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UNIDAD 1
1.1. El perfil del arquitecto
1.2. Las necesidades arquitectónicas del espacio
1.3. Premio Pritzker
1.4. Arquitectos nicaragüenses representativos. SESSION #1
Introducción a la teoría de la arquitectura es la materia que brinda las bases sobre las cuales se
desarrolla el conocimiento teórico del arquitecto.
La teoría de la arquitectura engloba una gran cantidad de conceptos que el arquitecto utiliza
diariamente en su vida cotidiana. En cierto modo, la teoría de la arquitectura proporciona las
directrices que regirán un proyecto y, por lo tanto, sin ella será muy difícil, si no imposible,
obtener un buen proyecto.
El proyecto carecerá de un sostén por lo que, necesariamente, estará incompleto. Por ejemplo, la
relación que hay entre los espacios de una edificación, las leyes de la estética, la integración de
la obra en el contexto y la satisfacción de necesidades, por mencionar sólo algunos, son elementos
que pertenecen al campo de estudio de la teoría de la arquitectura. Dicho de otro modo, la teoría
de la arquitectura engloba todos los aspectos que un arquitecto ha de conocer para que su proyecto
funcione adecuadamente.
Aún cuando los argumentos mostrados hasta ahora parecen dar validez a la despreocupación que
existe contra la teoría de la arquitectura, en realidad confirman la importancia de este campo del
conocimiento. En efecto, estas obras carentes de consideraciones teóricas adolecen también de
falta de carácter arquitectónico, y su diseño se basa en la moda más que en cualquier otra
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Estas y otras consideraciones serán analizadas a detalle en el presente texto. No se pretende que
en él se encuentre concentrada toda la información concerniente a la teoría de la arquitectura,
pero sí, cuando menos, dotar al lector de los conocimientos básicos para aprender a apreciar y
analizar el valor de la obra arquitectónica.
PERFIL PROFESIONAL
Perfil del egresado de la Carrera de Arquitectura
Cuando hacemos referencia a un profesional en nuestro medio, hablamos de “una persona que
ejerce una profesión con capacidad y aplicación relevantes...” (Diccionario de la Real Academia
Española, 2017) entendiéndose como profesión al conjunto de habilidades inherentes a la
disciplina que le permite a quienes la ejercen realizar las tareas propias de la misma con un
adecuado nivel de rigor y calidad.
Esta definición nos remite a un problema superior en el caso puntual de la arquitectura: ¿cuáles
serían esas capacidades relevantes que el profesional arquitecto debe poseer y de qué manera se
administran las mismas?
Lo anterior nos remite a un tipo de saberes o habilidades mayores de las obtenidas directamente
por el conocimiento científico propio de una profesión, nos remiten a un conocimiento
Así planteada la cuestión, se intentará discernir mediante tres miradas diferentes: desde lo
institucional (normativas legales), desde lo académico (centros de formación) y desde sus actores
(estudiantes y egresados), los aspectos más relevantes a dominar por un profesional de la
arquitectura. De este modo, iniciar un debate conducente a generar un más acertado perfil del
arquitecto egresado de nuestra universidad, que sea útil a la sociedad y jerarquice a su vez la
disciplina.
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Además de lo estrictamente legal existen otras funciones para nuestra profesión, que fueron
citadas y enumeradas en su momento por la Unión Internacional de Arquitectos (1985), las que
otorgan un campo de acción más amplio y van a complementar (extendiendo de manera casi
enciclopédica) los saberes y por lo tanto los posibles perfiles del egresado, las cuales son:
· Responsabilidades y seguros
· Resolución de disputas
· Manejo de subcontratistas
· Administración de contratos
Acudiendo nuevamente a los esquemas presentados por Guevara Álvarez que resumen lo
pretendido por la uia se pueden apreciar en su totalidad:
Figura 2
Funciones para nuestra profesión según la UIA.
Fuente: Guevara Álvarez Oscar, 2013.
