Está en la página 1de 9

INGESTION DE CARNE, SOCIABILIDAD HOMINIDA Y

BASES HABITACIONALES:
UNA REVISIÓN

Meat eating, hominid soclety and home bases revlslted

Por LISA ROSE y FIONA MARSHAL

CURRENT ANTHROPOLOGY
volumen 37 - número 2 (abril de
1996) páginas 307-338

Traducción: Luis Abel Orquera, octubre de 2000

Observaciones: El presente artículo no está completo, se ha realizado una selección de párrafos


especialmente para los alumnos de la cátedra Fundamentos de Prehistoria. Si resultara de interés realizar la
lectura del trabajo original, se ha previsto dejar un ejemplar en la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras.
Para facilitar la lectura se ha colocado parte de la bibliografía incluida en el texto en notas a pie de página.

1
No importa cuan intensamente se intente, las ideas
de Mary Leakey y Glynn Isaac son difíciles de dejar
de lado. Estamos en deuda con ellos por este legado
y por sus cuidadosos y honestos trabajos de campo
[…]

Densas acumulaciones de artefactos de piedra y restos faunísticos descubiertas en contextos


depositacionales -con escasas perturbaciones- de Olduvai y Kubi Fora, datados entre hace 1 860 000 y hace
aproximadamente 1 500 000 años, fueron consideradas inicialmente como "pisos de vivienda" (M, D. Leakey 1971)
o como "bases habitacionales" (home bases) (Isaac 1971, 1978 a, 1978 b). Sin embargo, la Interpretación de esos
sitios y sus implicancias respecto del comportamiento homínido fueron objeto de controversia. Desde comienzos
de los años ochenta recibieron creciente énfasis las visiones revisionistas de los emplazamientos de bases
habitacionales que los consideraban, no como focos de diversas actividades diurnas y nocturnas, sino como
1
localizaciones temporarias de acumulación o procesamiento de alimentos . Dos importantes factores que contribu-
yeron a esa reinterpretación de los emplazamientos de bases habitacionales fueron:

- la creciente importancia que se otorgó en algunos sitios a la actividad carnívora 2; y

- los cambios de enfoque en cuanto a las habilidades de los primeros homínidos, en particular su
capacidad de competir con los carnívoros 3

Gran parte de la reinterpretación de los sitios del Plio/Pleistoceno se ha centrado sobre las oportunidades
de carroñeo enfrentadas por los primeros homínidos 4. Recientes trabajos de campo se han orientado hacia la
arqueología del paisaje pero la interacción entre la variación Intersitios de los recursos y las grandes variables socio
ecológicas ha recibido relativamente poca consideración (Potts 1994)5. Los efectos de la ingestión de carne de los
primeros homínidos y sus relaciones con los carnívoros de Plio/Plelstoceno, rara vez se han examinado desde la
perspectiva de la ecología del comportamiento 6.

En este artículo examinaremos las interpretaciones de sitios arqueológicos de África oriental -del límite
entre Plioceno y Pleistoceno- teniendo en cuenta el comportamiento de los primates no humanos vivientes y las
últimas explicaciones sobre la sociabilidad primate. No sugerirnos que algún primate actual sea análogo a algún
homínido inicial; sugerimos que los homínidos" habrían estado sometidos a los mismos tipos de presiones ecológi-
cas que otros primates; en particular, la competencia por los recursos y los riesgos de la predación. Sostenemos
que las respuestas de los homínidos habrían sido coherentes con las tendencias que se encuentran en otros
primates y que su capacidad para desarrollar comportamiento inteligente y cooperativo habría sido al menos similar
al de los póngidos vivientes, tales como los chimpancés. Estamos de acuerdo con los arqueólogos que sugieren
que la competencia con los carnívoros y el riesgo de prelación, probablemente debieron de constituir importantes
presiones selectivas para la configuración del comportamiento de los homínidos que ingerían carne en el
Plio/Pleistoceno 7 pero no creernos que esa interacción haya adoptado la forma de "evitación de los carnívoros"
con que habitualmente es encarada. Sostenemos que la evitación y la huida habrían sido menos probables que
otras estrategias posibles; sugerimos en cambio que las pautas cooperativas de predación y defensa de los
recursos habrían sido los factores que promovieron el desarrollo del uso de la tierra en forma de bases
habitacionales o emplazamientos centrales y la intensificación de la sociabilidad por parte de los homínidos.

