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ENSAYO:

“VIOLENCIA CONTRA LA MUJER”

Nicaragua, Managua ………..

1
I. INTRODUCCIÓN

La violencia contra la mujer es quizás la más vergonzosa


violación de los derechos humanos. No conoce límites
geográficos, culturales o de riquezas. Mientras continúe, no
podremos afirmar que hemos realmente avanzado hacia la
igualdad, el desarrollo y la paz.

KOFI ANNAN

“La violencia es una conducta vinculada con el poder. Quien ejerce violencia actúa
de manera intencional y con el propósito de someter y controlar a la otra persona, es
decir, de eliminar cualquier obstáculo para el ejercicio del poder. Por ello toda forma
1
de violencia se relaciona con la libertad”. La idea de roles establecidos,
estereotipos, para el hombre y la mujer en la sociedad, es uno de los principales
generadores de desigualdad; y ello propicia la discriminación, marginación y
violencia hacia la mujer; siendo su agresor-dominador, el hombre.
Una muestra de la literatura: “35% por sus maridos, en Egipto; 25% por su
pareja, en Gran Bretaña; 32% por un miembro de su familia, en Zimbabwe y 30%
por su pareja, en México. Estas son cifras alarmantes acerca de la violencia contra
2
la mujer que sucede en el mundo entero.” Reconociendo la magnitud del
problema, este trabajo se centra en la violencia contra la mujer, las formas en que se
lleva acabo, las causas y las consecuencias.
Como afirma García Moreno Claudia: es importante tomar medidas
estratégicas para la prevención de la violencia contra la mujer y no sólo establecer
programas de atención a víctimas de violencia.

1
Torres Falcón, Marta. Violencia contra las mujeres y derechos humanos. México, El Colegio de México,
2001.p.307
2
García Moreno Claudia. Violencia contra la mujer: Género y Equidad, Organización Panamericana de la
Salud, E.U. 2003, p.8

2
II. VIOLENCIA

Todos lo discursos, tratados o estudios acerca de la violencia intentan precisar lo


que entienden por este término, dependiendo de la visión del autor, sin nunca llegar
claramente a una definición del concepto.
Empezaremos por la definición inmediata que podríamos obtener, es decir, lo
que el diccionario de la Real Academia Española nos dice: “algo que esta fuera de
su natural estado, situación o modo. Que obra con ímpetu y fuerza. Lo que uno hace
contra su gusto, por ciertos respectos y consideraciones. Que se ejecuta contra el
modo regular o justicia”. Eso es lo que encontramos al buscar en el diccionario, sin
embargo el problema va más allá de una simple definición.
Muchos autores coinciden en definir la violencia en términos de acción
agresiva, aunque esta afirmación tampoco sea correcta, ya que solo hace referencia
a la agresión y la conducta agresiva es considerada instintiva. 3 Como podemos ver,
definir la violencia necesita de un estudio más profundo del problema, ya que
dependerá de la fuente que consultemos y de la misma formación del autor, para
comprender este problema y el contexto en que nos encontremos.
Para el presente ensayo podemos referir la siguiente definición:” La violencia
es una conducta humana estrechamente vinculada con el poder y quien la ejerce lo
hace con el propósito de someter y controlar a la otra persona, con el fin de eliminar
cualquier obstáculo para el ejercicio del poder. Por lo tanto, toda forma o expresión
de violencia se relaciona con la libertad”4, es decir, el principal objetivo de la violencia
que el hombre (y la amujer) ejerce sobre la mujer es el de mantener a la mujer en un
estado de sumisión y obediencia en donde su esfera de poder no se vea
amenazada.
Para la misma autora: “la violencia contra las mujeres , en cualquiera de
expresiones –hostigamiento, abuso sexual, violación, maltrato al interior del hogar-
se sustenta en relaciones de desigualdad y asimetrías de poder presentes en todos
los niveles de la organización social, incluida por supuesto la familia. Por esa razón
muchos actos de violencia pasan inadvertidos” 5 por lo tanto, debido a esta
desigualdad de género y de poder entre ambos sexos, actos como el mirar

3
Isabel Piper, en Voces y ecos de violencia. Chile. Ediciones Chile América CESOC 1998
4
Torres Falcón, Marta. op. cit., p.307
5
Idem, p.307

3
incisivamente a una mujer, pronunciar palabras soeces o hacer insinuaciones
sexuales, son todos actos violentos, que sin ningún problema se definirían como
tales entre personas con posiciones similares. Pero como se dirigen a las mujeres es
muy probable que tales actos sean despojados de su carga de violencia y se
interpreten como expresiones culturales inofensivas.
Con respecto a esto de interpretar la violencia como expresiones culturales
inofensivas, Rogelio Villarreal hace la siguiente observación:

