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La desnutrición infantil en el estado de México es uno de los mayores desafíos de salud pública que

enfrenta el país. La malnutrición crónica y aguda afecta gravemente a la población infantil,


especialmente en las zonas rurales del estado. Este problema de salud pública se relaciona con la
pobreza, el acceso limitado a los servicios básicos de salud y la falta de educación sobre nutrición.

Según las últimas estadísticas, la desnutrición crónica afecta a más del 20% de los niños menores
de cinco años en el Estado de México, mientras que la desnutrición aguda afecta a
aproximadamente el 8% de la población infantil. Los niños que sufren de desnutrición crónica han
experimentado una pérdida irreversible de desarrollo físico y cognitivo, lo que les impide alcanzar
todo su potencial. Los niños que sufren de desnutrición aguda tienen un mayor riesgo de
mortalidad y enfermedades graves.

Para abordar este problema, es necesario llevar a cabo medidas preventivas y de intervención, así
como mejorar el acceso a los servicios médicos. Las medidas preventivas incluyen programas de
alimentación escolar y la promoción de la lactancia materna. También es necesario mejorar la
calidad y cantidad de los alimentos que se ofrecen en los hogares de las zonas rurales y
marginadas. Las intervenciones que se llevan a cabo incluyen la detección temprana, el
tratamiento y la rehabilitación de los niños que sufren de desnutrición.

La desnutrición infantil no solo tiene un impacto en la salud física de los niños sino también en su
capacidad para tener éxito en la educación y en la vida, lo que afecta el desarrollo económico del
Estado de México. Por lo tanto, es necesario que se realice un esfuerzo coordinado para reducir la
prevalencia de la malnutrición, mejorando las condiciones de vida y aumentando la conciencia
sobre la importancia de una nutrición adecuada para el desarrollo infantil.

La desnutrición infantil puede tener múltiples causas. De acuerdo con los


resultados de la búsqueda, las causas pueden incluir una mala
alimentación, la inanición debido a la falta de disponibilidad de alimentos
[[1]](https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000404.htm), trastornos
alimentarios, problemas para digerir alimentos o absorber nutrientes [[1]]
(https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/000404.htm), dieta
inadecuada, presencia de infecciones que interfieren con la utilización
adecuada de nutrientes
[[7]](https://fi-admin.bvsalud.org/document/view/p8amv), entre otras.
Además, la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos de salud, la
desigualdad económica y social y el cuidado inadecuado de los niños y
mujeres también se han identificado como factores contribuyentes a la
desnutrición infantil [[6]](https://www.fundacionibero.org/causas-de-la-
desnutricion). La falta de educación en nutrición y la falta de conciencia
sobre la importancia de una dieta adecuada son también factores que
contribuyen a la desnutrición.

Es importante destacar que el hambre y la desnutrición infantil no solo


son consecuencias de la falta de alimentos
[[2]](https://www.dietistasnutricionistas.es/desnutricion-infantil/)[[5]]
(https://www.salud.gob.ec/wp-content/uploads/2016/09/
Dossierdesnutricion.pdf), sino también de la pobreza y la desigualdad
económica y social. Por lo tanto, para abordar eficazmente la desnutrición
infantil se requiere una estrategia multidimensional, que incluya no solo la
mejora en la disponibilidad y la calidad de los alimentos sino también
medidas para abordar los factores sociales y económicos que contribuyen
a la desnutrición.
La prevención de la desnutrición infantil es fundamental para garantizar el desarrollo adecuado de
los niños y reducir los riesgos de enfermedades graves. Algunas de las medidas preventivas de la
desnutrición infantil incluyen:

1. Alimentación adecuada: Los niños necesitan una alimentación rica en nutrientes para crecer y
desarrollarse adecuadamente, lo que incluye una dieta equilibrada y variada que contenga
alimentos ricos en proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Las madres lactantes deben
recibir apoyo para garantizar que produzcan suficiente leche materna para sus bebés.

2. Acceso a agua limpia y saneamiento adecuado: El acceso a agua limpia y saneamiento adecuado
ayuda a prevenir enfermedades infecciosas que pueden aumentar el riesgo de desnutrición.

3. Educación sobre nutrición y prácticas alimentarias saludables: Es importante educar a las


familias sobre prácticas alimentarias saludables y nutrición adecuada, para garantizar que los niños
reciban los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse adecuadamente.
4. Control prenatal y postnatal: El control durante el embarazo y después del parto es fundamental
para garantizar una nutrición adecuada para la madre y el recién nacido.

5. Acceso a servicios de salud de calidad: Los servicios de salud de calidad son fundamentales para
detectar y tratar problemas de nutrición tempranamente.

6. Enfoque multisectorial: Es necesario abordar los factores que contribuyen a la desnutrición


infantil desde múltiples sectores, incluyendo medidas para abordar la pobreza, la desigualdad
social y económica, y la falta de acceso a servicios básicos de salud.

En resumen, la prevención de la desnutrición infantil requiere una estrategia integrada que


involucre medidas preventivas y de intervención, así como una atención integral a los factores
sociales y económicos que contribuyen al problema.

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