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I. INTRODUCCION……………………………………………………………… 3
1) Sistema Unitario………………………………………………………... 4
2) Sistema diferenciador……………………………………………........ 5
III. AUTORÌA……………………………………………………………………... 6
1) Concepto…………………………………………………...................... 6
2) Teorías………………………………………………………………….... 6
2.1 Teoría Objetivo Formal y material…………………………........ 6
2.2 Teoría del Dominio del Hecho…………………………………… 7
3) Clases de autoría……………………………………………………….. 8
IV. COAUTORÌA…………………………………………………………………. 12
1) Concepto…………………………………………………………………. 12
2) Requisitos………………………………………………………….......... 14
3) Tratamiento Legal………………………………………………………. 19
V. PARTICIPACION DELICTIVA…………………………………………........ 20
1) Concepto…………………………………………………………………. 20
2) Principios………………………………………………………………… 20
2.1 Convergencia común…………………………………………….... 20
2.2 Accesoriedad………………………………………………………... 20
2.3 No comunicabilidad…………………………………………........... 21
3) Instigación……………………………………………………………....... 21
3.1 Concepto…………………………………………………………….... 21
3.2 Requisitos………………………………………………………..........25
3.3 Tratamiento Legal…………………………………………………….26
1
4) Complicidad…………………………………………………………...... 26
4.1 Concepto…………………………………………………………….. 26
4.2 Clases………………………………………………………………… 29
4.2.1 Complicidad Primaria o Necesaria…………………………… 29
4.2.2 Complicidad Secundaria o no necesaria………………….... 30
4.2.3 Tratamiento Legal……………………………………………….. 31
VI. CONCLUSIÒN……………………………………………………………….. 32
VII. BIBLIOGRAFÌA……………………………………………………………... 33
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INTRODUCCIÓN
Cuando estudiamos el tipo penal lo primero que debemos saber, es que debe
existir la intervención de dos sujetos, el activo y el pasivo, en este momento me
referiré al sujeto activo, es decir que para que exista tipo penal además de tener
que estar establecido en un marco legal, tiene que existir esa exteriorización de la
conducta para poderla enmarcar en el mismo.
Indiferentemente, sobre cual sistema o modelo jurídico nos basemos para hacer
esa diferenciación, el elemento fundamental que debemos tomar en cuenta para
hacerlo, es la conducta humana, ya que esta será la determinante para la
exteriorización o la comisión de un ilícito penal, sea por acción u omisión.
Para poder analizar y así llegar lo más cerca posible a una definición concreta
sobre cuando una conducta debe ser calificada como autoría y cuando como
participación, es conveniente primero aclarar, el término de autor de un acto
delictivo.
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II. AUTORÌA Y PARTÍCIPACIÒN
Como mencione al comienzo del trabajo la determinación de autoría o
participación se ha hecho utilizando distintos criterios o posiciones, lo que ha
producido varios sistemas a través de los cuales se puede hacer una enmarcación
un tanto más específica, sobre el término, autor y participe.
1. SISTEMA UNITARIO
Es una posición asumida por la corte causalista, donde se considera a todos los
intervinientes que prestan una contribución causal a la realización del tipo como
autores, con independencia de la importancia que corresponda a su colaboración
para el conjunto del hecho.
Por otro lado, este concepto unitario de autor provoca objeciones adicionales tanto
en los delitos que solo pueden ser cometidos de propia mano como de los delitos
especiales, viendo el delito desde esta perspectiva, habría que considerar autores,
también, a todos los que intervienen en la comisión del hecho con algún aporte
que contribuya causalmente a la producción del resultado, solamente por la pura
causalidad de su cooperación, aun y cuando estas personas no realicen la
conducta típica de propia ni posean la calificación especial que el tipo penal exige
para los autores, es decir que todos los participantes en el hecho son
responsables por igual.