De acuerdo con diferentes concepciones del mundo, y según las condiciones


históricas, a las mujeres se les puede apedrear, quemar el rostro con ácido o
golpear por exigir el gasto; despojar de sus bienes, despreciar, vender o canjear.
Casi todas las tradiciones califican y relegan a las mujeres, a su modo y con distinta
intensidad, como impuras, indignas, obedientes, conformistas, hechiceras,
curanderas, matronas, malignas, botines de guerra, embusteras, incapaces de
razonar, criadas para el placer del hombre, abnegadas, paridoras de hijos, objeos
de ornato, prostituibles, embellecidas artificialmente, deseables […] la mujer
contemporánea sigue pagando las consecuencias de una virilidad mal entendida,
despótica prepotente, egoísta. La preservación del poder a toda costa ha
hecho de las mujeres sujetos prescindibles, objetos intercambiables6

Este es sólo uno de los casos en donde la misoginia llega a una exacerbación de si
misma y la cual ha sido extendida en todo el mundo desde hace, por lo menos
(según palabras del autor), cinco mil años.
En su análisis, estos dos autores coinciden en que el problema es realmente
añejo, surge con la civilización misma y es inherente a las estructuras sociales.
Todos los pueblos, las civilizaciones y hasta las religiones han aportado su cuota de
violencia de género en contra de las mujeres.

Las palabras de esta autora hacen pensar que si bien en algún momento la violencia
se interpretó, por un lado desde un extremo patológico, y por el otro lado desde un
extremo en la violencia estructural, hoy en día el problema de la violencia es algo
mas complejo, que necesita estudiarse desde distintas perspectivas para
comprender su génesis y recreación; especialmente en el caso de la violencia contra
las mujeres.
6
Villareal, Rogelio. El dilema de Bukowski. México. Ediciones sin nombre.2004. pp86-87

4
También la violencia contra las mujeres es incluso difícil de definir porque se
presenta en un contexto de desigualdad social, en donde incluso las relaciones de
poder pueden pasar inadvertidas; y es, desde esa posición de desigualdad, que las
mujeres han tenido que luchar por el reconocimiento de sus derechos. Es mas, han
tenido que pelear su reconocimiento como sujetos de derechos o, lo que es igual,
que se les considere seres humanos.

II.3. MUJERES Y DERECHOS HUMANOS.

El concepto de derechos humanos no es nuevo aunque en los últimos años ha


cobrado un gran auge a partir de que empiezan a develarse las desigualdades y a
evidenciarse todo lo que no estaba contemplado en la Declaración Universal de
1948.
Para entrar en el tema de los derechos humanos, es conveniente establecer
el concepto de sujeto de derecho: “La noción de sujeto de derecho surge con la
modernidad y es en la modernidad donde se construye una nueva legitimidad
basada en la razón. Se crea la idea de individuo- sujeto de derecho- sobre la base
de que todas las personas son iguales en la medida en que están dotadas de razón.
Así, la igualdad natural de los seres humanos es lo que legitima el nuevo orden
social y político, lo cual da paso al contrato social pero excluyendo a las mujeres”. 7
Esto lo podemos explicar de la siguiente manera: los hombres, como género,
están facultados para realizar un pacto social. Entonces al contraer matrimonio
históricamente se celebra un pacto en el cual la mujer cede el poder que
originalmente tenía sobre los hijos y a la vez celebran un contrato de subordinación.
Para Celia Amorós, esta exclusión significa que las mujeres no son
consideradas como individuos, tampoco adquieren el carácter de individuos
autónomo y no son sujetos de derechos. Esta desigualdad en la distribución del
poder y los derechos subyace a la violencia estructural, es decir al mantenimiento de
estructuras militares, políticas y económicas.8
Como género, las mujeres han tenido que emprender sucesivas luchas para
adquirir el status de ciudadanas. Han tenido que organizarse par reclamar el
reconocimiento de su derecho al voto, al trabajo remunerado en igualdad de