Todas estas habilidades, que cualifican un cierto tipo de profesional, son tomadas en cuenta para
definir el perfil de los egresados de varias carreras de Arquitectura, nuestras y de la región
iberoamericana (trece en total para este muestreo), como lo expresa otro gráfico extraído del
mencionado estudio:
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Sin embargo, todo este conocimiento enciclopédico y de múltiples capacidades enunciado por las
unidades académicas y ratificado por los organismos profesionales deja de lado cuestiones
básicas de índole personal y social que deberían ser tomadas en cuenta: “¿Cómo estudiar la
actuación personal concreta, si no se valora la regulación cognitiva e instrumental –habilidades–
de la personalidad? ¿Cómo hablar de ejecuciones personales, si no se aborda el problema de sus
acciones y operaciones en el plano metodológico-instrumental concreto?” (Rodríguez Rebustillo,
2004).
Entonces, retornando a la pregunta del inicio. ¿Qué tipo de saberes debemos inculcar en los
estudiantes de arquitectura para su correcto desempeño en la profesión?
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Procurando dar contenido a este saber cómo un espacio de reflexión y generación de espíritu
crítico, desde el lugar de formación donde nos desempeñamos (Cátedra de Teoría de la
Arquitectura-FAU-UNT-Argentina) se profundizó su estudio alrededor de tres ejes principales:
· Dimensiones de la arquitectura
La consideración profunda de estos temas pretende generar una base conceptual más sólida en
el momento de la producción arquitectónica: sólida en el conocimiento del tiempo histórico y
lugar como contexto, donde se realiza la implementación de un objeto arquitectónico (Teoría y
Concepciones a través de la historia), sólida en el proceso no lineal y retro-alimentable de la
producción arquitectónica (Actividad Proyectual y sus etapas), y a la vez sólida en la
consideración y ponderación de los distintos aspectos: pragmáticos, sintácticos y semánticos que
intervienen en un producto arquitectónico (Dimensiones de la Arquitectura).
De esta manera se pretende arribar a una obra de arquitectura que contemple los distintos
campos de la misma: contexto, objeto y uso.
Figura 4.
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Estas dimensiones no se contradicen, se complementan con algunas otras, como las enunciadas
en el Plan de estudios para el Taller Total (FAU-UBA), entendidas como producto de la cultura:
Teniendo en cuenta lo enunciado sobre los saberes necesarios para un adecuado desempeño de
los futuros arquitectos, y la importancia fundamental del saber pensar como articulador e
integrador de los demás saberes, consideramos muy limitada y escasa la carga horaria prevista
por nuestro currículo para materias como la mencionada. Estas son las que tienden a reforzar ese
aspecto, que en definitiva es el que con más fuerza define nuestra profesión: Pensar, Ponderar,
Proyectar.
Así también lo expresan otros autores (Baixas, 2005): “…una escuela de arquitectura no enseña
a hacer arquitectura, enseña a pensarla…”
Para precisar algunas ideas y conceptos sobre el espacio arquitectónico exterior, es conveniente
previamente aclarar lo que entendemos por el espacio arquitectónico. En el libro "La
Configuración Espacial" de Eduardo Meissner, se expresan las siguientes ideas sobre el espacio:
Además de lo concreto, artificial y situable, de sus cualidades, en el espacio está implícito el uso,
o su condición usual, como también su tematización y su legibilidad en tanto "tema".
"Así que cuando pensemos que la arquitectura ocupa espacio; hemos de entender que ocupa un
“espacio” localizado y localizable porque le da determinada ocupación, distinguiéndolo
cualitativamente de los demás lugares mediante operaciones propias del arte arquitectónico. Las
obras que de ello resultan, permiten ciertas y específicas acciones humanas. A estas operaciones,
ocupaciones y acciones habremos de referirnos para entender en rigor la índole del espacio
arquitectónico.
En vez de referirnos con vaguedad a las localizaciones, áreas o ámbitos surgidos, según el uso y
finalidad, en zonas, caminos, ciudades, calles, plazas, viviendas, habitaciones y muebles.