Sin embargo, no logra superar las distinciones pues recurre a diferenciar varias
formas de autoría según la especie de la comisión del hecho: autor inmediato,
autor mediato, categoría esta última que diferencia entre autoría de inducción
(instigación y autoría mediata en sentido estricto) y autoría de apoyo (que incluye
las formas de complicidad) (1)
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Los planteamientos de la teoría unitaria de autor se adecuan a la estructura de los
tipos culposos, siendo que la participación imprudente sea considerada en todos
los casos como autoría culposa.
Esta teoría responde a una opción político-criminal que cree necesario castigar por
igual a todos los intervinientes en un hecho delictivo. Ha sido defendida por los
que consideran como base del Derecho Penal a la peligrosidad del delincuente y
también por la corriente nacional – socialista de la Escuela de KIEL que partía de
un Derecho Penal de la voluntad. (2)
Hay que tomar en cuenta que el hecho de postular que todos aquello que realicen
una contribución causal a la comisión del hecho, parece más que nada una
proposición de evolución, ya que se pretende eliminar la categoría de la
instigación y de la complicidad, recurriendo exclusivamente al concepto de autoría,
pero sin embargo, al momento de la graduación de la pena, estas categorías
resurgen porque evidentemente, significan una intervención diferente en el hecho
que debe ser reflejada en la determinación judicial de la pena.
Cabe destacar que no existe una diferencia esencial entre los distintos
participantes en la producción del resultado, ya que todas las condiciones son de
igual valor; por tanto, su diferente penalidad solo se justifica dentro de la misma
escala penal, siendo así el autor es el que aporta una condición del resultado.
1. SISTEMA DIFERENCIADOR.
Esta corriente realiza una diferenciación entre los autores y los partícipes de un
hecho punible, lo que implica estimar distintas consecuencias jurídicas para cada
intervención; este sistema a su vez se divide en dos diferenciaciones sobre el
concepto de autor:
(1)BACIGALUPO, 1887, p.309. Cfr. BERDUGO, 1999, p. 288. El concepto unitario, frente a las
dificultades que implica ubicar “criterios de diferenciación adecuados para clasificar la
cointervención como autoría o participación, opta por realizar una simplificación,
consistente en considerar a todos los intervinientes que hayan realizado una aportación al
hecho punible como autores del mismo” (LÒPEZ PEREGRÌN, 1997, PP. 36-37)
Mir Puig, 1983, p. 149; 1998, p. 360. Vid. artículo 116 del Codigo Penal de Italia de 1931
(Codice Rocco), articulo 25 del Código Penal de Brasil de 1940. CFR. Dotti, 1988, p.77.
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III. AUTORÌA
Para sostener la comisión de un delito por el autor, este deberá realizar una
conducta típica antijurídica y culpable.
La autoría es la forma más amplia del dominio del hecho dado que el autor es
señor de su decisión y de la ejecución del acontecimiento que llevara a provocar el
resultado de su conducta. Por ello, el autor tiene la potestad de detener,
interrumpir o concluir la producción del resultado.
2. TEORÌAS
Esta teoría surge en relación directa con la exigencia de respeto al principio de legalidad a
través de la realización del tipo penal (BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE, IGNACIO, 1999, P.
288).
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2.2) Teorías del dominio del hecho: (1) Actualmente y a pesar de sus
deficiencias, la teoría del dominio, del hecho sigue siendo dominante y es el
criterio diferenciador pues combina aspectos objetivos y subjetivos en el marco de
un concepto, restrictivo de autor.
Propuesta por Claus Roxin, haciéndola florecer a tal grado de que por
unanimidad, se reconoce como teoría dominante de la autoría y la participación;
pertenece a las clases de posturas que distinguen entre autoría y participación,
siendo así se califica como restrictiva; alcanza aplicaciones válidas incluso frente a
la cuestión de determinar los casos de autoría y participación en los delitos
cometidos por personas jurídicas de índole colectiva. Desacuerdo con esta teoría
el autor es el sujeto que tenga control directo sobre el acontecimiento del ilícito.
Actualmente y a pesar de sus deficiencias, la teoría del dominio del hecho sigue
siendo dominante (5), y es el criterio diferenciador pues combina aspectos objetivos
y subjetivos en el marco de un concepto restrictivo de autor.