7
Ibid, p.339
8
Amorós, Celia. Feminismo: igualdad y diferencia, México, UNAM, 1994, p.26

5
condiciones con los hombres, a la equidad en la participación política, etc. En
síntesis, han tenido que emprender una batalla por la igualdad que es una tarea aun
en curso.
La Carta de las Naciones Unidas establece la igualdad de todos los seres
humanos y expresamente condena la discriminación basada en el sexo, pero esa
noción se vuelve muy abstracta al intentar un análisis de los derechos de las
mujeres.
Con la declaración universal de 1948 se pretende establecer que todos los seres
humanos nacen libres e iguales y que por lo tanto hay un conjunto de derechos
inalienables que tienen por el solo hecho de ser personas. Estas prerrogativas
abarcan la vida, la integridad física, la libertad, la igualdad ante la ley, entre otras.
Con base en el principio de igualdad se busca borrar toda diferencia de clase, raza,
posición social, genero, religión, etcétera. 9 Pero una declaración de igualdad no
erradica las inequidades sociales como lo hemos visto a lo largo de la historia de la
lucha de las mujeres por sus derechos humanos, porque una cosa es la legislación o
declaración de igualdad y otra muy distinta que realmente se ponga en práctica.
A partir de 1975 Naciones Unidas empieza a promover los derechos de las
mujeres. Una de las primeras medidas fue recomendar a los países integrantes la
supresión de los preceptos legales discriminatorios, como sugería la Declaración
para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer en 1967,
documento que ha sido ratificado por 88 países sin que ninguno de ellos haya
logrado el objetivo de eliminar la discriminación.
Posteriormente, la Declaración y Programa de Acción de Viena (1993) se
reconocieron los derechos humanos de las mujeres, menores, migrantes, pueblos
indígenas, entre otros. Por primera vez se habló de la violencia de género como una
trasgresión a los derechos humanos.10
En está declaración se busca eliminar cualquier acto de violencia basado en
el género que dé por resultado un daño físico, sexual o psicológico, o sufrimiento
para las mujeres, incluyendo amenazas de tales actos, coerción o privación arbitraria
de la libertad, sea que ocurra en la vida pública o privada” (art. 1ero.) 11 Los derechos

9
Torres Falcón, Marta. op cit. p.324
10
Ibid, p. 323
11
Ídem, p. 323

6
protegidos son la vida, la igualdad, la seguridad personal, la salud física y mental, no
sujeción a tortura o a cualquier otro trato cruel, inhumano o degradante (art. 3ero.). 12
Entre las acciones preventivas se recomienda desarrollar propuestas de
índole legal, administrativa y cultural para proteger a las mujeres de cualquier forma
de violencia. Se sugiere también desarrollar planes de acción que involucren a las
organizaciones no gubernamentales , promover la investigación y la compilación de
estadísticas sobre violencia y, finalmente incluir en los informes a Naciones Unidas
datos relevantes sobre las medidas adoptadas para combatir la violencia contra las
mujeres.
El gran avance contenido en esta declaración es el reconocimiento de que la
violencia ejercida contra las mujeres es una trasgresión a los derechos humanos y
que los gobiernos deben preocuparse no sólo por la violencia pública sino también
por la que ocurra en la esfera privada. La inclusión de este artículo resume un largo
debate de la definición de los derechos.
La distinción público-privado subyace a muchos problemas al tratar de aplicar
el modelo de los derechos humanos a la violencia que ocurre en la casa, porque ese
modelo considera únicamente la relación entre el Estado y los individuos. En efecto
las relaciones de las mujeres con el Estado están medidas por los hombres, sean
esposos, padres, hermanos o hijos, quienes a su vez adquieren del Estado autoridad
sobre ellas.
Los primeros intentos por subsanar la dificultad que plantea la dicotomía
público-privado con respecto a la definición y garantía del derecho de las mujeres a
una vida libre de violencia buscaron la analogía con la tortura y la esclavitud, para
ver si la Convención Internacional contra la tortura era aplicable. Amnistía
Internacional denuncio enfáticamente que las condiciones de violencia en que vivían
muchas mujeres eran similares a las formas de tortura que condenaba esa
convención, sólo que además compartían la cama con el agresor. 13
En cuanto a la violencia doméstica, que se produce en un espacio privado, la
responsabilidad del Estado incluye también la sanción de las conductas (sea por vía
administrativa, civil o penal) y el establecimiento de medidas de protección,
precisamente para garantizar la libertad y la seguridad de las víctimas.

12
Ídem, p. 324

13
Idem, p. 326

7
III. FORMAS DE VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

Las mujeres son incapaces de realizar labores


difíciles, sean físicas o mentales, y están dispuestas a
trabajar como enfermeras o maestras de la niñez,
puesto que ellas mismas permanecen siempre
aniñadas.

A. SCHOPENHAUER

La violencia contra la mujer constituye una violación a los derechos humanos y a las
libertades individuales. Es una ofensa a la dignidad humana y una manifestación de
las relaciones de poder históricamente desiguales entre hombres y mujeres. La
Organización de las Naciones Unidas, en su Declaración de 1993, define la violencia
contra la mujer como: ”violencia contra la mujer, todo acto de violencia basado en la
pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de
tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se produce en
la vida pública como en la privada.”14

Como podemos observar en la Declaración de las Naciones Unidas la


violencia contra la mujer abarca, entre otras, la violencia física, sexual y psicológica;
que se producen en la familia y en la comunidad. Es decir, en el contexto público y

14
Orendi Torres Patricia, El cuerpo del Delito: Los Derechos Humanos de las Mujeres en la Justicia Penal,
Porrúa, México, 2006, p. 53