Consideraremos al espacio general o abstracto, como quehaceres humanos que originan el
espacio arquitectónico en su condición usual. De tales acciones nace un espacio tematizado, en
el que la acotación no es puramente espacial, pues tiene por límites aquellas que le son propias
de su empleo. El espacio que así surge es un espacio desnaturalizado mediante las operaciones y
finalidades aludidas.
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Por lo general, en los ensayos sobre el espacio arquitectónico se incide tácita y expresamente en
el espacio interior como cosa principal. Y es porque éste es primigenio, lo que está primero. Es
lo que necesitamos, antes que nada, lo que primero hacemos por la necesidad natural que tenemos
de protección, de techo, de interioridad, de privacidad.
"El hecho de construir lleva inalienablemente consigo el carácter expansivo de "poblar", que
corresponde al habitar y ocupar con los demás. El haz y el envés de la arquitectura estriban en
que la construcción siempre tiene el doble sentido señalado. En cuanto a "la población" caben
destacar dos aspectos que estimamos primordiales: uno, que poblar indica la acción cuantitativa
del hombre con los demás, significada en "lo populoso" como lo abundante, y otro: que la noción
correspondiente al hecho de "poblar" se halla en el término "público" (contrapuesto a lo privado,
antes referido respecto a la casa), en el que se denota la acción arquitectónica del hombre como
apertura, salida o expansión hacia el contorno".
Más el adjetivo "exterior" implica desde ya lo que está fuera, "por la parte de afuera", y el interior
es lo perfectamente delimitado, lo plenamente conformado, pero, ante todo, lo que está techado,
cubierto, protegido y delimitado respecto al infinito celeste. Lo que está afuera, entonces, es
primordialmente lo que no tiene techo, lo abierto al cielo.
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"Los espacios abiertos suelen ser por excelencia, los del desplazamiento. En ellos el estar
corresponde a "estar de paso" o en tránsito. Son normalmente, áreas para el hombre transeúnte
que las recorre movido por sus vehículos o a pie y entonces, el "trato" que en ellas tiene
corresponde al "trecho", al "trazo" que une dos puntos: aquel de donde venimos y al "extremo
hacia el que vamos”. Por ello, el "entre" que producen tales pinitos no originan intimidad alguna,
considerándose que la intensificación de semejante espacio se debe a la frecuencia con que "los
muchos" pasan sobre lugares diversos"
El dar lugar al desplazamiento es una razón de ser principal o fundamental de los espacios abiertos
o exteriores arquitecturizados, lo que se enlaza con la idea de espacio público; el espacio urbano.
Pero no es la única razón: también existe el espacio exterior privado o el exterior restringido a lo
público y que tienen funciones propias de expansión, recreación, permanencia, que sirven de
relación o enlace entre las arquitecturas del interior.
Lo que el espacio exterior no podría dejar de ser, si es, en rigor, arquitectónico, es un "entre” la
arquitectura del interior y la naturaleza, en cuanto sea ésta última conformadora del espacio
abierto. Y en este sentido, el exterior es un espacio relacionador.
Podemos distinguir claramente tres categorías de espacios exteriores en cuanto a su razón de ser
como función:
a) El espacio del aire, de la luz y de la naturaleza que es propuesto entonces con fines precisos
de aireación o ventilación natural de iluminación y de recreación visual a través de la
incorporación de naturaleza.
b) El espacio para el desplazamiento como función principal o de la relación entre los artificios
arquitectónicos.
c) El espacio de la permanencia para el descanso, la recreación, la relación entre las personas; la
comunicación humana.
Si observamos situaciones reales en que se dan estos tipos de espacios, veremos que la
naturaleza, en lo vegetal, asume una singular importancia, por la necesidad inherente del
hombre de ligarse a lo natural, pues no estamos hechos para vivir en la artificialidad total.
