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CONTEXTO PATRIARCAL EN EL QUE SE INSCRIBEN LAS IDEAS DEL

AMOR. MARCO CONCEPTUAL

El patriarcado es una construcción social que se sustenta en un mirada androcéntrica del


mundo, estructurando las relaciones en base a una categoría jerárquica, el género. Esto
supone que los hombres tienen una serie de privilegios - poder con respecto a las
mujeres, estableciéndose relaciones de desigualdad que promueven la violencia y la
destrucción de la vida.

PATRIARCADO

Este término comienza a usarse en sentido crítico en el siglo XIX y queda establecido en
la teoría feminista a partir de los años 70 del siglo XX.
Gerda Lerner ha definido el patriarcado como “la manifestación e institucionalización del
dominio masculino sobre las mujeres y niños (as) en la familia y la extensión del dominio
masculino sobre las mujeres a la sociedad en general. Implica que los hombres ostenten
el poder en todas las instituciones importantes de la sociedad y que las mujeres son
privadas de acceso a ese poder.”1

Según Adrianne Rich “el patriarcado es un sistema familiar y social, ideológico y político
con el que los hombres, a través de la fuerza, la presión directa, los rituales, la tradición,
la ley o el lenguaje, las costumbres, la etiqueta, la educación y la división del trabajo,
determinan cuál es o no es el papel que las mujeres deben interpretar con el fin de estar
en toda circunstancia sometidas al varón”.

ANDROCENTRISMO

La palabra Androcentrismo proviene del griego Andros (hombre) y define la mirada


masculina en el centro del Universo, como medida de todas las cosas y representación
global de la humanidad. La mirada androcéntrica invade los múltiples espacios públicos y
privados en nuestra sociedad, un ejemplo de ello lo tenemos en el lenguaje que se utiliza
de manera habitual, ya que se considera el masculino como genérico universal en
detrimento del femenino a pesar de numerosos estudios que apuntan la necesidad de que
se evolucione hacia un uso no sexista del lenguaje.

No va a ser fácil desprendernos de ello ya que según recuerda Montserrat Moreno,


profesora del Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Barcelona
(España) el androcentrismo «impregna el pensamiento científico, filosófico, religioso y
político desde hace milenios».

El androcentrismo conlleva la invisibilidad de las mujeres y de su mundo, la negación de


la mirada femenina y la ocultación de las aportaciones que las mujeres han hecho en
todas las esferas de la ciencia, del saber y de las artes. Constituye una visión
distorsionadora y empobrecedora de la realidad que oculta relaciones de poder y de
opresión del orden simbólico masculino sobre las mujeres2.

1
En Gerda Lerner (1986): The creation of patriarchy. Nueva York y Oxford. Oxford Univesity Press.
Citado por María – Milagros Rivera Garretas en (1994): Nombrar el mundo en femenino. Pensamiento de
las mujeres y teoría feminista. Icaria – Antrazyt, Barcelona, página 72.
2
VVAA-CPR de Gijón, Materiales para la observación y el análisis del sexismo en el ámbito escolar, 2002
GÉNERO

Término recuperado por la feminista norteamericana Joan W. Scout para definir la


cualidad, fundamentalmente social, de las distinciones basadas en el sexo. Se inicia a
usar en las universidades de Inglaterra y Estados Unidos a partir de los años 70 del siglo
pasado.

El género es un conjunto de comportamientos y valores (incluso estéticos) asociados de


manera arbitraria, en función del sexo, y organizados jerárquicamente, esto es, lo
masculino tiene mayor prestigio y consideración social que lo femenino. Con dicha
denominación se trata de establecer una diferencia entre sexo/género, situando el sexo
dentro del ámbito biológico y el género en el de la construcción cultural social y simbólica,
quedando así descartadas las identidades y los roles como resultado de factores
“naturales” o biológicos. Esta migración, de lo natural a lo social, permite entender la
realidad como transformable.

En el momento actual, las nuevas estrategias - trampas del patriarcado, unido al


capitalismo, el neoliberalismo y la globalización, y en nombre de la supuesta “igualdad de
género”, pretenden imponer un modelo de masculinización de la vida que no es sostenible
ni exportable. La lógica de acumulación frente a la lógica de sostenibilidad de la vida,
hace que esta última se relegue a las esferas invisibles, lo cual no significa que sea
prescindible.