8
en el privado. Son estas tres las principales (graves) formas en que se presenta la
violencia contra la mujer, pero no las únicas.
Además, existen actores dentro de esta problemática social, generalizada a
nivel mundial, a los que podemos dividir como: Generadores de violencia y los
receptores de violencia. Generalmente y en la mayoría de los casos los agresores o
generadores de violencia son los hombres y como receptores de la violencia y
víctimas se encuentran hombres, niños y mujeres, generalmente.
“Los Generadores de violencia familiar, según La Ley de Asistencia y
Prevención de la Violencia Familiar del Distrito Federal, son: “Quienes realizan actos
de maltrato físico, verbal, psicoemocional o sexual hacia las persona con las que
tengan o hayan tenido algún vínculo familiar. Y a los Receptores de violencia familiar
a: Los grupos o individuos que sufren el maltrato físico, verbal, psicoemocional o
15
sexual en su esfera bio-psico-sexual.”
Así, los grupos más débiles resultan los más agredidos. De hecho, la
conducta violenta, entendida como el uso de la fuerza para la resolución de
conflictos interpersonales, se hace posible en un contexto de desequilibrio de poder,
permanente o momentáneo. Dicho de otro modo las formas de violencia se asocian
a desigualdades de poder: entre hombres y mujeres, aunado a ello las crecientes
desigualdades económicas, tanto dentro de los países como entre ellos. También
define, La Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar del Distrito Federal
la Violencia Familiar como: “Aquel acto de poder intencional, recurrente o cíclico
dirigido a dominar o someter, controlar o agredir física, verbal, psicoemocional o
sexualmente a cualquier miembro de la familia dentro o fuera del domicilio familiar,
16
que tengan parentesco y que tiene por efecto causar daño.”
Y que puede ser de cualquiera de las siguientes clases: Maltrato físico,
Maltrato psicoemocional y/o Maltrato sexual. Para que la violencia se defina como
tal, deben existir las siguientes características: recurrente, intencional, acto de poder
o sometimiento y tendencia al crecimiento. La diferencia entre este tipo de violencia
y otras formas de agresión y coerción estriba en que en este caso el factor de riesgo
o vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. La violación de los derechos
humanos se relaciona en forma directa con la distribución desigual del poder y la
autoridad.

15
Idem, p. 53
16
Idem, p. 53

9
III.1 ABUSO SEXUAL

Todo lo que concierne a la mujer es un misterio y todo


lo que concierne a la mujer tiene una solución: preñez
[…] El hombre debería ser educado para la guerra y
la mujer para el recreo del soldado; cualquier otra
cosa no tiene sentido.

F. NIETZSCHE

La violencia sexual se define generalmente como todo acto sexual, la tentativa de


consumar un acto sexual, los comentarios o insinuaciones sexuales no deseados, o
las acciones para comercializar o utilizar de cualquier otro modo la sexualidad de
una persona mediante coacción por otra persona, independientemente de la relación
de ésta con la víctima, en cualquier ámbito, incluidos el hogar y el lugar de trabajo.
Como definición de Maltrato sexual, podemos encontrar en la Ley de
Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar del Distrito Federal, que no es más
que: “El patrón de conducta que consiste en actos u omisiones cuyas formas de
expresión pueden ser: inducir a la realización de prácticas sexuales no deseadas o
que generen dolor, practicar la celotipia para el control, manipulación o dominio de la
17
pareja y que generen un daño.” Así mismo como los delitos a que se refiere el
Código Penal para el Distrito Federal, es decir, aquellos contra la libertad y el normal
desarrollo psicosexual.
“En muchos países la definición legal de violación comprende tan sólo la
18
penetración del pene en la vagina.” En México con las reformas legislativas en
1989 en el Código Penal del Distrito Federal para los llamados delitos sexuales, la
definición de violación no se reduce a la definición anterior, en los cuales se
reconoce que la violencia sexual daña la integridad física, psíquica y la libertad
sexual. “Es importante como se modificó el concepto de violación, antes circunscrito