En relación con el uso modal de los espacios del mundo exterior arquitecturizado, podríamos
también categorizar y distinguir ciertos niveles, especialmente dentro del denominado espacio
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"la ciudad patentiza la dualidad que corresponde a las viviendas y centros de trabajo,
como lugares de retracción o "privados", y a los lugares públicos en los que el hombre se
muestra. Semejante dualidad de lo privado y lo público tienen su equivalencia puramente
espacial en el dentro y fuera. Sin embargo, el "fuera" correspondiente a la ciudad en sus calles
y plazas es siempre un dentro de ella y, por lo tanto, un "dentro de lo hecho".
"El espacio abierto urbano es el de nuestro vivir como convivencia, frente a lo hermético
del ámbito de cada cual en sus habitaciones. Ese vivir en convivencia puede manifestarse,
además, por la contigüidad de las viviendas, que origina "unidades" en las que se tiene en cuenta
al vecino: como aquel que habita cerca o al lado. Así se forman sentimientos de comunidad,
correspondientes al hecho de poblar con los demás, en el conjunto próximo de habitantes que
constituyen el vecindario, una de las formas principales de la convivencia humana en la que no
se ha reparado suficientemente".
"Si en la vivienda hemos considerado las posibilidades del dentro y fuera, y del alzado,
en la ciudad se manifiestan, unidas a la actividad fundente del hombre, las modalidades
correspondientes a la longitud y la anchura en disposiciones arquitectónicas abiertas. Lo plano
se indica en la "estrada", derivada de strata vía, "camino empedrado", que proviene del italiano
"strada" y del alemán "strasse", y también en "la plaza", perteneciente al griego plateia, que
indica "lo ancho". Las calles, por su condición longitudinal "corren o atraviesan" la ciudad,
demostrándose, en el dinamismo que se les atribuye, la actividad que en ellas tiene lugar. Son
a manera de caminos que "pasan" entre los bloques construidos".
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Estos tres niveles son distinguidos por muchos tratadistas del fenómeno urbano y aquí
nos referiremos a la distinción que para efectos metodológicos de la estructuración del espacio
urbano hace el grupo francés encabezado por P. Panerai y J. Castex.
Más allá de lo privado, aparece el nivel cotidiano, siendo éste el territorio en el cual el
individuo ha fijado sus hábitos, seleccionando lugares y estableciendo relaciones. Este nivel
nos remite a la noción de barrio, a la de vecindario.
Por otra parte, es de interés visualizar como se integran o relacionan entre sí estos niveles,
como se articulan, y es aquí donde los espacios usuales exteriores intervienen con propiedad.
Es la calle tradicional la que articula las relaciones entre el nivel privado y el nivel cotidiano.
La gran calle principal, la avenida o el boulevard, como también las plazas principales o incluso
el monumento, articulan las relaciones entre el nivel cotidiano y el nivel urbano. Estos espacios
arquitectónicos, exteriores y urbanos, conectan los distintos niveles de espacios vivénciales en
que el hombre urbano desarrolla su vida.
Los elementos con los que podemos conformar y determinar el espacio exterior
arquitectónico; son la base de la existencia del hombre y de todo lo que éste conlleva, incluida
la arquitectura: el cielo y el suelo.
El Cielo: la bóveda celeste, el techo del mundo del gran espacio geográfico. El espacio
sideral lo percibimos como lo indeterminado, infinito en la vertical y en el horizonte.
A partir de estos dos grandes elementos de referencia básica, para la conformación del
espacio podemos distinguir en primera instancia dos grandes grupos de elementos:
Entre los elementos naturales, podríamos distinguir dos subgrupos: elementos bióticos
o vivos y elementos abióticos, sin vida. Entre los primeros están los árboles, plantas, vegetales
en general, entre los segundos, el suelo natural propiamente tal en sus diversas conformaciones
pendientes, cerros, terraplenes, quebradas, las rocas y el agua.
Elementos artificiales y naturales se combinan generalmente para conformar el espacio
exterior y abierto que nos interesa, y es lo que solemos encontrar en los espacios urbanos, sea
en los niveles privados, cotidiano o urbano.