El reparto de tareas, la supuesta división sexual del trabajo, es en realidad una prohibición
para las mujeres de realizar ciertas tareas valoradas socialmente, en una lógica del
desprestigio que nos va haciendo sentir menos valiosas. En el sistema capitalista se
sostiene la vida para que detrás haya una acumulación de capital, por lo que se esta
produciendo una mercantilización de los cuidados, de los bienes naturales y de los
valores que ha derivado en una transferencia global desigual de los cuidados en función
de los ejes de poder, provocando lo que se ha denominado crisis global de los cuidados
que se acerca más a la destrucción de la vida que a su sostenibilidad.

PODER

Según Luis Bonino el "poder" tiene dos acepciones popularmente utilizadas: una es la
capacidad de hacer, el poder personal de existir, decidir y autoafirmarse. Es el poder
autoafirmativo. Este poder requiere para su ejercicio una legitimidad social que lo autorice
(y esta legitimidad sólo la han obtenido hasta hace muy poco los varones). La otra
acepción: la capacidad y la posibilidad de control y dominio sobre la vida o los hechos de
los otros, básicamente para lograr obediencia y lo de ella derivada. Es el poder de
dominio. Requiere la tenencia de recursos (bienes, poderes o afectos) que aquella
persona que quiera controlarse no tenga y valore, y de medios para sancionarla y
premiarla. En este segundo tipo de poder, que es el de quien ejerce la autoridad, se usa la
tenencia de los recursos para obligar a interacciones no recíprocas, y el control puede
ejercerse sobre cualquier aspecto de la autonomía de la persona a la que se busca
subordinar (pensamiento, sexualidad, economía, capacidad decisoria, etcétera).

PRIVILEGIOS

Etimológicamente significa “ley privada”, o sea, no general sino relativa a un individuo


específico o a un grupo. Es el honor o el permiso para realizar una actividad garantizado
por otra persona, grupo o por el gobierno. El hecho de que existan “privilegios” para una
persona o grupo implica que existan “obligaciones” para otra persona o grupo.

El privilegio oscurece la mirada de quién lo posee impidiéndole ver toda la realidad. Según
Luis Bonino estar en el centro del mundo impide ver a los hombres, pero no ver y aceptar
los privilegios es otra forma de violencia, según el autor, es necesario que los hombres
hagan un desplazamiento de su posición de privilegio.

DESIGUALDAD

El opuesto de la igualdad no es diferencia, sino la desigualdad. Hablar de desigualdad,


por tanto, es hablar de que el acceso a los derechos, recursos y oportunidades no es igual
para todas las personas. Asimismo, decimos que existe discriminación cuando la
desigualdad llega al extremo de excluir a algunas personas de este acceso.

VIOLENCIA

Cuando hablamos de la violencia nos referimos a las conductas aprendidas que tienen la
intención, consciente o inconsciente, de someter, dominar o dañar a otras personas a
través del miedo y que se inscribe en la lógica del poder y la desigualdad. Es por esto,
por ser una práctica de poder, que la violencia trasgrede el orden y la armonía que se
supone debe existir en los vínculos humanos. Quienes violentan pretenden hacerse valer
a costa de la otra.

“Un gesto, un golpe, un insulto, hacer oídos sordos, menospreciar, amenazar, ridiculizar,
marginar, ... en una palabra: excluir; todo esto son manifestaciones de violencia que
afectan a cada niña y a cada niño: a su cuerpo, a su forma de entender el mundo, a su
sexualidad, a la visión que tienen de sí, a su dignidad ...” 3

Existen diferentes dimensiones de la violencia, por sus diferentes intensidades, su


duración o su estabilidad. De la misma manera que existe una violencia directa, una
institucional y una simbólica.

"Ejercer violencia es imponer pensamientos o valores con la fuerza, es hacerse valer con
el miedo, es no entrar a dialogar, es excluir e infravalorar todo lo que pone en cuestión el
poder de quien la pone en marcha y la utiliza"4.

En éste sentido, la diferenciamos de la agresividad, ya que ésta es una actitud humana,


con la que nacemos y que nos acompaña a lo largo de nuestra vida empujándonos en la
supervivencia. La agresividad es “una respuesta adaptativa que forma parte de las
estrategias de afrontamiento de los seres humanos ante las amenazas externas”5

Cuando hablamos de violencia es fundamental saber distinguirla también del conflicto. El


conflicto forma parte de nuestra vida y de las relaciones, en el conflicto se muestran
3
Prevenir la violencia: una cuestión de cambio de actitud. Serie de cuadernos de Educación no sexista nº7. Instituto
de la Mujer.
4
Prevenir la violencia. Una cuestión de cambio de actitud. Serie de cuadernos de educación no sexista nº7. Instituto
de la mujer.
5
Torres, Espada, 1996
diferentes opiniones, formas de ver la realidad, intereses, deseos, el conflicto es una
oportunidad para crecer, para entendernos, pero nos faltan estrategias y herramientas
para regularlos de manera creativa y no violenta o para asumir que no siempre pueden
resolverse y que eso no va a significar que las relaciones se terminen. Quién ante un
conflicto ejerce violencia, ve en esa diferencia una amenaza, y pretende imponer su forma
de pensar y ver el mundo.

VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

Según la definición de la ONU en 1993, la violencia contra las mujeres se entiende


como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o
pueda tener como resultado un daño psicológico, físico o sexual inclusive la amenaza de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se produce en la vida
pública o privada”.

La declaración de Naciones Unidas en Beijing de 1995, define la violencia contra las


mujeres como “una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales
entre hombres y mujeres, que han conducido a la dominación de la mujer por el hombre,
la discriminación contra la mujer y la interposición de obstáculos contra su pleno
desarrollo. La violencia contra la mujer a lo largo de su ciclo vital dimana especialmente
de pautas culturales, en particular de los efectos perjudiciales de algunas prácticas
tradicionalmente o consuetudinarias y de todos los actos de extremismo relacionados con
la raza, el sexo, el idioma o la religión que perpetúan la condición inferior que se le asigna
a la mujer en la familia, el lugar de trabajo, la comunidad y la sociedad”.

La violencia contra las mujeres se caracteriza porque:

• Es una violencia selectiva y sexuada que se basa en el hecho de ser mujer.

Todas vivimos violencia, aunque esto no implica que todas al mismo nivel ni que quienes
la ejerzan lo hagan al mismo nivel. Todas las mujeres vivimos violencia aunque
habitualmente se suela relacionar exclusivamente con la falta de recursos o de
conocimientos, la baja autoestima o la sumisión personal.

Si preguntáramos a un grupo de chicos y chicas de quien tienen miedo si caminan solos o


solas por la calle de noche, tanto las chicas como los propios chicos responderían que
temen más frecuentemente a los varones. En la gran mayoría de los casos son niños,
jóvenes y hombres los que ejercen la violencia, con frecuencia contra niñas, jóvenes o
mujeres, ya que la violencia está incorporada en el proceso de socialización masculino
tradicional. La violencia contra las mujeres es un proceso complejo que se basa en el
ejercicio del poder por parte de los varones.

La violencia que ejercen los hombres es selectiva, no significa que esos hombres sean
violentos con todas las personas o no sepan controlar su ira por ejemplo con su jefe o con
un amigo que les incomoda, sino que la cultura les legitima para ejercerla contra las
mujeres de forma selectiva.

Las mujeres vivimos en un mundo donde nuestros cuerpos son leídos como violables y
violentables, los hombres viven en un mundo donde sus cuerpos son leídos como
violentos. Pero ante esto ¿qué significados libres y no violentos podemos dar a nuestros
cuerpos con los mimbres que nos da la cultura y sabiendo que nuestra forma de ser,
sentir y actuar también hace mundo?.

• Se inscribe en un contexto social patriarcal.

Es una realidad social transfronteriza, que atraviesa fronteras externas e internas 6, no es


un hecho aislado o un asunto privado. La violencia contra las mujeres sirve para mantener
las relaciones jerárquicas entre los sexos. El ejercicio de la violencia es una manifestación
de la virilidad. En la violencia contra las mujeres dominante y dominada comparten la
misma ideología.

• Es una violencia estructural, sistemática e histórica.

La violencia hacia las mujeres tiene una cara visible y otra invisible, ya que algunos de
sus mecanismos son sutiles, como es el lenguaje, la historia que se cuenta, algunas
tradiciones o determinadas normas sociales. Pero la violencia invisible es la que sustenta
y perpetua la violencia más evidente o visible. La violencia se ha normalizado.

• Tiene que ver con la idea del amor romántico y la heteronormatividad.

Las relaciones románticas se construyen más cerca de la violencia que del amor, esto es,
se basan en ideas de control, posesión o dominación, así como en estereotipos de
género, donde las mujeres tienen que ser empáticas y comprensivas y los hombres
agresivos y protectores. Esto supone que muchas de las situaciones de violencia que
viven las mujeres se inscriban en el contexto de pareja o familiar.

• La violencia hacia las mujeres ocurre en distintos escenarios.

El hogar, las instituciones públicas y privadas, los medios de comunicación, las escuelas y
la comunidad en general.