17
Idem, p. 54

18
García Moreno Claudia. op. cit., p. 9

1
a la agresión vía vaginal, ampliándola a oral y anal; destaca la creación del tipo
penal del hostigamiento sexual, así como el abuso sexual.” 19
Otro avance significativo en cuanto a reformas fue la desaparición de los
calificativos de honestidad y castidad, como circunstancia y requisitos de la mujer
agredida. Ya que en México, para iniciar una averiguación previa por el delito de
violación se condicionaba a la víctima a acreditar honestidad y castidad; y el Juez
podía desechar la denuncia o el proceso si consideraba que la agredida no cubría
tales características.
Generalmente los involucrados en la violencia familiar al pertenecer a un
circulo con vínculos de afecto y parentesco, les impide reconocerse como agresores
o víctimas, es decir es necesaria la intervención de un profesional que conozca la
problemática para poder brindar un apoyo eficaz.
Puede existir violencia sexual entre miembros de una misma familia y
personas de confianza, y entre conocidos y extraños. La violencia sexual puede
tener lugar a lo largo de todo el ciclo vital, desde la infancia hasta la vejez, e incluye
a mujeres y hombres, ambos como víctimas y agresores. Aunque afecta a ambos
sexos, con más frecuencia es llevada a cabo por niños y hombres a niñas y mujeres.
Por lo regular, las personas que sufren violencia sexual no cuentan a nadie lo
que les sucede. Esto se debe a que se sienten amenazadas o erróneamente
culpables de lo que les pasa. Cuando la violación es cometida por un familiar
cercano, la víctima se encierra todavía más en sí misma, debido a que su lealtad a la
unión familiar le impide decirlo, pues teme que, al enterarse, la familia se separe.
En los menores, los ancianos y las personas con alguna discapacidad el
asunto es más grave, ya que cuando se atreven a denunciar el acto se les acusa de
fantasiosos o mentirosos y de querer dañar al agresor. Por si fuera poco, estas
víctimas viven amenazadas y en un constante estado de terror.

19
Orendi Torres Patricia, op. cit., p. 23

11
III.2. ABUSO FÍSICO

El Maltrato físico como lo define La Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia


Familiar del Distrito Federal, es: “Todo acto de agresión intencional en el que se
utilice alguna parte del cuerpo, o algún objeto, arma o sustancia para sujetar,
inmovilizar o causar daño a la integridad física del otro, encaminado hacia su
sometimiento o control.” 20
Este tipo de maltrato se manifiesta en agresiones intencionales y repetitivas
que arriesgan o dañan la integridad corporal de una persona. Mediante la utilización
de algún objeto, arma e inclusive sustancias peligrosas, puede el victimario someter,
inmovilizar o controlar a la víctima, infligiendo un severo daño.

Algunos de esos actos son:


 Bofetadas, empujones, pellizcos
 Golpes con puños y pies, utilización de armas punzocortantes,
 Armas de fuego,
 Actos de tortura como quemaduras de cigarrillo,
 Privación ilegal de la libertad y en los casos más graves el homicidio.

El abuso físico, se da como los demás maltratos, por las desigualdades, por los
estereotipos, por el poder y el control de la otra persona en este caso la mujer; y es
este tipo de maltrato es el más tangible u observable por las consecuencias que
causa.
Gran parte de la violencia es perpetrada por los hombres.
Independientemente del sexo y la edad de las víctimas. Es de todos sabido que
ciertas sociedades consideran lógicas algunas de las manifestaciones extremas de
violencia contra la mujer. “Es el caso de los llamados “crímenes de honor”, que
castigan con la sangre de la mujer la pérdida de virginidad, el adulterio o incluso
haber sido víctima de violación, en los que a mujer muere a manos de su familia,
21
esposo, padre o hermano.” Se trata de de una práctica común en ciertas regiones.
“La cuarta parte de de los crímenes cometidos en Jordania se atribuye a crímenes
de honor. En el año 2003 fueron asesinadas 1000 mujeres en Pakistán; 400 en
20
Orendi Torres Patricia, op. cit., p. 53

21
Moya Castillo J, Violencia de género, Ediciones Experiencia, España,2005, p.21

1
22
1997, en Yemen y 200 cada año en Turquía por ese motivo.” Además se
presentan maltratos como: muerte por lapidación, mutilación genital femenina,
latigazos, deportación y castigos especialmente crueles, contra mujeres que han
practicado la prostitución o por haber cometido adulterio.

III.3. ABUSO PSICOLÓGICO

La mujer tampoco tiene sentido de justicia, dado que


este valor requiere del razonamiento y la deliberación,
operaciones intelectuales totalmente fuera de su
alcance.

A. SCHOPENHAUER

La violencia psicológica no es una forma de conducta, sino un conjunto heterogéneo


de comportamientos, en todos los cuales se produce una forma de agresión
psicológica. El maltrato psicoemocional o psicológico esta definido por La Ley de
Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar del Distrito Federal, como:
“El patrón de conducta que consiste en actos u omisiones repetitivos, cuyas
formas de expresión pueden ser: prohibiciones, coacciones, condicionamientos,
intimidaciones, amenazas, actitudes devaluatorias, de abandono y que provoquen
en quien las recibe, deterioro, disminución o afectación a su estructura de
personalidad.” 23
En todos los casos, es una conducta que causa un perjuicio a la víctima.
Puede ser intencionada o no intencionada. Es decir, el agresor puede tener
conciencia de que está haciendo daño a su víctima o no tenerla. Eso es desde el
punto de vista psicológico. Desde el punto de vista jurídico, tiene que existir la
intención del agresor de dañar a su víctima.
“Todo acto que se compruebe que ha sido realizado con la intensión de
causar un daño moral a un menor de edad, será considerado maltrato emocional en
los términos de ese artículo, aunque se argumente como justificación la educación y
formación del menor.” 24