Así mismo la persona que no incurra en la realización del hecho, es ajena tanto al
control de la acción causante del resultado, así como el dominio funcional del
mismo, y que ni siquiera, en un momento dado tiene el dominio sobre la voluntad
de quien o quienes lo causaron, es considerada participe, en tanto que su aporte
fue concurrente para el alcance del delito, en otras palabras el sujeto que
habiendo ocurrido a la realización del hecho no lo hizo con algún tipo de dominio
funcional, será calificado como participe.
(7) MUÑOZ CONDE, GARCIA ARÀN, 2002 P. 448; CHOCLÀN MONTALVO, en CALDERON
CEREZO, CHOCLÀN MONTALVO, 2001, P. 389. Este concepto, con ser ambiguo es el más
apto para delimitar quién es autor y quién es partícipe, porqué por más que sea a veces
difícil precisar en cada caso quién domina realmente el acontecimiento delictivo, está claro
que solo quién tenga la última palabra y decida si el delito se comete o no debe ser
considerado autor (MUÑOZ CONDE, GARCÌA ARÀN, 2002, pp. 448 – 449).
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2. CLASES DE AUTORÌA
a) Autoría Directa (Dominio de la acción)
Teniendo claro que es autor directo sólo quien tiene el dominio de la acción típica,
cabe resaltar que la autoría directa siempre será unipersonal y material según se
ha entendido; ya que le sujeto que tiene el dominio del hecho en virtud del dominio
de la acción será evaluado como autor principal que de su propia mano,
materializara el hecho antijurídico, con los medios comisivos que al efecto fueran
suficiente.
La autoría mediata surge cuando, cuando el sujeto realiza el tipo de autoría penal
utilizando o sirviéndose de otra persona como instrumento. La propia estructura de
la autoría mediata presupone necesariamente la intervención de dos personas
como mínimo. Por un lado, aparece el hombre de detrás o persona de detrás, que
es quien realiza el hecho a través de otro, sin tomar parte en su ejecución
material. Por otro lado, está el que ejecuta inmediatamente el hecho, al que se
conoce como instrumento humano, intermediario, o simplemente, hombre de
adelante. No obstante, la palabra de instrumento, sin poseer un significado jurídico
concreto, logra expresar en forma muy gráfica en que se basa esta forma de
autoría, pues refleja la idea de instrumentalización de una persona de otra,
aludiendo, así, directamente a la estructura de la realización de un hecho a través
de otro, por lo que se suele reservar este término para los casos efectivamente
calificado de autoría mediata. Cuando todavía no se ha decidido si en el caso
concreto cabe a precisar o no esta forma de autoría, en lugar de emplear el
término instrumento algunos autores optan por expresiones como, ejecutor
inmediato, hombre de adelante o intermediario.
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La autoría mediata es una figura con sustantividad propia, reconocida en muchas
legislaciones como forma de autoría directa y la coautoría. Lanecesidad de esta
figura se manifiesta en todo aquello casos, en que el autor no ejecuta el hecho de
forma físico corporal; cuando, el lugar de una ejecución de propia mano del tipo el
autor opta por la realización del mismo a través de otra persona. Es de advertir,
sin embrago, que el empleo para cometer el delito de otra persona cuya voluntad
queda completamente anulada nos remite a la autoría mediata individual o
unipersonal. Se empieza a considerar la posibilidad de admitir la autoría mediata
cuando se da un mínimo de voluntad en el sujeto de adelante. Mínimo de voluntad
que permite afirmar que el atrás controla el curso causal de la misma forma que lo
haría de propia mano que permite atribuirle el dominio del hecho, ya sea de forma
exclusiva también conocida como autoría mediata en sentido estricto, o de forma
compartida, también conocido como autor detrás del autor.