1
- Blnford 1981 y 1985, Potts 1984, 1988 a y 199Í; Blumenschlne 1991 a; Blumenschíne y Masao 1991; Sept 1992 a; Schlck y Toth 1993.
2
- Potts y Shlprnan 1981; Potís 19 84 y 1988 a; Shipman 1983 y 1986 a; Bunn 1981; Blumenschlne y Marean 1993; Olver 1994.
3
- Binford 1981 y 1985; Poíts 1983, 1984, 1987 y 1988 a; Shipman 1984; Blumenschlne 1986 a, '1991 a; Blumenschine y Cavallo 1992.
4
-Blumenschine 1986a, 1987, 1989 y 1991 a; Bunn y Kroll 1986; Potts 1988 b; Marean 1989; Bunn y Ezzo 1993.
5
- Potts 1989; Blumenschine y Massao 1991; Sept 1992 a; Bunn 1994; Stern 1993 y 1994.
6
-Blumenschine 1987 y Marean 1989.
7
- Blnford 1981; Potts 1984; Blumenschine 1986 a; Blumenschlne, Cavalío y Capalbo 1994. 2
TRASFONDO HISTÓRICO

Los detalles, análisis e interpretaciones de las excavaciones de Olduvai y Kubi Fora han sido
ampliamente dados a conocer y revisados 8. Aquí focalizaremos las interpretaciones de las densas dispersiones
líticas y faunísticas verticalmente concentradas en sedimentos de grano fino a los que Mary Leakey (1971)
describió como "pisos de ocupación"" y a las que luego Glynn Isaac llamó "sitios de tipo C" o "bases
habitacionales" o, posteriormente, "emplazamientos centrales" 9. […] Durante el período de formación de esos sitios
estaban presentes en África oriental al menos dos homínidos (Australopitecus boisei y Homo habilis) y
posiblemente más; hace 1 780 000 años también estaba presente Home erectus 10. No está claro qué homínidos
fueron los responsables de la confección de utensilios, ingestión de carne y concentración de materiales
arqueológicos, pero habitualmente se cree que fueron miembros del linaje Homo 11.

En las secuencias de Kubi Fora y Olduvai, la reconstrucción paleoambiental indica que hubo
considerable variación del habitat en el espacio y a través del tiempo. Entre hace 2 100 000 y hace 1 700 000
años, las condiciones eran más húmedas que en la actualidad; siguió un período seco hace alrededor de 1 650
000 años y luego se establecieron condiciones muy parecidas a las del Serengetl en la actualidad 12. La ma-
yoría de los sitios de tipo C parecen haber estado en áreas selváticas cercanas a lagos o rí os dentro de un
mosaico de bosque-selva-sabana 13. Con frecuencia se ha mencionado la probable presencia de grandes
árboles que proporcionaban sombra, alimento v protección contra los predadores 14

Las bases habitacionales fueron consideradas campamentos o focos de actividades ocupados


temporariamente, adonde los móviles grupos de homínidos regresaban después de forrajear y donde
preparaban y comían alimentos y desarrollaban actividades sociales basadas en la familia 15. Isaac sostuvo
que el uso de bases habitacionales, la división sexual del trabajo y la compartición de comida habrían
constituido importantes presiones selectivas en favor de desarrollo del lenguaje, de normas culturales y de un
creciente tamaño cerebral. La hipótesis de las bases habitacionales implicó que nuestros ancestros de hace
dos millones de años habrían desarrollado pautas de uso de la tierra y de sociabilidad, más análogas a las de
los cazadores-recolectores humanos modernos que a las de los primates no humanos de nuestros días.

Durante los trabajos de campo de los años setenta y comienzos de los ochenta, tanto Isaac y sus
discípulos 16 como otros 17 sometieron la hipótesis de las bases habitacionales a revisión crítica y cuestionaron:

- el papel que los homínidos habrían desempeñado en la formación de los sitios; y


- la índole de sus actividades en esos sitios.