22
Idem, p. 21
23
Idem, p. 53-54
24
Idem, p.54

1
La amenaza se distingue de la agresión, pero la amenaza es una forma de agresión
psicológica. Cuando la amenaza es dañina o destructiva directamente, entra dentro
del campo de la conducta criminal, la que está penada por la ley.
La violencia psicológica implica una coerción, aunque no haya uso de la
fuerza física. La coacción psicológica es una forma de violencia. “La violencia del
hombre sobre la mujer se ha explicado como una manifestación de las relaciones de
poder o dominación masculina sobre las mujeres, como una con secuencia de la
desigualdad entre ambos que produce la sociedad patriarcal.” 25
La violencia psicológica es un anuncio de la violencia física. Peor, muchas
veces, que la violencia física. Porque el anuncio es la amenaza suspendida sobre la
víctima, que no sabe qué clase de violencia va a recibir. La violencia psicológica no
actúa como la violencia física.
Es un daño que se va acentuando y consolidando en el tiempo. Cuanto más
tiempo persista, mayor y más sólido será el daño. Además, no se puede hablar de
maltrato psicológico mientras no se mantenga durante un plazo de tiempo. Un
insulto puntual, un desdén, una palabra o una mirada ofensivas, comprometedoras o
culpabilizadoras son un ataque psicológico, pero no lo que entendemos por maltrato
psicológico.26
Para que el maltrato psicológico se produzca, es preciso, por tanto, tiempo.
Tiempo en el que el verdugo asedie, maltrate o manipule a su víctima y llegue a
producirle la lesión psicológica. Esa lesión, sea cual sea su manifestación, es debida
al desgaste.
“El Forense Dr. Lorente hace una distinción entre la violencia del hombre y de
la mujer en la pareja. Afirma que la violencia del hombre se apoya en la capacidad
de intimidación que hace creíble la amenaza y que se ejerce de forma sistemática
27
para perpetuar su control sobre la mujer.” La violencia física produce un
traumatismo, una lesión u otro daño y lo produce inmediatamente. La violencia
psicológica, vaya o no acompañada de violencia física, actúa con el tiempo. La
violencia, el maltrato, el acoso, la manipulación producen un desgaste en la víctima
que la deja incapacitada para defenderse. La violencia psicológica tiene mil caras.
Algunas son obvias, otras, prácticamente imposibles de determinar como tales. 28

25
Moya Castillo J, op. cit., , p.19
26
Martos Rubio, Ana. ¡No puedo más! Las mil caras del maltrato psicológico. Ed. McGraw-Hill 2004. pp 59-
63
27
Moya Castillo J, op. cit., p.22
28
Martos Rubio, Ana. op. cit., p. 65

1
Pero todas las formas de maltrato y acoso psicológico dejan su secuela. Por sus
características, pueden agruparse en tres grandes categorías: Tiene dos facetas que
pueden llamarse maltrato pasivo y maltrato activo. El maltrato pasivo es la falta de
atención hacia la víctima, cuando ésta depende del agresor, como sucede con los
niños, los ancianos y los discapacitados o cualquier situación de dependencia de la
víctima respecto al agresor.
Hay una forma importante de maltrato pasivo, que es el abandono emocional.
Ancianos, menores o discapacitados abandonados por sus familias en instituciones
que cuidan de ellos, pero que jamás reciben una visita, una llamada o una caricia. El
maltrato activo es un trato degradante continuado que ataca a la dignidad de la
persona. Los malos tratos emocionales son los más difíciles de detectar, porque la
víctima muchas veces no llega a tomar conciencia de que lo es. Otras veces toma
conciencia, pero no se atreve o no puede defenderse y no llega a comunicar su
situación o a pedir ayuda. 29
Es una forma de violencia que se ejerce sobre una persona, con una
estrategia, una metodología y un objetivo, para conseguir el derrumbamiento y la
destrucción moral de la víctima. Acosar psicológicamente a una persona es
perseguirla con críticas, amenazas, injurias, calumnias y acciones que pongan cerco
a la actividad de esa persona, de forma que socaven su seguridad, su
autoafirmación y su autoestima e introduzcan en su mente malestar, preocupación,
angustia, inseguridad, duda y culpabilidad.
Para poder hablar de acoso tiene que haber un continuo y una estrategia de
violencia psicológica encaminados a lograr que la víctima caiga en un estado de
desesperación, malestar, desorientación y depresión, para que abandone el ejercicio
de un derecho. “Es una violencia excesiva, pues no se utiliza en el grado necesario
para una imposición con creta, sino que se desorbita, ya que sirve para aleccionar,
30
atemorizar y mantener el control de su víctima.”
En cualquiera de los casos, el acosar le roba a su víctima la intimidad, la
tranquilidad y el tiempo para realizar sus tareas o para llevar a cabo sus actividades,
porque el acosador la interrumpe constantemente con sus demandas y, apenas la
deja respirar entre petición y petición, pero siempre con mimos, con arrumacos y con
caricias inoportunas y agobiantes. Si la víctima rechaza someterse a esta forma de