La violencia contra las mujeres puede representarse de diferentes maneras:

Violencia física: Cualquier acto intencional que inflige daño a las mujeres, usando la
fuerza física o algún tipo de sustancia, arma u objeto que pueda provocar o no lesiones,
ya sean internas, externas o ambas.

Violencia psicológica: Es cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica,


que puede consistir en: negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos,
humillaciones,desprecios,d evaluación, marginación, indiferencia, burlas, infidelidad,
comparaciones destructivas, acusaciones, rechazo, restricción a la autodeterminación y
amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la
devaluación de su autoestima e incluso al suicidio.

Es interesante el análisis que hace Luis Bonino sobre los micromachismos como prácticas
de dominación masculina, diferenciando entre los coercitivos o directos (intimidación,
insistencia abusiva, uso expansivo del espacio, etc.), los encubiertos o indirectos
(explotación emocional, maternalización de la mujer, etc.), maniobras de desautorización,
paternalismo, engaños, desconexión, falta de intimidad, dar lastima, etc.

6
Al decir fronteras externas me refiero a las fronteras de los países y las diferentes regiones del mundo. Con
fronteras internas me refiero a las del propio cuerpo, a los estereotipos y mandatos que atraviesan nuestra vida.
Violencia sexual: Es cualquier acto que degrade o dañe el cuerpo o la sexualidad de la
víctima y que por tanto atente contra su libertad, dignidad e integridad física o psicológica:
tocamientos, acoso, abusos, obligar a ver pornografía, alusiones sobre el cuerpo,
violaciones, trata de mujeres, explotación sexual etc. Es una expresión de abuso de poder
que implica el sometimiento femenino al agresor, al denigrar a las mujeres y concebirla
como objeto.

Violencia económica: Es toda acción u omisión del agresor que afecte la supervivencia
económica. Se manifiesta a través de limitaciones encaminadas a controlar
sus ingresos económicos, así como la percepción de un salario menor por igual trabajo
dentro de un mismo centro laboral. Pobreza, control, precariedad, falta de empleo,
prohibición del manejo de su propio capital, imposibilidad de ser propietarias, exclusión de
empresas comunales, percepción de salarios menores por igual trabajo, menor acceso a
la educación y al capital cultural.

Violencia patrimonial: Es cualquier acto u omisión que menoscabe el patrimonio de las


mujeres por transformación, sustracción, destrucción, retención o distracción de objetos,
documentos personales, bienes, valores, derechos patrimoniales o recursos económicos
destinados a satisfacer sus necesidades, pudiendo comprender también los daños a los
bienes comunes o propios.

Violencia institucional: la violencia que se ejerce y se perpetua en las instituciones,


como por ejemplo, la objeción de conciencia que aplican algunos médicos en casos de
aborto que están incluidos en los tres supuestos legales.

Violencia feminicida: Es “la forma extrema de violencia de género contra las mujeres,
producto de la violación de sus derechos humanos en los ámbitos público y privado,
conformada por el conjunto de conductas misóginas – maltrato y violencia física,
psicológica, sexual, educativa, laboral, económica, patrimonial, familiar, comunitaria,
institucional – que conllevan impunidad social y del Estado pueden culminar en el
homicidio o su tentativa, y en otras formas de muerte violenta de las niñas y las mujeres:
accidentes, suicidios y muertes evitables derivadas de la inseguridad, la desatención y la
exclusión del desarrollo y la democracia” 7 Hasta hace poco se consideraba “homicidio por
honor”.

Violencia social: silencio, complicidad con el agresor, pasividad, justificación,


normalización etc.

Nuevas estrategias de violencia y apropiación del cuerpo de las mujeres:

Apropiaciones individuales: apropiación del tiempo; el cuerpo y los productos del cuerpo
(hijas e hijos); obligación sexual; carga física de las mujeres (cuidado), carga mental (a
veces estas tan abrumada que no puedes tomar conciencia).

Y apropiaciones colectivas (mercado laboral, coacción sexual, confinamiento en el


espacio, violencia, sistema jurídico y usos y costumbres).

7
Marcela Lagarde, 2006
LAS RELACIONES Y EL AMOR EN EL CONTEXTO PATRIARCAL

Es fundamental visibilizar que las ideas y creencias que están circulando en torno al amor
y las relaciones que circulan en el contexto patriarcal están más cerca de la violencia, esto
es, del dominio, la posesión, el control, el sometimiento, la humillación, etc., que de la
generosidad, cuidado y apertura que hacen falta para amar y ser amada, legitimando la
violencia contra las mujeres y consolidando el patriarcado como sistema social de
dominación, también en el ámbito de nuestras relaciones.