Pero los elementos naturales combinados entre ellos únicamente no constituirán espacio
exterior arquitectónico, sino espacio natural y el espacio natural no está dentro del orden de la
arquitectura en cuanto ésta es artificio por excelencia.
Estos elementos artificiales y naturales pueden agruparse en tres categorías que los
comprenden a todos, categorías que se desprenden de la forma de los elemento, sea como
objetos aislados o como agrupación. Citaremos aquí parte de la investigación desarrollada en
el Massuachussets Institute of Technology por Philips Thiel, y en relación con la denotación
del espacio, del movimiento y de la orientación.
Las superficies son formas planas bidimensionales cuyo rol espacial se limita al espacio
exterior y contribuyen a determinar lo interior, lo que no significa que también puedan
constituirse en un mero abierto cuando están en un contexto de mayor envergadura.
Las pantallas pueden ser superficies u objetos colocados muy cerca uno del otro,
constituyendo así un estado intermedio entre los dos casos extremos del objeto y la superficie.
Es el caso de una hilera de árboles y mástiles (ver figuras 1 y 3).
En un caso operativo, de análisis o diseño, en que interesa verificar si una superficie, una
pantalla o un objeto determinado es o no elemento conformador del espacio dado, bastaría
borrarlo mentalmente del conjunto espacial: si el espacio, en tanto volumen conformado y
finito, no es afectado por la desaparición del elemento, se concluiría que éste no es un elemento
determinante del espacio.
Esto interesa para los análisis de valoración formal del espacio. A modo de complemento
y de clarificación, se transcribe Io estudiado por Philips Thiel en su investigación en relación
con el hombre observador del espacio determinado por estos elementos conformadores del
espacio, y que señalaremos por la abreviación ECE.
La figura 1 muestra toda una gama de elementos conformadores del espacio ocupando
estas diversas posiciones.
La textura de un ECE concierne a las dos o tres tramas dimensionales de una superficie
o de una pantalla o de un objeto.
Dentro de las características del espacio exterior conformado según los tipos o categorías
de elementos, una muy principal es el Grado de determinación del espacio conformado y
establecido.
Desde el menor grado de determinación a la determinación total, podemos distinguir
tres grados: el espacio sugerido, el espacio esbozado y el espacio volumen. En la figura 3 se
puede ver que el espacio varía desde la forma imprecisa, nebulosa y ambigua del espacio
sugerido por algunos objetos sin ligazón, hasta el volumen que es un espacio totalmente
Entre estas dos condiciones extremas, las otras posibilidades están agrupadas en un
modelo propuesto como "referencia de base". Un índice numérico y una notación gráfica se
reportan en intervalos de 10%. La simbología de referencia básica es modificada para mostrar
el grado en que se reduce la determinación cuando hay ECE que representa vacíos importantes,
o cuando un ECE es independiente (separado de los otros), o para ECE tipo pantalla, o ECE
En relación con estos dos tipos de disposición y forma del espacio exterior, es
relativamente simple operar en un análisis de cualidad formal, como lo ha intentado la
investigación de Thiel. Al respecto, sostiene que la cualidad formal de un espacio esbozado o
de un espacio volumen es independiente de su determinación o de su grado de "cerramiento".
El espacio sugerido, siendo por definición una suerte de nebulosa, se excluye de estas
consideraciones. A partir de dos prototipos formales polares (el huevo, codificado O y un árbol,
codificado X) un espacio esbozado o un volumen pueden ser caracterizados por su cualidad
formal siguiendo una escala que va de O a X.
El espacio tipo O se caracterizaría por la regularidad, el carácter "cerrado", el reposo, lo
completo, la cohesión, el equilibrio o la simetría.
El espacio X se caracterizaría por la irregularidad, el azar, la dispersión, el desequilibrio,
lo incompleto, la movilidad, la amplitud. (Esta caracterización pertenece al prof. Gyorgy
Kepes).
