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UCENM

Universidad Cristiana Nuevo Milenio


Catedrático:
Abg. Belky Yoliveth Chavez Delcid.

Estudiante:
Daniel Mercadal.
Número de cuenta:
221550040
Lugar y fecha:
Juticalpa, Olancho
19/11/2022
Asignatura: Derecho Civil lV
ANALISIS OBLIGACIONES NATURALES

Código Civil y Comercial, denomina a las antiguas obligaciones naturales señaladas en el código del
Dr. Vélez Sárfield en los art. 515 al 518, como un deber moral. Esta modificación terminológica,
criticada por una parte de la doctrina civilista, resulta importante y abandona la expresión del
antiguo código civil, que tomó la expresión del derecho romano (en coincidencia con la clasificación
romanista de ius naturale, ius gentium y ius civile) 10 . El Código del Dr. Vélez Sárfield, utilizaba la
denominación de “obligaciones naturales”, señalando en el art. 515 lo siguiente: las obligaciones
son civiles o meramente naturales. Civiles son aquellas que dan derecho a exigir su cumplimiento.
Naturales son las que, fundadas sólo en el derecho natural y en la equidad, no confieren acción para
exigir su cumplimiento, pero que cumplidas por el deudor, autorizan para retener lo que se ha dado
en razón de ellas, tales son:

Las contraídas por personas que teniendo suficiente juicio y discernimiento, son sin embargo
incapaces por derecho para obligarse, como son la mujer casada, en los casos en que necesita la
autorización del marido, y los menores adultos;

Las obligaciones que principian por ser obligaciones civiles, y que se hallan extinguidas por la
prescripción

Las que proceden de actos jurídico, a los cuales faltan las solemnidades que la ley exige para que
produzcan efectos civiles, como es la obligación de pagar un legado dejado en un testamento, al
cual faltan normas sustanciales

Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba, o cuando el pleito se ha perdido, por
error o malicia del juez. Las que se derivan de una convención que reúne las condiciones generales
requeridas en materia de contratos; pero a las cuales la ley, por razones de utilidad social, les ha
denegado toda acción; tales son las deudas de juego.

El fundamento del efecto de las obligaciones naturales, hoy denominadas deber moral surge de lo
dispuesto por D. 16.2.6 que corresponde el fragmento al jurisconsulto Ulpiano y de D. 44.7.10 que
corresponde este fragmento al jurisconsulto Paulo y, en igual sentido, D. 46.2.1 que corresponde
también al jurisconsulto Ulpiano. La normativa actual prevista en el Código Civil y Comercial, no
alude al pago o cumplimiento de la prestación en el caso del deber moral. El término se emplea para
referirse a uno de los deberes posibles a cargo del deudor que asume una obligación de dar, solo se
refiere de la entrega de un bien que se concretaría ese efecto, no contempla que la norma sea
extensible a otras prestaciones de diferente características. Este artículo que hace referencia a lo
entregado por deberes morales o de conciencia, debe ser relacionado con el art. 726 del Código Civil
y Comercial, que establece que no hay obligación sin causa, sin que derive de un hecho idóneo para
procurarla de conformidad con el ordenamiento jurídico. El efecto principal deriva de las
disposiciones indicadas ya por el derecho romano, aunque en él se concede a las obligaciones
naturales una eficacia mayor. Cada vez que una obligación natural se halla en contradicción con un
principio de mero derecho civil, y que por esto o no nace o no se extingue
la obligación y el derecho de créditos están ciertamente y de un modo innegable privados de eficacia
civil, y por lo tanto, el acreedor no tiene la acción para exigir el pago; pero puede con una lógica un
poco libre contemplarse la relación obligatoria para otros efectos, que no repugnen absolutamente
con el fin de la regla mero derecho civil que destruye la obligación; tal es principalmente el efecto
de no poder repetir lo que se hubiese pagado. Estas obligaciones naturales, abolidas en su efecto
fundamental, como es el de generar un derecho de crédito y una acción correspondiente, en
nuestras fuentes se llaman obligationes naturales o naturales tantum. El terreno propicio, si no
exclusivo, de las obligaciones meramente naturales, parece que en la jurisprudencia clásica había
quedado limitado a las relaciones de las personas alieni iuris, principalmente los esclavos. De todos
modos, en la legislación justinianea cada obligación natural constituye una institución anómala,
justificada por un fundamento especial, pero no susceptible de aplicación analógica

La obligación extinguida por capitis deminutio también mínima, como la que se produce por
emancipación, la arrogación, la adopción. Este hecho extintivo es tan meramente civil, que resulta
enteramente inexplicable, si no se recuerda la esencia y la función primitiva de la familia romana, y
lo que en origen debía significar hacerse miembro de una nueva familia, o constituir una de por si.