Para poder afirmar la autoría del hombre de detrás, una vez confirmada la plena
responsabilidad del autor inmediato, es necesario constatar una manipulación de
la situación que permite al hombre de detrás contar con la lesión o puesta en
peligro del bien jurídico, a pesar de que otra persona halla de tomar una decisión
autónoma en relación al mismo proceso lesivo. Una manipulación de esta clase
generalmente se consigue generando en el autor inmediato un déficit de
conocimiento o de libertad, ya sea provocando una situación de necesidad
coactiva para otra persona, ya sea manipulando una decisión delictiva ajena en
contra de un tercero, o bien, provocando un estado de impunibilidad o un error de
prohibición en el hombre de adelante. Pero, en ocasiones, la instrumentalización
se obtiene sin necesidad de provocar en el autor inmediato ni un efecto de
conocimiento ni de libertad. Un ejemplo específico son las organizaciones de
poder, organizadas al margen de la ley, en las que el hombre de detrás dispone de
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capacidad para dictar órdenes, contando que las mismas serán cumplidas por los
inferiores jerárquicos (autor detrás de autor).
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IV. COAUTORÍA
1. CONCEPTO
Coautoría maternal. Se genera cuando existe entre los agentes codo minio
funcional del hecho.
Una de las características básicas del coautoría es el acuerdo previo que debe
existir entre quienes realizan el delito, por lo cual se puede sancionar a todos por
igual aunque algunos hayan realizado la conducta descrita en el verbo típico. Así,
"quien en concepto de jefe de una banda de asaltabancos, acuerdan y dirigen con
otra persona la comisión de un asalto bancario, es coautor, no obstante que no
participe directamente en la sustracción del dinero depositado en la bóveda
del banco". En este sentido se puede citar el siguiente criterio jurisprudencial:
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En este sentido, la jurisprudencia mexicana no sigue los postulados tradicionales
de considerar que en los delitos especiales impropios solo el intraneus responde
por dicho delito (por ejemplo, por parricidio) mientras que el extraneus responde
por el delito común (homicidio), sino que el criterio aquí esgrimido se sustancia
sobre la sanción del extraneus por su autoría o participación en el hecho en que
realmente intervino: el delito especial, de tal suerte que si dos acuerdan matar a
otro, pero la víctima es el padre de uno de los coautores, el extraneus también
deberá responder por parricidio.
También se debe hacer notar que el legislador mexicano ha creado una peculiar
figura a través de la cual ha ampliado las tradicionales formas de la coautoría, la
cual es conocida bajo el rubro de "delito emergente" el cual está previsto en el art.
14 y por la cual se solidariza a todos los que realizaron un determinado delito si
durante su comisión uno de ellos realizó uno diferente sin acuerdo de los demás,
tal y como lo establece el criterio jurisprudencial.
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todos). Los coautores son autores porque cometen el delito entre todos. Los
coautores reparten la realización del tipo de autoría. Como ninguno de ellos
por sí solo realiza completamente el hecho, no puede considerarse a
ninguno participe del hecho de otro.
Enrique Bacigalupo: define a los coautores a los que toman parte en la
ejecución del delito codominado el hecho. Como bien se sabe, el derecho
vigente argentino, colombiano, español, mexicano y venezolano no da una
regla expresa sobre la coautoría. La Coautoría no depende en su existencia
dogmática de un reconocimiento legal expreso, pues está, como la autoría
mediata, implícita en la noción del autor. Una disposición expresa sobre la
coautoría es, desde el punto de vista de la técnica legislativa innecesaria.
De igual manera el aspecto subjetivo, exige que los intervinientes estén vinculados
recíprocamente por medio de una resolución conjunta, con lo que en el marco del
acontecimiento global, cada uno de ellos, debe asumir una función parcial de
carácter esencial que les haga aparecer como con portadores de la
responsabilidad por la ejecución del conjunto del hecho.
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del "dominio funcional del hecho". Entonces, la distribución de funciones no solo
se presenta entre coautores sino también entre el autor y cómplice, por lo que es
indispensable contar con algún criterio que permita establecer la distinción,
Conjuntamente otra cuestión que se debe tener en cuenta, es la del momento en
el que se produce la aportación del interviniente; el coautor tiene que realizar su
aportación en fase ejecutiva. Por decirlo de algún modo, su contribución tiene que
ser actualizada al momento de la realización del tipo. La razón es clara, solo así
puede decirse que el sujeto tiene el dominio del hecho. Esto conduce a que la
misma contribución pueda tener un significada distinto para el derecho en virtud
del momento en que se produzca. De tal modo que, un aparte esencial durante la
ejecución dará lugar a la coautoría; el mismo aporte pero durante la preparación
dará lugar, en el derecho español, a la cooperación necesario. Los demás aportes,
es decir, los no esenciales, tanto tengan lugar durante la ejecución como durante
la preparación, deberán considerarse complicidad.