29
Idem, p. 65
30
Moya Castillo J, op. cit., p.22

1
acoso, el verdugo se queja, llora, se desespera, implora, amenaza con retirarle su
afecto o con "cometer una tontería", llegando incluso a intentos de suicidio y a
explosiones realmente espectaculares que justifica diciendo que todo lo hace por
cariño. Esto supone añadir el chantaje afectivo a la estrategia de acoso.

V. PROYECTOS Y ORGANIZACIONES EN PRO DE LA MUJER

Entre los organismos internacionales que se especializan en la protección de la


mujer, destacan la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer,
dependiente de la ONU y en el ámbito regional, la Comisión Interamericana de
Mujeres, dependiente de la OEA. “Las convenciones que protegen de manera
especial a la mujer en el goce y ejercicio de sus derechos, son múltiples, pero
principalmente en el aspecto regional, la Organización de Estados Americanos
31
(OEA) y en el aspecto internacional la Organización de las Naciones Unidas.”
Existen un gran número de organizaciones tienen dentro de sus objetivos,
promover los derechos humanos y proteger a la mujer, estos son algunos de ellos y
sus funciones32:

SISTEMA INTERNACIONAL
ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS (ONU)
CONSEJO ECONOMICO Y SOCIAL (ECOSOC)
 Facultad de hacer recomendaciones para promover el respeto y los derechos
humanos.
CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS
 Principal órgano de formulación de políticas de derechos humanos
ALTO COMISIONADO DE LA ONU PARA LOS DERECHOS HUMANOS
 Promover y proteger la aplicación de los derechos humanos
COMITÉ DE DERECHOS HUMANOS
 Supervisar, vigilar y controlar el cumplimiento de las normas internacion.
CORTE INTERNACIONAL DE JUSTICIA
 Principal órgano judicial de las Naciones Unidas
CORTE PENAL INTERNACIONAL
 Es un tribunal penal internacional
31
González de Pazos Margarita, op. cit., p.21
32
Orendi Torres Patricia, op. cit., p. 113

1
SISTEMA REGIONAL
ORGANIZACIÓN DE ESTADOS AMERICANOS (OEA)
COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
 Órgano principal y autónomo de la OEA
CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
 Órgano jurisdiccional autónomo de la OEA
Las convenciones han servido para promover los derechos de las mujeres de
manera específica, atendiendo sus necesidades y derechos, los cuales en muchos
de los casos no son atendidos por los Estados en los cuales se desenvuelven. Estos
son algunas de las convenciones destacadas en la problemática de la violencia
contra la mujer:
La Convención Sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
Contra la Mujer (CEDAW) Adoptada por la Asamblea General de la Naciones
Unidas el 18 de diciembre de 1979; ratificada por México en 1981. Y la cual
define la discriminación contra la mujer como: “toda distinción exclusión o
restricción basada en el sexo que tenga por objeto menoscabar o anular el
reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su
estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer. 33

En 1993 la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia Contra le Mujer el 20 de


diciembre de 1993, en el Programa de Acción de Viena, que busca eliminar:
“cualquier acto de violencia basado en el género que de por resultado un daño físico,
sexual o psicológico, incluyendo las amenmazas, tanto en la vida pública como en la
privada.34
La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la
Violencia Contra la Mujer, “Convención de Belem do Pará” Aprobada en Belem do
Pará Brasil en junio de 1994; ratificada por México en Noviembre de 1998. La cual
define la violencia contra la mujer como: “ cualquier acto o conducta basada en su
género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer

33
Cfr. Idem, p. 95
34
Cfr. Torres Falcón Marta. op. cit., p.325

1
tanto en el ámbito público como en el privado; así como aquella que sea perpetrada
35
o tolerada por el Estado o sus agentes donde quiera que ocurra.
Y en el caso específico de México, existen varios proyectos y organizaciones
en pro de la mujer, ejemplo de ello, como parte de la política pública instrumentada
en la procuración de la justicia en el Distrito Federal, en coordinación con las
organizaciones no gubernamentales de las mujeres; “se crearon el Centro de Terapia
de Apoyo para Víctimas de Violencia Sexual (CTA) y el Centro de Atención a la
Violencia Intrafamiliar (CAVI). Ambos espacios además de proporcionar asistencia
psicológica y social, brindan apoyo legal a la mujer.” 36
La utilidad de estos centros es importante pero poca valorada, si bien son un
avance en la protección de la mujer; es importante considerar el problema no se
resuelve atendiendo a víctimas, sino que hace falta tomar mediadas estratégicas con
respecto a la prevención de la violencia contra la mujer.