OBLIGACIONES MODALES
Las obligaciones modales o con carga se definen en el artículo 1147 del Código Civil de la siguiente
manera: Si se asigna algo a alguna persona para que lo tenga por suyo, con la obligación de aplicarlo
a un fin especial, como el de hacer ciertas obras o sujetarse a ciertas cargas, esta aplicación es un
modo y no una condición suspensiva. El modo, por consiguiente, no suspende la adquisición de la
cosa asignada. Por consiguiente, el modo es la manera en que se debe cumplir la obligación; en
materia de asignaciones modales si el legatario no cumple con el modo, está en la obligación de
restituir la cosa y los frutos, lo anterior se ha denominado cláusula resolutoria puesto que se
extingue el derecho del legatario, y por ende todo vinculo que lo ate con la persona que le delegó
un determinado bien o derecho. Gran parte de la doctrina ha incluido dentro de este tipo de
modalidad las obligaciones propter rem por considerar, que entre estas últimas y la carga o modo
no reside, existe diferencia relevante que haga imperativa la distinción. Las obligaciones propter
rem son aquellas que surgen no de una persona, sino de un determinado bien, así por ejemplo, el
dueño de un bien inmueble tiene que verse abocado a pagar unos tributos específicos por ser el
propietario de este, si decide vender su propiedad, el comprador será el que adquiera dicha
obligación, y así sucesivamente. Las obligaciones propter rem son, como ha quedado planteado
arriba, las que se originan por ser el dueño de un determinado bien.

La obligación propter rem, como todo vínculo jurídico, implica la presencia de un sujeto pasivo, este
último se encuentra plenamente determinado, puesto que al ser titular de un derecho real se ve
obligado a la realización de una prestación en favor del sujeto activo o acreedor. La obligación
propter rem es entonces accesoria al derecho real principal, es por tal razón que también recibe el
nombre de obligaciones real. Esta clase de obligación está en cabeza de quien ostente el dominio o
la posesión de la cosa, debido a esto, si hay transferencia de dominio el nuevo propietario será
también el nuevo deudor en la obligación real. El sujeto titular del derecho real se encuentra en la
obligación de llevar a cabo ciertas prestaciones constituidas por mandato legal, aunque nuestra
legislación no elabora un listado de las obligaciones propter rem, los elementos y consideraciones
proporcionados por la inveterada doctrina hacen destacar algunas de ellas. El artículo 855 del
Código Civil, establece que el usufructuario debe soportar las cargas periódicas, pensiones y
cánones, con los que haya sido anteriormente gravada la cosa y los que se devengan durante el
usufructo. También corresponde a este la cancelación de impuestos periódicos fiscales y
municipales que graven el usufructo sin importar el tiempo en que se hayan establecido. Así mismo,
el artículo 2327 ibídem impone como obligación propter rem aquella que tienen los comuneros a
contribuir a las obras y reparaciones de la comunidad proporcionalmente a su cuota. El artículo 916
del Código Civil establece que las expensas de construcción, conservación y reparación del
cerramiento estarán a cargo de todos los que tengan derecho de propiedad en él, a prorrata de los
respectivos derechos. Podrán exonerarse de este cargo abandonando su derecho siempre y cuando
el cerramiento no consista en una pared que sostenga un edificio de su pertenencia. No obstante,
alguna otra parte de la doctrina considera que puede haber una distinción entre la carga o gravamen
y las obligaciones propter rem, puesto que, mientras las primeras obligan al pago de los cánones
anteriores, las segundas sólo obligan al pago de cánones originarios después de haberse adquirido
el derecho real, así mismo, mientras las cargas reales sólo hacen responsable al titular hasta el
monto del bien gravado, tratándose de obligaciones propter rem si se responde con todo el
patrimonio Pero aun así, estas diferencias han sido revaluadas por detenerse en sutilezas
irrelevantes

De igual manera, hay quienes consienten que la clasificación de obligaciones con carga o modo es
inexacta, sostienen esta apreciación con fundamento en que, tomando el artículo 1147 del Código
Civil como ejemplo, lo verdaderamente modalizado es el derecho mas no la obligación adquirida.
Con base en esta justificación, sostienen estos últimos que las obligaciones con carga o modo no
existen y que es preferible analizar el artículo mencionado desde las obligaciones propter rem.

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