Para el jurista alemán Gunter Jakobs, la decisión común del hecho; es el acuerdo
expreso o concluyente sobre la distribución de las aportaciones singulares a un
hecho. Se distingue del acuerdo de voluntades propio de la participación por su
contenido y reciprocidad: Todo interviniente debe saber que otros cooperan
dolosamente.
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ajusta, poniendo todo de su parte, al programa acordado, su acción ejecutiva se
imputa a los demás intervinientes, y además, presupuesta la con-configuración de
esta acción ejecutiva.
Loc. Cit.
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3. TRATAMIENTO LEGAL
Ejemplo:
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V. PARTICIPACION DELICTIVA
1. CONCEPTO
2. PRINCIPIOS
Estos principios son dignos de tomarse en cuenta, pero los mismos están
supeditados de que el autor es quien tiene el dominio del hecho o del actor
y el partícipe no tiene ese dominio, el únicamente auxilio o coopera al lado
del autor.
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2.3 Principio de No comunicabilidad
3. INSTIGACIÒN
3.1 CONCEPTO
Los medios por los cuales se crea en otro el dolo del hecho son indiferentes; tanto
son medios adecuados los beneficios prometidos o acordados al autor como la
coacción u otra amenaza, mientras el autor, naturalmente, no pierda el dominio del
hecho, pues en este caso estaríamos ante un supuesto de autoría mediata. De
todos modos se requiere en todos los casos una concreta influencia psicológica. El
simple crear una situación exterior para que otro se decida al delito no es
suficiente. La instigación requiere siempre una conducta activa; la instigación por
omisión no es en general admisible como forma de instigación
Para ello es necesario, además, que la inducción sea eficaz, es decir, es preciso
que tenga entidad suficiente para que el inducido decida cometer el delito y
comience, por lo menos, su ejecución. Si el inducido estaba ya resuelto, antes de
la inducción, a cometer el delito, no se puede hablar de inducción, aunque quizás
si de complicidad, si se acepta la existencia de complicidad moral, en la medida en
que la aprobación o el reforzamiento de la idea originaria de cometer el delito en el
autor suponga una contribución digna de ser castigada.
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Evidentemente no cabe la inducción por omisión ni tampoco por imprudencia,
aunque algunos comportamientos, como el del policía que contempla, sin
intervenir, como se ejecuta el robo para después atrapar a toda la banda, y sobre
todo, la figura del agente provocador (el policía que induce a alguien para cometer
un robo y luego lo detiene en el momento de ejecutarlo), pueden ser castigados en
base a otros títulos de responsabilidad (autoría en comisión por omisión de un
delito imprudente).
Especial interés tiene el tema del exceso del inducido. Así por ejemplo, quien
induce a alguien a matar a su enemigo, responde de la muerte de este, pero no de
las otras personas. Otra cosa sucede si el exceso del inducido no determina la
comisión de un hecho cualitativa y cuantitativamente diverso. Como en el caso del
error in persona es irrelevante en los delitos contra la vida, salvo que, como
sucede en el parricidio, determinen una distinta calificación del hecho; lo mismo
sucede con la aberratio ictus.
(11)BACIGALUPO, 1998, p. 384; BUSTOS, 2004, I, p. 1085; GOMEZ RIVERO, 1995, pp.25 y ss.
(12)MIR PUIG, 2004, p. 403, nums. 50 – 51; GOMEZ BENÌTEZ, 1987, p. 519.
(14)STRATENENWERTH, 2005, p. 420, num. 140; WESSEL, 1980, p. 166; WEIZEL, 1976, P. 166.