También durante ese período Binford (1981 y 1985) se opuso a la interpretación de las bases
habitacionales considerándola parte del mito del "hombre cazador". Afirmó que la hipótesis representaba una
proyección demasiado del comportamiento de los cazadores-recolectores recientes hacia el pasado y que los
homínidos de la transición entre Plioceno y Plelstoceno eran carroñeros marginales acosados por los
carnívoros dominantes. Blnford enfatizó el papel cumplido por los procesos no homínidos de formación de los
sitios y propuso que las presuntas bases habitacionales habrían sido acumulaciones formadas por carnívoros y
luego carroñeadas por los homínidos o localizaciones de descanso al mediodía, momento en que los homínidos

8
- M. D. Leakey 1971; Coppens y otros 1976; Leakey y Leakey 1978; Isaac 1984; Blumenschlne 1991 b; Sept 1992 b; Bunn 1994; Krol 1994; Isaac y
Isaac s. f.
9
- Isaac 1971, 1976, 1978 a, 1978 b; Isaac, Harrís y Crader 1976; Isaac y Harrls 1978; Isaac y Crader 1981; Isaac 1983 y 1984.
10
- Feibel, Brown y McDougall 1989; Wood 1992
11
- M. D. Leakey 1971; Isaac 1984; Bunn y Ezzo 1993; Schlck y Toth 1993; Ollver 1994; cf. Susman 1991 y 1994.
12
- Hay 1976, Sinclair 1979 a.
13
- Hay 1976; Harris 1978; Plummer y Blshop 1994; Rogers, Feibei y Harns 1994; Bonnefíiie 1994; Sikes 1994; pero ver B umenschlne y
Masao 1991.
14
- M. D. Leakey 1971; Isaac 1978 a, 1981, / /1983 y 1984; Bunn y otros 1980; Kroll y Isaac 1984; Bunn 1991; Sept 1992 a; Kroli 1994; Sikes
1994.
15
- M. D. Leakey 1971; Isaac 1978 a, 1978 b.
16
- Isaac 1981, 1983 y 1984; Isaac y Harrls 1978; Isaac, Harrls y Marshall 1981; Bunn y otros 1989; Bunn 1983 y 1986; Kroll y Isaac, 1984;
Bunn y Kroll 1986; Kroll 1994; Blumenschlne 1986 a, 1987 y 1988 a; Sept 1986; Schlck 1986 y 1987; Toth 1985 y 1987; Stern 1993 y 1994.
17
- Binford 1981 y 1985; Potts 1984 y 1988'a; Potts y Shipman 1981; Ship-man 1983. 3
comían partes de los cuerpos carroñeados, con relativa seguridad respecto de los carnívoros (Binford 1981,
1984). […] En contraste con el modelo de forrajeamiento a partir de bases habitacionales o emplazamientos
centrales de Isaac, Binford veía el uso de la tierra de los primeros homínidos como una "alimentación al paso",
visión también conocida como "forrajeo itinerante" 18.

El papel que habrían cumplido los agentes no homínidos en la formación de los sitios ha recibido un
examen exhaustivo. En la mayoría de los sitios del tipo C las pautas de sedimentación […] no son compatibles
con un transporte hídrico significativo 19 […]. En la mayoría de los sitios de tipo C también quedó descartado que
hubiera acumulaciones formadas primariamente por carnívoros (en especial hienas) aunque sitios de otras
categorías (por ejemplo: FLK NN 2) han sido atribuidos a acumulación por carnívoros 20. El tamaño y la diversidad
de los restos faunístlcos, la representación de porciones corporales y la exten sión de los daños provocados
por carnívoros no son compatibles con las acumulaciones que los carnívoros forman en nuestra época y se
piensa que serían el resultado de transporte selectivo de elementos de las extremidades por los homínidos 21.

Las últimas dos décadas de investigación en Kubi Fora y Olduval han proporcionado importantes
evidencias de que los primeros homínidos transportaban artefactos líticos y materias primas, en algunos casos
por varios kilómetros 22. Los análisis tecnológicos de los utensilios lítlcos, los remontajes y el análisis espacial
de artefactos y huesos muestran que los utensilios se confeccionaron en los sitios y que los huesos eran
partidos para extraer la médula 23. Los estudios de huellas de corte y marcas sobre los huesos, así como los
análisis de microdesgaste de los utensilios líticos, muestran que en los sitios se procesaba parte de las carcazas
de animales y sugieren que allí se comía carne 24. Se desconoce qué cantidad de vertebrados chicos,
invertebrados o miel pudieron consumir, pero en Olduvai hay alguna evidencia de obtención de peces (Stewart
1994). Hay poca evidencia dírecta de que en los sitios se comieran alimentos vegetales, pero dos artefactos de
Kubi Fora muestran indicios de alisamiento por tejido vegetal y se considera que los alimentos vegetales fueron
un importante componente de la dieta homínida 25.