Es importante reflexionar en torno a las ideas, estereotipos y mitos que circulan en


nuestra sociedad en torno al amor y las relaciones, para cuestionarlos y exponer de esa
manera al patriarcado y a la violencia contra las mujeres que este genera.

Algunos ejemplos de estas ideas podrían ser:

– Existe alguien perfecto para cada quién, alguien que lo tendrá todo, su media
naranja, a cada mujer le corresponde un hombre.
– La pareja es el estado natural de la familia y de la vida.
– Una persona sin pareja esta incompleta.
– La maternidad es el estado natural de la mujer.
– El amor nunca muere. El amor es para siempre. El amor es ciego. Contigo al fin del
mundo.
– Mi vida se acaba sin una pareja. Sin ti no soy nada. Por mi pareja lo daría todo.

Estas ideas generan muchas sensaciones como: fracaso, frustración, desvalorización,


etc., y pueden llevarnos a mantener relaciones porque pensamos que esa es la única
persona perfecta para nosotras o el único estado en el que podremos ser felices. Además,
de perpetuar el sistema heteronormativo.

– Dos que de verdad se aman no necesitan ni hablar para entenderse.


– Lo lógico es querer hacer todo con quién amas. El amor lo puede todo.

Es fundamental entender que la fusión en una relación nos lleva a confundirnos y no nos
permite tomar distancia para vernos. Sin diálogo no hay entendimiento, y el entendimiento
es fundamental en cualquier tipo de relación.

– El amor tiene que ser alborotado, pasional, con mariposas en el estómago.


– Es frecuente hacer locuras por amor. El amor es ciego.
– El amor verdadero se reconoce enseguida.
– El que se enamora no lo nota, pero se vuelve un poco idiota.

Ideas del amor que nos llevan a vivirlo como algo místico, del destino, sobrenatural y ante
lo que no podemos hacer nada. Nos puede. Y donde el enganche o la obsesión suelen
confundirse con enamorarse.
– El impulso sexual masculino no tiene limites. El hombre llega hasta donde la mujer
quiere.

– El hombre es el que tiene que dar el primer paso.

– Las chicas que coquetean están provocando.


El deseo también tiene que ver con lo que sentimos, pensamos y hacemos. Detrás de
estas ideas, esta la sensación de dominio masculina, que puede abocar a algunos
hombres a violentar sexualmente. Además lleva implícita la idea de que las mujeres no
tenemos deseo sexual, sino que nuestro deseo se pierde en las necesidades de ellos.

– Quien bien te quiere te hará llorar.


– Hay amores que matan.
– Del amor al odio hay un paso.
– Los que se desean, se pelean.
– Los celos son una prueba de amor.
– En el amor siempre hay sufrimiento.
– Cuanto más drama, mayor es el amor que nos tenemos.
– Si me amas tenemos que tener relaciones sexuales, sino es que no me amas.

Estas ideas hacen alusión directamente a la legitimidad de la violencia (control, posesión,


dominación) en la forma en que aprendemos a amar y ser amadas.

Todas estas ideas nos llevan a ciertos entendimientos culturales en torno al amor
romántico, como son:

• Una visión etérea del amor. Idealización. Lo ideal. Que nos impide ver cual es la
relación real y posible con cada persona.
• Un idea del amor como algo totalizador, que se da una vez y para siempre, “felices
para siempre”, que nos lleva a querer fijar la experiencia amorosa.
• El amor entendido como sufrimiento y sometimiento.
• Una idea del amor condicionado a lo que hago, ser dignos o dignas de amor
depende de que nos portemos bien.
• El amor entendido como éxito social, es un logro.
• El amor vivido como amenaza, perdida de libertad, trampa, conquista, lucha.
• El amor relacionado con un modelo de belleza que de manera invisible opera como
eje de poder y que plantea el deseo y la atracción como algo natural.
• El amor es heterosexual.

Sin embargo, estas ideas limitan y caricaturizan la complejidad de las vidas y las
relaciones, pretendiendo encasillar el amor en un modelo de relaciones pre-establecido.

En este sentido, es fundamental poner palabras a otras formas de entender el amor y las
relaciones lejos de la violencia y del desorden patriarcal, partiendo de nuestras propias
vivencias y experiencias, honrando lo que es importante para cada una y cada uno, y
reflexionando sobre que acciones concretas podemos tomar en nuestras relaciones, para
que la violencia sea algo impensable.

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