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El inductor debe causar la resolución criminal en otra persona. Ello significa que su
actuación debe ser condicio sine qua non de la resolución delictiva del autor. No
es inductor el que incide sobre alguien que estaba ya previamente decidido a
comete el hecho (sujeto este al que se conoce con la expresión de "omno modo
facturus". No basta tampoco en este caso que se refuerce con consejos la
resolución del que todos modos iban a delinquir. Tampoco es suficiente inspirar
los accidentes, los procedimientos o las circunyacías del delito que el autor ya
quería cometer.
En el artículo 24º señala "determinar a otro", pero no dice la forma en que esto se
puede hacer, por lo que pueden presentarse, a nuestro entender, dos casos:
Cuando el instigador directamente utiliza una amenaza física por ejemplo: con una
arma; o moral por ejemplo: un despido de trabajo. Lo que se debe examinar en
general es la sujeción de la voluntad del instigado.
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3.2 REQUISITOS
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3.3 TRATAMIENTO LEGAL
La pena del instigador, conforme el Art. 24º, dice "El que, dolosamente, determina
a otro a cometer el hecho punible será reprimido con la pena que corresponda al
autor" la última parte -que corresponde al autor- , esto no quiere decir que va a
recibir exactamente la misma pena que el autor, sino que la pena que le
corresponde será determinada dentro del marco de la pena del delito que ha
realizado el autor como se puede dar en el caso; si el autor es sentenciado por
robo a 5 años de pena privativa de libertad, no quiere decir que el instigador va a
recibir la misma pena, sino que se le impondrá una sanción entre los 3 y 8 años de
pena privativa de libertad, porque este el marco de la pena que dispone el Código
Penal por el delito de robo [Art. 188]. Esto es lógico, dado que la pena debe ir en
función del aporte que ha generado cada uno de los sujetos que han intervenido
para la realización del delito.
La pena no debe ser igual ya que la inducción debe ser de tal entidad que se
pueda conectar causalmente, desde un punto de vista psíquico, con la voluntad
del inducido influenciad. Sin embargo, el papel del inductor respecto a lo que el
inducido ejecuta no podría justificarse por si solo el tratamiento que el legislador
prevé para esta forma de participación equiparándola a la autoría, ya que son
imaginable conductas que, incluso intencionalmente, se convierte en factor
desencadenante de la actuación del autor, y, sin embargo, a todas luces, no
merecen la misma valoración que la actuación de quien ejecuta materialmente el
delito.
4. COMPLICIDAD
4.1 CONCEPTO
(16)JESCHEK, WEIGEND, 2002, P. 147. “La eficacia causal puede tener lugar de varias
formas. Facilita el hecho principal quien, por ejemplo, entrega herramientas que
efectivamente son utilizadas en el robo, quien sujeta la escalera mientras el autor sube por
ella para entrar por una ventana, o quien entrega la dirección de un abortista a la mujer que
acude allí a que le sea practicada una interrupción ilegal del embarazo. Intensifica el
resultado principal, por otro lado, quien aporta un arma o un veneno susceptible de
provocar un daño mayor que aquellos que poseía el autor, siempre que éste los utilice en la
comisión del delito. Por su parte, asegura el resultado principal aquel que aporta
información sobre los horarios o costumbres de la víctima, si esta es utilizada para elegir el
momento más propicio para la ejecución del plan delictivo. Por último, acelera la producción
del resultado quien, por ejemplo, se encarga de ir metiendo en el coche las pesadas bolsas
con los objetos robados que el autor va sacando de la casa, o quien ayuda a reunir la leña
con la que el autor va a prender fuego a un local” (LOPEZ PEREGRÌN, º997, p. 282).
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Cómplice seria el que con su contribución no decide el si y el cómo de la
realización del hecho, sino solo favorece o facilita que se realice. En todo caso,
hay que admitir una zona imprecisa que justifica las vacilaciones de la
jurisprudencia y la doctrina. Desde el punto de vista práctico, sería preferible el
criterio seguido por otras legislaciones de convertir la atenuación de la pena para
el cómplice en facultativa, dejando al arbitrio del tribunal que rebaje o no la pena.