[…] A comienzos de los años ochenta, Potts planteó una alternativa innovadora para la hipótesis de las
bases habitacionales: las localizaciones estratégicamente ubicadas de "escondrijos” […] que habrían permitido a
los homínidos procesar parte de las carcazas animales en forma rápida y eficiente, y usar sitios "más seguros" -
26
libres de restos de carne- para la actividad social y dormir ( . Esta hipótesis de los escondrijos […], luego modi-
ficada como hipótesis del transporte de recursos- presume que los homínidos usaban estrategias de evitación como
respuesta a la competencia con los carnívoros.

[…] Durante la última década no se ha prestada tanta atención al modelo de las bases habitacionales y
las investigaciones han tratado de definir las particularidades del posible carroñeo por parte de los homínidos,
incluyendo la eficiencia con que procesaban los cuerpos de los animales, las cantidades de carne y/o médula que
obtenían y el grado en que practicaban el carroñeo activo (que implica interacción directa con los carnívoros,
incluso desplazándolos de los sitios de matanza. Las visiones del carroñeo cumplido por los homínidos varían
desde el nicho marginal propuesto por Bínford 27 o la estrategia del procesamiento de médula y tendones 28 hasta
una eficiente estrategia productora de cantidades considerables de carne y/o médula 29. La ultima de esas visiones
recibió el nombre de "modelo de la selva ribereña" porque, según Blumenschíne (1987) […]. Muchas
investigaciones minuciosas han estado destinadas a diferenciar la actividad homínida de la carnívora y a definir
cuan abundantes eran las oportunidades de carroñeo; para ello han recurrido a estudios de carnívoros africanos
18
- Binford 1984; Blumenschlne 1991 a y Potts 1991.
19
-Bunn y otros 1980; Isaac 1984; Kroll y Isaac 1984; Kroli 1994; Potts 1988 a; Schíck 1986; Petraglia y Potts 1994.
20
- Clark 1961; M. D. Leakey 1971; Bunn 1982; Potts 1984 y 1988 a.
21
- Bunn 1986 y 1994; Bunn y Kroll 1986 y 19898; Potts 1984 y 1988 a; Potts y Shipman 1981; Shipman 1986 a, 1986 b; Blumenschine 1988 a;
Oliver 1994.
22
- Toth 1987; Schick'1987 y 1991; Potts 1988 "a y 1991; Stiles 1991; Bunn 1994; Rogers, Feibel y H ar rs 1994; Schick y Toth 1994.
23
- Bunn y otros 1989; Kroll y Isaac 1984; Toth 1985; Kroll 1994.
24
- Keeley y Toth 1981; Bunn 1981, 1983 y 1989; Isaac 1983 y 1989; Bunn y Kroll 1986 y 1988; Potts 1988 a.
25
- Keeley y Toth 1981; Peíers y Ó'Brien 1981; Isaac 1982 y 1984; Sept 1986 y 1992 b.
26
- Potts 1984 y 1988 a; Potts 1991 y 1993.
27
- Binford 1981, 1985, 1986 y 1988 a
28
- Potts y Shlpman 1981; Shlpman 1983; Blurnenschine 1991.
29
- Bunn 1981, 1983, 1986 y 1991; Bunn y Kroll 1986 y 1987; Bunn y Ezzo 1993; Blumenschíne 1986 a, 1987, 1988 b y 1989; Cavallo y
Blumenschíne 1989; Marean 1987 y 1989; Blumenschíne y Cavalio 1992; Blumenschíne y Madrigal 1993. 4
de nuestros días y a carcazas abandonadas en distintos ambientes 30.

