Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es importante establecer una relación entre tres figuras: Lope de Rueda, Joan de
Timoneda y Miguel de Cervantes. El motivo principal que lleva a Joan de Timoneda a
interesarse por imprimir la obra de Lope de Rueda es la innovación que supone su
teatro popular (precisamente, una característica fundamental para entender el
imaginario de Cervantes): su representación está muy vinculada con la tradición oral, y
destaca también por su animosidad. Joan de Timoneda tiene una estrecha conexión con
lo que él domina como Patrañuelo, que deriva precisamente de la palabra patraña. Se
trata de una recopilación de novelas cortas que tiene como unidad de medida la novela
italiana. Está muy vinculada con la Edad Media tanto española como italiana, por lo que
debemos atender a figuras como Bocaccio, autor del Decamerón. La relación que guarda
con el teatro de Lope de Rueda se debe a su carácter popular (estas obras se acercan a la
que en un futuro será la novela picaresca): ambas obras entran dentro de la filiación
realista, y se alejan de la idealista. No se alejan tampoco de los conceptos de noticia y
fantasía de Torres Naharro. Es fundamental también para entender a Cervantes. Una de
las novelas que la forman tiene especial repercusión este autor, puesto que trata el
arquetipo de los dos amigos (presente ya en Boccaccio): Cervantes habla en la Galatea
de Timbrio y Sileno, y 20 años después, de Anselmo y Lotario en el Quijote. Timoneda
defendía, por tanto, que obras como la de Lope de Rueda y las que forman el Patrañuelo
debían ser conocidas. Se abandona por tanto, progresivamente, el teatro humanista
clásico, que tomaba como modelos de referencia a Plauto y Terencio (no se deja
completamente de lado, pero pasa a un segundo plano). La literatura que se entiende
ahora tiene objetivos más lúdicos dirigidos al pueblo llano, pero buscando también su
diversión, para lo que se abandona el latín como lengua. Ofrece como clave que estas
patrañas tan graciosas y populares pueden servir también para aprender a contar
historias; hay, por tanto, una función didáctica muy clara siempre en Joan de Timoneda.
El propio Cervantes tiene muy presente ese concepto de enseñar y entretener (caso
completamente opuesto, por ejemplo, a Góngora). La crítica se pregunta en qué
momento vio Cervantes las obras de Lope de Rueda representadas. Parte de ella cree
que Cervantes estuvo familiarizado con el teatro de Lope de Rueda, pero no demasiado
presente en ellas: según estas suposiciones, el papel de Timoneda habría sido
fundamental, puesto que le permitió (igual que a otros tantos autores) conocer su obra
en profundidad. En el siglo de oro los escritores no adquirían notable fama con novelas,
sino que se hacían de oro y se daban a conocer con las representaciones de sus obras
teatrales. Esta es una de las principales penas de Cervantes: no haber conseguido el
éxito teatral de Lope de Rueda (“animal de teatro”, como él lo denomina, pues arrasa en
los escenarios). La concepción que tenía Cervantes del teatro era de filiación clasicista.