VI. CONCLUSIONES.

35
Cfr. Orendi Torres Patricia, op. cit., p. 97
36
Idem, p. 25

1
La dominación es una estructura global de poder cuyas
ramificaciones y consecuencias pueden encontrarse a veces
hasta en la trama más tenue de la sociedad.

M. FOUCAULT

La violencia contra la mujer es una conducta vinculada con el poder. Quien ejerce
violencia actúa de manera intencional y con el propósito de someter y controlar a la
otra persona, es decir, de eliminar cualquier obstáculo para el ejercicio del poder. Es
un problema generalizado en todo el mundo y en todas las sociedades. La idea de
roles establecidos, estereotipos, para el hombre y la mujer en la sociedad, es uno de
los principales generadores de desigualdad; y ello propicia la discriminación,
marginación y violencia hacia la mujer; siendo su agresor-dominador, el hombre.
Desde la sociedad patriarcal que se ha establecido, tanto en la cultura occidental
como en la oriental. Es decir, el principal objetivo de la violencia que el hombre
ejerce sobre la mujer es el de mantener a la mujer en un estado de sumisión y
obediencia en donde su esfera de poder no se vea amenazada.
Esta violencia se lleva a cabo tanto en el espacio público como en el privado,
es decir, la violencia hacia la mujer se ejerce dentro de la familia.
La violencia se establece a partir de la desigualdad entre el hombre y la mujer; la
violación de los derechos humanos se relaciona en forma directa con la distribución
desigual del poder y la autoridad. Generalmente y en la mayoría de los casos los
agresores o generadores de violencia son los hombres y como receptores de la
violencia y víctimas se encuentran hombres, niños y mujeres.
Como podemos observar en la Declaración de las Naciones Unidas la
violencia contra la mujer abarca, entre otras, la violencia física, sexual y psicológica;
que se producen en la familia y en la comunidad. Son estas tres las principales
(graves) formas en que se presenta la violencia contra la mujer, pero no las únicas.
Ya que otra forma en la que se presenta la violencia contra las mujeres, desde la
perspectiva de diferentes especialistas e investigadoras de la problemática, es de
tipo económica; el cual tiene como fin controlar y violentar a la mujer. En el ámbito
privado generalmente los involucrados en la violencia familiar al pertenecer a un
círculo con vínculos de afecto y parentesco, les impide reconocerse como agresores
o víctimas.

1
Las consecuencias de la violencia contra las mujeres influyen en múltiples
aspectos de sus vidas, su salud y la de sus hijos, incluso se extienden, además, al
conjunto de la sociedad. No sólo le provoca lesiones, puede provocar la muerte;
pero su impacto en la salud mental y sexual es menos conocido pero no menos
grave. Ya que la violencia influye de forma dominante en los sentimientos de amor
propio, autonomía y capacidad para sentir y actuar con independencia y capacidad
como mujer.
Por otra parte los derechos humanos tratan de proteger a la mujer de esa
violencia que han sufrido durante mucho tiempo. Podemos considerar a los valores,
como principio u origen de los derechos humanos. Y estos como un ideal a perseguir
en beneficio de las mujeres. Estos valores al ser considerados como beneficios y
generadores de poder; son ejemplo para el derecho, el cual puede y debe
procurarlos a la sociedad. La autoridad, para ser considera como tal, tiene que
responder a las perspectivas de la comunidad que demandan la protección de los
derechos humanos.

VII. REFERENCIAS.

2
AMORÓS Celia. Feminismo: igualdad y diferencia, México, UNAM, 1994.
FERNÁNDEZ Rivas Lidia, en Voces y Ecos de Violencia, Chile, Ediciones Chile
América CESOC, 1998.

GARCÍA Moreno Claudia. Violencia contra la mujer: Género y Equidad,


Organización Panamericana de la Salud, E. U. 2003.

GONZÁLEZ DE PAZOS Margarita, La Mujer y la reivindicación internacional de


sus derechos, UAM, México, 1989.

MARTOS Rubio, Ana. ¡No puedo más! Las mil caras del maltrato psicológico.
Ed. McGraw-Hill 2004.

MOYA Castillo J, Violencia de Género, Ediciones Experiencia, España, 2005,

ORENDI Torres Patricia, El cuerpo del Delito: Los Derechos Humanos de las
Mujeres en la Justicia Penal, Porrúa, México, 2006.

PIPER Isabel, en Voces y Ecos de Violencia. Chile. Ediciones Chile América


CESOC 1998.

TORRES Falcón, Marta. Violencia contra las mujeres y derechos humanos.


México, El Colegio de México, 2001.

VILLAREAL Rogelio. El dilema de Bukowski, México, Ediciones sin nombre, 2004.

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