Ha ganado creciente aceptación la idea de que los homínidos plio-pleistocénicos, más que cazar y
carronear, primordialmente carroñeaban […]. Sin embargo, creemos que la importancia otorgada al carroñeo
refleja presunciones insuficientemente examinadas sobre la incapacidad de los primeros homínidos […] para
defenderse frente a los grandes carnívoros o competir con ellos. Además, recientes investigaciones
zooarqueológicas han puesto de manifiesto que son muchos los factores -como las prácticas de transporte de
carcazas de animales, la compartición de comida, su procesamiento, la densidad de los huesos- que pueden
influir sobre las pautas de representación de partes corporales y sobre las diferencias entre taxones grandes y
chicos, que anteriormente eran atribuibles al carroñeo 31. […].

Es probable que haya existido algún grado de carroñeo. Mary Leakey (1971) y Glynn Isaac (1971) fueron
los primeros en reconocerlo lo que no habría excluido el uso de bases habitacionales […]. Sin embargo, un modo de
subsistencia carroñera y una pauta de bases habitacionales en el uso de la tierra son estrategias de compor-
tamiento a las que se ha llegado a considerar como sí fuera mutua e insoslayablemente excluyentes. Esta
lamentable dicotomía puede estar causada en parte por la creencia de Binford en que el carroñeo proporcionaría
insuficiente carne para permitir la compartición de alimentos, lo que constituía un importante ingrediente del
modelo Inicial de bases habitacionales formulado por Isaac 32. Sin embargo, la "amenaza de los carnívoros" ha sido
crucial para proporcionar tanto una razón para la existencia de carroñeo como el principal argumento en contra de
la hipótesis de las bases habitacionales.

El peligro constituido por los carnívoros predadores es hoy un tema dominante en las presentaciones de
divulgación de la vida homínida inicial 33 Sostenemos en cambio que:
- la presencia de carnívoros no constituye base suficiente para descartar la hipótesis de las bases
habitacionales; y que por el contrario,
- el riesgo de predación y competencia con los carnívoros podría haber promovido comportamientos
sociales cooperativos y el transporte regular de recursos cárneos a sitios específicos defendibles.

[……………………………………………………………………………………………………………………...]

LA PREDACIÓN: UNA PERSPECTIVA DESDE LOS PRIMATES

[…] Los primates actuales han desarrollado estrategias diversas como respuesta al riesgo de predación
y es probable que las tasas de predación actual reflejen el éxito de esas adaptaciones. En la mayoría de los
primates que viven en grupos, la vigilancia de los predadores genera comportamientos tales como los gritos de
alarma y la defensa cooperativa 34. Hay algunos indicios de que las hembras eligen aparearse con machos muy
vigilantes, lo que sugiere que el comportamiento antipredación puede ser reforzado a través de la selección sexual
35
. […] En primates pequeños del Nuevo Mundo 36 y en chimpancés se ha observado que un riesgo alto de
predación -en particular sobre los juveniles-se asocia con una mayor cohesión y cooperación grupal (Boesch
1991). Algunos cazadores-recolectores humanos pueden responder a un riesgo alto de predación agrupando los
campamentos o las viviendas 37.

Cuando se detectan potenciales predadores, las reacciones de los primates vivientes a menudo son

30
-Schaller y Lowther 1969; Turner 1988; Blumenschíne 1986 a, 1987 y 1989; Cavailo y Blumenschíne 1989; Tunneli 1990 a; Blumenschine y
Cavallo 1992.
3131
- Binford 1981; Kieín 1982; Blumenschine 1986 b y 1991 c; Blumenschlne y Madrigal 1993; Blumenschlne, Cavailo y Capaido 1994; Lyman
1991 y 1994; Marshall y Pil-gram 1991; Yellen 1991; Behrensmeyer 1993; Marshall 1994.
32
- Blumenschine 1991 a y 1991 b; Blumenschlne y Masao 1991.
33
- Fagan 1992; Angela y Angela 1993; Johanson 1994.
34
- Struhsaker 1967; Altmahn y Altmann 1970; Síoltz y Saayman 1970; Seyfarth, Cheney y Marler 1980; Cheney y Seyfarth 1981; Gautí er-Hlon,
Qurís y'Gautíer 1983; Jolly 1985; Boínski 1987 a; Cheney y Wrangham 1987; Sauther 1989; Cords 1990; Boesch 1991; Seyfarth y Cheney 1992;
Calne 1993; Leland y Struhsaker 1993; Rose y Redigan 1995.
35
- Boinski 1987 b y 1992; van Schaik y van Noordwlik 1989.
36
- Bolnski 1987 a; Calne 1993.
37
- Gould y Yeilen 1987 y 1991, pero cf. Blnford 1991. 5
coordinadas y agresivas 38. Es típico que los individuos respondan con rapidez a los gritos de alarma de otros; en
chimpancés y capuchinos, los grupos dispersos pueden sumarse rápidamente y unirse en exhibiciones agresivas
39
y se ha informado que los babuinos apedrean a los observadores humanos 40. Los babuinos atropellan y
persiguen a chitas o chacales, e incluso atacan y luchan con leones y leopardos 41. Se ha Informado el caso de
chimpancés que atacaron a leopardos 42; en situaciones experimentales, chimpancés y babuinos atacan
vigorosamente a leopardos embalsamados o mecánicos 43.

