francesas derrotaron a Krim en el desembarco de Alhucemas en
1925. Esto llevó a la sumisión del Protectorado, y España gobernó en paz hasta la independencia de
Marruecos en 1956.
Resuelto el problema del orden público y la cuestión marroquí, Primo de Rivera estableció un gobierno civil.
Se inspiró en dictaduras como la de Mussolini (1922). Para consolidar el Régimen, formó la Unión Patriótica
(1924), carente de un programa e ideología definida y se convirtió en instrumento propagandístico que
desapareció al finalizar la Dictadura.
En 1927, se convocó una Asamblea Nacional Consultiva para reemplazar a las Cortes. El 23 de noviembre,
Concepción Loring Heredia fue la primera mujer en hablar en el Congreso de los Diputados, excluyendo
reinas y regentes. La Asamblea tenía como objetivo redactar una nueva constitución, pero la oposición de
políticos dinásticos, la negativa de los socialistas y la actitud reservada del rey obstaculizaron el proyecto del
Estatuto Fundamental de la Monarquía.
A partir de 1926, la dictadura perdió apoyo y enfrentó críticas, Alfonso XIII no se libró. En junio de 1926, los
dirigentes de los partidos del turno y republicanos, junto a militares, intentaron restablecer el orden
constitucional con un pronunciamiento conocido como la “Sanjuanada”. Además, estalló un conflicto militar
por las reformas de Primo de Rivera, partidario de ascensos por méritos de guerra. La oposición del cuerpo
de artillería, hizo que el rey disolviera el cuerpo y parte del ejército se distanció de la dictadura y del rey.
En 1929, el Regimiento de Artillería de Ciudad Real lideró un pronunciamiento que resultó un fracaso. Otros
opositores incluyeron intelectuales como Unamuno (exiliado) y Ortega y Gasset, este último autor con
compromiso político y social y fundador de la Revista de Occidente. La FUE (Federación Universitaria Escolar)
se opuso a la dictadura.
Manuel Azaña formó la Alianza Republicana con Acción Republicana, el partido Republicano Catalán de
Marcelino Domingo y Lluis Companys, y el partido Radical de Lerroux. Alcalá-Zamora creo la Derecha
Liberal Republicana y surgió Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tras un intento fallido de insurrección
separatista e invasión de Cataluña por Estat Catalá de Macià. En 1927, apareció la Federación Anarquista
Ibérica (FAI), partidaria de la insurrección revolucionaria. Primo de Rivera presentó su dimisión en enero de
1930.
Alfonso XIII designó a Dámaso Berenguer para restaurar la normalidad constitucional, pero su elección al
nombrar a un general desacreditado tras el Expediente Picasso, generó críticas, destacando el artículo de
Ortega y Gasset: "El error Berenguer". La oposición se organizó por el Pacto de San Sebastián (1930) con
Alianza Republicana para cambiar el régimen con un levantamiento militar con apoyo civil, pero fracasa
por falta de coordinación.
En 1930, un grupo de intelectuales con Ortega y Gasset, Marañón y Pérez de Ayala, publicó un manifiesto
para fundar una Agrupación al Servicio de la República, instando a otros intelectuales a apoyar la república.
La insurrección planeada sería el 15 de diciembre, fracasó la Sublevación de Jaca y la del aeródromo de
Cuatro Vientos en Madrid. Tras el anuncio de no participar en las elecciones legislativas por parte de
republicanos, socialistas y antiguos políticos dinásticos, Berenguer renunció. Le sustituyó el almirante Aznar,
que convocó elecciones municipales en abril, seguidas de elecciones generales, pero las municipales fueron
consideradas un plebiscito sobre la monarquía.
Triunfó la coalición de republicanos y socialistas en grandes ciudades (41 de 50) y se interpretó como
rechazo a la monarquía. La república se proclamó en Éibar y se extendió. Companys y Marcià proclamaron la
República Catalana en Barcelona. El 13 de abril de 1931, el almirante Aznar en el Palacio de Oriente,
respondió a un periodista sobre la crisis, diciendo: que más crisis quieren que la de un país que se acuesta
monárquico y se levanta republicano. El 14 de abril de 1931, Niceto Alcalá Zamora proclama la IIª
República en Madrid y el rey Alfonso XIII partía al exilio.