En el fondo es lo que hace la jurisprudencia, calificando de complicidad aquellas
contribuciones a la realización del delito que, por si menor entidad criminal,
considera que deben ser castigadas más levemente que las de autoría general.
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4.2 CLASES
El medico miembro de un grupo criminal que extiende una receta para comprar
veneno conociendo que ha de emplearse para matar, obrara con participación
necesaria en razón de que esta no puede ser sustituida; en cambio, el que se
desplaza a la farmacia llevando la receta del veneno que sabe que esta destinada
a matar, cumple un rol secundario. En tanto, el caso del vigilante o la persona que
vigila mientras los otros roban, son las circunstancias del hecho las que
discernirán su necesariedad o innecesaridad. Así, si no son dos los que roban, el
campana o el segundo que vigila, su cooperación será necesaria, pero no así si
fueran varios en razón de la índole permutable de sus roles. Será entonces, un
cómplice secundario.
El momento en que realiza el aporte: quien pone una condición sin la cual el delito
no hubiera podido cometerse solo será cómplice si no toma parte en la ejecución,
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sino solo en la preparación del hecho. Si intervino en la ejecución seria coautor
pues con un aporte decisivo hubiera tenido el dominio del hecho. Ejemplo: El
gerente de un banco que brinda a los autores antes de la ejecución la clave de la
cerradura del tesoro que estos utilizaran en la ejecución del asalto, es cómplice
primario. Si en cambio, el gerente concurre con los autores a la ejecución del
hecho y abre el tesoro, aprovechando su conocimiento de la clave, será el coautor.
Desde el punto de vista del momento del aporte de estos cómplices solo cabe
señalar que puede darse tanto en la etapa de la preparación como en la etapa de
la ejecución. No hay como se dijo una complicidad posterior a la consumación, ni
siquiera cuando se cumple una promesa anterior al delito: lo que determina la
complicidad es la promesa anterior. Si esta promesa no tuvo incidencia en el
hecho no habrá complicidad, pero si la tuvo habrá complicidad aun cuando luego
no se la cumpla. El que promete asegurar y guardar el botín a quienes han
decidido un robo es cómplice si los autores han contado con esa ayuda para la
comisión del hecho, aun cuando el hecho quede en tentativa y no haya luego botín
asegurar y por tanto falte la posibilidad de cumplir la promesa.
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La complicidad también puede cometerse por omisión, si le corresponde al
cómplice un deber de garantía. Es decir, cuando nos encontramos ante un caso
de omisión impropia donde el sujeto tiene el deber de garante. El presupuesto
para aplicar la pena a los partícipes, dado su carácter accesorio con respecto al
comportamiento del autor, es la realización del delito, aunque el acto solo quede
en grado de tentativa.
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CONCLUSIÒN
Teniendo claro, la separación que existe en cuanto a las personas que pueden
participar en la comisión de un delito, es preciso dejar claro que las teorías
unitarias quedaron en desuso, debido a la con función que existe con respecto a
este tema ya que según ella todas las personas que participen el hecho tipificado
por la ley como delito, serán autora y por ende la aplicación de la pena será la
misma, indistintamente de cual haya sido el grado de aportación y de que tipo.
Resulta importante mencionar que dentro de las limitantes que tiene el concepto
restrictivo de autor es la difícil adecuación de la tentativa, pues, de relacionarla con
el concepto restrictivo y teniendo claro que la tentativa no llena la descripción
típica, como consecuencia no se puede hablar de autor tentado ya que en todo
sentido resultaría incoherente, y es precisamente por no integrarse completamente
a la realización del tipo.
Hay que tener en cuenta las dificultades prácticas que trae con ella la tan estrecha
línea que divide la autoría y la ´participación, ya que si, se sostiene que la división
entre autoría y participación, radica en quien tenga el dominio del hecho, entonces
hay que determinar si en los casos donde el causante no se tiene el dominio del
hecho, debe responder por el abuso que autor haga respecto del aporte de los
participante.
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BIBLIOGRAFÌA
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