Tutln, McGrew y Baldwín (1981) remarcan que la respuesta de los chimpancés puede variar según la
especie del predador y la situación en que es oído o encontrado; también parece haber llamativas diferencias en
las respuestas dadas por distintas poblaciones de chimpancés. Tutin, McGrew y Baldwln sugieren que en el
habitat de Monte Assirik, predominantemente de bosque abierto, los chimpancés "tienen saludable respeto y
temor por los grandes carnívoros que encuentran a la luz del día", en tanto Boesch (1991: 237) informa que cada
vez que los chimpancés de la selva Tai notan la presencia de un leopardo "lo buscan y ahuyentan
cooperativamente". Boesch también describe el caso de unos chimpancés que tornaron por sorpresa a un leopardo
debajo de un árbol caído y lo golpearon e hirieron con una rama.

[…] Los datos proporcionados por los estudios de primates actuales sugieren que la respuesta más
común ante el riesgo de predación es aumentar la cohesión grupal y la cooperación en la defensa contra los
predadores. […] Sugerimos que los primeros homínidos habrían respondido de modo similar ante el riesgo de
predación de los carnívoros, intensificando comportamientos cooperativos y quizás usando ramas o piedras como
armas defensivas sencillas 44.

LA COMPETENCIA Y LA SIGNIFICACIÓN DEL CONSUMO DE CARNE

[…] Sugerimos que, más que abandonar los sitios debido a la posible amenaza de carnívoros
carroñeros, los homínidos habrían desarrollado la tendencia hacia la defensa cooperativa como otros
primates, protegiéndose activamente a sí mismos corno a sus recursos.

[…] En un principio, la discusión en torno del carroñeo activo vs. pasivo pareció coherente con las
posiciones que se oponían o favorecían la hipótesis de las bases habitacionales. Suponer que los homínidos
dependían sólo de las oportunidades de carroñeo pasivo implica que tenían poca capaci dad competitiva […].
Por consiguiente, habría existido poca necesidad de transportar las carcazas de los animales hacia algún lugar
central con el fin de someterlos allí a procesamiento; la carne habría sido insuficiente para requerir
almacenamiento o compartlción 45. Además, la presunta carencia de capacidad competitiva implica que los
homínidos no habían podido defenderse a sí mismos o defender sus recursos contra los carnívoros, por lo que
reunirse en localizaciones predecibles tales como las bases habitacionales habría servido sólo para aumentar
el riesgo de ser atacados.

Por el contrario, ver a los homínidos como capaces de enfrascarse exitosamente en un carroñeo
activo o "confrontativo" implica que poseían considerable capacidad competitiva, ya que habrían podido alejar
a los grandes carnívoros de las carcazas de sus presas 46. […] El carroñeo activo implica que los homínidos
habrían obtenido importantes cantidades de carne, lo que proporcionaba incentivo para el transporte […], el
procesamiento y la compartición en un lugar central. Además, una capacidad competitiva que fuera suficiente
para alejar los carnívoros […] implica que los homínidos podían defenderse a sí mismos y defender sus

