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Descartes-teoria.

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Historia de la Filosofía

1º Prueba de Acceso a la Universidad

PEvAU Andalucía, Ceuta, Melilla y Centros en Marruecos

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No se permite la explotación económica ni la transformación de esta obra. Queda permitida la impresión en su totalidad.
PREGUNTA 3 DESCARTES

Estamos ante un fragmento de la parte (II, IV) del Discurso del Método. Descartes pretende establecer las
bases de un nuevo método de descubrimiento basado en las matemáticas que permita deducir, a partir
de verdades evidentes por sí mismas, otras verdades evidentes deducidas de las primeras. Este método
científico podría llegar a ser universal y en él, será fundamental su punto de partida. Para ello, lo primero
que deberá formular Descartes son sus reglas:
1. Evidencia: admitiremos como verdadero solo aquella idea que se presenta al entendimiento de
tal manera que no se pueda dudar de ella. Tendrá que ser clara (la percibimos sin obstáculos) y distinta
(la percibimos separada de otras ideas).
2. Análisis: se descomponen conocimientos complejos en el mayor número de partes posibles
hasta llegar a ideas más simples, intuiciones.
3. Síntesis: se reconstruirá el conocimiento más complejo. Para ello se comenzará una cadena de
intuiciones desde las deducciones más simples a las más complejas.
4. Enumeración: se trata de revisar y comprobar todo el proceso de análisis y síntesis para
asegurarnos de no haber cometido ningún error.
Estas reglas implican que el origen de toda filosofía cartesiana sea la duda. Esta es la exigencia del método
en la evidencia, es decir, al buscar los elementos más simples del conocimiento que resistan a toda duda.
Además, esta es provisional y está justificada por tres causas:
- El engaño de los sentidos: como a veces los sentidos nos llevan a error, habría que dudar de la
información que nos proporcionan.
- La imposibilidad de distinguir la vigilia del sueño: cuando dormimos, lo que percibimos parece
tener gran claridad, lo que dificulta saber cuándo dormimos y cuándo no.
- La posible existencia de un genio maligno que haga que nos equivoquemos en los
razonamientos más simples, incluso en aquellos matemáticos que parecen evidentes.
Sin embargo, la duda cartesiana tropezará con una primera certeza de la que no es posible dudar y que
tiene su origen en la duda misma: la existencia de una sustancia pensante, “pienso, luego existo”. Esto
afirmará su propia existencia, y aunque se equivoque al pensar, solo por el hecho de dudar y pensar, es
necesario admitir que él existe. Gracias a esto, encontrará en el cogito un criterio de verdad: considerará
verdadero todo aquello que se presente a su entendimiento clara y distintamente.
De este modo, cae en el solipsismo, ya que solo está seguro de la existencia de su propia mente, dudando
de todo lo que se encuentra fuera de él, incluyendo su cuerpo. Descartes sólo puede conocer a partir de
las ideas que tiene en el entendimiento. Distingue tres tipos de ideas:
1. Adventicias: proceden del exterior.
2. Facticias: las construye la mente a partir de otras ideas.
3. Innatas: ideas claras y distintas sin lugar de origen. Afirmará que lo son la infinitud y Dios.
En base a estas ideas innatas, demostrará la existencia de Dios mediante dos argumentos:
1. Argum. de la objetividad de las ideas: la idea requiere una causa real proporcionada. Solo puede
conocer la idea de un ser perfecto si algún ser que reúna todas las perfecciones la pone en él.
2. Argumento ontológico: si Dios reúne todas las perfecciones que él puede llegar a pensar, una
de ellas tendría que ser la existencia. Es por ello que Dios debe existir.
Llegamos así a la segunda certeza, la existencia de Dios, considerado por Descartes como sustancia
infinita y que, en su infinita bondad no dejaría que nos equivocásemos al percibir que los cuerpos están
dotados de extensión. Así garantizará la sustancia extensa, cuya esencia sería la extensión. De este modo
podremos reducir la realidad a las matemáticas gracias a la razón alcanzando un conocimiento verdadero
del que no se podrá dudar.

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