Ahora quisiéramos agregar algo sobre la proporción y la escala en los espacios exteriores,
escala y proporción que sólo las atendemos desde el punto de vista del hombre en tanto ser
físico y en tanto ser psicológico, perceptual, pensante. Como dice José Ricardo Morales, el
hombre que es ante todo un ser midiente13 de cuanto haya, según los variables proyectos de
conocimiento que lleve consigo.
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Introducción a la Arquitectura – Arq./Ing. Milton Hernandez Jarquín
1.3. Premio Pritzker
Creado en 1979 por Jay A. Pritzker, nacido en Chicago, e impulsado por su familia, se
entrega anualmente a un arquitecto en vida de cualquier país, que haya mostrado a través de
sus proyectos y obras construidas las diferentes facetas de su talento como arquitecto,
contribuyendo con ellas al enriquecimiento de la humanidad. Una de las cualidades que
constituye el requisito principal para obtenerlo es la demostración de un alto nivel de
creatividad en el diseño de las obras que, además, deben ser funcionales y de buena calidad
en la construcción. Desde hace unos años, la relevancia del aspecto social para obtener el
premio ha sido un fuerte contrapeso en la elección de los laureados. Este es el caso
de Shigeru Ban o Alejandro Aravena.
El primer arquitecto latinoamericano en ganarlo fue Luis Barragán, de Guadalajara, México.
Años más tarde, en 1988, fue galardonado el brasileño Oscar Niemeyer.
La primera mujer que obtuvo el premio Pritzker fue Zaha Hadid, en 2004. Solo se ha
distinguido con este premio a seis mujeres desde 1979: Zaha Hadid en 2004, Kazuyo
Sejima (junto a Ryūe Nishizawa) en 2010, Carme Pigem (junto a Rafael Aranda y Ramón
Villalta) en 2017, Yvonne Farrell y Shelley McNamara de Grafton Architects en 2020
y Anne Lacaton en 2021. En 2013 se inició una petición de firmas en internet promovida por
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estudiantes graduadas de la Universidad de Harvard en la que se solicita la concesión
del Pritzker de manera retroactiva para Denise Scott Brown, coautora de los trabajos por los
que en 1991 se premió en solitario al arquitecto Robert Venturi, su esposo, a pesar de que
desde hacía 26 años firmaban conjuntamente sus obras.2 Igualmente en 1986 se premió
a Gottfried Böhm y no a su socia y esposa Elisabeth Haggenmüller, y en 2012 a Wang Shu y
no a Lu Wenyu socia de Amateur Architecture Studio.
El premio anual es de cien mil dólares. La ceremonia de entrega no se celebra siempre en el
mismo lugar, sino en diferentes ciudades del mundo.
Premios otorgados
4
1979 Philip Johnson Dumbarton Oaks
5
1980 Luis Barragán Dumbarton Oaks
6
1981 James Stirling National Building Museum
7
1984 Richard Meier Galería Nacional de Arte
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7
1985 Hans Hollein Biblioteca Huntington
7
1986 Gottfried Böhm Gremio de Orfebres de Londres
8
1987 Kenzo Tange Museo de Arte Kimbell
Gordon Bunshaft
7
1988 Instituto de Arte de Chicago
Oscar Niemeyer
9
1990 Aldo Rossi Palacio Grassi
10
1991 Robert Venturi Palacio de Iturbide
8
1993 Fumihiko Maki Castillo de Praga
12
1994 Christian de Portzamparc The Commons, Columbus (Indiana)
13
1995 Tadao Ando Palacio de Versalles
14
1996 Rafael Moneo The Getty Center
15
1997 Sverre Fehn Museo Guggenheim Bilbao
16
1998 Renzo Piano Casa Blanca
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1999 Norman Foster Altes Museum 14
23
2007 Richard Rogers Banqueting House
14
2010 SANAA (Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa) Isla Ellis
24
2011 Eduardo Souto de Moura Auditorio Andrew W. Mellon
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Biblioteca y Museo Presidencial John F.