38
- Nlshlda 1968; Saayman 1971; Altmann y Altmann 1970; Baennlnger, Estes y Baldwln 1977; Kortland 1980; Goodall 1986; Hiraiwa-Hasegawa
y otros 1986; Sauther 1989.
39
- Boesch 1991; Rose, obs. pers.
40
- Hamllton, Buskírk y Buskirk 1975.
41
- Altmann y Altmann 1970.
42
- Hiraiwa-Hasegawa y otros 1986; Boesch 1991.
43
- Teleki 1973 a; Kort and 1980.
44
- Kortland 1980; A. B. Isaac 1987; O'Conneü, Hawkes y Blurton Jones 1988; Schule 1991; Savage-Rumbaugh 1994.
45
- Binford 1985; cf. Isaac y Crader 1981.
46
- Bunn 1987; Bunn, Kroü y Bertram 1991; O'Con-nell, Hawkes y Biurton Jones 1988; Bunn y Ezzo 1993. 6
recursos en las bases habitacionales. Por consiguiente, el carroñeo activo al parecer habría favorecido una
pauta de uso de la tierra fundada sobre bases habitacionales, en tanto el carroñeo pasivo no lo habría hecho.
Sin embargo, hay cantidad de problemas relacionados con esta dicotomía.

EL MODELO DE USO DE LA TIERRA MEDIANTE LA DEFENSA DE LOS RECURSOS POR


LOS HOMÍNIDOS PLIO/PLEISTOCENICOS

El modelo de la sociabilidad primate centrado sobre la defensa de los recursos remarca la competencia
[…] por parcelas de recursos espacialmente fijos -por ejemplo árboles productivos en frutos- pero puede ser
ampliado para incluir otros competidores y otros tipos de recursos críticos. Sugerimos que los cuerpos de
animales ricos en carne, cazados carroñeados, representaban para los homínidos plio/pleistocénicos parcelas de
recursos transportables de alta calidad que necesitaban ser defendidos frente a competidores tales como otros
grupos de homínidos o carnívoros. Simultáneamente, hay que prestar atención a otros recursos clave tales como
agua, frutos y otros alimentos vegetales, sombra de árboles, sitios para dormir, utensilios y materia prima para
confeccionar utensilios. Una estrategia eficiente habría sido llevar los cuerpos de los anímales -o porciones de
ellos-, que son recursos perecederos y transportables, a alguna área estratégica de recursos fijos, donde se
conservaran los utensilios y donde se pudiera-efectuar cooperativamente el procesamiento de esos cuerpos
(figura 1)

other foo ds smail


mammnls,. r e p ti le s / b i r d s /
honey , fi*h

raw material
tools

trans port
carnivore compctition

increascd predation

meat

Figura 1. El modelo de defensa de los recursos: un sitio focal

7
En lugar de ver los utensilios y las materias primas para su confección como "imanes" para los grupos
homínidos (Potts 1991), sugerimos que el agua y los recursos alimenticios habrían constituido la atracción
principal. Otras actividades (incluyendo la interacción social, el descanso, la confección de utensilios, el
procesamiento de los cuerpos de los animales y el consumo de la carne) quedarían luego concentradas en esos
puntos focales (figura 2). Al tomar en cuenta la tendencia de los primates a defenderse cooperativamente contra
potenciales predadores y competidores, sugerimos también que la competencia de los carnívoros habría
favorecido -en lugar de impedir- el uso regular de sitios clave defendibles como sede de esas múltiples
actividades. Esto es compatible -aunque no necesariamente idéntico- con la interpretación de los sitios del
Plío/Pieistoceno como "bases habitacionales" o "localizaciones centrales".

INGESTION HOMINIDA DE CARNE RIESGO DE PREDACION COMPETENCIA DE


CARNIVOROS TRANSPORTE HOMINIDO DE PORCIONES DE CARCAZAS DE ANIMALES SITIOS
FOCALES= DEFENSA DE LOS RECURSOS COMPARTICIÓN DE LA COMIDA

Figura 2: El modelo de defensa de los recursos: trayectoria del desarrollo

[…] Los Ingredientes cruciales que nuestro modelo de defensa de los recur sos añade a formulaciones
anteriores […] son:
1) que el transporte de recursos habría sido en gran medida una respuesta coordinada a la competencia
con los carnívoros; y
2) que las pautas cooperativas de defensa habrían permitido el uso regular de sitios únicos para
actividades diurnas y nocturnas múltiples, incluyendo agregamientos de los miembros del grupo para alimentarse
y dormir.

Como el consumo de carne y la competencia con los carnívoros constituyen el eje de nuestro modelo,
éste puede ser sometido a prueba mediante futuras investigaciones en torno a la aparición y las oportunidades del
consumo de carne y de sitios-base habitacionales en el registro arqueológico. Hay ahora nuevos métodos para
identificar el consumo de carne a partir de las marcas de corte y los impactos de percutores sobre los huesos 47,
aun a falta de sitios arqueológicos convencionales. La arqueología del paisaje permitirá lograr una comprensión
mucho más fina de la relación entre la ubicación y acumulación de materiales arqueológicos 48. Si, por ejemplo,
grandes concentraciones de materiales arqueológicos aparecieron con anterioridad a los indicios de consumo de
carne, o si los sitios no estuvieran siempre ubicados en cercanía de recursos clave tales corno el agua o las
parcelas de alimentos vegetales, entonces nuestra hipótesis de defensa de los recursos no tendría sustento.

COMPARTICÍON DE ALIMENTOS, ORGANIZACIÓN SOCIAL Y DIVISIÓN DEL TRABAJO

Un ingrediente crucial del modelo de bases habitacionales formulado por Isaac era la compartición de
alimentos. Estamos de acuerdo en que compartir alimentos cumplió un pape! importante en la evolución cultural
de los homínidos, pero sugerimos que inicialmente pudo haber sido un producto secundario de pautas de
forrajeamiento crecientemente centralizadas, con postergación del consumo y excedentes de carne en el corto
plazo.

47
- Bunn 1989; Blumenschlne y Seivaggio 1988 y 1991.
48
- -de la clase que actualmente están llevando a cabo Potts (1991), Blumenschlne y Masao (1991) y Bunn (1994) en Kubl Pora, Olduvai y
Olorgesailie-
8
[…] Aunque argumentamos en favor de las bases habitacionales homínidas en las que tenía lugar la
compartición de comida, no necesariamente decimos que a ello se asocie una pauta de aprovisionamiento,
monogamia y bien definida división sexual del trabajo.

RESUMEN Y CONCLUSIONES

El rechazo a la hipótesis de las bases habitacionales o lugares centrales ha estado influido por varios
factores, entre ellos:
a) las dudas en- cuanto a que los homínidos hayan sido primordialmente responsables de las
acumulaciones de artefactos y huesos en los sitios del Plio-Pleistoceno; y
b) los cambios de visión en cuanto a las capacidades de los primeros homínidos.

Los principales argumentos contrarios a la hipótesis de las bases habitaclonales han sido la amenaza
proveniente de los carnívoros y la presunta incapacidad de los primeros homínidos para defenderse a sí mismos o
competir para obtener las carcazas de los animales. Un factor asociado ha sido la creciente aceptación de la
hipótesis del carroñeo.

Resumimos las evidencias arqueológicas de Olduvaí y Kubl Fora, que indican fuertemente que los
homínidos fueron los principales agentes de la formación de los sitios en las propuestas bases habitacionales. El
carroñeo y el uso de bases habitacionales no son estrategias que se excluyan mutuamente; las evidencias
arqueológicas en apoyo de la hipótesis del carroñeo son equívocas. Sin embargo, aunque los homínidos hayan
cazado o carroñeado, su relación con las carcazas de animales grandes implicaba interacciones potencialmente
competitivas entre los homínidos y los carnívoros del Plio- Plelstoceno, y posiblemente también entre grupos
diversos de homínidos.

Estamos de acuerdo en que la amenaza planteada por los carnívoros habría influido sobre el
comportamiento homínido, pero nuestra hipótesis de defensa de los recursos sugiere que los riesgos de la
predación y, en particular, la mayor competencia habrían constituido presiones selectivas en favor de
mayor socíabilidad, defensa cooperativa, transporte de recursos y postergación de su procesamiento y
consumo. Remarcamos la atracción ejercida por recursos espacialmente fijos -tales como agua, árboles con frutos
o sitios para dormir- y la necesidad de procesar

Las carcazas de los animales antes del consumo; sugerimos que tales carcazas se habrían llevado de modo
regular a alguna área donde todos los recursos pudieran ser defendidos cooperativamente. Esas áreas habrían
devenido focos para realizar cantidad de actividades sociales, de procesamiento […], confección de utensilios y
forrajeamiento, de modo muy similar a lo sugerido por el modelo de Isaac de bases habitacionales o lugares
centrales. Por último, señalamos que una pauta de bases habitacionales no necesariamente implica una
organización social monógama ni una bien definida división sexual del trabajo.

[……………………………………………………………………………………………………………………]

También podría gustarte