2013 Toyō Itō 2526
Kennedy
27
2014 Shigeru Ban Rijksmuseum
28
2015 Frei Otto New World Center, Miami
3334
2019 Arata Isozaki Palacio de Versalles
36
2021 Anne Lacaton y Jean-Philippe Vassal Online
37D
2022 , Diébédo Francis Kéré LSE Marshall Building, Londres
38
2023 David Chipperfield LSE Marshall Building, Londres
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1.4. Arquitectos nicaragüenses representativos.
En la Managua de finales del Siglo XIX el Arquitecto Monsieur Louis Leirac diseñó y
construyó el primer Parque Central de Managua en el estilo Clásico francés con muro
perimetral de columnas y verjas de hierro. Hacía buen conjunto y armonía con el majestuoso
Palacio de Gobierno diseñado por el Ingeniero Teodoro Hueck en un estilo ecléctico
afrancesado que también había diseñado la antigua Estación del Ferrocarril como un edificio
clásico europeo en hierro forjado.
Parque Central del arquitecto francés Louis Leirac, al fondo Palacio de Gobierno diseñado por el
ingeniero alemán Teodoro Emilio Hueck
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Otro de los grandes constructores de Managua de inicios del Siglo XX fue el ingeniero Pablo
Dambach, de origen suizo, que con su empresa Dambach & Gautier construyó la antigua
Catedral de Santiago de Managua, copiándose de la Catedral de San Suplicio en París.
Dambach diseñó y construyó el antiguo Gran Hotel de estilo Art Deco americano, la antigua
Casa Pellas, también Art Deco y la Colonia Dambach en estilo de Villa italiana mediterránea.
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Arquitecto importante también fue Víctor Sabater de origen español que diseñó y construyó
el nuevo Parque Central de Managua después del Terremoto de 1931. En 1945 fue
inaugurado en estilo Art Deco el Templo de la Música con frisos escultóricos diseñados y
realizados por Ernesto Brown, que recientemente fue restaurado por la Alcaldía de Managua.
Un renombrado constructor fue el Maestro Francisco Aranda que diseñó el Club Social de
estilo neo clásico español y el Palacio del Ayuntamiento neoclásico griego. Pero el primer
arquitecto nicaragüense fue Julio Cardenal, cuyos primeros trabajos fueron la Casa de la
familia Mántica en la vieja Managua, hoy sede del Museo Julio Cortázar en estilo que él
definió como Mediterráneo europeo, y la remodelación y nueva fachada de la Alcaldía de
Granada inspirado en el portal Colonial de La Casa de los Leones y enriqueciéndola con
motivos moriscos y de la arquitectura árabe. Don Julio Cardenal fue el gran constructor de
la Managua moderna, el magno edificio del Palacio de Comunicaciones es su obra cumbre
en exquisito estilo Art Deco. El antiguo Estadio Nacional hoy “Stanley Cayasso” fue también
diseñado por Julio Cardenal y Roberto Lacayo Fiallos.
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Introducción a la Arquitectura – Arq./Ing. Milton Hernandez Jarquín
Carlafisa fue una de las grandes empresas de diseño y construcción de nuestra capital:
Cardenal Lacayo Fiallos sociedad anónima. Destacados arquitectos han sido Alfredo Osorio
diseñador de la Pirámide del Hotel Intercontinental Managua, los diseñadores y
constructores del Teatro Nacional Rubén Darío José Francisco Terán, Iván Osorio y los
hermanos Eduardo y Filadelfo Chamorro Coronel.
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El emblemático edificio del Banco Central de Nicaragua con 15 pisos fue inaugurado en
1964 diseñado y construido por la firma AISA Arquitectos e Ingenieros Sociedad Anónima;
después del terremoto rebajados 11 pisos, y en la actualidad con 4 pisos alberga la Casa de
Gobierno Secretaría de la Presidencia.
Estos pocos edificios forman el actual Patrimonio construido de nuestra heroíca Managua,
nombrada recientemente Ciudad Creativa, debido a su valioso valor cultural e histórico.
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